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Traición a la Sangre Vol II: El Renacimiento de un Imperio por kaoryciel147

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No había observado a su esposo en toda la ceremonia. Quizás no deseaba notar con quien enlazaba su vida para la eternidad. Aunque la palabra “eternidad” podría no significar nada, ya había recibido la venia del templo con dos personas antes y ninguna de esas permaneció a su lado.  Había sido un sueño lo que vivió con Sasuke. Su omega le traicionó, le clavó una daga en el pecho literalmente y le abandonó con la esperanza que muriera. Había derramado lágrimas, gritado improperios, destrozado todas las pertenencias que este había dejado en el ruinoso castillo Namikaze. Y, aun así, le deseaba, en sus sueños rememoraba la última vez que lo hizo suyo. Debía eliminar cualquier resquicio de piedad, amor y deseo por Sasuke, pero no era tan fácil.

Como un sonámbulo repitió su juramento inquebrantable que ese día le unía a Neji. ¡Que importaba ya! Esos juramentos podían decirse a la ligera, no creería en ellos jamás. Este era un evento que solo formalizaba el ascenso de Neji, el único omega que permaneció a su lado. Era el líder de los Uzumaki, debía aparentar que superó la existencia de Sasuke, que podía tomar a otro omega como suyo.  

El banquete fue trémulo, elegante y sencillo. No había momento para hundirse en frivolidades ni festejos. La guerra era inminente, los del Norte querían aprovechar su debilidad y sus vecinos del sur afilaban sus garras para rematarlos, su territorio había sido reducido, sus soldados mermados, su gente de confianza liquidada. Su unión con Neji era solo un intento de retener a los pocos Hyuga que habían quedado de su lado. Además, comprobaría las palabras que Sasuke le había dicho: “Eres estéril” Sería una absoluta vergüenza si lo fuera.

—Ahijado, el siervo te está anunciando que tu esposo te espera listo.

Despertó. Ni siquiera había notado que Neji se había marchado para prepararse para su primera entrega. Asintió con simpleza, dirigió su mirada donde hacía tanto había observado a un celoso Sasuke dejándose toquetear por aquel sujeto de colmillos de tiburón. Apretó sus puños asfixiado por los celos ¿Acaso aquel sujeto se había convertido en su amante? ¿O quizás el kazekage de las tierras de Suna le cortejaba? Para Sasuke, su compromiso, su unión había sido una mera actuación. Quizás incluso se había enredado con aquel subordinado de Orochimaru; tal vez el próximo líder de Suna había sido su amante desde antes.

Fastidiado siguió al siervo de su nuevo “primer esposo” hasta la habitación. Se preguntaba si ese título sería conservado. Este era el tercero que recibía tal título. Hinata, sonrío amargamente, ella también le había traicionado. Debió notar en su cercanía que ambos eran unos traidores. Abrió la puerta con furia. ¿Acaso Neji no sería un traidor más?

Los siervos de su esposo se inclinaron. Recordó como una escena similar sucedió con Sasuke. Y él tan caliente, ardiendo por él, no había notado que caía en una trampa, había caído como cualquier bestia ante un buen pedazo de carne fresca.

Pero nunca más se confiaría. En ese instante cargaba sus armas, negó cuando uno de los siervos intentó tomarla. Se adentró, el aroma de Neji era suave, diferente al dulcete de su prima, era como el chocolate fuerte. El de Sasuke era como el jazmín, interesante, asfixiante, seductor y refinado.

No lograba excitarlo como el de Sasuke, pero se sintió confortado. Cayó de rodillas. Neji se acercó a él, le acarició suavemente el mentón.

—¿Tú también me abandonarás, Neji? —Murmuró sintiéndose patético.

—Nunca, mi señor, Naruto, jamás. Seré tu omega hasta el día en que muera.

—Lo mismo prometió tu prima, igual Sasuke. Cada uno seguramente yace en los brazos de otro.

Neji se veía agitado, necesitado, sus mejillas ardían, pero aún quedaba un resquicio de raciocinio. Con dulzura le sonrío, se acurrucó en su pecho. Naruto soltó sus armas para devolverle el abrazo, protegerlo y sentirse una vez más necesitado por un omega. ¿Cómo podían decir que los omegas necesitaban de los alfas? Naruto sentía que sucedía lo inverso. ¿De qué sentido servía ser el alfa más poderosos si no tenía a un omega que proteger? Tenía responsabilidad con su clan, sus siervos, alfas y betas, omegas, pero no era lo mismo un ser con el cual caldear sus noches frías.

—Jamás, mi alfa. Aunque no eres mi destinado te reconozco como mi absoluto alfa.

Que importaba realmente si eran destinados.  Sasuke era su destinado y no había pestañeado en su enfrentamiento, de hecho, hizo uso de su lazo para debilitarlo. Incluso algo que podía considerarse mágico se convirtió en una herramienta en su contra.

—Bésame, alfa.

Y lo hizo. Poco a poco dejó confundirse, llevar, envolverse en la suavidad de su aroma y de su piel. Recostó a Neji en el futon preparado y se enredó en sus piernas. Obtuvo la sumisión requerida rápidamente. Neji no luchaba, no mordía, no arañaba su espalda como Sasuke lo hacía cuando intimaban. Era un omega criado para obedecerle, y que había crecido amándolo ¿Por qué no le observó antes?

Lamió su cuello, paseo su lengua por su pecho hasta sus pezones, los degustó con cuidado. Bajó suavemente repartiendo mordidas, obteniendo gemidos cada vez más altos, pasó por su vientre y deseó que encargase un cachorro pronto. Deseaba concentrarse en Neji y en el nuevo bebé para olvidar a Sasuke y el supuesto cachorro que habían tenido. No importaba nada ya, la lujuria era muy efectiva como droga para olvidar. Y es que en medio del placer de someter y saborear el cuerpo ajeno se podía olvidar todo, ahogar recuerdos, arrojar a lo más lejos de su inconciencia las pocas palabras dulces que Sasuke le había manifestado, su recuerdo, su mirada, la textura de su piel firme, sus cabellos negros. Se avocó a reconocer el exquisito sabor de la piel de Neji, de la forma de sus músculos, la firmeza de sus piernas que le rodeaban, sus pequeños gemidos avergonzados, la forma en que estiraba su nombre mientras le llamaba al ser penetrado. Todo ello, deseaba enmarcarlo en un recuerdo que eclipsara todo lo demás, aferrarse a él parecía una tarea sencilla, al menos más que intentar olvidar solo.

Su miembro se hinchó dentro de Neji. Este le aceptó gustoso,  aferrándose a su espalda, tímido por el suceso. Era comprensible. Bajó su lengua por todo el cuello. Normalmente se debía de morder en el cuello con el omega dándole la espalda, sometido cruel y sensualmente por su alfa, pero Naruto deseaba observar sus ojos, su mandíbula constreñida por el dolor. Así que besó la zona intacta, lamió varias veces. Las lágrimas en su omega se deslizaron continuamente. Y sin piedad alguna le mordió con fuerza, mientras sus uñas se apretaban en sus caderas, queriendo fundirle en su ser. Sabía que en algún lugar del mundo Neji tendría un alfa destino. Sin embargo, Naruto deseaba que esa marca fuera para toda la eternidad. Con este momento, eran dos veces en que mordió a un omega, pero el cuello que hubiera deseado penetrar aún seguía intacto, muy lejos de él e imposible de hacer suyo.

Luego de sentir como su miembro de desinflamaba, Naruto le liberó. Neji nunca había imaginado que eso era lo que se sentía al ser mordido, satisfecho por un alfa. No deseaba que nunca le abandonase, sentía un lazo irremediablemente fuerte al lado de Naruto.

—No te vayas...—Susurró el castaño.

—Nunca´ tebayo.

…………

Había podido marcar un gran trecho de distancia. Sasuke había aguantado toda esa mezcla de sentimientos, mordiéndose los labios hasta hacerlos sangrar. Finalmente llegaron a lo más tupido del bosque. Era mejor seguir por ese camino y evitar los pueblos. Ayudó a bajar a Hinata y luego cayó de rodillas, sintiendo como se le cortaba la respiración, llorando sin control, quería parar, pero no podía, era una tristeza mezclada con angustia, sentir a su ser animal gritando de dolor, aunque su lado serpiente quería aplacarlo, no resultaba.

Hinata a su lado tomó su mano, de sus ojos también brotaron lágrimas. La desesperación en ella no era tan poderosa pero sí que lucía afectada.

—¿Naruto? —Susurró Sasuke

—Ha mordido a otro omega, Sasuke-kun—Respondió ella.

La muchacha se había preparado mentalmente, había leído mucho sobre el dolor que sentiría cuando su alfa mordiese a otro omega. Ella no era la omega destino de Naruto, pero tenía su marca, con lo cual había forzado un lazo entre ambos. Gracias a que conoció a su alfa destino y tenía cachorros de él, la presión y dolor no era tan fuerte, era más bien como una ligera nostalgia triste. Sin embargo, el caso de Sasuke era diferente.

—Pero él no me mordió. —Replicó Sasuke aún con las cuencas rebosantes de lágrimas.

—A pesar de eso, los sentimientos entre ambos eran fuertes, ustedes compartieron mucho tiempo y tiene un cachorro. Según leí, los lazos entre destinados son reforzados por los sentimientos, el contacto y el tiempo que permanezcan juntos. Cuando él me mordió tu no sentiste nada porque ni siquiera se conocían.

Sasuke entendió todo y lo odió. Desesperado rugió, clavando las garras en la tierra, arrancó la hierba y luego golpeó su propio pecho.

—¿Cuánto durará?

—Si ese lazo es reforzado cada vez que lo sea sentirás incomodidad al menos por un tiempo. Es bueno que no te haya marcado.

El menor asintió. Agradeció mentalmente no haber sido marcado, porque si en ese instante le resultaba tan lacerante, no quería imaginar cómo sería si tuviera la marca de Naruto en su cuello. Cerró los ojos dejando escapar sus últimas lágrimas; luego, llamó a la energía de Orochi que vivía en él y sintió como si algo le adormeciera el alma. Era como si esa serpiente asfixiara a la pantera terca en sufrir por su alfa. Sentía a su pantera interna sufrir, gemir de dolor; así que ordenó que el veneno de Orochi lo reprimiera, aunque su pantera sufriera más con ello. De hecho, deseaba que ese espíritu animal durmiese por siempre, no lo necesitaba si solo iba a llenarle de dolor.

—Debemos de seguir. —Comentó Sasuke.  

Ante la vista sorprendida de Hinata, Sasuke se volvió a poner de pie y a subir al caballo, tiró de ella y continuaron su camino.

……

En el territorio Uchiha, las personas continuaban intentando sobreponerse y volver a la normalidad. El territorio que había sido cedido a la gente de Kakashi le fue devuelto a ellos. Kakashi estaba casado con Obito desde hace varios años, pero su relación, si bien tuvo una época dulce también  tuvo épocas oscuras. En ese momento parecía que tendrían un momento dulce nuevamente. Después de todo, ambos habían sobrevivido y si algo era absolutamente cierto era que se amaban, que había deseado la supervivencia del otro durante sus batallas.

Estaban abrazados sobre el lecho que compartían desde que se casaron. Reconstruir era realmente cansado, pero satisfactorio.

—No puedo creer que esos desgraciados hayan ocupado este lugar.

Obito le tenía envuelto en sus brazos y podía sentir como su aroma de alfa intentaba eliminar los rastros dejados por sus enemigos. Se refugió lentamente en él, le gustaba su aroma y quería aprovecharlo. De pronto, sentía que podía perderlo. Era extraño y contradictorio, pero por una parte quería su independencia y soledad de nuevo. De otra deseaba tenerlo así de cerca.

—Ahora ya no tenemos el anonimato para protegernos. —Murmuró Kakashi.

Aquello también mortificaba al alfa. Habían logrado proteger a los no combatientes Uchiha, también a los de la gente de Kakashi gracias a la intervención de Suna, pero ahora eran un blanco más de los otros clanes guerreros. Temía por el bien de cada uno de ellos.

—Yo te protegeré—Replicó Obito firme, apretando a su omega.

—No es algo que puedas controlar, Obito. Soy un líder y debo proteger a mi gente, ya lo sabes.

El silencio ganó espacio en medio de ellos. Kakashi no renunciaría a su posición de líder pronto, menos ante una situación de inestabilidad. Mientras Kakashi fuera líder, su prioridad siempre sería su gente incluso sobre su vida o su relación con Obito. No había ido fácil para Obito tener que tragarse esa verdad, aun se resistía y era causa de sus conflictos. Además de que Kakahsi no quisiera tener cachorros ni dejarse marcar en su celo.

El pelinegro recordó su discusión en la guarida donde estuvo a punto de hacer algo imperdonable.

—Yo lo siento por lo que intente hacerte aquella vez en la guarida. Estaba irritado y el mínimo rechazo me ponía…a veces siento que aun sientes algo especial por Yamato.

Era difícil. Kakashi no podía mentir.

—Sabes que siempre sentiré algo especial por él. Así como el que le tienes a Rin.

Los ojos de ambos se enfrentaban, dejaron de tocarse. Lentamente esa burbuja tierna entre ambos se disipó, dando lugar a la incomodidad. No era una relación exactamente de dos si cada uno tenía su propia persona “especial”.

—De todas maneras, sé que sientes algo especial por Rin a pesar de todo. —Murmuró Kakashi.

—Ella es mi responsabilidad. —Respondió Obito a la defensiva. — Cuando la saqué del prostíbulo prometí hacerla feliz y protegerla.

—Y lo has logrado. La hemos protegido incluso de la guerra. Entonces, puedes entenderme ¿verdad?

No realmente al completo, pero Obito se esforzaba en verle el lado bueno de que aquel alfa siguiera siendo tan leal y aun conservara amor por Kakashi. Le ponía los pelos de punta y le traía inseguridad, pero al menos sabía que había alguien más cuidando de su omega. Ambos tenían sus propias debilidades y sus amores hacia otras personas. Cuando Obito sacaba el tema de Yamato, Kakashi dudaba si mencionar a Rin o no, porque la respetaba, pero a veces no podía contenerse.

Un pequeño quejido se escuchó. El omega se puso de pie y atendió al cachorro que lloraba. Le tomó en brazos y dejó que su aroma tranquilizase al pequeño.

—¿Ya has decidido?

Realmente no. Kakashi no se sentía capacitado para atender a un bebé, pero los padres de aquel pequeño habían sido leales siempre y le habían pedido que cuidase de su hijo antes de morir. Sin embargo, podría lucir como una pareja consolidad, feliz, pero el peliblanco sabía que era una felicidad fugaz.

—No lo sé.

—Sabes que por mí no hay problema. Me gustan los cachorros,

Sintió el abrazo de Obito y su nariz escarbar en su nuca, luego escuchó un ronroneo provenir del felino. Realmente, a Obito le fascinaba su aroma. Obito deseaba que ambos adoptasen al bebé formalmente, pero Kakashi pensó que existía otra persona que sería mejor para el niño.

—He pensado en dárselo a Rin. —Murmuró Kakashi para sorpresa de Obito.

………………….

Aquella vez que vio la sonrisa agradecida de Kakashi estuvo a punto de robarle un beso. Se acercó a él y Kakashi no se alejó, tomó su mentón, el omega seguía sin repelerle; pero finalmente fue fuerte y se alejó de Kakashi, se dio la vuelta y regresó con Rin.

A los dos días celebró su banquete de compromiso con toda su familia. Kakashi tuvo que estar presente al ser una autoridad de la aldea. Solo que no pudo soportarlo y esa noche lloró sin control en brazos de Yamato.

Yamato le acunó en sus brazos hasta hacerlo dormir. No iba a soportarlo, sentía que Kakashi no soportaría que Obito mordiese a otra omega. Ante esa situación, le revelaría la verdad a Obito.

El ambiente era hostil entre ambos, sus aromas se confrontaban sin siquiera decir una palabra.

—No entiendo porque me pides hablar contigo ¿quieres restregarme que Kakashi te amó siempre? —Comentó Obito cruzado de brazos.

—Kakashi no me ama. —Respondió Yamato

—¿Qué?

—Kakashi sigue enamorado de ti. Nosotros no somos pareja.

—No entiendo.

—Estoy traicionando la confianza de Kakashi al hacer esto, pero estoy preocupado por él. Si sufre tanto solo por verte con otro omega me pregunto si podrá soportar que marques a otro omega. Al menos quisiera que no marques a tu nueva pareja.

Ante los ojos de Obito, Yamato se estaba poniendo de rodillas suplicando. Se sintió en una pesadilla. Ni siquiera pudo procesar las primeras palabras del alfa ¿Kakashi lo amaba? No era posible, Kakashi solo amaba a Yamato.

—Yo amo a Kakashi, pero lo nuestro no puede ser...no al menos ahora. Está destruyéndose poco a poco. Y si marcas a tu nueva pareja no lo soportará. Así que te suplicó que no lo hagas.

¿Qué tan grave podía ser la situación de Kakashi para que Yamato le suplicase aquello? Recordó como el peliblanco no rechazó el último acercamiento que tuvieron. ¿Acaso realmente esperaba ser besado? Sintió un apretón en su pecho. Era cierto, sentía intranquilidad, probablemente fuera por los sentimientos de Kakashi.

—Yo… no puedo hacerle eso a Rin. Ella esta esperanzada que cuando nos enlacemos…

En su mente resonaban los rostros de Kakashi y Rin. Tenía una promesa hacia la muchacha, además, la quería. Sin embargo, Kakashi era su omega destinado. ¿A quién condenar?

—Solo lograrás que Kakashi sufra más y tú también. ¿Acaso pudiste acostarte con tu omega en tu calor? No puedes, claro que no.

No podía. En su época de calor solo podía desear a su omega destino con quien se había enlazado. Su alfa siempre rechazaría a otro omega. Quizás si marcaba a Rin eso cambiaría, o al menos mantenía esa esperanza. Recordó las duras palabras de Kakashi…

—Kakashi me dijo que ustedes ya…

—No, desde que se enlazó a ti no ha estado conmigo ni con nadie. Pero él quiere que seas feliz con la pareja que has escogido. Por eso inventó de que somos pareja.

Cada palabra del otro alfa le lastimaba. Yamato amaba a Kakashi, no tenía por qué mentir. ¿Pero por qué ahora? Si lo hubiera sabido antes, nunca habría intentado buscar consuelo en alguien más. No podía lastimar a Rin.  

—¡¿Por qué me dices esto ahora?!—Estalló.

Obito salió corriendo de ahí, confundido, agobiado, sin saber qué decisión tomar. No era simple, cualquier decisión lastimaría al otro irremediablemente. Kakashi era su omega, su dolor sería irreparable; pero Rin confiable plenamente en él. Sus pasos le llevaron de manera inconsciente hacia donde la presencia de Kakashi se hacía fuerte. Sus ojos lo detallaron, su corazón se apretó con dolor de solo pensar en dañarlo. Su omega leía tranquilamente hasta que, de repente, su mirada subió hacia él.

—Estás agitado. —Murmuró Kakashi.

—¿Es verdad que no volviste con Yamato? —Tuvo que ser directo.

Kakashi resopló, desvío la mirada y vio como sus labios se contrajeron.

—Eso ya no importa, Obito. —Murmuró el peliblanco.

Para el alfa fue como si una última gota hiciese rebalsar su paciencia. Pensó que no generaba ningún interés en el otro, que era tan frío como para no sentir ningún atisbo del lazo que los unía.

—¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué nos hiciste esto?

El menor solo atinó a desviar su mirada. A sus ojos, lucía frágil un poco voluble, más de lo que lo había visto alguna vez. Sintió un cosquilleo recorrerle, ese primitivo deseo de resguardar a su omega destino. Sin embargo, tomó valor para decir las siguientes palabras.

—Yo…maldición. No pienso volver contigo, voy a casarme con Rin ¿entiendes?

—No te pido nada menos. Es lo justo.

Aunque dijo aquello, sintió que no era verdad, ese lobo que vivía dentro de Kakashi le estaba pidiendo ayuda.

—Y sigues siendo tan... ¿por qué no peleas por mí?

Y al fin esos ojos le devolvieron la mirada. Vio cierto fuego en ellos.

—¿Qué debería de hacer? ¿Asesinar a una chica tierna como Rin? ¿Eso es lo que quieres?

—No…

De repente vio su rostro rojizo, congestionado de muchos sentimientos que se había reprimido en mostrar.

—Porque en cuanto la vi llegar de tu brazo, olí su aroma, el tuyo encima de el de ella y la odié, quise asesinarla en ese instante. Pero ¿Cómo hacerlo sin ponerme en ridículo? No soy cualquiera, debo de dar el ejemplo, debo de ser fuerte. Ella no se merece esto.

Kakashi dejó el libro a un lado y se hundió en sí mismo llorando. Había retenido tanto en los últimos días que ahora no podía controlarse. Muy pocas veces se había quebrado ante alguien. La mayoría habían sido ante Yamato, pero no soportaba más. Necesitaba dejar ir esa vergüenza.

—Es una buena omega, y yo me merezco ser dejado. Obito, déjame solo.

Para el alfa fue chocante verlo llorar por él. Solo deseaba consolarlo. ¿Pero cómo hacerlo? ¡Se había comprometido con Rin!

—¿Cómo podría dejarte solo?

—¿Entonces dejarás a Rin? Obito, esto no cambia nada. Sí, te quiero como mi alfa, pero no puedo cambiar.

Cuanto había deseado oír esas palabras, cuanto había soñado con ser admitido como su alfa. Incluso había preparado su respuesta, una que no diría porque ya no debía.

—Yo no puedo dejar a Rin. Kakashi, lo siento.

El shinobi se limpió las lágrimas y puso un rostro indiferente nuevamente, aunque resultaba menos convincente con las mejillas aun húmedas.

—Hazlo, cásate con ella entonces. Sin lamentos, sin arrepentimientos.

El pelinegro se marchó sintiendo que su corazón se partía por la mitad. Sentía a través de la marca el sufrimiento de Kakashi. El omega siempre bloqueaba el acceso a sus sentimientos, pero se había quebrado, estaba mostrándole todo lo miserable que se sentía de ser dejado. Aun así, Obito tomó una decisión y no iba a cambiarla o al menos eso pensó antes de saber lo que Rin había descubierto.

…………………….

 

Entrecerraron los ojos besándose suavemente. Naruto fue considerado con su esposo. No tenía por qué desquitar todas sus decepciones y enojos con Neji. Pudo haberse escapado, pero permaneció a su lado sin importarle morir. A la persona que había ignorado mucho tiempo resultó ser la más leal en medio de ese mundo sangriento de guerras.

Le tendió a su lado con cuidado y le cubrió.

—Mi alfa está triste.

La conexión estaba recién formada, aunque no fueran destinados les otorgaba mayor sensibilidad a los sentimientos del otro, y sus necesidades.

—Es solo que …mi padre, pude evitar si yo no...

—No debe pensar eso, mi señor. Sasuke Uchiha era un prostituto adiestrado.

“Prostituto adiestrado”, un shinobi, un omega que había estudiado desde joven como seducir a sus víctimas, como tenerlas comiendo de su mano hasta que su voluntad no fuera más que un amasijo de lujuria por él. Justo lo que le sucedió, no podía ver nada. Estaba tan absorto en su misteriosa belleza, en robar su amor, tocar su cuerpo, lamer cada pedazo de su piel, enterrarse con fuerza, ver su imagen sudosa y llorosa de placer. Pero todo ello eran técnicas, incluso su rubor, su inocencia, su rudeza, sus celos, todos ello no eran más que una perfecta actuación. Sasuke le había estudiado antes de la misión, había aprendido de él y siempre estuvo alerta a sus gustos, preferencias. No solo le bastó con acostarse, sino que le robó la voluntad. Creo el personaje perfecto, al omega perfecto que sería de su gusto y lo interpretó con maestría.

—¿Usted aun lo desea?

Esa era una pregunta difícil de responder. Lo odiaba, era claro. Necesitaba asesinarlo con sus manos, por supuesto. Iba a cobrar venganza de él. Sin embargo ¿acaso no se saciaría con su cuerpo una última vez antes de ordenarle seppuku? ¿No se daría el gusto de recorrer su cuerpo, de enterrarse en sus entrañas? Lo haría con seguridad.

—Ayúdame, Neji. Haz que lo olvide por completo. Por el bien de todos’tebayo

No tuvo que ordenarle nada, el joven omega aun dominado por el celo, le comenzó a besar el pecho lentamente, haciéndole arder por la anticipación. Naruto le guío en el movimiento, tomándole del sedoso cabello que tan agradable aroma despedía…

Despertó y olfateó de inmediato. Ya no quedaba rastro del celo de Neji. Este había finalizado. Naruto había cumplido con él. Por un instante no le apeteció levantarse. Pero Neji debía de saber su lugar. No podía permitirse que su esposo se sintiera más poderoso que él. Ese había sin un error crucial. No por nada, el señor del clan tenía sus aposentos en solitario; a la vez que cada esposo y concubino tenían sus propias habitaciones.

Le dio un beso en la cabeza, el cual tenía sus hermosos cabellos castaños revueltos. Sonrío con cierta ternura.

“Siento no haberte mirado antes. Quizás me hubiera enamorado de ti y no hubiera caído en la trampa de Sasuke Uchiha”

Se levantó, abandonó el lecho y su habitación, se dirigió a la sala anterior, cerrando la puerta tras de él.

Llamó a varios siervos del clan Namikaze, los cuales se postraron ante él.

—Antes que nada, quiero recalcarles que Neji del clan Hyuga es mi esposo al completo, el primero y el que mandará por sobre los demás. Así que tienen órdenes tratarlo de acuerdo a su dignidad. No quiero enterarme de que no le obedecen o le ofenden, cualquiera será pagado con cárcel ¿entendido?

Los siervos simplemente asintieron.

—Bien, prepárenme un baño, llamen a su asistente para que le ayuden.

…..

Ahora era el líder de la “Triple Alianza” como le habían llamado a la tambaleante unión del clan Senju, Namikaze y Uzumaki. El último siendo dominado por la fuerza, curioso ya que él tenía ascendencia de tal clan. A los Hyuga no podía contárselos como un miembro participe fuerte. Eran pocos los que se quedaron al lado de Neji.

Había una pequeña persona a la que había ignorado todo este tiempo: Memma. Desde que despertó había evitado pensar en el cachorro que Sasuke había engendrado. Recordaba claramente las palabras de Sasuke. “Eres infértil” ¿sería cierto? Pero el cachorro se parecía a él.

“Dimelo, ¿Memma es mi cachorro?” gruñó internamente hacia aquella bestia a la que había escabullido escuchar.

“Te lo he repetido y te has negado a escuchar”.

“Sasuke me dijo que no era mío”

“Tenía sus motivos para hacerlo. Estaba debilitándote”.

“Que asquerosamente bajo”

“Los shinobi no entienden de honor, ellos usarán cualquier arma así sea la manipulación”

“Pareces tener experiencia. Tú me dijiste que querías ver a tu cachorro”

“Memma también es mi cachorro”

“¿Cómo puede ser? Solo un alfa engendró en el omega”

“Tiene mi energía, pero tu sangre y carne”.

Naruto se mordió el labio inferior confundido. No había encontrado demasiado gracias a que los sacerdotes Uzumaki se habían suicidado. Iba a buscar en los restos. Necesitaba convencer a su tío Nagato de volver a hablar.

No sabía que sentir con respecto a Memma. De todas maneras, la sucia sangre de los Uchiha corría por sus venas y había sido solo un arma más que los Uchiha habían utilizado en su contra. Sintió lástima por el niño, por la mala suerte de tener una madre traidora y un padre que no sabía si sentir amor o no.

Terminó de asearse y salió hacia el comedor. Solo compartía comidas con su padrino. Su tío Yahiko comía con su esposa Konan y sus cachorros.

—Me da gusto verte más respuesta, ahijado. Sin embargo, ¿realmente vas a permitir que los Uchiha críen a tu primogénito? —Preguntó Jiraiya.

—Ni siquiera sé si es mío. El zorro de nueve colas lo afirma, pero no tengo certeza´tebayo.

—Tiene tu sangre de todos modos…

Para Jiraiya era incómodo pensar en abandonar al último descendiente de los Namikaze, su también ahijado. Sin embargo, comprendía las dudas de su sobrino. Si no era realmente su hijo, tendría la suerte que los demás Uchiha: la muerte o la esclavitud.

—Ese cachorro es lamentablemente solo una herramienta de su madre, pero al fin y al cabo un Uchiha’tebayo.

—Tienes razón…sé que jamás podría llegar a ser tu heredero, pero al menos podríamos tenerlo vigilado. Estoy seguro que los Uchiha lo van a usar en nuestra contra.

Era algo que también había sopesado Naruto. Además, que la bestia de nueve colas era capaz de defender al crío y a su madre. No entendía cómo, pero parecía que Sasuke no solo logró seducirlo a él sino al zorro de nueve colas.

—Lo sé’tebayo. Son lo más bajo. Aun así, por el momento, padrino, no podemos hacer nada. Deseo destruirlos, pero demos reponer fuerzas.

—Es así, ahijado.

Ambos debían reprimir sus impulsos de venganza. No era tan fácil. La distancia entre ellos y los Uchiha era amplia. Y en medio había multitud de clanes que se habían repartido el territorio que antes le perteneció a los Namikaze. Naruto pensaba eliminarlos uno por uno. Al final lograría su objetivo, aunque se le fuera la vida en ello.

………….

Sasuke y Hinata continuaron con su viaje. Luego de una semana, Sasuke se sintió más repuesto, ya no necesitó utilizar la fuerza de la serpiente para mantener controlado a su yo animal. Habían continuado por el bosque, pero el shinobi no se permitió más que minutos de descanso. Gracias a la fuerza Orochi podía continuar. Le había consultado previamente a Orochimaru y este le había dicho que era posible, pero que cuando terminase probablemente colapsaría de cansancio. Esperaba que su teoría fuera cierta o los Inuzuka cortarían su cabeza.

Había conseguido algunas provisiones en un pueblo cercano y en ese momento las comía al lado de Hinata. Observó el inmenso cielo oscuro estrellado y sintió su espíritu agitado. La luz de luna le dio algo de brillo a su rostro juvenil. Era un joven omega que ni siquiera llegaba a los veinte pero que debía seguir luchando por su clan.

Sus orejas vibraron y lo sintió, una lluvia de kunais. Se puso frente a Hinata y los combatió, pero no pudo evitar que dos de ellos le cayeran en el brazo izquierdo, reprimió el quejido y continuó combatiéndolos. Era cansado, podría vencerlos, pues podía verlos con sus ojos rojos. Solo que, si se movía un centímetro, Hinata y sus cachorros podían resultar heridos.

De pronto, alaridos de dolor se fueron escuchando y aquellos enemigos que habían querido asesinarlo cayeron uno a uno a su alrededor.

Sintió una presencia saltando de árbol en árbol, luego sintió otra. Se preparó para lo peor.

 

….

Notas finales:

Hola a todos!!! Muchas gracias a quienes siguen esta historia. Si estas confunddido. esto es la segunda aprte de un fanfic llamado Traición a la Sangre que también está en mi perfil. 

No se olvidend e seguirme en mis redes:

Fanpage: Kaory-Madness

Ig: Kaoryciel-Madness

Youtube: Kaory-Madness

¿Quienes serán los que aparecieron? ¿aliados o enemigos? ¿Qué desisiones tomará Naruto? ¿Podría asesinar a Sasuke si lo encentra? 

Nos leemos!!


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