Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Síndrome de Abstinencia por Kumagoro2093

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Finalmente el día había llegado. Itachi volvía a casa luego de dos semanas de infierno, donde en medio de sus ataques de abstinencia en más de algún momento terminó atacando a golpes a otros compañeros por situaciones de mínima importancia. Donde al no poder avanzar en el trabajo por culpa propia golpeaba las paredes y mesa en una ira sin sentido, donde sus uñas ya no existían, y su sistema nervioso estaba en la basura. 

 

Ni siquiera pastillas para dormir le dejaban descansar en la noche. 

 

Izumi no pudo controlarle en ningún momento, al punto que a pesar de las advertencias no hubo más opción que suspender a Itachi de la universidad por una semana a causa de su pésimo comportamiento. Violento en todos los ámbitos. 

Toda la universidad se enteró casi de inmediato a causa de las redes sociales. Nadie podía creer que Itachi Uchiha, el príncipe de la universidad, pudiese comportarse de esa manera. 

 

El único momento donde Itachi pudo guardar la calma fue cuando volvían de su viaje. Luego de discutir incluso con el profesor porque el bus se había retrasado 3 minutos, se sentó en el rincón del bus, acomodó sus audífonos en sus orejas, y el resto del camino se dedicó a morder sus uñas inexistentes y llenas de heridas. Junto con no dejar de mover su pierna a causa de su tic nervioso.  

Izumi no supo cómo ayudarle, así que decidió alejarse de él. 

 

Cuando llegaron finalmente a su destino, Itachi no se dio ni siquiera el tiempo de despedirse. Tomó su maleta y mochila, y se fue raudo del lugar. 

En ese momento, él ni siquiera pensaba en la situación. De hecho, ni siquiera asimilaba que había sido suspendido. Su instinto le hacía moverse, pero nada de ello era a voluntad. 

Ni una sola cosa. 

 

En quince minutos llegó a su hogar. Como pudo abrió la puerta demorándose un par de minutos en ello. 

Allí dentro le esperaba Sasuke, completamente desnudo en el pasillo, en la misma situación de Itachi. Moviéndose por instinto, no por voluntad. Sasuke le había sentido llegar, y como si fuese hipnosis el instinto le  dominó por completo. 

 

Itachi cerró la puerta de golpe, tiró sus maletas, y entre ambos se lanzaron al otro en un ataque desenfrenado de besos, caricias y sexo. 

Sin saber cómo llegaron al segundo piso, mordían el labio contrario con sed de sexo incluso haciéndose sangrar, Itachi tirando del cabello de Sasuke para acomodar perfectamente sus labios, y este atrayendo a su hermano a su cuerpo. Apegándose a él lo mas posible. 

 

En un acto de mínima voluntad discutieron un par de segundos sobre que habitación utilizar. 

Sasuke deseaba la de Itachi por su aroma, e Itachi quería la habitación de Sasuke por la misma razón. 

Perdiendo el "culpable" de la situación, entraron golpeando la puerta y cerrándola de la misma manera en la habitación de Itachi.

 

En esa habitación hubieron ruidos, gemidos e incluso lágrimas durante varias horas. El cuello de Sasuke ya no podría soportar más marcas que las que le había hecho Itachi. Entre mordidas y varias marcas rojas y moradas para ambos, junto con un sexo desenfrenado que provocaba hasta dificultades para respirar, donde Sasuke suplicaba por más embestidas e Itachi cumplía sus deseos sin dudarlo, finalmente lograron calmarse y volver a sí mismos luego de un par de orgasmos. 

 

Sin embargo, en el proceso fue más que el solo sexo. Al estar fuera de si, las palabras de cada uno salían sin siquiera pensarlo. Entre las embestidas, las lágrimas de Sasuke recorrían abundantemente en sus mejillas demostrando la impotencia, tristeza, ira y rabia que había acumulado desde que se dio cuenta de sus sentimientos. 

"Me hiciste tanta falta, maldita sea". Decía entre besos, sin darse cuenta de lo que salía de su boca. "¿Como te atreves a dejarme solo? A abandonarme... aún cuando te quiero tanto".

 

Itachi comenzaba a luchar para volver a sí mismo, por lo que entendió relativamente las palabras de Sasuke, pero no pudo reaccionar a ellas. Entre besos le escuchaba, y regalaba caricias a lo largo de su cuerpo. 

"Extrañaba tanto tu cuerpo, Sasuke". Susurraba Itachi mientras besaba su pelvis y masturbaba con su mano libre. "Tu aroma, tus besos. Maldito sea el día en que pensé que lo mejor era alejarme de ti...". 

 

De esa manera, lo que restó del día solo fue dedicado a besos, caricias, sexo, y palabras de amor que una vez volvieron en sí, fueron guardadas en sus pechos y no dejaron salir. 

La verdad es que yacía tiempo que Itachi se había dado cuenta que lo que sentía por Sasuke no era solo una relación fraternal, era más que solo la "obsesión" que tenía su cuerpo por estar junto a él provocándole aquel síndrome de abstinencia. Pero en un intento de negarlo se alejó de él, encontró una pareja, puso sus estudios y viaje por sobre Sasuke y trabajaba constantemente para soportar la abstinencia de no tenerle. 

 

Porque Itachi creía que era la única manera de "sanar" la terrible enfermedad que llevaba consigo. ¿Como un hombre cuerdo puede aceptar amar a su hermano? A su propia sangre. 

¿Como podía aceptar el ensuciar por culpa de sus pensamientos a su amado hermanito menor? 

Todo aquello pasaba por la cabeza de Itachi luego de darse cuenta de todo lo que hizo por culpa de no tener a Sasuke a su lado. 

 

—Creí que llegarías más tarde. —Dijo Sasuke abrazado a él, como si estuviese recobrando fuerzas. 

 

—Si te soy sincero, fue culpa mía que llegase pronto. Tuve un par problema en el viaje. —Respondió Itachi, aceptando el apego de Sasuke, abrazándole también. 

 

—¿Tu? ¿Problemas? ¿En serio eres mi hermano? —Se burló. 

 

—Calla... son muchas cosas que sucedieron. 

 

—Aquí también sucedieron varias cosas. Terminé con Sakura y Naruto está intentando consolarla. La universidad casi me expulsa por inasistencia, —Y por responderle sin ningún tipo de respeto al director de carrera—. 

 

—Quien lo diría... a mi me suspendieron una semana, y al parecer Izumi me dejó a causa de lo qué pasó en el viaje. 

 

La curiosa similitud de las terribles desgracias que vivieron durante el tiempo que estuvieron separados les causó gracia, y juntos comenzaron a reír. 

Querían olvidar lo mucho que escandían en sus corazones a causa de lo que cada uno sentía por el otro, pero alejarse no era una opción. Así que la mejor respuesta fue seguir la corriente, y detenerse antes de llegar a algo más. 

 

Ambos comenzaron una entretenida conversación comentando todo lo que hicieron en ese estado de abstinencia del otro, aún aferrados al cuerpo contrario.

Varias risas salían de sus bocas. Sasuke se burlaba de las razones por las cuales en más de una ocasión Itachi comenzó una discusión y la terminó con golpes. 

 

Itachi se dio cuenta del desorden de su ropa, así que preguntándole a su hermano la razón, poco a poco Sasuke cedió a la verdad. Que había usado su ropa para bajar sus efectos por la abstinencia. 

 

Poco a poco ambos hermanos entre varios besos, caricias, y toques que abrían paso al deseo de hacer el amor otra vez, comenzaron a abrir poco a poco su corazón. A medida que contaban sus vivencias sin el otro, susurraban verdades que habían sido ocultas por ambos con tal de esconder su sentir por el otro, más que la propia abstinencia que les limitaba. Y luego de una ronda de amor más, sin darse cuenta ambos hermanos se quedaron dormidos desnudos y escondidos entre las sábanas de Itachi. 

 

Sin embargo, se durmieron realmente tarde. Una hora después, la puerta de su hogar se abrió dejando entrar a Fugaku y a Mikoto luego de un largo día de trabajo. 

Ambos vieron las maletas tiradas de Itachi en la entrada, pero les llamó la atención que alguien tan ordenado como su hijo dejase todo en el suelo y desparramado de esa manera. 

 

Obviando que Fugaku no saldría más de su sillón, a Mikoto no le quedó de otra que tomar las maletas de Itachi y subirlas a su habitación. 

Sostuvo la maleta y mochila y comenzó a subir las escaleras, abriendo la puerta de Itachi.

 

—Hijo, tus male- Las maletas cayeron de golpe al suelo, despertando a Itachi y a Sasuke de golpe. Miraron aterrados a su madre, y ella palideció. 

Tapó su boca en un acto de terror, y abundantes lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. 

 

Los hermanos no sabían que hacer, no sabían como actuar ante esa situación. Su madre les había encontrado en el acto, desnudos y abrazados como si su vida dependiera de ello. 

 

—Ma... madre... —Comenzó Itachi.

 

—¿¡Que sucede allá arriba, Mikoto!? Llego cansado y solo deseo descansar, y en este hogar ni siquiera puedo hacer eso. —Gritó Fugaku desde su sillón, poniéndose de pie y a pasos fuertes subiendo la escalera para ver que sucedía. 

 

Los ojos de Mikoto se abrieron, y sabiendo lo que sucedería si Fugaku los descubría, cerró la puerta de golpe, dejando a los hermanos con su mente en blanco. Solo lograron atinar a vestirse con rapidez, ropa interior, pantalón y polera. 

 

Una vez Fugaku subió, vio a su mujer pálida y temblorosa. —¿Que mierda pasa? ¿Por qué tiraste las maletas y cerraste la puerta? 

 

—¿Eh? Ya... ya sabes. Lo vi... lo vi haciendo algo indebido. Cosas de hombres, tú entiendes... —Dijo con su boca temblorosa, intentando reírse lo más posible. 

 

—¿Ah? De que estás hablando, mujer... —Tomó la perilla de la puerta, y la abrió de golpe sin dejar que Mikoto pudiese intervenir. —¡Itachi! ¿Que hacías? 

 

En un acto desesperado antes de que Fugaku abriese la puerta, Sasuke se tiro al suelo y escondió bajo la cama. Su corazón latía a mil por hora, estaba aterrado. 

Si su padre les veía de esa manera, la posibilidad de que literalmente les asesinase a golpes superaban el 80%. 

 

—¿Y-yo? —Itachi también estaba aterrado. —Yo... mas... masturbándome. —Mintió intentando hacerlo lo más creíble posible. 

 

Fugaku guardó silencio unos segundos, y luego se echó a reír. —¡Y por esto te veías asustada, mujer! —Se burlaba y salió luego de la habitación dejando a Mikoto con el alma y corazón en mano. —Déjalo, mi hijo ya es todo un hombre. Vamos, es hora de comer. Quiero bife hoy. 

 

Mikoto se quedó mirando hacia dentro de la habitación viendo fijamente a su hijo. Como madre simplemente no supo cómo actuar, así que volvió a cerrar la puerta esta vez con suavidad, y fue a la cocina. 

 

Mikoto no dijo ni una sola palabra en una semana. Guardó silencio y se mantuvo en su mundo, analizando la situación e ignorando la palabra de todos en su familia.  

Ambos hermanos no supieron que hacer. Tal fue el terror, que incluso su síndrome de abstinencia fue levemente curado. Hicieron lo posible por estar lo más lejos del otro. 

Como estuvieron suspendidos aquella semana, se dedicaron a vivir en sus habitaciones sin acercarse al otro.

Luego de aquella semana en silencio, un día donde tanto Itachi como Sasuke se mantenían en su habitación, fueron llamados por su madre aprovechando que Fugaku estaba de viaje. 

 

Bajaron al comedor, y se sentaron frente a su madre. La mujer pálida, de ojos tristes y cansados les miró fijamente. 

–Explíquenme que fue lo que vi. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).