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Traición a la Sangre Vol II: El Renacimiento de un Imperio por kaoryciel147

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora, pero disfruten elcappitulo. Nos vemos en los comentarios finales. 

La tensión oprimía su pecho, quitándole el aliento necesario para su siguiente lucha. No sabía qué nuevos enemigos capaces de vencer a los anteriores tendría que enfrentar. Estaba decidido, moriría protegiendo a Hinata de ser necesario. Ella era su responsabilidad, su misión y debía de morir intentando cumplirla.  Sin embargo, buscó salidas, pues era consciente que Hinata no tendría mejor suerte sola.

Los nuevos enemigos cayeron ante él. Sus ojos se abrieron plenamente al ver a quienes tenía enfrente. Su cuerpo seguía en guardia, pero luego resopló.

—¿Qué demonios hacen aquí? —Reclamó.

Ante él se encontraban Suigetsu y Juugo. No había sentido sus presencias en todo el camino. Olvidó que tan buenos shinobis deberían ser, después de todo eran discípulos de Orochimaru.

—Nos envió Orochimaru. —Respondió Suigetsu. —No fue fácil seguirte la pista. Pero como ya teníamos información previa de Orochimaru y Karin pudimos hacerlo. —Acotó Suigetsu.

Sasuke intentó reprimir el mohín de disgusto que sus labios quisieron dibujar. Poco a poco su cuerpo perdía tensión. Le causó gracia que Orochimaru se preocupara por él, pero también golpeó su orgullo.

—¿Mi hermano lo aprobó? —Preguntó hosco.

—¿Crees que no lo haría? Eres su hermanito menor, aunque seas un asesino letal.

El omega solo rodó los ojos. Dejó su postura protectora delante de  Hinata y la tranquilizó. Los bebés empezaron a quejarse. Eran buenos niños, mientras duró el asalto se mantuvieron en silencio, probablemente por las feromonas de su madre.

—Váyanse. No quiero llamar la atención. —Espetó hacia los recién llegados.

—Por lo que vi, vas a necesitar más ayuda de la que piensas. —Replicó Suigetsu con una sonrisa socarrona.

—No los necesito. —Respondió el omega.

—Puede que tú no, pero esa omega y su cachorro sí.

Fue una buena réplica. Si realmente hubieran sido enemigos quizás no podría hacerles frente. Proteger a una omega y dos cachorros no era tan sencillo, menos hacerlos viajar pasando penurias. Hinata no se quejó, pero los bebés eran muy pequeños.

Juugo se acercó hasta llegar a una distancia prudente y se hincó ante él. El azabache quedó sin palabras por tal acto.

—Sasuke-sama, Orochimaru-sama nos ordenó protegerlo y obedecerlo, así que seguiremos sus órdenes sin dudar. —Sus palabras contenía reverencia y sinceridad. Sasuke estaba seguro que no hizo nada para merecer aquello, así que solo podía deberse a que eran muy leales a Orochimaru.

Suigetsu resopló, pero también se inclinó ante Sasuke. Para el joven omega aquello fue bastante sorprendente, un poco vergonzoso, pero a la vez sintió una inesperada satisfacción de poder. Era un felino, una pantera, el orgullo era demasiado para él. Sonrió maliciosamente. Si le entregaban poder, no esperen a que no lo tome.

—Vale, harán todo lo que yo diga. —Aceptó, cruzando sus brazos sobre su pecho con la mandíbula alzada. —No puedo creer que Orochimaru se haya preocupado por mí.

—Te creas o no, puede ser peor que una madre. —Replicó Suigetsu.

Hinata ayudó a Sasuke a curarse mientras los otros dos alfas hacían guardia. A pesar del apoyo extra, Sasuke no dejó de mantener sus sentidos alerta. Esa era su misión, los otros dos eran refuerzos.

—Orochimaru-sama, es bastante diferente de lo que pensé. —Murmuró Hinata mientras vendaba el brazo del pelinegro.

—Realmente es temible, pero sabe ser agradecido. Ahora estamos todos del mismo lado.

La muchacha sonrió.

—Puede ser amable, siempre trato gentilmente a mis cachorros y les recetó buena medicina que hizo que se volvieran fuertes. —Susurró la joven.

Los niños estaban en una faja atada al pecho de Hinata. Debían de ser pesados, pero ella no mostraba cansancio por llevarlos así. Sasuke extrañó a su cachorro. Recordaba sus mejillas suaves y regordetas, su melena negra, tersa, sus quejaditos en busca de su atención, sobre todo, su aroma a leche junto a la combinación perfectamente equilibrada de Naruto y él. Sin embargo, se resistió a pensar en él porque entonces la tristeza lo embargaría y perdería energía. Si regresaba con vida a su clan le abrazaría a solas para que nadie pudiera ver lo débil que era ante su cachorro.

—No hay nadie alrededor, Sasuke-sama. —Interrumpió na voz su ola de memorias.

Juugo había recorrido los alrededores en busca de enemigos.

—Debo suponer que los enviaron del pueblo donde nos hospedamos—Resolvió Sasuke.

—Realmente fuiste radical. Acabaste con todos. —Comentó Suigetsu.

—No eres nadie para decir lo contrario. —Señaló algunos de los cuerpos de aquellos pobres infelices que tuvieron la osadía de acorralarlo. — Asfixiaron a estos y los dejaste caer hasta que su cráneo rebotó contra el suelo. ¿No pudiste ser más silencioso?

Suigetsu sonrió dejando ver sus relucientes dientes, luego simplemente encogió los hombros restándole importancia. Sasuke le había parecido hermoso desde que lo conoció en las Tierras Namikaze. No tenía muy claro que papel jugaría en los planes de su maestro, solo se limitó a obedecer hasta que el día final llegó y tuvo que ayudar a acabar a todos los Namikaze. Sin embargo, ese carácter fiero le resultaba atrayente.

—Sasuke-sama, puede descansar. Nosotros vigilaremos.—Indicó Juugo con su voz grave pero respetuosa ante Sasuke.

Al fin esa noche, Sasuke pudo descansar. Por supuesto, jamás dormiría con todos sus sentidos apagados, pero realmente confiaba en ellos, pues eran fieles a Orochimaru. Increíblemente habían formado un lazo de familia con el sanador. No debería dejar que la esperanza eclipsara sus emociones, pero esperaba que esta misión fuera exitosa y poder tener un futuro.

…..

Como supuso, su “luna de miel” con Kakashi no duró demasiado. En cuanto, Kakashi mencionó en entregar al cachorro a Rin, el alfa no pudo evitar molestarse. No se comportó violentamente, pero se apartó del contacto de Kakashi. De hecho, esa noche no durmió con él. Sentía que Kakashi no deseaba adoptar al niño pues significaría un lazo más con él. Podría no ser un cachorro de su sangre, pero una vez que sus instintos de alfa y omega los asumieran como su cachorro, sería irrelevante que haya sido engendrado por ellos o no. Se afianzarían sus lazos como pareja en consonancia con la protección compartida hacia el bebé. Obito había soñado con que aquello sería un paso más hacia la consolidación de su relación amorosa que parecía nunca llegar.

Por otro lado Kakashi se preguntaba si ¿Realmente estaría bien adoptar al cachorro?, tenía sus reparos. Era una responsabilidad no menor a engendrar uno. Sabía el significado, consolidación familiar, una mayor unión con Obito. Y aunque lo amaba, sabía de ciertas confusiones de Obito y de sus propios sentimientos. De hecho, ellos habían vuelto solo por un ataque del destino, literalmente….

Aquel día después de romper completamente con Kakashi, tuvo que controlarse para no volver corriendo. Se sentía con el peso de las emociones de su omega destino. Aun así, esa noche abrazó a Rin, declarándole su amor y prometiéndole que estarían juntos. Ella le sonrió con dulzura y lágrimas en los ojos.

Sin embargo, en los posteriores días, ella comenzó a comportarse distante, a hablar menos, a ya no sonreír y finalmente a ya no querer tener intimidad con él. A tan solo unas semanas de su matrimonio aquello se hizo insostenible.

Entonces, Obito decidió confrontarla. No estuvo preparado para su respuesta.

—Yo…

—¿Qué pasa, Rin? Yo no voy a dejarte. —Dijo con toda la firmeza que pudo. —No debes tener miedo. No volveré con Kakashi, te lo aseguro.

—Lo sé…solo que…

—Rin, seremos una familia como soñamos. —Indicó con emoción. —El día de nuestro matrimonio te marcaré y nos perteneceremos

Antes ante aquella idea, la muchacha se sonrojaba y le devolvía una sonrisa; pero en ese momento, ella llevó sus manos a su cuello protectoramente. En sus ojos vio pánico ante la idea. Todo apuntaba a una dirección que Obito no podía admitir.

—¡Encontré a mi destinada! —Gritó la muchacha.

Obito sintió algo romperse dentro de él. Nuevamente el destino le demostraba que no era digno de ser amado, de hecho, le escupía aquello burlonamente. Sintió un ataque de ira provenir desde su interior, tomó a Rin de sus delicados brazos y la acercó a él.

—¡¿Quién?! ¡¿Quién cree que puede arrebatarte de mis brazos?!—Gritó con fiereza.

—Es una alfa, no es de tu categoría, es una sanadora. —Confesó entre lágrimas. —Yo…la conocí hace unos días, pero lo sentí. Ella también. Ella quiere conocerme, que ambas estemos juntas. Y yo…estoy confundida. El llamado que sentía fue tan poderoso que ahora pienso que es imposible que tú puedas dejar de amar a Kakashi-sama. —Aseguró temblorosa. — Es imposible, solo la conozco unos días y ya siento que quiero estar con ella.

Los ojos de Obito comenzaron a lagrimear. La rabia, frustración y tristeza se mezclaron dando como resultado que Obito comenzase a reír confundido, para luego volverse violento y retomar su control sobre la omega.

—¡Tú no tienes idea! —Rezongó. — Por supuesto que dejé a Kakashi, lo hice por ti porque te amo, porque quiero una vida a tu lado. Incluso aunque sé que Kakashi sufrirá, aun así, te escogía ti por sobre mi omega destino ¡¿Cómo puedes hacerme esto?!

La muchacha temblaba levemente, pero tal y como Kakahsi dijo, ella era valiente a pesar de su fragilidad. Se liberó de su agarre, aunque terminó cayendo. Se puso de pie nuevamente y le enfrentó a los ojos sin darle tregua aun cuando Obito podría destrozarla con una sola mano.

—Lo sé. —Admitió. — Por eso la rechacé, pero ella aún sigue queriendo acercarse y yo no puedo soportarlo. Deseo verla, la anhelo cada instante. —Su tono fue casi de súplica. — Y solo pensar en que me marques … siento miedo, vergüenza…

—No puedes, tenemos una promesa. Yo te liberé, hemos estado juntos ¿ya no me amas? —Terminó por quebrarse.

—Lo hago, pero no sé qué hacer, quiero conocerla. Nunca imaginé que mi alfa destino realmente existiera, que fuera una persona tangible, alguien hecho para mí y solo para mí.

Así de mágico lo sintió él cuando Kakashi apareció en su vida. “Alguien creado para ser su compañero, la mitad de su vida”. Entendía las divagaciones de su prometida, pero no podía aceptarlas porque ella era su luz, el milagro al que se aferró. Con Kakashi no podría ser feliz jamás porque no compartían la misma visión de la vida, pero Rin era diferente, con ella todo sería hermoso.

—No soy tan fuerte como tú, Obito. Realmente deseo conocerla al menos. Tener esa oportunidad de hacerlo.

Aquella noche, Obito no durmió en sus aposentos. Se fue a una de las pocas casas de alcohol de la aldea Uchiha. Necesitaba hundir su dolor. Solo que estaba decidido en conocer a la alfa destino de Rin, no iba a permitir que arrebataran ese milagro de su vida de su lado tan fácilmente. Incluso así tuviera que retarla a un duelo por Rin lo haría, sabía que vencería.

….

Sasuke, Suigetsu y Juugo se rotaron en la vigilancia desde los altos árboles. Suigetsu y Juugo fueron recogidos de diferentes lugares por Orochimaru, él les había dado de comer, vestido, dado un objetivo en sus vidas; así que eran leales hasta la muerte a su maestro. Sin embargo, en la siguiente semana que continuaron su camino hacia los Inuzuka, Sasuke fue ganándose su lealtad. Sus planes resultaban apropiados, sus direcciones eran firmes y su forma de pelear era estética, estilizada y letal. No parecía que fuera un joven de diecinueve años, sino un gran shinobi con larga experiencia y es que, Sasuke sentía que luego de haber traicionado el amor de Naruto ya nada podía detenerlo.

El territorio de los Inuzuka cada vez era más cercano. Solo que tuvieron que atravesar el territorio de los Hyuga. Hinata les guío según sus recuerdos, pero este había cambiado demasiado, estaba invadido por algunos restantes Namikaze, otros por delincuentes, asesinos a sueldo en general se había vuelto un territorio inhóspito y descontrolado. Aquello entristeció a la muchacha.

—Lo recuperarás. —Le mencionó Sasuke a su lado.

—No lo sé.

—Estoy seguro que el líder Inuzuka no permitirá que los Namikaze lo retomen. —Murmuró Suigetsu.

La tierra protegida por los Hyuga estaba totalmente abandonada, viviendo indignamente sin un líder que los guía y los proteja.

—Yo no quiero arriesgar la vida de nadie por un territorio. —Susurró ella.

—Un alfa no puede evitarlo. —Replicó Suigetsu para luego marcharse a vigilar.

La muchacha giró hacia Sasuke.

—¿Tú lo crees?

Sasuke desvió la mirada levemente.

—Este territorio te pertenece, Hinata, es de tus antepasados, incluso antes que los Namikaze existieran. —Respondió finalmente. —Tus hijos tienen todo el derecho a reclamarlo como suyo, sino lo haces tú, Neji lo hará.

La muchacha asintió. Solo deseaba llegar hacia su persona amada, pero Sasuke tenía razón. Estaba segura que su primo no se conformaría ni Naruto tampoco. Por lo que podían predecir era seguro que el omega al que Naruto había marcado era Neji. Así que una vez se estabilizarán vendrían por el territorio de los Hyuga. Y entonces solo la guerra decidiría si aquel territorio pertenecía a la legítima heredera y su alfa o al primo usurpador y su alfa.

Ambos examinaban las propuestas que tenían. Itachi había ordenado reforzar las murallas de su territorio, así como establecer puestos de vigilancia que serían rotados. Por el momento, no aceptaban ninguna misión, pero aquello no contribuía a un buen recaudo económico. Era necesario buscar tomar misiones sin que se supiera que eran Uchiha.

Shisui ingresó al estudio de Itachi, le vio completamente concentrado. Se sentó a su lado y tomó sus manos con ternura.

—Itachi, debes descansar. —Susurró suave Sishui, intentando con su aroma calmar al omega.

—No puedo. Debemos encontrar un salvoconducto para tomar misiones.

—Lo sé, pero nuestra identidad es conocida. Nuestras fronteras de cultivo se han extendido eso está beneficiándonos. Es necesario terminar la ampliación de la muralla.

Gracias a la protección del futuro Sultán de Suna estaban logrando mantener a sus enemigos lejos, además terminarían más rápido aquellas murallas. Cuando Gaara se marche serían los primeros problemas. Gaara estaba meditando en si construir un pequeño protectorado en los territorios conquistados para tener presencia en el país ajeno o si retirarse una vez terminasen sus tratos con los Uchiha. Aunque deseaba fervientemente llevarse a Sasuke consigo.

—Itachi, juntos vamos a lograr mantener nuestro hogar. —Acarició los dedos del omega, los cuales estaban tensos. — Está dando resultados este nuevo entrenamiento. Afortunadamente, Orochimaru sabe los códigos de entrenamiento de los guerreros. Nuestra gente aprenderá rápidamente.

Por supuesto, todos los shinobi sabían dominar todo tipo de armas, solo que se perfeccionaban en atacar en las sombras. Un ataque directo y frontal podía representar muchas bajas. Sin embargo, era muy posible que tendrían que enfrentar un ataque así pronto.

—Shisui, si no te tuviera a mi lado, realmente no sé si pudiera soportarlo.

—Eres la mitad de mi alma, Itachi.

El ahora líder de los Uchiha sintió ese calorcillo ligero en su pecho. Ambos habían desatendido su relación. Itachi deseaba que Sasuke regrese antes de celebrar su matrimonio y ascenso oficial. Shisui lo había aceptado, aunque Itachi sospechaba que el alfa estaba conteniéndose. Ambos eran aliados, compañeros, a veces olvidaban que también tenían deseos carnales.

Shisui se acercó a él en busca de sus labios, deseando fundirse en un toque apasionado, Itachi aceptó su beso. Sentir la respuesta de Itachi fue gratificante. De inmediato, enrolló sus brazos a su alrededor, atrayéndolo hacia él. Se separó de los labios de su omega y bajó hacia su cuello besando suavemente, inundándose del aroma de su Itachi. Este gimió levemente, sintió su cuerpo acalorarse a su mismo ritmo. Y entonces quiso ir más allá. Metió una de sus manos por debajo de la yukata llegando a la fina piel de su pecho. Encontró uno de sus pezones y los apretó. Sin embargo, en vez de obtener más gemidos, solo obtuvo tensión en su pareja.

 Itachi disfrutó del beso de Shisui, tanto que se dejó llevar, pero cuando sintió su mano directamente sobre su piel se asustó. Recordó el acto con Minato y sintió nauseas. En aquel momento pudo enfrentarlo y asesinarlo, pero le había dejado una sensación de pánico cuando sentía la mano de alguien directa sobre él. No debería, su cuerpo realmente deseaba a Shisui, pero también sentía vergüenza, miedo a ser rechazado cuando tuvieran intimidad.

—Yo debo seguir revisando estos papeles. —Resolvió Itachi. —Adelántate a dormir, Shisui.

Ambos compartían habitación. Nadie podría cuestionarlos, ni siquiera Mikoto. Solo que tampoco imaginaban que aún no habían pasado de besos y abrazos. Shisui jamás podría anteponer sus deseos sobre los sentimientos Itachi, así que le dio un beso en la frente y se retiró. Suponía la vergüenza y el miedo que Itachi sentía. Él mismo lo había pensado, pero él no sentía rechazo hacia su omega, solo amor y deseo. Itachi era su omega, sería paciente y una vez que le aceptase, él le demostraría que no había nada que temer ni avergonzarse. Realmente lo deseaba, lo anhelaba con cada fibra de su piel.

 

………..

“Kurama, ¿realmente soy estéril?”

La bestia emergió. En algunos momentos parecía que veía más allá. Naruto se preguntó si podía ver al cachorro, a Memma.

“Sasuke dijo que tú engendraste a Memma a través de mí. Hinata no pudo concebir ningún cachorro para mí ´tebayo”.

“Los concibió, pero no tenía la fuerza ni la compatibilidad para sostenerlos” “Hay muchas cosas que ustedes ignoran, que los Uchiha no. La compatibilidad es importante para tener críos de buen nivel” indicó mentalmente Kurama a Naruto.

“¿A qué te refieres?”

“Los destinados por supuesto son completamente compatibles físicamente, pero puedes ser compatible, aunque no sean destinados, entrenando, fortaleciéndose. Nunca será igual que con tu destinado, pero puede resultar”.

“No puedo mandar a entrenar a Neji. Solo quiero un cachorro con él. No puedo defraudarlo”

“Entonces quien debe entrenar eres tú. Debes aprender a no liberar mi energía cuando te estés apareando con él. No resistirá mi fuerza, ni un cachorro que lo tenga”

Aquello sonó vergonzoso. Naruto decidió dejar la conversación de lado. Realmente deseaba tener un cachorro, uno de verdad. Memma no era completamente suyo, si es que la bestia no le mentía. Quizás sí, solo para proteger a su cría. No sería extraño que Memma solo fuera cachorro de Sasuke y Kurama, entonces la bestia solo le diría que también era suyo para prevenir que lo ataque. En cambio, veía en Neji una pequeña luz de esperanza en medio de su oscuro destino. Así que deseaba darle la dicha de concebir exitosamente un cachorro.

Su padrino ingresó. Tenía un gesto adusto, contrariado. De inmediato, sintió que se cernían problemas.

—¿Qué sucede, padrino? —Cuestionó.

—Ahijado, hay problemas en las fronteras. Los vigilantes reportan que los Yamanaka se están uniendo a los Nara y Chou.

Naruto apretó sus nudillos. Aun no tenía la fortaleza para poder hacerles frentes. Los Uzumaki se le resistían. Además, ellos tenían pocos soldados. Juntando todo lo que le quedaba, pasaría algún tiempo antes de poder tenerlos listos para pelear.

Su padre los hubiese enfrentado aun sin un soldado por el honor. Sin embargo, su antiguo esposo le había dado una lección: Muchas veces, el honor era un camino lleno de sufrimientos. Y la victoria constaba de juegos sucios.

—Mandémosle una carta´tebayo.

El joven líder tenía una expresión serena, aunque a través de su mirada mostraba el torbellino de emociones que se desataban tras su resolución.

—¿A qué te refieres?

—Es hora de hacer tratos, padrino’ tebayo.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado el capítulo, ya saben que para estar al tanto de los avances pueden seguirme por mis redes:

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Fanpage: Kaory-Madness

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Twitter: Kaory Ciel

Cuenteneme sus teorías para lo que viene. ¿que clase de trata hará Naruto?


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