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Lazos de sangre por LORD GRIM

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Notas del fanfic:

Hola a todos este es un proyecto pequeño que se me ocurrió, lo he estado escribiendo y de hecho tengo 3 capítulos hechos, es la primera vez que escribo algo con estos personajes, espero y les guste. 
 

Notas del capitulo:

Saludos espero y les guste este nuevo proyectos 

 
Eclipse lunar... 
 
Muchos poetas habían escrito hermosos versos de aquel fenómeno tan magnífico, los profetas presagiaban malo augurios y los humanos temían a la oscuridad de la noche. 
 
Un extraño ser de cabello plateado se encontraba en un inmenso palacio entre las nubes mejor conocido como la Casa de la Luna, miraba con atención aquel fenómeno del cielo nocturno, había sido una noche demasiado larga, sin querer comenzó a recordar los eventos de hace unas horas. 
 
Flash back...
 
Para empezar su padre el antes poderoso Lord de las Tierras de Este, tras una formidable lucha en contra del espíritu dragón, la cual le dejó una herida mortal, terminó sucumbiendo ante un humano inferior todo por salvar a una simple mujer y a su vástago. 
 
Sin embargo aquello no era lo que lo tenia confundido, antes de ver partir a su padre le exijio que le entregase su poderosa espada colmillo de acero, obteniendo una vana respuesta acerca de su herencia. En ese momento estuvo a punto de atacar a su progenitor, pero este se transformó en una colosal bestia y antes de emprender su marcha le dejó esta simple frase. 
 
"Aquello que tu bestia interior atesorara y deseara por encima de todo se encuentra más adelante"
 
Al ver partir a su padre y quedándose solo en aquella playa bajo la fria nieve, tan solo pudo decir lo siguiente en referencia a las últimas palabras de su progenitor. 
 
"Ridiculo" 
 
De esa forma inició su camino en la dirección opuesta, ya había pasado un tiempo considerable la oscuridad reinó de improviso, se trataba de un eclipse lunar, algo muy inusual ya que a pesar de haber vivido durante cientos de años, no recordaba haber visto uno. Sin saber el motivo se quedó contemplando como su astro regente se mantenía oculto y de improviso sintió una extraña energía en la distancia, era pequeña casi insignificante pero... lo llamaba, lo incitaba a tal punto que no fue más el dueño de sus acciones, haciendo uso de su usual velocidad siguió aquella energía. 
 
En el camino percibió el aroma de su padre, por lo visto ese fue el rumbo tomado por el Taiyoukai mayor, conforme avanzaba aquella energía se hacia más fuerte, a sus narices llegó un aroma a humo, algo se quemaba, extrañamente aumento su velocidad hasta que llegó a su destino. 
 
Ante el se hallaba un palacio feudal ardiento en llamas, poco a poco aquella estructura sucumbió bajo el manto de la noche, ignorando eso buscó aquella extraña energía que lo llamaba y fue entonces cuando la vio. 
 
Era aquella inmunda humana a la cual su padre le había puesto el ojo, se trataba de una mujer de gran belleza con piel tan blanca como la nieve, cabello más oscuro que la misma noche y labios rojos cual sangre, esta se encontraba cubierta por una traje rojo de la rata de fuego, miraba con tristeza el palacio en llamas pero entre sus brazos llevaba una especie de bulto del que emanaba la extraña energía, se acercó hasta ella necesitaba una explicación y vaya que la tendría. 
 
- ¿Quien eres tú? - pregunto la mujer asustada de ver a aquel imponente ser en mitad de la noche. 
 
- Soy hijo de Inutaisho - fue la única respuesta que recibió del más alto. 
 
La mujer observó con atención al misterioso sujeto, era muy alto de piel clara, largo cabello blanco, con unas extrañas marcas moradas en su rostro, pero lo que más resaltaba era la luna menguante sobre su frente, fue entonces cuando fue consiente de su identidad.
 
- Eres... eres Sesshomaru - aquello parecía más una afirmación que una pregunta, más no recibió respuesta - Tu padre... lo siento de verdad pero el... - la mujer miró el palacio, el demonio no necesito más para que comprender que su padre había muerto. 
 
- ¿Que tienes en tus brazos? - aquella pregunta se sintió mas como una orden, lo que sacó a la mujer de sus pensamientos y miró a su vástago. 
 
- Es mi hijo... - respondio - Y de mi señor también - comentó mostrándole un poco al más alto la pequeña criatura entre sus brazos - Es tu hermano... Inuyasha... - el mayor arqueo la ceja, confundido por el extraño nombre - Fue el nombre que le dio mi señor. 
 
El demonio perro ignoro lo anterior y enfocó su mirada en el pequeño infante que le mostraba la humana, este se movía entre los brazos de su progenitora llorando, por lo visto estaba muy nervioso. 
 
El infante era muy parecido a su padre, tenía la misma cara que su progenitor, su cabello era largo y blanco, poseía garras y colmillos propios de los demonios perro, pero si algo resaltaba en sus facciones eran las orejas perrunas sobre su cabeza, señal de que se trataba de un media sangre o hanyou como se les conocía normalmente. 
 
El pequeño pareció percibir que era observado atentamente por alguien ya que detuvo su llanto y enfocó su mirad0 en su hermano mayor, lo que sucedió después fue instantáneo. 
 
Sesshomaru sintió como su corazón se aceleraba al ver aquella mirada dorada tan semejante a la suya, el olor de aquel pequeño se quedó grabado en su memoria para siempre, era tan intoxicante que lo excitaba en gran medida, poco a poco las energías de ambos hermanos comenzaron a mezclarse hasta volverse una y como si de una visión se tratase pudo ver en lo que aquel cachorro se convertiría en un futuro y lo deseo por encima de todo. 
 
- Sesshomaru - llamó la mujer al ver al demonio tan perdido mirando a su hermano menor. 
 
- Entrégamelo - fue la orden dada por el peliplata. 
 
- ¿Como? - la princesa apenas retrocedió un poco, logrando como respuesta un gruñido departe del otro hijo de su señor, de forma instintiva reaccionó protegiendo a su bebé. 
 
- Humana... yo no soy como mi padre - decreto el demonio - No lo repetiré, entrégame a Inuyasha. 
 
La azabache no sabía que hacer ya que era consciente de que no podría enfrentar al Taiyoukai ante ella y mucho menos escapar, estaba en desventaja total. 
 
- ¿Para qué quieres a Inuyasha? - pregunto la mujer asustada intentando hacer tiempo y buscar un forma de escapar. 
 
- Será mi compañero - fue todo lo que dijo el demonio, sin quitar la mirada en la inocente criatura que balbuceaba.
 
Entonces la humana lo comprendió, en ocasiones pasadas quien fuera su señor le explicó que los youkai del tipo perro eran diferentes a los humanos en cuanto a sus relaciones y reproducción. 
 
Para empezar las relaciones entre familiares eran bien vistas entre la sociedad youkai ya que quien mejor para ser tu pareja que un miembro de tu propia familia, así que era normal ver a hermanos emparentados entre sí. 
 
En segundo lugar la forma de emparejarse, su señor le explicó que los demonios emanaban un energía diferente a la de los humanos mejor conocida como yoki, esta era la encargada de buscar a la compañera o compañero perfecto para cada demonio y al hacerlo la energía de ambos se mezclaba hasta volverse una, a esto se le conoce como imprimacion, era irrevocable y una vez hecha no podía romperse.
 
La tercera y tal vez el mas importante era las clases de demonios que existían, en el eslabón superior se encontraban los machos de tipo alpha, estos eran en si poderosos y fungían el rol de protector y proveedor para su pareja. Eran en extremo celosos con su pareja destinada, hasta el punto de matar a quienes se atreviese a acercarse más de la cuenta, algunos incluso encerraban a su destinado para alejarlo de todo el mundo.
 
En la base de aquella estructura se encontraban los omegas que en general eran mujeres, estas eran las esposas de los alphas y su función era la de servir a sus parejas y procrear descendencia.
 
Pero había una tercer clase los beta... estos eran hombres que nacían siendo machos pero tenían la misma capacidad reproductora que las mujeres, es decir, eran capaces de engendrar cachorros pero estos eran mas poderosos que el de una unión común. Su fertilidad era enorme a diferencia de los omegas, ya que una vez alcanzada su maduración siempre que tuviesen intimidad con su pareja nacería un cachorro. Por otra parte eran criaturas fuertes y no actuaban como esposas sumisas, tenían habilidades que bien desarrolladas los volvían feroces guerreros en el campo de batalla. Por lo que su señor le hablo la probabilidad de que un beta naciera era escasa y los pocos que existían eran cazados para entregarlos a grandes señores demonio como trofeo. En pocas palabras los beta eran considerados una joya en el mundo youkai. 
 
La humana tras meditar todo lo comprendió, su pequeño era varón al igual que su hermano mayor, así que eso significaba que Inuyasha era un beta, su olor debió ser percibido por su hermano. Pues era muy extraño que se hubiese presentado, lo más seguro era que Sesshomaru se había imprimado en su bebé que tenia apenas unas horas de nacido. 
 
- No... por favor - pidió la azabache - No puedes hacerlo - miro al más alto mientras retrocedía - ¿Como pudiste imprimarte en el es solo un bebé? - para la humana aquello era algo extraño y no aceptaba dicha situación. 
 
El demonio ya estaba harto de la actitud de la mujer, le importaba poco que el pequeño que tanto protegía no tuviera ni una hora de vida, aquello era algo normal para los demonios, eso sin mencionar que sus yokis se había unido por lo tanto aquel infante era su pareja destinada, la necesidad de tenerlo en sus brazos era enorme y por lo visto algo similar le sucedía a su pequeño hermano pues extendía sus manos buscándole. 
 
- Humana... - llamo con firmeza y un deje de amenaza - No lo repetiré... entrégamelo. 
 
Ante el temor de perder a su pequeño no fue capaz de hacer nada más que correr, no alcanzo a dar más que unos cuantos pasos antes de recibir un fuerte golpe que la envió al suelo, tardó unos segundos en recuperse y darse cuenta de que ya no tenía a su hijo, al levantar la mirada lo encontró entre los brazos de su hermano mayor. 
 
- No... devuélvemelo - grito levantándose para correr en contra del demonio pero fue nuevamente lanzada contra el suelo. 
 
El golpe le afectó más de lo que pensó ya que un hilo de sangre comenzó a bajar por su boca, miró nuevamente a donde estaba su pequeño el cual continuaba en los brazos de su hermano, este último no se había inmutado en lo que sucedía con la mujer pues toda su atención estaba Inuyasha. 
 
La escena era irreal, el recien nacido miraba fijamente a su hermano al mismo que estiraba sus pequeños brazos, el demonio acercó más al bebé permitiéndole tocar su rostro con aquellas diminutas manos, a pesar de que su tez se mantenía sin expresión aquel toque lo relajó ampliamente, más aún porque era capaz de sumergirse en el aroma de quien sería su compañero, cerró lo ojos permitiendo disfrutar del toque de aquella delicada piel, sin duda aquello era vigorizando. 
 
- Sesshomaru - la mujer aprovechó que el demonio estaba distraído para acercarse nuevamente y sujetar a su bebé - Por favor... se que si te imprimaste no hay vuelta atrás pero... Inuyasha es solo un bebé y necesita de su madre... - lo miro con súplica - Cuando llegue el momento y haya crecido podrá estar contigo y no me interpondre solo... 
 
La azabache no pudo terminar la frase ya que sintió como algo perforada su abdomen, retrocedió dándose cuenta de que fue atacada por el hijo mayor de su señor con sus garras, las cuales se encontraban manchadas con sangre. 
 
- No recibo ordenes de nadie - el demonio lanzó una mirada de desdén, a la mujer que caía al suelo desangrándose - Y menos de alguien como tú. 
 
El futuro Lord del Este comenzó a alejarse de aquel lugar sin preocuparse por aquella humana, era evidente que moriría en menos de una hora, ya que se encargó de perforar algunos órganos vitales, así que era libre de llevarse a su compañero a su hogar. 
 
Fin del Flash Back... 
 
El eclipse estaba terminando y la luna bañaba con su luz todo a su paso, el antes príncipe de la Casa de la Luna se encontraba en su habitación, meditando todo lo ocurrido en aquella noche, hasta que el sonido de un llanto lo sacó de sus pensamientos, se trababa de su hermano que desde su llegada se mantuvo dormido, pero era evidente que reclamaba su alimento. 
 
- Tranquilo - hablo el mayor cargando al pequeño y acercándose hasta una cuerda de la cual tiro para llamar a los sirvientes - Enseguida se te atenderá. 
 
Unos momentos después una mujer edad avanzada atendía al recién nacido, debido a que la madre fue asesinada no hubo más opción que buscar una nodriza, misma que desde ese dia se convertiría en la nana de aquel niño. 
 
Mientras su hermano era amamantado el demonio miraba con atención aquellas diminutas orejas, señal de que el pequeño era un hanyou, un ser mitad demonio y mitad humano, lo que profetizaba que su vida seria difícil ya que no sería bien visto por la especie humana, mientras que debido a su condición de beta, iba a ser una joya muy preciada y a la vez odiada para los demonios. 
 
Mitad demonio o humano no iba a permitir que nadie lo hiciera menos, Inuyasha no solo era el segundo hijo del general Inutaisho antiguo Lord de las tierra del Este, también era desde este día el único príncipe de la Casa de la Luna, era un beta de la especie de los Inu Youkai lo que lo haría un ser poderoso, pero tal vez lo más importante es que se trataba de su pareja destinada, quien no solo se sentaría a su lado durante su reinado, lo entrenaria para que luchasen hombro a hombro, juntos formarían el imperio más grande que hubiese existido y su descendencia sería poderosa encargándose así de llevar un legado que transcenderia en la historia. 
 
- Joven Sesshomaru - llamo la anciana que acababa de poner al pequeño en su cuna, por lo visto dormiría nuevamente- Ya he terminado de alimentar al príncipe - informó la mujer - Seguramente despertará en unas horas para pedir más comida, ¿desea que me lo lleve? 
 
- No... - declaro el peliplata, la mujer no dijo nada más, solo realizó una reverencia y salió de la habitación. 
 
Una vez que la nodriza se retiró el nuevo dueño del palacio se acercó a la cuna para contemplar mejor a su hermano, este dormía placidamente sin preocupación alguna, aspiro el aroma que tanto lo embriagaba, vaya que era adictivo hasta el punto de no poder separarse mucho de el. 
 
El mayor era bastante consciente que su hermano aún era muy pequeño y para que este pudiese cumplir la función de su pareja tendrían que pasar algunos años más, lo cual aunque fuese tortuoso para sus instintos le daban una oportunidad muy buena, ya que en los años venideros Inuyasha sería educado para convertirse en la pareja ideal para su hermano el futuro regente de aquellas tierras, lo que significaba que en cuanto tuviese el más mínimo ápice de conciencia se le haría saber que su destino era estar a su lado. 
 
Con elegancia extendió sus manos para tomar al pequeño entre sus brazos y pegarlo a su cuerpo lo más posible, liberó un poco de su yoki para que se mezclara con el del menor, de esta forma su aroma estaría siempre en el cuerpo del hanyou y evitaría que cualquiera se le acercara a no ser que deseara una muerte lenta y dolorosa. Si bien era algo muy drástico era necesario, más aún sabiendo que Inuyasha era un beta eso lo convertía en una presa fácil, ya que a pesar de que ambos estaban imprimados entre ellos, no faltaba el inepto que buscaría quedarse con aquel niño por lo que su condición representaba. 
 
Pero claro estaba que el mayor jamás lo permitiría, su pequeño hermano estaba a salvo dentro de la Casa de la Luna, no permitiría que nadie le tocara ni un cabello, ya que ese privilegio sería solo suyo, le habían dicho que el menor alcanzaría su madurez en unos 100 años, un suspiro para un demonio, algunos de los consejeros de su padre le sugirieron que aguardara a que el príncipe alcanzara esa edad, pero la realidad era que no esperaría tanto, en cuanto Inuyasha tuviese una edad considerable lo reclamaría, y eso seria cuando fuese capaz de liberar su yoki de esa forma su unión seria posible y irrevocable, intimaria con el dejando su marca y su aroma en su pareja destinada para siempre. 
 
- Eres mío - declaró el nuevo Lord de las Tierras del Este que aún mantenía a su pequeño hermano entre sus brazos - Desde hoy y para siempre.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Notas finales:

Eso es todo por el momento espero que les guste y me hagan llegar todos sus comentarios 

 

Saludos 

 

Amor y cohetes 

 

LORD GRIMM


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