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Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor, lean, disfruten y comenten.

 

Nos vemos abajo mis terrones de azucar.

La expresión del peliverde denota la sorpresa desagradable que esa noticia le provoca.

Su mente rápidamente trae consigo la única verdad coherente y que sabe que debía ser la que diera luz a este caso.

Obviamente ninguno de sus soldados sería capaz de un acto así, lo sabía, porque… Eran evaluados constantemente y no había puntos muertos para que alguno cometiera algo así, sin embargo… Si recordaba bien su caso, existen maneras…

Aun así, esto tenía el nombre de “Colmillo Rojo” grabado por todos lados.

A diferencia del patriarca, el otro se encuentra tranquilo, o mejor dicho estoico, revelando información que sabe no sería agradable de dar.

-Como se lo digo patriarca, ella fue asesinada, y su cuerpo, solo sé que fue encontrada por los demás habitantes del lugar, le dieron una sencilla sepultura…- Suspira, levantando su vista, para con el mayor –Lo que más les preocupa, era saber dónde estaba el pequeño hijo de ese demonio-

-¿Cómo?- Su mente parece más confusa ahora.

-A lo que se sabe, unas semanas antes de que esto ocurriera, su hijo- Hace una pausa –Un niño de cabellos lilas, ojos verdes, y sin alas, había desaparecido, pero ella estaba muy tranquila y después su asesinato- Entrecierra los ojos –Creen que ese niño debe estar con quienes la mataron-

-Son las características de Atla- Menciona esto con cierta duda.

-¿Estamos ambos de acuerdo que los de “Colmillo Rojo” tuvieron mucho que ver?-

Un suspiro sale de los labios del mayor –Claro que lo se… Pero… De solo imaginar que…- Sus puños son aprestados por inercia, bajando la mirada rosa.

-La ventaja que tenemos, es que tu hijo está aquí, al tomarlo como tu discípulo fue lo más congruente que pudiste hacer, al menos está a salvo en la residencia patriarcal- Menciona esto, con una falsa tranquilidad, sabe que esto solo se pondrá peor.

-Si…- No puede estar para nada calmado y mucho menos ahora –Pero… ¿Cómo le diré esto a Atla?- Su preocupación sigue aumentando, aunque le duela admitirlo, ese demonio femenino, fue quién le dio todo el amor que no pudo él darle a su pequeño, sabe que ella tiene un lugar más grande en el corazón que siempre deseo proteger.

-Si se entera por los de su pueblo, comenzara a repudiar a los soldados- Hace ver desde luego la relación que existe y al parecer esos bastardos quisieron dejar aquello en claro, para que todo apuntara hacia quien pudiera dar una orden de esa índole.

-Tendría que explicarle todo lo que conlleva… Lo que…Sucedió… La orden que tienen… Y…- Frunce el ceño, sintiendo que su felicidad se verá arrebatada nuevamente por una cruda realidad, que esta vez tendría tiempo de solucionar –Decirle toda la verdad a Atla… Aun… No es una opción…- Musita esto con suma angustia, sintiendo que su corazón se estruja.

-Mu- Regulus sereno dice ese nombre que se sabe desde luego el origen.

-¿Qué?- Confundido, pues se supone que ese nombre se había perdido en todo caso, ya que el pelilila respondía ahora a otro y nunca conoció su verdadera identidad inicial, probando que el patriarca, frunza el ceño, sin ganas de una broma.

-Supe por parte de los habitantes que el hijo de Yuzuriha, se llama Mu, no Atla como nos hizo pensar- Revela algo molesto, más que nada por el engaño que el niño decidió hacerles.

Provocando la curiosidad del más joven y saber por qué debió hacer eso.

-Entonces…- Las cosas eran más extras o a su favor, sin duda confusas y críticas se volvían.

Desde luego, el hecho de haber vuelto a tener a su pequeño hijo a su lado, tendría muchos sacrificios que se debieron hacer y tal vez se seguirán haciendo, salvo que Shion no permitiría que Mu de nuevo fuera herido y alejado de su lado.

-Por alguna razón, el nombre que le diste se volvió su verdadero nombre de siempre… O… ¿Tal vez el demonio que lo crio tuvo la misma idea de tú?- Para el castaño claro, era igual de confuso.

Él de ojos rosas, entiende que el juego se está volviendo diferente, y lo sabía.

No necesito pensarlo mucho, para darse cuenta que si ahora han acabo con ese demonio femenino, significa que saben que Atla o mejor dicho Mu, está con él o al menos cerca.

-Regulus…- Menciona el nombre del contrario con un tono serio, que daría miedo a cualquiera.

-¿Si?- Por un momento, siente un escalofrió, esa sensación solo se manifiesta, cuando el de cabellos verdes hace uso de su título, con esa energía vital elevándose y un toque de furia en la voz.

-Prepara a todos de forma inmediato, quiero que los aprendices se mantengan seguros y los soldados de mayor experiencia colócalos en puntos estratégicos por toda la ciudad, y en la zona de entrenamiento, como en mi recinto, no permitan que nadie entre, ni salga sin dar su código de identidad- Da las ordenes que cree necesarias, lo más concisas posibles.

Su sentir y corazón le indica que esto se volvería una guerra interna tarde que temprano, “Colmillo Rojo” atacara de alguna forma u otra.

Reconoce que son extremadamente impredecibles, inteligentes y un nivel estratégico insuperable, sabe de qué habla, después de todo, si bien no los conoció muy bien en su época de ser el aprendiz del patriarca, si pudo tener acceso a un conocimiento y ¿Qué realmente eran?

-Entendido- Asiente, con una reverencia -¿Qué ordenes debo darle a Albafica, Manigoldo y Sísifo?- Menciona tranquilo, comprendiendo la situación.

-Ustedes se deben quedar en los territorios del ejército, nadie podrá acceder a estas zonas, sin que pasen por su supervisión y cualquier sospechoso, deberán inmovilizarlo de inmediato- Su orden es clara, no se quedara de nuevo sin hacer nada.

En la época que le arrebataron a su hijo, no tenía mayores fuerzas, solo para rogar y pedir que no se lo quitaran, pero en este momento, Shion tiene todo el poder necesario, su condición física y de vida son óptimas, deberían matarlo antes de siquiera le pusieran un dedo encima.

-Comprendo- Asiente, volviendo hacer una reverencia, pues debería salir de este lugar de forma inmediata, para preparar todo.

-Tus hijos y los de Sísifo como el de Albafica y Manigoldo, se deben mantener la margen de esto- Menciona esto con severidad, no quiere a inocentes involucrados.

-Sera difícil, Aioros y mis hijos son muy tercos en dejar algo así sin pelea- Mira al otro con atención, pero le dice estas palabras, no para desafiarlo, si no para que comprenda que los más jóvenes también querrían dar su apoyo.

Aunque Regulus tampoco deseaba que se involucraran en esto, además aun caen en aprendices de último año, lo que significa, que en poco tiempo serán soldados por completo y listos para cualquier batalla.

-Prefiero que ellos se queden aquí, como ha sido su nueva misión, custodiar a Mu…- Es hermoso y extraño poder decir ese nombre, refiriéndose a alguien que está a su lado y no de añoranza –Además de…-

Pero de nuevo no se pudo completar estas palabras del pontífice, cuando la puerta de la sala patriarca que abre de golpe, llamando la atención de los dos allí presentes.

Ver a dos jóvenes demonios uno de cabellos castaños y una cinta roja, a su lado uno peli azul, y en medio de los dos, el pequeño pelilila, que se encuentra casi siendo arrastrado por los otros.

Ya que, es sujetado por los brazos y con algo de fuerza, más por lo que han visto.

La mirada baja del menor al encontrarse delante del patriarca y que su secreto sea revelado.

-Patriarca, tenemos algo importante que informarle- La voz firme del peli azul, denota su gran molestia, por haber encontrado al pelilila en la barrera, cuando es un punto prohibido.

Shion apenas al ver a su pequeño siendo llevado de esta forma, le confunde, molesta, y no comprende que ha ocurrido.

-¡¡¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!!!- El primero en reaccionar es Regulus, que le molesta el comportamiento de su hijo y sobrino.

Se debe entrar con permiso a este lugar, y no como si no existiera el respeto.

-Tío Regulus, patriarca- Recuerda en ese momento la reverencia principal que se debe hacer al pontífice y la hace de inmediato, llevando consigo al menor y a su preciado peli azul.

A lo que Saga igual reacciona, inclinándose, pues la falta de respetó ya está aquí, pero al menos deben recuperar el decoro en esto.

-Lamentamos mucho haber entrado de esta forma, pero debemos decirle…- Señala al pelilila con cierta compasión, el de cabellos castaños –Que encontramos a Atla en la orilla de la barrera…- Dudaba si era necesario informarle todo al pontífice, pues significa una condena al más pequeño y era lo que menos deseaba.

Sin embargo para Saga, las reglas son claras, nadie debe tratar de hacer una amistad con los ángeles, es una ley dicha y escrita.

-Estaba intentando hablar con un ángel, llamándolo… Por alguna razón, se puede comunicar con ellos- La mirada Viridian, puesta en las esmeraldas, que demuestran un enorme pánico.

Escuchar esto, deja atónitos a ambos adultos, principalmente a Regulus, pues se supone que debería ser algo imposible, aunque Shion comprende que esto pasa, por el hecho de que por las venas de Mu, corre sangre de ángel igualmente.

-Patriarca…- La mirada de súplica de parte del pelilila, hacia quién más admira, dejando escapar algunas lágrimas, estando de rodillas sometido por los otros dos –Lamento… No… Haber dicho nada… Pero…-

Las cosas están pasando tan rápido, pero comprende y reacciona al ver esas lágrimas cayendo de las esmeraldas de su pequeño, como quería evitar cualquier sufrimiento, pero debía estar tranquilo, no podría herir a los dos jóvenes demonios, si ellos solo cumplen con su deber dictado.

Esto le traía viejas memorias, de cuando descubrieron su romance con el amor de su vida, la diferencia aquí, es que por ningún motivo Shion le haría algún daño a su hijo, mucho menos… Negar la posibilidad de amar a alguien.

Abre su boca, estaba a nada de decir el nombre del pequeño, el verdadero que tiene, pero se contuvo, para no levantar sospechas.

Era como si algún tipo de fuerza externa, le indicara cada vez que era mejor confesarle toda la verdad el pequeño.

-Atla, necesitó que me expliques que significa lo que has hecho- La mirada rosa, intenta verse sebera, pero es imposible hacerlo por completo al ver ese rostro tan preocupado y sus lágrimas.

Las manos del peliverde tiemblan, quería abrazarlo y reconfórtalo, que no crea que esto es algo malo.

El pelilila, no sabía que decir o hacer… Baja su mirada angustiado, no se siente digno de estar presente del patriarca, pues lo que ha hecho es considerado una enorme traición…

¿Cómo pudo ser capaz de estar haciendo algo así?

-¡¡¡DEBES RESPONDERLE AL PATRIARCA!!!- El tono del peli azul, sin duda demuestra una total desconfianza hacia este pequeño.

La mirada de Regulus va directamente hasta su hijo mayor, sabiendo que esto es una falta de respeto por completo, aunque Saga no tiene la culpa, no sabe realmente nada de todo lo que se lleva oculto desde hace años.

Temía que Shion, fuera capaz de hacerle algún tipo de daño a su hijo por ser tan grosero con el de él.

-¡¡¡SAGA!!! ¡¡¡AIOROS!!!- Llama firme a los jóvenes demonios.

Ambos contestando de forma inmediata.

-¿Si? Patriarca-

-Interrogare a Atla en privado, por favor retírense- Está usando todo su autocontrol, para no hacer o decir algo que pudiera ser cruel hacia los dos niños, que ha conocido desde siempre.

Obviamente a los dos no les parecía una buena idea, temían que el pelilila, llegara a ser algún tipo de doble cara, un demonio de los que están para eliminar al peliverde, como esos rebeldes.

Algún infiltrado, o… Mil ideas se les cruzaban, no tenían tanta confianza ahora en Atla.

Pero antes de que pudieran protestar, el castaño claro, camina directamente hacia ellos.

-Ya oyeron al patriarca, vámonos de aquí- La orden del peliverde se intensifica ahora con la del papá y tío de los dos ajenos a la situación.

-Pero…- Una pequeña protesta por parte del peli azul.

-Saga- Le reprende con solo el nombre del mayor, para dirigirle una mirada severa y luego con el de cabellos verdes –Nosotros nos retiramos su ilustrísima- La reverencia típica, para salir y de paso llevarse a los dos más jóvenes.

Los cuales, apenas si pudieron hacer la regencia y dejar al pelilila de rodillas en el suelo, sin ningún tipo de cadenas o esposas.

Cuando la puerta de la sala patriarcal se cierra.

Atla, no es siquiera capaz de levantar su mirada, tiembla por el miedo y pensar en el castigo que le dará el patriarca, seria merecido, pero… Por nada del mundo revelara el nombre de nadie.

No dirá nada que pueda dañar a su amado Shaka, aunque tuviera que pagar por aun mayores crímenes.

Traición contra los suyos, por enamorarse…

-Atla… Por favor… Cálmate…- El tono suave del mayor se hace presente, su corazón esta acelerado, por como el pequeño esta en este estado, tan preocupado, nervioso, que no lo puede resistir más.

Sus brazos van directamente a rodear el frágil cuerpo arrodillado delante de él, con la mirada baja.

Atla o mejor dicho Mu, se sorprende demasiado por el abrazo que le dedica el pontífice, haciéndolo estremecer primero, pero comprendiendo la calidez y confort en esos brazos, como si hubieran sido hechos para protegerlo solo a él.

-¿Pa… Triar… Ca…?- Pregunta con cierta duda, incapaz de calmar su angustia por la situación en la que se encuentra.

-Tranquilízate…- Le ruega con un débil susurró, los ojos cerrados, apretando sus labios, para que no se le escapara más de lo que debía.

Podía sentir como el menor esta contra su pecho, una de sus manos sujetándolo por la nuca y la otra acariciando con suavidad la espalda de quien lleva su sangre.

En este momento, no dejara que Mu sufra ni un solo momento más, quiere que se calme y tranquilice para que le cuente lo que está pasando.

El sentir del patriarca, es la nostalgia, rememorando viejas memorias de cuando estuvo en la misma situación que Mu, la diferencia, es que su hijo es un pequeño de trece años y él tenía dieciocho años en ese instante.

Pero igualmente, no importa qué edad tenga, si Mu le confiesa que igualmente se ha enamorado de un ángel, no podría ser tan malo, después de todo… Sería normal que le atrajeran también…

-No te preocupes… Cuéntame que está ocurriendo…- Las suaves palabras del peliverde, el ruego en que confié en él, para lo que sea, dándole a entender que estará para él sin importar nada.

-¿Por… Que… Es… Es… Usted… Tan bueno… Conmigo?- La duda en el corazón del menor, pensando que la reacción del pontífice sería diferente, pero no es así, al contrario.

Esta el peliverde de igual forma que él, de rodillas, abrazándolo, e intentando calmarlo, como si se lo mereciera de verdad.

-Atla… No estoy aquí para juzgarte, jamás lo haría…- Se separa levemente del pelilila, para verlo a los ojos, esas bellas esmeraldas, herencia del amor de su ángel -¿Qué hacías en la barrera?-

Le pide que le diga, con un tono tan suave, como si le estuviera hablando o le hiciera recordar el tono del demonio quién lo crio.

-Patriarca… Por favor…- Sin pensarlo más, lleva su cabeza hacia el frente y directamente a arrodillarse hacia el de cabellos verdes, colocando la frente en el suelo, es la manera en que los demonios piden perdón por alguna falta, cuando de verdad están arrepentidos –Perdóneme Patriarca, pero… Pero… Yo… No puedo decirle nada… Si lo llegara hacer… Yo… Por favor…- La voz temblorosa, el miedo que esto tenga consecuencias.

No quiere mal pensar, que sea solo un truco de parte del pontífice, para sacarle la verdad, pero debe irse con cuidado.

-¿Te enamoraste de algún ángel?- Le pregunta directamente.

Reconocía perfectamente esa forma de actuar, a mirada de preocupación y desolación, y el hecho de querer proteger a quien ama a pesar de todo, tener a todos en contra incluso al patriarca en turno..

Es exactamente su forma de actuar, en aquella vez…

Pequeñas cosas, que son aquellas que revelan mucho más de su hijo, y de sí mismo.

Lo descubre sin duda.

Claro que igualmente no quiere que su pequeño este inclinado de esa forma delante de él, no debería hacerlo nunca, no ha cometido ningún mal, y no quiere que se sienta menor en su presencia, cuando ese pequeño pelilila es todo en este mundo, en su vida, es su mayor motivación para seguir.

Por lo cual, le toma las pequeñas manos, para hacerlo levantarse y que no vuelva hacer algo así.

Que nadie merece una disculpa de esta índole, y más, si su hijo la hace, no la va a permitir.

---Lado de los ángeles---

Tanto Dohko como Amista se encuentran en la sala el trono, conversando de manera casual.

De temas referentes al reino, si bien Asmita apenas si le interesa, para Dohko ni siquiera considera temas que merezcan su atención, pero debían aparentar que es su labor más importante, cuando en su defensa desearían dejar todo este teatro de su matrimonio falso…

Pero no tendrían más tiempo de hablar o terminar los arreglos previos para una festividad que dentro de poco tiempo se llevara a cabo.

-Con esto, Shaka se dará cuenta…- Musita el rubio, arreglando algunos papeles.

-La tradición dicta que… Cuando el futuro príncipe cumpla trece años, deberá realizar este ritual, para que su energía se complemente con la del resto de los ángeles- Mira serio hacia la mesa que está delante –Sé que esto será un gran problema-

-¿Qué sucederá para ese momento?- Pregunta serio.

-Le tenemos que decir la verdad- Suspira algo triste –No quisiera romper sus ilusiones, pero… Se entrara de esa forma y…-

Unos gritos de niños que conocen muy bien se hacen presentes, justamente afuera de la puerta de aquel lugar.

Llamando su atención, pero poco fue la espera de saber de qué se trata, pues se pide el permiso de entrar correspondiente.

-Rey Dohko, ¿Nos permitiría pasar?-

Dohko, como rey no lo pensó más, dando la autorización para que quien fuera entrara de una vez por todas.

-Adelante-

Solo dando el permiso, pues quien ha hablado, es alguien sumamente conocido.

Confundiendo aún más, a los que están representes.

Lo que los ojos de ambos ángeles ven, es como tanto Shura y su “Hijo” están con golpes, moretones, clara señal que ambos estuvieran en una pelea, pero… No solo ellos, si no que igualmente, Milo y Camus vienen con ellos, con un semblante bastante conflictuado.

Milo igualmente presenta algunos golpes, sin duda debió recibirlos cuando trato de separarlos.

-¡¡¡¿QUÉ PASO?!!!- Asmita se alamar al ver a su hijo con golpes y sujetado con fuerza por Shura.

Y más al verlo tratar de zafarse, con el ceño fruncido.

-Shaka, Shura, ¡¡¡¿POR QUÉ ESTÁN GOLPEADOS?!!!- El castaño mira a ambos, que parecen aun no dejar su riña del todo, delante del rey -¡¡¡¿QUÉ LES OCURRE?!!!- Se molesta al ver estas conductas de los dos.

Sobre todo porque el rubio parece seguir desean pelar, pero se controla de no decir insultos, sin embargo su enojo se denota.

Inclina la cabeza peliverde, en modo de saludo, sin soltar el agarre al príncipe –Rey Dohko, señor Asmita, debo informarles que el príncipe Shaka, se encontraba en la barrera protectora, esperando a un demonio, y tengo pruebas que ha estado manteniendo una relación aparentemente “Amistosa” con uno de ellos- Revela tal cual lo que ha sabido desde hace algún tiempo, pero Camus le pidió guardar silencio.

Mas esta noche, no se pudo seguir mintiendo esto en secreto.

Las reacciones de ambos líderes de este reino, se dejan ver de confusión, asombro y desconcierto, aunque el rostro más alarmado es el del castaño.

Pues es mucho que asimilar y más, que existiera una forma de comunicarse con el otro lado, es algo que necesita saber con urgencia.

Y al fin, un halo de esperanza para encontrarse nuevamente con su amado demonio, se puede ver.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí mamá terrón de azúcar, reportándose para el capitulo del día de hoy.

Kiaaaaa,ya estamos con este nuevo capitulo, este fic sin duda es uno de los mas dramáticos que tengo a la fecha, pero es el que ya esta mas cerca del final y no solo eso...

Si se dan cuenta, las verdades ya se van a dar a conocer...

La reacción de Mu sera algo épica y cruel...

Shion... Como tomara lo que le dirá su hijo?

Dohko también tiene que enfrentara algunas cosas...

Shaka... Dira lo de su demonio? Se enfrentara a sus "padres"?

Muchas cosas que se quedan en la confusión ahora.

Muchas gracias mis terrones de azúcar, por su gran apto, cariño y miles de comentarios y votos, de verdad son los mejores, me hacen super feliz.

Kiaaaaa... Se los agradezco tanto. 

Por favor, cuídense mucho hagan caso a las medidas de higiene y no se exponga.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


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