Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RinHaru week 2019 por Yaoi lovers

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Serie de one shots basados en los prompts de: https://rinharuweek.tumblr.com/prompts

Notas del capitulo:

Aquí empieza este intento de hacer algo para una de mis parejas favoritas. Por las fechas y cuestiones personales ha sido algo complicado poder empezar con este proyecto y probablemente más de uno de los días no logre publicarlos en tiempo, pero no me detendré hasta terminar.

Era imposible olvidar la determinación que mostraron sus ojos cuando le pidió nadar los relevos pese a lo mucho que había insistido en que sólo nadaba estilo libre, o incluso el día en que apareció sin previo aviso frente a su puerta diciendo que irían a Australia.
 
Desde el momento en que Rin apareció en su vida con su ruidosa y deslumbrante presencia algo en su mundo cambió, nadar ya no era sólo estar sumergido en el agua dejándose rodear por ella, aunque le tomó tiempo entender que era lo que había cambiado.
 
Tantas veces había llegado frente a él para organizar alguna competencia dentro o fuera del agua que ya casi no se sorprendía por los motivos para realizarlas. Rin siempre llegaba con alguna loca idea que, incluso si no entendía que lo motivaba, terminaba cediendo pues resultaba más divertido de lo que esperaba y descubría algo nuevo.
 
También recordaba cada una de las palabras en la carta que Sousuke le había entregado mientras Rin estaba en Australia y los sentimientos que le causaron, sólo siendo capaz de responder que también quería ser como él, porque incluso si no lo decía también lo admiraba y seguiría esforzándose para alcanzarlo, porque estaba convencido de que seguir nadando haría que sus caminos volvieran a juntarse.
 
Y así fue, pues pese a lo tenso que resultó ser su primer encuentro cuando el pelirrojo volvió de Australia y su encuentro en el antiguo club de natación Iwatobi habían logrado reconectar los lazos que los unían luego de nadar juntos y descubrir que durante todo ese tiempo la sensación que les provocaba hacerlo no había cambiado en absoluto.
 
Claro que le entusiasmaba saber que podía seguir nadando con Rin, no por nada había decidido actuar tras el malentendido previo a su regreso a Australia y dejarle en claro lo importante que es para que pueda avanzar, y que de ninguna manera podría no preocuparle que decidiera dejar la natación.
 
Aclarado el asunto y terminada la carrera contra los hermanos Mikoshiba, Haru volvió a presenciar ese paisaje nunca antes visto que Rin le regalaba en cada ocasión que podía, porque nadar con él era un evento único, que no se repetía con nadie más y que por tanto atesoraba.
 
Lo sabía pues aún estando separados por tantos kilómetros instintivamente dirigió su vista hacia el carril a su lado buscándolo y esperando que, como en tantas otras ocasiones, él estuviera ahí y compartieran esa emoción que recorría su cuerpo tras una competencia. Porque incluso si no estaba ahí y no podía verlo sentía esa conexión inquebrantable que los mantenía cerca.
 
Y por fin se dio el día de de su reencuentro, justo antes de la tan esperada competencia y cuando fueron a apoyar a sus ex compañeros entusiasmados por ver sus avances durante ese año.
 
Rin se encargó de conducir mientras Haru miraba de vez en cuando por la ventana. El camino era largo y aun faltaba para llegar a su destino y el pelirrojo le sugirió dormir un poco aunque él se negó.
 
—Me pone nervioso tu forma tan brusca de conducir, no puedo dormir —claro que sólo bromeaba y Rin lo notó de inmediato—. De cualquier manera, sólo podemos tener conversaciones largas en momentos así.
 
El otro coincidió y siguieron conversando sobre lo entusiasmados y emotivos que se encontraban anteriormente en su último año de preparatoria, las experiencias que había vivido en Australia durante ese tiempo y, sin poderlo evitar, Haru se sintió curioso ante la mención de sus compañeros.
 
—Así que hiciste nuevos amigos... ¿Fuiste capaz de ver un paisaje nunca antes visto con ellos? —quizá no era necesario preguntarlo, pero la duda rondaba su mente y no podía dejarlo pasar.
 
—Supongo, creo que la tuve, pero... Nada mejor que el que vi en el relevo que nadé con ustedes —su expresión lo decía todo, para él ese momento también había sido sumamente importante y no pasaba desapercibido—. ¿Qué hay de ti, Haru?
 
—Tampoco.
 
—Pero no podemos mirar al pasado o terminaremos obsesionados con ello.
 
—Debemos seguir hacia el futuro...
 
Porque si bien atesoraba cada uno de los recuerdos creados con sus amigos era consciente de que aun tenía un camino muy largo por recorrer y ver hacia el futuro era su prioridad.
 
Rin se sentía cansado, y ya que Haru no había querido dormir mientras el conducía sugirió detenerse en el área de servicio cercana para poder descansar. Luego de asegurarse que ambos estarían cómodos Haru volvió a hablar, pues no podía olvidar lo importante que había sido su viaje a Australia juntos, no sólo para tomar una decisión respecto a su futuro.
 
—Es cierto, hace un año también tuvimos un momento así —Rin dudó por un momento hasta recordarlo, preguntando si se refería a su viaje a Australia—. Mi mundo entero cambió ese día —no quería ser demasiado nostálgico, pero quería que el chico lo supiera adecuadamente, ya que antes no lo había dicho y era importante que lo supiera.
 
—Y lo seguirá haciendo, el tuyo y el mío —sonreía, pensar en ello lo llenaba de emoción.
 
—Me pregunto que estaremos haciendo el próximo año en estas fechas.
 
—Probablemente estaremos en el hotel de alguna ciudad para un torneo. Ocurrirá el mismo error y volveremos a dormir uno junto al otro como ahora —sus ojos se habían cerrado aunque seguía escuchándolo y respondiendo a sus preguntas mientras pensaba en lo gracioso que eso sería.
 
—Yo paso —no tardó en escuchar la risa del pelirrojo antes de hacer una pausa, pensando en lo que estaba a punto de decir—. Quiero... Nadar un relevo de nuevo.
 
—Hagámoslo, pero esta vez a nivel mundial. Aunque aun no sé que tipo de equipo tendremos.
 
—Algún día, seguro —de nuevo se formó un silencio y miles de pensamientos pasaron por su mente.
 
Habían pasado muchos años y aun así cada momento, cada conversación, cada competencia que compartían seguía siendo tan especial como la primera. Rin no era sólo un amigo preciado, es especial y lo sabe pues no dejaba de pensar en lo libre y alegre que se sentía al poder compartir el agua con él.
 
Porque había un sentimiento en su corazón cada que estaban juntos que lo hacía sentir que llegaría a un nuevo escenario, una fuerza magnética que lo hacía incapaz de alejarse esperando algo que pronto se mostraría.
 
Era un sentimiento que no había podido identificar por más tiempo que pasara y que creyó era resultado de la admiración que Rin le provocaba. Pero iba mucho más allá de eso, lo que los unía era no sólo el destino, sino un profundo sentimiento que ninguno era capaz de expresar abiertamente.
 
Se había sumido tanto en sus pensamientos que no había notado que desde unos instantes antes el chico había dejado de hablar. Su vista se posó en él, preguntando si se había quedado dormido sin recibir respuesta.
 
—Estoy seguro de que algún día volveremos a ver un paisaje que nunca hemos visto —su voz era apenas audible, no quería despertarlo y aun así quería que esas palabras llegaran hasta él.
 
Se acercó lo suficiente para ser escuchado mientras su timbre demostraba todo los sentimientos que quería expresar con esas palabras pues aunque aun no era capaz de elegir una palabra que definiera todo lo que Rin le hacía sentir estaba consciente de lo que significaba para él, y que incluso si no era capaz de decirlo abiertamente su sentir no cambiaría.
 
Pero Rin no estaba dormido, él también tenía mucho en que pensar y pese al cansancio aun no era capaz de hacerlo. Escuchó atentamente lo que había dicho y sintió su cercanía cuando lo hizo. Él tampoco podía ignorar sus sentimientos, y menos debido a que los había descubierto mucho antes.
 
Tampoco diría nada, pues era demasiado vergonzoso pensar en enfrentarlo y expresar abiertamente sus propios sentimientos, pero lo acelerado de su corazón y esa cálida sensación que recorrió su cuerpo al escucharlo eran demasiado fuertes y claros para 
ignorarlos.
 
Porque sí, ambos era resplandecientes para el otro y no se podía negar; sus sentimientos por el otro eran profundos y con sus acciones lo demostraban. Quizá ni siquiera eran necesarias las palabras, al menos no mientras pudieran seguir compartiendo ese espacio tan preciado para ambos.
 
Notas finales: Y nada, será un placer compartir estas pequeñas historias y poder completar la semana. Felices fiestas para todos.
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).