La sonrisa se le borró rápidamente al intentar abrir la puerta de entrada. Le propinó un par de patadas antes de sentarse frustrado apoyándose en la puerta en un intento de no mojarse más de lo que ya estaba. El agua que caía a chorros de su cuerpo haciéndolo temblar y sumándole peso.
Debería entrar por otro lado y hacer una fogata. Pensó al estornudar. Se levantó y caminó hacia los alrededores del edificio. Se quitó la mochila y la lanzó con fuerza contra una de las ventanas intentando romperla, pero no lo logró.
Suspiró enojado dispuesto a irse hasta que se percató de una pequeña rejilla en la esquina del edificio. Se acercó curioso, estaba puesta pero no tenía los tornillos. La agarró y haló con fuerza para quitarla.
Un trueno retumbó en el lugar al quitar la rejilla asustando levemente a Sasuke. Sin pensarlo mucho se arrastró hasta el interior del ducto.
Seguramente el idiota no entra aquí. Pensó el ojinegro mientras se deslizaba lentamente en el estrecho ducto. Encendió la linterna de su celular para visualizar bien el camino. Se arrastró recto hasta que el ducto empezó a subdividirse. Tomo la división de la derecha tres veces seguidas. De repente las divisiones del metal cedieron y Sasuke cayó.
Se sentó asustado, el bolso había reducido el impacto de la caída. Observó el lugar con detenimiento. Estaba helado, sin embargo era más cálido que afuera. Iluminó el lugar notando que se encontraba en una biblioteca.
El lugar estaba repleto de polvo y mantenía los objetos como si lo hubieran abandonado de un día a otro. Sus manos rozaron los títulos de los libros. Diversos estudios de psicología antiguos y ensayos con títulos extraños eran los que más abundaban el lugar.
Un olor peculiar invadió sus fosas nasales. Era leve, pero horrendo. Caminó buscando el origen pensando que era similar a los de un cadáver, sin embargo se topó contra la pared.
Parece que viene internamente de aquí. Pensó preocupado.
Luego de investigar la biblioteca salió por la puerta quedando por un pasillo ancho. Había dos señalizaciones grandes dividendo el camino. Con la manga del suéter limpió el polvo en ellos pudiendo leerlos.
Hacia la izquierda los laboratorios. Hacia la derecha los baños… Definitivamente me niego a entrar a los baños. Pensó recordando el incidente del colegio.
Tomó el camino de la izquierda. El pasillo ancho vacío y lúgubre le puso la piel de gallina. Aun así no importara cuanto se alejara de la biblioteca el leve hedor a muerto no se disipaba por completo. Continuó hasta toparse con una puerta doble. El título que indicaba qué era estaba medio borroso. Tomó aire y abrió la puerta sintiéndose nervioso.
Crujió fuertemente al abrirse. Sasuke iluminó con la linterna del celular. La sensación de sentirse observado lo empezó a preocupar. Se percató de que se encontraba en una especie de laboratorio. Tubos de ensayos perfectamente arreglados y los mesones largos por un instante le recordó a su salón de biología. Tragó en seco, sintiendo una intensa sed por primera vez desde que llegó.
Igualmente decidió echar un vistazo. Un cuaderno con notas de una aparente investigación le llamó la atención. La tomó y la ojeó rápidamente. Otro “estudio ridículo” Pensó aburrido. Pasó las páginas rápidamente hasta que se percató de una pequeña nota al reverso de una página.
¡Llevo meses aquí y estoy seguro que ocurren cosas extrañas!
¡Sé que no me estoy volviendo loco!
…A veces por las noches mientras escribo sobre mi investigación escucho gritos de auxilio.
Un grito agudo se escuchó entre las paredes. Por la impresión el azabache soltó el cuaderno – ¿Quién está ahí? –Preguntó en voz alta esperando una respuesta.
Quedó completamente inmóvil por un minuto esperando una respuesta. Pegó su oído contra la pared cuando lo escuchó. Pequeños gritos de auxilio retumbaron en su cabeza – ¡Iré a ayudarte! –Gritó en respuesta.
Salió torpemente del laboratorio alumbrando con rapidez el lugar. Buscaba una puerta, cualquier puerta que lo llevara a ese lugar. Por el ancho pasillo notó al fondo otro pasillo que daba a la recepción del lugar.
Respiraba agitadamente buscando un mapa indicativo en la pared. Al no encontrar nada gritó frustrado. Se acercó a la mesa de recepción tomando la lista de ingresados. Abrió enormemente los ojos al leer la hoja.
Se les agradece a los visitantes no gritar en las instalaciones.
Llevo la mano a su boca ahogando un pequeño grito. Trataba de controlar su respiración cuando el crujir de la puerta de un piso superior lo alertó.
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Puso mala cara al abrir la puerta –Este lugar es horrendo –Dijo el rubio con nervios. Soltó su pesada mochila y la colocó con cuidado en una de las sillas de la sala de espera. A simple vista parecía un hospital abandonado. Miró uno de los mapas indicativos del lugar
PB: Sala de espera.
P1: Ambulatorio.
P2: Pediatría.
P3: Sala de operaciones.
P5: Cafetería.
El rubio levantó una ceja extrañado. Leyó varias veces el número de los pisos –Parece que esta gente no sabe contar –Dijo curioso.
Revisó con la vista el sitio, la luz que se filtraban por las ventas alumbraban lo suficiente. Tomó su mochila sacando un pequeño cuaderno y escribió una nota. La dejo justo encima de la mochila antes de adentrarse a explorar.
Sasuke!!! Parece que ingresé en este lugar antes que tú. Si por alguna razón también te atrapo la niebla y terminaste aquí espérame justo al lado de la mochila. Estaré investigando ¡Pero podría ser peligroso! ¡Así que si estás leyendo esto quédate aquí a salvo!
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Detrás de la recepción Sasuke descubrió una puerta que daba lugar a una pequeña oficina con archiveros. Reviso en cada estante buscando alguna especie de pista que lo llevara al piso inferior. Se sentó en el sucio piso pensativo. A diferencia de su colegio, ese lugar era más lúgubre sin embargo aquel mal olor le daba un mal presentimiento.
Agarró una de las cajas con distintos archivos. En poco tiempo se dio cuenta de que estaba en una especie de hospital, pero por alguna razón el piso donde se encontraba no aparecía indicado en el mapa. Colocó su celular en el suelo con la linterna hacia arriba y se apoyó en la pared descansando.
Giró su vista y notó que la luz de la linterna no chocaba contra la pared completamente sino que una parte al ras del suelo se escapaba. Tomo la linterna y se agachó. Podía ver levemente un tipo de pasillo a atreves del suelo. Se levantó y tocó los bordes de la pared. Movió un poco el estante más cercano y notó una cerradura.
Genial, aquí las puertas no se abren solas. Pensó con ironía.
Se levantó se dirigió a la recepción. Buscó en la mesa una llave, pero solo consiguió papeles y distintas notas. Suspiró y volvió a la biblioteca.
Consideró en la posibilidad de subir al ducto de ventilación pero desechó la idea rápidamente. Sacó de su bolsillo el llavero de panda y lo observó con melancolía. Suspiró y buscó entre la biblioteca títulos distintos, cualquier cosa que lo llevara a una pista.
Se empezó a impacientar ante la falta de pistas. Se armó de valor y decidió buscar en el último lugar que no había revisado. Caminó con pasos firmes y rápidos, quería abandonar ese piso. Entró al primer baño, olía horrible. Se tapó la nariz por instinto.
Abrió los cubículos rápidamente, revisó los lavamanos y debajo de ellos sin éxito alguno. Salió de ahí y entro al baño faltante.
Al entrar la linterna de su celular reflejó contra el pequeño espejo frente él. Era un baño individual y pequeño, probablemente de uso exclusivo para ciertos empleados. Repitió el mismo procedimiento de búsqueda. Notó una pequeña nota pegada debajo del lavamanos. La despegó con cuidado para poder leer su contenido.
No es seguro que nos reunamos más. Esta será mi última nota, abandonaré este sitio infernal. Hice una copia de la llave, la deje oculta en el piso 2. Estoy seguro que serás capaz de encontrarla.
Pd: que nadie te pille en los sótanos.
– ¡¿Qué demonios?! –Exclamó intrigado. Al levantar la vista le pareció ver a alguien parado justo en la puerta del baño tras él observándolo. Se giró y alumbró la salida pero no había nadie –Deben ser ilusiones, estoy perturbándome solo –Dijo aliviado dándose la vuelta. Se volvió a ver en el espejo parecía que solo era una sombra común.
Un destello lo cegó por un instante. Alguien había activado la planta de energía. Pudo ser capaz de observar su reflejo en el espejo y detrás de él seguía la sombra de alguien parado observándolo con una sonrisa perturbadora. Pegó un grito y en un acto reflejo lanzó la mochila contra la sombra para poder huir del baño.
Al salir notó una escalera de emergencia. La tomó y subió corriendo lo más rápido que le daban las piernas. Abrió la trampilla del lugar y terminó en un cuarto de limpieza. Abrió la puerta rápidamente saliendo al piso de recepción. Las luces volvieron a apagarse. Chocó contra algo y cayó sentado. Con una mano tocó su pecho en un intento por tranquilizarse.
– ¡Maldición Sasuke me diste un susto de muerte! –Gritó Naruto asustado – ¡Te dije que esperaras a que regresara! –Lo regaño.
El azabache abrió la boca impresionado – ¿De qué mierda estás hablando? –Preguntó enojado – ¿Qué haces aquí? –Exigió una explicación.
El rubio se rascó la cabeza confundido –Pues no lo sé. Una extraña niebla comenzó a cambiar las rutas de senderismo y termine extraviado – Explicó –Subí a un árbol inmenso ¡El más alto que verás en tu vida! –Exageró con un movimiento de manos – ¡Cuando vi a lo lejos este lugar y pensé que tal vez estabas aquí! –Dijo emocionado.
El ojinegro se tocó la sien –Es lo más estúpido que he escuchado –Dijo irritado –Eres un idiota.
– ¡Ehhh! –Expresó el ojiazul con indignación – ¡Pero si estaba en lo correcto! –Se defendió –Además… –Puso seria su voz – ¿Tú que haces aquí? –Preguntó con una mirada preocupada.
–El autobús me dejo cerca… creo –Miró hacia abajo– Tomé el desvío más cercano cuando me pasó lo mismo que a ti –Explicó rápidamente.
Naruto se acercó más al azabache y lo observó con detenimiento. Lo miró de arriba abajo – ¿Entraste por la puerta? ¿Verdad? – Preguntó con curiosidad a la vez que se levantaba y buscaba su mochila.
Sasuke negó mientras veía que el rubio sacó ropa de su bolso. Era la ropa que dejo en su casa la noche de la fiesta –Estas empapado, te vas a enfermar –Se la entregó.
El ojinegro la aceptó y se giró para cambiarse – ¡Ah! ¿Ahora eres tímido? –Preguntó con burla el rubio haciendo sonrojar al azabache.
–No, pero tú eres un pervertido –Respondió cortante mientras ocultaba una ligera sonrisa.
Naruto desvió la mirada apenado –Maldito viejo traidor –Susurró.
Sasuke se acercó ya vestido y cómodo –No hagas un escándalo –Comenzó a decir –Pero hay alguien atrapado aquí –Fue interrumpido con el grito del rubio. Le tapó la boca y lo miró amenazantemente –Vengo del piso de abajo, parece que hay más de un piso inferior pero no he logrado acceder a ellos –Dejo de taparle la boca –Dijiste que explorabas –Recordó las palabras del ojiazul – ¿Qué has visto?
Naruto señaló el mapa de pisos de la sala de espera –Ingresé a piso uno y al piso tres por las escaleras de emergencia –Explicó –El piso dos está bloqueado, necesitamos algún tipo de llave –Sacó su navaja multiuso de su bolsillo –Ni si quiera pude violar la cerradura –Dijo decepcionado –Traté de activar la energía para hacer funcionar el ascensor para ir al segundo piso pero escuche un grito –Recordó. Tomo al menor por los hombros – ¡Tú eras el que gritó! –Dijo preocupado – ¿Pasó algo?
Sasuke suspiró –Vi algo detrás de mí –Miró hacia abajo –No fue nada, solo me asusté –Explicó con rapidez. Le entregó la nota que había agarrado en el baño del piso inferior –Encontré esta nota, debemos ir a ese piso.
El rubio suspiró – ¡Bueno! ¡Pero me debes dos tazones grandes de ramen! –Exigió.
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Subieron al primer piso por la escalera de emergencia. A diferencia del piso donde había entrado el azabache este se encontraba levemente iluminado por la luz que se filtraba por las ventanas. El lugar poseía pocos muebles en la sala de espera y una máquina expendedora. La recepción de ese piso era más pequeña. En los laterales podían ver cinco puertas, el ascensor y un pasillo al fondo con el letrero indicando que eran los baños.
–No hay nada fuera de lo común en este piso –Dijo Naruto
Sasuke suspiró –No buscamos algo paranormal. Sólo una llave o una manera de acceder al piso dos –Explicó.
–Claro, claro –Respondió echando un vistazo a la máquina – Me pregunto si los chocolates siguen en buen estado –Murmuró por debajo mientras vigilaba de reojo que el ojinegro no lo pillara.
El azabache abrió la primera puerta a la izquierda. El cuarto tenía una camilla y un estante con llave. Revisó rápidamente y repitió la acción con las demás. Salió de la última con el ceño muy fruncido –Naruto ya revise las habitaciones, no hay nada ¿Qué tal vas… –Interrumpió su pregunta y se dirigió hacia el rubio que de alguna forma había logrado abrir la máquina expendedora. Este se encontraba abriendo varias barras de chocolate.
– ¿Se puede saber qué haces? –Preguntó Sasuke enojado –No tienes cinco años.
Naruto le tendió un envoltorio de chocolate –Tienen notas – Explicó antes de que el azabache se enojara con él –Revisa cerca de la pega de unión–Dijo con la boca llena.
Sasuke obedeció sin entender y notó que habían afincado el envoltorio. Lo llevó a contraluz para leerlo.
AYUDA S3
–Todos dicen eso explicó con tristeza el rubio –Este lugar parece abandonado por años, Sasuke.
– ¿Qué estás insinuando? –Preguntó enojado el ojinegro.
–Lo de la otra noche fue aterrador. Pero tú mismo explicaste que aunque no era real podía dañarnos –Se levantó y lo encaró – ¿No has considerado la posibilidad de que esos gritos que escuchaste no sean reales y sea una trampa?
El azabache apretó con fuerza sus manos –No te pedí que me ayudaras –Dijo sin expresión –Vete.
Naruto se cruzó de brazos –No.
Sasuke chistó y lo agarró por el cuello de la camisa – ¡No es tu problema!
– ¡Sí lo es! –Respondió enojado – ¡Porque te incube a ti! – ¡Ahora deja de ser tan obstinado y resolvamos esto para ir a mi casa a comer sopas instantáneas!
El azabache soltó su agarre – ¿Cómo es que sólo piensas en comer? –Preguntó resignado.
Naruto le sonrió –Con el estómago lleno se piensa mejor –Vamos a la cafetería a ver si dejaron más pistas en la comida.
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Subieron por la escalera de emergencia. El piso cuatro a pesar de no estar indicado en el mapa existía, sin embargo al igual que el piso dos era necesario de una llave para entrar.
La cafetería tenía un aire más lúgubre. De los pisos que habían visitado de las plantas superiores éste era el más tétrico. El piso, lleno de polvo y grandes manchones marrones en el piso daban la ligera impresión de que alguien se había desangrado. Las pocas mesas del lugar en su mayoría estaban volteadas o caídas. Rastros de migajas de comida por el piso parecían hechos más por algo grande que se arrastró torpemente que por una rata.
Naruto miró hacia la ventana, sorprendentemente estaba anocheciendo. Verificó su reloj y el tiempo seguía detenido –Sasuke –Lo llamó.
–Sí, también lo noté –Respondió –Significa que estamos avanzando.
Caminaron hasta detrás del mostrador, no tenía ningún tipo de alimentos. La caja estaba vacía sin embargo una pequeña nota llena de polvo les llamó la atención.
Cuando termines tu turno cierra el piso de arriba y coloca las mesas en este piso.
La gente tomó por costumbre lanzarse por la azotea.
–Este lugar es horrible –Expresó Naruto –Nunca había visto un hospital más lúgubre.
Sasuke miró con comprensión –Es porque en realidad no era uno. Solo aparentaba serlo –Dijo abriendo la puerta detrás del mostrador.
Abrió con un crujido que los puso nervioso. Naruto prendió su linterna alumbrando el lugar. El piso estaba más sucio, el aceite se secó junto con la sangre. El hedor a podrido les hizo arrugar la cara a ambos.
La cocina era pequeña para el tamaño de la habitación. De resto había tres alacenas con varios barriles. Cada uno dividido en grupos, unos para los empleados. Otros para los clientes y ellos divididos en grupos de la A a la D.
La puerta de emergencia se abrió de golpe. Naruto apagó la linterna al instante. Ambos se agacharon en el grupo del barril D ocultándose. Sasuke se tapó la boca con ambas manos tratando de controlar las arcadas por la peste que provenía de aquellos barriles.
Abrieron la puerta de la cocina con calma. Los pasos eran lentos y profundos. A diferencia de los de la escuela estos parecían ser más tranquilos y metódicos. Los pasos resonaron por toda la habitación hasta que un grito lejano les heló la sangre. Giraron la mirada y detrás de ellos notaron una rejilla que daba a un ascensor de comida.
Los pasos se detuvieron y de pronto estos empezaron a apresurarse hasta abandonar ese piso.
Naruto aprovechó la oportunidad y volvió a encender la linterna. Alumbró con curiosidad el ascensor de comida – ¿Por qué esto está oculto aquí? –Preguntó extrañado.
Sasuke notó otra nota, alargó su mano y la agarró –No lo sé –Respondió abriendo la nota y leyéndola en voz alta.
Muchas gracias por ayudarme. Robe esto de la administración, espero que te ayude con la investigación.
Att: Ella.
El azabache despegó el adhesivo del papel y soltó un suspiro aliviado y nervioso.
– ¡Es la llave! –Exclamó el rubio tomándola – ¡Sasuke la encontraste! ¡Es la llave del segundo piso! –Dijo emocionado al leer el número P2 escrito en ella.