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La despedida de Sherlock Holmes por sherlocked221B

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Sherlock yacía de pie sobre el pavimento de la pista de vuelo con la mirada perdida, su semblante siempre presumido ahora lucía algo ausente, mientras sus rizos negros junto a su largo abrigo eran azotados por el frío viento invernal. Esta sería la última vez que vería a John, ese había sido el trato, debía alejarse de todo lo conocido. Sus acciones tenían consecuencias, haber hecho justicia con su propia mano lo había condenado de por vida. En algún lugar Magnussen sonreía, había logrado arruinar su vida con su veneno. Al menos John y Marry estaban a salvo. Estarían bien sin él. El doctor Watson finalmente podría llevar una vida normal

–los preparativos se encuentran listos– dijo una fría voz a su lado, suspiró con molestia al ser sacado de sus cavilaciones repentinamente– el piloto te llevará a tu nueva misión, espero que esta vez no lo arruines–dijo Mycroft mirándolo con desdén– no todos tienen una segunda oportunidad Sherlock

–Supongo que esperas que agradezca tu “consideración”– dijo el rizado empleando toda su ironía

–No sabes todos los engranes que tuve que mover, todos los contactos a los que tuve que acudir para evitar que pisaras una prisión de alta seguridad por el resto de tus miserables, egoístas y sin duda muy presumidos días, esta vez te metiste con un pez gordo– Mycroft apretó su paraguas con fuerza para luego golpear el piso con energía– a veces no entiendo como eres tan estúpido, dejándote llevar por esos…sentimientos– farfulló arrugando la nariz con repulsión. Sherlock estaba a punto de responder a ese comentario cuando su pequeña charla fue interrumpida por el sonido del celular de su hermano mayor– ¿Diga? está bien, dígale que aguarde un momento– Se volvió hacia Sherlock  – el doctor Watson está aquí, se ha venido a despedir…solo 5 minutos Sherlock. Espero que lo entiendas, esta es la oportunidad perfecta para que termines de una vez por todas con la extraña “amistad” que tienes con él y dejes de involucrarte con…personas.

–cuanta consideración…­en fin, será rápido, no me gustan las despedidas–dijo Sherlock con una sonrisa ladina sin disimular en lo más mínimo su desdén.

–Hermano querido, soy la caridad en persona­– replicó Mycroft con sarcasmo mientras se alejaba a dar las últimas instrucciones al piloto– ¡Se breve Sherlock!

Sherlock diviso a lo lejos la pequeña silueta de John, caminó a paso elegante hacia él intentando mantener su postura engreída y hasta cierto punto restando importancia al que sería su último encuentro con su mejor amigo…quizás el único amigo que tendría en el resto de su solitaria vida.

–¡Sherlock!– saludó John con una sonrisa, no podía disimular su tristeza, sus ojeras y su respiración acelerada–era evidente que la situación le afectaba

–John– dijo el pelinegro con su voz aterciopelada enarcando una ceja– ¿qué haces aquí?

John lo observó con desconcierto– esta es…pues Mycroft me lo dijo, supongo que ha llegado a algún trato con el gobierno para que no te encarcelen…¿te irás verdad?

Sherlock esbozó una de sus sonrisas ladinas– siempre fuiste tan observador– contestó con cierto tono burlesco, observó a ambos lados analizando todo a su paso– sígueme, no me gusta estar junto a tantos idiotas reunidos en un mismo lugar

John rio por lo bajo al observar a los soldados que lo miraban de reojo con desconfianza, de seguro Mycroft había dado la orden de que no los perdieran de vista– ¿Estás intentando escapar? – dijo con tono divertido mientras entraban a una de las oficinas contiguas a la pista de vuelo

–Si quisiera eso ya lo habría hecho, ¿no te parece John? –replicó Sherlock cerrando la puerta de un golpe

–entonces ¿por qué? – preguntó John atónito

–Porque es lo mejor…para ti…para todos – dijo Sherlock algo tenso–además Londres ya comenzaba a aburrirme, hay muchos lugares en los que los oficiales de policía son unos completos inútiles, necesitan de un detective consultor con urgencia– dijo elevando el rostro con cierto orgullo

–De eso no cabe duda…¿Sherlock? Si Mycroft no me hubiese avisado de esto…tu me lo habrías dicho o te habrías ido sin decir nada.

–¿De qué hablas John? –preguntó Sherlock enarcando una ceja

–me refiero a que…teníamos que despedirnos, me merezco al menos eso esta vez… una despedida.

Sherlock lo observó con intensidad  sin decir una palabra, ¿Cómo expresar lo que no se podía decir con palabras? Suspiró con cierta frustración – No me gustan las despedidas.

–Así que esto será el fin…

–¿el fin?

Entre nosotros…me refiero a  ya sabes– Sherlock sonrió, John se había sonrojado– a nuestro trabajo como detectives consultores

–Si mal no recuerdo…tú eras mi asistente

–Tu no cambias– dijo John con una carcajada– Sherlock esto…esto te afecta…de alguna forma, digo…no como el resto de nosotros pero…debe dolerte, dejarlo todo atrás, supongo que el juego ha terminado.

–El juego jamás termina John, solo cambian los jugadores…hay que adaptarse a él

 

–     ¿A donde te llevarán? – preguntó John con urgencia

–     No puedes saberlo, ni yo lo se aun

–     ¿Podremos tener contacto? ¿puedo llamarte de vez en cuando?  No me molestaría hacer una que otra llamada de larga distancia al mes

–     No…no está permitido

–     Claro…

–     John…– dijo Sherlock con algo de duda en sus palabras, se acercó un par de pasos hacia él ¿Qué importaba lo que sucediera dentro de esas paredes? De todas formas en unos instantes se iría para siempre, no volverían a tener contacto jamás.

–     ¿Si?

–     Yo…–Sherlock se relamió los labios y observó con intensidad a John, quien por un instante quedó perdido en esos profundos ojos verdes

–     ¿Qué ocurre?–John se percató que  ambos habían comenzado a susurrar su respiración se había vuelto a acelerar, pero esta vez por un motivo distinto, entrecerró los ojos por instinto.

–     Creo que tienes razón…este es el fin, pero…me gustaría darle un buen final a nuestra historia, algo para recordar– John frunció el entrecejo con extrañeza ante esa propuesta, pero no tuvo tiempo de reaccionar, Sherlock de un movimiento certero acortó la escasa distancia que separaba sus rostros y lo besó, fue tan rápido que el doctor no tuvo tiempo de reaccionar, se vio acorralado entre el rostro del pelinegro y la pared. Sherlock movió sus labios sin reparo contra los suyos, al principio John  farfulló un rotundo no, sin poder separar sus labios en señal de protesta tensó los suyos rechazando el beso de su compañero, pero unos instantes más tardes su férrea resistencia comenzó a ceder, entreabrió los labios e imperceptiblemente correspondió ese beso, Sherlock se separó un segundo para retomar el aliento y John fuera de si lo tomó de la chaqueta para atraerlo nuevamente, Sherlock ante ese atrevimiento de un repentino impulso lo estampó con violencia en la pared tocando su cuello con sus largos dedos manteniendo ese exquisito contacto, se atrevió a introducir su lengua en la boca del doctor buscando la suya, John no tardó en responder, un delicioso gemido escapó de sus labios, en ese momento Mary, Mycroft y la  misma pista de aterrizaje desaparecieron, solo estaban ellos dos, acelerados, deseosos del otro, habían reprimido eso por tanto tiempo, haciendo oídos sordos a esa pasión, la cual había terminado por explotarles en la cara.

Sherlock alargó el beso, sus labios comenzaron a moverse con intensidad  contra los del rubio, expresando toda esa pasión contenida por años.

El aroma de Sherlock apabullaba sus sentidos, se sentía envuelto en él, Sherlock Holmes estaba en todas partes, lo tomó nuevamente de la chaqueta, lo necesitaba más cerca, necesitaba más de él, por un instante logró unir sus cuerpos. Ante ese movimiento Sherlock se separó repentinamente volviendo en sí, John aun tenía los ojos cerrados y luchaba por recuperar el aliento, El pelinegro se acomodó la chaqueta y su camisa púrpura, las cuales habían quedado algo arrugadas por el agarre del doctor.

–Más…– susurró John relamiéndose los labios, Sherlock se acercó nuevamente sus alientos chocaban, la tentación volvía a hacerse presente entre ellos…Sherlock rozó con la punta de su lengua la comisura de la lengua de los deseosos labios del rubio, John quiso volver a besarlo con urgencia pero su compañero lo separó con delicadeza

–Debo irme–dictaminó con severidad, clavándole la mirada, esa intensa mirada que lo volvía loco

–Sherlock por dios– dijo John cubriéndose la cabeza con las manos, consciente de lo que acababa de suceder–no puedes…no puedes hacer esto y luego irte…no puedes esto es…–intentaba hilar las palabras pero por más que se esforzara no podía armar una oración completa.

–Adiós John– susurró Sherlock esbozando  una sonrisa ladina intentando disimular su semblante cabizbajo–  ojalá todo hubiese sido diferente.

–Sherlock…por favor– dijo John desconcertado– no hagas esto.

–no hay salida– admitió Sherlock desviando la mirada  

–¡eres Sherlock Holmes encuentra una!– exigió John  

Sherlock sonrió moviendo la cabeza en señal de negación– espero que tengas una buena vida John Watson, dijo  mientras le guiñaba un ojo, comenzó a alejarse desconcertado por su propio impulso, se recriminaba internamente pues una vez más había sucumbido a sus sentimientos, no miró atrás. Luego de darle una desdeñosa mirada a Mycroft a su paso quien no pasó por alto sus labios hinchados y enrojecidos junto a las nuevas arrugas de su camisa, subió al avión y se acomodó en uno de los asientos con vistas a la ventana. Distinguió como John se alejaba a vivir su nueva vida de esposo.

–Sherlock…susurró John con tristeza mientras se alejaba de la pista de aterrizaje. En el momento en que Sherlock lo besó se habían manifestado tantas dudas que creía extintas. Solo Sherlock Holmes podía besarlo e irse de esa forma

Sherlock Holmes cerró sus ojos y se atrevió a sonreír sin reparos, relamiéndose los labios con lentitud, aún sentía esa calidez, la humedad de la boca de John Watson, había memorizado exactamente cada expresión de su rostro, cada movimiento de sus labios… era la primera vez que se permitía un arrebato como ese…sus dudas habían sido confirmadas…John también lo había deseado, todo ese tiempo bajo ese falso manto de férrea heterosexualidad…su sonrisa de satisfacción pasó a la amargura, ese fue el comienzo de algo había muerto en esa misma oficina, ninguno de los dos jamás se había atrevido…solo en un escenario como ese podría permitirse sentir por tan solo unos segundos.

Sus cavilaciones fueron interrumpidas por el estridente sonido de un teléfono celular, no habían pasado ni cinco minutos de vuelo y Mycroft volvía a molestarlo

–     ¿Qué sucede ahora Mycroft? –interrogó sin disimular en lo más mínimo su molestia

–     Sherlock cambio de planes, hay una emergencia, te necesito en Londres el avión dará la vuelta.

–     ¿Qué? ¿Puedes decidirte de una maldita vez?

–     Sherlock…él ha vuelto.


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