Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RinHaru week 2019 por Yaoi lovers

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Por fin pude publicar el tercer día de la RinHaru week ¡Y con sólo doce días de retraso!(?
 
Debo admitir que el cierre de año fue horrible para mí, estuve enferma y ni siquiera pude disfrutar las fiestas, he tenido varios pendientes por esos (muchos) días que pasé en cama y no había tenido oportunidad de dedicarme a escribir...
 
¡Pero nada de entristecerse! Incluso si las fechas de este evento con el que estoy tan entusiasmada por terminar ya pasaron es mi intención terminar las historias que tengo pendientes.

Habían pasado más de dos mil años desde el ataque a la zona central del país organizado por el ejército Escarlata que provocó un cambio radical en el orden sociopolítico, obteniendo como resultado que aquellos cuyas características físicas salieran de lo común fueran considerados superiores, otorgándoles mucho mayor estatus a quienes poseyeran ojos o cabello dentro de la gama del rojo.


Junto con esto hubo un gran desarrollo tecnológico en el centro del recién nombrado reino Rubí, dejando la zona perimetral, área designada a la raza inferior, desprotegida y con grandes carencias. Parte del desarrollo fue impulsado por el deseo de preservar la vida de quien los había llevado a la victoria: Kisumi Shigino, transfiriendo su conciencia a nanomáquinas que le otorgaban una forma física para así seguir inculcando en los elegidos la forma de vida que debía prevalecer.


Generación tras generación había sido él quien designaba quien lideraría su reino, llegando hasta la joven pareja Matsuoka que en un intento de revolución había sido asesinada, dejando a su único hijo desprotegido.


Sin embargo, ese pequeño era más que peculiar y al ser el único descendiente de los elegidos había quedado por completo al cuidado de Shigino para asegurarse de que se convertiría en el digno representante de la nación ocupando su posición como rey.


Así había sido durante toda su vida y Rin, heredero de los Matsuoka, había sido educado para preservar los ideales que las generaciones pasadas protegían. El tiempo había pasado volando y el joven gobernante estaba a punto de cumplir la mayoría de edad, por lo que sus responsabilidades habían aumentado y ahora más que nunca debía involucrarse en sus labores como rey.


Claro que en ningún momento estaba sólo, pues además del selecto grupo que lo asesoraba en la toma de decisiones seguía al cuidado de Kisumi y tenía como mano derecha al científico más experimentado, hábil y capaz: Rei Ryugazaki.


El científico rápidamente se había ganado el cariño de Matsuoka y era su confidente, pues era el único con quien podía hablar de lo que ocurría fuera de la ciudad y quien le era completamente sincero, incluso si eso significaba incumplir alguna de las miles de normas que Kisumi le había impuesto antes de dejar a su cargo a su heredero más preciado.


Porque Rin no sólo había heredado las características físicas de su madre, quien era la predilecta de su generación y a quien Shigino había considerado ser muy superior a cualquiera de los anteriores gobernantes, sino también tenía una inteligencia y bondad excepcionales, cuestionándose a muy temprana edad porqué el mundo en que vivía debía ser así y si no había más opciones que esa.


Era un día como cualquier otro cuando el pelirrojo llegó al laboratorio irrumpiendo mientras llamaba el científico provocando que el resto hiciera una reverencia dejando sus ocupaciones atentos a lo que el chico tenía por decir.


—Señor, se lo he dicho. No puede entrar causando tanto alboroto —Rei había llegado hasta él intentando regresar el orden perdido ante la interrupción del chico.


—Quiero ir a la periferia —soltó sin más provocando la sorpresa de los presentes que no pudieron evitar murmurar ante sus palabras.


—Hablemos de esto con calma, estamos ocupados aquí y no podemos distraernos... —hizo un gesto para indicarle al resto de científicos que podían seguir antes de guiar a Rin hasta su oficina cerrando la puerta para tener privacidad—. Hemos hablado muchas veces de esto, no puedes entrar así nada más y mucho menos diciendo que quieres salir. Además, se supone que tenías una reunión importante.


—Deje a cargo a Mikoshiba así que estará bien, si hay algo llamará a Kisumi y después me las arreglaré para solucionar eso —no quería darle importancia y mientras él seguía reprochándole su actitud con la mirada, Rin había comenzado a tomar un par de cosas de los estantes mirándolas con atención.


—Sabes tan bien como yo lo que pasará cuando Kisumi sepa que escapaste de una reunión para venir aquí y que todo será peor si además sabe que te lleve fuera del palacio. No deberías abusar de tu posición o...


—Sí, sí. Ya sé que debería comportarme como un digno gobernante y la historia de siempre... Estoy aburrido;  lo más lejos del palacio que tengo permitido salir es a tu laboratorio y es el único lugar en que puedo estar sin supervisión.


—La periferia no es segura, desde hace muchos años hay conflictos y mucho resentimiento hacia la ciudad, Kisumi... Y tu clase. Llevarte allá sólo te expondría.


—¡Eres científico! Haces cosas increíbles a diario, Kisumi es prueba de eso. ¿Qué tan difícil podría ser para ti lograr que pase desapercibido entre la multitud por unas horas? —intentaba convencerlo mediante halagos, quizá no era el mejor método pero no sabía de que otra manera intentarlo.


—Rin, por favor. Kisumi no me perdonaría si algo te pasara.


—Por favor, él no se enterará de nada —insistiría hasta el final, por más que se negara.


—Dame un par de días, ocultar tu apariencia será sencillo pero salir sin que nadie se de cuenta será lo complicado.


Rin comenzó a celebrar mientras le agradecía sin dejar de pensar lo divertido que sería y todo lo que harían estando fuera; Rei no dejaba de repetirle que debían ser cuidadosos y nadie podía enterarse de lo que harían, aunque al pelirrojo no parecía preocuparle mucho.


Un par de días habían pasado y Rin seguía faltando a sus labores mientras vagaba por los laboratorios esperando que en cualquier momento Rei hubiera preparado un plan para salir del palacio. Claro que eso le había ocasionado problemas a ambos, pero siempre encontraba como liberarse por complicado que pareciera.


Aun así había tenido que cumplir con el resto de sus responsabilidades pues el científico le había asegurado de que eso facilitaría las cosas. Atendió a su indicación aunque con la sensación de que era sólo un pretexto para que fuera responsable. Sin embargo, luego de un par de semanas Rei le explicó su plan para realizar la visita.


Todo estaba preparado y el día que partieron las cosas salieron tal como lo habían planeado; lograron salir sin levantar sospechas y el pelirrojo no podía estar más emocionado. No había dejado de hacer preguntas mientras seguían viajando hasta llegar al lugar que le mostraría.


—¡Eres genial, Rei! Sabía que lo lograrías y por fin pudimos venir —miraba a su alrededor, definitivamente la periferia no era ni parecida a lo que le habían descrito cuando era pequeño y no quería perder ni un sólo detalle.


Veía a la gente pasar apenas escuchando lo que su guía decía, no era capaz de asimilar lo que miraba y se había distraído siendo incapaz de seguirlo. En un momento chocó contra un par de chicos que aprovecharon la distracción para tomar algunas de sus pertenencias.


No le habría dado importancia de no ser porque entre ellas le quitaron un colgante que poseía desde que tenía memoria y, según lo que Kisumi le había explicado, sus padres le habían entregado poco antes del conflicto en que perdieron la vida. Definitivamente no podía perder algo tan importante, incluso si con sólo pedirlo Rei era capaz de elaborar uno exactamente igual pues el objeto no era valioso por sí mismo, sino por lo que significaba para él.


Corrió tras ellos y estuvo a punto de perderlos de vista hasta que un chico de cabello oscuro se interpuso en su camino haciendo que se detuvieran.


—Los vi, devuelvan eso —su voz era firme y no dejaba de mirarlos.


—Es obvio que no los necesita, los de su clase son todos iguales. Nosotros podemos darles mucho mejor uso a estas cosas —el mayor de ellos intentaba defenderse mientras buscaba una salida de escape.


—¿Sabes lo que pasará cuando descubran que eres el responsable de esto? No creo que vaya a dejarlo así.


Sus miradas se cruzaron y antes de que el chico o el pelirrojo pudieran decir algo lanzó las cosas al suelo y corrió en dirección contraria.


—Tomas tus cosas y vete, si ni siquiera sabes como protegerte no tendrías que estar aquí —y sin esperar respuesta desapareció de la misma manera que se presentó.


—Espera... —Rin intentó seguirlo hasta escuchar una voz que conocía a la perfección llamándolo.


—¡Sabía que traerte era mala idea! Te dije que no puedes andar por aquí sólo... ¡Y además de todo casi pierdes el colgante! Kisumi va a mandarme a encerrar si se entera de esto...


—Estoy bien, no ocurrió nada —recogió sus pertenencias aunque sin dejar de observar el lugar por el que se alejó el extraño chico.


—Será mejor irnos antes de que alguien más se de cuenta de esto...


Pero él había dejado de escuchar, sólo podía pensar en lo que acababa de ocurrir y necesitaba agradecerle adecuadamente por haber devuelto sus pertenencias. Por más que Rei le repitiera lo riesgoso que aquello fue él seguían insistiendo con volver.


Los días pasaban y en cada uno el pelirrojo llegaba al laboratorio con la esperanza de que el científico quisiera acompañarlo nuevamente a buscar al chico que lo había ayudado aunque él seguía negándose hasta que Rin advirtió que si no lo acompañaba iría por su propia cuenta.


—Te volviste loco y lo que estás haciendo se llama chantaje, no voy a caer en eso —estaba consciente de que el chico era capaz de eso y más, pero esperaba conseguir que dejara el tema de una vez.


—Por favor, Rei. Sólo una vez; buscaré a ese chico, le agradeceré y no volveré a pedirte que vayamos, lo prometo...


No entendía como, pero nuevamente había cedido a su petición y se encontraban de nueva cuenta en el sitio que estuvieron la última vez intentando encontrar al chico misterioso, esta vez intentando ser aun más discretos y no atraer demasiadas miradas.


Fue casi obra del destino que justo en el mismo lugar apareciera el chico y que al notar su presencia y reconocerlos se detuviera.


—¿No te advertí que dejaras de venir? Aunque traigas a tu guardián no eres bienvenido por aquí —no entendía para que había vuelto y quería asegurarse de que se marchara y no los relacionaran o estaría en peligro—. Y si te mandaron a vigilarnos deberían saber que no planeamos nada, suficiente tenemos con el tributo y sus castigos para buscarnos problemas.


—No es nada de eso, sólo quería agradecerte por lo de la otra vez. Todo es preciado para mí y creí que debía...


—¿Está todo bien, Haruka? —entre ellos se presentó un chico castaño que no apartaba su mirada de Rin, dispuesto a pelear si era necesario.


—Él ya se iba, deberíamos hacer lo mismo —y sin darle más importancia caminó en dirección contraria a donde estaba el pelirrojo—. Vamos, Sousuke, no necesitamos problemas.


—¡Gracias, Haruka! —aun con la mirada turquesa clavada sobre él decidió decir esas palabras, sentía que era necesario.


Luego de eso volvieron al palacio, no sin antes un nuevo regaño por parte del científico repitiendo los peligros a los que se exponía por hacer aquello e intentando convencerlo de no volver ahí.


—No entiendo porque piensa que somos guardias o algo así, los disfraces son perfectos, nadie podría reconocernos.


—Ellos sí, se conocen desde siempre y pueden darse cuenta cuando alguien no pertenece allí. Quizá no tenga ni siquiera idea de la posición que tienes pero sabe que no eres de los suyos. Sólo espero que con esto hayas tenido suficiente y dejes la loca idea de...


—¿De qué? Quiero saberlo, debe ser importante para que Rin no se presente a la reunión que tenía acordada —Kisumi ya se encontraba en los laboratorios pues imaginaba que ahí estaría el pelirrojo y era necesario encontrarlo—. ¿Dónde estabas Rin? Los guardias te buscaron por todo el palacio.


—Estaba con Rei, está... Investigando los efectos de algunas hierbas y fuimos al bosque, por eso no me encontraron —no tenía idea de que decir pero debía convencerlo.


—Perfecto, eso responde donde estabas, pero aun quiero saber cual es esa idea que debes olvidar —Rin intentó seguir con su historia pero Kisumi se lo impidió, necesitaba escuchar lo que el científico tuviera por decir—. No podemos dejar que nuestro heredero corra riesgos ¿Verdad?


—Fuimos al bosque a investigar las propiedades de una variedad de árbol para hacer injertos y mejorar la producción, señor. El príncipe está muy interesado y como no tenía idea de la reunión dejé que me acompañara; el área en que crece es cercana a un gran campo de hiedra venenosa y por mi descuido el príncipe casi se adentra en ella. Sólo le causó irritación, afortunadamente, y por eso esperaba que dejara de pensar que adentrarse al bosque sin la protección adecuada no tiene consecuencias.


—Rin, vuelve al palacio por favor.


—¡Rei no tiene la culpa de nada! Yo seguía insistiendo en acompañarlo y...


—Está bien, sé que son muy unidos y que Rei tiene muchas consideraciones contigo, no voy a castigarlo ni nada parecido. Pero aun tienes algunas reuniones pendientes y lo mejor será que vayas, todo está bien.


El pelirrojo salió no sin antes dedicarle una mirada arrepentida al científico, sabía lo estricto que Kisumi podía ser cuando él estaba relacionado y se sentía apenado por meterlo en problemas, aunque no había mucho que pudiera hacer al respecto.


Sabía que ese era el momento adecuado para detenerse, no podía seguir apostando a su suerte esperando que todo saliera bien y nadie notara lo que estaba haciendo. Quizá aun no había sospechas de su paradero durante el tiempo que pasaba fuera pero era seguro que la mentira sobre ayudar con las investigaciones no duraría mucho.


Sin embargo, e incluso pese a la advertencia que Haruka le había hecho, no podía simplemente desaparecer y fingir que nada había ocurrido. Tantas cosas había descubierto al salir del palacio que seguir con su vida como hasta ese momento le parecía egoísta e injusto; debía hacer algo, incluso si eso significaba ir en contra de la educación que le habían dado.


Claro que no podía ser tan sencillo como eso, pues inevitablemente a Rei le habían entregado una lista de pendientes urgentes que debía resolver antes de poder seguir con sus labores normales. Rin entendía que era el precio por escapar y mentir; e incluso sabiendo que era peligroso ir solo había vuelto a escapar de la misma manera que lo hizo antes.


Intentaba ser cuidadoso y pasar desapercibido entre la multitud hasta que alguien lo arrastró consigo hacia un callejón oscuro, cubriendo sus ojos y boca para evitar que hiciera ruido. Él intentó luchar para escapar hasta sentir como lo acorralaban contra la pared.


—Te estás volviendo una presencia muy molesta...


Intentó alejar a quien lo aprisionaba pero su brazo hizo presión sobre su cuello evitando que pudiera moverse o hablar.


—No sé quien seas o que es lo que quieres obtener y sinceramente comienzas a desesperarme. Te lo dijo antes, deja de venir de una vez o...


—Deja eso, Sousuke —Haruka apareció haciendo que el chico liberara a Rin—. Sea lo que sea que está buscando nos meterá en problemas si lo lastimas. Vuelve, me encargaré de esto.


El castaño se alejó aun sin dejar de mirarlos; sólo hasta que estuvo lo suficientemente lejos Haruka volvió su vista al pelirrojo quien no sabía que decir pues estaba seguro de que la manera en que lo miraba era reprobatoria y probablemente volvería a correrlo.


—¿Qué es lo que quieres? No puedes estar encubierto pues saben que eso no funciona y no tendría ningún sentido hacerlo ahora ¿Quién te manda? —miraba un poco a su alrededor, no podía bajar la guardia mientras siguiera sin saber que tramaba—. Ni siquiera traes a tu guardián, ya debiste darte cuenta que los de tu clase no pueden andar por aquí solos y menos sin el uniforme de guardias.


—Basta, estoy cansado de que repitas una y otra vez los de tu clase. Yo no pedí nada de esto, no es mi culpa que las cosas funcionen así.


—Tampoco haces nada al respecto así que eres parte del problema —no supo que responder y sólo apretó los puños mientras lo miraba—. La próxima vez no lo detendré así que será mejor que dejes de venir aquí, comienzas a levantar sospechas y tienen sus métodos para alejar a quienes ven como peligro.


—Puedo arreglar eso, sé que tienen problemas y...


—¿Problemas? El único problema es esa maldita cosa que les ha hecho creer que son superiores y que pueden pasar sobre todos nosotros. A menos de que la destruyas no hay nada que puedas hacer por nosotros —estaba molesto, no podía creer que estuviera diciendo aquello con su posición privilegiada e incluso había terminando hablando de más.


—¡Haruka...!


—Te dije que volvieras —no pudo evitar levantar un poco la voz, la molestia era demasiada para contenerla incluso si Sousuke no era el responsable—. Vámonos, tendremos más problemas luego de esto.


Rin siguió escondido en el callejón un rato más antes de seguir recorriendo el sitio. Sabía por lo que Rei le había contado la situación en que se encontraban y las muchas necesidades que existían, pero mientras más tiempo pasaba ahí mejor comprendía la razón por la que siempre permaneció encerrado en el palacio y no tenía permitido salir.


Luego de un par de horas había vuelto a su habitación, ocultándose de los guardias que seguramente lo buscaban. No le habría dado importancia de no ser porque escuchó a Shigino pidiendo que llevaran al científico pues era el único que podía tener información sobre él.


—Estoy aquí, ni siquiera deberían hacer un escándalo por eso —Shigino se apresuró hasta donde estaba mientras se aseguraba de que no tuviera daños—. Estoy bien. Sólo estaba aburrido, salí a pasear y volví aquí luego de eso.


—Rin, llevamos horas buscándote; no teníamos idea de donde estabas y nos preocupaste, me preocupaste —frotó su espalda mientras lo miraba, para él Rin no sólo era el futuro heredero y por eso era tan protector—. No puedes desaparecerte así como así, deberías saberlo.


—Lo lamento, no volverá a pasar —suspiró mientras aceptaba las muestras de cariño de Kisumi, incluso tras las palabras de Haruka no podía verlo como el monstruo que describía pues con él siempre había sido atento y bondadoso—. Quiero volver a mi habitación, si no hay problema.


Las palabras del chico habían quedado grabadas en su mente, él tampoco estaba del todo conforme con la forma en que se dirigía el pueblo y estaba convencido de que algo podía hacer al respecto una vez que fuera rey; aunque en cada ocasión que lo mencionó durante sus clases o incluso en las reuniones la respuesta siempre era la misma: "Merecen lo que tienen, las cosas deben ser así y tienes que entenderlo".


Pero no podía, ser indiferente ante la situación que había observado durante sus pocas y cortas visitas a la periferia sería inhumano por donde se viera, incluso si el mismo Kisumi no paraba de repetir que todos ellos merecían un castigo mucho más cruel que ese por lo que habían hecho con los antiguos reyes, sus padres.


Rin no podía dejar las cosas así y siguió escapando un par de veces más llevando consigo algunas cosas que consideraba podrían servir a las personas que allí vivían, ocultándolas en lugares que pudieran encontrarlas evitando llamar la atención de los guardias o el resto de personas. Con cada visita se volvía más hábil e incluso el par de veces que se había encontrado con el castaño había logrado huir antes de que se acercara.


—No entiendo que busca, ha estado dejando cosas y con indicaciones para que pasen desapercibidas entre los guardias. No confío en él, pero se ha vuelto hábil y no puedo detenerlo para hablar —fueron sus palabras mientras miraba a Haruka, incluso si no lo decía sabía que también había estado observando a Rin.


—¿Importa? Tenemos demasiadas cosas de las que preocuparnos, es una suerte que no nos busquen luego de su encuentro hace varios días —intentaba restarle importancia, aunque entre sus planes no pasaba desapercibido y buscaba la forma de enfrentarlo nuevamente—. Mientras no interfiera no me interesa lo que haga, déjalo jugar a ser el héroe.


Los días pasaban y Rin seguía escabulléndose de vez en cuando aunque sus visitas eran cada vez más espaciadas pues había escuchado de los guardias sobre los sucesos extraños acontecidos en la periferia y la supervisión de Kisumi se había vuelto más estricta por la misma razón. Sin embargo continuaba yendo de vez en cuando pues no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.


—Es suficiente ¿Qué quieres aquí? Sigues viniendo y haciendo cosas, no le dí importancia pero la seguridad es cada día más estricta y comienzas a ser un problema ¿Qué pretendes? —Haruka no podía perder el tiempo deteniéndose a investigar al chico, pero su presencia se había vuelto caótica y debía actuar.


—Tranquilo, tranquilo. Te dije que podía hacer algo al respecto, es lo que estoy haciendo.


—Tu posición no te da derecho a recordarle a estas personas lo complicada que es su vida y menos aun si eso significa que los guardias comenzarán a investigar y estarán día y noche tras nosotros —estaba molesto, se sentía perseguido mientras más guardias vigilaban la zona y llevaba varios días sin estar tranquilo.



—Lo lamento, no tenía idea de que esto podía pasar. Yo sólo... —suspiró profundamente mientras peinaba su cabello hacia atrás, era difícil explicar sus intenciones pero no podía detenerse—. He pasado toda mi vida encerrado en el palacio, sólo escuchando historias sobre las personas que viven aquí y lo mucho que merecen lo que tienen ahora. Nunca creí por completo en eso, y ahora menos que nunca. De verdad quiero ayudar, aunque por ahora sea poco lo que puedo hacer.




Ambos se quedaron en silencio unos instantes, era complicado decir algo luego de que el chico se sincerara. No esperaba escuchar eso de alguien de esa clase, quizá no era tan malo como pensaba, incluso si no podía confiar plenamente en sus palabras o esperar que todo aquello fuera cierto.




—Deberías irte, los guardias están por iniciar su revisión y si te encuentran aquí ambos tendremos problemas —y sin esperar respuesta se alejó del lugar, dejando a Rin con muchas ideas sin expresar y la confusión grabada en su rostro



—¡Haruka! —Sousuke lo detuvo mirando al otro alejarse rápidamente—. Creí que lo dejarías jugar al héroe mientras no interfiriera con nosotros.


—Y eso hice, sólo le dejé en claro su posición aquí. Ahora vamos antes de que nos encuentren con él rondando este lugar.


El castaño no terminaba de creer aquello, pero mientras el chico se negara a hablar al respecto no podía hacer más que pedir que su suerte siguiera intacta y que Rin no interfiriera en sus planes mientras siguiera vagando por ahí.


Un par de días pasaron y ambos volvieron a encontrarse, en esta ocasión Haruka lo observaba desde lejos intentando no llamar su atención sin perder detalle de sus acciones. No quería involucrarse demasiado, pero debía admitir que era complicado hacer como si el chico no existiera mientras más lo observaba.


—Tendrías que dejar de hacer esto —lo sorprendió consiguiendo un respingo de su parte—. De verdad está siendo complicado lidiar con los guardias.


—Y prometo que no es mi intención, sé que debería detenerme y volver a cumplir mis obligaciones... —suspiró profundamente apoyándose en la pared junto a Haruka, ni siquiera tendría que detenerse a conversar luego del desagrado que el chico mostraba hacia él, pero tenía tanto por decir que no podía detenerse—. Un rey debería conocer las necesidades de su pueblo y buscar una solución a ellas, no permanecer tras cuatro paredes escuchando historias y haciendo lo que los demás le dicen sin cuestionar si es correcto...


Rin había comenzado un monólogo sobre su sentir hacia sus responsabilidades como futuro rey y los conflictos que eso le causaba, apenas percatándose de la presencia del chico que escuchaba atento cada una de sus palabras.


No estaba seguro de que aquello sobre ser el futuro rey fuera del todo cierto, pero por el momento no podía hacer más que creer en ello y reflexionar sobre las palabras del chico pues sin importar que es lo que buscaba estando ahí quizá no era tan malo como pensó en un principio.


Luego de un par de semanas ambos se habían acostumbrado a la presencia del otro y de vez en cuando compartían un par de comentarios sobre temas aleatorios que surgían en el momento de su encuentro; Haruka seguía siendo reservado al respecto aunque poco a poco Rin iba ganando su confianza y había descubierto que tenían más en común de lo que pudo imaginar en un principio, podía ser de distinta clase pero no era como ningún guardia que hubiera conocido.


—¿Hay problema si te llamo Haru? Quiero decir, seguir llamándote Haruka suena demasiado formal y no me siento cómodo con ello. Puedes llamarme Rin, tampoco me siento cómodo sin que sepas mi nombre y los títulos no me van, por eso mismo le dije a Rei que no era necesario usarlos mientras no hubiera nadie cerca. Me gusta mi nombre, aunque parezca de chica, y tener un grupo de personas siempre rodeándome y repitiendo de un lado a otro alteza o príncipe resulta desesperante...


—¿No estás llevando demasiado lejos eso de ser el futuro rey? He intentado no pensar demasiado en eso y mientras más lo mencionas se vuelve más extraño —ya estaba acostumbrado a que se refiriera a si mismo de esa forma y no lo habría detenido de no ser por la sensación de incomodidad que le producía pensar que estaba siendo emboscado para conocer su posición respecto al gobierno del reino.


—¿Cómo? —estaba confundido, quizá no se había expresado abiertamente como el heredero al trono pero tampoco lo había ocultado y esa reacción lo sorprendía.


—Mira, si lo que quieres es que cometa un error e intente atacarte por hacerme creer que eres el heredero de esa cosa o busque aprovecharme de ti para obtener algún beneficio por ello no vas a conseguirlo, no tiene sentido que sigas con eso.


—Espera, espera ¿Eso significa que durante todo este tiempo has pensado que miento? —no podía creerlo, era demasiado para ser verdad—. De acuerdo, está bien —suspiró profundamente antes de dar la vuelta por unos instantes para descubrir parte de su verdadera identidad y mostrársela al chico—. Soy Rin Matsuoka, hijo de Miyako y Toraichi Matsuoka, príncipe del reino Rubí al que han tenido oculto desde el ataque hace casi veinte años para evitar otra revuelta —sólo mostraba sus ojos y parte de su cabello, suponía que eso bastaría para convencer a Haruka.


Sin embargo, él no supo como reaccionar al verlo así y se limitó a observarlo detenidamente, ignorando por completo las palabras que el pelirrojo le dedicaba pues aun no se sentía capaz de decir algo al respecto.


—Vamos, no te quedes sólo mirándome; lo dije desde antes y no tendrías porque quedarte así —no soportaba que siguiera en ese estado pues comenzaba a ser incómodo sólo ser observado como si fuera un ser de otro planeta.


—Tienes que irte —aun no podía asimilar lo que ocurría y necesitaba tiempo para ello.


—¿Eh? ¡Te volviste loco! ¿De nuevo vas a correrme? Creí que...


—De verdad debes irte, no puedes seguir aquí. Sólo hazme caso y vuelve —comenzó a alejarse lentamente sin mirarlo.


—Haru, espera... ¡Haru! —no entendía lo que estaba ocurriendo y tampoco podía seguirlo o volvería a meterse en problemas por invadir su espacio.


Después de un rato esperando que el chico volviera, sin resultados, decidió volver al palacio. Una vez más estaban buscándolo, pero no se sentía de humor para lidiar con los sermones de siempre así que volvió rápidamente a su habitación y ni siquiera cuando Kisumi se acercó intentando conversar dijo algo respecto a su ausencia.


Shigino sabía que algo no estaba bien con él y la única opción que encontró fue recurrir al científico pues sólo él podría saber que ocurría. Pese a su esfuerzo no obtendría respuestas pues Rei llevaba muchos días sin recibir las abruptas visitas del chico y por tanto no sabía lo que estaba pasando.


Claro que no haría nada que pudiera meterlo en problemas y se esforzaría por darle una respuesta que lo dejara satisfecho y le diera un poco de tiempo al chico. Los resultados fueron satisfactorios y Shigino dejó de insistir, con lo que había ganado algo de tiempo para poder hablar con Rin y entender en que situación se encontraba.


Aunque no fue tan fácil como esperaba pues él seguía escapando sin dar tiempo para su encuentro, y dado que estaba encubriendo sus actividades fuera del palacio no podía hacer más que esperar el momento justo para hablar.


Mientras tanto aprovecharía el tiempo para investigar un poco sobre el chico que tanto pareció llamar su atención en las visitas en que lo acompañó, no tenía intenciones de alejarlo de él o de los planes que tenía en la periferia, pero al menos debía saber a quien se enfrentaban.


Rin seguía con sus viajes y en cada uno había intentado reencontrarse con Haruka pues desde el día en que reveló su identidad no lo había visto más, e incluso las ocasiones en que sus caminos se cruzaron los ojos azules huían de él y se alejaban rápidamente sin darle tiempo a nada.


No entendía su extraña actitud y, aunque intentara no verse afectado por ello, había comenzado a espaciar sus visitas pues por más notas que dejara todas fueron ignoradas y la situación no parecía que fuera a cambiar pronto. Finalmente terminó cediendo y pasó un par de días sin aparecer ni una sola ocasión en esa área antes de presentarse de nuevo en los laboratorios.


—Rin, pensé que no vendrías más —estaba sorprendido de verlo ahí luego de su prolongada ausencia y no pudo evitar resaltarlo.


—Tuve cosas por hacer, además de mis obligaciones —sonrió de medio lado antes de apoyar su rostro sobre el escritorio frente al que estaba sentado, jugando con un par de cosas sobre él—. Kisumi ha estado más pendiente de mí, incluso mandó a construir un invernadero dentro del palacio con varias replicas de la flora del bosque para tenerme más tiempo ahí —sonrió unos instantes evitando la mirada del científico.


—Sí, se presentó aquí un día pidiendo clones exactos de las hierbas que estudio y todas aquellas que pudieran ser de interés...


—Le dije que funcionarían mejor los experimentos si las muestras se obtienen en condiciones naturales para seguir escapando —compartieron una mirada cómplice antes de que el pelirrojo volviera a ocultar su rostro entre los objetos que cubrían el escritorio—. Estoy aburrido ¿Hay algún experimento en que pueda ayudarte?


—No viniste aquí por eso ¿Verdad? —lo conocía demasiado como para creer aquello, sabía que debía haber otra razón que lo llevó ahí luego de tantos días de ausencia—. Creí que seguirías con tu misión secreta, los guardias no han reportado demasiados incidentes, pensé que eso te motivaría.


—Lo hizo —siguió jugando con los objetos del escritorio, no tenía muchos ánimos para hablar al respecto.


—Rin, no es propio de ti actuar así ¿Qué sucede?


—Es por Haru, el chico que conocimos esa vez. Pensé que habíamos comenzado a llevarnos bien pero desde que le revelé mi identidad actuó extraño y no lo he vuelto a ver.


—Espera, espera ¿En verdad le dijiste quien eres? —esperaba que fuera sólo una broma, no podía ser cierto.


—¿Eh? Sí; por más que hablamos de lo que deseaba hacer una vez fuera rey no quiso creerlo así que tuve que hacerlo, él pensó que mentí.


—Rin, debemos hablar —suspiró profundamente mientras lo miraba con seriedad, no sabía lo que podía ocurrir una vez lo dijera, pero la situación lo ameritaba—. Estuve investigando, y aunque quizá no sea el mejor momento para decirlo necesitas ver esto.


Rin no entendía de que hablaba y sólo pudo mirar con atención la pantalla que le mostraba. Haruka resultó ser el líder de un grupo rebelde que en varias ocasiones había intentado iniciar un levantamiento contra Kisumi y derrocar su gobierno, además de permanecer en constante vigilancia para asegurarse de que no estuviera actuando en secreto.


—Pero él... —había terminado de leer los reportes de los guardias pero no era capaz de decir nada más, no podía creer que fuera responsable de todos los eventos que reportaban.


—Lo siento, Rin, pero ahora que él sabe quien eres no creo que sea seguro que se sigan viendo.


—Pero Haru es diferente, estoy seguro de que él no haría nada que pudiera dañarme...


—Quizás él no intente nada en tu contra, pero no puedes asegurar que los miembros de su grupo no lo hagan; e incluso si nadie lo intenta ¿Qué pasará si Kisumi lo descubre? ¿Creerá que no te harán daño y los dejará tranquilos? Tú mismo acabas de leerlo, ese chico ha sido aprehendido para evitar que cause problemas ¿Kisumi creerá que fuiste quien se acercó a él o lo culpará de engañarte para acercarse al palacio? Lo más seguro para ambos es no verse más...


No quería pensar en ello, apenas lo conocía pero confiaba en él; sin embargo, no quería poner en riesgo la tranquilidad que él y la poca gente con la que se cruzó durante sus viajes podían mantener pese a la constante persecución de los guardias.


No quería dejar de viajar a la periferia pues se había acostumbrado a esa rutina y disfrutaba de hacerlo, sin mencionar que mantenía la esperanza de que Haruka volviera a presentarse para conversar con él; pero era demasiada la información que había recibido y en lo que debía pensar, quizá Rei tenía razón y lo mejor era no verse durante un tiempo.


Y para el chico la situación tampoco estaba siendo sencilla desde que Rin había revelado su identidad, no dejaba de pensar en ello y su amigo más cercano no tardó en notarlo.


—No estás pensando retrasar el ataque ¿O sí? —tras una de las reuniones con su grupo Haruka había acudido a su lugar favorito para meditar y Sousuke lo había seguido.


—¿Por qué lo haría? Llevamos planeando esto durante demasiado tiempo para detenernos ahora.


—Actúas extraño, dudas demasiado de tus decisiones y en cuanto terminan las reuniones vienes aquí —estaba a punto de rebatirlo, pero se lo impidió—. Es por él ¿Verdad?


—No tengo idea de que hablas, hace mucho ni siquiera lo veo —quería restarle importancia, no había razones para hablar de Rin con tantos asuntos pendientes.


—Te interesa, y ni siquiera intentes negarlo. Cada que venía te desaparecías por horas y él aprendió a moverse sin ningún problema por aquí. Si algo no te interesa simplemente lo dejas pasar, pero cuando lo hace vas por ello pese a todo ¿Acaso olvidas porque eres nuestro líder?


Ambos permanecieron en silencio por unos instantes, era difícil negar cualquiera de sus afirmaciones pues llevaban muchos años siendo cercanos y ambos sabían suficiente del otro para notar cambios en su comportamiento.


—Es hijo de los Matsuoka y heredero de esa cosa, me lo dijo hace unas semanas e incluso se deshizo del disfraz que usa para demostrarlo —Sousuke no supo que responder, hubiera esperado cualquier cosa para justificar su actuar menos esa—. Sé que para derrocar su gobierno debemos deshacernos de cualquier heredero tal como sucedió en el intento anterior...


—Y ahora que lo conoces no te sientes capaz de hacer cualquier cosa que pueda dañarlo ¿Al menos pensaste que hacer con él? —Haruka no respondió, pero su expresión lo decía todo—. Tiene que ser una broma...


—Sousuke, lo lamento; no era mi intención que esto ocurriera. Él es extraño, incluso si fue criado por esa cosa sus ideas no son las mismas y tiene muy claro lo que quiere lograr como rey incluso si va en contra de lo que le han enseñado.


—No puedo creer lo que voy a decir —suspiró profundamente peinando su cabello hacia atrás antes de fijar su vista en él—. Hay una zona deshabitada en las afueras del reino, seguro la conoces también; atacaremos el palacio, mientras los guardias se dedican a intentar controlarnos y el resto del grupo sigue el plan tendrás que darte prisa y huir con él hacia allá. Será complicado que sigamos en contacto pero haré lo posible por mantener al grupo unido mientras no estés; él quizá deba seguir usando el disfraz al menos hasta que la situación se normalice y sepamos como explicar que esté ahí.


—Sousuke...


—No entiendo que le ves de especial, pero es lo que elegiste y sólo me queda apoyarte...


Pasaron un par de días y Rin había dejado de salir del palacio y cuando lo hacía era sólo para visitar a Rei, era evidente el cambio en su estado de ánimo y no había pasado desapercibido para Shigino, quien decidió confrontarlo directamente para descubrir a que se debía su extraño actuar durante las últimas semanas y su estado de ánimo.


—¿Está todo bien? Hace unas semanas pasabas todo el día fuera ayudando a Rei con sus investigaciones y ahora pasas mucho tiempo sólo en tu habitación ¿Estás estresado o preocupado por la coronación?


—Ni si quiera he pensado en ello, no recordaba que sería pronto —no mentía, habían ocurrido tantas cosas en los últimos días que había dejado de pensar en los asuntos como rey.


—¿De qué se trata entonces? Te conozco bien, no es propio de ti actuar así. Puedes decirme lo que sea —sonrió frotando su espalda, era extraño verlo así y en verdad quería apoyarlo.


—Conocí a alguien, nos llevamos bien pese a nuestras diferencias pero en cuanto supo quien soy dejó de buscarme —no sabía lo que podía ocurrir una vez que dijera la verdad, pero guardar sus sentimientos sólo lo complicaba más.


—Tienes que ser comprensivo, si no tenía idea de tu estatus pudo abrumarle el saber que alguien de vital importancia para el reino tuviera interés en entablar una amistad —quería ayudarlo a sentirse en confianza, no tenía idea de lo que estaba pensando y sólo hablando sinceramente sería capaz de entenderlo—. Dale un poco de tiempo, incluso puede venir al palacio si eso le tranquiliza.


—Él no querría venir y tampoco creo que fuera bien recibido —no quería darle vueltas al asunto, pero enfrentar la situación sin más no era tan sencillo.


—No seas tan duro, sé que hay normas muy estrictas para entrar aquí y que sólo personas de mi entera confianza lo hacen; seguro también le preocupa ese aspecto, pero si tiene tu confianza y es amigo tuyo las puertas están abiertas para él cuando quiera —sonrió dando algunas palmadas en su hombro para reconfortarlo, quizá todos estos años había sido demasiado protector y por eso temía llevar a alguien ajeno a la guardia real o los consejeros.


—Confío en él tanto como en ti o en Rei, pero no hay manera de que él confíe en nadie aquí —Kisumi intentó nuevamente animarlo con sus palabras, pero él se lo impidió, era ahora o nunca—. Es líder de un grupo rebelde de la periferia y nunca me ha ocultado su rechazo a las creencias que hay en el palacio, no pondría un sólo pie aquí ni aunque se lo duplicara.


—Rin, por favor. Vamos a tranquilizarnos, sólo escucha las locuras que dices...


—No es una locura, en todo este tiempo no he ayudado a Rei con ninguna investigación ni he pasado tiempo en el bosque, cada día que pasaba fuera de aquí sin supervisión fue porque iba a la periferia, todas las irregularidades que reportaron los guardias fueron provocadas por mí y si nadie me reconoció fue porque iba disfrazado —estaba alterado, no esperaba confesar su secreto de esa manera y no podía detenerse.


—Rin, no inventes cosas. Entiendo que puede afectarte mucho que tu amigo dejara de buscarte, pero toda esta mentira no te lleva a nada.


—¡Sólo mentí para poder salir de aquí! Estoy cansado de no saber más del reino que las historias que me han contado siempre, de que quieran que piense que todas esas personas que viven en la periferia son menos valiosos que nosotros y que debo despreciarlos sólo porque unos cuantos de ellos decidieron atacar a mis padres —su voz mostraba su frustración y mientras más hablaba más difícil era detenerse—. No podía soportar seguir así, debía confirmar todas esas historias y ocultar mi identidad fue lo único que se me ocurrió para hacerlo. No podía ser indiferente ante su situación y quería ayudar de alguna manera antes de la coronación. Quise demostrarle que podía confiar en mis palabras pero en cuanto supo quien soy realmente no quiso saber más de mí.


—Rin, por favor, hablemos con calma. Estás muy alterado y ni siquiera te das cuenta de lo que estás diciendo.


—Estoy diciendo la verdad, eso es lo que ocurrió.


—Alteza, príncipe. Han surgido revueltas en la periferia, los guardias intentan controlarlos pero un grupo logró dispersarse y avanza con dirección al palacio. La guardia real está preparada para atacar, deben refugiarse ahora...


—Yo puedo detenerlo, sólo déjame hablar con él y haré que se detenga —suponía quien estaba al frente del ataque y haría lo posible por evitar un enfrentamiento.


—Lleven al príncipe, hay cosas que hacer antes de eso.


—Por favor, dame sólo una oportunidad y evitaré que esto se haga más grande.


—Rin, sabes a la perfección que no sólo eres el futuro rey; prometí cuidarte y protegerte sin importar lo complicada que pareciera la situación. Iré pronto, ve con los guardias y no actúes por tu cuenta ¿Bien? —sonrió intentando tranquilizarlo antes de darle indicaciones a los guardias—. Protejan al príncipe, ya saben que hacer.


Y sin esperar a que Rin pudiera decir algo más, varios guardias se acercaron a él para llevarlo al lugar donde Shigino les había indicado pese a la resistencia que el chico ponía y lo mucho que insistía en poder controlar la situación.


Aun con eso, mientras se aseguraban de llevar al lugar de resguardo al pelirrojo, recibieron un ataque que ninguno esperaba ni pudo esquivar dejándolo desprotegido.


—Espera, es suficiente. Sólo llévame con Haruka y prometo que detendré esto —no podía ver a su atacante, pero esperaba con eso llamar su atención y detener lo que pretendiera hacer.


—Soy yo —Haruka se aseguró de que pudiera verlo para tranquilizarlo—. Pensé que sería más fácil encontrarte, pero todo está vuelto un caos y es difícil buscar a alguien mientras muchos guardias aparecen e intentan atacarte.


—¿Haru? ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías con el grupo que entró al palacio o los que están causando las revueltas —estaba sorprendido, todo estaba pasando tan rápido que no podía asimilarlo.


—Vine por ti.


—Espera ¿Por mí? ¿Con todo lo que está ocurriendo? De acuerdo, eso no importa; debemos buscar a Kisumi para que detenga a los guardias y lleguemos a un acuerdo...


—Eso no va a pasar —Haruka lo detuvo, estaba consciente de lo que habían planeado y no iba a detenerse—. Debemos irnos, después te explico lo que pasa.


—No podemos irnos así ¿Qué hay de los de tu grupo? Déjame hablar con Kisumi, podemos detener esto.


—Esto está planeado desde antes de que te conociera, nada de lo que digas hará que cambie.


—Déjame intentarlo, estoy seguro de que si me dan un poco de tiempo podemos llegar a una solución.


—Nadie va a detenerse y todos están preparados para afrontar las consecuencias, sean cuales sean. Sé que eres diferente y que tus planes no son los mismos que los de los reyes anteriores, pero mientras esa cosa siga aquí las cosas no van a cambiar —la expresión que hizo en ese momento lo hizo entender lo complicado que sería convencerlo—. No hay mucho tiempo, debemos irnos.


—¿Y qué pasará con Kisumi, Rei y los demás? Sé que no quieres escuchar nada de él y que lo ves como enemigo, pero es quien ha cuidado de mí durante toda mi vida, no puedo dejarlo a su suerte —le preocupaba lo que pudiera pasar si seguían ahí, pero no podía simplemente irse como si ninguno de ellos fuera importante—. ¿Qué pasará conmigo si logran su objetivo? ¿Qué pasará contigo si no lo hacen?


—Te prometo que todo estará bien, no importa el resultado. Encontraremos una solución mientras esto pasa, cuando vuelvas no tendrás de que preocuparte —extendió su mano frente a él, podía escuchar a los guardias pidiendo apoyo y si no dejaban el palacio pronto estarían en problemas.


Rin no supo que responder, entendía lo complicado que era la situación en que se encontraban y también que ninguna de sus palabras haría que cambiara; pero no se sentía capaz de dejar sólo a Haruka y menos aun luego de conocerlo y saber que sus ideales eran los mismos ni tampoco de abandonar a las únicas personas que siempre cuidaron de él. Simplemente tomó su mano para partir juntos no sin antes recordarle que prometió que todo estaría bien y debía cumplirlo.


El futuro era incierto y lo sabía, el resultado de ese enfrentamiento afectaría a ambas partes sin importar que bando se impusiera y no podía confiar en que la situación terminaría bien como Haru lo había prometido; sin embargo, y pese a lo mucho que pensara que esa no era la decisión correcta, apostaría todo por apoyar a Haru con la esperanza de que la solución fuera mejor de lo que sospechaba y sus deseos de cambiar la situación del reino pudiera cumplirse, incluso si no era de la forma que había planeado.

Notas finales: Así que nada, esta historia quedo (bastante) más extensa de lo que planeé en un principio y eso me retrasó un poco.
 
Espero que haya sido de su agrado, que pudieran disfrutar las fiestas y que este año sea mejor que el anterior (además de poder terminar los días que tengo pendientes en menos tiempo del que tardé con este).
 
Nos seguimos leyendo.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).