No esperaba era encontrase aquello, aquel caso en el que le pidieron que colaborase y en donde lo encontró, aquel hombre cuyo nombre no conocía pero se le hacía familiar.
Tan solo sabía que tenía 35 años, era lo único que le había dado tiempo a mirar en la hoja antes de clavar su vista en ese cuerpo, ancho, alto y trabajado...En cuanto a la cara, facciones duras, unos ojos azules que ni siquiera le prestaron atención, al menos, aún no. El pelo rubio, seguramente algo largo pues lo mantenía recogido en un moño bajo y un poco desastroso.
Chris Hemsworth estaba sentado en una silla, con los brazos cruzados y la mirada ausente, no es que estuviese perdido, simplemente no le importaba estar en aquella sala, no prestaba atención alguna...En cuanto vio entrar a aquel oficial por la puerta tomo una postura más recta y lo miró, vestía una camisa azul cielo, fina y algo ajustada a su cuerpo junto a un arnés marrón en donde colgaban sus armas y unos pantalones negros, muy elegantes...Quería arrancarlos, siguió subiendo hasta dar con sus ojos, azules, más claros que los suyos y caracterizados por un leve tono verdoso.
Oh Dios, sabía quien era, jamás en su vida lo olvidaría, esos ojos que ahora le miraban llenos de confusión y de intriga pero que una vez, antes, estaban llenos de miedo y placer por él...
-¿ Soy tu prisionero..?- A Tom se le heló la sangre y Chris sonrió despacio, intimidando al otro a quien le sonaba de algo, aquello que quería olvidar pero ahí estaba, esa mirada era sencillamente inolvidable, sufrió un escalofrío y el miedo recorrió su cuerpo.Temía que su pasado volviese de nuevo, todo por culpa del caso y de ese hombre que aún seguía mirándolo.
-Cierra la boca Chris,nadie te ha dado permiso para hablar.- El rubio se giró hacía el abuelo que había hablado, lo conocía de sobra por lo que tan solo levanto sus manos a modo de disculpa y se centró en el oficial, el cual ni siquiera había abierto la boca desde que entró por la puerta.
-¿Puedo hacer una pregunta?-El abuelo suspiró, se sobó la sien e hizó un ademán con la mano para que el otro hablase o lo ahogaba ahí mismo. Chris sonrió de lado y señalo al oficial con el pulgar. -¿Es mudo?- Tom cogió aire de golpe, llevaba unos segundos sin respirar y cuando el mayor de todos le llamó movió la cabeza un par de veces.
- Tom, dile a este imbécil que no eres mudo.- Chris se giró esperando una respuesta y Tom tragó saliva, infló su pecho y lo miró.
- No, no soy mudo, como ves puedo hablar perfectamente.- Chris se mordió los labios, su acento no había cambiado y su voz...Ahora era más grave pero sabía que podría sacar dulces sonidos de aquella garganta.
- Me alegro, que me interrogase un mudo sería incomodo, no conozco el lenguaje de signos.- Tom alzó una ceja, olvidando un segundo que ese hombre le sonaba se acercó a la mesa y lo tomo por el cuello del camiseta haciendo que se levantase con los ojos abiertos.
-¿ Sabes acaso en la posición en la que te encuentras, eh? Cretino...- Chris se echo a reír y el abuelo volvió a suspirar, se levantó de su silla y le entregó unos papeles al oficial.
- Su nombre es Chris Hemsworth, sabemos de sobra que trabaja en una de las familias de la Mafia más grandes de Inglaterra pero nunca tenemos pruebas suficientes como para culparle de algo...Las veces que habrá estado sentado en esa silla, hm, ya ni las recuerdo.
- Creo unas 125 pero eso es culpa vuestra.- Tom había soltado al hombre, quien se había vuelto a sentar y ahora se crujía los dedos con descaro. El abuelo volvió a hablar.
- Pues eso, con esto imagino que ya sabrás para que te hemos llamado Tom, nosotros somos incapaces de hacer algo y yo este año me jubilo, no estoy para muchos trotes, la verdad.-Tom cerró sus ojos por un segundo y asintió, dejó los papeles sobre la mesa y miró al rubio.
- Tú, te vienes conmigo.- Chris sonrió, se levanto de la silla y lo siguió encantado. Tom no podía decir que no estaba nervioso pero fuera de todo era un profesional y lo demostró todo el camino hasta llegar a una pequeña sala de interrogatorios donde estuviesen solos. Al llegar, se paró frente a la puerta y esposo al rubio, le abrió la puerta y le dejo pasar primero tomando asiento en frente una vez que el otro lo hiciese.
-¿Nos conocemos?- Tom no le contesto, estaba centrado en leer el perfil de aquel hombre que muy amablemente le habían preparado horas antes. Escucho su voz pero le ignoro, paso de hoja y entrecerró sus ojos.
-Veo que tienes un historial muy movido...Has hecho de todo.- Chris sonrió orgulloso y se encogió de hombros quitandole importancia.
- Liarme con un oficial no.- Tom le miro por encima de las hojas pues segundos ante se había recostado un poco sobre el asiento que tenía. Observando la sonrisa que tenía el rubio prefirió ignorarle nuevamente.- No me has contestado ¿Seguro que no nos hemos visto antes?- Tom se estaba empezando a molestar, soltó las hojas con algo de fuerza en la mesa y apoyó los codos sobre ésta entrelazando sus dedos.
-¿ Sabes con quien estas hablando?
- Con Tom ¿ Es así como te llamas, verdad?- Al oficial le apareció una vena en la frente y se llevó el pelo hacia tras, no podía perder los cabales con ese hombre...Debía ser como una piedra.
- Si es así o no a ti tampoco te importa mucho, ahora, vamos con lo importante...Más te vale colaborar.
- Como veo que eres nuevo aquí te lo voy a explicar de manera sencilla, hagas lo que hagas no encontrarás nada, en menos de dos horas estaré saliendo por la puerta y dentro de poco esto se repetirá...Una y otra vez, huir no es lo mio, además, le he cogido cariño al viejo.
-¿ Qué quieres decir?- Chris se encogió de hombro, aun esposado apoyo los codos en la mesa y dejo apoyar la mandíbula en sus manos.
- Que antes de que puedas hacerme una sola pregunta alguien entrará por esa puerta y me sacará de aquí... Tú quedaras como un tonto, por lo que tengo entendido te han llamado para conseguir información, supongo que serás oficial de algún sitio pero como no creo que me digas de cual no me voy a esforzar en preguntártelo.- Tom le miro serio y el otro le guiño un ojo.- Oficial Tom es un buen nombre.- Alguien abrió la puerta y a Tom se le desencajo la mandíbula, dos gorilas se asomaron y señalaron al rubio quien se levanto y se acercó a ellos.
- Tú, desposale ahora, tenemos prisa.- Tom quiso protestar pero el abuelo apareció enfadado y se ocupo de ello dejando que los tres se fueran. Entró en la habitación y cerró la puerta, acto seguido Tom lanzó los papeles y le metió una patada a la mesa. Estaba furioso.
-¿¡Se puede saber para que narices he vuelto a Londres si todo sigue igual?!- El abuelo le miro consternado y le poso una mano en el hombro. Aquel muchacho que conoció con 22 años había crecido mucho...
- Cálmate Hiddleston, te he llamado precisamente por eso, para que hagamos algo.- El oficial le miro y trago saliva. Pidió disculpas por su actitud y ambos dejaron la sala para ponerse a trabajar y tiempo después irse a sus casas.
Cuando llegó a su casa estaba cansado, sobretodo mentalmente,miró su salón y maldijo en bajito, todavía no había sacado todas las cosas de la mudanza por lo que su casa era un completo desastre...Se dejó caer en el sofá tras coger una copa y llenarla de vino para llevársela a la boca y darla un trago sencillo.
>> Hace 23 años <<
- Mamá, de verdad puedo hacerlo, si lo necesitamos lo haré.- La madre miro los ojitos claros de su hijo y se sintió horrible, camino hacía él y abrazo su pequeño cuerpo soportando las lágrimas.
- Lo siento muchísimo Tom...Lo siento tanto.- Su hijo correspondió al abrazo y sonrió manteniéndose fuerte, aquello no sería fácil. A la noche siguiente se encontraba frente al espejo del baño ajustándose la camisa blanca junto a la fina chaqueta negra que de ahora en adelante compondrían junto a una pajarita y unos pantalones negro su uniforme de cada noche.
- Ya estoy listo.- La madre le miro y se mordió la mejilla interna. Con una débil sonrisa lo guió fuera de la casa y juntos fueron al coche para dirigirse a uno de los bares nocturnos de la ciudad inglesa. Al llegar, la mujer aparcó en la parte trasera y allí esperaban dos hombres. Cuando los vio, camino hacia ellos con Tom de la mano y la entregaron un sobre.
- Mañana vendré a buscarte...Ten cuidado y...
- No pasa nada Mamá, haré lo que sea por la familia.- La madre quería llorar, su hijo, con tan solo catorce años iba a trabajar en un bar nocturno lleno de basura...Las cosas que tendría que ver...
>> 3 años después de eso<<
Tom se estaba vistiendo como llevaba ya un tiempo haciéndolo solo que ahora era un hermoso adolescente de 17 años, delgado, con un buen cuerpo y una sonrisa que encandilaba a toda la clientela que le pedía una copa.
- Me marcho.- Su madre se asomó por la puerta y le miro agotada, era una señora que había estado trabajando toda su vida y aunque no fuese excesivamente mayor su cuerpo notaba todo el trabajo realizado.
- Cuídate mucho, Tom...Por favor.
- Ya no tengo catorce años, al principio fue duro pero ahora va todo mejor, hasta puedo estudiar...- Le sonrió mostrando todos sus dientes y se fue cogiendo el coche que antes su madre conducía. Aparcó donde siempre y se bajó más contento de lo normal,había tenido un buen día y aunque quería dormir un par de horas más supo camuflarlo. Al entrar al local las fuertes luces le cegaron por un momento y se dirigió a la barra para comenzar su turno. De todos los locales de ese calibre, podría decir que no era el peor, algunas noches había peleas y a veces veía u oía cosas que le hacían salir al baño y vomitar pero era inevitable...Dios, hasta reconoció a algunos agentes de Policía pagando por menores, allí descubrió toda la corrupción que bañaba Londres...Pero era inevitable, su madre ya no se encontraba en condiciones de trabajar y sin dinero no puedes vivir. Suspiro cuando se puso a limpiar unas copas y escuchó su nombre de uno de los gorilas del jefe.
-¿ Ocurre algo?
- Prepara un Whisky y llevaselo al jefe, quiere hablar contigo.- Lo preparó en seguida y se dirigió al despacho del hombre. Llamó a la puerta y cuando recibió una respuesta entró saludando con suma educación. Le dejó el vaso en la mesa y se quedo de pie.
- Toma asiento, quiero hablarte de una cosa...- Tom obedeció y se sentó en el mullido sillón azul marino.- ¿Como van los estudios?
- Bien, es duro ya que no duermo mucho pero me estoy esforzando.- El hombre dio un sorbo del vaso y sonrió.
- Eres un chico inteligente.
- Gracias, señor...Hm ¿Que necesitabas? Hoy hay mucho trabajo...- Tom se puso algo nervioso por si había sonado muy mal educado y se rascó la nuca.
- Quiero proponerte algo ¿Qué te parece un aumento?.- Tomo agarró los lados del sillón y se levantó de golpe.
-¿¡ Lo dice en serio?!- El señor sonrió, sabía que estaba haciendo lo correcto...Había sido demasiada gente la que le dijo que el chico serviría para ello...-
- Por supuesto Tom
- Si le soy sincero me vendría de maravilla...Quiero ir a la Universidad y...Y es bastante dinero, al menos la matricula y todo eso...
-¿ Entonces te gustaría ser uno de mis chicos?- Tom le miro confundido, no sabía a lo que se refería pero asintió como un ingenuo y nada más hacerlo cavó su propio pozo de dolor y desesperación pues no volvería a ser libre...Nunca.
>>En el presente<<
Tom se acabó la copa y apoyo su cabeza entre sus manos, estaba seguro de que esa noche tendría pesadillas...Otra vez.
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