Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TÚ TE ATREVES por Mir_Min18

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Es el momento o fuera o dentro

No hay otra forma seguir o adiós

Jamás pensamos que nos haríamos daño

No somos libres, es un error 
Más quien le pone puertas al campo 
Y quien le dice 
Que no al amor. 

 

 

-          Lo primero que te prohíbo y lo primero que haces Lee Taemin – me grito el idiota y posesivo de Choi Minho, por lo que simplemente le ignore desviando la mirada de sus hermosos ojos– Te estoy hablando princesito – me llamo con la voz cargada de odio, coraje y CELOS, CELOS Y MÁS CELOS – Te dije que te alejarás de Jong In, pero no ¿Verdad?, tenías que andar de lindo y cariñoso con ÉL – grito nuevamente. Yo estaba harto, así que tome el cepillo que estaba en mi buro y se lo arroje, Minho simplemente me fulminó con la mirada.

-          Deja de gritarme Choi Minho, no soy una de queridas para que me hables así y mucho menos, dejaré que me grites sin saber lo que paso ese día – le dije retándole con la mirada y el cuerpo, pues no iba a dejar que me humillará por el simple hecho de ser mi guardaespaldas, note como simplemente suspiró derrotado y cerro los ojos frotándose las cien, yo únicamente espere a que me viera nuevamente a los ojos.

-          Discúlpeme Joven Lee – suspire al escuchar aquellas tres palabras juntas pues solo significaba que Minho estaba enojado y decepcionado - no debí hablarle así, lo importante es que usted está bien ¿No? – preguntó alzando una ceja y optando por adoptar esa postura de “guardaespaldas pulcro”, ante esto simplemente resople.

-          Déjate de estupideces Choi Minho y mejor antes de que hagas tu drama déjame explicarte qué diablos paso – Minho únicamente negó y comenzó a caminar hacia la salida de mi habitación – si das un solo paso Minho sin que te explique las cosas, no esperes que lo nuestro continúe como si jamás hubiera pasado esto – recalque cada una de las palabras, pero él tomó la perilla de la puerta girándola suavemente y abriendo así la gran puerta blanca – esta vez no seré yo quien vaya detrás de ti Minho – musité con tristeza esperando que así recapacitará y su tonto orgullo de macho celoso se fuera a la mierda y me dejará explicarle que lo que las estúpidas empleadas y sus “amiguitas” le contaron sobre esa noche era mentira – Minho – le llame nuevamente, pero fue en vano porque simplemente se irguió y salió como si nada de aquella habitación, dejando detrás de esa puerta el simple sonido ahogado de mis lagrimas traicioneras por la pelea que habíamos tenido.

 

Ya han pasado dos semanas desde que Minho y yo solo nos comportamos como simple jefe y empleado, donde únicamente hace su trabajo, ya sin besos, sin abrazos, sin palabras bonitas ni charlas amenas; y yo ya me estaba cansando de fingir delante de todos, aunque sabía perfectamente que todos conocían la realidad de la situación. Ya no soportaba el dolor en mi estomago cada vez que lo veía sonreírle a alguna de las empleadas o alguna de mis compañeras de la escuela, no soportaba el dolor que me causaba su mirada fría y sus palabras sin expresión alguna; simplemente ya no podía más.

 

-          Hemos llegado Joven Lee – musito Minho mientras abría la puerta del auto y me tendía una mano para ayudarme a salir, suspire al ver aquello e ignorándole olímpicamente me baje por la otra puerta, recibiendo ayuda de Chagmin el mejor amigo de Minho, ante esta acción escuche el resoplido de rabia dirigido a mi por parte de aquel sexy moreno que tenía por cuidador. Tomé mi mochila de la mano de éste y pase a su lado sin siquiera mirarle – Lee – me llamo de nuevo pero una vez más lo ignore entrando a la casa y arrojando los zapatos y la mochila donde no les viera hasta el día de mañana.

-          Ya llegaron mis niños – dijo mi nana mientras extendía sus brazos y me recibía con varios besos en el rostro - ¿Cómo les fue? – pregunto viéndome a mí y después a Minho quien como siempre desde las últimas dos semanas no dejaba de estar atrás de mi.

-          Bien Nana, ¿Y mis padres? – pregunte dándole un beso en la mejilla y separándome de ella-

-          Están en el salón de juegos.

-          ¿Seguros, qué todo está bien? – preguntó de nuevo.

-          Claro que si Nana Shin el día del joven Lee fue magnífico, saco excelentes notas y recibió seis declaraciones de amor – todo aquel reporte salió de los gruesos y rojos labios de Minho, yo simplemente rodé los ojos y caminé hacia aquella sala escuchando detrás de mí el eco que hacían las pisadas de Minho.

-          No es necesario que me acompañes – dije antes de entrar a la sala de juegos – no creo que mis padres me quieran matar – comente con cierta ironía.

-          No creo que sus padres se atrevan a hacer tal cosa, pero debo dar mi reporte del día de hoy.

-          Terco – musité viéndole de reojo y entre sin esperar sus palabras, encontrándome con que mis padres jugaban Xbox; demasiado absortos del mundo, lo más seguro es que estuvieran apostando de nuevo, sonreí un poco negando por la madurez de mis padres - ¿Interrumpo? – en cuanto me oyeron mi padre puso pause al videojuego recibiendo un golpe suave en el brazo por parte de mi madre - ¿Apostando de nuevo? – pregunté divertido.

-          Ya conoces a tu padre – dijo mi mamá mientras extendía sus brazos, sin dudarlo corrí hasta ella, pues más que nunca necesitaba de amor y atención.

-          ¿Ahora resulta que fui yo? – rezongo mi padre fingiendo indignación.

-          ¿Pasa algo mi niño? – musito mi mamá acariciándome el cabello.

-          Si, quiero hablar con ustedes, tengo algo que pedirles.

-          ¿En serio, y eso por qué? Hace tanto tiempo que no nos pides algo – preguntó asombrado mi padre mientras me tocaba la frente como si estuviera enfermo – ¿Te pico algo?.

-          Ya papá, basta – pedí con una leve sonrisa en los labios, mi padre simplemente sonrío y rodo los ojos. Vi como Minho solo estaba en una esquina en una postura rígida y con la mirada baja así que le hice señales a mi papá para que no ignorará a Minho.

-          Minho, ¿Listo para darme tu reporte? – preguntó señalándole una silla enfrente de él, Minho acató y recibió la botella de agua que mi mamá le ofreció – y bien, ¿Cómo se porto nuestro heredero? – preguntó seriamente.

-          Todo fue normal señor Choi, buenas notas, entro a todas las clases, no se lastimó y recibió las típicas declaraciones de amor – dijo frío y tajante. Maldito Minho y su orgullo de pacotilla, que se lo meta por el cu…

-          ¿Y ya le diste el sí a alguna o alguno?

-          Mamá – dije un tanto ofendido pero con cierto rubor en las mejillas – ya sabes que no tengo tiempo para eso – forme un puchero y dirigí mi mirada hacia el suelo –

-          Además sabes que Minho no lo permitiría – contraataco mi padre, ante lo cual solo me ruborice más mordiéndome el labio inferior; observé como el mencionado sonreía de medio lado y para ocultar dicho gesto bebía de aquella botella de agua, suspire entre los brazos de mi madre al ver como esos gruesos labios, rojos y carnosos que también conocía debido a incontables besos que antes recibía, rozaban la boquilla de la botella, tuve celos de ello, deseaba sus besos, extrañaba sus brazos, su sonrisa, su voz susurrándome al oído cada que podía, sus miradas posesivas y de deseo, lo extrañaba todo de él, pero saber que es un maldito orgulloso que no me dejo explicarle nada me hacía sentir más que decepcionado, pues en este tiempo parece que él esta de maravilla mientras mi dolor en el corazón aumenta día con día, mientras mi cuerpo pide a gritos obtener la atención de él; así que sin más debía de hacer aquello que decidí, pues dicen que al mal tiempo darle prisa así que…

-          Quiero cambiar de guardaespaldas – dije en medio de aquel silencio observando mis manos y sin necesidad de ver pude sentir dos pares de ojos sobre mi persona, mientras que Minho se ahogaba con el agua que se estaba tomando, escuche a mi padre darle algunas palmadas en la espalda para calmarlo, de nuevo un silencio se apodero de aquel espacio, suspire aún sin verles y me levante de donde estaba, fue cuando note desconcierto, impotencia y tristeza en aquellos enormes ojos negros que tanto me encantaban – dile a Chagmin que vaya a mi habitación – ordene de forma fría y me gire hacia mis padres, quienes aun tenían una cara de desconcierto, pero ambos sabían que si lo tenía en la mente nadie me haría cambiar de opinión, besé la mejilla de cada uno y me dispuse a salir-

-          Chagmin aun no está preparado – fueron las palabras que salieron de la boca de Minho antes de salir por completo, gire sobre mis talones encarándole con cierta frialdad, yo sabía lo que él pretendía y no le dejaría ganar, así que alce una ceja cruzándome de brazos esperando porque me contestara aquella pregunta no formula – Chagmin aún no es apto para tal trabajo joven Lee -  me encabronaba que me llamará así y sobretodo delante de mis padres, quienes estaban al pendiente de cada movimiento que hacíamos-

-          Eso lo decidiré yo Choi, tú solo cumple ordenes ¿Entendido?; además – sonreí con malicia- tu lema es “El mejor guardaespaldas, es el que ama a su tesoro”, y yo sé perfectamente que Chagmin me ve con ojos de hombre; así que nadie mejor que él ¿no lo crees?, Digo, quien mejor para cuidarme que aquel que me quiere y ama – dije seguro de cada palabra, notando como los celos y el coraje inundaban el rostro de mi sexy e idiota Minho – tú solo ve y dile a Chagminnie~ que lo DESEO en mi habitación – musite aquella frase con toda la maldad posible; escuché una leve risita por parte de mi madre mientras que los puños se volvían blancos en aquellas enormes manos morenas, hice una leve reverencia para después salir de aquel lugar e irme a mi recamara-

 

Pasaron alrededor de seis horas antes de que escuchara que tocaban suavemente la puerta.

-          Adelante – y en efecto, ahí estaba bien vestido y con ese perfume que me gustaba mucho mi nuevo guardaespaldas – hola Chagmin, ¿gustas algo? – él simplemente negó y se mantuvo al margen, suspire pues esa actitud solo significaba algo; Minho le había dado un ultimátum – seré breve y conciso de acuerdo – él simplemente asintió – las reglas del trabajo las conoces, pero aparte de ellas debes cumplir una más y sobretodo la más importante, si me enteró que me desobedeces juro Chagmin que no encontrarás trabajo de nada en todo Corea durante los siguientes diez años, ¿quedo claro? – note él miedo en sus ojos – tranquilo no es nada malo, tu simple regla será jamás darle ningún reporte de mis días a Choi Minho, ¿entendiste?.

-          Cla…claro que si joven Lee – sonreí victorioso-

-          Ah una cosa más, dime Taeminnie~ - comente guiñándole un ojo provocando que Chagmin se ruborizará – ya puedes retirarte mañana iniciamos.

-          De acuerdo, con permiso joven - hice un puchero ante sus palabras – Taeminnie~ - sonreí de lado y me coloqué los audífonos para perderme un poco en mi música-

 

 

Ya han pasado exactamente 24 días con 14 horas, 17 minutos y 8 segundos en que Minho dejo de ser mi guardaespaldas, cuando nos vemos en la casa yo le ignoro por completo; lo he encontrado como 15 veces tratando de sacarle información a Chagmin sobre lo que hago en el día, pero después de mi hermosa amenaza, el pequeño Chagmin no dice nada, lo cual aún hace enojar más a Minho; ha intentado como 13 veces que Chagmin se enferme pero este chico sí que es un tronco difícil de roer; y yo, bueno… simplemente disfruto de la cara de frustración de mi Minho al no tenerme controlado ni vigilado las 24 horas,  durante este tiempo a propósito he llegado más tarde a casa, claro avisándole a mis padres; sé que esto le molesta más pues todos, hasta el jardinero, saben que hago y como me fue en el día, pero Minho, él solo se volvió en un empleado “insignificante”.

El día de hoy se que la casa se quedará prácticamente a mi cargo porque solo se quedará la señora Choi, Minho y Siwon, los demás se fueron con mis padres a arreglar la casa de Australia pues en dos meses nos vamos todos para allá a pasar las vacaciones; este día será pesado.

-          Ya llegue – grite entrando a la casa, quitándome los zapatos y dejando la mochila abandona en el mismo rincón de siempre, como nadie contesto imagine que estaba solo así que fui a la cocina encontrándome con una nota de la señora Choi “Minnie~ tu comida está en el microondas, solo caliéntala, vengo más tarde”, sonreí y tome un banana milk, me disponía a subir las escaleras cuando lo vi, tan guapo y elegante, con ese maldito porte lleno de  virilidad; iba vestido con un pantalón de mezclilla color blanco que le resaltaba de forma deliciosa aquel par de piernas torneadas y atléticas, una camisa de color negro bien fajada y para completar con el atuendo, llevaba encima una hermosa chaqueta de piel color blanca en detalles rojo y negro. Maldito coreano con descendencia de Dios griego. Nuestras miradas se encontraron y fue cuando note mi rubor y ese peculiar calor que sentía mi cuerpo de solo verle así, la rabia me inundo pues sabía que nada bueno salía cada que su vestimenta era así-

-          Tu comida esta en el horno – dijo con esa gruesa voz mientras pasaba a mi lado envolviéndome cada poro del cuerpo con ese peculiar aroma que tanto amaba y que lamentablemente extrañaba que estuviera impregnado en mi piel; me mordí el labio inferior sin decir nada mientras que él simplemente salió de casa con aquel porte de macho alfa en busca de hembra;  trague saliva para después con el corazón acongojado y los ojos cristalinos subir a mi habitación –

 

 

-          Mmmhh~ Minho – aquel gemido nada bajo, cerca de la puerta de mi habitación, hizo darme cuenta de que Minho estaba en casa, con las manos temblorosas debido a la rabia abrí la puerta encontrándome con la peor escena de todas; Minho la tenia pegada a la pared de mi cuarto, tomándola por las muslos mientras él estaba entre sus piernas, con su maldito miembro rozándole la vagina, como vil perro en celo mientras le devoraba el cuello y ella, pff~ que decir de ella, si sus malditos gestos decían más que mil palabras – aahhmm~ Minho – volvió a gemir cuando él simulo darle una estocada, sentí mi corazón apretarse, entendí que las cosas entre nosotros habían terminado definitivamente-

-          ¿Por qué hacen tanto ruido? – musite fuerte, pero sin gritar haciendo énfasis en cada palabra, note como Minho detenía toda acción y la bajaba con sumo cuidado para después encararme; dios a pesar de lo que estaba haciendo seguía viéndose tan sexy, con su cabello despeinado y su camisa abierta dejando a plena vista ese hermoso abdomen marcado y bien trabajo -

-          No se preocupe Joven Lee nos iremos a mi habitación y le juro que no escuchara ningún ruido desde ahí – comento tomándola de la cintura de forma posesiva para llevársela a su cama, a su cuarto; ante esto empuñe mis manos-

-          Esto no es un Hotel Choi – dije serio, enojado y retándole- Si quieres revolcarte con tus putas llévatelas a un maldito hotel, ganas el suficiente dinero para llevarla al mejor motel de Corea ¿no crees?.

-          Oye no dejes que tu hermanito me llame así – dijo “ofendida” la “dama” detrás de Minho, rodé los ojos ante su inteligente frase-

-          Aparte de puta, pendeja; que buena elección Minho – note como la chava iba a hablar de nuevo pero las palabras de Minho la callaron-

-          ¿Dónde quedaron sus modales joven Lee?

-          Mira quién habla de modales – dije con una sonrisa irónica dibujada en los labios – no por el hecho de que no estén mis padres harás de la casa un motel Minho, así que sácala – le advertí entre dientes, note como suspiro y observo de reojo a aquella mujer que le acariciaba con descaro el abdomen y una mejilla –

-          Vámonos Minho – ronroneo ella cerca de aquel oído al que yo muchas veces le conté mis secretos-

-          ¿La sacas de la casa o la saco yo? – pregunte frío, notando como la tomaba de la cintura y la colocaba frente a él, para ahí delante de mis ojos besarla mientras le apretaba una de sus aguadas nalgas; desvíe la mirada pero continúe ahí –

-          Vete yendo a casa, yo ahorita te alcanzo ¿Si? – le pregunto después de besarla, a lo que ella asintió besándolo una vez más, cuando paso a mi lado dejó esa fragancia barata impregnada en el aire, una vez que se escucho la puerta cerrarse me quede viéndole a los ojos, sabía que algo iba a decir así que solo espere su primer golpe psicológico-

-          ¿Por qué lo hiciste Lee? – pregunto retándome con la mirada, simplemente suspire-

-          Es lo mismo que yo te pregunto Minho, ¿Por qué lo hiciste?, porque si sabías que yo estaba aquí en la casa, y sabes que esta es mi habitación, ¿Por qué lo hiciste? – sentí las lagrimas oprimirme el pecho, trate de tranquilizarme pero mi vista ya estaba borrosa – ¿No era más fácil sencillamente decirme que dejara de amarte? – miedo, yo moría de miedo y él, intacto, frío como últimamente estaba, ante esto simplemente sonreí amargamente y negué un poco – ya entendí Minho desde hace tiempo que tú sin mí, estas mucho mejor – le sonreí amargamente – si te das prisa aun alcanzas a tu novia – trague saliva y di media vuelta para entrar a la oscuridad de mi habitación, pero antes de siquiera hacerlo sentí el pecho de Minho pegarse en mi espalda, mientras sus manos las colocaba a los lados de mi cabeza, estar así en aquella deliciosa prisión, me hizo erizar cada parte de mi piel y cerrar los ojos por instinto al estar de nuevo entre su cuerpo, aunque fuera mínimamente –

-          24 días Taemin, 24 malditos días en que no he sabido nada, nada de ti Taemin, maldita sea me estoy volviendo loco por saber de ti, por saber por qué diablos llegas con el uniforme más sucio y desacomodado, porque estas llegando más tarde de clases, porque llegas siempre con una sonrisa, porque 4 días has llegado OLIENDO A OTRO – dijo esto mientras daba un golpe en la puerta provocando que mi espalda y mi trasero se pegara más a su parte frontal, trague saliva nervioso – es el peor castigo que me has puesto ¿sabes?, Apiádate de mí – susurro débil cerca de mi oído, solté una lagrima y me gire encarándolo, viéndole dolido –

-          ¿Apiadarme? – sonreí de lado y negué un poco – piedad y comprensión fue lo que yo te pedí antes de que empezará todo esto; te pedí que me dejaras explicarte, pero preferiste hacerle más caso a ellas – comente triste- piedad te pedí a gritos mientras delante de mis ojos te besabas y fajabas con ella – suspire sin despegar mi mirada de aquellos hermosos ojos- maldita la hora en que decidí amarte, maldita la hora en la que comencé a amar a un cobarde que no se atreve a luchar por esto.

-          So…solo eres el próximo jefe, y yo… solo soy un simple empleado – cada palabra me dolío por lo que sonreí de forma irónica.

-          Eso no te importo los anteriores 18 años ¿verdad?, tampoco te importo cuando me robaste mi primer beso, ni cuando hacías esas cartas, ni cuando me coqueteabas tan descaradamente… - suspire profundo- tampoco te importo cuando me hiciste el amor ¿cierto? – al finalizar esa frase mis lágrimas por fin salieron, observé como Minho pasaba saliva y acariciaba mis mejillas limpiando esas lagrimas, le vi directo a los ojos y le empuje suavemente – no pude evitar enamorarme de ti y amarte, no pude evitar que nos hiciéramos daño; pero al menos déjame olvidarte y vivir mi vida como tú lo estás haciendo.

-          ¿QU..QUÉÉÉ? NOOO – grito con el entrecejo fruncido, solo pude abrir la puerta de mi habitación y debido a que estaba recargado en ella pude entrar rápidamente y cerrarla igual, al tiempo que Minho la golpeaba con fuerza – Taemin, TAEMIN ABREME– grito de nuevo golpeando. Mis lagrimas salieron más fluidas mientras me deslizaba por la puerta para quedarme ahí, hecho bolita, llorando mientras Minho seguía golpeando la puerta llamándome a gritos – TAEMINNIE~, TAE!, TAE MALDITA SEA!, ABREME!... LO TIENES PROHIBIDO LEE TAEMIN, ¿ENTENDISTE?, PROHIBIDO – me cubrí los oídos con fuerza para no oírle esperando solo el momento en que se cansará y me dejará en paz-

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).