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Olor a metal por addictyck

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Notas del capitulo:

Aviso importante:

¡Hola a todos! Primero que nada disculpen por la tardanza. Se que desde un principio dije que actualizaría cada sábado pero se me ha hecho imposible. Voy a tratar de seguir actualizando una vez a la semana, o en su defecto haré los capítulos más largos.

 

Sasuke caminaba por una calle poco transitada, los árboles a su alrededor le daban una sensación agradable. Pasaba por al lado de un parque, que se encontraba vacío a pesar del buen clima. Sacó su teléfono releyendo el mensaje que le había mandado Naruto. Suspiró, le había dicho que le mandara la localización de su casa y en vez de eso, recibe un texto con una dirección de lo más ridícula.

Para: Sasuke

De: Naruto

¡Es fácil! Sal de tu edificio y dirígete a la derecha, caminas cinco cuadras recto todo el tiempo. Después giras a la izquierda por dos calles, luego derecha por cuatro calles más, luego giras dos calles más a la derecha. Cuando veas un árbol que tiene una barriguita en el tronco te diriges al norte.  Sólo después caminas como seis kilómetros antes de ver un árbol con un listón y ahí giras a la izquierda y verás la entrada a mi calle :D

 – ¿Cómo se supone que entenderé esto? –Murmuró por debajo. Marcó el número del idiota por tercera vez en lo que iba de hora.

– ¿Otra vez te perdiste? –Escuchó como se burlaba Naruto.

–No me pierdo, tú no sabes dar direcciones. Anormal –Lo insultó.

–Vale, vale. ¿Qué ves? –Le preguntó.

Sasuke se agarró la sien –No veo nada. Me buscas aquí o me voy –Dijo enojado –Te espero en el parque –Colgó.

Volvió a suspirar y se adentró en el parque. No era muy grande por lo que Naruto lo localizaría rápidamente. Se aceró a un columpio y se sentó en él, dejando en el piso su mochila. No le gustaban ese tipo de lugares porque le traían recuerdos tristes. Se colocó sus audífonos con la esperanza que la música lo desviara de sus pensamientos e inevitablemente se meció un poco. Cerró los ojos y  giró su cara hacia arriba disfrutando del leve calor del sol.

Deseó por un momento que esa paz no acabara. No quería ir a esa estúpida reunión, solo lo hacía porque parecía ser importante para el rubio. Abrió los ojos cegándose un momento debido a la claridad. 

Probablemente tarde en venir. Pensó resignándose, agarró su mochila y buscando en ella sacó su más reciente adquisición. Un libro grueso de más de mil doscientas páginas que había empezado el día anterior. Se dispuso a leerlo mientras lo esperaba.

A ratos levantaba la vista para asegurarse de estar al pendiente de su llegada. Si había algo que detestaba era esperar. Una leve brisa lo distrajo de su lectura y posó sus ojos en uno de los toboganes. Con nostalgia recordó como  su madre lo llevaba a jugar y le daba mimos cuando se lastimaba.

Negó con la cabeza para sacar esos recuerdos. No volverán, ya no existen. Pensó con amargura y trató de centrarse en su libro.

 

***

 

No sabía cuánto había pasado leyendo pero sus párpados empezaron a pesarle. La música se empezaba a escuchar más y más lejana hasta sólo escuchar sonidos aleatoriamente.

–…..Ke –La música se había detenido. Algo lo mesia levemente –Sas… – Sentía como lo llamaban.

Abrió los ojos encontrándose la mirada del ojiazul. Sintió como su corazón se detuvo por un instante y del susto lo empujó olvidando que estaba en un columpio. Cayó de espaldas despertándose por completo.

– ¡Sasuke! ¿Estás bien? –Le preguntó Naruto tendiéndole la mano para ayudarlo a que se levantara.

Sasuke no aceptó la ayuda y se reincorporo solo – ¡Idiota! –Lo miro de mala gana mientras se calmaba del susto – ¿Qué manera es esa de despertar a alguien? –Preguntó enojado.

–Para empezar ¿quién podría ser capaz de dormir en un lugar como este? –Le respondió Naruto señalando el lugar – ¡Cuando mencionaste estar en un parque no me imagine que fuera el que está abandonado! –Tomo aire antes de continuar – ¿De verdad como te las arreglas para terminar en lugares así? –Preguntó.

Sasuke abrió los ojos sorprendido, miró a su alrededor y tal como decía Naruto el parque estaba deteriorado, el tobogán infantil se encontraba completamente destruido y el columpio sobre el que se sentó antes tenía enredaderas.

–Aún si está abandonado no da miedo –Ocultó su sorpresa de haber visto el parque de una manera distinta al llegar. Miró a Naruto – ¿O te dan miedo estos lugares? Miedoso –Se burló mostrando una mirada de superioridad.

El rubio se sonrojo ligeramente mientras fruncía el ceño – ¡Cállate! –Dijo desviando la mirada avergonzado. Notó un libro en el suelo y lo levantó mirándolo con curiosidad –Ya sé que te gusta la lectura, pero no sabía que llegabas a leer biblias –dijo mientras pasaba las páginas del libro.

El pelinegro se lo arrancó de las manos para guardarlo en su mochila –Ya, deja tus balbuceos –Se dirigió a la salida del parque y Naruto lo siguió.

El trayecto a la casa del rubio fue ruidoso. Naruto no paraba de hablar de temas irrelevantes como sopas instantáneas, la descripción de sus amigos ¡incluso habló sobre las distintas tonalidades de las hojas de los árboles!

–Te queda bien –Dijo Naruto deteniéndose para que Sasuke saliera de sus pensamientos.

El ojinegro volteó al darse cuenta que no escuchaba los balbuceos de su amigo – ¿Qué? –Preguntó acomodándose la mochila.

El rubio le dirigió una sonrisa –Mi suéter –Señaló.

 Sasuke se abrazó a sí mismo –No es tuyo –Miró a otro lado para que no viera su sonrojo y frunció el ceño.

La risa de Naruto inundó el lugar. Se acercó al azabache y le acaricio la cabeza –Te queda mejor a ti –Otra carcajada se hizo presente al ver como el sonrojo de Sasuke aumentó inundando toda su cara.

 – ¿Necesitas ayuda con eso? –Preguntó al notar la incomodidad del ojinegro con la mochila. No le permitió dar una respuesta cuando se la quitó – ¿Qué traes aquí piedras? –Se quejó comprendiendo la cara pesada que cargaba su amigo durante el trayecto.

Sasuke optó por ignorarlo. Se sentía aliviado de no cargar su mochila aunque nunca se lo admitiría. Mientras continuaban caminando miraba de reojo al rubio, era al menos diez centímetros más alto que él. Sus ojos y su cabello agarraban un brillo extraño con la luz que contrastaba con su piel ligeramente tostada. Sin notarlo su mano rozó con la de Naruto, se tensó por un momento y trató de desviar sus pensamientos concentrándose en el camino. Hasta que sintió como la cálida mano de Naruto tomaba la suya.

 El ojiazul empezó a correr arrastrando a Sasuke consigo – ¡Tomemos este atajo! –Dijo en voz alta. Se dirigieron a un desvío que parecía otra entrada del bosque. El azabache intentaba detener el paso de Naruto pero este sólo corría más rápido. Subieron colina arriba, resbalando más de una vez.

Cada vez había menos árboles y el sol calentaba más el lugar. Sasuke sentía que su cuerpo entraba en un calor terrible, tenía ganas de parar para quitarse el suéter. Para avanzar debía subir sus piernas más arriba de sus rodillas y mantener la velocidad de Naruto.

 Pronto la extensa vegetación del lugar fue sustituida por rocas que iban aumentando de tamaño conforme subían. Deñ momentos el camino extrañamente dejaba de ser únicamente subida, tenía unas leves bajadas y alguno que otro camino recto pero corto. La peor parte para el azabache fue cuando empezó a ver más rocas que tierra. Naruto sabía por costumbre donde debía pisar para no resbalarse o qué roca no se tambaleaba. Sasuke trataba de imitar sus pasos pero en más de una ocasión  casi se doblaba el pie o resbalaba.

Una vez llegaron al pico más alto Naruto disminuyó la velocidad hasta detenerse por completo. Sasuke se dejó caer al suelo tratando de respirar, si antes sentía calor ahora sentía que hervía. Su rostro se encontraba completamente rojo y empapado en sudor por la actividad física, además de tener el cuerpo entumecido. Mientras tanto Naruto que apenas había sudado le apretó más de la mano y señaló una casa que estaba bajando la colina de donde se encontraban.

–Ahí vivo – Su mano se movió levemente a la derecha –Ahí está el camino que hubiéramos tenido que tomar. De esta forma no tenemos que rodar la montaña porque pasamos sobre ella –Le guiño el ojo.

Sasuke se incorporó con ayuda de Naruto –No vuelvas a… hacer… eso –Dijo mientras seguía tratando de tomar aire – ¿Qué ganas tienes de… hacerme correr cuando me tomas de la mano? –Preguntó malhumorado.

El rubio no le contestó he hizo una extraña sonrisa.

– No –Intentó negarse el azabache al leer sus intenciones.

Naruto no le hizo caso y apretando más su agarre arrastró a Sasuke colina abajo.

 

****

 

Una vez llegaron a la casa del rubio fueron recibidos por una señora que parecía tener más edad de la que aparentaba. No dejó que Naruto los presentara cuando arrastró al azabache dentro de la casa y lo sentó en la primera silla que vio.

– ¡Eres un idiota de verdad! ¡Búscale agua y fruta! –Le ordenó al ojiazul mientras ayudaba a Sasuke a quitarse el suéter.

Naruto obedeció e inmediatamente apareció con una botella de agua y una banana. Se lo ofreció al ojinegro y este comenzó a tomarla lo más rápido que podía.

 –No tan rápido –Le acariciaba la señora su espalda –Si quieres vomitar, vomita sobre mi nieto –Le peló la fruta y se la acercó –Cómela lentamente y trata de respirar –Lo aconsejó.

– ¿Cómo que vomitar sobre mí? –Preguntó –No es mi culpa que tenga tan mala resistencia física – Evitó la mirada asesina de Sasuke – ¡Además solo fueron kilómetro y medio de subida! ¡La bajada no debió cansar… – Se cayó de golpe cuando el azabache le lanzo la cascara de la banana hacia su cara.

Sasuke se levantó y tomó a Naruto del cuello de la camisa –No vuelvas a hacer eso –Lo intimidó.

Un aplauso calmado los interrumpió –Me caes bien –La señora le tendió la mano –Mi nombre es Tsunade, espero que mi nieto no te cause muchos problemas – Sasuke respondió el gesto de igual manera con porte educado.

–Igualmente, disculpe si el otro día la preocupamos –Dijo refiriéndose cuando Naruto pasó la noche y parte del día siguiente en su casa antes de que Itachi lo corriera a patadas –Mi nombre es Sasuke – Soltó el apretón de manos.

Tsunade sonrió y se dirigió a la salida –Bueno, esta noche tengo doble turno en el hospital. Pórtense bien –Se despidió antes de cerrar la puerta dejando a los menores solos.

Naruto volvió a tomar a Sasuke de la mano –Ven te enseñare mi habitación –Dijo emocionado. El azabache se dejó llevar mientras observaba la casa.

Era grande, parecía hecha casi en su totalidad de vidrio, los espacios en su interior eran enormes y en su mayoría minimalistas. Subieron tres pisos antes de llegar a la habitación de Naruto.

El azabache se sorprendió al notar que el cuarto del rubio en realidad era una terraza techada y completamente cerrada, dando una vista increíble del cielo y el paisaje por donde se viera. El piso era de caoba y los pocos muebles del lugar eran hechos de bambú. Sasuke nunca hubiera adivinado que realmente estuviera en la habitación del rubio de no ser por el desastre que había en el suelo.

Naruto se acercó a su cama que se encontraba en medio de habitación y abrió la mochila de Sasuke para dejar caer todo lo que trajo el azabache – ¡Vaya pero si los libros pesan como piedras –Comentó sorprendido.

Sasuke suspiró, iba a ser una larga mañana.

Y no se equivocó.

 

***

 

Naruto estaba atrasado en todas las materias y le costaba entender las explicaciones aún con los dibujos. Llevaban prácticamente horas y el hecho de que tendrían que repetir esa actividad hasta el final del semestre hacía que Sasuke quisiera arrancarse la cara.

Leyó el séptimo intento de Naruto de resolver el problema de química que le presento. ¡Maldición es literalmente el ejercicio más fácil del libro! Pensó frustrado al ver error tras error. De alguna manera el rubio se las arreglaba para tener todo el procedimiento erróneo pero daba con el resultado final correcto.

Suspiró derrotado. Necesito otro enfoque, ir más lento antes de matarlo a golpes –Necesitas leer el problema Naruto –Dijo con voz pausada recibiendo otra lágrima del rubio. Llorar no te librara de esta –No estas analizando el problema –Señaló el cuaderno.

Naruto hipó, su amigo le daba más miedo que su abuela cuando se enojaba. Creyó que Sasuke lo golpearía  cuando le entrego el libro de ejercicios –Lee en voz alta el ejercicio –Le pidió el azabache de una forma extrañamente amable.

 – Disolvemos cuarenta y cinco gramos de amoniaco NH3 en quinientos gramos de agua. Calcula el porcentaje en masa de la disolución –Naruto leyó en voz baja.

Sasuke asintió –Ahora explícame que entiendes de eso y según los apuntes –Los señaló – ¿Cómo lo resolverías? –

 

 ***

 

Pasaron toda la mañana y gran parte de la tarde estudiando, una vez que logro tener paciencia Naruto empezó a entender los temas.

Caminaron hasta una residencia, donde según el rubio seria la reunión. Tocaron el timbre y rápidamente les abrió una chica rubia que estudiaba en su mismo salón.

– ¡Vinieron! –Dijo Ino sorprendida al verlos –Pasen, pasen –Los invitó a entrar. Naruto guió a Sasuke hasta el sótano.

El sótano estaba bien amueblado, tal como una sala, además de tener un televisor, una nevera y una mesa de billar. Se sorprendió al ver a varios de sus compañeros de algunas clases.

 –No te pongas nervioso –Le dijo Naruto por debajo –En el momento que te sientas asfixiado nos vamos –Le dedico una sonrisa tranquila.

Sasuke asintió y se dirigió al único mueble vacío de lugar. Tenía frente a él una chica voluptuosa vestida con una malla y unos shorts cortos. Lo único que tapaban sus senos era una sudadera. Ella lo miró sorprendida antes de fruncir el ceño.

– ¡Mierda! –Lanzó un insulto fuerte sorprendiendo a Sasuke.

¿Ella no era la tartamuda tímida? Se preguntó a sí mismo.

– ¡Así es! –Se sentó Ino al lado de Sasuke –Perdiste, Puta –La señaló sonriendo.

–Chist –Chistó a la vez que se metía una mano por debajo de la malla para sacar un billete doblado de entre sus senos –La que no es puta, no disfruta –Le guiño el ojo a Ino entregándole el billete –Hazme el favor y cómprate algo lindo –Pidió con voz sensual.

Se escucharon leves risas en el lugar –Pobre Sasuke, ya lo traumaste Hinata –Dijo Naruto sentándose al lado de Sasuke –La mayoría ponemos esa cara cuando la conocemos fuera de la escuela –Le ofreció una cerveza al Azabache.

Miró la cerveza con duda antes de probarla. Amarga, arrugó levemente la cara no esta tan mal. Pensó.

Otro chico se acercó hasta donde estaban los muebles y se sentó al lado de la ojiperla –Jojojojo. Hinata perdiste la apuesta –Se burló y le ofreció una cerveza.

–Cállate pulgoso –Se la llevó a la boca notando que estaba cerrada. Lo miro de mala manera y la abrió con los dientes, escupiéndole la tapa.

El azabache sintió alivio al dejar de ser el centro de atención. Observó como las personas del lugar  mantenían distintas conversaciones amenas. Todos eran de su instituto pero de distintas clases.

Naruto le dio un leve codazo captando su atención –La bebiste muy rápido –Dijo el rubio sorprendido.

Notó que efectivamente había acabado el líquido, miró de nuevo a su alrededor ignorando al rubio. A pesar de ser un ambiente ameno no dejaba de sentirse incómodo.

Naruto se levantó y se dirigió a la pequeña nevera para sacar dos botellas más–La mejor manera de soltarse es con alcohol –Le ofreció otra cerveza.

Sasuke frunció el ceño –No planees embriagarme –Lo miro de mala manera pero de igual forma aceptó la botella.

El rubio volvió a su asiento–Nadie se embriaga con dos cervezas –Se acercó al rostro del azabache – ¿O sí? –Le susurro divertido.

No creo que sea tan malo. Pensó – ¿Dónde quedó el chico que miraba la timidez de los árboles? –Imitó su voz con lo último antes de empezar a beber su segunda botella.

Naruto soltó una ligera risa y empezó a beber –Soy el mismo –Le guiño el ojo.

–Que románticos –Los interrumpió Ino lanzando un suspiro.

Kiba soltó una carcajada –Solo lo dices para no sentirte como la lámpara –Se burló.

Ino iba a replicar pero tocaron él timbre, enseguida un chico de cabello negro llegó al lugar –Que pereza – Saludó y bostezó.

Shikamaru se acercó a ellos, sacó de su bolso un bong  y lo colocó  sobre la mesa –Hacía tiempo no pasabas por aquí –Miró a Naruto mientras preparaba la pipa.

El rubio sacó de la mochila de Shikamaru un pequeño envase –Estaba ocupado – Respondió mientras lo ayudaba triturando el cannabis.

Sasuke miraba el proceso con curiosidad. Ese idiota no entendía la práctica de química pero sabe hacer todo eso. Pensó levemente enojado. Se levantó y agarró otra cerveza de la nevera.

–Ya que estas ahí pásame diez –Le pidió Ino entregándole una cubeta –Estaré con Hinata en la cocina –Subió las escaleras con la ojiperla.

Kiba se levantó de su asiento y fue tras ellas –¿Qué prepararán? ¡Tengo hambre!

Suspiró. Genial, ahora soy el de los mandados. Terminó de llenar la cubeta y dirigió su mirada hacia el rubio al sentir ese familiar olor.

Naruto Inhalaba del bong sorprendiendo al azabache por la cantidad de humo que podía aspirar. Al terminar el rubio se giró a verlo y esperó unos segundos antes de exhalar el humo – ¿Quieres? –Ofreció.

Sasuke negó con la cabeza y subió para entregarles las cervezas a los demás. Al llegar a la cocina lo volvió a inundar el mismo olor del sótano. Las chicas se pasaban un porro mientras cocinaban con la ayuda de Kiba. Hinata le sonrió a Sasuke cuando este le entregó la cubeta

Escuchó que le agradecieron cuando se dirigió de vuelta al sótano. Aún se sentía incómodo en ese lugar. Sacó tres cervezas, una para él y las otras dos para Naruto y Shikamaru.

Ambos hablaban sobre temas que no conocía, colocó las cervezas de ambos sobre la mesa temiendo interrumpir y se sentó en el sillón del frente. Observó de nuevo el lugar tratando de distraerse, tenía ganas de irse y se sentía arrepentido de haber dejado el libro en casa de Naruto.

El cojín hundiéndose a su lado lo despertó de su transe –Lo siento –Se disculpó el rubio –Sabía que te sentirías incómodo y de alguna manera te forcé a venir –Le dijo mientras se recostaba más en el mueble.

Le iba a responder cuando aparecieron las chicas, Kiba. Traían bocadillos y demás.

 

***

 

A pesar que al inicio se sintió cohibido una vez que la cerveza hizo su efecto se dio cuenta que disfrutaba de las actividades, desde jugar juegos de video hasta bearpong. Nadie lo forzó a hablar ni participar.

Terminaba su octava cerveza, sentía la los labios adormilados. Meció a Naruto levemente –Oye tonto –Lo llamó –Donde está el baño –Le preguntó.

Naruto que no se había levantado del mueble en esas dos horas medio reaccionó y lo miró con una sonrisa tonta –Ehh –Parpadeó un par de veces antes de responderle –Subiendo las escaleras el segundo cuarto –Finalizó.

Una vez terminó de hacer sus necesidades se dirigió a la cocina. Tenía hambre y a pesar de que habían traído varios bocadillos estos se habían agotado rápidamente. Abrió la nevera esperando encontrar ingredientes para prepararse algo. Se decepcionó al encontrar únicamente variedades de refrescos, dulces y envases de comida sospechosos.

Miró su celular pensando en qué tipo de comida pedir a domicilio cuando un envase con papel aluminio al lado del horno captó su atención. Curioso lo destapó y se encontró con un gran brownie. En otro momento lo hubiera ignorado pero tenía hambre. Con un cuchillo cortó un trozo y se lo llevó a la boca.

Su sabor era extraño, no era desagradable pero no le gustaba. Aun así se terminó el pedazo y cortó otro trozo para calmar su hambre mientras ordenaba la comida.

 

 

 

Naruto subió preocupado por la tardanza del azabache. Por la forma en la que bebía notó que no sabía tomar alcohol y temía que ya estuviera vomitando. Se dirigió hasta el baño con la esperanza de encontrarlo. Un ruido en la cocina lo alertó y al llegar se encontró con Sasuke comiendo un trozo de brownie.

Alarmado le quitó el trozo –Sasuke, no comas más –Le advirtió asustado. Miró el envase para darse una idea de la cantidad que el menor se había comido.

El ojinegro frunció el ceño – ¿Acaso es un pastel de cumpleaños? –Preguntó por el extraño comportamiento del rubio.

Naruto tragó en seco – ¿Cuánto bebiste? –Lo miró preocupado.

Sasuke se llevó el dedo a la boca pensativo –Siete… no, ocho –Respondió con duda. Empezó a sentir su cuerpo extraño –Naruto ¿Qué tenía el brownie? –Preguntó asustado. Su boca se empezaba a sentir muy seca y pastosa.

–Lo que estás pensando –Le respondió en un susurro –No te alarmes ni te pongas nervioso –Aconsejó –A menos que quieras sentirte mal.

–Bien –Respondió sintiendo su cuerpo pesado y a la vez ligero – ¿Ahora que prosigue?... –Iba a preguntar algo más pero no sabía con exactitud si ya lo había hecho – ¿Cuánto dura esto? –Le miraba la cara tratando de concentrarse en la conversación.

El rubio trató de relajar su expresión preocupada –Usualmente unas pocas horas, depende de cada quién – Mintió –Lo mejor es que no trates de controlar lo que sientes y te dejes llevar –Buscó en la alacena varias bolsas de botanas.

El azabache lo veía mientras procesaba la información, se apoyó de una pared y cerró los ojos. Sentía como si su cuerpo estuviera flotando pero a la vez estaba más consciente de sus extremidades. Abrió los ojos y haló a Naruto levemente de su camisa para llamar su atención.

Cuando Naruto volteó bajó la mirada incapaz de verle a la cara –No quiero que me vean –Susurró en voz baja.

Naruto asintió y lo tomo de una mano mientras que con la otra llevaba unas botanas con gaseosas. Subieron las escaleras y entraron a una de las habitaciones, era sencilla y poco amueblada. Lo único que destacaba era el enorme televisor frente a la cama.

–Puedes recostarte un rato –Le indicó el rubio mientras cerraba la puerta con seguro.

Sasuke asintió, se sentó en medio de la cama y abrazó sus piernas. Observaba callado cada movimiento del ojiazul –Puedes irte –Dijo.

El rubio se acercó y se sentó frente a él ignorando su petición –No te dejare solo en tu primera vez –Sacó un porro de sus bolsillos y lo encendió –Te ofrecería pero ya estás muy drogado –Dijo al terminar de inhalar.

Sasuke soltó una ligera risa –No creo que esté más –Dijo.

Naruto empezó a reírse mientras seguía fumando – ¿Mas qué? –Preguntó agarrándolo de la barbilla para verlo directamente a los ojos – ¿Más drogado?

Sasuke se perdió en los ojos azules del rubio y por primera vez los notó los colores más saturados. Veía como poco a poco se le dilataban las pupilas y su mirada cambiaba a una ligeramente traviesa.

Naruto  notó que el rostro del azabache se tornaba rojo. Sin poder evitarlo se acercó lentamente a sus labios y lo besó.

Notas finales:

Como se dieron cuenta  fue otro capítulo suave. Ya a partir de aquí se desarrollará más la parte de “terror”. Tenía mis dudas sobre subirlo o rehacerlo por completo, pero al final como pudieron observar lo subí así. La razón de eso es porque estoy elaborando un mapa de la ciudad (será necesario más adelante) y no lo he terminado.

¡Muchas gracias por leer!

Besitos a todas y tengan una hermosa semana: D


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