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Senseless por OldBear

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—Son unos estúpidos—dijo Hermione viendo como ellos seguían siendo el centro de atención esa mañana. Harry los había alcanzado en el Gran Comedor luego de mandarle una carta a Sirius. La chica tomó un plato de avena y se dispuso a comer.

 

Ron gruñó algo que parecía una afirmación mientras devoraba su propio desayuno. Harry los miró a ambos, ninguno de los dos parecía molesto con él, solo estaban molestos con los compañeros. Harry pensaba que cualquier otro se habría alejado de él, nadie en su sano juicio aguantaría ser amigo de alguien que causaba tantos dramas y problemas.

 

De la mesa de los Gryffindor solo Ginny, Seamus, Neville y Dean se sentaban cerca de ellos e intentaban mantener una conversación fluida lejos de ese tema. Ron veía con cierto disgusto el que su hermana y Neville estuvieran sentados muy juntos, pero se ahorraba los comentarios seguramente amenazado por Hermione, aunque seguramente explotaría en algún momento alegando cosas ridículas como que su hermana era muy pequeña para tener novio.

 

Después de ellos, muchos de sus compañeros de casa seguían con la ridiculez de los comentarios mal intencionados, de los cuales muchos llegaban a sus oídos. Los Ravenclaw, en su mayoría, eran ajenos a esas bromas, aunque no todos. Los Hufflepuff eran mitad y mitad. En el caso de los Slytherins eran miradas maliciosas y comentarios hirientes cada vez que pasaban cerca de ellos.

 

Intentó olvidarse de eso y alargó su mano para alcanzar una  porción de puré deseando ya poder comer con tranquilidad, pero cuando se llevó la cuchara a la boca, no sintió nada. No fue como en las otras comidas donde podía sentir ligeramente el sabor de la comida, o la sentía pastosa y con mal sabor, esta vez no le sabía a nada. Como si se tapara la nariz al masticar un cubo de hielo.

 

Probó con un vaso de jugo y con pudin de chocolate, nada. Intentó con el tocino que tenía a un lado, y nada. Decidió tomar el azucarero y se llevó una cuchara llena de azúcar a la boca, nada. Sin entender, tomó el salero y ante la vista confundida de sus amigos, vertió sal en una cuchara y se lo llevó a la boca, absolutamente nada.

 

—Qué asco—dijo Ron cuando lo vio ingerir la sal.

 

— ¿Qué te pasa Harry? —preguntó Hermione, preocupada por la salud mental de su amigo.

 

Intentaron no llamar la atención de sus compañeros, pero por suerte Dean y Seamus estaban enfrascados en una discusión acerca de Quidditch mientras Neville y Ginny intentaban calmarlos.

 

—La comida, —frunció las cejas sin entender—   no me sabe a nada.

 

— ¿Sigues sin poder saborear? —preguntó extrañada Hermione.

 

—No, no, es diferente. No siento nada, por más fuerte que sea.

 

— ¿Probaste con algo amargo? —preguntó Ron y le pasó una taza de café sin azúcar—toma esto.

 

Harry tomó un trago. Nada.

 

Eso no podía ser hecho por una gripe, incluso él ni siquiera se sentía mal.

 

—Deberías ir a ver a Madam Pomfrey.

 

Harry detestaba ir a la enfermería, y casi nunca iba por cuenta propia, pero  aquello era extraño. Era mejor ir por si acaso era algún virus muy fuerte o algo por el estilo, además, el no poder saborear nada se estaba volviendo frustrante.

 

Se levantó de su asiento para ir sin perder mucho tiempo.

 

— ¿Quieres que te acompañemos? —preguntó Hermione.

 

El negó con la cabeza.

 

—Los veo en adivinación—dijo, y se encaminó a la puerta.

 

Fue pensando que ya que iría a la enfermería, aprovecharía para pedirle a Poppy que le diera algún ungüento para el pecho. Fue por estar tan concentrado en lo que le pasaba a su lengua y a su pecho que no se fijó que mientras iba saliendo, Severus y Remus iban entrando al Gran Comedor, ni siquiera los saludo.

 

— ¿Qué le habrá pasado? —preguntó Remus en voz alta, aunque no esperaba respuesta de su acompañante—tenia cara de preocupación.

 

Severus lo notó pero no comentó nada, terminó de dirigirse a su mesa y se dispuso a sacar a Potter de sus pensamientos.

 

 

…………………………………….

 

—Señor Potter, es raro que venga por aquí por sus propios  pies.

 

Poppy lo vio casi divertida pensando las veces en que ese Gryffindor se quejaba de tener que estar en la enfermería, Harry se balanceó de un pie al otro pensando en que casi siempre que llegaba a la enfermería era inconsciente o agonizando por algún hechizo.

 

—Tengo una especie de problema. —dijo simplemente.

 

Poppy lo miró con detenimiento.

 

— ¿De qué clase?

 

—No puedo saborear nada. —La mujer lo miró extrañado y él procedió a explicarse—Cuando estuve aquí la comida me sabia desabrida, pero ahora simplemente nada tiene sabor para mí. Primero pensé que podía ser el efecto de alguna poción.

 

—Ninguna de las pociones que le administré tiene un efecto de ese tipo.

 

Harry asintió sin mencionar que el profesor Snape ya le había dicho lo mismo.

 

—Creo que puede ser el comienzo de alguna gripe o algo.

 

—Usted no estaría aquí por una simple gripe. —dijo Poppy levantando una ceja en burla.

 

—Es que es algo frustrante el no poder saborear, ni siquiera tengo la nariz congestionada y es peor aún oler la comida y no poder saborearla. Además vine por algo extra, quizás pueda darme una pomada para disminuir el dolor.

 

Pomfrey cambió rápidamente su semblante de burla, un dolor era algo más serio.

 

— ¿Le duele algo?

 

Harry negó, no quería que sonara tan mal.

 

—Tuve una ligera comezón en el pecho, quizás me lastimé con mis uñas y ahora me duele, pero no creo que sea nada.

 

Pomfrey le hizo una seña para que se subiera a la camilla y Harry le obedeció. La bruja tomó su varita y empezó un escaneo general en el muchacho.

 

—No pareces tener nada—dijo bajando la varita—levántate la camiseta.

 

Pomfrey le había visto tantas veces sin ropa que a Harry no debería darle vergüenza, pero le daba siempre. Aun así pasó a obedecerla.

 

La reacción de Poppy no le gustó del todo. La bruja se extrañó de las marcas que tenía en el pecho y procedió a retener su varita en esa área.

 

—Esa no parecen marcas de uñas.

 

Harry no entendió lo que quería decir y dirigió su vista hacia abajo para intentar ver las marcas. Habían variado mucho a como estaban en la mañana antes de ir a la lechuceria, se veían más anchas y muy marcadas, incluso parecía que de repente sangraría a través de ellas. Además, lo que era más extraño, es que se notaba que una tercera marca con forma de doble círculo comenzaba a rodear a las otras tres que eran solo unas líneas. Era lógico que esa circular no se la había hecho con las uñas

 

—No estaban así esta mañana—dijo confundido. — y tampoco estaba el circulo doble.

 

— ¿Tienes algún otro síntoma que no me hayas dicho? —preguntó la bruja— ¿o alguna otra marca?

 

Harry negó, no tenía nada más, por lo menos que el supiera.

 

Poppy apretó los labios, era demasiado inteligente para olvidar que Harry había sido atacado el domingo por un hechizo de Voldemort, aunque sus análisis no mostraban nada, no podía descartar que fuera algún remanente de magia oscura, ese tipo de símbolo que se estaba formando en el pecho de Harry, donde las líneas hacían hueco a través de la piel, lo había visto muchas veces cuando estaba involucrada la magia oscura.

 

—Llamaré al director—dijo, y no le dio tiempo a Harry de protestar.

 

…………………………………………..

 

Dumbledore no tardó ni dos minutos en llegar a la enfermería. Solía ser bastante rápido cuando Poppy lo llamaba pues sabía que era algo muy importante si la capaz bruja solicitaba su ayuda, pero no evitó pensar que quizás era algo más grave de lo que creía cuando vio a Harry sentado en una de las camas y a Poppy a su lado revisándole minuciosamente. Rápidamente la bruja procedió a contarle todo lo que Harry le había dicho y a enseñarle las marcas en el pecho.

 

Dumbledore tuvo que ajustar sus gafas para observar mejor. Harry se sentía incómodo al saber que nuevamente era objeto de un minucioso registro.

 

Aun cuando los chequeos no demostraban nada, Dumbledore estaba seguro  de que las marcas se estaban formando por el hechizo de Voldemort, pero no reconocía el símbolo que se estaba formando, ni tampoco sabía si lo que Poppy le había comentado acerca de que Harry perdiera la capacidad para saborear se relacionaba o no.

 

El director se enderezó viendo fijamente a su alumno, necesitaba investigar más acerca de lo que era eso, ellos ni siquiera habían escuchado a Voldemort pronunciar ningún hechizo y sería bastante difícil saber de qué se trataba todo eso. Por el momento, de forma inmediata podía llamar a Remus Lupin, quien era su maestro de defensa contra las artes oscuras y quizás tendría una idea de lo que se trataba. También llamaría a Severus, el hombre era un gran conocedor de la magia oscura y conocía muchos hechizos que podrían dejar símbolos en la piel.

 

……………………………………………………………..

 

Hermione solo estaba esperando que Ron terminara de su jugo para salir de ahí. Había tratado de ignorar los comentarios maliciosos que Lavander le dirigía, pero anotó mentalmente que le pondría un sapo en la cama a la estúpida chica. Ginny había intentado distraerla con algunos comentarios, pero eso no evitaba que sus ganas de lanzar algún hechizo disminuyera. Se estaba poniendo de pie cuando vio a Poppy entrar al comedor. La bruja parecía estar calmada, pero su andar era un poco más veloz que el habitual. Hermione le prestó atención recordando que su amigo debería estar en la  enfermería.

 

— ¿Harry no dijo que iría con Madam Pomfrey? —preguntó Ron lo suficientemente bajo para que solo Hermione escuchara, haciendo eco de sus pensamientos.

 

La chica no le respondió mientras se fijaba en la bruja que iba directamente a la mesa del profesorado y quedó frente al profesor Remus Lupin y Severus Snape. Pomfrey les dijo algo a ambos hombres, parecía ser serio porque Snape frunció el ceño y Lupin pareció preguntarle algo preocupado. McGonagall, que estaba a un lado de los hombres, también pareció preguntar algo a la bruja, pero Pomfrey negó y quizás—porque desde esa distancia Hermione no escuchaba nada— les dijo algo que los tranquilizó un poco.

 

Tanto Snape como Lupin se levantaron para seguir a la bruja que se había dado media vuelta, los tres iban a salir del Gran Comedor y Hermione sabía perfectamente que irían a la enfermería. Cuando pasaron al nivel que ellos se encontraban, Remus no pudo evitar mirar a los jóvenes Gryffindor por un momento y, antes de que su mirada le delatara, volvió a girar la cabeza y continúo su camino hasta desaparecer por las puertas dobles.

 

 

—Se trata de Harry ¿cierto? —preguntó Ron sin esperar respuesta de su novia.

 

Ambos estaban deseando que todo fuera una coincidencia, que Harry ya no estuviera en la enfermería o que la llamada de ambos hombres no fuera por algo relacionado a su amigo, pero era muy difícil de creer.

 

…………………………………………………

 

 

Mientras recorría el camino a la enfermería Severus se preguntaba que podría ser. Pomfrey tan solo le había dicho que Dumbledore les requería por algo relacionado a Potter, y nada bueno debía de ser si involucraba al Gryffindor.

 

El director les dio un corto asentimiento y procedió a explicarle lo que estaba sucediendo, poniendo especial hincapié en las extrañas marcas del pecho del chico.

 

Por su parte Harry se veía bastante incomodo, mientras Dumbledore les contaba a los dos recién llegados lo que estaba sucediendo y que quería una opinión al respecto, Snape no dejaba de darle fugaces miradas sin perder el hilo de lo que el director hablaba. Casi pasaba desapercibido, pero Harry lo notaba por que no podía apartar los ojos de su maestro.

 

Tener que volver a pasar por una observación fue un calvario de nueva cuenta, pero era necesario. La mirada de Remus y Severus sobre la marca, que parecía evolucionar más rápido, era indescifrable. Ahora no solo eran las tres líneas rodeadas por un doble círculo, solo un poco debajo de este se veía la forma de una cruz que estaba emergiendo al igual que habían iniciado las otras marcas.

 

Si tan solo supieran cual hechizo había utilizado Voldemort, pero era difícil saberlo. Su amo estaba más furioso que nunca incluso, pues pensaba que su hechizo hacia el director había fallado  y por eso había convocado a dos reuniones seguidas para desquitar su furia con los mortifagos. Pero Severus pensaba que había sido algo para golpear al mago más viejo, no que sería magia tan oscura.

 

Remus interrumpió los pensamientos de todos.

 

—Creo que he visto ese símbolo antes.

 

— ¿Sabes que hechizo está asociado? —preguntó Albus viéndole fijamente.

 

—No estoy muy seguro, —dijo con una mueca sin querer admitir del todo su temor—incluso parece ser que aún está incompleto, como nos dijeron que no tenía las cruces antes.

 

— ¿Y crees que puedas averiguar?

 

Remus asintió.

 

—Conozco a la forma de averiguarlo.

 

Por el momento esperarían a que Remus diera con la respuesta y mantendrían vigilado al chico ante cualquier cambio que pudiera suceder. Remus les avisó que quizás tardara un poco en averiguarlo, quizás en la noche, y Dumbledore asintió comprendiendo.

 

Dumbledore le dejó salir de la enfermería advirtiéndole de que si sentía algo extraño, cualquier cosa, buscara a uno de los cuatro de forma inmediata. Harry asintió sintiéndose como un niño pequeño y salió de la enfermería.

 

Sus amigos no pudieron preguntar nada entre clases, pero no desaprovecharon la oportunidad cuando llegó la hora de la comida. Ron protestó el hecho de que no pudiesen hablar en el Gran Comedor y que se perderían la comida, pero Hermione lo miró con advertencia y el pelirrojo se calló.

 

— ¿Qué sucedió?

 

Habían salido a los jardines para tener un momento de privacidad, pensaron que podían subir a la habitación de los chicos y hablar con tranquilidad y comodidad, pero como estaban los rumores no querían que nadie los viera a los tres entrar a una habitación.

 

Solo pudo decirles unas cuantas cosas porque la tranquilidad les duró poco cuando alguien se les acercó a molestarlos.

 

—Pero si son el trio de oro—la voz de Draco se hizo eco, y venía con dos de sus fieles guardaespaldas.

 

—Lárgate de aquí Malfoy—les dijo Ron con molestia.

 

— ¿Quieren privacidad para hacer sus perversiones aquí afuera? —preguntó Draco. — ¿Así es como consiguen que la Granger les haga las tareas? ¿Le pagan poniéndola en cuatro?

 

— ¡Estás muerto, idiota!—gritó Ron poniéndose de pie, no iba a permitir que nadie insultara a su novia en su cara.

 

Las varitas se asomaron y estaban todos dispuestos a iniciar una guerra de hechizos, suerte que la presencia de Severus Snape hizo que las cosas no llegaran a mayores.

 

—Señor Malfoy—dijo con gesto serio—le recuerdo que el tipo de comentarios que ha dicho, también está castigado por las normas de esta escuela. Así que tendrá detención esta noche con el señor Filch. —la cara de Draco y sus guardaespaldas fue todo un poema, se veía que quería protestar pero antes de que pudiera hacerlo Snape le dedicó una mirada de advertencia y siguió hablando—Y para ustedes—se giró a los Gryffindors—intentar atacar a un estudiante con hechizos les restará diez puntos Señor Weasly.

 

— ¡Pero el empezó! —se quejó Ron.

 

—No me interesan sus excusas. Ahora todos vuelvan al castillo.

 

Harry sintió la extraña mirada que Snape le dedicó por un momento, pero no lo pensó demasiado y obedeció la orden de su maestro. Los Gryffindor decidieron que hablarían en el Gran Comedor, aunque tuviesen que sentarse en una esquina alejada de los demás y hablando con palabras claves.

 

—Es estúpido que me quite puntos a mí—decía Ron mientras se servía en su plato—cuando fue Draco quien inició.

 

—Mira el lado positivo Ron—exclamó Hermione— puso en detención a Draco. Eso es algo que pocas veces se puede ver.

 

Harry apoyó ese comentario y Ron tuvo que admitir que era cierto, incluso al pensarlo detenidamente era casi surreal que Severus castigara a Draco por insultar a un grupo de Gryffindor. Incluso era aún más raro que solo le quitara los puntos a Ron, en vez de quitarle diez a cada uno.

 

—Ahora estoy asustado, ¿en verdad era él? Harry, ¿has tenido algún avance con el código S que no nos hayas dicho y por eso fue tan amable?

 

—Oh cállate Ron, —dijo Hermione pellizcándole el hombro. —no digas esas cosas.

 

Harry no dijo nada, pensando que en verdad su maestro había sido indulgente con ellos, aunque a simple vista no lo notaran.

 

— ¿Y de qué crees que se trate? —preguntó Hermione recordando el tema que habían dejado inconcluso por la interrupción de Draco.

 

Harry agito su cabeza negando, les había dado una descripción del símbolo en su pecho, diciendo que en cuanto tuvieran la oportunidad se los enseñaría.

 

—Remus dijo que podría darme respuesta en la noche.

 

—No debe ser algo muy malo o ya estarías agonizando—acotó Ron—la magia oscura trabaja rápido, ¿o no?

 

—Normalmente, — afirmó Hermione— pero hay millones de hechizos, no todos trabajan de la misma forma.

 

Harry pensó en eso mientras estiraba su mano para servirse algo de comer, pero se detuvo a media acción. No quería volver a comer hasta resolver el problema de su lengua, era demasiado fastidioso masticar sin saborear nada, incluso ese hecho provocaba que ni siquiera sintiera hambre.

 

………………………………………..

 

 

Remus no había mencionado que quien le ayudaría a reconocer el hechizo seria Sirius. El animago tenía los libros que le podían ayudar en uno de los baúles asegurados con magia que guardaban muchas de las reliquias familiares que Black no deseaba tener cerca por que eran muy peligrosas o porque no le importaban en lo más mínimo. Muchos de esos libros eran antiguos y solo seguían existiendo debido a que habían sido pasados de generación en generación.

 

Remus había leído unos cuantos unos años atrás, pero siempre devolviéndoles al baúl con el hechizo correspondiente. Lógicamente si era reliquia Black eran libros sobre magia oscura, del tipo más sanguinario y cruel que había. Black se encargaría de buscar entre los baúles y quitar los encantamientos de protección para cuando Remus llegara.

 

Después de la comida, Lupin supo que ya podía utilizar los libros y se lo informó a Dumbledore. El director le dijo que se retirara a buscar la información y que él se haría cargo de suplirlo en las clases de Defensa que quedaban por el resto del día.

 

—Los libros están en la biblioteca—dijo Sirius recibiéndole con un beso. — ¿Qué es lo que buscas?

 

Remus le explicó la forma de la marca y como estaba subiendo en la piel. No se atrevió a decirle a Sirius que se trataba sobre Harry, el hombre solía ser muy sobreprotector cuando el nombre de su ahijado salía a flote, así que le dijo que un Auror se había enfrentado a unos mortifagos y ahora tenía ese símbolo en el pecho.

 

Se pusieron a buscar entre la montaña de libros revisando si alguno tenía una descripción acerca del símbolo junto con el hechizo asociado.

 

—Estoy ansioso por que lleguen las vacaciones de diciembre y Harry pueda pasar unos días aquí.

 

Remus no dijo nada sintiendo el peso de no decirle al hombre lo que estaba pasando y siguió buscando.

 

—Lo encontré—dijo Black levantándose de su asiento para llevarle el libro al otro—o eso creo, porque según lo que me dices estaría incompleto, mira.

 

Le tendió el libro y Remus pudo ver el símbolo, las tres líneas y el doble circulo eran exactamente iguales a lo que tenía Harry ya formado, la cruz, aunque en Harry era solo un esbozo, también se parecía mucho en cuanto a la ubicación y longitud que tenía en el dibujo del libro, solo que en el dibujo había algo más bajo la cruz, había cinco puntos uno junto al otro.

 

Leyó la descripción del libro y sintió un sudor frio bajando por su espalda. Sirius se había ido para traerle algo de beber y no pudo ver la expresión de horror en la cara de su pareja. Remus había encontrado el hechizo, pero era peor de lo que se podrían imaginar.


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