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Senseless por OldBear

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Seamus fue el primero en despertarse. Se frotó los ojos con calma y decidió levantarse para ir al baño, en eso alguien tocó la puerta. Los golpes eran bastante rudos y seguidos, incluso despertaron a Dean antes de que Seamus pudiese abrir y ver quien era.

 

— ¡¿Besaste a May?! —dijo un chico de sexto año con la pijama puesta y una clara mirada de enojo. Su vista estaba enfocada en la cama de Dean.

 

— ¿De qué me estás hablando? —respondió Thomas aun con el sueño nublándole la conciencia.

 

—Que besaste a May hijo de puta—el chico le apuntaba con un dedo y se veía bastante molesto.

 

Dean y el intruso comenzaron a discutir subiendo el tono de voz despertando a Neville en el proceso y espantando todo el sueño de Seamus. Ron también despertó, solía tener el sueño ligero acostumbrado a estar al tanto de su medio externo. Había vivido tanto con los gemelos que sabía que dormir muy profundo podía provocarle ser un blanco de bromas fácil, además el hechizo que había colocado era para que los de fuera no pudiesen escuchar nada desde dentro de las cortinas, pero ellos claramente podían escuchar lo que ocurría fuera.

 

Se frotó los ojos con desgana e intentó entender que estaba pasando, claramente había personas peleando en su habitación y decían algo de una tal “May”, un beso y que alguien era un hijo de puta y un mal amigo. Aun con el sueño, se sentó y tomó las cortinas para abrirlas.

 

— ¿Qué está pasando aquí? —exclamó, se había olvidado que no estaba en su cama.

 

Los chicos presentes lo miraron por un segundo y luego una expresión indescifrable llenó el rostro de cada uno. En la puerta también había dos chicos—uno de séptimo y otro de sexto— que estaban al pendiente de la pelea. Así que en total seis pares de ojos se fijaron muy bien en algo: Ron estaba en la misma cama que Harry.

 

—Mierda—dijo uno de los chicos en la puerta—yo sabía que eran pareja.

 

………………………………………

 

La noticia se expandió rápidamente y, para antes del desayuno, lo sabía todo Gryffindor. Las otras casas se enteraron en el transcurso del día. Intentar explicar a sus compañeros porque estaba en la cama de Harry era difícil, por un lado, no admitiría que consolaba a su amigo porque estaba triste por un amor imposible o porque solía tener pesadillas y necesitaba apoyo, por otro lado, casi nadie le creía.

Harry se sintió pésimo cuando se despertó con el ruido de su cuarto y vio a Ron intentando convencer a los chicos de que solamente se habían quedado dormidos mientras hablaban. Los “tres” intrusos se fueron sin escuchar muchas palabras y comenzaron a divulgar todo rápidamente.

 

En verdad Harry se sentía mal, no solamente Ron era heterosexual, sino que era de las personas a las que le molesta mucho que duden de su sexualidad, Harry lo sabía y siempre le había respetado eso así como su amigo respetó cuando le dijo que era gay.

 

Si bien Seamus, Dean y Neville estaban intentando creerles, lógicamente no compartirían un chisme de ese estilo por toda la escuela, pero no hubo forma de detener a los otros tres.

 

A Hermione una de sus compañeras la despertó con la noticia de que acababan de descubrir a su novio con su mejor amigo teniendo sexo, y la chica solo pudo abrir los ojos de par en par.

 

Y ahí estaban ahora, el trio de oro —con Hermione informada de cómo habían sucedido las cosas— intentaban bajar a desayunar entre las miradas indiscretas de algunos de sus compañeros de casa.

 

—Literalmente son un trio—dijo Lavander cuando pasaron a su lado en la sala común—un trio sexual.

 

Hermione tuvo ganas de golpearle la cara a Brown, pero Harry la detuvo y terminaron de salir de la sala de Gryffindor. Desayunaron entre miradas indiscretas de los alumnos. Muchos sabían de la relación que tenían Hermione y Ron, así que los chismes eran de diferentes clases. Algunos decían que Ron engañaba a la chica con Harry y esta no quería creer la infidelidad; que Hermione era solo una tapadera del pelirrojo y que este era gay y pareja de Potter; que los tres tenían una relación poliamor, que era un triángulo amoroso en donde tanto Harry como Hermione luchaban por el amor de Ron…

 

Todo lo que se podía inventar sobre ellos, lo hicieron en ese poco tiempo de desayuno. Ron y Hermione estaban más que enojados con los que les miraban y susurraban algún rumor, y Harry solo tenía la cabeza baja. Todo aquello había sido su culpa, por su debilidad tan grande sus amigos lo cuidaban demasiado y los había metido en ese problema. Además el pecho le seguía molestando, ahora era un pequeño ardor que no se iba, y seguía in poder saborear nada bien. Antes por lo menos podía sentir los sabores fuertes, ahora absolutamente todo le sabía a tierra mojada o a algo más desagradable que no lograba descifrar.

 

Levantó un poco su vista para fijarse en la mesa de profesores, ahí estaba Snape y este lo veía sin disimular demasiado. Tenía una mirada indescifrable que a Harry no le sentó muy bien sin saber por qué.

 

Empujó un poco su plato sin querer seguir intentando comer, el horrible sabor que tenía en la boca cada vez que masticaba le estaba dando nauseas ya. Los tres se fueron del comedor tan pronto Ron terminó de comer, esperarían sus clases en un sitio sin tantas miradas curiosas y susurros.

 

Quizás no estaban susurrando tanto como en el Gran Comedor, pero las miradas claramente estaban ahí. En las clases seguían las hipótesis acerca de su extraña relación. Muchos incluso comenzaron a ofender a Harry cuando otra hipótesis surgió y en esta se acusaba a Harry de intentar romper la “hermosa” relación que tenían sus amigos por celos a ser ignorado.

 

Para cuando llegó la hora de la cena no solo lo sabía cada estudiante, también los profesores habían escuchado cada rumor dicho y lo que había sucedido aquella mañana en la habitación Gryffindor y ninguno de los tres amigos podía moverse libremente sin recibir una mirada o un comentario.

 

También los rumores fueron variados acerca de lo que había sucedido en la mañana. Muchos comentaban que directamente los habían encontrado teniendo sexo en la cama de Harry, otros decían que Ron abrió las cortinas solo en bóxer—cosa que no era para nada cierta—, o que si los vieron besándose a través de las cortinas.

 

De algo Harry estaba muy seguro, entre su lengua embotada y su dificultad para saborear, el ardor en su pecho y los rumores ese había sido un día de mierda.

 

………………………………….

 

Severus intentó corregir el ensayo que tenía en frente pero se le estaba haciendo muy difícil concentrarse. Ya no tenía clases por ese día y como faltaba tiempo para la cena en el Gran Comedor decidió aprovechar su tiempo y corregir la basura de respuestas de los estudiantes de quinto año.

 

Volvió a leer lo que estaba corrigiendo y se dio cuenta que casi todo estaba mal.

 

—No prestan nada de atención—soltó al aire.

 

No estaba muy animado, su mente estaba más concentrada en el tema que había estado rondando en Hogwarts todo el día.

 

No solamente se había sorprendido al enterarse que Harry era gay, sino que además estaba el hecho de que tuviese una relación con Ron Weasly, o eso era lo que parecía por lo menos. De entre todos los rumores y suposiciones que había escuchado por los pasillos a lo largo del día, la que más creíble le resultaba era que Potter y Weasly eran pareja y Granger era

solo una tapadera del pelirrojo. No podía creer en absoluto que los tres tenían una relación entre ellos —o por lo menos no quería creerlo— y mucho menos que Harry quisiera romper la relación de sus amigos.

 

—Harry no es así—soltó al aire.

 

¿Pero él en verdad conocía como era Harry? No podía negar, aunque le costara admitirlo, que desde que comenzó a entrenar a Harry las cosas entre ellos habían cambiado. Se llevaban ¿bien? Por lo menos cuando estaban solos. Seguían siendo Profesor Snape y Potter frente a los demás, con todo lo que eso implicaba, pero dentro del aula de entrenamiento eran solamente Snape y Harry.

 

Habían sido muchas las veces que luego de entrenar, el muchacho se quedaba junto al maestro a hablar. Al principio hablaban de más hechizos o movimientos de pelea, pero en las últimas semanas habían pasado a hablar de cosas aún más triviales y Severus tenía que admitir, aunque le doliera en el alma decirlo, que estaba comenzando a encariñarse con el muchacho.

 

—Merlín que me castigue.

 

Volvió a ver el ensayo, encontrando un error que no había remarcado. Lo dejó a un lado y descansó su cara en sus manos intentando entenderse a sí mismo.

 

Estaba molesto por los rumores que rondaban ¿Por qué? Era por varias razones. La primera: en alguna de esas conversaciones Severus le había dicho a Harry que era gay. Se lo había mencionado para contestar una pregunta del menor que indirectamente tenía que ver con su sexualidad, y en cierta forma le molestaba que este no tuviera la misma confianza de decirle que también era gay.

 

—No seas estúpido Severus—se decía a sí mismo—un estudiante no te tiene que decir sus preferencias sexuales.

 

No tenía, pero a Severus le habría gustado que se lo dijera.

 

Punto numero dos: le disgustaba el hecho de creer —o saber— que era pareja de Weasly. Mejor dicho, por algún motivo le disgustaba el hecho de creer—o saber— que Potter tenia pareja. Era como una espina en su cabeza que le molestaba cada vez que lo pensaba.

 

Punto número tres: odiaba, detestaba el que los descubrieran por que los encontraran en la misma cama. Quizás no los habían encontrado teniendo sexo—y Severus esperaba que no fuera así— pero todos los rumores tenían algo en común: a los dos los habían descubierto por que estaban en la misma cama.

 

 

—Maldita sea—dijo golpeando la mesa con sus puños.

 

Se iba a volver loco.

 

¿Pero por qué se molestaba tanto? Harry no tenía que rendirle cuentas a nadie, y mucho menos al profesor de pociones. El Gryffindor era un muchacho joven, el cual podía estar con quien quisiera y hacer lo que quisiera con su cuerpo.

 

El cuerpo de Harry…

 

Antes de cometer el pecado de pensar en el cuerpo de un estudiante, Severus intentó continuar con la corrección de los ensayos. Por lo menos el siguiente que tomó de la pila estaba mucho mejor que el anterior, tenía más estructura y menos errores.

 

…………………………………………………………………

 

 

A la mañana siguiente el director le citó en su oficina bastante temprano. Cuando llegó, se encontró que ya estaba McGonagall y Remus sentados  frente a Dumbledore mientras tomaban té. La profesora  le dio los buenos días y Severus le respondió con un asentimiento de cabeza, hizo lo mismo con Remus. Cuando tomó asiento, el director le ofreció alguna bebida y sus habituales caramelos de limón, Snape declinó ambos.

 

McGonagall había pedido la reunión por la situación del día anterior. Ella se había dado cuenta que el trio de oro estaba siendo blanco de bromas muy fuertes por parte de todo el colegio y los alumnos solo querían estar hablando de ese tema entre las clases. Temía que la situación no se hubiese terminado y se repitiera ese día también. Incluso Severus estaba en la reunión por petición de Minerva, los Slytherins eran quienes estaban haciendo bromas más pesadas acerca de la relación de esos tres y no dejaban a los demás concentrarse en clase.

 

Dumbledore se acomodó sus lentes de medialuna al tiempo que veía a sus tres profesores. Era una situación difícil en verdad, pero no podían simplemente hacer un anuncio en el gran comedor sobre que se detuvieran los rumores, ese tipo de cosas solía aumentarlos aún más. También estaba el hecho de que, aunque no quería ser un viejo metiche, él conocía la relación que tenían Ron y Hermione, pues los había visto ir y venir agarrados de manos, y le parecía imposible creer que Harry se habia metido entre ellos.

 

Procedió a aclarar su garganta y empezaron a discutir los puntos que como docentes, podían utilizar para evitar o por lo menos aminorar lo que estaba sucediendo.

 

 

………………………………………………………

 

Harry ató su carta a la pata de la lechuza acariciándola antes de dejarla partir. Se había levantado muy temprano para enviar esa carta. El sábado Sirius le había enviado una carta preguntándole como estaba y un paquete de chocolates. Se le había pasado contestarla y decidió no hacerle esperar más. Ya era miércoles así que escribió relatando todo lo que había sucedido incluyendo  el ataque de Voldemort—algo que seguramente ya sabía por Lupin— y, aunque no quería, le explicó sin detalles el problema que tenía sobre su supuesta relación con Ron.

 

Cuando no le contaba las cosas a su padrino y este se enteraba por Lupin, Sirius solía hacer un drama acerca de la poca confianza que Harry le tenía, y no era verdad. Harry confiaba en Sirius más que a nadie, pero no le gustaba molestarlo con tantos dramas que rodeaban su vida.

 

Se frotó el pecho sintiendo la molestia nuevamente, esa mañana al cambiarse había visto que tenía las marcas rojas de antes—tres para ser exactos— más notorias y rojas, y aun creyendo que se las había hecho él mismo con las uñas decidió dejar de rascarse.

 

Vio a Hedwig alejarse y salió de la lechuceria para acompañar a sus amigos a desayunar.


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