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Olor a metal por addictyck

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Notas del capitulo:

¡Hola! Lamento estar tan ausente estas semanas. Ya tengo un poco más de tiempo para actualizar y por suerte volveré a mis actualizaciones semanales. Sé que el capítulo pasado termino muy de repente y lo lamento mucho D:

La intensa luz que inundó el lugar lo despertó. Tardó unos minutos en que sus ojos se acostumbraran a tanta claridad. Se sentó y enseguida un dolor pulsante en su cabeza y garganta atacaron. Con una mano tocó el área afectada notando un leve chichón y con la otra su cuello.

Observó el lugar y se dio cuenta de que estaba en la habitación de Naruto. De repente, se percató de algo importante. Bajo la mirada y notó que cargaba una camiseta distinta a la de la noche anterior. Tragó en seco y levantó la sabana lentamente confirmando sus sospechas: no cargaba pantalón.

¡Esa ropa interior no es mía! Pensó sonrojándose.

Unos ronquidos lo sacaron de sus pensamientos. Giró la mirada para encontrarse a un rubio dormido. Furioso se sentó sobre él, lo tomó de los hombros y lo levantó levemente para después empujarlo contra el colchón repetidas veces – ¡Despierta idiota! –Exigió el menor haciendo una mueca por el dolor de cabeza y garganta.

Naruto se despertó de inmediato y bostezó tranquilamente ignorando a Sasuke.

El azabache se enojó más por la reacción del rubio – ¡¿Qué demonios pasó anoche?! –Gritó.

El rubio le dedicó una mirada divertida y a la vez decepcionada – ¿Hasta dónde recuerdas? –Preguntó divertido.

Sasuke aflojó su agarre y tocó su barbilla pensativo. Cerveza, brownies, Naruto, habitación… beso. Tragó en seco. ¿El beso fue real? ¿O lo imagine? ¡Maldición! ¿Y después? ¡¿Qué pasó después?!

El rubio no pudo contener su carcajada al ver las expresión asustada del menor –No ocurrió nada malo –Trató de tranquilizarlo –El brownie mezclado con el alcohol te pegó mucho. Al principio te encontrabas bien pero empezaste a sentirte mal. Pedimos un taxi a tiempo porque empezaste a vomitar –Observó como Sasuke se tocaba la garganta –De verdad me preocupé cuando vomitaste unos hilos de sangre. Probablemente la tengas lastimada –Trató de sentarse un poco –También te resbalaste  y caíste sobre tu vomito –Volvió a reír por la expresión del azabache.

Sasuke se quedó un momento analizando toda la información. Se sentía completamente avergonzado y humillado. Le tapó la boca al rubio y lo miró con odio – ¡Esto es tú culpa! –Le reclamó – ¡No te rías idiota! –Gritó causando que el ojiazul se quedara sin aire.

Naruto forcejeó para quitar la mano del menor de su boca. Tomaba grandes bocanadas de aire mientras lloraba levemente por la risa.

El azabache se levantó de la cama enojado y agarró del piso uno de los varios pantalones del rubio. Se lo puso rápidamente y empezó a buscar su celular.

El ojiazul observaba al menor mientras trataba de controlar su risa –Sasuke –Lo llamó –Nadie te vio vomitando, puedes estar tranquilo –Le sonrió.

– ¡Eso no es lo que me molesta! –Le levantó la voz el azabache mientras rebuscaba en las cosas del suelo – ¡Eres un imbécil! –Gritó a la vez que lo volteaba a ver.

Naruto suspiró un poco y se acercó a él para abrazarlo. El menor confundido trató de alejarlo – ¡Suéltame! –Dijo forcejeando.

El rubio apretó el abrazo –Sé que te sientes vulnerable y lo detestas pero necesitas calmarte –Pidió con calma –Anoche me lo contaste todo –Dijo en susurro.

Sasuke se detuvo en seco – ¿Todo? –Preguntó sin comprender del todo las palabras del ojiazul.

–Lo que recuerdas de ese día y de porqué detestas quedarte solo –Trató de elegir las palabras correctas. Soltó a Sasuke para mirarlo a la cara.

El azabache frunció el ceño, lo siguiente que sintió Naruto fue un dolor en su mejilla derecha.

Sasuke lo había golpeado y con la misma salió de la habitación.

 

***

 

Esperó media hora para salir a buscar al azabache, sabía que no se podía haber ido muy lejos considerando que salió sin zapatos. Metió fruta, agua, calzado y un suéter en la mochila. Una vez fuera de casa caminó rumbo a la colina para tener mejor visión del lugar y con suerte encontrar rápido a Sasuke.

Mientras caminaba recordaba la madrugada que pasó cuidando del menor. Se sentía culpable, de haber sabido todo antes nunca lo hubiera descuidado de esa manera.

¡Todo iba tan bien después de ese beso! Pensó frustrado, sabiendo que de cierta forma se aprovechó de la situación. Nunca había visto a Sasuke tan relajado hasta que notó como el azabache comenzaba a sudar frío y a temblar.

Suspiró saliendo de sus pensamientos al llegar a la parte más alta de la colina. Miraba alrededor en busca del azabache. Un sonido de quejidos lo hizo desviar su mirada dos pequeñas colinas más abajo. Divisó su figura a lo lejos, parecía estar golpeando un árbol. Sin querer perder más tiempo apuró el paso.

Recordó como Sasuke se aferraba a él esa noche –Siento que me arrancan los huesos –Susurraba el menor con lágrimas en los ojos –No quiero que me lleven –Pedía entre gritos ahogados mientras se aferraba a él como si se tratara de un salvavidas.

Bajaba la colina trotando, el Sol comenzaba a calentar el lugar y empezó a sudar. La brisa helada enfriaba su cuerpo a la vez que comenzaba a correr. Subía algunas rocas con una habilidad envidiable, solo necesitaba de un mínimo impulso en sus piernas para subir muy alto como si de un salto se tratase.

Él sólo podía abrazarlo –No pienses en eso, imagina otra cosa –Recomendaba. El pequeño cuerpo solo temblaba más y más.

Iba en una bajada cuando casi cae por distraerse. Recuperó el equilibrio a tiempo y levantó la mirada, estaba cerca.

No tardó más de quince minutos en llegar, el azabache estaba sentado en el suelo temblando ligeramente por tanto esfuerzo físico.

–Tus manos están lastimadas –Dijo Naruto al llegar.

 Sasuke se levantó del suelo con intensión de irse, pero el rubio se lo impidió –Deja de huir por una vez en tu vida y escúchame –Dijo enojado.

El ojinegro frunció el ceño –No estoy huyendo –Se detuvo mirándolo enojado –Tu deja de seguirme –Le gritó.

 – ¡Si quieres que deje de seguirte entonces escúchame! –Trató de convencerlo.

Sasuke lo empujó – ¿Por qué insistes con ese tema? ¡Déjame solo! –Exigió – ¡Deja de verme de esa manera como si supieras lo que siento porque no es así! –Gritó.

Naruto lo tomó por los hombros –Sí lo sé –Alzó la voz –Tienes miedo de que te vean vulnerable y te guardas todo –Fue bajando su tono –Necesito que respires y me escuches.

El ojinegro enrojeció del enojo – ¡No compares mis asuntos con los tuyos! –Lanzó un golpe directo a la cara del rubio.

Sin embargo este lo detuvo con facilidad – ¡Claro que no tienen comparación! –Esquivó otro golpe del azabache – ¡Deja de evadir el tema y escúchame! –Pidió agarrando la pierna del menor que se dirigía a darle una patada.

– ¿Evadir? –Preguntó riendo – ¡Tú eres el que se la pasa evadiendo responsabilidades! –Logró soltarse del agarre de Naruto –No puedes estar un día sin consumir tus estúpidas sustancias –Escupió con malicia.

El rubio se distrajo y Sasuke logró darle un golpe – ¡Es mejor que pasársela escondido! –Dijo como si aquel golpe no le hubiera afectado – ¡Deja de ocultarte y huir! –Lo empujó contra el sueño.

El azabache se levantó con las piernas temblorosas y el ceño fruncido. Fue a atacar de nuevo, golpe tras golpe, patada tras patada. Todos sus intentos eran fallidos y en cada uno terminaba siendo empujado al suelo.

Su desesperación crecía al igual que su entrecortada respiración. Intentó ponerse de pie para volver a atacar pero el cansancio no se lo permitió. Gritó de frustración y sacó fuerzas para levantarse. Intentó dar otro golpe que Naruto esquivó de nuevo con facilidad. Su cuerpo iba de nuevo a caer en el suelo pero a diferencia de las veces anteriores no llegó a sentir la tierra en su piel. El rubio detuvo su caída y lo abrazó protectoramente.

Sasuke intentó zafarse sin éxito. Sentía demasiadas emociones para controlarlas y sin darse cuenta correspondió el abrazo del ojiazul. Ahogó un grito desgarrador en el pecho del mayor y finalmente sus lágrimas acumuladas empezaron a salir.

Naruto acarició el cabello del menor un rato en completo silencio. Esperó a que su respiración se calmara lo suficiente –Vamos a hablar entonces –Dijo con calma.

El azabache suspiró derrotado. Estaba cansado y el rubio no iba a ceder. Ambos se sentaron a la sombra de un árbol. El ojiazul le ofreció agua para beber y sus manos heridas.

Hizo una mueca de alivio al sentir el agua en sus heridas –Termina de hablar entonces –Rompió el silencio.

El mayor sonrió tratando de aligerar la situación –El tema de tus padres no es algo que tocaré –Lo miró con comprensión –Si en algún momento deseas hablar de ello te escuchare así como tú me escuchaste a mí – Sacó varias manzanas de su mochila, le ofreció una al menor mientras se lelvaba otra a la boca.

Sasuke aceptó la manzana y dejó que el rubio continuara.

Naruto terminó de comer y sacó un mapa –Es del pueblo y sus alrededores –Lo abrió y señalo un punto –Nosotros estamos más o menos aquí.

El azabache lo miró confuso – ¿Qué tiene que ver esto con lo que tenías que hablar conmigo? –Preguntó frustrado.

–Anoche me dijiste que temías ir a ciertos lugares porque pasaban cosas extrañas – Explicó –Creo que si vamos juntos a esos mismos puntos te darás cuenta de que no hay nada de malo con ellos –Sonrió.

El menor tomó el mapa pensativo. No tenía idea de cuantos lugares con exactitud pasó esos sustos –La mayoría de esos lugares están abandonados –Señaló un área en ruinas.

Naruto asintió aún con una sonrisa en el rostro –Si por supues… -Se percató de las palabras del azabache – ¿¡En ruinas!? –Gritó – ¡¿Qué hacías en esos lugares?! –Preguntó exaltado – ¡No me extraña que te jalen los pies de noche! –Dijo asustado.

Sasuke suspiró –No todo el tiempo fue ruinas. Idiota –Frunció el ceño –Antes vivía ahí –Miró al horizonte –Antes de que se quemara todo y nos desalojaran del lugar –Murmuró.

El rubio lo miró triste –Lo siento –Se disculpó –No sabía que vivías en el lugar de la catástrofe.

El ojinegro asintió. Justo un año después de la tragedia de sus padres hubo una peligrosa fuga de gas. Desalojaron a la mayoría cuando algo detonó. Las llamas se apoderaron de casi todo el valle y la gran sequía de ese año no ayudó. El pueblo prácticamente fue reconstruido desde cero lejos de ahí y por extrañas razones nunca arreglaron el área en ruinas.

 –Me sorprende que no vivieras ahí –Lo miró Sasuke curioso –Pensé que todos vivían ahí.

El rubio negó –Realmente viví la mayor parte de mi niñez en América antes de mudarme –Sonrió – ¡En fin! ¡Podemos ir hoy a uno de esos lugares que mencionaste! –Cambió el tema.

El azabache asintió –Itachi no se debe enterar de esto –Dijo sabiendo que su hermano se tomaría mal esas “excursiones” –Por cierto ¿Dónde está mi celular? –Preguntó.

Naruto lo sacó de su bolsillo y se lo entregó – ¡Me viste buscándolo y fuiste incapaz de dármelo! –Le reclamó arrancándoselo de las manos. Revisó el aparato y se sorprendió al no tener llamadas ni mensajes.

–El llamó a mi abuela, ella nos encubrió –Le sacó la lengua – ¿Cuál es el primer lugar al que iremos? –Preguntó emocionado con la idea de hacer exploración urbana.

Sasuke le dedicó una mirada aburrida –No entiendo tu emoción. Hace unos momentos estabas aterrado – Miró el mapa pensando en cuál sería el mejor lugar para iniciar –Las ruinas del antiguo pueblo quedan lejos. Deberíamos probar con algo más cercano a nuestra zona –

El rubio le arrebató el mapa – ¡Podemos empezar por el colegio! –Dijo contento –Anoche dijiste que escuchaste algo en los baños –Miró al azabache y este asintió –Hay una leyenda en que una niña de tercero desapareció ahí.

El menor lo miró incrédulo – ¿Y qué? ¿Desapareció en los baños? –Preguntó aburrido –Adivinare, sus llantos aún se escuchan por las noches –Dijo sarcásticamente.

Naruto negó con la cabeza –Ella vivía en la zona en ruinas –Se acercó al rostro del azabache – Desapareció en el colegio que quedaba en la zona de la catástrofe y obviamente antes de la misma –Puso voz de ultratumba –Pero encontraron parte de sus restos en la nueva construcción del colegio –

Sasuke detuvo su respiración por un segundo –No lograrás asustarme con eso –Ocultó su nerviosismo –De todas maneras –No terminó la oración porque su celular comenzó a sonar. Miró la pantalla, era Itachi. Suspiró y contestó.

Dime

–Sasuke ¿A qué horas llegas? ¿Necesita que pase a recogerte? ¿Cómo la pasaste anoche? –Preguntaba Itachi preocupado.

–Iré allá dentro de poco, no necesitas preocuparte –Sonrió levemente para colgar la llamada.

Miró a Naruto –Iré a mi casa. Organizaremos el plan después – Se levantó despidiéndose del rubio.

 

***

 

Después de perderse un poco, logró encontrar el camino hacia su casa. El trayecto hubiera sido silencioso y tranquilo de no ser las constantes llamadas de su amigo para saber si estaba bien. Su mente estaba divagando y trataba de recordar lo sucedido anoche. Si había algo que tenía claro era que aquel beso si ocurrió y no lo imaginó. Aunque le pareció extraño que Naruto no hubiera mencionado nada al respecto.

Quizá solo fue algo impulsivo y es preferible hacer como si nada hubiera pasado. Pensó suspirando, ya había llegado al departamento. Abrió la puerta silenciosamente, a esa hora Itachi no solía estar en casa. Entró con confianza y dejó su bolso en la mesa.

Caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua –Que suerte que Itachi no esté en casa –Escupió el agua al escuchar esa voz.

Deidara lo miraba de arriba abajo con los brazos cruzados –Esa no es tu ropa –Señaló.

Sasuke lo miró sin expresión – ¿Por qué no vas a molestar a otro? –Preguntó sarcásticamente –Deberías estar feliz de haber pasado una noche a solas con él aquí –Se burló

El rubio se acercó a él y lo miró directamente a los ojos –Dime que no tuviste nada sexual –Dijo serio.

El azabache negó extrañado por el tono de voz empleado por el novio de su hermano. Deidara no se lo creyó del todo y jaló los pantalones de Sasuke – ¿Qué demonios haces? –Preguntó avergonzado alejándose del rubio.

–Sales y apagas tu celular toda la noche. Llegas aquí con otra ropa que no es tuya –Lo señaló –Ni si quiera esos boxers son tuyos –Puso las manos en su cadera en señal de reclamo –Justamente cuando crees que no hay nadie en la casa. Si no me explicas que ocurrió le diré a tu hermano–Finalizó.

El ojinegro puso los ojos en blanco –Me embriagué y vomite –Dijo simplemente. El sonido de la puerta abrirse alertó a ambos. Sasuke le dirigió una mirada de complicidad.

Deidara asintió –Ve a darte una ducha mientras preparo el almuerzo –Entró a la cocina. Se detuvo un momento y sacó un condón de su bolsillo –De todas formas debes cuidarte –Le lanzó el condón.

Sasuke lo agarró en el aire apenado y se fue rápidamente a la ducha.

 

***

El olor a comida y el sonido de los cubiertos invadió el apartamento. Itachi observaba seriamente a su hermano y este a él.

–No –Dijo seriamente El hermano mayor.

–No te pregunté si podía –Respondió Sasuke a la vez que tomaba un poco de agua.

Deidara sonreía tensamente –Ustedes dos son un caso –Se burló metiéndose a la conversación –El que no quería salir ahora quiere salir –Señaló al menor –El que quería que saliera ahora quiere que esté encerrado –Señaló a su novio.

Itachi miró al rubio –No es lo mismo salir de día que de noche. Además ya se quedó a dormir ayer fuera –Dijo preocupado.

Sasuke lo miró con el ceño fruncido–Solo ayude a Naruto a estudiar, eso no cuenta cómo salir –argumentó.

El azabache mayor lo miró con expresión seria –Bien entre tu historia de ayudar a Naruto a estudiar ¿dónde llega la parte en la que llegas con otra ropa? –Preguntó y miró a Deidara frunciendo el ceño –Y no puedo creer que tú lo encubras.

El menor se sonrojó –No es lo que parece –Dijo incomodo por la penetrante mirada de su hermano –La comida me cayó mal y vomité –Miró a otro lado.

Deidara se levantó de la silla –Itachi –Lo llamó –Vamos a hablar –Se dirigió a la habitación seguido por un confundido Itachi.

El azabache se extrañó por ello, aprovecho la oportunidad y le escribió a Naruto

Para: Naruto

Me parece que deberíamos dejar esa exploración para otra ocasión.

Su teléfono vibró al segundo de enviar el mensaje.

Para: Sasuke

¡No te acobardes ahora! Si no vamos hoy tendremos que esperar hasta el otro fin de semana para ir a la escuela a esta hora. Además ya estoy de camino.

Sasuke suspiró y recogió la mesa. Al terminar se sentó en el mueble cansado. ¿De dónde sacará tanta energía como para hacer tanta actividad física? Se preguntó cerrando los ojos.

Comenzó a ver colores extraños, imágenes aleatorias de la noche anterior. Un rubio disculparse con él por haberlo besado. El negando sus disculpas mientras se abalanzaba contra él para seguir besándolo.

Calor, mucho calor. Sentía la piel del pecho de Naruto, tocaba sus músculos mientras este le quitaba la camisa. De pronto el rubio lamió donde estaba su tatuaje cerca del cuello volviendo todo oscuro.

El sonido de su teléfono lo sobresalto. Abrió los ojos de golpe, tratando de controlar el sobresalto de su corazón. Instintivamente se llevó una mano a su hombro. Una sensación extraña invadió su cuerpo, sentimientos encontrados entre asco y placer lo confundieron. Algo le decía que no era la primera vez que lo lamian ahí. Pero no era capaz de recordar quién fue el primero.

De nuevo el sonido del celular alertando un nuevo mensaje lo sacó de sus pensamientos. Lo revisó con mala cara.

Para Sasuke: Ya estoy cerca.

Al leer el mensaje su corazón se sobresaltó como si le hubieran inyectado adrenalina. Subió a su habitación y vació su mochila. Comenzó a preparar lo que pensaba que necesitaría, una linterna, una botella de agua, una navaja multiusos y barras energéticas.

Se colocó el suéter que le había regalado Naruto y encima el que le quitó a Itachi. Su celular sonó cuando se acomodó la mochila.

Para Sasuke: Ya estoy afuera.

Tragó en seco, sus manos empezaron a sudar frío. Negó con la cabeza y respiró sonoramente para teclear una respuesta.

Para Naruto: Ok.

Guardó su celular en el bolsillo y caminó hacia la salida. Su hermano lo esperaba con los brazos cruzados en la puerta. Sasuke lo miró decidido.

El mayor suspiró y con dos dedos empujó levemente la frente del menor–Mantenme al tanto si pasa algo –Le entregó gas pimienta –Te estoy dando un voto de confianza, no lo arruines.

Sasuke asintió y  tomo extrañado el envase. Salió del departamento. Bajo las escaleras del edificio lo más rápido que pudo. Al salir se encontró con el rubio esperándolo

Quizá aquello no fue un recuerdo sino un simple sueño. Pero no le importaba, si había algo de lo que estaba seguro era que quería dejar de huir por una vez en su vida. Recordaría al asesino de sus padres y lo encontraría.

Notas finales:

Originalmente lo que acaban de leer realmente era la mitad del capítulo, pero aprovechando que era lo suficientemente largo decidí cortarlo ahí. La catástrofe es un punto clave en la historia tanto para el pasado de Sasuke como las supuestas leyendas en el pueblo.

El por qué Itachi decidió darle demasiada libertad a Sasuke se ira revelando en los siguientes episodios.

Eso es todo por esta semana. ¡Se les quiere muchísimo! Y gracias por leer.

Abracitos y besitos :D


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