Noah, el chico más detestable que había conocido, un pequeño que con solo existir hacia tu estadía miserable.
-hey, hey, gigante, oye, cómprame mi manga. Me lo debes. Oye oyeeee- lo peor que pude haber echo es arrojar ese estupido librito.
-tal vez si hubieses sido mas amable conmigo nos llevaríamos bien- ¿Qué carajo acabo de decir? Jamás nos llevaríamos bien.
-acabas de decir una estupidez. Me llevare bien contigo cuando mi corazón funcione bien, ósea nunca- quizás el lo tomaba en broma, pero en sus ojos se notaba que le dolía. Estar aquí encerrado es el peor castigo del mundo.
- no te des por vencido. Debes ser optimista en estas situaciones, no bajes los brazos- el castaño me miro indignado y una expresión seria apareció en su aniñado rostro
-eso déjalo para ti. Yo no seré optimista. Estoy cansado- sin más se puso sus auriculares y me ignoro dejándome algo vacío ya que sus palabras dolían.
¿Cuándo me iría de aquí? ¿Me recuperaría? ¿Mi vida seria la misma luego de esto? Preguntas como esas me comenzaron a atacar y yo me estaba poniendo nervioso hasta que de repente vi muchos globos y personas entrando a mi habitación.
-hijo el equipo vino a visitarte. Por favor no hagan mucho ruido se los suplico- mi mama sin previo aviso dejo entrar a todos mis compañeros quienes dejaban sus regalos a un costado y se amontonaban junto a mi.
-estamos muy felices de que estés bien. Pronto nuestro Águila Junior volverá al equipo- el entrenador si que sabía animarme. Estaba muy feliz, me sentía animado, con ganas de superar esta mierda.
-gracias a todos de verdad- aunque cuando mire al otro lado vi a mi pequeño compañero algo cabizbajo, debería invitarlo a estar con nosotros
-les presento a mi compañero Noah. Es algo cascarrabias y gruñón- su rostro se transformo y de un momento a otro ya se había acercado a mi cama
- repite eso y te mato gigante- mis amigos observaban la extraña escena ya que generalmente yo me llevaba bien con todos. El castaño era la excepción.
-ya deja el enojo y únete. Hablaremos de futbol- su cara mostró desagrado y se dedico a observar a los chicos
-¿a ustedes les pagan por correr detrás de un balón? Es una decepción- todos absolutamente todos nos quedamos petrificados por sus palabras. En especial Albert quien reía a carcajadas
- se ve que nunca jugaste al futbol pequeño el día que eso ocurra lo entenderás- mi rubio amigo lo miraba con atención
-pues el día que salga de aquí lo primero que haré será algo mas interesante que su amado deporte- sin mas la enfermera apareció de repente llevándoselo ya que tenia que realizarse un estudio importante.
-vaya tu amigo si que es gruñón- los chicos se reían y yo también lo hacia
-no es mi amigo, solo es mi compañero de cuarto. Aunque a veces me da algo de pena porque parece que es muy negativo con su vida- cuando me intentaba acercar el me rechazaba, no podían negar que lo intente.
-pues podrías hacerle ver que la vida es mejor. Hay personas que se rinden fácil- mi entrenador sonreía ya que yo al principio también era muy negativo. Odiaba que los pases me salieran mal y me deprimía al no ganar un partido, sin embargo el me llevo por el camino correcto y todo lo que soy se lo debo a el.
-lo intentare pero no se que tanto logre. Albert tu deberías ayudarme- me burle de mi amigo quien parecía distraído. Yo sabia de su orientación sexual pero no podía decirlo libremente debido a que el futbol seguía siendo un deporte demasiado machista.
- esta bien. Vendré mas seguido- su sonrisa era la de un enamorado y me sentí feliz. Quizás podría hacer que mi pequeño compañero sonriera, aunque aun no era consciente de si le gustaba alguien o si ya tenía pareja.
-bien nosotros nos vamos porque debemos entrenar pero tu mejor amigo dice que se quedara- el rubio sonreía mientras yo me despedía de todos y les agradecía el haber venido.
-así que…quedaste flechado por mi compañero ¿eh?- sus ojos no mentían.
-si…es muy lindo y parece algo tierno. Me gustaría que averiguaras si tengo una oportunidad- sin mas ambos charlamos hasta que Noah volvió dándole problemas a la enfermera otra vez
-¿el otro gigante sigue aquí? Vaya dos dolores de cabeza- Albert reía mientras se paro y se posiciono frente a el
-oye…a mi también me gusta ese anime- sus ojos se iluminaron y ambos hablaron de sus dibujos mientras yo me aburría. Genial, ahora el enano me había robado a mi mejor amigo.
- ¡adiós Albert! Ven pronto a visitarme- ¿se había sonrojado? Quizás mi compañero tenía una pequeña oportunidad
-adiós pequeño y claro que lo haré- sin mas el rubio desapareció dejándonos solos nuevamente
-tu amigo es genial. No como tu que apestas- ¿yo que le había echo?
- Quizás le gustes.- oh no…se me había escapado, pero que idiota.
-eso es imposible. Nadie querría estar con alguien que esta internado. Ninguna persona quiere atarse a un enfermo- y ahí estaba de nuevo, esa aura triste que algo dentro de mí quería borrar
-eres un enano llorón. Por supuesto que alguien querrá estar contigo- nunca imagine que era persona seria yo.