Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RinHaru week 2019 por Yaoi lovers

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Llevo una eternidad sin aparecer por aquí...! La escuela me absorbió estos días y no había tenido tiempo ni ánimos para continuar con los días que aun tengo pendientes. Pero ahora las cosas se normalizaron y me siento capaz de terminar con las historias pendientes.

Y nada, los dejo con la historia.

No entendía lo que estaba pasando pero sus padres muchas veces le advirtieron que podía enfrentarse a una situación como esa y lo habían preparado para resolverla y sobrevivir aun si ellos no estaban presentes.


Sabía como y por donde huir y como protegerse, apenas su madre le recordó lo que había aprendido corrió con todas sus fuerzas por el bosque transformado en lobo. Debía ser cuidadoso para cubrir su rastro y pasar desapercibido al menos hasta encontrar un lugar donde refugiarse.


Sin embargo, durante la persecución se encontró con múltiples trampas en el camino que conocía para llegar a la guarida y resultó herido mientras escapaba de una de ellas. No tuvo más opción que salir del bosque y encontrar un nuevo escondite mientras los cazadores se dispersaban, pero estaba débil debido a la herida y no era capaz de volver a su forma humana.


Estaba cansado y la pérdida de sangre lo hizo sentir mareado hasta perder el conocimiento sin ser capaz de ubicarse o recalcular cuanto debía correr y en que dirección para dirigirse a la guarida donde sus padres debían esperarlo.


No supo más sobre lo que estaba ocurriendo hasta que sintió un par de manos sobre su herida logrando despertarlo. Era incapaz de atacarlo pero usó su aullido intentando ahuyentar a quien quiera que estuviera ahí aunque no funcionó pues las manos seguían sobre su pata haciendo cosas que no lograba observar pero le causaban dolor.


Pese a eso no podía atacarlo, su cuerpo pesaba demasiado como para intentar defenderse o escapar, sólo podía desear que quien quiera que lo hubiera encontrado no fuera un cazador y esperar a recuperarse para poder escapar.


No estaba seguro de cuanto tiempo había pasado, pero al abrir sus ojos, luego de lo que sintió un largo sueño, pudo ver una pequeña figura de cabello oscuro y ojos azules que se acercaba a él. Por su olor sabía que no era uno de los suyos y debía protegerse hasta asegurarse de que no era una amenaza.


—Despertaste —el pequeño escuchó un gruñido de su parte y disminuyó la velocidad con que se acercaba a él intentando demostrarle que no iba a atacarlo—. No quiero hacerte daño, traje comida —de sus bolsillos tomó el pequeño paquete en que llevaba un trozo de pescado y se lo ofreció.


Rin no podía confiar en él sólo porque le ofrecía alimento incluso si lo necesitaba. El pequeño dejó en el suelo el paquete y se alejó un poco para hacerlo sentir más seguro.


—Deberías comer, estás herido y esto te ayudará —no había dejado de mirarlo esperando que tomara el paquete aunque seguía mostrándose hostil—. Traeré más comida después, debo volver a casa —miró un par de veces a su alrededor antes de alejarse.


Seguía desorientado y su energía no era suficiente para huir y continuar con su viaje. Quizá acercarse a investigar lo que el pequeño llevó antes no era mala idea, sabía detectar cuando algo no era seguro para comer e incluso si el pequeño trozo de pescado no era suficiente para saciar su hambre al menos podía ayudar a recuperar un poco su energía para poder ir a cazar.


Pasaron muchas horas y se había mantenido alerta entre sueños para asegurarse de que ningún cazador hubiera seguido su rastro, no estaba seguro de cuanto tiempo había pasado y no podía confiar en que nadie sabía donde estaba. Incluso debía estar pendiente por si alguien de su manada estaba cerca.


Un nuevo día había iniciado y gracias a la luz, y que se sentía menos aturdido, pudo revisar la herida que se había hecho. Su cuerpo estaba lleno de heridas pequeñas, pero la que imposibilitaba su transformación era la que le causó una de las trampas en la que cayó mientras huía.


Estaba cubierta con una venda llena de sangre seca, debía deshacerse pronto de ella o el olor podría alertar a cualquier cazador. Con la poca fuerza que tenía comenzó a morder el trozo de tela intentando romperlo hasta que sintió una presencia acercándose rápidamente hacia él.


Intentó tomar la posición de ataque que sus padres le habían enseñado para defenderse hasta que reconoció la voz y la silueta del mismo chico que había llevado la comida.


—Si haces eso te harás daño —aun no confiaba en él y seguía mostrando sus colmillos mientras gruñía—. Aun estás débil, necesitas comer —se detuvo a una distancia prudente mientras de la mochila que cargaba sacó un nuevo paquete con un trozo de carne y otro más de pescado junto con un recipiente de agua—. Come esto, más tarde vendré a revisar tu herida —y así como apareció se alejó nuevamente.


No entendía que era lo que ese niño quería, seguía insistiendo en llevar comida y acercarse a él pese a lo mucho que se esforzaba por alejarlo. Era extraño, pero al menos obtenía un poco de alimento y así su recuperación sería más rápida y tardaría menos tiempo en poder volver a su búsqueda.


Luego de la comida había intentado asearse y limpiar la herida que, aunque ya no sangraba, le causaba dolor. Su madre le había enseñado como tratarlas, pero su poca energía y fuerza hacían la tarea sumamente complicada; permaneció un buen rato lamiendo la herida con cuidado hasta que el movimiento entre los árboles y el crujido de algunas hojas y ramas lo alertaron.


—Tranquilo, soy yo —ese extraño niño había aparecido de nuevo y volvió a intentar acercarse hasta él pese a que no dejó de gruñir y mostrar sus colmillos. Veo que comiste, pero aun pareces débil. Y no deberías lamerte, la herida no ha sanado —tomó la mochila que cargaba y tomó algunas vendas y una botella con agua acercándose a él—. Déjame cambiar tu venda, eso ayudará a que sane más rápido.


Rin seguía rechazando el apoyo del pequeño, pero de una forma u otra él terminaba logrando su cometido pues antes de que pudiera hacer algo para evitar que se acercara el chico se encontraba desatando la venda que puso el día anterior y limpiando la herida con el agua que llevó.


Si alguien lo viera en esas condiciones moriría de vergüenza, aceptando alimento de un completo desconocido y dejándolo invadir su territorio sin intenciones de alejarlo. Aun con su corta edad sabía el peligro que esa actitud podía significar, pero sus lamentables condiciones no hacían más que empeorar la situación e imposibilitar que actuara de la forma correcta.


Sintió dolor cuando el agua cayó sobre la herida y con las pocas fuerzas que tenía intentó atacar al chico. Y aun así siguió sin temor mientras lo miraba como si pidiera permiso para tocarlo. Estaba confundido y sin saber que hacer, simplemente dejó que el chico continuara con su labor mientras se lamentaba por su debilidad.


Una vez que colocó el vendaje volvió a dejar otro paquete con comida y un pequeño recipiente con agua, indicándole que necesitaba mantenerse hidratado y que volvería al día siguiente para revisarlo.


Pasaron muchos días más y en cada uno el niño se presentaba por las mañanas y las tardes para revisar su herida y darle alimento. Cada día su situación mejoraba y, pese a lo desconfiado que se mostró al principio, se sentía agradecido con él pues aun con sus rechazos siguió ahí para ayudarlo.


Aún no tenía energía suficiente para transformarse pero al menos había logrado cazar algunos animales pequeños que pasaban cerca de él para alimentarse e intentar recuperar sus fuerzas; incluso había conseguido limpiar su herida y ayudar a que sanara más rápido para poder huir.


Seguía alerta, sabía de sobra que nadie de su manada utilizaría su llamado para saber donde se encontraba por seguridad y no podía dejar de preguntarse si el resto estaba bien, aun huían o estaban en una situación parecida a la suya.


El pequeño llegó nuevamente, mucho más confiado de lo que se mostraba al principio, y acarició su hocico como saludo.


—Te has esforzado, te lo mereces —le mostró un paquete mucho más grande que los anteriores con varias piezas de carne que no dudó en devorar.


Una vez que terminó frotó su cabeza contra su mano en señal de agradecimiento, le debía mucho y no podía ignorarlo incluso si seguía viéndolo como un riesgo potencial.


—No puedes estar aquí por siempre, pero llevarte a casa no es algo que pueda hacer sin meterme en problemas —siguió acariciando su hocico sin dejar de verlo—. Tu herida no ha terminado de cicatrizar pero si te llevo con un veterinario no podré ayudarte más y sólo empeoraría tu situación.


Rin entendía a lo que el chico se refería, por más que intentaran ocultarlo era evidente que no era un perro y de inmediato lo resguardarían y sería imposible escapar. Tenía que huir pronto o la situación empeoraría.


Pasaron varios días más hasta que su herida estuvo curada y su energía era suficiente para transformarse. Era el momento perfecto para desaparecer ahora que faltaba un largo rato antes de que el pequeño apareciera, lo sabía pues el sol no se encontraba en el mismo punto en que siempre aparecía.


Pese a eso aun no podía irse, no sería justo para esa persona que lo ayudó desaparecer sin decir nada más. Era difícil tomar una decisión aun sabiendo que era lo más adecuado.


Seguía debatiendo cual era la solución que daría a su conflicto hasta que nuevamente el pequeño apareció frente a él. Traía un paquete bastante grande y varias botellas de agua además de algunas vendas y prendas.


—Temía que te hubieras marchado ya —dejó las cosas a un lado acariciando su cabeza mientras se sentaba a su lado—. Lo sé, no puedes quedarte siempre aquí y lo entiendo —en todo ese tiempo no lo había mirado ni una sola vez, sólo seguía acariciando su pelaje lentamente.


Era extraño ver esa expresión en su rostro, pues las veces anteriores se mantenía imperturbable mientras esperaba que comiera o curaba su herida. Era diferente y ambos eran conscientes de la atmósfera que los rodeaba, quizá ambos presentían que esa era la despedida y no podían evitar sentirse así.


Frotó lentamente su cabeza contra su mano intentando reconfortarlo, en el fondo también sentía cierta tristeza al pensar que no volverían a encontrarse. No quería hacer más difíciles las cosas ni tampoco irse así sin más aunque sabía que no era buena idea relacionarse con alguno de esa especie.


—Traje esto para ti, pensé que podrías necesitarlo —volvió a su acostumbrada expresión mientras le entregaba lo que llevaba—. No estoy seguro de que la ropa sea de tu talla, pero no tengo más que ofrecerte.


Rin no entendía que ocurría, él no debía saber nada acerca de su verdadera naturaleza y no tenía sentido que creyéndolo lobo llevara esa ropa ni dijera algo como aquello. Estaba sorprendido y no dudó en mostrarlo mientras el chico apenas sonreía acariciando su cabeza.


—Sólo lo sé, aunque no entiendo como —sacudió su ropa mientras se levantaba—. También sé que no puedes quedarte, así que no necesitas darme explicaciones.


Rin sabía que tenía algo más por decir y que no se atrevía, todo era tan extraño en ese momento que simplemente no sabía que hacer para mostrar que la despedida también era difícil para él.


—Soy Haruka y vivo a varias cuadras de aquí. Pero si en algún momento necesitas algo basta con que vengas aquí, vendré cada cierto tiempo, sólo por si acaso —sonrió apenas unos instantes mientras acariciaba un poco su cabeza antes de desaparecer entre los arbustos tal como había ocurrido la primera vez.


Habían pasado muchos años desde ese día y no había podido volver a reunirse con él pues debido a la situación de su manada fue necesario permanecer ocultos durante varios años. No había sido capaz de acercarse tanto al lugar de su encuentro, pero no había perdido la esperanza de cumplir algún día su promesa.


Ni siquiera estaba seguro de que Haruka recordara la promesa que había hecho o que siguiera asistiendo al lugar de su encuentro y aun así la esperanza de volver a encontrarse aunque fuera unos instantes se mantenía viva.


—Pronto nos encontraremos, Haru. Estoy seguro de ello.

Notas finales:

Así que nada, espero que haya sido de su agrado y leernos en cuanto pueda tener los días restantes, que espero sea pronto, para por fin poder terminar con mi pequeño aporte para esta parejita con el que llevo varios meses trabajando.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).