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Mi fantasma de hielo por PinkuBurakku

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Notas del fanfic:

 

#MultishipperMarvelWeek

Categoria: Fantasía. 

Participación del dia II - Elfos. 

Loki x Iron man, leve Stony. 

Los personajes de MCU no me pertenecen, solo los utilizo sin fines de lucro, para satisfacer mis ansias por escribir. 

 

Contiene: Lemon, palabras soeces.  

Notas del capitulo:

 

Segundo dia de participación, Hoy con una pareja completamente del universo de Marvel, algo de drama, angustia, pero con final feliz. 

Muchas gracias a SPY por crear el evento, en el cual e estoy diviertiendo bastante al escribir. 

#MultishipperMarvelWeek. 

Sin mas preambulo, a leer. 

 

 

     Unos toques suaves en la puerta me sacaron de la ensoñación, desvie la vista del gran atardecer de Asgard. El sol se ocultaba bajo un manto azulado, qué tenuemente consumia toda la luz de la gran ciudad nórdica. Sin permitir el paso, la puerta fue abierta dejando entrar un Capitán América envuelto en una típica vestimenta asgardiana; con una túnica azul que se ajustaba perfectamente a su musculado cuerpo, sin duda se debía robar el aliento de más de uno en la corte del rey al pasearse con esos ropajes. Avance bajo su atenta mirada, apresurando mis manos al vestirme, sintiendo los ojos del capitán bastante fijos en cada parte de mí cuerpo que se iba descubriendo, ignore tal hecho terminando por vestirme. La túnica rojiza se adhería bien a mí piel, cubriendo muy bien las partes de mí cuerpo, reemplazadas por nanopartículas. 

 

-Con los muchachos vamos a beber, sería grandioso si nos acompañaras hoy- Comunico despacio el capitán dando unos firmes pasos hacia mí.

-Rogers… Prefiero quedarme, saldré con Quill...Me enseñara las reliquias familiares- Me excuse rápido, queriendo declinar la propuesta;  la verdad me daba curiosidad las reliquias asgardianas. El capitán dio otro paso más, acercándose a mí cuerpo. 

-Tony, accedi a que te quedes en esta habitación todos estos días, pero no me pidas que ignore el hecho de qué te consumes lentamente, prometiste intentarlo- Hablo despacio subiendo una de sus manos a mí mejilla, suspire sin apartarlo. 

 

Hace más de cinco años que todo había cambiado para mí, lo que me pareció una idílica vida, junto a un idílico ser, se había esfumado con sólo un llamado de ayuda. Recordaba a la perfección el día en que Loki se levantó apresurado de nuestra cama, saliendo de la torre donde vivíamos para captar mejor el mensaje que su hermano, parecía desesperado. La llamada fue clara y concisa -sálvame- sin dudarlo Loki se apresuró a buscar su nuevo cetro mágico, darme una promesa rápida, abrir el portal y esfumarse dentro de el. No supe qué sucedió luego hasta unos tensos minutos después, donde el hechicero de la calle 177A de Bleecker Street arribaba a mí torre con un pálido Banner. 

 

Quince minutos, eso le tomó al vengador para explicarme la situación, rompiendo en pedazos mí idílico mundo con cada movimiento de sus labios. Loki había muerto a manos de un sujeto llamado Thanos, no termine de procesar la noticia nunca. La batalla empezó, luego siguió otra y otra más; planes, peleas y batallas eran mi nuevo mundo. El llanto, el dolor y la pérdida fueron pospuestas por mucho tiempo, hasta que un día de relativa paz;  la bomba explotó en mis manos, arrastrando mí estabilidad, en silencio me console a mí mismo embriagado en los recuerdos de Loki y el alcohol. Todo empeoro con el fatídico día en el que Thanos venció, mí semblante se tornó en uno fantasmal, vagando por la base. 

 

Rogers, fue el encargado de armar el destrozado equipo; siendo junto a Natasha el motor del grupo. Sin embargo, el capitán había tomado como tarea de vida, traerme de vuelta a mí antigua gloria, consolandome en silencio y permitiendo desahogarme por completo. Fue un gran amigo, hasta descubrir qué de esa gran amistad esperaba otra cosa. Cuando se me confeso, creí que era una broma, pero cuando me beso, supe que sus intenciones iban en serio. No me obligo a nada, no me presiono por una respuesta, sólo me pidió que prometiera que al menos, lo pensaría. Así fue, lo pensé por unos largos meses en los cuales, el recuerdo de Loki iba recuperando mí corazón roto y parte de mí estabilidad. Habían sido unos buenos meses de sanación, en los cuales había decidido volver a empezar, después de todo Loki no volvería, ni aunque yo pagase mí alma para ello. Las cosas con Rogers avanzaron despacio a decir verdad, el capitán ignoraba mis momentos de debilidad entre los recuerdos de Loki, yo ignoraba sus escapadas todas las noches a diferentes habitaciones de los vengadores, después de todo, ninguna cláusula estaba escrita entre nosotros. 

 

Una luz de esperanza se nos fue otorgada después de eso, y sin dudarlo luchamos por traerlos a todos de nuevo, había funcionado. Todos regresaron, bueno, casi todos; Loki nunca pudo volver y aún no sabíamos el motivo, un misterio perdido en el universo. Cómo fuese, el dios del trueno nos había traído para celebrar nuestra gran victoria, el bien por fin había triunfado sobre el mal, y ahora todos los universos descansaban en paz. Mí alma fragmentada, era la única ocasionalmente en pena en el vasto cosmos. Pero no sería mal tercio, Tony stark nunca lo sería, por lo cual accedimos a venir al nuevo Asgard, restaurado y majestuoso. Ya hacía de eso tres días, en los cuales, dos de ellos los había pasado encerrado en la habitación o vagando por los pasillos; los recuerdos volvieron inevitablemente. Mi mente comenzó a comprender mejor lo extravagante que era Loki, todo era brillante, majestuoso y único. 

 

-Entonces... ¿Si vienes?...Sólo serán unas cervezas y volveremos aquí- Pronunció sobre mi mejilla el capitán, depositando un beso y yo sabía que no podría negarme, asentí con un intento de sonrisa. 

-Tu le diras a la reina de Asgard que no podre ir con él- Dije divertido, imaginando el rostro de Quill al ser llamado de esta manera. El capitán sonrió, tomando mi mano emprendiendo camino hacia el gran salón. 

 

Aún nostálgico, por todos los recuerdos que afloran en cada rincón del palacio y las aventuras de de Thor,  que inevitablemente siempre terminaban en su hermano, tome la decisión más sensata en mucho tiempo, emborracharme. Había eliminado el alcohol por completo de mí vida al ser el motor para autodestruirme. No obstante, ahora lo veía justo y necesario entre la voz del dios, después de todo, estábamos en una fiesta. Las risas afloraron después de eso, la cercanía de todos fue ascendiendo de a poco y después del tercer barril de cerveza, todos terminamos ebrios. Podía sentir los fuertes brazos de Thor tirar de mis hombros, regando cerveza sobre mí túnica; no me importo, riendo y tomando un trago de la gran jarra que tenía sobre la mano. El dios del trueno me seguía tratando como si fuera su cuñado, algo bastante cómico, excepto para Rogers. 

 

-¡Tony...Vamos qué te quedas! -Grito el rubio Dios avanzando a grandes zancadas por el salón, otro barril había sido terminado y completamente ebrios, caminábamos hacia el puente de colores de la entrada. 

 

Todos tambaleantes, logramos llegar hasta el lugar dónde Thor, presumía que podía ver todos los universos; divertido, pensé que terminariamos en alguna torre alta del palacio viendo todo Asgard. Fue una gran sorpresa para todos, cuando el dios nos dirigió hacia el santuario de su amigo Heimdall. Al entrar todos lo hicimos con respeto, se suponía que este era un lugar prohibido, sin embargo, Thor con dos barriles de cerveza bajo los brazos, pronto lo convirtió en un salón para alcoholizarnos. Aunque su amigo lo había reprendido, este simplemente lo había ignorado. 

 

-Miren, puedo ver todos los universos desde aquí.. Donde y cuando quiera- Habló orgulloso él asgardiano, avanzando hasta el centro de salón.Todos reímos

-Sí puedes ver todo…¡Dónde queda nuestra privacidad!- habló entre carcajadas Barton con una cerveza en la mano. Aún incrédulo de las palabras del dios, a pesar de estar sentado sobre un piso de oro, suspendido en la nada del cosmos. 

 

Thor lo tomo como un reto, y antes de que su amigo Heimdall pudiera hacer algo, el rubio movió la espada clavada en el altar y dio un giro lento, el estrellado cielo delante de nosotros, cambió a un nuevo escenario Las playas de algun lugar en los universos, se mostraron ante nosotros; unos seres azules se bañaban en dicha playa.Boquiabiertos miramos la imagen. 

 

-¡Yo quiero girar siguiente!- Grito eufórico un mapache a mí lado, corriendo hacia la espada dándole un giro rápido. 

 

Miles de planetas pasaron ante nuestros ojos cómo una rafaga de luz, hasta detenderse en un nuevo lugar, la nieve caía a raudales mientras unas pequeñísimas criaturas en color violeta jugaban con ella. Después de eso, todos tuvieron su turno para jugar entre los planetas, viajando miles y millones de años luz. Todos divertidos, cómo mocosos descubriendo por primera vez nuevo sabor de helado o un nuevo juguete. Divertido y curioso me mantuve en mí puesto al lado de Rogers, apreciando cómo la espada se había convertido en nuestro control remoto y el portal, nuestro televisor. Aunque esto podría destruir el planeta. 

 

-¡Vamos Tony, faltas tu!- Gritó Thor eufórico. 

 

Supe que no podía negarme una última vez, cuando todos alrededor tenían sus ojos posados en mí, todos habían tenido su turno de ver por breves instantes, algún lugar de los bastos nueve universos. Yo sólo me dedique a apreciarlos con fascinación. Pero ahora, con todos eufóricos y ebrios, esperando a darle un vistazo a un último planeta; no me queda más remedio que acceder a su extravagante petición, incluso el capitán américa había tenido su turno. A paso lento, me levanté posicionando mí cuerpo de espaldas al portal, eso le daría más dramatismo al asunto; me sentía como un pequeño Dios descubriendo un nuevo universo. Me reí de mí extravagante pensamiento, con dicha sonrisa, tomé entre mis dos manos la espada abriendo el bifröst, después de unos cuantos años luz, este se detuvo. 

 

La sala se quedó en silencio, inmersos en el planeta detrás de mí, sus ojos se agrandaban exageradamente sin poder creer lo que veían, curioso me gire; la imagen de un durmiente Loki azul, enterrado en un gigantesco cubo de hielo, rodeado de extraños seres me golpeó de lleno, el aire se fue de mis pulmones. El bifröst se cerro por la mano de Heimdall, había pasado el tiempo límite para tener el portal abierto. Me levanté del suelo dónde había ido a parar por la impresión, le hice frente al moreno dios, que con ambas manos en la espada, me daba una respuesta a una pregunta no conjurada. No movería la espada de nuevo. 

 

-Muévete, necesito volver a ese planeta- Dije serio haciéndole frente al dios a pesar de la diferencia de estaturas y poder. 

-No dejaré que usen mas el bifröst, como espectáculo para su burdo entretenimiento...Se lo permiti a Thor al ser mi rey, pero a nadie más- Habló serio negándose a apartarse, encogí mis ojos mirándolo fijamente, comenzaba a creer que el dios sabía algo sobre el paradero de Loki. 

-Apártate o yo te apartare- Amenace enojado entre dientes. Toda la diversión y el alcohol se habían drenado de mí sangre en un minuto al ver a Loki, o lo que parecía ser el dios. 

 

El dios inflexible incluso sacó la espada de su lugar, enojandome aún más; sin pensarlo mucho, presione el botón de nanopartículas adherido a mi piel, sintiendo el traje de Iron man desplegarse en mí cuerpo hasta cubrirlo por completo, sin pensarlo, levanté la mano amenazando al dios, los propulsores en mí traje se cargaron de inmediato. 

 

-Abre el portal Heimdall… Es mí hermano de quién estamos hablando- ordenó Thor, el dios de repente había perdido toda euforia. 

 

El dios frente a mi, me dedicó una mirada de total odio antes de obedecer a su rey, no deje de apuntar a su cabeza, hasta que la espada volvió a su lugar y el portal se abrió, dibujando a Loki transformado en un gigante de hielo, rodeado por el mismo material azulado. Me deshice de mí traje, dando unos tambaleantes pasos al frente, le reste importancia al infinitivo cosmos bajo mis pies; el miedo o cualquier otra emoción había desaparecido de mí cuerpo al ver la imagen de Loki. Mi respiración se detuvo al ser cerrado el bifröst, me quede inmerso en la oscuridad del espacio, donde la persona que amaba y creía muerta, se había materializado frente a mí. Las emociones volvieron de pronto, demasiadas para poder soportarlas todas de golpe; las lágrimas inundaban mis ojos y antes de poder detenerlas, estas cayeron al igual que mi cuerpo, todo se oscureció luego de eso. 

 

Al despertar, me tomo unos segundo poder abrir los ojos, en los cuales reconocí al instante dónde estaba; me incorpore decidido con la imagen de Loki muy vívida en mi cabeza. Al levantarme,  pude ver que no estaba solo; todo el equipo Avenger me miraba atento. Presione mí pecho para desplegar mí traje, tenía una misión casi asfixiandome y nadie iba a detenerme. 

 

-Tony… No puedes ir- El primero en hablar fue rogers, mí miraba se dirigió a él, el dispositivo de nanopartículas de mí traje descansaba entre sus dedos. 

-Intenta detenerme Rogers- Rete, caminando hasta su cuerpo. El capitán ya no portaba ropa asgardiana, de hecho nadie lo hacía. -Dame mi traje- Exigí, el súper soldado se alejó unos centímetros. 

-Tony no puedes irte a buscar a un supuesto Loki, él está muerto- habló con dureza el capitán condensando mí enojo naciente. 

-Es el Rogers, ¿acaso crees que no reconocería a mí maldita pareja? - Grité alcanzando mi reactor, aprovechando que mis palabras, habían tocado al recto capitán frente a mí. 

-Prometiste intentarlo Tony, no escapar por su fantasma a la primera oportunidad- Atacó herido el enojado capitán , interponiéndose entre la puerta y mi cuerpo. 

-Capitán, se lo debemos. Es lo mínimo que podemos hacer por él, cuando salvó nuestro maldito mundo- El reactor había vuelto a mí pecho.  

-Nosotros salvamos el mundo, con nuestros sacrificios y nuestros esfuerzos; no un maldito fantasma de tu puto pasado- El siempre recto Capitán América explotó y yo con él. 

 

-Te recuerdo que ese fantasma fue el que ayudó a Banner a escapar y salvo a Thor, sin ellos...¿Dónde estaríamos ahora capitán? - pregunté irritado - Te respondo, estaríamos todos muertos, nunca hubiésemos peleado juntos, ni ganado de no ser por Loki; sí tan sólo… El dio su vida por salvar nuestro universo o al menos lo intento... Lo menos que podemos hacer, es ir a comprobar si su cuerpo aún respira- Mis pies se dirigieron a la puerta sin importar el enfado del capitán. 

-No te llevaras a mí equipo a un planeta desconocido, sin saber si volverán o si el sujeto en ese hielo es Loki… - Mis pies de detuvieron a escasos centímetros de la puerta- ...Si te vas ahora, será solo y ya no serás parte de este equipo- dictaminó su sentencia y mi sangre arde aún más.  

 

Me gire, arrancando la camiseta que cubría mi torso, dejando este al desnudo. Toque el lado derecho de mi cuerpo dónde las cicatrices grisáceas recorrían por completo mi piel, perdiéndose en mí cadera, dónde las nanopartículas sostenían mí carne a las extremidades artificiales. 

 

-Di la mitad de mí cuerpo por este maldito equipo.. Casi muero por salvar el mundo qué protegemos... Ya pague mi boleto de retirada, capitán- Analice unos escasos segundo a Steve, era la última palabra que le dedicaba, me gire decidido, saliendo de la habitación. 

 

Presione el reactor en mi pecho y el traje se desplegó. Salí volando por una ventana, cruzando a toda velocidad el puente de colores hasta el santuario de Heimdall, antes de entrar, dos presencias se posaron a mí lado. 

 

-Si crees que harás esto sólo, es porque nos subestimas, amigo- La voz de Rhodey llegó a mis oídos, sonreí agradecido, aunque no los pondría en peligro 

-Señor stark, somos adultos...Podemos tomar nuestras propias decisiones- Hablo con madurez Peter y yo supe que no podía detenerlos, sólo asenti. 

 

Heimdall ya nos esperaba, y aún reticente nos abrió el portal; el planeta de dichas criaturas extrañas apareció ante nosotros y sin pensarlo siquiera, me adentre en el. 



La llegada al planeta fue todo menos placentera, las ganas de vomitar por el estirón de mí cuerpo a la velocidad luz, fue lo peor. Tambaleante, intente erguirme aprovechando mí traje para poder sostenerme. Al hacerlo, me di cuenta que no estábamos solos; cerca de treinta seres nos esperaban en la entrada de planeta. Dichos seres, median cerca de dos o tres metros como mínimo, de piel sumamente pálida, ojos de diferentes tonos desde el negro hasta los violetas, el cabello increíblemente largo y entrelazado con trenzas y flores; las orejas puntiagudas y las coronas de hojas en sus frentes, eran el perfecto arquetipo de elfo de las películas medievales en la tierra. 

 

-Bienvenido a nuestro planeta, midgardianos- Habló uno de lo que supuse por la corona de oro, debía ser el rey.

-Siento que en cualquier momento, saldrá de algún lugar Legolas, Thranduil y Gandalf - Pronuncie impresionado y divertido, Peter a mí lado rio igual. 

-Sabemos qué busca aquí Señor Stark y compañía- La voz suave pero potente del elfo, rompió el silencio nuevamente. 

-Perfecto, entonces simplemente llevenme con él- Dije avanzando sin siquiera saber dónde iría, sólo quería ir por Loki.

 

-Que sepamos el motivo de su presencia, no quiere decir que le permitamos el acceso… Sólo los druidas elfos pueden vagar por este castillo- Habló otro elfo, las tropa a sus espalda se pusieron en modo alerta. 

-Entrare a este planeta, y conseguiré a mi pareja sin importar a quién tenga que asesinar para lograrlo- Amenace, dando pasos seguros hacia adelante. 

-Señor stark, no hay necesidad de luchar… Simplemente no ganará…No se ciegue por sus emociones y piense con cabeza fría, siempre hay una solución sin necesidad de la fuerza- Habló el elfo de tres metros frente a mí. 

 

Intente calmarme y seguir el consejo del grandote frente a mí, el cual todavía sonreía, su maldita sonrisa me decía en silencio; qué ya sabía qué iba a pasar a continuación. Pero mi cabeza, no daba con alguna solución lógica. 

 

-Entonces qué se supone que deba hacer…¿Convertirme en un druida?- Pregunté frustrado con sarcasmo, era mi mejor arma en estos momentos; pero para mí sorpresa los elfos sonrieron más ampliamente. 

-Es justamente el caso señor Stark, debe renunciar a ser un midgardiano...Sólo así entrara a nuestros dominios- Hablo despacio el rey elfo.  

 

Yo reí dentro de mí traje, pensando que era una broma, no cabía en mí cabeza tal solución. Sin embargo el rey no reía, es más, sólo esperaba pacientemente mi respuesta, deduje que la propuesta iba en serio. Me plantee mi respuesta, renunciar a ser un terrano, a mí mundo, a mis amigos, a todo lo que había construido por años; mi hogar, toda mi vida… Sólo por Loki. La respuesta fue sencilla. Guarde mí traje saliendo a la nueva atmósfera, agradeciendo qué mis pulmones la podían digerir, tome una bocanada de aire, era extraño.

 

Desprendí el reactor de mí cuerpo, mirándolo por unos segundos, antes de colocarlo en la mano de Rhodey, el cual negaba con fervor. Levante la mano pidiendo silencio, si algo salía de sus labios, todo sería más duro. Él marine sostuvo el reactor y podía jurar que dentro del traje estaba llorando. Peter a su lado saltó a mi cuerpo abrazándome, a pesar de su traje los sollozos salían estruendosos, lo console unos minutos, sintiendo mis propias lágrimas correr por mis mejillas. Rhodey tomó al chico que se negaba a dejarme ir. 

 

-Se bueno con Happy, no desobedezcas a Rhodey y termina la universidad chico...Siempre te reconocí cómo mí hijo… Ahora todo lo que poseo, te pertenece...Adiós niño- Hable entre lágrimas, el chico apenas pudo asentir antes de que ambos fuesen arrastrados por un portal, fuera del planeta. 

 

Me quede viendo un rato el lugar de su partida, con mis propias lágrimas en los ojos, pero con una escueta sonrisa, no me arrepentía de mí decisión. 

 

Fui conducido por mis anfitriones, al interior el inmenso castillo, todo parecía ser sacado de un cuento de hadas; con la vegetación, las piedras preciosas y toda la sobriedad reinando. Avance hasta el centro de salón, al mí alrededor, un grupo de elfos se posiciono y al igual que una secta, todos me rodearon alzando sus grandes báculos, mí cuerpo se tenso inevitablemente alerta. 

 

-Señor Stark, desde ahora ha renunciado a su título como Iron Man, a su poder, riqueza, raza y apariencia… Desde ahora, es un elfo druida, inmortal, con nueva apariencia, raza, planeta e incluso, una nueva galaxia...Este es su nuevo nacimiento- Hablo ceremonioso el elfo, de su báculo salió un rayo de luz verdoso que acabó sobre mi cuerpo, el movimiento fue imitado por los demás elfos. 

 

Los rayos de luz se impregnaron en mi piel; traspasando la misma, carne e incluso huesos. Todo empezó a cambiar, mi cuerpo empezó a mutar, los huesos a estirarse, el color de mi piel a cambiar, mi cabello a crecer al igual que mis uñas, mí sorejas se estiraron y la ropa que portaba se destrozó en pedazos. Literalmente, había nacido de nuevo. 

 

---

 

-¡Señor Stark… A la cabeza… O lo mordera!- Uno de los tantos elfos que me acompañaban gritaba al otro lado de la bestia. 

 

Me apresure a atacar la bestia con mi báculo, sintiendo sus dientes muy cerca de mí cuerpo, el cetro en mí mano destello un rayo de luz azulada, y la cabeza de la bestia salió volando por los aires; empapando todo el lugar de su sangre violacea, incluso mi túnica terminó llena del viscoso líquido, con asco, retire la sangre de mi rostro. Baje al suelo, donde varios de mis compañeros me esperaban, saque un vial de los pliegues de mi túnica, y acercándome a la herida sangrante de la bestia, tome el líquido al igual que de una fuente. El frasco se llenó bastante rápido y yo sonreí, era el último ingrediente. 

 

-Muy buen trabajo equipo… ¿Alguien quiere ir a comer? Se me antoja sopa- Dije divertido, viendo el rostro lleno de asco de alguno de mis compañeros, me reí ante esto. 

 

No pasó mucho tiempo, antes de emprender el camino hacia nuestro planeta; al llegar me dirigí directamente a mí habitación, al entrar, me recibió el mismo silencio de siempre. Sin perder el tiempo, me despoje de mí ensangrentados ropajes y me acerque al hielo donde descansaba Loki; con una sonrisa delinee su rostro a pesar del hielo que nos separaba. 

 

-Ya lo tengo todo amor… Sólo aguanta un poco más, pronto estaremos juntos de nuevo- Hable sin perder mi sonrisa, aunque era consciente de que no me escuchaba en absoluto. 

 

Había sido difícil al principio, adaptarme a cumplir órdenes, perder mis lujos y una nueva manera de vivir, no me habían dejado las cosas fáciles; miles de regaños, fracasos y discusiones se habían sumado a mí larga lista, eso sin contar que debía aprender a manejar mi nuevo poder y mi nueva magia. Pero todo valió la pena, para este momento. Cuando me habían comunicado, que la única forma de descongelar a Loki sería crear una poción, de la cual ni se sabían los ingredientes, por poco me vuelvo loco; pero gracias a mí intelecto (mucho más superior ahora) y muchos meses de lectura, había dado con los ingredientes. Una pequeña victoria, antes de la guerra qué sería encontrar todos los materiales, muchos planetas, varias galaxias y muchos seres muertos después, ya tenía todo, con la sangre de dragón chino que descansaba en mi bolsillo. 

 

Tome un baño rápido y con una nueva túnica roja cubriendo mi piel, comencé la preparación. Al estar sólo, sería más complicado; pero no dejaría que nadie viera a mí desnuda pareja encerrada en un bloque de hielo. Era el gran Anthony Stark, la poción sería como un chiste para mí. Un total de cinco horas me costó crear la poción, mis manos temblaban al verter el líquido negro sobre el hielo que me separaba de mí dios. La emoción me embriago al ver el hielo ceder bajo el negruzco líquido, consumiendo todo el material hasta que el cuerpo de Loki, salió a la superficie; mordí mis labios ansioso, viendo cómo el cuerpo del asgardiano se transformaba y tomaba su forma humanoide, perfecta y divina. Pero con el pasar de los minutos, Loki no despertaba. 

 

Desesperado, corrí a mi mesa de trabajo repasando con miedo, todos los pasos de la poción y todos los ingredientes requeridos; buscando algún error, que explicara porque Loki no despertaba. No había nada, todo estaba en perfecto orden. Frustrado, lleno de miedo y con la ansiedad a tope; me deslice hasta el cuerpo de Loki, este seguía igual de imperturbable. 

 

-Maldita sea Loki, despierta… No puedes hacerme esto...- Hable con un hilo de voz, con el miedo corriendo por mis venas, el dios no despertó -... Han pasado muchos años, simplemente no puedes rendirte justo ahora…¡Maldición despierta!- Rogue contra el rostro inerte del dios, las lágrimas amenazaban con salir por mis ojos. 

-Maldito dios de las mentiras... Me lo prometiste ¡¿Me escuchas, me lo prometiste?!...- El enojo producto de mí frustración había aparecido - Prometiste que volverías conmigo aquel día, cómo te atreves a prometer tal cosa, sí nunca pensaste cumplir tu palabra- Las lágrimas corrían libres por mis mejillas, mientras que mis manos golpeaban el pecho desnudo del dios. 

 

Con los minutos, ya me había dado por vencido; me separe de cuerpo de mi amado dios, cerré los ojos antes de alejarme. Mi muñeca fue sostenida con fuerza, demasiada fuerza. Con un quejido me gire, Loki me miraba con los ojos entornados y terriblemente oscuros, el miedo vibraba en estos, podía escuchar su corazón latir frenéticamente.  

 

-¿Quién eres?- Preguntó con un hilo de voz tensa, mí muñeca seguía atrapada entre sus fuertes dedos. Mi mente quedo en blanco ante la vista. Loki, mí Loki, había despertado. 

 

Sin pensarlo mucho me lance sobre su cuerpo, abrazándolo con fuerza, aspirando el olor de su cabello y enterrando mis dedos en su espalda, para atraerlo más a mí cuerpo; ni siquiera me importo lo helado que estaba su piel. Mis labios quisieron besarlo, el pensamiento duró poco, mi cuerpo fue empujado con brusquedad, separando su piel de mi agarre. Su mano había dejado mi muñeca y se tensaba alrededor de mí cuello. 

 

-Quién eres, pregunté- Hablo con esta sonrisa sádica que me robaba el aliento, literalmente en este caso. 

-Sólo siete años fueron suficientes para que te olvides de mí, bastardo mentiroso… Pensé que era el amor de tu vida- Mis palabras salían entrecortadas, gracias a la falta de aire. Loki pareció reconectar su cerebro, soltando mi cuello adolorido. 

-¿Stark?- Preguntó sorprendido, alejando su mano por completo de mí piel, su gesto atónito se me hizo divertido, más, sus ojos recorriendo de arriba a abajo. 

 

Era verdad que en otro tiempo, ni yo mismo me hubiese reconocido; empezando por mí piel canela uno o dos tonos más clara, mis ojos cafés habían pasado a un profundo azul, mi cabello se torno tan oscuro como la noche; largo y sumamente liso, ahora se repartía hasta mi cadera a pesar de estar recogido en una coleta alta, lleno de trenzas y pequeños broches de oro. Una corona delgada descansaba en mi frente hecha de oro y con una hermosa piedra azul que me recordaba mucho a Loki. Había crecido al menos medio metro, y una túnica roja abierta hasta mi cintura me cubría la piel, ajustándose a mí cadera y cayendo hasta mis tobillos. Traía botas debajo de la túnica, altas hasta la rodilla. Todo un elfo druida. Loki no se detuvo en su escrutinio, hasta quedar satisfecho logrando que una sonrisa adorne mis labios satisfecho con la miraba fascinada de Loki, podía sentir incluso mi corazón latir con fuerza. 

 

-Con un demonio Stark, te ves tan…-

-¿Increíble, irresistible, deseable?... Adelante cariño, utiliza la que más te guste- Mis palabras no pudieron salir más socarronas, al verle recorrerme de esta manera, incluso un tenue rojizo me baño las mejillas completando mí gran sonrisa. 

-Tan jodidamente perfecto- Hablo con una sonrisa. Sonreí altivo. 

 

Loki me tomo nuevamente de la muñeca, este vez atrayendo su cuerpo al mío, siendo ahora sus brazos los que me dejaban sin aire, abrazándome como si la vida le fuera en ello;  estrujando con fuerza y aspirando el olor de mi cuello. Lo correspondi enseguida, abrazado a su desnuda espalda. Ya no había lágrimas, todo era una infinita felicidad; sus manos se aferraron a mí rostro, antes de juntar nuestras bocas en un necesitado beso, sus helados labios se encontraron con mí tibia piel, moviéndose en una perfecta sincronía, sus manos vagaron a mí cabello enredando sus dígitos en él; mientras las mías se ajustaban a sus fuertes brazos, sonreí en medio del beso cuando su lengua, entro en mí cavidad. Y sólo después de siete años, pude suspirar tranquilo y eufórico, el dios había vuelto conmigo. El fantasma de mi vida, por fin se materializaba en mis brazos. 

 

---

 

-Maldición Loki, que sea inmortal… No me exenta de un desgarre- Gemí con fuerza, contra la cama intentando meter un poco de aire a mis pulmones. 

 

Loki penetraba mi cuerpo sin piedad, encajando sus dedos en mi trasero con fuerza, entrando de manera bruta en este, estirando sus dedos hasta abrir mis nalgas y volver a cerrarlas, disfrutando la visión de mí entrada tragándose su erección. Me dio una nalgada rápida y con fuerza. 

 

-La visión de tu hambriento agujero tragándose mi verga es, excelto- Sus sucias palabras sumieron mis mejillas en un nivel de rojo, casi extravagante. 

 

Podía notar el enojo en sus palabras, mientras seguía con aquel sucio juego; adueñándose de mí cuerpo a su antojo, nunca había sido tan rudo y no me molestaba, al menos no por completo, pero necesitaba respirar al menos un poco. Abrí las piernas al fin con un poco de aire en mi sistema, levantando un poco el pecho del reguero de almohadas. Buscando sus claros ojos, sonreí socarrón. 

 

-Estas celoso de un viejo rubio, qué bajo caíste…Cariñito- Dije burlón recibiendo otra nalgada mucho más fuerte. 

 

La respuesta del ex-asgardiano fue inmediata, sus embestidas fueron más certeras y una de sus manos pasó de mi trasero hasta mí pecho, torturando con fuerza uno de mis pezones, retorciendo entre sus dedos mi carne y pellizcandolo con saña. Mordí mis labios, embriagado de placer sintiendo la saliva correr bajo mi mentón; y mis piernas temblar, apenas necesite un par de embestidas mas, y mí cuerpo sucumbio ante un potente orgasmo que me desgarró la garganta. Loki no se detuvo, penetrando con malicia mí cuerpo, incluso dejando mi pezón libre para subir su mano a mí cabello tirando con energía. No se corrió hasta que suplique entre sollozos, con un nuevo orgasmo sobre las cobijas. Al terminar y aún dentro de mí cuerpo, envolvió mis caderas en un posesivo abrazo, su pecho frío sobre mi espalda, se sentía de maravilla, sus labios repartieron pequeños besos sobre mi cuello contrarrestando la salvaje faena. Unos toques en la puerta terminaron con nuestra íntima muestra de cariño.

 

-Tony, dicen que ya es hora de partir- La voz de Steve, él causante de todo esto; apareció tras la puerta. 

-En un momento salimos Rogers- Respondí con los dedos de Loki, afianzados con nueva fuerza en mí cadera. 

 

Cuando se me comunicó, que el planeta seguirá su camino como estaba establecido cada diez años, y qué perdería contacto con todos en la tierra;  decidí que era hora de una última despedida, después de todo habían pasado tres largos años, una nimiedad para mí, pero toda una eternidad para los midgardianos. Todo había estado en orden, inclusive había obtenido el permiso de rey, para traer a mis amigos por pocas horas; sin embargo cuando además de Rhodey, Peter, Happy, Pepper, Thor y algunos Avengers, había aparecido Rogers, la idea había dejado de ser tan buena, más con el efusivo abrazo de este; peor aún cuando me acarició la mejilla de una manera demasiado íntima. Loki qué acababa de hacer su aparición magistral, por poco asesina a Rogers. Fui arrastrado a nuestra habitación después de eso, mis caderas dolían gracias a eso.  

 

Me levanté perezoso, escapando del efusivo abrazo de mi pareja; vistiendo con la túnica de siempre, pegada a mí cadera y dejando ver mí trabajado pecho, dónde la marca de los dientes de Loki, contrastaba con el tono de mi piel. Le avente la ropa al medio elfo a mí lado, las perforaciones en sus orejas puntiagudas, se enredaron en la tela para mí insana diversión. Ya listos salimos de nuestra habitación, nuestros dedos se enlazaron pasando el primer pasillo. Al llegar con nuestros invitados, estos ya se encontraban en los límites de nuestro planeta, justo donde el Bifröst los había hecho aterrizar, uno a uno fueron despidiéndose entre lágrimas, sabiendo que sería la última vez en vernos; les regale un par de abrazos y palabras de consuelo, a pesar de la diferencia de estaturas. Era todo lo que podía brindarles. Todo se tenso con la llegada del capitán, esta vez tomando unos cuantos centímetros de distancia. 

 

-¿Estás seguro de esto Anthony?- Preguntó serio, tratando muy mal, de no desviar sus ojos hasta mis dedos enlazados con los de Loki. Este, aunque hablaba con su hermano, tenía un ojo sobre el rubio capitán. 

-Cómo nunca en mi vida, ya lo ves; el fantasma de mi pasado está vivo… Y es todo lo que necesito… Nuestra vida, ya no encaja en la tierra- Hable con una sonrisa, tomando los dedos de Loki con un poco más de fuerza. 

 

El capitán, hizo una mueca de disgusto ante mis palabras, quiso decir una última cosa, pero al final al ver a Loki a mí lado, desistió cerrando la boca; sólo me dio la espalda antes de alejarse, minutos después todos desaparecieron. Loki me abrazo al ver mi gesto melancólico al verlos irse, besó mi cabello, sabiendo lo que pasaba por mi cabeza. 

 

-A su habitación, nos moveremos pronto- Dictó el rey desapareciendo hacia el castillo. 

 

Loki avanzó con él, hablando de la nueva galaxia dónde iríamos, ambos con una sonrisa, yo me quedé observando sus altas figuras interactuar, desconectado por un momento. Mi pareja, al ver que no lo seguía se detuvo;  dejando en vilo las palabras del rey, me tendió su mano. 

 

-¿Vienes? - Preguntó deteniendo el paso, me quede perdido unos minutos entre sus finos dedos, antes de avanzar y entrelazar nuestras manos. 

-Contigo… A donde sea- Declare con una sonrisa, sí tenía a Loki a mí lado, todo lo demás era una nimiedad en el camino. Un planeta, un universo, una galaxia. Todo era nada a comparación del brillo de los ojos de Loki y poder sentir su tacto frío entre mis dedos. 

 

Notas finales:

¡Vuelvo al segundo dia! Esta vez con una pareja mas "normal", Espero que les haya gustado este nueva pareja. Muchas gracias por leerme. 

PK 


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