Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

RinHaru week 2019 por Yaoi lovers

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Adivinen quien volvió! Con todo el hype que me ha entrado desde el día en que anunciaron la nueva película me decidí a sí o sí terminar (luego de ocho meses en que debía haber acabado, pero bueh, detalles mínimos(?) este proyecto con el que estaba tan entusiasmada...

Pero nada, los dejo leer.

—No me digas que no te entusiasma abrirla, ya pasaron los cuatro años que prometimos —quizá de los dos era el más emocionado por el evento y no podía ocultarlo, pero quería compartirle a su pareja un poco de ese entusiasmo.


—Sólo han pasado cuatro años, no es como si realmente hubieras olvidado lo que guardaste ¿O sí? —pese a lo mucho que se negó en un principio también había participado en esa loca idea y ahora en la labor para recuperar el contenedor.


—Vamos, también estabas emocionado cuando guardamos estos recuerdos ¿O debo recordarte quien insistió en dejar ambas medallas y la fotografía del equipo? —sonrió cuando el azabache desvío su mirada sin ser capaz de responder. Disfrutaba ver esa reacción tan sincera y aun más ser quien la provocara.


Luego de unos minutos cavando encontraron el contenedor de metal que utilizaron para guardar sus recuerdos, no había pasado mucho tiempo y aun así Rin estaba seguro de que más de uno de los objetos le recordaría momentos memorables.


—Te dije que la fotografía no cambiaría en absoluto, fue muy ingenuo de tu parte creer que escondida bajo tierra perdería su color —mostró la imagen en que se encontraba el equipo de relevos nacional junto con el entrenador luego de su competencia, y aunque también le causaba cierta nostalgia, no perdería la oportunidad de molestar al pelirrojo quien se mostraba claramente decepcionado.


—De acuerdo, quizá esperar un aspecto desgastado o notar una gran diferencia en nuestros rostros fue demasiado... Pero no puedes negarme que te trae grandes recuerdos, después de todo, fue el primer relevo que tuvimos luego de ser seleccionados para el equipo nacional —tomó la fotografía y la miró con detenimiento.


No había pasado mucho tiempo desde el día en que esa fotografía fue tomada, y aun así pensar en el momento tan emocionante que compartieron en esa ocasión lo llenaba de nostalgia y alegría.


—Y no puedes reprocharme nada cuando guardaste esto —tomó la extraña figura de la mascota de sus primeras olimpiadas juntos mientras reía—. Parecías más un turista que un deportista cuando corriste a comprarlo apenas lo viste en ese aparador.


—Y creo que necesito recordarte quien pasó molesto más de una semana porque preferí tomar fotografías de eso antes de salir del estadio que una fotografía romántica con las medallas...


Recordaba a la perfección la reacción de Rin cuando lo vio tomar un par de fotografías de su peculiar compañero junto a la piscina donde habían competido pese a que minutos antes cuando le pidió tomar al menos una donde sólo estuvieran ellos mostrando el reconocimiento obtenido por las carreras ganadas se negó rotundamente con la excusa de que debían reunirse con el entrenador y no había tiempo para ello.


—De cualquier manera obtuve la fotografía que quería al final ¿O no? —sonrió ampliamente mientras le mostraba la fotografía en que estaban juntos portando sus medallas y que había tomado mientras su pareja dormía.


Haru no respondió, simplemente miraba a su pareja sonriendo mientras seguía observando la fotografía. No se lo había dicho antes, pero en ese momento realmente no estaba dormido, simplemente decidió dejarlo hacer lo que deseaba pues se veía tan entusiasmado por aquello que no se sentía capaz de hacerlo borrar esa sonrisa.


—A veces cuando veo esto me pregunto como conseguiste conservarla tan bien. Aun es claro lo que dice —sonrió tomando el sobre observándolo unos instantes antes de entregárselo—. Aunque tampoco entiendo porqué quisiste guardarla.


El chico siguió sin responder mientras observaba la carta con atención. Recordaba claramente lo que sintió en el momento en que leyó el contenido y por eso lo guardaba con tanto fervor.


—Me gusta esta foto, y definitivamente es la más nostálgica aunque tampoco haya muchos rastros de desgaste —Rin sonrió mientras sostenía la fotografía de aquel primer relevo en que participaron juntos.


Recordaba a la perfección lo mucho que insistió para conseguir que el chico participara y lo entusiasmado que estuvo al recibir el trofeo que mostraba su victoria. De no haber sido por ese momento probablemente nada de lo que pasaron juntos habría sido igual.


—Aun me pregunto porque decidí hacerte caso y participar en los relevos —mantenía su expresión seria aunque por dentro sonreía al ver la mueca de reproche con que su pareja lo miraba—. De no haber participado me habría librado de cierta presencia ruidosa que no me dejaba tranquilo y que desde ese día no me ha dejado un solo instante.


—¿Presencia ruidosa? ¿No era una presencia deslumbrante? —no iba a dejar pasar su comentario sin molestarlo un poco, desde el momento en que Haru confesó verlo como alguien deslumbrante mencionaba sus palabras en cualquier ocasión que quisiera provocarlo.


—En ese momento era más ruidosa que deslumbrante —no se arrepentía de habérselo dicho por más que intentara ganar cualquier discusión mencionándolo, pero de cualquier manera disfrutaba provocarlo un poco esperando la respuesta que daría—. Aun ahora sigues siendo ruidoso, incluso si no eres el mismo de antes...


Pasaron unos minutos más terminando de revisar el contenido de la cápsula del tiempo mientras recordaban que los había motivado a guardarlos o el momento tan significativo que representaban.


Después de decidir cuales volverían a guardar y de que Rin guardara las medallas de sus últimas competencias y algunas fotografías de las mismas fue el turno de Haru para depositar sus objetos.


—Esto es lo que guardaré esta vez —una disimulada sonrisa apareció en sus labios mientras le mostraba a su pareja la gran cantidad de hojas de papel.


—¿De dónde sacaste eso? —Rin reconocía a la perfección esos papeles y no lograba entender como los había encontrado—. No puedes guardar eso, no tienen nada que hacer ahí —estaba avergonzado e intentaba tomar de vuelta los escritos mientras su pareja los mantenía lejos de su alcance.


—Claro que sí ¿O acaso olvidas que fue después de nuestra última competencia que decidiste pedir que nos casáramos?


Las mejillas del pelirrojo se tornaron de un ligero color rosado mientras intentaba tomar de vuelta los borradores de sus votos matrimoniales. No había podido deshacerse de ellos pues aunque no fueron los elegidos para el momento de su unión reflejaban sus sentimientos así que decidió ocultarlos y no lograba entender como los encontró.


—Son importantes para mí. Quizá no sean algo representativo de nuestra carrera como nadadores, pero lo escribiste tú. Has estado presente todo el tiempo y juntos hemos formado el mejor equipo de relevos, hemos visto paisajes nunca antes vistos y estamos conquistando el mundo —sonrió mientras tomaba los papeles mirándolos fijamente con un casi imperceptible color rosáceo apareciendo en sus mejillas—. También quería ser como tú, Rin, y ser quien te mostrara un paisaje nunca antes visto...


—¡Ah, maldición...! —no podía mirarlo a los ojos, no mientras el azul era tan profundo y brillante que era difícil negarse—. De acuerdo, después de todo también guardaste esa carta la vez anterior —suspiró profundamente intentando restarle importancia a ese suceso aunque su corazón latiera de forma tan acelerada y sintiera unas ganas casi incontenibles de fundirse con él en el abrazo más profundo.


Una vez las cápsula estuvo lista volvieron a enterrarla en el mismo lugar. El ambiente se había vuelto tan íntimo luego del ataque de Haru que ninguno podía hablar, simplemente miraban la protuberancia de tierra donde depositaron sus recuerdos sumidos en sus propios pensamientos.


De un momento a otro sintió la mano de su pareja tomar la suya entrelazando sus dedos y pudo escuchar ese tenue choque de las argollas que ambos portaban desde el día en que decidieron unir sus vidas. Adoraba ese sonido y más aun cuando luego de ese suave contacto los labios de su pareja se posaban sobre su mejilla como la más sublime caricia.


Haru no decía mucho y actuaba de forma misteriosa e incluso extraña en algunas ocasiones, pero siempre sabía de que manera acercarse a él y hacerle sentir el profundo amor que compartían y cuando lo hacía era un ataque directo a sus sentimientos e incluso si se trataba sólo de una mirada con eso bastaba para hacerlo sonreír desde lo mas profundo de sus sentimientos.


Sí, Rin era una presencia deslumbrante para Haru así como él era quien le regalaba las mejores vistas, de eso no había duda; y desde el momento en que sus caminos se habían cruzado lo supieron. No por nada habían decidido unir sus vidas y compartir cada momento que el futuro les deparara.

Notas finales:

¡Y eso fue todo! Una historia cortita pero con la que estaba muy entusiasmada y espero la hayan disfrutado tanto como lo hice yo mientras escribía.

Fue un placer compartir estas historias con ustedes y espero que todo pinte mejor este año y pueda continuar con el resto de historias que tengo pendientes. Nos seguimos leyendo n.n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).