Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Senseless por OldBear

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 12: Naranja. Segunda parte.

Había visto a sus amigos abrigarse bastante bien preparándose de esa forma para la salida planificada pues, aunque apenas era 30 de octubre, el frio calaba en lo profundo de cualquier ser.

Seguramente aquel sería un invierno muy frio, demasiado quizás.

Incluso aun sabiendo eso, luego de que todos los alumnos se fueron, Harry decidió subir a la torre de astronomía sin utilizar nada más que su habitual uniforme del colegio. Ni siquiera se dignó a utilizar un hechizo para aminorar la sensación de escalofríos que lo invadía, en cierta forma lo agradecía, porque podía aminorar el peso de sus pensamientos.

Estaba empeorando.

Logró zafarse de la ida a Hogsmade poniéndoles una excusa a sus amigos acerca de que Remus tenía una información que necesitaba discutir con él. Al principio ellos quisieron quedarse y hacerle compañía, pero él logró convencerlos y pedirle a Hermione que se encargara de comprar su disfraz.

—Señor Potter ¿Qué está haciendo aquí? —Harry se giró ante la grave voz de su maestro de pociones, pero desvió rápidamente la mirada hacia el paisaje ante sus ojos.

Tenía ganas de estar solo, y en ese momento se sentía demasiado vulnerable como para no llorar frente al maestro.

Y en verdad no quería llorar.

Severus se extrañó de verlo en la torre cuando se suponía que los estudiantes estaban en la salida de Hogsmade. Todos aprovecharían aquel día para comprar su disfraz ya que, después del último ataque de Voldemort, las salidas del colegio estaban restringidas al mínimo a los estudiantes, y seguramente aquella sería la última antes de las vacaciones de invierno. Dumbledore incluso pidió un favor al ministerio para que un par de aurores acompañaran a sus estudiantes. Severus había sido uno de los maestros que permaneció en el colegio.

Se acercó hasta Harry quien estaba apoyado de la baranda, con la vista perdida en el horizonte.

—Disfruto de la vista. —respondió el chico sin mirarlo.

— ¿No se supone que debería estar con sus amigos en Hogsmade? —había querido usar un tono de voz indiferente con el Gryffindor, como siempre hacia cuando estaban fuera de sus habitaciones o del salón de entrenamiento, pero algo le decía que Harry no estaba del todo bien — El director no les dará otra oportunidad para que compren sus disfraces.

— Es solo que... quería un momento a solas— Harry intentó sonreí, pero solo pudo crear una mueca trise que le dio a Severus la razón en cuanto a que algo malo sucedía.

El maestro de pociones no lo dudó más y, teniendo la confianza de que nadie subiría hasta allá, cortó la distancia que los separaba y tomó la barbilla de Harry para encararlo.

—Harry ¿Qué ocurre? —dijo elevando la barbilla del menor.

El chico pareció dudar por un momento.

—Por favor Harry—volvió a pedir Severus—dime que te ocurre.

—No puedo oler tu perfume—terminó diciendo evitando la mirada del mayor.

— ¿A qué te refieres? —preguntó Severus sin entender.

—Creo que ya he perdido el olfato.

La mirada en el rostro de Severus fue de puro terror, creía que podrían retrasarlo por más tiempo, y el conocimiento de saber que ya iba por el segundo sentido, fue algo difícil de procesar.

—No fue como el primero, — continuó Harry— fue diferente. El primero fue gradual, ahora simplemente...desapareció.

— ¿Cuándo te diste cuenta?

—Esta mañana. Al principio no me di cuenta, pero cuando pasaste a mi lado no sentí tu perfume, — dijo sin evitar una pequeña sonrisa— pensé que lo habías olvidado, pero me di cuenta que no, que el problema lo tenía yo.

—Debiste decirme de inmediato—le reclamó.

—Lo siento, yo solo...Tengo miedo de seguir perdiendo. De quedarme sin nada. Estaré bien ¿verdad?

Severus sintió una inmensa necesidad de consolar al chico que lo veía con esos ojos tan llenos de miedo y de...confianza. Y lo abrazó.

Volvió en él el sentimiento de culpa que le embargaba cada vez que recordaba que no le habían dicho toda la verdad a Harry, pero desapareció cuando el chico se aferró a él en el abrazo, y se afianzó a la idea de que en verdad estaba haciendo lo correcto.

 

........................................

 

 

Harry no podía decir que odiaba la oficina del director, pero casi nunca había estado en ese sitio sin que alguna mala noticia o tragedia fuera mencionada. Los retratos estaban en completo silencio, y pensó que talvez Dumbledore había utilizado algún hechizo para mantenerlos a raya, quizás lo hacía cuando necesitaba debatir algo realmente importante en su oficina porque haciendo clara memoria, el día que se enteró de que cargaba con una maldición de enclaustramiento tampoco los escuchó ni los vio moverse. Pero al día siguiente, que se encontró con Siriuss en esa misma oficina y su padrino le abrazó, en un momento dado vio a los habitantes de los recuadros murmurar algo entre ellos, así que claramente Dumbledore usaba un hechizo para silenciarlos en esos momentos.

Giró el rostro para ver a Snape terminando de detallar al director todo lo que él le había contado. Severus no había querido desperdiciar ni un minuto y casi llevó a Harry a rastras hasta la oficina del director. Albus permaneció en silencio, claramente afectado por el conocimiento de que aquello estaba avanzando más rápido de lo que habían previsto.

—Tendrás que aumentar las sesiones—dijo el director, con voz calma pero con un deje de amargura—creo que lo mejor será que sea algo diario.

—Llegue a esas mismas conclusiones—respondió Severus mirando de reojo a Harry, queriendo saber cómo reaccionaría el chico ante esas palabras.

El más joven permanecía en silencio, incomodo de no poder ni siquiera sentir el olor a naranja del té que tenía entre sus manos. Albus se lo había ofertado seguramente con buenas intenciones, pero él no tenía ganas de tragar algo que realmente no podía ni oler ni saborear.

No quería hablar, realmente no tenía nada que agregar ni que preguntar, o por lo menos eso creía.

Aquello era bastante malo, y aunque Harry realmente no sabía toda la verdad, lo que conocía era suficiente para aterrarle. Quizás más aterrado estaban los dos hombres a su lado, las cuales sí sabían el final de todo aquello. Y lo peor era que una carta que Sirius habían enviado y la cual llegó a primeras horas de la mañana, disminuyó los ánimos en un porcentaje increíble.

No hay rastros de él.

La pista que Sirius estaba siguiendo para encontrar a la persona que Remus conocía que sufrió la maldición lo había llevado lejos, pero al llegar tuvo la mala suerte de que le dijeran que esa persona nunca había estado ahí. Lo querían, lo necesitaban para saber cómo había soportado la maldición y de tener suerte, quizás la había logrado vencer. Pero tendrían ahora que buscar en otro lado, y Sirius regresaría con las manos vacías. Por supuesto estaban buscando otras formas de encontrar una respuesta, pero nada parecía dar frutos.

Y ahora, con el descubrimiento de que aun utilizando el Minuere retrasaron el hechizo solo 15 días, sabían que tenían el tiempo más que en contra.

Dumbledore pensó en el profesor de pociones. El Minuere agotaba físicamente, y Snape lo estaba sobrellevando hasta ahora, ¿pero qué pasaría cuando aumentaran las sesiones? Incluso estaba el tema de Voldemort. Snape no podía presentarse ante el Lord tan débil como seguramente le dejaría el hechizo. Debían ir pensando en perder el factor espionaje en pos de evitar que el Lord dañara a Severus.

En un acto reflejo Dumbledore iba a alargar la mano para ofrecerle al más joven de los tres los característicos caramelos de limón, pero se detuvo al recordar la situación y darse cuenta que el muchacho ni siquiera había bebido de su té.

Estuvo a punto de decir algo, pero la voz del chico lo sorprendió.

— ¿Qué pasara cuando lleguen las vacaciones? — preguntó realmente preocupado. Ese pensamiento había llegado a su mente de repente, el solía pasar las vacaciones en la madriguera desde que tenía quince ¿entonces no harían el ritual? Quizás tendría que quedarse en el colegio, no estaba del todo seguro donde pasaba Snape las fiestas, y tenía el presentimiento de que su maestro no estaría demasiado contento de arruinar sus vacaciones por él.

—Creo que tendrá que pasar las vacaciones de navidad contigo Severus, —suspiró Albus viendo hacia el maestro—, el ritual deberá mantenerse ininterrumpido. Imagino que preferirás pasarlas en tu casa

—Yo no quiero ser una molestia para el profesor Snape—dijo Harry rápidamente. No podía negarse a sí mismo que tenía ganas de ir, aquello de ver la casa de Snape le resultó interesante inmediatamente lo escuchó, pero no quería molestar al maestro con su presencia en su casa.

Snape era demasiado reservado con sus asuntos personales, seguramente no estaba muy deseoso de que invadieran su privacidad.

—Deje la tontería Potter, no me molestara en lo absoluto—Severus tuvo la duda de si Harry en verdad no quería ir para no molestarlo, o simplemente era que la idea de pasar las navidades con él no le hacía mucha gracia. Pensó que quizás su amistad no era tan buena como imaginaba...

—Hablaré con los Weasly para informar sobre el cambio de planes—dijo Albus mientras empujaba sus gafas de media luna sobre su nariz—y sobre la nueva situación, tendremos que avisar a Remus y a Sirius...

 

.......................................

 

 

— ¿Por qué no nos dijiste? — preguntó Hermione con un tono dividido entre preocupado y reproche. Harry miró a sus amigos sintiéndose ligeramente culpable.

Estaba anocheciendo cuando los estudiantes regresaron de Hogsmade, después de la conversación con el director y Snape, Harry se la había pasado en su habitación con las cortinas echadas. Al principio su intención fue leer algo, pero sus ánimos no daban para mucho. Luego intentó dormir un rato, y se rindió cuando después de media hora aún seguía viendo las cortinas que rodeaban su cama en silencio.

Su situación era penosa, pero realmente estaba intentando no deprimirse por aquello. Estar triste sería lo más fácil ¿y quién lo culparía cuando desde un principio su vida estaba rodeada de tanta mierda?

Pero no, no quería preocupar a los demás, no podía. Quizás por eso mismo fue por lo que se enamoró de Severus, aquel sentimiento le servía de salvavidas para distraerse en esos momentos.

Aunque en ese justo instante no estaba funcionando del todo.

Y fue por eso que cuando sus amigos llegaron notaron inmediatamente que algo estaba sucediendo. Seamus, Dean y Neville estaban en la sala común, habían dejado sus compras en la habitación y habían bajado a jugar Snap Explosivo, así que por el momento tendrían la libertad para hablar.

—Al principio no me di cuenta—dijo intentado disculparse. Hermione estaba sentada a su lado y Ron los veía desde su propia cama. —supongo que después no quise arruinarles el paseo. —admitió.

— ¡Harry! No vuelvas a hacer algo así—exclamó Hermione, su furia había aumentado por encima de su preocupación—un viaje a Hogsmade no es nada comparado contigo.

—Hermione tiene razón—secundó Ron—no debió ser motivo para que no nos dijeras.

Harry se encogió de hombros, podría disculparse, pero en verdad no estaba arrepentido. Sus amigos le ayudaban demasiado y vivían preocupándose por él. Incluso perdían muchos momentos de intimidad solo para no dejarle solo, así que a veces se sentía culpable. Sabía que de haberles dicho lo que sucedía, no habrían ido al paseo donde seguramente se divirtieron mucho, y él no quería que ellos perdieran ese tipo de cosas solo por estar con él.

Prometió no volverlo a hacer, promesa que seguramente no cumpliría, y paso a contarles la noticia de que aumentarían las sesiones del Minuere y que pasaría las vacaciones con Snape.

— ¿Entonces no las pasaras con nosotros?

Harry negó hacia ellos mirando a su alrededor. Era una lástima, Hermione había pedido permiso desde hacía unos meses atrás para poder pasar las vacaciones de navidad en la casa de los Weasly, y de esa forma tener unas vacaciones juntos.

Molly estuvo más que encantada de saber que además de Harry, Hermione también se quedaría, y ya había preparado para nochebuena, incluso, una gran cena donde lógicamente estaban invitados Sirius y Remus. Sus hijos mayores irían para la cena, y también había invitado a Dumbledore y McGonagall. La profesora ya tenía planes, pero había dado las gracias de antemano.

Lógicamente no sería lo mismo sin Harry.

—Puedes venir en nochebuena—dijo Ron, en verdad le dolía que no poder pasar esas vacaciones con su amigo e intentaba no perder su última esperanza—hablare con mis padres, no creo que se opongan.

—Pero no puedo ir solo—recordó Harry, le tenían prohibido aparecerse o usar cualquier transporte solo para evitar que algún mortifago lo encontrara desprotegido.

—Snape puede llevarte—mencionó Hermione, queriendo de igual forma verlo aunque fuera en nochebuena—no creo que se oponga.

¿Sería molestarlo demasiado con esa petición? Quizás no, si Snape ya tenía planes para pasar navidad seguramente agradecería no tener que estar con él en nochebuena.

—Ya me siento mal por arruinarle la navidad. —mencionó tirándose hacia atrás en la cama.

— ¿Crees que tenía planes? —cuestionó Hermione, entendiendo la molestia de su amigo.

—No lo sé, pero normalmente las personas tienen planes para pasar sus vacaciones, así que sería lo más lógico.

Le agradaba la idea de pasar navidad con él, el problema es que era algo impositivo, no que el maestro quisiera desde un primer momento.

 

..............................................................

 

 

El hecho de que tenía que dormir con Severus cada noche tenía un inconveniente. Podía ocultar a sus compañeros de cuarto que dormía fuera de su habitación algunas noches, solo era cuestión de cerrar las cortinas y pedirle a Ron que mantuviera un ojo para que ellos no lo descubrieran.

El director le dijo que hablaría con sus compañeros, aquello debía permanecer en secreto y nadie más debía saber que no estaba durmiendo en sus habitaciones. Pero Harry tuvo una idea y le pidió a Dumbledore el permiso para ser él y Ron quienes hablarían con sus compañeros, y el mayor no pudo negarle una petición al muchacho. Harry lo resolvería con una mentira disfrazada: Decirles que se quedaría con el maestro de Defensa para que lo pudiera entrenar.

— ¿Con Remus? —preguntó Dean sentado en su cama.

Les contó que debido a los ataques de Lord Voldemort, Dumbledore le pidió al maestro de defensa que lo entrenara, y para no interferir con sus clases habituales el entrenamiento seria por las noches

—Entrenaran diario—secundó Ron apoyando la historia de su amigo—así Harry no tiene que volver todas las noches.

— ¿Y si el director le firma un permiso o algo? —preguntó Neville, le parecía un poco excesivo lo que estaban haciendo con su compañero de ponerlo a entrenar tanto. Sabía que era por su protección, pero Harry era solo un chico de su misma edad.

—Vamos, vamos —atajó Ron— ¿hasta qué hora practicaran? Es mejor que se quede allá y listo.

Los otros tres aceptaron entendiendo la situación, y Ron termino por decir:

—Solo queremos que, si alguien pregunta, digan que Harry sigue durmiendo aquí. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).