La voz del pelirrojo, algo burlesca por el ánimo que su hijo se da a sí mismo, con tanta decisión, le hace rememorar su tiempo de juventud.
-¡¡¡¿PAPÁ?!!!- La sorpresa no se pudo dejar de lado, la vergüenza tampoco, pues el castaño se pone rojo como un tomate, no quería ser tan evidente.
Además… ¿A quién no le daría pena que sus padres se enteren?
-No fuiste muy discreto al gritarlo- El peli azul, con una sonrisa apenada, pues la situación es algo cómica a su parecer.
-Solo lo hice para enfatizar mi punto- Dice esto desviando la mirada, con la pena en su rostro, pero con decisión en sus ojos –Sé que… Sera difícil… Shion creo que apenas me ve como un amigo, pero…- Alza su vista, para demostrar que está dispuesto a lo que sea –Seguiré luchando por su amor, no me daré por vencido, además… A quien debo impresionar y que me acepte es a su padre, no su primo amargado- De solo recordar a Manigoldo le dan ganas de darle un buen golpe.
Sí que habrá un conflicto en esta situación.
-¿Su primo amargado?- Para Gateguard desde luego este tema es desconocido, solo sabía por los locos panes de su hijo con Deuteros, que llegan hacer en la habitación de castaño.
Además que había escuchado sus pláticas por mera casualidad y que dejan la habitación con la puerta abierta y gritan de emoción varias veces, al apoyarse o tener algún avance con esos donceles.
El hecho de tener el plan pegado en la pared, como costumbre de su primogénito… Es algo que da muchas señales y motivos para que tanto el pelirrojo como Itiá, el padre de Dohko, se rían un poco de ambos.
-Lo que paso señor Gateguard, es que esperamos a…- Sus mejillas ahora se vuelven de nuevo rojas, de tener que hablar con alguien de este tema, de esperar la salida de esos dos donceles –Nuestros… Amigos… Y, a mi…- Casi comete el error de decir el cariño con el cual se refiere al rubio, y si así fuera… Bueno, estaría más sonrojado de lo que ya está –Asmita, se sintió mal de sus ojos, tuvimos que esperar un poco para que se sintiera mejor-
-Además que no los podríamos dejar solos, si se hacía tarde, debíamos acompañarlos por cualquier cosa que necesitan- El castaño habla de inmediato, pues también es parte de esta situación –Te iba a mandar un mensaje papá, pero fue allí que llego ese tal… Ma-ni-gol-do- Lo pronuncia de esta forma para enfatizar su cólera contra él.
-¿Y él es?- Si, le parece sumamente adorable este amor juvenil que ambos han comenzado a desarrollar por esos dos donceles de los cuales parece conocer un poco por las pláticas, pero le intriga saber si el nuevo nombre significa un enemigo de amores, aunque si utiliza la palabra “Primo” No debería serlo.
-Es el primo de Shion, llegó a fastidiar solamente, enojado porque yo sea amigo de mi borreguito, diciendo que… ¿Qué pretendo con él?, que no permitirá que le haga daño- Cada palabra la repite con enojo, pero no alza la voz por respeto a su progenitor, pero si está sumamente enfadado, que no se le pasara pronto -¡¡¡¿CÓMO DEMONIOS CREE, QUE LE VOY HACER DAÑO A SHION?!!! ¡¡¡SI YO LO AMO CON TODO MI CORAZÓN!!! ¡¡¡SERIA INCAPAZ!!!- Su ceño fruncido, demuestra que no superara el tema ponto.
Los dos allí presentes lo observan con cierta curiosidad, e impresión, usualmente Dohko es muy calmado en muchas cosas o se le pasa rápido el enojo.
Sin embargo acabamos de ver, que si alguien duda de que será buen partido para su borreguito, se enfada, pues el demostrara lo contrario.
-¿Por eso quieres demostrar que siempre vas a amarlo?- Gateguard habla observando a su hijo con sumo cuidado.
-Sí, se lo demostrare a mi borreguito y a su padre y a quien sea, pero… No me daré por vencido, nunca le haría daño- Los ojos verdes parecen estar en llamas, por la convicción de ese hecho, sí que seguirá adelante con su ideal de ser correspondido algún día por el peliverde.
Suspira, negando con la cabeza, cerrando sus ojos, y una sonrisa en su rostro.
Pues… Como su hijo se ve ahora, le recuerda a su esposo… Itiá actuó de la misma manera cuando fue el turno de ambos estar en ese camino.
Se conocieron de una forma bastante caótica, ni se cayeron de maravilla, pero… El pelinegro estaba convencido de que ese pelirrojo debía ser para él.
Se batallo algo, Gateguard también no era indiferente, pero se hacía del rogar, con un juego de estira y afloja.
Al final lograron estar juntos y su noviazgo duro unos cuantos años, antes de casarse.
Sin importar la diferencia de edades, o la desaprobación que la familia del pelirrojo presento contra Itiá, pero esto no impidió que siguieran su relación.
Incluso el hecho de no tenerlos presentes en esa boda que hicieron, para su matrimonio.
Dolió, para el pelirrojo, pero no dejaría de amor a Itiá por esa razón, ni por ninguna más.
Pequeños momentos que lo hacen remontar a tiempos antiguos, pero que le dan pistas de que este doncel, en el cual su hijo ha puesto los ojos, quiere decir que podría llegar ser la persona correcta para amar eternamente.
Puede que sea mucha fantasía y creer que esto le llegara a ocurrir también a su pequeño, mas desea verlo algún día junto a la persona que amara eternamente y que su camino no sea tan difícil como el que debieron atravesar por terceros.
-Bien pequeño Romeo- Una burla de una vez por todas –Sé que quieres enamorarlo, pero ¿Podrías pensar en eso después? Ahora vamos a comer, que los estuve esperando, y no llegaban de la escuela- Cruzado de brazos, con una sonrisa de triunfo, pero demostrando algo de preocupación.
En efecto, se tardaron más de la cuenta y Dohko sabe que deben avisar si algo así ocurre.
-Ay, perdón papá, pero… Ya te explicamos… Lo que… Ja, ja, bueno…- Sabe que de esto no va a poder escapar.
-Está bien, los perdono por que debían cuidar a esos dos “Amigos” suyos, pero la próxima si van a tardar más de la cuenta, díganme, luego me preocupó- Sin más se adentra al hogar, para que de una vez por todas coman, aunque ya casi estar atardeciendo, será la comida ahora una merienda y la cena será de seguro más tarde de lo pensado -¿Te quedaras a comer y cenar Deuteros?- Hace una pregunta mientras sus pasos se dirigen a la cocina.
Mientras los dos jóvenes, entran, cerrando la puerta detrás, con sus mochilas aun colgadas.
-Si no es mucha molestia señor…- A veces o bueno, aun le da mucha pena si quiera estar en la casa de su amigo, no porque sea tratado de forma mala, si no que todos los que viven allí, lo tratan como un integrante más.
Incluso… Se siente más feliz en esta familia que en la suya, aquí no lo comparan con nadie, no le dicen palabras crueles que lo hieran, no lo ignoran o hacen menos.
En la casa de Dohko, tanto su mejor amigo como los padres de este, lo toman en cuenta en muchas cosas.
Incluso se siente afortunado de que el papá de este, le preparé a veces el almuerzo o las comidas que a él le fascinen tanto, como el día de hoy.
-Claro que no es molestia- Una palmada en el hombro para el peli azul –Ya te había dicho que mi papá haría tu platillo favorito-
-Me quedo muy rico ese estofado de carne, y prepare algo de arroz para acompañar, así que vayan a lavarse las manos, y así ayudaran a poner la mesa- A ambos chicos los trata como si fueran sus hijos, aunque solo uno comparte su sangre.
Sin rechistar, los dos obedecen, rápidamente dejar las mochilas en el lugar destinado que ahí en el corredor, para limpiar sus manos y comenzar a ayudar al pelirrojo con la comida.
Puede que durante la comida Itiá no se encuentre, pero sin duda para la cena estará presente, el trabajo de un abogado a veces consume mucho más tiempo de lo que se cree, pero… Al menos avisa.
Es lo que Gateguard siempre les ha pedido, si van a tardar que le digan, si no, lo hacen angustiarse.
Ahora los tres disfrutaran una deliciosa comida casera, de esas que saben mucho mejor acompañados y después de un largo día de estudio y trabajo.
Algo que conocen muy bien y disfrutan Gateguard y Dohko, pero que Deuteros ha conocido gracias a su mejor amigo, a su familia…
Sintiéndose incluso que… Como le hubiera gustado nacer en una familia así de amorosa, sin importar que a veces hagan burla de los romances de ambos chicos, sabe que todo es con amor paternal.
Más aun teme… Cree que no merece esta felicidad, como a veces duda si será lo suficientemente bueno para ser aunque sea visto por Asmita, como una posibilidad amorosa.
Años de daño psicológico, haciéndolo menos… Cobran factura en algún punto de la vida.
---Casa de Shion---
Dentro del hogar, que más que esto, parece una mansión… Se encuentra el peliverde refunfuñando, dejándose caer en su cama, golpeando la almohada con su gran molestia impresa, deseando de verdad haberle dado un buen golpe al idiota de su primo.
Pero se contuvo, por no querer llevar las cosas a mayores, sin embargo sabe que tiene la fuerza necesaria para hacerlo.
Después de todo, fue entrenado por el mismo peli azul de cabellos cortos, cuando era solo un niño pequeño, todo para que supiera defenderse, ya que al ser el único doncel de la familia, es importante que sepa cuidarse de los idiotas que a veces solo quieren aprovecharse.
Aunque podemos ver que está exagerando demasiado en esta ocasión.
-¡¡¡AAAAAAH!!! ¡¡¡MANIGOLDO ME LAS PAGARAS, POR LA VERGÜENZA QUE HE PASADO!!!- Su rostro rojo por el enojo, lo hace lucir como un tomate maduro, por la combinación de ese tono y su cabello.
-Creo que no deberías enojarte tanto, Manigoldo solo lo hace porque te cuida y quiere- Asmita intentando buscar el lado positivo de las cosas.
-¡¡¡PUES QUE ME CUIDE MENOS!!!- Dedica estas palabras con enfado total, sentándose de golpe en su cama, con las piernas cruzadas sobre este mueble.
Una ligera sonrisita se hace presente en el rubio, dándole gracia como escucha al peliverde, aún necesita descansar la vista, así que mantiene sus ojos cerrados.
-Es difícil, por lo que me contaste, él es así desde siempre-
-Primero lo hizo con Yuzuriha- Levanta el dedo índice –Ahora conmigo, no quiere que tengamos amigos, porque cree que solo buscan una cosa- Levanta las manos para enfatizar su furia y punto -¡¡¡¿ACASO ÉL SE COMPORTA DE ESA MANERA PARA QUE PIENSE QUE TODOS SON IGUALES?!!!-
-Bueno… Puede ser… Que sea porque conoce de lo que algunos son capaces, y solo quiera protegerte- Habla desde el fondo de su corazón y un pequeño sillón que ahí en la habitación de su amigo.
Un suspiro cansado se hace presente, dejando ver algo de sentimientos encontrados en esos cuarzos rosas –Creo que solo quiere mantener la promesa de nuestra infancia-
-Puede ser, al fin de cuentas eso no es tan malo- Una sonrisa se revela para hacer un juego de palabra peligroso –Además cuando conozca a Dohko, vera que no es malo y podrás salir con él, sin que haga algo al respectó- Lo dice tan sutil para que el otro no reaccione rápido.
-Sí, puede que…- Tiene suerte de lograr rápido entender, aunque ya confirmo lo que niega a capa y espada, volviéndose rojo, girando su rostro hacia el rubio -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡ASMITA!!! ¡¡¡¿CÓMO PUEDES DECIR ESO?!!! ¡¡¡DOHKO Y YO APENAS SI SOMOS AMIGOS!!!- Se cruza de brazos, girando su cabeza de lado para ignorar al otro -¡¡¡JAMÁS ME PODRÍA GUSTAR DE ESA MANERA!!!-
-Pero, en este día al defenderlo de los demás y tu primo, se puede ver otra cosa en tus ojos- Sonríe tranquilo, esta entre molestar al peliverde y querer hacerlo entrar en razón.
-¡¡¡TÚ TAMBIÉN DEFENDISTE A DEUTEROS!!! ¡¡¡ESO SIGNIFICARÍA QUE IGUAL PARA TI!!!- Los nervios le juegan en contra, al señalar al otro con ese mismo aspecto.
-Shion- Tranquilo en su habla, sereno como él mismo –Yo no lo niego y creo que tú tampoco deberías hacerlo, solo te lastimas a ti mismo- Sonríe de forma tenue, sabe que su mejor amigo, ha sufrido mucho… Un dolor que agradece tanto jamás experimentar o tal vez no a corta edad… Pero, no por eso debe encerrarse en ese laberinto de dolor.
El peliverde reacciona y entiende de inmediato a que se refiere, bajando la mirada, apretando sus sabanas, y labio inferior, en su terrible recuerdo que lo invade.
-Ese día hice la promesa de evitar enamorarme, para jamás tener que formar una familia y que…- Siente que no puede continuar, es demasiado doloroso si quiera pensarlo, y hablarlo es peor para su corazón, es horrible la sensación que lo invade.
Es muy duro en realidad… Llegar al punto que jamás ha querido y desearía evitarlo.
-Shion, solo intenta pensar, analiza tus sentimientos, no te cierres por completo al hecho de enromarte, ya que es… Algo maravilloso en este mundo y lo sabes…- Intenta abrir sus ojos un poco, pero la luz de la habitación aun es difícil de contemplar –Sin el amor, ninguno de nosotros estaría aquí-
-No lo es lo mismo…- Baja la mirada, agradeciendo que su cabello logra ocultar parte de su rostro, para dejar que las lágrimas escapen, guardando silencio así no sería visto o mejor dicho, oído por el rubio.
Pero… Alguien que lo conoce de tiempo, reconoce su tono de voz cuando algo le duele y desea llorar.
-Sabes… Yo si quiero a Deuteros, me ha comenzado a gustar, no puedo decir que lo amo, pero si… Que me gustaría que este a mi lado todo el tiempo posible… Y si lo deseo hacer, debe saber que intentare estar con él mucho…- Alza la cabeza, intuyendo donde se encuentra su amigo –Lo digo, no porque quiero alejarme de ti, si no que... Me gustaría que al menos si no te gusta Dohko, salgamos de vez en cuando los cuatro como esa vez del cine… ¿Qué opinas?-
Una pregunta inocente, con un significado oculto y deseo igual… Pero veremos que dice el peliverde.
Ya que ene se momento, alguien sin importarle tocar, entra a la habitación de Shion, pero no para verlo a él, sino al rubio.
-¡¡¡ASMITA!!!- Un pequeño, ya antes visto desde luego, cabellos lilas similares a los del padre de ambos, unos ojos grandes, corre de inmediato abraza al rubio con tanta efusividad.
-Oh, hola pequeño Atla- Le agrada la energía del niño y lo adorable que puede ser.
Aunque debe admitir que sabe por qué se comporta de esta manera y le halaga, mas siempre le ha dicho que no podría suceder.
-Padre te enseño a tocar a las habitaciones de otros- Shion de inmediato en su papel de hermano mayor que desea ser tomado en cuenta.
-Perdóname Shion, pero es que…. Asmita está aquí y quería darle un abrazo, sonríe de forma adorable para seguir estrechando al rubio entre sus pequeños brazos.
Niega con la cabeza –Deja de estar acosando a mi amigo, luego ya no va a querer venir- Quiere molestar algo a su hermano menor, pues sabe que tiene un cierto enamoramiento con el rubio que conoce desde que este era solo un recién nacido.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡ASMITA NUNCA DEJARA DE VENIR!!!- Las mejillas rojitas por ser molestado, y enfrentarse al peliverde -¿Verdad?-
El apreciar lo adorable del pequeño Atla, hace que decida revolverle un poco el cabello, entreabierto sus ojitos para localizarlo.
-Claro que no dejare de venir, Shion y yo siempre seremos amigos, así que… Tu y yo también lo seremos- Le dedica la sonrisa más hermosa que tiene para el pequeño niño.
Esto provoca la sonrisa más preciosa, todo niño de nueve años pueda presentar.
-¡¡¡¿LO VES SHION?!!! ¡¡¡ASMITA TAMBIÉN ME QUIERE A MÍ!!!- Triunfante, vuelve a abrazar al rubio, colocando su cabeza sobre el regazo de este.
Y el rubio acariciando los cabellos lilas, para callar y demostrarle el cariño, de hermano mayor que también tiene por él.
Aunque Atla lo mira de otra forma… Sí que se llevara una sorpresa en un futuro cercano.
Gira sus cuarzos rosas, con los cuales agradece que las lágrimas se secaran para que el menor de la familia no lo vea de esa manera.
Desde luego no desearía que lo viera llorar, fue mucho dolor que él no debería conocer del todo.
Pero aun así, no puede negar en decir algo en voz baja, para recostarse en su cama con sumo desgano.
-Sí que Deuteros tiene un rival de amores, muy difícil de vencer será- Esto más como una burla que cualquier otra cosa.
---Al día siguiente (Sábado)---
Ambos donceles se habían levantado temprano.
Como se sabe… Los padres del rubio habían regresado de un viaje de negocios, pero tuvieron que irse muy pronto, apenas si durando una semana con su hijo para de nuevo irse.
Es algo a lo que Asmita está acostumbrado, pero… Al menos sabe que sus padres cumplirán la promesa de pasar las próximas fechas juntos, con las festividades de tan cercanas.
Aun así, tuvo que informar de su condición… Por el malestar en sus ojos.
Al no haber quién más los acompañe, bueno adulto…
Pues Hakurei está trabajando y Yuzuriha está en la época universitaria que en ocasión abarca hasta los sábados, por lo cual Shion lo acompaña sin más.
Y no es molestia.
Al ir con el oftalmóloga, la situación no era nada de gravedad, de hecho es bastante cotidiano al parecer del especialista, ya que advirtió que esto llegaría a pasar gradualmente.
Recordando el diagnostico que ya conoce el rubio, y que ha aprendido a vivir con ello.
Con la posibilitada de algún día dejar de ver.
Por esa razón, intenta ver de todo, leer tanto como pueda, ir a lugares preciados y hermosos, conocer personas, pues algún día ya no tendrá ese lujo... Se le vera arrebatado sin más.
Con solo un trasplante podría salvase de ese cruel destino, pero… Al momento no hay nadie que pueda ayudarlo a ese milagro.
Y está bien… Asmita no quisiera ser el responsable de que alguien pierda sus ojos, incuso que alguien al morir se los done, le causa dolor.
Empático en el dolor ajeno, una dura combinación, que lo hace más lucir como el ángel que es a los ojos del peli azul.
Al salir, las palabras sobran…
Pero… Como ya habían hecho planes, y que Asmita debe tener un poco de cuidado para que la irritación se estabilice, pues no es algo que debe sufrir todo el tiempo, solo a veces.
-¿Ya te sientes mejor?-
-Sí, las nuevas gotas que me receto el doctor, son más efectivas, aunque…- Se cubre algo los ojos –La luz, si molesta aun-
-Ya veo, ¿Por qué no me esperas en ese lugar?- Señala una cafetería, de esas al estilo Vintage, en donde parecía tener diferentes especialidades, pero las Crepas son un gran éxito.
-Muy bien- Asiente, ya su vista se recupera de a poco, para diferenciar el lugar y ser capaz de por sí solo ir hasta una mesa y sentarse.
-Solo iré a comprar unas cosas, volveré lo antes posible- Firme en su hablar, con una sonrisa para su amigo, procurando de igual forma por su bienestar -¿Te parece bien esperar?-
-Sí, no te preocupes por mí, pediré algo y te esperare, ve por tus “Libros”- Hace un énfasis en esto, por protocolo de amistad.
Desvía la mirada algo avergonzado, pero no será evidente, nadie debe entesarse de sus gustos culposos.
-Muy bien, no tardare… Entra y nos vemos en media hora- Sin más, dirige sus pasos apresurados hacia la tienda que desea visitar.
Mientras el rubio, sonríe algo burlesco, para de igual forma caminar hacia la entrada e intentar divisar una mesa desocupada...
Alegrándose que la iluminación del lugar sea más natural, y no le afecte en sus ojos en lo más mínimo.
Con cuidado caminar, para no tropezar con nadie más o alguna mesa, y llegando hasta una, casi hasta el rincón derecho, con éxito.
Sentándose en la silla, para lanzar un suspiro tranquilo, por lograr esto…
Y disfrutar que aún es independiente con esto.
Ahora otra dificultad, ordenar algo que de verdad le guste…
Y de paso algo para su mejor amigo, que con él no existirá problemas.
Un batido de frutos rojos y una crepa de los mismos ingredientes.
Pero no tuvo mucho tiempo para decidir pues el mesero llega de inmediato.
Asmita está cubriendo su rostro con el menú, para saber que pedir aun.
-Bienvenido, ¿Qué desea ordenar?- Una voz sumamente conocida, que provoca el aceleramiento en el corazón del de ojos azules.
Que lo hizo levantar la vista, sin creer que tuviera esa maravillosa suerte.