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RinHaru week 2019 por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¿Quién diría que de verdad podría tener listo un día más antes de dos semanas...? Necesito buscarle la gracia a esto o no podría seguir escribiendo xD.

Se encontraba conversando con un par de nadadores sobre el desempeño que habían tenido tras la competencia y lo sorprendente que Haru era dentro del agua, pues pese a lo reñida que pudiera ser alguna competencia siempre lograba clasificar y sus tiempos mejoraban tras cada una.


Rin coincidió con sus comentarios y no pudo evitar contar un par de anécdotas en las que resaltaba la gran capacidad que el chico tenía para nadar, y lo apasionado que era al respecto consiguiendo algunos comentarios sobre lo grandioso que era que los dos nadadores más talentosos de Japón fueran tan cercanos.


El chico simplemente sonrió antes de buscar con la mirada a Haru, quien al encontrarse con él en el pasillo antes de ir a la fiesta le informó que llegaría más tarde pues tenía un par de cosas que hacer antes de ir.


Logró verlo en la entrada y se sintió abrumado por la imagen que proyectaba. Su vestimenta consistía en un traje azul con un patrón de cuadros de color blanco, una camisa gris y corbata color vino; su peinado no era demasiado elaborado, sólo tenía algunos mechones despeinados y ligeramente rizado en las puntas.


Apenas fue capaz de llamar su atención para que se acercara y una vez llegó hasta él dedicó unos segundos a observarlo sin ser capaz de expresar los elogios que pasaron por su mente apenas lo vio llegar.


Rápidamente había sido rodeado por otros nadadores para felicitarlo por su desempeño y Rin había decidido darle un poco de espacio para convivir con el resto de los asistentes a la fiesta mientras observaba como cada vez le resultaba más sencillo desenvolverse en lugares con una gran cantidad de personas a su alrededor.


Su vista no se había apartado ni un momento de él y sólo podía pensar en lo que había pasado entre ellos antes de llegar a ese momento.


Apenas podía creer que se conocieran por casualidad durante su infancia y que desde ese momento la admiración por su forma de nadar surgió haciendo todo lo que estaba a su alcance para nadar junto a él.


Recordaba también como había sido su reencuentro y la manera en que influyó para no dejarse vencer por las adversidades y seguir adelante hasta cumplir sus sueños.


No mintió cuando dijo que sin él no tenía hacia donde apuntar, de verdad lo admiraba y deseaba ser como él. Así había sido durante años y más aun cuando descubrió que Haru compartía su sueño y que sus caminos seguirían encontrándose pues competencia tras competencia podía ver que aquel chico que sólo nada estilo libre había crecido como nadador y se esforzaba por alcanzar sus metas saliendo de su zona de confort sin temor.


Aunque con el tiempo fue descubriendo que lo que sentía por él no era sólo admiración o afecto debido a su amistad, no quería etiquetar su sentir pues sabía que era complejo expresar con palabras lo que sentía al estar con Haru.


Lo conocía bien luego de tanto tiempo y pese a lo reservado y discreto que podía ser sabía que su determinación era sorprendente y una vez que tomaba una decisión se enfrentaría a todos los obstáculos para llegar a su objetivo; su fortaleza era admirable pues aun con sus temores e inseguridades seguía adelante dispuesto a enfrentarse a ellos hasta vencerlos.


No por nada había intervenido en más de una ocasión para evitar que tomara una decisión precipitada, regalándole paisajes nunca antes vistos y dejándole claro que no podía restarle importancia a las decisiones que tomara respecto a la natación.


Haru era increíble en muchos aspectos, no sólo por su talento y el esfuerzo que hacía por perfeccionar su técnica, sino también por esos pequeños detalles que nadie creería a menos que lo vieran, como su fascinación por todo tipo de cuerpos de agua o su afición por aquel juego en que su personaje favorito era ese extraño pez de las profundidades del que incluso tenía una playera que en más de una ocasión había utilizado.


Y aun con esas peculiaridades e incluso esas reacciones casi infantiles durante sus competencias negándose a cumplir los castigos cuando perdía o lo mucho que disfrutaba recordarle los momentos vergonzosos que deseaba olvidar sólo para distraerlo de su objetivo principal, Rin no podía dejar de pensar que no sólo quería compartir el escenario mundial con él.


Sólo él había sido capaz de derribar las barreras que ponía para protegerse, conocía sus temores y en más de una ocasión lo había apoyado para enfrentarse a ellos, podía confiar en él y sincerar sus sentimientos con la seguridad de que no sería juzgado sino que lo entendería y haría lo posible por ayudarlo a afrontarlos.


Haru era especial y su conexión con él era inexplicable, incluso con miles de kilómetros de distancia entre ellos sabía que él estaba ahí, todo era diferente estando a su lado y lo sabía pues nadie más había logrado que sus emociones se desbordaran al compartir el agua.


Atesoraba cada minuto a su lado y estaba seguro de que había una razón para que sus caminos se encontraran y ni el paso del tiempo o sus diferencias y malentendidos pudieran separarlos. Quizá era el destino o una decisión subconsciente de ambos por seguir juntos, lo que no podía negar es que lo hacía feliz pensar que seguirían juntos pese a todo.


—¿Rin? —la multitud al fin se dispersó y Haru se acercó hasta donde estaba—. ¿Pasa algo? —lo veía disperso, como si nada a su alrededor importara.


—Tu cabello es un desastre, no lograste peinarlo —sonrió al ver la mueca que el chico hizo mientras jugaba con algunos mechones rebeldes—. Luces maravilloso, ahora entiendo porque tardaste tanto...


Le encantaba cada una de las expresiones que Haru le regalaba cada que lo halagaba o bromeaba sobre algo que hacía, no se cansaba de ver sus expresiones tan cambiantes de un momento a otro por más veces que lo hubiera visto repetirlas.


Por eso se había armado de valor y tras su primera competencia como nadadores olímpicos decidió confesar sus sentimientos; no podía seguir ocultando lo que le provocaba estar juntos, debía tomar la oportunidad de ser claro en su mensaje y expresar todo aquello que no fue capaz de poner en palabras durante su viaje en auto juntos.


Habló de sus sueños y la emoción que le causaba pensar que pudiera compartirlos con él no sólo como su amigo, la mezcla de emociones que le provocaba dentro y fuera del agua y una vez más recordarle que lo admiraba y siempre sería su motivación para seguir adelante, sin detenerse.


No esperaba escucharlo hablar de sus sentimientos y lo extraño que resultaba que ambos hubieran sido incapaces de expresar lo que sentían mucho antes pues Haru le confesó que su viaje a Australia había sido fundamental para comprender sus sueños y sentimientos no sólo respecto a la natación.


Sin mencionar lo sorpresivo que resultó enterarse de que justo en el viaje que realizaron para visitar a sus compañeros de la preparatoria aprovechó el momento en que dormía para confesar su anhelo de seguir juntos en el futuro, compartiendo paisajes nunca antes vistos.


Aunque definitivamente lo que mas le sorprendió fue saber que eso no era todo lo que se había guardado, pues pese a saber que dormía no fue capaz de expresar ese sentimiento que por fin había podido descifrar y que sólo él le provocaba porque también se sentía incapaz de expresarlo con una sola palabra, pero tenía claro que iba más allá de la amistad y la admiración.


No esperaba ser correspondido y menos aun que fuera el mismo Haru quien tomara la iniciativa y le pidiera comenzar a salir; tampoco podía quejarse, no mientras al verlo a los ojos sintiera que todas sus dudas se desvanecían y sentía que con su apoyo bastaba para enfrentarse a cualquier adversidad que se cruzara en su camino.


Y menos aun podía dudar cuando durante la fiesta había aprovechado hasta la más mínima oportunidad para estar sólo con él, tomando su mano de vez en cuando y el azul brillando cuando se encontraba con su mirada pues esos instantes le hacían sentir que aun rodeados de personas eran sólo ellos.


—Quiero ir a la playa —soltó sin más logrando sorprenderlo.


—La fiesta aun no termina, deberíamos esperar antes de ir —Haru estaba sorprendido, generalmente era él quien prefería retirarse antes aunque terminaban permaneciendo hasta el final porque Rin siempre encontraba la manera de retarlo a una competencia para retenerlo más tiempo.


Es libre...


Bastaron ese par de palabras para convencerlo y escabullirse hasta la costa. Rin fue el primero en deshacerse de sus zapatos para correr en la arena hacia el mar invitando al otro a seguirlo con esa característica sonrisa que terminaba por convencerlo.


—¿No es un paisaje hermoso? —dejó que el agua mojara sus pies mientras contemplaba la luna brillando mientras se reflejaba sobre el agua.


Es romántico ¿Verdad? —sonrió mientras caminaba hasta él para tomar su mano entrelazando sus dedos.


Permanecieron contemplando el paisaje durante varios minutos antes de que Rin comenzara a jugar con su mano haciendo que pronto ambos se encontraran corriendo por la orilla con una enorme sonrisa grabada en sus rostros. De un momento a otro dejó de caminar y aprovechando que sus manos seguían unidas lo atrajo hacia sí tomando su otra mano.


Al estar frente a frente intercambiaron miradas por un largo rato que para ambos pareció un instante antes de unir sus frentes con los ojos cerrados y apretando el agarre.


—Te quiero, Haru —acarició el dorso de su mano moviendo un poco su cabeza de manera que sus narices se frotaran antes de abrir sus ojos y buscar la mirada contraria.


—También te quiero, Rin.


Y tras unos segundos perdidos en la mirada contraria sus labios se unieron lentamente, con suavidad y ternura mientras sus manos se aferraban sin intenciones de romper esa atmósfera cargada de sentimientos que se formó entre ellos.


—También luces maravilloso, y tu cabello no es un desastre —con tanto ajetreo durante la fiesta no había tenido tiempo de halagarlo por lo bien que ese traje completamente negro y la camisa color crema y moño desatado lucía en él, sin mencionar la forma en que había peinado su cabello hacia atrás dejando sólo un par de mechones sobre su rostro.


No había forma de ocultar sus sentimientos y tampoco razón para hacerlo, estaban destinados a encontrarse y compartir más que sólo su sueño. No importaba cuanto tiempo tardaran en descubrir lo que sentían o en ser capaces de expresarlos el resultado siempre sería el mismo, estaban enamorados y de eso no podían dudar.

Notas finales: Pero bueno, lo más importante es que aquí hay un nuevo relato que espero hayan disfrutado. Con un poco de esfuerzo mañana traeré el quinto día de la semana.
 
Nos seguimos leyendo.

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