Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dear Lover por PastelitoJka

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡BUENAAAAS! Aquí les traigó este pequeño oneshot que se me ocurrió de un día para otro, estaba semi depre y quise desahogarme con esto, espero y les guste y no se me depriman con los contenidos sensibles que se llevaran al cabo, aunque no es tan fuerte en mi opinión, pero de todos modos doy la advertencia. Sin más qué decir, ¡A leer!

Notas del capitulo:

 

 

He cometido errores a lo largo de mi vida, como todo ser humano no soy perfecto, pero si tuviera que catalogarte a ti como el peor de todos, lo haría, porque realmente lo eres, Nick.

El día en el que me enteré que una familia se mudaría a la casa de al lado lo primero que se me había venido a la mente era el aguantar a más mocosos gritar y correr como locos por toda la calle, pero al contrario de todas mis suposiciones, en aquella familia habían dos jóvenes, uno que parecía acercarse a los 18 años, y el otro eras tú, Nick Stone, un arrogante jovencito con 15 años recién cumplidos, demasiado amargado y arisco para un chico de su edad. Eras bastante odioso, nunca entendí como es que eres así si tu hermano mayor, Ian, es todo lo contrario a ti, toda una dulzura. Sin mencionar lo adicto que eras a tu celular a pesar de no gustarte socializar con nadie, pero tenía entendido por tu madre, una mujer muy amable, que en tu ciudad de origen dejaste una amistad, no quise inmiscuirme más en el tema.

Pude conocerte un poco más cuando tus padres me invitaban a tomar café en su casa, te veía sentado en un sofá individual desconectado del mundo con los ojos en tu celular, pude notar que no dialogabas mucho con tu familia, de vez en cuando con tu hermano. Tus padres son unas personas muy amables, y sin mencionar a tu hermano mayor, un estudiante de diseño gráfico, también era muy agradable y educado, te quería bastante, tenías una muy linda familia, un hogar dulce y feliz, sigo sin entender como es que eras así, ¿Acaso fuiste adoptado?

 Sin embargo... Todo eso despertó completamente mi interés, tu personalidad era interesante, no eras igual que los otros chicos de tu edad, eras gélido y tus aires de misterios eran llamativos, también que eras muy apuesto en apariencia, todo era perfecto en tu físico, tus cabellos negros como la noche sin estrellas, ojos grises y fríos como el filo de una cuchilla, tu piel blanca como la nieve recién caída en invierno, y tu cuerpo delgado y pequeño de preadolescente, todas esas características tuyas eran perfectas, y despertaban cosas raras en mí. Comencé a tener la necesidad de acercarme un poco más a ti, empezando por darte aventones en mi auto cuando tus padres no podían llevarte a la secundaria por uno que otro motivo, nunca me dijiste que no, agradecías en silencio y subías al auto, siempre trataba de sacarte conversación, pero la mayoría de las veces me ignorabas o evitabas en dirigirme la palabra por tu maldito teléfono. Muchas veces tuve la tentación de lanzarlo por la ventana.

Sabía que nada de lo que hacía estaba bien, yo ya tenía a alguien más, pero no quería detenerme.

Preguntarme a mí mismo qué fue lo que vi en ti es una estupidez; desde el primer momento que te vi, tus profundos ojos abismales me tentaron, quise perderme en ellos cada momento. Eras joven comparado conmigo, no es que yo sea muy viejo, apenas voy a cumplir mis veintisiete, pero tú apenas estabas viviendo la vida, ¿Qué pudo atraerme de un jovenzuelo como tú? ¿Tus delgados labios que me invitaban a besarlos hasta dejarlos hinchados? ¿Tu arrogante y fría manera de ser? ¿Tu hermoso y delgado cuerpo juvenil? ¿El morbo que me provoca el hecho de que seas un joven y virginal? Sí, soy un pervertido, no lo niego.

Estoy claro que todo estuvo mal, que esto había sido un error, pero tú tampoco te negaste, aunque te entiendo, era más fácil para ti, no estabas en mi posición.

― Sólo será sexo sin compromiso, mientras Gael no está. Tomémoslo como una competencia de amantes. Dentro del juego, el que se enamora pierde, terminara cuando mi esposo regresé, ¿Te atreves?

Fueron las reglas que yo te propuse al empezar esta locura, dejando en claro que el amor está fuera de esto, porque mi corazón le pertenecía a alguien más. Además de que ninguno salía herido en esto, ¡Ambos ganábamos! Sobre todo yo.

Cualquiera pensaría que soy un bastardo, yo mismo admito que lo soy, pero no pensé en eso al poseerte la primera noche en tu alcoba, tus padres trabajaban, y tu hermano se quedaba días en el campus. No pensé en mi matrimonio al recorrer mis manos por cada extensión de tu cuerpo y tocar lados que nunca nadie había tocado antes, y mucho menos al presencial aquella expresión en tu rostro sumida en el placer y el éxtasis, estoy seguro que soy el primero en verte de esa manera, quise ver esa expresión todas las veces que pudiera. Siempre me iba después de terminar.

Admito que al día siguiente, al llegar a casa y ver el anillo de boda en mi dedo anular me sentí arrepentido de inmediato, sé que debiste de preguntarte en algún del por qué recurro a ti estando felizmente casado con un hombre que daría la vida por mí y yo daría la vida por él sin dudarlo. Yo tampoco lo sé. La tentación es una perra.

Sé que fue descarado de mi parte aprovechar que Gael estaba de viaje, pero como dije en primer lugar, he cometido miles de errores. Incluso me había planteado en dejar todo, pero volví a caer ante ti, ¡No sé cómo demonios! No eras muy seductor que digamos, tu vida giraba entorno a tu puto celular, ni que hubieras sido muy social, si tenías un amigo es mucho. En fin, tu sola presencia parecía un afrodisíaco para mí, tu cercanía me enloquecía, Nick, y tú solamente hacías de mi voluntad.

He perdido la cuenta de las veces que había sucumbido a ti, he probado tu cuerpo incontables veces, me habías hecho llegar al éxtasis con sólo penetrar tu interior una vez. Recuerdo la primera noche que me quedé en tu cuarto, no sé qué me impulso a rodear mis brazos a tu cintura y pegar tu cuerpo al mío, tu calor en ese momento me pareció tan reconfortante, haciéndome olvidar de la persona que vive en mi corazón por unos momentos. Esa no fue la primera vez que dormí en tu cama, ya se había hecho una costumbre entre nosotros después de entregarnos a la lujuria. Nos abrazábamos y comenzábamos a hablar de cualquier estupidez hasta altas horas de la noche, en esos momentos me di cuenta de lo conversador que puedes ser. En esas charlas descubrí muchas cosas de ti, sobre tu amigo de la infancia, Aidan, el cual era con quién siempre habías hablado por teléfono, al igual que aspirabas ser doctor en un futuro. Yo igual te contaba cosas de mí, no tan relevantes como para mencionarlas.

― Eres el ganador, Benjamin...

Una de esas noches, antes de sucumbir al sueño te escuché decir esas palabras, no entendí lo que quisiste decir, tampoco te pregunté, estaba tan cansado que decidí no prestar atención a lo que decías, y ahora me siento idiota por no darme cuenta de su significado. Esa fue nuestra última noche. Cuando Gael regreso de su viaje supe que nuestro acuerdo había espirado, ya no necesitaba de tu cuerpo, y esa idea por alguna razón me causaba un amargo sentimiento, ya me había acostumbrado a ti. Pero me negaba a desarrollar sentimientos hacía ti, estaba en contra de las reglas, y yo odiaba perder.

― Todo acabó, Nick, él está de vuelta, el juego ha terminado.

― Me parece bien, Benjamin, de todos modos ese fue nuestro trato.

No voy a negar que me llene de rabia al notar tu indiferencia al asunto, usaste tu tono sereno y lacónico de siempre, no había ni una sola expresión de tu rostro, no bajaste tu mirada en ningún momento, ¡Nada! Ni siquiera mostraste un maldito sentimiento en tus ojos, eran el mismo abismo de siempre... No te rompí el teléfono en la cara como quise, porque no tenía justificación para hacerlo, ¿Por qué me molestaba si ese era nuestro trato? ¿Qué esperaba de ti en ese momento? ¿Tristeza? ¿Enojo? ¿Frustración? ¿Qué y por qué? Si yo mismo había ideado las reglas de ese juego, como lo predije, los dos fuimos ganadores, ¿Verdad?

Desde ese momento todo ha vuelto a ser tal y como era antes de que Gael se fuera, vivía mi vida feliz con él, como siempre había sido, nuestro pequeño paraíso lleno de amor... Pero sin embargo siempre estabas en un rincón de mi mente en todo momento.

No te veía mucho desde esa última vez que hablamos, solamente cuando salías de tu casa para ir de camino a la secundaria, éramos vecinos al fin y al cabo, y sin embargo no eras de salir mucho, te gustaba más estar en tu celular, computadora o incluso videojuegos, como cualquier adolescente de tu edad, pero no eras como los otros, siempre habías tenido algo diferente.

Te confieso que había veces que quería poseerte y hacerte mío de nuevo, pero me contenía, pues ya todo había acabado, no quería arriesgar mi orgullo y verme como un perdedor, quizás esperaba a que tú dieras el primer paso, así yo sería el único ganador.

Peor fue cuando llegó Noche Buena, Gael había querido hacer una tonta cena navideña, yo le había dicho que podíamos hacerla él y yo solos, pero sabes como es él, por lo que quiso invitar a tus padres y por ende a ti, al ser los vecinos de al lado, también había invitado a otras personas. Lo que más me tomó por sorpresa fue que sí asististe a la cena, porque esperaba que no fueras a venir, no eras el tipo de chico que gusta de estas fiestas tradicionales por lo que supuse que tus padres te habían hecho venir. ¿No sentiste algún pudor?

Me trataste como si nada hubiera pasado entre nosotros, parecías ignorante a todo con ese maldito teléfono, y eso me daba furia, ¿Acaso no te importó nada? Si no hubiera visto la otra parte de ti en el sexo, diría que eres un tonto robot. Y sin embargo, trataba de hacerte mostrar algo de la manera más vil y cruel que se podía hacer, algo muy inmaduro por parte mía. Besaba a Gael frente tuyo con bastante pasión, lo abrazaba como nunca lo había abrazado, incluso lo manoseaba de la forma en la que tú te dieras cuenta, restregando lo feliz que soy con mi esposo... Pero fuiste indiferente a absolutamente todo, fue un golpe fuerte a mi orgullo. Ese mismo día me di cuenta de lo que sentía por ti, y por qué esas cosas me afectaban tanto.

Querido amante, en una carta, escrita por mí de mi puño y letra, te había confesado que rompí las reglas... Me enamoré de ti, allí relataba del por qué me daba rabia tu indiferencia, también el motivo por el que no dejaba de pensarte, te había escrito detalladamente de como me dolía el hecho de que hayas seguido las reglas de nuestro juego, te había declarado el ganador, Nick.

Pero…

Nunca pude darte esa carta... Mi orgullo me lo impidió, pues no quería aceptar mi derrota. No voy a decir que te amo más que a mi esposo, tú serias algo así como un Crush o amor imposible, incluso un amor pasajero, porque no dejaría a mi esposo por nada del mundo, pero sí llegué a sentir algo fuerte por ti, calaste muy hondo en mi interior.

Lo extrañaba todo, desde tocar tu cuerpo a escuchar tu voz gemir de placer, entrar en tu interior y ver la cantidad de expresiones eróticas que podía hacer tu rostro, también extrañe las largas horas que pasábamos charlando de todo. Pero la fórmula era sencilla; Amar a tres le rompe a dos el corazón.

Pero ya es muy tarde para arrepentimientos tontos, pues hiciste la mayor estupidez del mundo, el "¿Por qué...?" es una pregunta sin respuesta ahora, nadie supo porque detuviste tu reloj tan pronto, nadie se lo esperaba, quizás tu hermano mayor haya tenido una idea, siempre has sido más unido con él, pero incluso se veía anonadado, como si no hubiera estado ni en sus peores pensamientos encontrar tu cuerpo inerte en el suelo de tu habitación, con tus venas sangrando, tu piel más pálida que nunca, tu cuerpo sin un rastro del calor que tanto confort me causaba, tus labios que con tanto afán devoraba hasta dejarlos rojos habían pasado a ser morados, tus ojos no tenían ni un atisbo de vida, y tu corazón que antes había palpitado tan desenfrenadamente por mi causa, ahora no daba ni un misero latido. Nadie se explicaba el por qué habías hecho algo así, tenías padres que te adoraban, un hermano que se sacrificaría por ti sin pensarlo y un gran futuro, ¿Por qué hacerlo?

Ya después entendí la razón de todo, cuando tu hermano me había dado una carta de ti para mí que había encontrado en tu escritorio, por suerte no la había leído, porque me habría asesinado inmediatamente al saber que yo fui el culpable de la muerte de su hermano menor... La carta traía las razones del por qué te suicidaste y me odie con toda mi alma, me sentí un maldito monstruo. Dime, si te hubiera mandado aquella carta que escribí para ti con anteriodad ¿Lo habrías hecho? ¿Si hubiera dejado mi maldito orgullo de lado también? O mejor aún... Si no te hubiera propuesto empezar todo esto, ¿Te habrías lanzado a la muerte tan pronto? Desafortunadamente el "hubiera" no existe, y nunca existirá, no hay borrador que pueda borrar todo lo ocurrido, sólo queda afrontar los problemas con la cara en alto. Y lo admito.

Yo te mate y me siento un maldito asesino justo ahora. Eras tan joven, joder, tenías un buen futuro por delante, pero me deje llevar por mis malditos deseos, mi egocentrismo y mi afán por ganar, me considero también un cobarde, porque todos estos pensamientos dedicados hacia ti nunca te los pude relatar, y no podré tampoco. Tu venganza fue genial, estoy seguro que viviré años cargando con ella.

― Espero y algún día puedas perdonarme, mi querido amante... Te amo.

Dije con flores blancas en mis manos, en frente de una lapida con tu nombre, fecha de tu nacimiento... Y de tu muerte. En mi bolsillo estaba tu carta... Donde proclama que ambos fuimos los perdedores. Pero yo fui el que más perdió de los dos.

Yo tratare de seguir con mi vida cargando esta condena en la que tú me confinaste, amor, pero estoy dispuesto a vivir con ella.

Decidí que esta noche le confesare a Gael absolutamente todo, si llega a pedir divorcio, no pondré ni un pero, porque eso es lo mínimo que merezco, quizás así, pueda pagar un poco mi deuda hacia ti, una deuda tan extensa como mi vida, pero por ti, haría lo que fuera...

 

"No hay disfraz que pueda ocultar largo tiempo al amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay."

-François de la Rochefoucauld.

Notas finales:

¡Awanteen! Aun falta el epílogo en el cual se van a acralar algunas dudas, así que los invito a leerlo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).