Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Delirio por Kammy

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Inspirado en Vampire Sunrise de Boy Epic

Notas del capitulo:

Hola. Tenía mis dudas sobre subir este OS pero hoy se me ha puesto la canción de Boy Epic en el reproductor y me dije ¿Por qué no? Así que aquí lo tienen. 

Amarlo no debería doler tanto, y sin embargo lo hace cada día un poco más en uno goteo sin final, llevándome sobre el borde de una locura que no puedo curar.

Y mientras permanezco tendido a su merced, contemplando mi reflejo en sus pupilas dilatadas, me pregunto hasta dónde seré capaz de llegar por él en este dulce delirio de promesas vacías, incluso si ya lo sé.

No puedo escapar de la condena a la que me entregué por propia voluntad. Me hace daño, me sumerge y me destroza en cada oportunidad que tiene. Sus manos me recorren lentamente, se hunden en mi piel para dejar marcas en forma de garras que me estremecen de placer, sintiendo su dulce veneno invadir mi interior al susurrar dulces palabras cargadas de deseo en la sensible piel mi cuello.

Ellas son como un eco, se cuelan en mis oídos y se quedan grabadas como fuego en mi cabeza. Se enroscan en mi corazón y ni siquiera me importa cuánto duele, el tenerle así, encima de mí con su rostro desprovisto de remordimiento y su sonrisita sardónica, mirándome con el deseo y el hambre que compartimos en el húmedo sonido de nuestros cuerpos juntos.

A veces me pregunto si estaré perdiendo la cordura al ceder ante sus maliciosos ruegos, haciendo oídos sordos a las advertencias que dicen a mis espaldas, entregándome sin miedos a la única persona que ha logrado sumergirme en la agonía de un amor destructivo, haciéndome anhelar estos momentos de deseo mutuo.

Me besa, me consume y me destruye. Gimo bajo su cuerpo, cierro los ojos y permito que me lleve consigo al infierno, sintiendo la frialdad de su cuerpo bajo mis manos, los latidos de un corazón que he sanado mientras el mío se va desmoronando.

—Yoon... —susurro su nombre en la deriva, aferrándome a sus hombros con mis uñas encajadas en su pálida piel de porcelana—. Oh, Dios...

—Eso es cariño... Déjame entrar, déjame tenerte —sus dientes se encajan en mi mandíbula, sus manos abren mis piernas y reprimo un grito sobre sus labios crueles.

Debería dejarlo ir, debería terminar con esto y volver atrás, pero contemplarlo en su esplendor me vuelve débil de sus deseos.

Es la manera en la que me toma, la forma en la que me toca y el modo en cómo me habla que me hace perder la cabeza. Y no importa cuánto duela, no importa si es demasiado, no importa nada más que el suave murmullo de su voz ronca pidiéndome que ceda.

Empuño las sábanas bajo mis manos, abriendo la boca en un grito ahogado al sentir mi piel abierta, mirando con ojos entornados la pálida figura envuelta en la penumbra, la risita satisfecha y el lejano sollozo que escapa de mis labios.

Estoy llorando de nuevo pero la humedad en mis mejillas no parece tan real como la viscosidad entre mis piernas o el suave deslizamiento de la sangre en mi cuello expuesto.

Puedo olerlo, casi puedo saborearlo, pero no es hasta que su lengua invade mi boca que el delicioso sabor metálico inunda mis sentidos. Es un poco salado, un tanto extraño pero indudablemente delicioso mientras lo degustamos.

Es como si me consumiera. Un fuego lento. Una necesidad insana. Un amor enfermo. Pero no puedo encontrar freno de este torrente de sentimientos.

Yoongi me hace daño. Me rompe en pedazos y después me recoge entre sus brazos. Besa mis heridas que él mismo ha causado, murmura un te amo justo después de joderme hasta el cansancio. Sonriendo con ojos cargados de sueño al mirarme desecho entre los sueños rotos que nadie más que él ha pisado.

—Minnie, mi pequeño niño de ojos dulces, Tan hermoso y tan mío. Tan ingenuo. —él se burla, lamiendo mis clavículas.

Me gustaría decirle que no soy tal cosa. Que hace un tiempo que he perdido la inocencia en su presencia, que mis pensamientos dulces se han esfumado con el pasar de los días y que mis lágrimas han suplido mis sonrisas con creces.

Me encantaría gritarle que lo odio, que sueño con sus ojos vacíos y su rostro sin atisbo de vida pero en medio de esas fantasías sus sonrisas me persiguen, en medio de esa podredumbre de pesares, mi amor me detiene.

—Nghh... No puedo... Yoon... —jadeo en busca de aire, el olor metálico colándose por mis fosas nasales.

—Mío, eres sólo mío, Jimin.

Mi visión se desenfoca, un grito muere en mi garganta y arqueo la espalda mientras lo recibo sin cansancio. Él parece no tener suficiente y me regodeo en su placer con ojos llorosos. Aceptando lo que me da sin importar cuando pierda en el camino hacia sus brazos.

—Oh, joder… ngh…

Mi grito hace eco en el silencio, encerrándose en las cuatro paredes de este pequeño rincón olvidado con el tiempo mientras siento el escozor de sus colmillos sobre mi cuello expuesto quemando como el infierno, temblando bajo su cuerpo conforme el orgasmo se lleva las últimas energías que tengo.

Quisiera poder gritar más fuerte, quisiera fundirme bajo sus manos, penetrar en sus poros y quedarme en su corazón para siempre.

Quisiera tantas cosas en momentos como estos, cuando el miedo deja de ser tan paralizante en mis huesos, cuando me siento a salvo de alguna retorcida forma mientras me sostiene con la patética esperanza de prolongar lo que sea que tenemos en los interminables minutos que somos uno solo. Cuando me mira con ojos cerrados, deslizando sus manos por cada recoveco de mi cuerpo, grabando en su memoria la textura de una piel que ha ido arruinando con el tiempo.

El fugaz recuerdo del modo en que fueron hechas estruja mi corazón conforme me repito en silencio que esto es todo lo que tenemos. Lo que yo tengo. Un amor que es como la arena, deslizándose entre mis dedos conforme me aferro a ella con la ciega creencia de que eso va hacer que se detenga.

 —Yoongi... —sollozo con voz quebrada, permaneciendo ahí sin voluntad con las palmas extendidas sobre sus mejillas heladas.

 —No lo digas.

Besa el dorso de mi muñeca, disculpándose sin palabras una vez más por el camino que esto ha tomado. Por el rumbo que me ha obligado a elegir sin siquiera considerarlo.

El dolor se expande como una explosión que me hace retorcerme entre gritos de ayuda. No es sólo mi corazón el que se está rompiendo, no es sólo mi cuerpo el que los está resintiendo, esa crueldad que él no puede detener, esa oscuridad que quise cambiar alguna vez.

La agonía se apodera de mi cuerpo mientras sus manos me atraen a su pecho, envueltos en un abrazo que he deseado tanto tiempo. Y me consuelo en esos momentos que he conseguido al menos parte de su tormento.

 —Está bien... Se acabó, se ha acabado.

A través de la humedad de mis ojos puedo ver sus propias lágrimas cayendo. En la bruma de mi sufrimiento me doy cuenta de lo que está diciendo y pese al rencor que he guardado por demasiado tiempo, le ofrezco una sonrisa que guardado para este momento.

El frío reemplaza la ausencia de su cuerpo cuando se aparta de mi lado para mirarme desde lo alto, dos destellos de ojos color carmín en medio de mi último aliento. La sangre en su boca se desliza por la barbilla de su pálido rostro, ríos rojos que me recuerdan el precio a pagar por un amor unilateral al que me aferré por demasiado tiempo.

—Yoongi... —es un débil susurro, un triste llamado que muere en mi garganta al levantar mi mano en un intento por alcanzarlo.

Puedo verlo desaparecer entre mis párpados ligeramente cerrados, entre el suplicio de mi muerte y el adiós de su beso con sabor a sangre.

Él me está matando. Llevándose todo lo que alguna vez le ofrecí con mi amor desinteresado. Y puedo sentir la manera en la que me voy alejando, dejando atrás el martirio de un camino sin aparente destino conforme él deja un camino de besos sobre mi cuerpo.

Susurro un “te amo” que jamás abandonan mis labios. Es solo un suspiro, entrecortado y amargo, que ahogan las palabras que jamás me permití incluso si fue todo lo que alguna vez me mantuvo cuerdo.

—Lo sé, mi amor, lo sé —confiesa, dándome un último beso.

Y me pregunto, a punto de caer sobre el borde de un abismo sin fondo, si alguna vez terminará mi sufrimiento. Porque he caído de nuevo, una y otra vez, en este dulce infierno que perdurará a través del tiempo, viniendo siempre a mí encuentro.

 

Notas finales:

Que sepan que mi cabeza estaba volando alto cuando escribi esto :3

Un beso, mis amores. Nos estamos leyendo <3

pd. Cuiden muy bien de ustedes, por favor. No se me vayan a enfermar que un gatito se pone triste y ese gatito es Yoongi ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).