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Síndrome de Abstinencia por Kumagoro2093

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Notas del capitulo:

Este capítulo lo narra Itachi, el todo hermoso de mi esposo (xD). Disfruten! Déjenme en comentarios qué tal va la historia para ustedes, si creen que falta algo, si creen qué hay algo que debo mejorar en mi redacción. Llevaba años sin escribir;; lo siento. Disfruten!!

Luego de ver aquella aburrida película y comenzar a dormir, no supimos del mundo hasta minutos antes que llegasen nuestros padres. Como si tuviésemos una alerta interna, ambos despertamos media hora antes para vestirnos y ordenar todo de manera que no parece que vimos alguna película. 

 

Era realmente un castigo cuando Sasuke debía separarse de mi. En el momento que comenzaba a alejar su cuerpo provocaba cierta electricidad en mi pecho, una sensación desagradable que me hacía sentir realmente asqueado. 

Nos vestimos y guardamos la comida sobrante, arreglamos la habitación de Sasuke, y ya listos, finalmente volvimos a la realidad. Me fui a mi habitación y comencé a estudiar para volver al rol de príncipes que teníamos a veces incluso con nuestros padres. 

 

Ojalá tuviésemos la oportunidad de por lo menos mantenernos en la misma habitación, encerrados viendo algo interesante como “hermanos” que éramos. Pero nuestro padre era un homofóbico innato. Siquiera un toque era sospechoso y afeminado para el.

Independiente fuéramos hermanos, debíamos ser “hombres”. No unas “niñitas lloronas”. Como si aquello fuese despectivo. 

 

Básicamente no podíamos estar en un lugar a oscuras solos, de ninguna manera. Y de hecho, la razón de que en estos momentos me encuentre en una relación con Izumi, no es más que una prueba de supuesta hombría de parte de mi padre. 

 

De todas maneras volviendo al tema, ambos nos quedamos en nuestras respectivas habitaciones hasta que llegaron nuestros padres. Bajando luego de ella, saludando y volviendo a la misma rutina de todos los días.

 

La complicación comenzaba el día después. Y es que estando en la universidad me habían dado la terrible noticia que debíamos irnos de viaje durante 2 semanas para realizar un estudio de terreno a una ciudad considerablemente lejos de donde se encontraba mi hogar. 

El problema no era el viaje en si, si no la separación de Sasuke y mía. ¿Que haríamos si no podíamos vernos durante dos semanas, ni mucho menos tocarnos?

 

Para mi sería insoportable. El infierno parecería cielo en comparación a cómo me sentiría, pues era la primera vez en 18 años  donde debía alejarme de él, y lo peor, por obligación. 

 

—Itachi, ¿Te parece tomarnos un café en mi casa una ve acaben las clases? —Preguntó Izumi abrazada a mi brazo, mientras yo no podía dejar de pensar en alguna maldita solución a ese problema. No era un juego ni menos una broma el tener ese síndrome de abstinencia con mi hermano. —Hace días no pasamos tiempo juntos... mi familia quiere verte, y yo quiero estar contigo. 

 

—¿Que tal si vamos mañana? Hoy haré los arreglos para el viaje. Es mejor finalizarlos ahora y mañana tener libre para pasarlo contigo. —Dije volviéndome a mirarle y abrazar su cintura para dejar un suave beso en sus labios. 

Vi como ella me miró con un pequeño puchero, y yo copiándole su expresión, dejó salir una risilla. 

 

—Bien, mañana será. Después de clases. —Dijo dejándome otro beso más, yéndose con varias de sus amigas.  

 

De vuelta a casa me dediqué a pensar en una solución al gran problema que tenía con Sasuke. La “abstinencia” no era un chiste, sabiendo de los efectos que teníamos ambos al no estar juntos. Los ataques de pánico en cualquier lugar, el sentimiento de estar constantemente ahogado, y ese dolor en el pecho eran solo alguna de las consecuencias de no sentir a Sasuke cerca mío durante cierto tiempo. 

Y ahora que debía estar alejado de él durante tanto... me ahogaba. Me apretaba el pecho, dolía tanto. 

Cerré mis ojos en camino a casa, y lo poco que faltaba de camino intenté buscar una solución en vano, porque nada se me ocurría. 

 

Al llegar, Sasuke por suerte estaba en el sillón sin Sakura. Al parecer se había ido unos minutos antes, más que nada por el aroma dulce que emanaba del aire. 

Me acerqué y me senté a su lado, me miró extrañado. Con el solo verme el ya sabía que algo raro pasaba. 

 

—¿Que te sucede, Itachi? Estas pálido... ¿no estarás enfermo? —Preguntó acercándose a mi, tocando con una de sus manos mi frente, y con la otra la suya para comparar temperaturas. —¿Necesitas algo?

 

—No. —Respondí tomando su mano entre las mías, su puro toque hacia saltar mi corazón. Aún sin entender como, o por qué. Su solo toque provocaba una serie de sentimientos florecedores dentro de mi. —Pero, tengo una mala noticia, la cual necesito que me ayudes para buscar una solución. 

 

—¿Que es? Vamos, dilo pronto. Me pones nervioso ante tanta duda. 

 

—Debo irme de viaje. Un viaje de expedición de dos semanas. Sabes que no podemos estar separados durante mucho tiempo, ni siquiera sentirnos así. Necesito que me ayudes a buscar una solución, y faltar a esa expedición no es una. —Dije mirando fijamente sus ojos iguales a los míos. Podíamos tener esta maravillosa cercanía solo porque nuestro padre no estaba. 

 

Sasuke tragó saliva, y miró hacia el suelo pensando, creo yo, en alguna solución al problema. 

 

Pasando los segundos, que creí insoportablemente largos por las dudas que ambos teníamos,  y nuestras manos unidas, Sasuke volvió a mirarme. —Debemos hacer algo para que nuestros cuerpos nos recuerden durante el tiempo suficiente para que vayas y vuelvas. —Dijo como si ya tuviese la respuesta, pero eso solo me trajo más dudas. 

 

—¿Algo que nos haga recordar? —Repetí, comenzando a dejar divagar mi mente en distintas situaciones que podrían hacernos recordar nuestros toques. Hasta que, ni tonto que fuese, me di cuenta de una. —Sasuke, ¿Estas hablando de hacer... eso?

 

Sasuke trago saliva y volvió su miraba otra vez hacia el suelo, asintiendo poco después. —Si con tener nuestros cuerpos desnudos en un abrazo no es suficiente como para soportar tu lejanía durante tanto tiempo, hay que hacer algo más, algo más lejano a eso. 

 

—Pero... ¿Y Sakura e Izumi? Esto sería igual a una traicion a ellas...

 

—No lo niego. Pero prefiero eso, a los efectos de abstinencia al no tenerte. —Dijo, como si fuesen puras palabras de amor. Pero... era más doloroso que eso, como una agonía. 

 

Lo peor de ello es que no estaba disgustado con la idea, más bien me sentía atraído. De que sucedería, como lo viviríamos. 

La atracción de saber si realmente el sexo solucionaría durante un tiempo nuestro deseo por el cuerpo del otro. 

Miré mi reloj, por suerte recién eran las tres. Me levanté del sillón y ayudé a Sasuke a ponerse de pie. 

 

—Olvídate si crees que seré el pasivo. —Dije burlesco. —Soy el mayor, por lo tanto, merezco meterla yo. 

 

Sasuke me miró con un rostro definitivamente avergonzado. Reí y me empujó hacia la escalera. —Vete a mi habitación. —Dijo. —Iré en un rato.  

 

Subiendo antes el, escuché como cerró la puerta del baño con su pestillo, y encendió el agua de la ducha. Sentí un temblor en mi parte baja, estaba emocionado por saber que sucedería. 

Fui al baño privado de mis padres para darme una ducha también. Que vergüenza daría ver a Sasuke limpio y con buen olor, y yo todo sudado. 

 

Terminando, pase a la habitación de Sasuke semi desnudo, eran las tres y cuarto, estaba demasiado ansioso, sobre todo por sentir que Sasuke comenzaba a acercarse. 

Me acosté en la cama solo con el bóxer, y me dediqué lo que restaba de tiempo a mirar la puerta para no perder ni una sola vista de un Sasuke avergonzado entrando por la puerta. 

 

En segundos, la puerta del baño se abrió, y pronto la puerta de la pieza comenzó a abrirse con lentitud. Primero entró el rostro de Sasuke, más rojo que un tomate, pasando luego su pecho y finalmente piernas, cerrando la puerta tras de él apoyándose en ella. —Estoy listo...—Susurró. 

 

Con una sonrisa a medio rostro, me puse de pie y me acerqué a él lentamente. Apoye mi mano en la puerta y acerqué mi rostro a él, apegándome a su cuerpo. 

Tenía su cuerpo mojado y caliente por el agua y la tentación de tocarnos. Nos miramos una vez más a nuestros ojos iguales, y mientras el quitaba mis bóxers, yo quité la toalla de su cintura para que luego de ellos nuestros labios chocaran en un beso principalmente dulce, solo el toque de nuestros labios; para luego sentir como si nos estuviésemos comiendo el uno al otro. Tragando el cuerpo entero, jugando con nuestras lenguas al punto de querer ahogarnos. 

 

Desconozco el momento en que llegamos a la cama, y también el momento en que me sentí dentro y sobre él. Como si nuestros cuerpos lo hubiese pedido a gritos durante tantos años, nos comimos por completo. Nuestros cuellos, espalda, pecho y piernas. 

Un sexo desesperado lleno de gemidos por parte de Sasuke, que no dejó de botar jugo de su miembro hasta el final, donde no dejó de venirse, al igual que yo. 

 

Sentía como el mordía mi cuerpo y yo hacía lo mismo, cada embestida hacía que Sasuke rasgara mi piel provocando ardor y dolor, que rápidamente se disipaba... o quizás el interés en el dolor de espalda no podía competir con como se sentía dentro de él. 

 

Sentí también como su corazón saltaba de su pecho, como el mío también lo hacía, como si anhelase una vez más estar juntos de esa manera. Me abracé a él y él hizo lo mismo, empujándome una vez más hacia su cuerpo, era como si mi ser pidiese a gritos una vez más. 

Necesitaba más, dos rondas, tres, o cuatro no eran suficientes, pero nuestros cuerpos nos comenzaban a limitar. Ya no era nuestro cuerpo quien nos exigía unirnos, si no algo más, algo desde dentro nuestro. 

 

Con nuestros labios húmedos e hinchados por tantos besos, nos besamos una última vez antes de caer rendidos a la cama, yo sin salir de su interior, y el sin alejarse siquiera un centímetro de mi. 

 

Esto era malo, no había solucionado el problema. Definitivamente, lo había empeorado. Ya no había vuelta atrás. 

Notas finales:

Waa, pobre de mi amado Itachi:(


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