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STAY BY ME por AFQuiro

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Notas del capitulo:

Hola. Hola. Hola.

Perdon por la tardanza y muchas gracias por regresar a leer esta pequeña, aburrida y para nada divertida historia. Se los agradezco de todo corazon.

 

Como era de esperarse de una fiesta Meganiana, todo aconteció de maravilla y sin percance alguno. Incluso había elegido la noche para soltar un notición: “¡Estoy embarazada!” había chillado emocionada a través del micrófono, recibiendo vitoreo y bendiciones de parte de todos los presentes. La noticia para mí fue encantadora, aunque no fuese partidario de los niños; en cambio para Sam, lo fue todo, su rostro se ilumino de infinita ternura por saberse tío en un futuro no muy lejano.

Sabiendo lo mucho que le encantaban los mocosos y lo bien que se desenvolvía con ellos, estaba seguro de que si yo hubiese sido mujer hubiésemos tenido mas de uno merodeando y chillando escandalosamente alrededor nuestro. Fiu. Menos mal que era hombre.

Siendo el único inconveniente de esta magnifica noche el palpitante dolor en mi trasero. Aprendería de esto, sería una gran lección para mi actitud precipitada. Pero ¿Quién no lo estaría?. Un mes sin Sam me había reducido a un manojo de nervios ante su toque, y lo seguía estando.

Miré de reojo el perfil de Sam y a sus sensuales labios curvarse encantadoramente al escuchar la vieja anécdota de Carl en el zoológico cuando por romper las normas de seguridad se acerco demasiado a la jaula de los monos y uno de ellos le arrebato su nuevo iPhone. El sonido de su risa calentaba absurdamente mi corazón, sintiendo nuevamente removerse en mis entrañas la necesidad de besarlo y que nos amasemos por segunda vez.

Como si hubiese leído mi pensamiento, Sam concentro su atención en mí, dedicándome una radiante y dócil sonrisa junto con una mirada cargada de potente deseo. Mi corazón se detuvo un instante, y mis mejillas se sonrojaron cuando su mano dio un suave apretón a mi muslo interno con la clara promesa que en cuanto esto terminase regresaríamos a nuestra burbuja personal.

Ridículamente tímido desvié la mirada. En toda la noche no me había alejado de él ni un solo minuto, excepto para ir al baño, claro esta. Excelente, me parecía al caniche faldero de mi madre, haciéndole compañía pegado a su lado, con los demás formando un circulo. Era tonto pensarlo, pero temía que si nos separábamos nos distanciaríamos emocionalmente. Estar a su lado, con su mano en permanente contacto conmigo, y yo siendo consciente de que él era consciente de mi, me hacía feliz. Mierda. Empalagosamente feliz, irradiaba felicidad por los poros como Poppy, la troll Rosa, cuando claramente yo sería Ramón según Hannah.

Dejando de lado aquello, también podría considerar como leve percance a la ausencia de Logan, ya que al unirnos al grupo él no se encontraba. No lo negaría, había sido un alivio en ese instante, evitaba un momento incomodo entre Sam y él, pero por lo que había explicado Hannah de su repentina y brusca partida, me preocupe, y por supuesto lo llame varias veces sin que contestase. Arrinconando el pequeño problema para resolverlo mas adelante, no permití que nada ni nadie aplacase lo bien que me sentía.

*****

En la madrugada, por insistencia de Megan y por el estado de Ethan, nos vimos obligados a quedarnos para recomponernos. Siendo franco, ni yo me había salvado de la pega del ponche, Sam fue el único con plena capacidad facultativa, dado a que la ingesta de medicamentos impedía determinantemente el consumo de cualquier tipo de alcohol. Ah, y por obvias razones, Megan. Por ello terminamos a las cinco de la tarde “desayunando” todos juntos en su hogareña cocina.

-¿Quién quiere mas wafles?

-Yo, amor-respondió John leyendo el diario matutino.

-Shsss!…Hacen mucho ruido-se quejó Ethan tocándose la cabeza- Fue mala idea mezclar vodka, champaña y...¿Era tequila? No recuerdo que más bebí.

-Te lo advertí. No, gracias-rechazo Sam cuando Megan se acerco a su plato.-Sirve dos para él.

Fruncí el entrecejo. No tenía hambre y no podía obligarme a comer. Pasó por alto mi mirada recriminatoria sirviéndome un vaso de jugo de manzana. Ugh, odiaba y a la vez me ponía esto de él, era un mandón nato a pesar de su fachada tranquila y serena, esperando siempre que todos acatasen sus ordenes sin rechistar. Por ello, el llevarle la contraria había sido uno de mis pasatiempos favoritos.

-Tres serán-dijo Megan llenando mi plato.

-Eran dos-refunfuñe indignado.

-Debes comer mejor. Mírate. Has perdido peso-reprendió con una mano en la cadera.-En su momento no te lo dije porque quería evitar molestias, pero ahora que las cosas van bien…-nos señalo con la espátula, extremadamente contenta-No pasare por alto este hecho. Por lo tanto, come.

Resople virando los ojos, levante el tenedor y apuñale el wafle a regañadientes. La pierna sana de Sam rozo con la mía. Molesto eleve la mirada encontrando a sus intensos ojos azules fijos en mí. A nueva cuenta el calor subió a mis mejillas al recordar mi descarado y desinhibido comportamiento pocas horas atrás. Limpio de la influencia del alcohol moría de la vergüenza.
Jamás me había comportado osadamente mientras teníamos sexo. Limitándome exclusivamente a dejarme hacer y disfrutar del placer que Sam se encargaba de darnos.

-¡Iugh! Algo me dice que usaron una de tus habitaciones para reconciliarse- dijo Ethan con fingido asco.

Me sonroje aun mas, en tanto Sam, empujo la cabeza de su hermano.

-Calla, mocoso.

-Espero que no lo hayan hecho en mi oficina…-secundo John riéndose.

En total complicidad guardamos silencio. Si, también había extrañado esto.

*****

-¿Duele?

Cuidadosamente arrastre los dedos por el hematoma. La zona manchada estaba fría por la comprensa de hielo.

-Poco-respondió acariciando mi mentón con el pulgar.

-Debiste hacerme caso y quedarte quieto-reproche.

En cuanto regresamos, como era de esperarse, terminamos haciendo el amor por segunda vez tras despachar a un Ethan fastidiado a comprar la cena.

A pesar de su estado, Sam cumplió la muda promesa de joderme hasta los huesos, dejándome lánguidamente extasiado y a él doliéndole su costado por el placentero esfuerzo. Nuestros movimientos habían sido bruscos, desesperados, violentos y deseosos. Tenía toda la espalda arañada por mi culpa, y mis caderas llevaban gratamente las marcas de sus dedos y mi trasero, dolía aun peor, pero no podía quejarme.

Tendido boca abajo y con los codos apoyados en el colchón, incline la cabeza y roce los labios sobre su piel depositando ligeros besos, sintiendo el frio a través de ellos y los músculos de su abdomen contraerse.

-Estas muy sensitivo-dije sonriéndole con picardía.

-Escucha quien lo dice-dijo pasando sus dedos por mi columna, la cual curve al sentirlo llegar a la parte baja-Estas muy táctil-susurro mirando fijamente mi nalga.

No se equivocaba. Mi cuerpo respondía a cada toque suyo, a cada menor caricia, poniéndome cachondo al segundo.

Sonreí de manera abierta al sentirlo amasar una nalga.

-¿Listo para una tercera ronda?-susurre besándole el hombro.

-Estas insaciable-murmuro clavando su intensa mirada en mí.

Adivine lo que quería porque yo también deseaba lo mismo; así que nos complací. Estire mi cuello para besar sus labios, los cuales vinieron a mi encuentro respondiendo mis ansias de igual modo.

-¿De donde viene toda esta osadía?-logro decir al recuperar el aliento.

-Tu eres el causante.

-¿Yo?

-Sí. Eres muy…caliente-admití sonrojándome. Elevo una ceja en interrogación para luego reír abiertamente encantado al notar mis orejas colorearse-.Ahora entiendo a las porristas acosadoras que solían perseguirte a todas partes.

-¿Es tiempo de ser cursis?-pincho rozando mi oreja con el indicé. Tras recibir un golpe en el hombro, continuo.-No tienes idea de cuanto te amo-dijo con un profundo beso, dejándome tontamente suspirando por mas.- Amo esto, esto…también estos-susurro señalando mis labios, mi nariz y mis ojos.-Amo todo de ti, Ann.
Acompaño sus palabras con otro beso, haciendo estragos en mi interior, pero…

-Mentiroso-dije recordando lo vivido el mes pasado, con los ánimos derrumbándose.

-¿Disculpa?

-Me abandonaste-dije apoyando la cabeza en su hombro, recordando nuestra pelea-Ibas a dejarme…-esta vez rememoré sus palabras en la fiesta de Megan-Dijiste algo de dejar de lamer por donde piso.

-Ann, mírame-negué con la cabeza jugando desinteresadamente con mis dedos sobre su pecho, bordeando el hematoma. Recordar era echar sal a la herida-Ey…-levanto mi rostro a pesar de mi negación. Parpadee intentando despejar las absurdas lágrimas. ¿Por qué arruinaba los buenos momentos con mis estupideces?-.Te amo. Jamás dudes de ello. Sí, estaba molesto. No. Estaba furioso por todo lo que dijiste. Dudaste de mí. Me acusaste injustamente de acostarme con Jeremy…-desvié la mirada disgustado por traer ese nombre a nuestra conversación-Andrew, mírame. No desaparecí por eso. Iba a regresar el cuarto día, lo juró, pero surgió un inconveniente con uno de los clientes mas importantes del señor Thompson y me vi obligado a viajar a Moscú y…

-¡Alto!-interrumpí desconcertado, dejando mi anterior posición para enfrentarnos cara a cara- ¿Estuviste en Rusia?

-Así es. Te traje un obsequio.

Dios. Sam había estado a cientos de quilómetros y recién me enteraba. Me aterre al imaginarlo lejos, muy lejos de mí.

-Ven aquí-dijo extendiendo sus brazos para que me recostase en su pecho. Titubee debido a mi ansiedad latente antes de obedecer, recibiendo un beso en la frente al regresar a mi anterior posición y abrazarlo fuertemente, procesando la nueva información mientras él acariciaba mi espalda-.Tenía asuntos que resolver, no fue por voluntad propia. Regrese el día que los encontré en la cocina. Ni siquiera notaste cuando deje la maleta en la entrada. Estabas demasiado ensimismado mirándole como para notarlo…

¿Eso eran celos?...Lo eran. Sam estaba celoso. La tención en su cuerpo, el tono de voz empleado y la presión en su abrazo lo confirmaban. Ternura inmensa se apoderó de mí, suplantando poco a poco mi preocupación.

-Pensaba en ti.

-¿Qué?

-Estaba pensando en ti-aclare mirándole fijamente. Sam frunció el entrecejo-.Recordaba tus besos mientras cocinabas para mí-dije acercando mis labios a los suyos. Cielos, no podía estar un solo minuto sin querer besarlo y desear tener sus manos en mí. Subí a su regazo procurando no lastimarle, y sosteniendo de sus cabellos en un firme agarre, compartí mis ansias de olvidarme de todo y de todos con él.

Al diablo la conversación, al diablo el pasado. Poseíamos tiempo de sobra para ponernos dramáticos.
Notas finales:

Estamos practicamente en el fin de esta primera parte. Y se que soy densa, pero en verdad gracias por darle una oportunidad a esta fic, mini novela o lo que sea  que sea ejeje lo aprecio un monton y me hace feliz. 

Ahora, ¿Habrá segunda parte? No. Seran mas bien mini especiales de ellos en los que me encargare de aclarar dudas y llenar baches, y dar un mini vistazo de la vida de Sam y Andrew antes y despues de ser parejas.

Hasta la próxima polluelitos.

¡Peace and Sex! Siempre con proteccion! Cuidensen!

 


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