Tenzō soltó un largo suspiro y vio a Naruto, el pequeño veía el cuaderno frente a él mientras rascaba su cabeza, era la tercera vez que le explicaba y parecía que el pequeño seguía sin entender. -¿Cómo lo hará el senpai para que entienda?-se preguntó para sí mismo.
-Soy tonto, ¿verdad? No importa cuántas veces me expliques, soy tonto y no puedo entender-dijo el pequeño agachando la cabeza
-No digas eso, las personas tienen diferentes capacidades para aprender, a algunas se les hace más fácil que a otras, y si a ti se te complica, eso no te hace tonto-contesto tranquilamente mientras pensaba otra forma de explicarle
-¿Enserio? ¿Entonces no soy el único así? ¿A ti y a papá se les complica algo?-interrogo mientras veía fijamente al castaño
-Pues…-Tenzō se quedó pensativo, tanto él como Kakashi era lo que considerarían como prodigios, él a su joven edad había dominado un kekkei genkai, y Kakashi de por si era considerado un genio-Si, cuando tenía tu edad se me complicaban ciertas cosas, a Kakashi senpai no
-Oh, entonces tú eras como yo
-Así es-Mentira, no era así, pero una mentirita como esa no le haría daño, ¿cierto?
Naruto sonrió ampliamente-Incluso alguien como yo puede ser genial como tú, me seguiré esforzando para serlo, ¡de veras!-exclamo apretando sus puños emocionado
Tenzō le devolvió la sonrisa, él no se consideraba alguien “genial”, pero Naruto lo consideraba así, entonces se esforzaría en serlo.
-Bien, entonces vamos de nuevo-dijo para concentrarse de nuevo en el cuaderno.
Después de un rato, cuando finalmente terminaron con la odiosa tarea, Naruto estaba parado sobre la cama mientras Tenzō le ayudaba a ponerse la pijama.
-¿Qué tipo de cosas hacen los papás con los hijos?-cuestiono el pequeño
Era otra de esas preguntas de las cuales dudaba la respuesta, él era un huérfano también, no tenía la minima idea de qué tipo de cosas hacían los papás con los hijos, definitivamente necesitaba que Kakashi estuviera ahí para ayudarlo con eso, pero no, debía de aprender a arreglárselas con Naruto sin la ayuda de su senpai.
-Pues hacen todo tipo de cosas juntos, leen libros, acampan, van a comer juntos, entrenan- miraba hacia el techo intentando recordar algo más, esas eran las cosas que hacia él con Kakashi, pero igual podía funcionar
-¿Podemos hacer alguna de esas cosas juntos?
-Ya hicimos una hoy, cuando fuimos a comer ramen
-Cierto, pero hay que hacer otra
-Haremos todas las que quieras, pero mañana, ahora debes dormir-dijo mientras lo recostaba en la cama para luego arroparlo-descansa Naruto
-Igualmente-contesto el rubio abrazando su peluche
Tenzō salió de la habitación para apagar todas las luces de la casa, tras eso fue a la suya y se recostó. No pensaba muy seguido respecto a cómo su infancia no había sido normal, la última vez que lo hizo fue cuando conoció a Yukimi, pero de eso ya habían pasado muchos años y olvido el tema, pero las preguntas de Naruto lo trajeron de vuelta. Él no era como los otros ninjas, ni siquiera como los otros huérfanos como Naruto, era un experimento, había pasado los primeros años de su vida dentro de un tuvo, siendo sometido a prueba tras prueba, rodeado entre jeringas y diferentes instrumentos médicos, tras eso fue reclutado en la raíz donde lo único que hizo fue entrenar arduamente para dominar el Mokuton, fue a misiones difíciles a una edad temprana, y luego, tras algunos años finalmente tuvo lo que podría considerarse como una “vida normal” cuando salió de raíz y comenzó a vivir más con Kakashi. Aquello no era algo a lo que le diera mucha relevancia pocas veces era algo que lo hacía sentir mal, y esa era una de esas veces. Quizá si su infancia hubiera sido normal podría ayudar mejor a su senpai, quien tampoco es que fuese muy experto en el tema, él había perdido a su padre a temprana edad también. Frunció el ceño molesto consigo mismo, deseaba cambia las cosas, tener más experiencia y serle más útil a Kakashi, tenía miedo de cometer un error y que su compañero cambiara de opinión respecto a necesitar su ayuda, incluso que llegara a dejar de confiar en él.
Esos días que estaría a solas con el pequeño rubio eran la oportunidad perfecta para demostrarle a su senpai que podía confiar en él por completo, se esforzaría en cuidar bien al niño, y no solo por el peli plata, también lo haría por Naruto, su pasado era algo que no podía cambiar, sin embargo el futuro del niño sí, y quería que en un futuro pudiera recordar su infancia como una etapa feliz de su vida.
Los días pasaron, la misión de Kakashi termino, regreso a casa a altas horas de la noche por lo que entro de manera sigilosa haciendo mínimo ruido posible para no despertar a nadie, fue primero a la habitación de Naruto pero no encontró al niño en la cama, se alarmo un poco pero de manera tranquila camino hacia la suya para asomarse. Tenzō dormía plácidamente a media cama, y extendido en su pecho se encontraba Naruto, sonrió al ver aquella escena, ambos se veían tan tiernos, no quería moverlos en lo absoluto por lo que le tocaría dormir en la otra habitación. Estaba curioso de saber qué tal se la habían pasado, y como es que Naruto había llegado ahí, tendría que esperar a la mañana siguiente para saberlo.
Cuando los rayos del sol entraron por la ventana dando en el rostro del castaño, este despertó para mover suavemente al pequeño buscando despertarlo.
-5 minutos más-dijo Naruto sin abrir los ojos
-Vamos, debes levantarte ya o se te hará tarde para la escuela
-Está bien papá-Naruto se levantó para estirarse e ir directo al baño
-¿Descansaste bien?-Kakashi se paró en la puerta
-Oh, senpai, ¿Cuándo regresaste?
-En la noche, estaban ya durmiendo y no quise despertarlos
-¿Qué tal te fue en la misión?-pregunto mientras se levantaba
-Bien, te cuento más tarde, pero primero quiero saber que tal te la pasaste con Naruto, ¿todo bien? ¿No hubo ningún problema?
-Para nada, nos la pasamos bien, comimos ramen, fuimos a entrenar un poco, leímos varios cuentos, anoche tuvo de nuevo una pesadilla así que vino a dormir conmigo
-Pensaba que cuando regresara iba a encontrar la casa en llamas o algo similar, pero se nota que lo manejaste bien-dijo Kakashi en modo de burla
-Sí, aunque ahora que regresaste quería hablar contigo sobre algo
-Te escucho
-¿Crees que podamos ir a acampar? Naruto nunca lo ha hecho así que me gustaría llevarlo a algún lugar quizá en un bosque de la frontera de la aldea
-Acampar, ya veo, suena buena idea, voy a pedir unos días para que podamos ir
-Muchas gracias senpai, sabía que podía confiar en ti-dijo Tenzō emocionado
-Ya regresaste-el pequeño se hizo presente acercándose por la espalda de Kakashi-¿ya le preguntaste?-dijo dirigiéndose hacia Tenzō
-Sí, y dijo que si, así que vete preparando para que vayamos
Los ojos de Naruto brillaron-¡lo hare! Guardare en mi mochila todo lo que debo llevar, mi osito, debo ir por él-decía rápidamente mientras corría hacia dentro de la habitación
-Un momento, primero debes ir a la academia, es fin de semanas así que nos vamos cuando salgas –comento Kakashi
-Ya quiero que sea tarde para ir, ¡de veras!
El día de Naruto pasaba extremadamente lento, parecía que nunca iba a llegar la hora de salir, estaba demasiado ansioso por irse que revisaba el reloj de manera constante. En casa, Tenzō le contaba todo lo que había hecho con Naruto, le entregaron los resultados de una evaluación que tuvo hace poco y sus notas eran bajas, pero no tanto como antes, sin duda mostraba un poco de mejora por lo que buscaba que el ir a acampar fuera un incentivo para que mejorara. Kakashi presentaba atención a la forma en la que su compañero le contaba emocionado que la puntería de Naruto al lanzar shuriken mejoraba poco a poco, sin duda alguna había creado ya un lazo con el pequeño, y eso le alegraba realmente, todo estaba saliendo bien y quería que las cosas continuaran así.
Al caer la tarde, los dos ANBU esperaban a Naruto afuera de la academia, tenían todo preparado para marcharse por lo que partieron camino hacia el lugar donde acamparían. Era una pequeña cascada oculta dentro de un bosque al suroeste de Konoha.
Tenzō ponía el campamento mientras Kakashi le enseñaba a Naruto a pescar para conseguir su cena. Estaban demasiado distraídos para notar el peligro acercarse lentamente a ellos.