El ambiente ya de por si era incomodo y sumando que la mirada esmeralda no dejaba de voltear constantemente al pequeño que jugaba con un juguete de alguna serie animada, Itachi no sabía ni cómo formular la petición, aceptó por pura cortesía que la rubia lo llevará a una cafetería al terminar su turno, además pensó que sería una buena oportunidad de aclarar las cosas y en el mejor de los casos tratar de llegar a un acuerdo con Temari, no la conocía mucho pues en el tiempo que estuvo saliendo con Shisui realmente no hablo con ella más que para asuntos relacionados al ojirojo, no se sentía todavía con la confianza suficiente como para pedirle algo pese a que la rubia ha demostrado tener un carácter amable.
- Luces muy pensativo - es ella quien decide romper el silencio - no debe de ser fácil - mira al menor unos segundos para luego regresar la vista al pelilargo que mantenía la mirada en la taza de café aún intacto desde que lo llevó la mesera -
- No, no es fácil - murmuró levantando poco a poco la vista para enfocarse en la rubia -
- Se parece mucho a él - sonríe inconscientemente, nunca ha tocado el tema de los niños con el ojirojo pero sabe cómo trata a sus fans más pequeños, siempre alegre y con una buena energía -
Seguramente le encantaría se dice mentalmente haciendo una pequeña mueca
- Lo sé -
Temari vuelve a enfocarse en el niño y con una sonrisa amable toma la manita recargada en la mesa, acariciando dulcemente los dedos del infante
- Hiro - el menor alza la vista de su juguete para ver a la rubia que sostenía su mano - ¿Cuántos años tienes? -
El niño voltea a ver a Itachi con duda y se aferra a él, abrazándolo para esconder el rostro entre la chamarra del pelilargo
Itachi mira con algo de pena a Temari antes de formular
- Hiro no sabe hablar todavía - esto lo susurra casi como si fuese confidencial -
Se encoge de hombros, casi podía sentir como si le juzgarán con la simple mirada, como si hubiese un montón de dedos señalando y gritando que era un pésimo padre, que no podía darle una vida digna a su hijo ni mucho menos educarlo debidamente.
- Debes pensar que soy un pésimo papá - susurra más para sí que para la rubia que hasta el momento no había dicho nada -
- No lo creo -
Itachi levanta el rostro sorprendido hacía la ojiverde que le observaba tranquila
- Tengo un hermano pequeño - hace una pequeña pausa - dos en realidad, pero el más chico habló hasta los 5 años, lo llevamos durante un tiempo al pediatra y nos decía que tuviéramos paciencia, que él lo haría en el momento indicado. Papá no tenía tiempo para enseñarlo y Kankuro menos, así que yo lo ayude, le repetía diario el abecedario, claro que debía tener paciencia, son niños al final de cuentas, no puedes ser rudo con ellos. - vuelve hacer una pausa, como si rememorara algún acontecimiento, sonriendo - Aún recuerdo perfectamente su primera palabra -
- ¿Y cual fue? -
- Temari. -
Un pequeño calorcito creció en el pecho de Itachi, como si las palabras de la rubia hubiesen servido como un tranquilizante y una luz de esperanza para que su pequeño en poco tiempo hablará, ver la sonrisa orgullosa de Temari al contarselo solo incrementaron más su emoción por enseñar a su niño, haría todo lo posible por ayudarlo, por cumplir como un buen papá.
- Bueno.. yo creo que debo irme - se rasca tras la nuca apenado- gracias por ayudarme con lo de hoy - sonríe sincero, tomando la mano del menor para que lo acompañara - solo.. bueno se que no nos conocemos mucho y que es muy cínico pedir algo más cuando ya me has ayudado mucho, pero.. esto - piensa un poco en cómo decir lo siguiente- agradecería tu discreción con respecto a Hiro -
Temari le mira unos segundos sin decir ni una palabra, por supuesto que había valorado la idea de que Shisui podría enterarse, pero también comprendía un poco la angustia de Itachi por cómo sería la reacción, además de que no podría llegar con el pelinegro a decirle de qué manera se encontró a Itachi, eso solo haría que lejos de ayudar podría hacer que el ojirojo viera mal al menor y no solo eso sino como un peligro para el hijo que tienen en común.
Era algo complicado de decidir justo ahora en el que estaba teniendo una batalla mental por si decirlo o no, claro que conocía a Shisui desde hace años y sabe que jamás rechazaría su sangre pero considerando la situación en la que se encuentra con respecto a Itachi lo más saludable es que dejará pasar unos cuantos días para comentarle aquello, igual y cuando este se encuentre más relajado y la presión de los medios no este comiéndole la cabeza.
- De acuerdo - susurra sin estar del todo convencida -
Pero solo esa respuesta pareció calmar la ansiedad del menor que solo respiro con tranquilidad y asintió, despidiéndose de la rubia.
Su celular vibra anunciando la llegada de un nuevo mensaje
¡Hola! estuve pensando en lo que me dijiste en la mañana, tienes razón solo estaba muy molesto con todo esto que se anda diciendo por los medios, no debí desquitarme contigo ¿me perdonas?
Shisui.
Bufa confusa, guardando el móvil en su bolso
¿Qué debería hacer?
*
- Quieto ya, vaya que eres travieso, espero eso no le moleste - dice sujetando fuertemente la caja para evitar que el animal caiga y pueda lastimarse -
Hace unas hondas respiraciones más antes de tocar el timbre y esperar a que le abran
Acomoda bien la chamarra que portaba y trata inútilmente de acomodar sus alborotados cabellos, dándose por vencido al ver que regresaban al mismo sitio.
Quizá debería usar algo de gel
Mientras se debatía mentalmente en cómo presentarse la próxima ocasión la puerta se abre dejando a la vista a una chica usando un típico traje de colegiala
- Kisame - su voz sonaba asombrada y con mucha razón, no era viernes de clases privadas por lo que su visita le tomó por sorpresa -
- Konan - sin querer su voz había sonado con un ligero temblor, maldiciendo mentalmente su poco control emocional -
- No te esperaba hoy, que agradable sorpresa - sonríe -
- Si.. bueno es que yo - su torpeza al hablar estaba fastidiando todo, quería que saliera bien - quería darte algo y pensé que hoy sería un buen día ya que tú no estás teniendo mucha tarea y bueno.. - se rasca tras la nuca con la mano libre -
Konan ríe encantada con el nerviosismo del mayor, incluso noto un ligero sonrojo en las mejillas de este
- Toma - extiende la caja hacía la chica que emocionada la toma, abriendo la boca en una perfecta "o" cuando siente un movimiento dentro del obsequio, con nervio destapa la caja
- ¡Un perro! - grita alegre, tomando al canino en brazos y acariciando el suave pelaje de la criatura- ¡Es hermoso! -
Kisame solo veía encantado como la menor daba mimos al cachorro, sin borrar ni por un segundo la sonrisa implantada, contagiando al mayor que también esboza el mismo gesto
- Quería traerte un tiburón pero no podía llevar uno hasta acá - bromea -
La chica le observa aún con el gesto de alegría, soltando una carcajada
- Gracias, es precioso en serio - con la mano libre abraza al mayor que corresponde, rodeando la cintura de la chica para atraerla a su cuerpo, deleitándose con el dulce aroma a rosas que desprendía su cabellera -
- Si, bueno... eso era todo yo creo que debo irme - murmuró dando la vuelta para retirarse -
- ¿Te tienes que ir ya? - le detiene -
- Si... en realidad yo -
- Porque iba a hacer las compras para la casa y pensaba que podrías acompañarme - sonríe apenada - pero te entiendo, seguro estás muy ocupado ahorita y.. -
- No estoy ocupado - responde rápido, cortando a la peliazul - quiero decir... - balbucea nervioso - que no me molestaría acompañarte -
Está sonríe satisfecha
- De acuerdo, iré a cambiarme el uniforme, bajo enseguida - deja al can en uno de los sillones y sube deprisa a su cuarto -
Kisame inhala profundamente, contento de que todo hubiese salido bien
Se acerca al cachorro y acaricia la suave cabecita
- Bien hecho, muchacho -
*
Rebusca entre su bolso las llaves de la casa, estaba agotada y necesitaba un buen baño caliente, había sido un día muy agotador e inclusive emocional, es decir tuvo que lidiar con el malhumor de la gente, una noticia inesperada y ahora debía ponerse en contacto con los del siguiente evento donde se presentaría el menor, tenía mucho por hacer. Pero antes se tomaría un merecido descanso.
Abre la puerta con agotamiento que se desvanece en cuanto pega un brinco y un fuerte grito al ver una silueta sentada en su sofá
- ¡Por todos los cielos Shisui, casi me matas de un infarto! - grita aún con el shock -
- Lo siento, no sabía a qué hora regresarías y no podía esperar hasta mañana para hablar contigo -
- Debiste llamarme al móvil - se toca el puente de la nariz -
- Te deje un mensaje y no me respondiste - explica con simpleza -
- De todas maneras ¿como entraste? deje todo cerrado -
Vuelve la vista a la puerta para asegurar que no hubiese forzado el picaporte, pero todo estaba en perfecto estado
- Yo lo deje entrar -
Mira en dirección a las escaleras donde una cabellera roja se asoma, solo eso era más que suficiente para calmar a la rubia y cambiar su semblante a uno más suave
- Gaara - menciona asombrada, acercándose a su hermanito para estrecharlo en un fuerte abrazo - No sabía que estarías por acá -
El pelirrojo sonríe correspondiendo al gesto, envolviendo a la mayor en brazos
- Tengo tres eventos esta semana aquí, iba a mencionartelo pero pensé que sería bueno darte una sorpresa -
- ¿Y Kankuro no viene contigo? - busca por el resto de la casa esperando al otro -
- Si, él está.. -
Antes de que termine la oración se escucha un fuerte golpe que recorre la escalera y de esta cae un castaño con el rostro pintado en líneas moradas
- Justo aquí - señala el cuerpo del otro -
Temari revolotea los ojos, ya le extrañaba que no se presentará con alguna tontería o uno de sus típicos accidentes.
- Hola - dice el castaño en tono adolorido -
- ¿No puedes dejar ni por un segundo de ser idiota? - extiende la mano para que el otro la tome -
- ¿Y tu no puedes alegrarte de verme siquiera una vez? - se quejó sobándose la cabeza -
- Bueno, bueno pero ya que están reunidos los tres hermanos creo que amerita una celebración - interrumpe Shisui mientras que de su mochila saca una botella de champagne -
Los tres asienten, tomando lugar en la sala
- Primeramente deberíamos brindar por el nuevo single de Gaara que está siendo todo un éxito - menciona el ojirojo, sirviendo en las copas -
- Estoy seguro de que a ti también te va estupendo - menciona sincero -
- De hecho ya es el número 1 en Konoha, está en los top 10 del país y en Estados Unidos ha vendido millones de ejemplares - dice Temari orgullosa -
- Bah pero no se compara con las ventas que ha tenido Gaara, ¿no es así, hermanito? - le pega cariñosamente con el codo -
El pelirrojo solo niega avergonzado, bajando la mirada, causando la risa de los presentes
- En cualquier caso ¿qué sería de un artista sin su manager? - dice Shisui, volteando a ver a la rubia - Sobre todo en mi caso no se qué sería de mí sin el apoyo de mi más confiable y responsable manager - alza la copa en dirección a Temari -
- Oh basta, no es necesario - dice sonrojada -
Los tres alzan la copa en dirección a la rubia
- Por ser la más grande y perfecta manager de todas, incluyendo amiga, pero sobre todo - hace una pequeña pausa para sonreír sinceramente - por ser la persona más honesta que conozco -
Ante esas últimas palabras Temari siente un revoltijo en el estómago y un dolor fuerte en el pecho, como si aquellas palabras hubieran golpeado hasta lo más interno del alma, observando las dulces facciones del pelinegro que le sonreía con toda la sinceridad y alegría del mundo, expresando así que sus palabras realmente las sentía de esa manera, no había tapujos, no había secretos...
- solo.. bueno se que no nos conocemos mucho y que es muy cínico pedir algo más cuando ya me has ayudado mucho, pero.. esto - piensa un poco en cómo decir lo siguiente- agradecería tu discreción con respecto a Hiro -
Unas voces en su cabeza le atropellan internamente, reprendiendo aquello que desde ese día se había vuelto confidencial pero que arrastraba con eso una gran culpa, le estaba ocultando algo sumamente importante a no solo la persona con la que trabaja sino a su amigo, su mano derecha, casi su hermano pequeño
¡Mentirosa! ¡Mentirosa! ¡Mentirosa!
la copa cae haciendo un sonido ensordecedor a su vez que el labio inferior le tiembla y los ojos se le cristalizan, las manos las sentía extrañas y es que había empezado a tener un ataque de ansiedad
- Hey Temari - se acerca preocupado hasta ella -
- ¿Te encuentras bien? - cuestionó Gaara tomando la mano de la rubia que no paraba de temblar-
- Pareciera que viste un fantasma - dice el castaño secando con un trapo el desastre de la copa en el piso alfombrado -
- ¿Puedes dejar las bromas de lado? - regaña el pelirrojo -
- Solo trato de calmar las cosas -
- Chicos... - logra articular - estoy bien, solo... quiero irme a descansar ¿esta bien? -
Los tres asienten, permitiendo que la rubia subiera a su alcoba
Una vez a solas en su cuarto, se deja caer en la cama, sin dejar ni por un segundo que la imagen de aquel pequeño se presente una y otra vez en su cabeza.
*
Arroja todas las cosas al suelo sin importar cuantos vidrios se quebraron, tomándose la cabeza con desesperación
- ¿Como puede ser posible esto? - grita a todo pulmón - ¡Está en todos lados! -
- Debió ser por su colaboración con la señorita Sailor Moon - menciona con tranquilidad el hombre trajeado -
- ¿Pero cómo pudo rebasar mis números en tan poco tiempo? - se recarga en la mesa - ¡Yo deje hecho una miseria a ese tipejo! - vuelve a gritar, golpeando los muebles -
Su furia era inminente, llevaba varios meses que su música no vendía como antes, aún y cuando se hubiese esmerado en involucrarse con diversas celebridades para no perder el foco de atención, la fama del pelinegro crecía día con día sin parar, sus números aumentaban y la cantidad de estadios que llenaba era impresionante, jamás en la historia se había visto algo similar, estaba en los Top de cada plataforma, en todos los canales salía y las revistas aumentaban aún más su popularidad con postulados de cada actividad que hacía.
No se podía decir lo mismo de su lado, por mucho que se hubiese esmerado en generar polémica y que los paparazzis lo persiguieran la gente dejó de tener interés en él desde que Shisui escaló.
- Pudo haber pagado para que revelaran números falsos - trataba de ayudar el hombre trajeado -
- Pero ¿a quien? no tiene ningún sentido - se deja caer en el enorme sofá -
Se talla con frustración la cara, no podía permitirse ver como su más grande rival lo rebasaba como si nada, aún cuando él se había encargado de dejarlo hecho un desastre, de arruinarle su vida amorosa, de hacerle ver que jamás sería como él y que nunca tendría éxito, es como si sus planes fueran cayendo poco a poco y hasta la misma energía se le estuviera regresando con la misma intensidad.
- Tal vez tiene algo que ver que este saliendo con Sailor -
- No, imposible, nadie olvida a un amor tan pronto, yo lo vi Carl, se veía tontamente enamorado de ese niñato, parecía que el mundo giraba alrededor de él, no es posible que haya sanado era herida tan pronto - se muerde el labio con frustración -
Pero el sutil recuerdo de Itachi le hacen abrir de par en par la boca, dejando que su mente explore los vagos recuerdos de su último encuentro, el pelilargo saliendo del consultorio con una bolsa en manos, la piel pálida y los labios cuarteados, esos dedos apretando la bolsa como si ocultara algo confidencial y que nadie en el mundo más que él podría mirar.
- Es verdad... uno no puede olvidar a las personas así de fácil, menos cuando podría estar pasando por una situación complicada - sonríe inconscientemente -
- Mi señor - llama el hombre para que el otro se explique -
- Carl te tengo una muy buena tarea - dice con malicia -
- Como usted diga, joven Natsuno.