Una linda prima

Siempre me gustó mi prima, pero jamás creí que pudiera haber algo entre nosotras. Desde su sonrisa calurosa, sus ojos coquetos y su gracia innata, ella supo convertirse en la dueña de mis fantasías. Tuve que esperar a la fiesta de navidad para poder disfrutar con ella. Lo único con lo que nunca llegué a imaginar, fue que mi madre y mi tía también compartirían nuestra cama.