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Olor a metal por addictyck

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Notas del capitulo:

 ¡Hola! ¿Cómo han estado? Aquí otra actualización que por cierto de todos los capítulos ha sido el más difícil de escribir, pero por lo menos se está desarrollando mucho más la trama principal :D

A diferencia de las ciudades, aquél pueblo no era nocturno. Si bien en algunas festividades el pueblo agarraba vida nocturna, no quitaba el hecho de que esa noche no era uno de esos días.

Las calles largas y el bosque rodeándolos hacían que por más iluminación que tuvieran pasadas las diez de la noche los transeúntes necesitarían una linterna para moverse en la mayoría de lugares.

Sin embargo, esa noche era distinta. La noche era clara y como si de una travesura se tratara ambos chicos caminaban sin necesidad de alumbrar el camino.

El aire helado le pegaba en la cara al azabache refrescándolo de aquella ansiedad que lo hacía sudar. Ninguno hablaba, mantenían un paso rápido. Iban por una calle principal orillados de la vía cuando de la nada el rubio se detuvo.

–Tomemos un atajo –Le guiño el ojo al menor –No queremos que algún curioso nos vea entrando a esta hora –Tomo la mano de Sasuke y lo guió dentro de la maleza.

El azabache se dejó llevar –Al menos dime que esta vez no me harás correr –Suspiró en voz baja, recibiendo como respuesta una leve risa por parte del rubio.

 –No prometeré no cansarte, pero trata de mantener mi ritmo –Sonrió –Caminando, claro –

El ojinegro apretó la mano del ojiazul, entre el frío y la incomodidad que sentía por el sudor sólo le reconfortaba sentir el tacto de Naruto.

A pesar de tener poca visión reconocía el lugar, se habían adentrado al bosque desde la carretera norte. Caminaron aún en silencio por unos minutos, subiendo unas cuantas colinas de vez en cuando. Después de pasar entre varios árboles llegaron a la zona donde Sasuke se había topado con Naruto aquella noche, después de su ataque de pánico.

El azabache se detuvo y subió la mirada hacia el cielo contemplando las estrellas. Tantas noches encerrado en su habitación concentrándose en sus pesadillas le había hecho olvidar la belleza de ciertas cosas.

 –Hoy el cielo está especialmente hermoso –Dijo el rubio sacándolo de sus pensamientos. Giró su mirada hacia este. El frío de la noche hacía que saliera vapor de su boca al respirar.

–Supongo que perdiste una buena noche para tomarle fotos a las estrellas, o lo que sea que hagas –Le respondió fingiendo poco interés.

Una risa traviesa lo sorprendió –He notado que cuando mientes  desvías la mirada o tensas tu mano –Dijo el rubio apretando ligeramente el agarre de Sasuke –Hay más noches así, no te preocupes –Se puso frente al azabache –Podemos acampar un día. Conozco un punto alejado donde las estrellas se ven mejor –Finalizó.

El menor tragó saliva. El rostro de Naruto estaba acercándose, sentía su tibio aliento cerca del rostro. Fue cerrando lentamente los ojos, esperando con algo de ansiedad sentir los labios del rubio como aquella noche.

Más el beso no llegó. Lo supo cuando al sentir como la calidez del aliento del mayor se alejaba. Abrió los ojos entre avergonzado y decepcionado.

El rubio desvió la mirada –Lo siento –Se disculpó –No es el momento adecuado –Soltó la mano del azabache para continuar caminando.

Inmediatamente Sasuke volvió a tomar la mano de Naruto –Idiota –susurró.

El mayor sonrió mientras correspondía el agarre.

 

***

 

Ambos habían pasado alrededor de una hora caminando antes de llegar al gran árbol. Solo ahí se detuvieron un momento para tomar agua y repasar la ruta.

Naruto abrió el mapa y lo alumbró con la linterna –El colegio tiene más de siete entradas –Señaló la entrada principal, la posterior, la del gimnasio y la del patio –Las otras cuatro son de emergencia y es probable que estén abiertas –Miró la cara nerviosa de Sasuke –De todas formas la mayoría de ventanas aunque están cerradas no tienen seguro –Le dedicó una mirada traviesa.

El azabache suspiró negando con la cabeza –Bosques nocturnos e invasión de propiedad. No añadiré fractura –Le respondió sin expresión.

Naruto exhaló resignado –Bueno –Dijo haciendo un leve puchero mientras guardaban las cosas –Vamos –

 

Se levantaron y continuaron caminando. En menos de diez minutos se encontraban en las áreas del colegio. Este estaba vagamente alumbrado y conforme se acercaban una densa niebla los empezó a cubrir.

Ambos encendieron sus linternas en un esfuerzo de ver mejor. Se dirigieron a la puerta que daba la salida hacia el patio ya que era la más cercana que tenían. Sabían que estaría cerrada pero  intentarían abrirla.

El azabache puso la mano en una de las perillas nervioso, sentía su corazón latir frenéticamente y el frío hacía que el metal de la misma le quemara la mano. Miró a Naruto dudoso y este lo imitó con la perilla de al lado. Se vieron durante un segundo antes de que Sasuke inhalara y empujara la puerta a la vez que el rubio.

La puerta se abrió dando un crujido. Ambos se vieron de la impresión sin poder creer que la primera puerta que intentaran abrir estuviera de hecho sin seguro. No lo pensaron dos veces y entraron cerrando la puerta tras sí.

Los pasillos del colegio se veían más grandes sin los estudiantes. La densa niebla terminó por cubrir los alrededores oscureciendo más el ambiente. El silencio era tal que Sasuke podía escuchar su corazón retumbándole los oídos.

Miró a Naruto sin saber a dónde dirigirse primero – ¿Vamos a donde el suceso o donde dices que se encontraron los restos? –Preguntó ocultando su nerviosismo.

El rubio sacó su cámara fotográfica del bolso –Primero a los baños –Se agachó y tomó una fotografía del pasillo –Nunca había visto niebla en un sitio cerrado –Comentó con asombro.

Sasuke frunció el ceño –Espero que no seas tan idiota como para publicar esas fotos en internet –Dijo suspirando –La idea es que nadie se entere que estamos aquí –Lo regañó.

El mayor soltó una leve risa mientras hacía otras tomas –Te tomas todo muy enserio, relájate –Lo miró y colgó la cámara a su cuello – ¿O ya estás buscando una excusa para huir? –Retó

El azabache se colocó las manos en el bolsillo en un intento de calentarlas –Deja tus estupideces –Dijo cortante –Vamos –Empezó a caminar.

Naruto alumbraba el camino, por alguna razón una sola linterna alumbraba lo mismo que ambas. Subieron las escaleras hasta el tercer piso. No se escuchaba ningún sonido extraño más que los pasos de ambos. Se detuvieron en la puerta que daba al baño, el rubio intentó abrirla pero esta estaba cerrada.

 –Buu –Se quejó el mayor mirando al azabache –Parece que solo iremos a el área clausurada y nos iremos –dijo decepcionado.

Sasuke solo se limitó a asentir desviando la mirada a las ventanas. La oscuridad era tal que era imposible visualizar algo fuera. Extraño, pensó. Ambos se dirigieron a ancho pasillo con el objetivo de llegar a las escaleras.

Un sonido grueso y oxidado de un cerrojo de puerta retumbó en el lugar haciendo que voltearan de inmediato. La oscuridad empezó a ser tal que era imposible ver más que a unos pocos metros de frente. 

Instintivamente se tomaron de las manos y el rubio apagó la linterna – ¿Crees haya alguien ahí?– Pregunto Naruto en voz baja.

Sasuke negó y apretó el agarre –Hay que ver de dónde provino ese sonido –respiró profundamente tratando de mantener la calma.

El mayor encendió de nuevo la linterna iluminando tenuemente el lugar. Caminaron de regreso escuchando nada más que el eco que hacían sus pasos. Pasaron por la puerta del baño, Naruto la iluminó un momento verificando que esta siguiera cerrada.

Al ver que así era continuaron su paso. Un crujido lento y profundo detrás de ellos los alertó. La puerta del baño se había abierto de par en par.

– ¡Ahhhhhh! –Gritó el rubio colocándose tras Sasuke

El azabache miró a Naruto enojado –Deja tus estúpidas bromas –Dijo molesto

El mayor negó varias veces dando unos cuantos pasos hacia atrás –Te juro que estaba cerrada con llave –Se excusó arrastrando sus palabras –Debió ser el aire –

 –No puede haber aire si ninguna ventana está abierta –Las señaló.

–Debe de haber si entró hasta la niebla – Lo tomó del brazo –Alguna ventana del baño quizá lo esté.

El azabache frunció el ceño – ¡Aun así! Si la puerta estaba cerrada con llave como dices ¿Cómo puedo el aire pudo abrirla? –Señaló lo lógico.

 – ¡No lo sé! –Respondió frustrado – Solo estamos poniéndonos nerviosos –Dijo tratando de simular valentía – ¡Entremos y acabemos con esto! –Jaló a Sasuke adentro.

Al entrar no notaron nada extraño además de la densa niebla. El ojinegro señaló la pequeña ventana al otro extremo –Está cerrada, idiota –Lo miró de mala manera.

El rubio suspiró –Ya no importa, exploremos – Miró a su alrededor. El baño no era muy grande, constaba de cinco cubículos todos con las puertas cerradas, tres orinales y cinco lavamanos en frente de un gran espejo. Se acercó al primer cubículo y lo abrió.

El azabache hizo lo mismo con el segundo y el tercero. Naruto se dirigió a abrir el cuarto cubículo, solo quedaba abrir el quinto cuando la puerta del baño se cerró de un portazo.

El mayor se dirigió a la salida del baño para abrirla, pero esta se encontraba trancada. Sin saber qué más hacer la empezó a patear, pero esta no cedía.

Sasuke encendió su linterna para no perder de vista a Naruto. Por el rabilo del ojo notó algo extraño en el espejo – ¡Naruto! –Lo llamó asustado captando su atención.

El rubio se giró – ¿Qué? –Se sorprendió al ver al menor más pálido de lo usual alumbrando el espejo. Al igual que el azabache alumbró el espejo abriendo la boca y dejando escapar un grito ahogado de la impresión.

Al verlo directamente se podía notar cada cubículo que habían abierto con salpicaduras de sangre y en medio del espejo en letras mayúsculas habían escrito con sangre:

 

 

¿JUGAMOS?

 

 

Naruto se giró para comprobar lo que veía. Sin embargo los cubículos estaban completamente cerrados – ¿Qué demonios? –Preguntó extrañado. Girando la cabeza un par de veces sin entender cómo el espejo daba una imagen errónea.

El sonido de un cerrojo los regresó a la realidad. Sasuke siendo el primero en reaccionar tomó a Naruto del brazo y  lo arrastró rápidamente hasta el último cubículo encerrándose con él.

–Súbete a la váter ¡rápido! –Ordenó en voz baja. El rubio obedeció y el azabache lo imitó. Con las manos temblorosas apagó ambas linternas. Le tapó la boca al ojiazul con una mano.

La puerta empezó a crujir anunciándose. Unos pasos cortos y rápidos los alertaron. Escucharon una respiración acelerada junto con un pequeño llanto agudo. La puerta crujió de nuevo dándoles a entender que la cerraron.

Los pequeños pasos se acercaron hasta el cuarto cubículo. Estos se detuvieron ahí y escucharon como rápidamente alguien al igual que ellos se escondió.

La puerta volvió a crujir, esta vez anunciando unos pasos lentos y pesados. Patearon la puerta del primer cubículo, el segundo  y así sucesivamente.

El llanto ahogado del cuarto cubículo aumentaba conforme se acercaban los pasos a él. Cuando escucharon el cuarto cubículo ser pateado un grito desgarrador inundó el lugar.

Una voz risa profunda, grave y sádica se escuchó de fondo.

 

T E    E N C O N T R É

 

Sentenció aquella voz, antes de que el lugar se inundara de gritos y súplicas. Un sonido suave y filoso los acompañaba junto con un olor metalizado mezclado con podredumbre.

Tres minutos exactos pasaron antes de que aquel ensordecedor llanto se detuviera por completo. El hedor cada vez era mayor. La misma risa profunda y extraña sonó antes de que tocaran en el último cubículo.

 

TOC TOC TOC

 

Susurraba aquella voz. Esperaron a que abrieran la puerta, sin embargo eso no ocurrió. Los pasos se fueron alejando del lugar con paciencia. El crujido de la puerta les avisó que aquél ser abandonó el lugar.

Naruto quitó la mano del azabache de su boca, ambos estaban repletos de sudor. La oscuridad se desvaneció un poco y eran capaces de verse ligeramente los rostros.

El rubio se reincorporó en el piso – ¿Qué demonios fue eso? –Preguntó el un hilo de voz.

 –Un recuerdo–Respondió de manera tranquila mientras que se reincorporaba y encendía una linterna.

El ojiazul impidió que Sasuke abriera la puerta – ¿Qué haces? ¡Es peligroso! ¡Debemos llamar a emergencias! –Sacó el celular para marcar.

El azabache solo negó y salió del cubículo – ¡No salgas puede volver a aparecer! –Dijo preocupado marcando, pero el celular ni si quiera daba tono – ¿Cómo es que ni hay señal? ¡Maldición! –La intensa luz lo del baño lo cegó unos instantes.  Salió del cubículo para encontrarse a un Sasuke con una mirada neutra.

El baño estaba completamente normal, no habían rastros de lo anteriormente sucedido, incluso el espejo estaba impecable.

 –Encontré el interruptor de la luz – Dijo de manera tranquila.

Naruto se agarró el cabello casi halándoselo sin poder entender lo que ocurría –No entiendo –Dijo tragando en seco –Lo escuchamos –Tomó a Sasuke por los hombros – ¡Él estaba ahí y asesinó a alguien! –Su voz se quebró levemente al mencionar lo último.

El azabache suspiró –Lo que viste no fue real –Dijo lentamente –Parecía real y puede dañarnos. Pero no, no es real.

El rubio puso una cara de confusión – ¿Sabías que esto pasaría? –Apretó su agarre – ¡¿Por qué no me lo dijiste?!

  – ¡Ni si quiera recuerdo lo que te dije! –Se defendió – ¡Además tampoco sabía que esto pasaría contigo aquí! –Dijo alterándose – ¡Nadie me ha creído en años!

– ¡Mierda! –Gritó el ojiazul – ¡La ventana! –Dijo de pronto. Se acercó a ella y trató de abrirla, sin embargo se encontraba completamente cerrada. Enojado, se quitó la chaqueta para envolverla en su brazo. Dirigió un golpe a esperando romperla, pero esta ni si quiera se agrietó. Lo intentó varias veces más lastimando su mano.

Sasuke se sentó en el piso suspirando –Oye –Lo llamó –No la vas a poder romper, estamos atrapados –Dijo aburrido.

Naruto lo miró estresado y se sentó frente a él. Con las manos temblorosas sacó de su mochila una cajetilla de cigarros –Bien ¿Cómo salimos entonces? –Preguntó a la vez que encendía un cigarro y daba una profunda calada. Le ofreció uno a Sasuke.

Este dudó un instante, pero lo aceptó –No lo sé, esto también es nuevo para mí – Encendió el cigarrillo y dio una corta calada ahogándose en el instante –Asco –Tocio un par de veces más.

El rubio dio otra calada – Busquemos una salida –Sonrió tratando de reconfortar al menor

El azabache tomó un poco de agua asintiendo. Naruto sacó de su mochila un juego de navajas y miró al ojinegro – ¿Tienes con qué defenderte? –Preguntó –Ya sabes, en caso de no poder escondernos –Sonrió un poco al ver como el otro asentía y sacaba un spray de pimienta cortesía de su sobreprotector hermano mayor.

Terminaron su cigarrillo y se prepararon. En cuanto salieron del baño la puerta se cerró de un portazo y escucharon la cerradura de la misma. Sasuke se giró y trató de abrir la puerta, pero esta se volvió a encontrar cerrada.

Revisaron algunas de las ventanas del pasillo, al igual que las del baño se encontraban cerradas y eran imposibles de abrir. Optaron por devolverse por donde vinieron, el camino era iluminado por el azabache, mientras que Naruto sostenía la navaja.

Llegaron a la puerta que daba la salida. El rubio intentó abrirla, al no tener éxito intentó violar la cerradura sin éxito.  Frustrado empezó a darle patadas –Maldición ¡Ábrete! 

 –En el salón de profesores o en la dirección debe de haber algún juego de llaves –Dijo interrumpiendo las patadas del mayor.

Este asintió –No entiendo cómo estas tan tranquilo – Se adentraron de nuevo al pasillo.

Sasuke iba alumbrando el tenue camino, necesitaban pasar por seis salones antes de llegar a la escalera –He visto cosas peores –respondió cortante luego de unos minutos de silencio.

Continuaron pasando por el salón A17, seguido del A16 y así sucesivamente. De pronto tanto el azabache como el rubio se detuvieron.

¿No debimos pasar por las escaleras ya? Se preguntó iluminando los salones.

De nuevo el A17. Giraron y no alcanzaban a ver la puerta que habían intentado abrir hace algunos minutos. Naruto tomó la mano del azabache para guiarlo hacia atrás

–Ilumina ese salón –Indicó. Palideció al leer A11. No se habían pasado, de alguna manera el pasillo no tenía fin.

Intentaron abrir ese salón sin éxito. Probaron con la puerta del lado derecho sorprendiéndose que esta sí abriera. Entraron buscando el interruptor de luz.

El mayor lo activó –No enciende – Lo apretó varias veces esperando un distinto resultado. Miró al fondo decepcionado hasta que notó algo extraño –Mira Sasuke –Caminó al fondo del salón –Una nota –La levantó del piso.

 

A-17-2

 

–Parece una especie de acertijo –Dijo acercándose al rubio.

Este pegó un salto – ¡No me asustes así! ¡Camina haciendo más ruido! –Lo regañó.

El azabache levantó las cejas sorprendido y sonrió levemente –Verifiquemos si hay algo entre este salón y el A-11 –Se dirigió a la puerta y sintió un poco de alivio al notar que no se quedaron encerrados.

Al salir no vieron nada entre ambos salones. El rubio incluso palpó la pared buscando alguna imperfección en la misma.

Sasuke suspiró y se tocó la sien –Bien analicemos –Trató de encontrar sentido a la nota –El primer mensaje fue “juguemos” –Hizo unas comillas con los dedos de su mano libre –Básicamente estamos jugando al escondite –Dijo con obviedad –Esto debe indicar algún lugar en el que nos podamos esconder o alguna clave.

Naruto lo abrazó – ¡Eres muy inteligente! –Dijo emocionado – ¡Bien! ¡Busquemos ese escondite o cosa cerrada! –Le quitó la linterna al menor, guardó su navaja en el bolsillo y lo tomó de la mano apresurando el paso.

Probaron con el salón doce, al igual que el once estaba cerrado. Con el salón trece tuvieron suerte, entraron deprisa. Naruto soltó la mano del azabache y le devolvió la linterna. Encendió la suya para agilizar la búsqueda. Verificaron cada pupitre esperando encontrar alguna nota, objeto o incluso libro. Sin embargo no encontraron nada. Sin desanimarse probaron con los salones faltantes.

 

***

 

Lejos de ahí se encontraba un azabache caminando de un extremo de la habitación a otro.

Deidara por otro lado estaba sentado en la cama arropado bebiendo un té –Pareces bestia enjaulada. Cálmate –Aconsejó bebiendo un sorbo.

Itachi se detuvo y le dedicó una mirada enojada –No debí dejarlo salir –Dijo preocupado –Por su expresión se notaba que iba a hacer algo indebido –Arrastró sus palabras con rabia.

El rubio colocó su tasa en la mesita de noche –Tu hermano que nunca sale se hace amigo de un adolescente que le gusta acampar y meterse hierba – Bostezó con sueño –Obviamente harán cosas indebidas –Se burló.

El ojinegro se sentó al lado del rubio – ¿Y si se meten en problemas? –Suavizó su expresión al sentir como le acariciaban el cabello.

 – ¿Un idiota y un amargado juntos? –Rió –No me extraña si esa sabandija nos llama en la madrugada para que los saquemos de la cárcel –Besó al azabache para tranquilizarlo –Déjalo tranquilo –Bostezó de nuevo y se acostó para dormir.

Itachi se levantó y miró hacia la ventana. Apretó su celular esperando alguna llamada, estaba seguro que algo andaba mal.

 

***

 

Ambos se encontraban sentados en el pasillo entre el salón once y el diecisiete exhaustos. Sólo podían ingresar al salón trece y al diecisiete. Habían buscado más de una vez cualquier pista u objeto, pero los salones estaban vacíos si omitían los pupitres.

 –Naruto –Lo llamó el azabache – ¿Qué hora es? –Preguntó agotado.

El rubio verificó su reloj –Las doce en punto –Dijo sorprendido –No me puedo creer que no ha pasado ni un minuto desde del incidente del baño –Sacó su teléfono verificando la hora –El celular dice la misma.

Sasuke exhaló frustrado, podía ver su aliento de nuevo. Por cada segundo que contara en su mente la temperatura disminuía más y más. Una risa aguda del mismo tono de los llantos del baño provenientes del salón once les llamó la atención.

Se levantaron de inmediato. Un crujido y la puerta frente a ellos se abrió de un portazo. Naruto contó tres segundos en voz alta, al ver que nadie salía entraron en busca del infante.

La puerta se cerró tras ellos. Ambos ignoraron ello y alumbraron lo posible con las linternas. El salón era para su desgracia el de biología y a diferencia de los otros salones este se encontraba repleto de objetos.

El mismo olor nauseabundo de los baños empezó a inundar el lugar – ¡Sasuke reacciona! –Gritó el rubio al ver al azabache parado con la mirada perdida.

Al ver que se quedaba sin reaccionar decidió buscar él mismo un escondite para ambos antes de que fuera demasiado tarde. Revisó al fondo del salón justo detrás de los mesones. Al acercarse vio varios estantes y en medio de ellos un armario cerrado. Intentó abrirlo pero este necesitaba de una llave para abrir. Lo pateó un par de veces desesperado. Respiró profundamente y se dispuso de buscar algo en el salón que lo ayudara a romper el candado.

Sasuke observaba con detenimiento el salón. Este no contaba con pupitres sino con cuatro largos mesones numerados por letras. El eco lento de los pasos acercándose les indicaba que les quedaba poco tiempo. Piensa rápido, pensó estresado a la vez miraba a su alrededor en busca de algún número o pista en el mesón A. Pero exactamente de lo que carecía aquel salón eran de números.

Levantó la mirada frustrado viendo el antiguo reloj de pared. La voz del ser desagradable le llegó como recuerdo Toc, toc, toc. ¡Tiempo! Pensó.Este al igual que el de Naruto tenía la hora detenida.

Tomo una silla deprisa y la colocó justo debajo del reloj. Se subió sobre ella y movió las manecillas indicando las cinco y dos. Notó como algo dentro del reloj sonó. Lo tomó y al instante de  separarlo de la pared una llave cayó. Bajó de la silla para tomarla pero el rubio le ganó.

Sintió como lo tomaban del brazo y lo arrastraban hasta el armario. Naruto lo abrió con la llave y lo metió antes de entrar y cerrar. Apago su linterna.

Los pasos se detuvieron un momento, un portazo a la puerta anuncio aquél despiadado ser. Su fuerte olor fétido les hizo cubrirse la nariz.

Incapaces de ver por la oscuridad, sólo podían escuchar como tumbaba los mesones uno por uno. Los pasos se aceraron al armario lentamente y se detuvieron. Una pequeña risa lenta inundó el lugar. El ser continuó en su búsqueda.

Arrancó los posters de biología, destruyó el muñeco de ciencias. Se detenía unos segundos entre estante y estante. Tomándose su tiempo disfrutaba de romper todo.

¡Está dejando el armario de último! Pensó el azabache con terror.

Desafiando su lógica, Sasuke palpó la pared del armario empujándola levemente. Esta se abrió como puerta. Exhalaron en silencio aliviados y se dispusieron a huir por aquél lugar.

Para cuando abrieron la puerta principal ellos ya se habían ido.

 

***

 

La pequeña puerta los llevó por un corredor oscuro, ninguno fue capaz de encender la linterna por temor a que los siguieran. Una tenue luz al final del camino los guió a la salida.

Conforme se acercaban a ella notaban que provenía de un agujero en la pared. Naruto se asomó en él.

–Hazte a un lado – Ordenó el rubio yendo hacia atrás para tomar impulso y abalanzarse contra la pared de madera.

La luz momentánea los cegó unos segundos. Estaba amaneciendo, el menor casi se cae de la impresión al reconocer el lugar.

Era su antigua escuela.

 

 

Notas finales:

 Lo sé deben estar como ¿Pero que ha pasado? Ya poco a poco todas las interrogantes se irán respondiendo. ¿Quién es ese ser y en qué se relaciona con Sasuke? Supongo que ya deben de tener una idea.

Originalmente el capítulo era muchísimo más largo ¡Pero se me hizo interminable esas dos escenas de terror! Así que para no aburrirlos tanto decidí resumirlo un poco mientras agarro algo de experiencia con esto de escribir escenas de “miedo” (entre comillas lo coloco porque escribir eso de madrugada con sountracks de películas de terror me puso de los nervios. Pero al leerlo en la mañana me decepcionaba porque no asustaba ni a una gallina)

En fin, tengan un lindo fin de semana! Nos estamos leyendo, abracitos y besitos :3

Y se me cuidan de la gripe D:

 


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