La sorpresa que se planta en la mente del rubio, es una que no esperaba en lo más mínimo.
Sobre todo de parte de Degel, alguien que reconoce como una persona igualitaria, bastante justa y que no es de juzgar a los demás, por los simples rumores.
Sin contar que es una persona de admiración por parte del más joven, al ser uno de primero, quiénes tienden a desarrollar esta impresión por los mayores.
-¿Por… Por qué lo dices?- Algo tímido en su pregunta, hasta nervioso, por inercia acomodándose los lentes.
-Los rumores siguen sin cesar, que solo está jugando contigo por una posición económica mejor, al saber la condición de tu familia- Le habla sincero ante sus palabras, mas por lo que ha escuchado, pero también por otra cosa.
-Son falsedades- Responde sereno el rubio, intento mantenerla la mirada ante los violetas del contrario –Deu… Deuteros, nunca mecha insinuado nada de esa índole, solo somos amigos- Frunce el ceño, pues de verdad le está hirviendo la sangre estas calumnias -¿Acaso no tengo derecho a tenerlo de amigo?-
-No es por derecho, si no… Que tú eres muy joven, ingenuo y demasiado inocente, para poder ver más allá de las señales- Le responde, acomodándose los lentes, sin darle mayor importancia.
-¿Cuáles señales?- Pregunta ladeando al cabeza, pero fastidiado –El hecho de que Deuteros fuera acusado falsamente de muchas cosas, y que todos sean una bola de idiotas, que no logran ver que no es una mala persona, es muy bueno, amable, cariñoso y responsable- Las palabras del rubio, son feroces, algo fuera de su dulce apariencia, pero… Nadie se mete con los que quiere –Dejen de verlo y tratarlo como deberían hacer con Aspros, él es el verdadero causante de esta desgracia contra Deuteros-
El peliverde, admira por completo al de primer año, darse cuenta que tiene esa fuerza y capacidad de defender de una manera tan feroz a un sujeto que le traerá problemas a su futuro.
Según Degel lo trata de advertir por su bien y no porque quiera, pero está tomando una postura algo exagerada.
-Aspros y Deuteros son hermanos gemelos, llevan la misma sangre y pueden ser tomados en cuenta con las mismas intenciones- Le habla sereno, dando a entender su punto de vista –Si no quieres ver, que esta relación solo te traerá problemas, es tu responsabilidad, pero no vegas llorando o queriendo consuelo cuando te des cuenta de la verdad-
-¿Qué verdad?- Podrá ser que sus ojos no tengan la mejor visión, pero es capaz de encarar al mayor de la mejor manera.
-Que solo busca una sola, si no es asegurarse su futuro contigo, será el usarte-
-Él jamás haría eso, yo lo sé-
-Estas enmarado de alguien que no tiene un futuro, es tan peligrosa tu situación- Suspira, para dar media vuelta –Por tu bien, espero que Dohko llegara a ser buena influencia para Deuteros, si no… Creo que seguirá siendo igual que su familia al final- Sin más el peliverde se aleja, dejando con la palabra en la boca al otro.
-Degel… ¿Cómo puedes decir algo así de Deuteros?- Le pregunta con un tono molesto, deseando respuesta.
Y de hecho el rubio está dispuesto a ir detrás de él, quería seguir enfrentándolo, ya le ha colmado tanto la paciencia que estén levantando falsos a quien quiere, pero… No pudo seguirlo, ya que alguien se encuentra en su camino.
O más bien se dio cuenta que había estado cerca, escuchando gran parte de la conversación que mantuvieron el de ultimo año con el de ojos zafiros.
-¿Deu?- Asmita se sorprende al verlo, no tanto porque no esperara su encuentro, si no por que llego y no se había presentado en lo más mínimo.
-Hola Asmita- Sonríe, demostrándole que está bien, aunque su rostro diga otra cosa.
Para este punto Degel ya se había ido, pasando de largo al peli azul, que sí, capto su atención pero no le dio importancia alguna.
En la mente del peliverde oscuro, está haciendo lo correcto preocupándose por uno de los menores del club de música, alguien que podría tener una buen futuro si decidiera seguir por el camino del violín, tendría éxito pues posee talento.
Y no quiere que se desperdicie por la culpa de alguien que no tiene nada mejor en su vida.
Sin duda, se puede notar que nadie en la escuela, le tiene algún tipo de fe.
Pero ya está acostumbrado a este trato y a ese odio.
-Escuchaste… Lo que Degel dijo, mira… Sé que pueden llegar a comportarse como unos tontos, pero…- Por alguna razón quería explicar, que esas crudas palabras del líder de su club nunca serán un hecho para él, sin embrago.
-No te preocupes- Dedica la más hermosa y duce sonrisa que pueda proyectar, sin pensarlo más toma la mochila del rubio –Deja ayudarte y… Vamos, te acompañaré a casa-
Sin duda el peli azul, desea con toda su alma evitar el tema.
No ha sido la primera y posiblemente ni al ultima en que molesten u hostiguen algo al rubio, por su amistad con el peli azul.
Algo que hace que el corazón de este se preocupé mucho, es que si en algún momento se llegara a cansar de este trato, su ángel se alejara de él…
Y con eso no sabría que hacer…
Teme tanto que pase, porque… Sabe que al final todos se pueden fastidiar de estar repitiendo las mismas palabras una y otra vez.
Sin más, el peli azul, lleva la mochila del rubio, mientras este solo su estuche del violín.
Entendió este comportamiento de su amigo, decidiendo callar por ahora.
Saliendo de esos pasillos, del edificio y de los mismos territorios de la escuela.
Para ir encaminándose a la casa del peliverde, en esta ocasión solo ellos dos.
No iban en un completo silencio, pues Deuteros intenta sacar conversación de donde sea, para que su ángel no toque ese tema, ya que no resistirá si algo malo le fuera a decir.
No puede evitar sentirse temeroso de que su amistad se vea interrumpida, por los rumores que aún siguen.
Ya que han hecho varios avances en su relación.
Han podido hablar más de la cuenta, hecho planes para los próximos días.
Al menos si es como amigos, está bien.
Se quebraría, si su ángel lo despreciara de repente.
-Bueno, Dohko me dijo que Shion tardaría más en el club de robótica, así que lo esperara-
-Comprendo, está bien- Sonríe, iluminando el día del contrario –Me alegra que podamos pasar tiempo juntos y a solas- Se sonroja por dedicar esas palabras, pero no niega que son momentos muy agradables en donde los dos están.
-A mi igual, me gusta pasar tiempo contigo- Mirar al de menor tamaño a su lado, es su ángel, el único que logra que su corazón lata de esta forma, si perdiera la posibilidad de verlo tan cerca, Deuteros moriría de dolor.
-El festival invernal se acerca muy rápido- Sonríe al ver el atardecer que está comenzando, sin dejar de caminar y llevar su estuche delante -¿Qué tienen planeado en tu club?-
-En el mío… Algunos fueron escogidos para exponer sus obras, otros ayudaremos a la organización y bueno…- Suspira, sin darle mucha importancia al asunto –A mí me tocara limpiar todo al final-
-¿Limpiar? ¿Tu solo?- Se pregunta con cierta molestia ese hecho, entrecerrando sus ojos.
-Sí, no esta tan mal…- Desvía la mirada, sabe por qué los de su club le han dado ese trabajo.
-Pero, ¿Por qué no fuiste escogido para exponer?-
Se podría pensar… ¿Por qué antes no hablaron de este tema?
Si entre los cuatro han hablado de sus clubes y las actividades que harán, y más teniendo este evento a casi una semana de cercanía.
Simple, cada que se le pregunta a Deuteros, evita el tema lo más que puede, sin embargo en esta ocasión es su ángel quién se lo está preguntando, y será imposible negarle saber la verdad.
-No soy tan bueno en dibujar o pintar…- Su sonrisa algo adolorida, por las palabras que siempre le dedicaban en todo lo que ha hecho –Así que… Este trabajo está bien, yo no quería entrar a ese club, pero… Era el último que quedaba, no tuve de otra-
En cierta forma no está metiendo, el club de dibujo o arte, así lo llaman de ambas formas, no es el más cotizado del todo, por eso algunos alumno sin esta actividad extracurricular, tienden a quedarse allí.
Al no escoger alguno o ser rechazado por otros, por no mostrar aptitudes necesarias.
-Pero… Deu- No dejara que este se menosprecie, y que acepté lo que otros digan de él, deteniéndose en seco, con el ceño fruncido –No puedes decir esas cosas, tu dibujas muy hermoso, tu estilo minimalista es grandioso, no permitas que nadie te diga lo contrario- Alza levemente la voz, pero está decidido ante sus palabras.
-Asmita- Se sorprende por como el joven rubio lo defiende –Esta bien, no me importa si no ven mis dibujos o tengo que limpiar al final, al menos… Hare algo y será productivo…- Sonríe pues no desea preocupar a quien ama, aunque no puede negar que le duele siempre ser excluido de todo.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO, DE HECHO NO ESTÁ BIEN!!!- Se acerca sin pensarlo, para tomar los brazos del peli azul -¡¡¡NO DEBES ACEPTAR LO QUE DIGAN DE TI!!! ¡¡¡TÚ NO ERES UNA PERSONA MALA!!! ¡¡¡MERECES TENER LAS MISMAS OPORTUNIDADES!!! ¡¡¡TÚ TIENES MUCHO TALENTO!!!- Niega con la cabeza -¡¡¡HE VISTO TUS DIBUJOS, CREAS HERMOSAS OBRAS, QUE TE LOGRAN TRANSPORTAR A ESE LUGAR, TRANSMITES EMOCIONES…!!! ¡¡¡ESO ES LO QUE UN DIBUJO, NO… UNA OBRA DE ARTE DEBE HACER!!!- Las majillas del rubio están rojas, al parecer que Degel levantara falsos a quien su corazón comienza a pertenecer, lo altero mucho, pero está cansado de tantas injusticias.
-Asmita, no hay mucho que yo pueda hacer… Y no me interesa que los demás me vean diferente- No se mueve de un lugar, quien posee cabellos como rayos de sol, lo tiene sujeto por los brazos y es un tacto tan caído y reconfortable, pero peligroso de acostumbrarse, por temor a que se vaya –Mientras tu…- Debe seguir agregando a más personas, no puede permitir aun decir que el rubio es todo para él –Dohko e incluso Shion, me consideren su amigo, está bien, no me interesa lo que digan los demás-
-Pero…- Baja la mirada, por alguna razón siente ganas de llorar, la importancia de no poder cambiar las oportunidad de los demás tan rápido –Yo no quiero que te sigan diciendo esas cosas, yo sé que tú no buscas una relación conmigo, para hacerme daño o tener mi fortuna, sé que eso no viene de tu corazón-
-¿Confías tanto así en mí?- La pregunta está de más, pero… Es que no puede creerlo del todo, ese dulce ángel no desistirá en estar a su lado, demostrándole con palabras que esta con él y no solo eso, si no con hechos también.
-¡¡¡CLARO QUE LO HAGO!!! Y sabes una cosa… Me da mucho coraje que te digan esas tonterías- No puede resistirse más, deja que su rostro presente las lágrimas, siente tantas cosas en su corazón, pues un profundo amor esta cada día más intenso.
-¡¡¡ASMITA!!!- El alma del peli azul se estremece al ver cómo ha reaccionado el rubio, por el llanto que presenta, acercándose a su ángel, para verificar que este bien y limpiar esas lagrimas –Por favor no llores por eso, no puedo resistir que tengas ese dolor en tu corazón, es algo que solo me pertenece sentir, tú…-
-¡¡¡¿CÓMO NO ME VA A MOLESTAR?!!!- Niega con la cabeza, dejando su estuche de violín en el suelo –Eres mi amigo, y no me gusta que digan cosas de ti, ¡¡¡TÚ NO ERES COMO ASPROS!!! ¡¡¡TÚ TIENES UN HERMOSO CORAZÓN, ERES TAN AMABLE CONMIGO, DULCE, SENSIBLE, QUE SÉ QUE EN TI NO EXISTE NI UN SOLO GRAMO DE MALDAD!!!-
Deuteros no sabe que decir o cómo reaccionar, puede que alguna vez estas palabras de su dulce ángel se las dedicara antes, en un ambiente en donde los cuatros estuvieran presentes, pero…
Se pregunta a sí mismo.
¿Por qué a Asmita le duele tanto?
No es su lucha, no debería sentirse mal por ello.
Pero aquí esta este joven doncel, de una apariencia frágil, derramando lágrimas, no de tristeza, si no de enojo e impotencia por no haber logrado aún hacer cambiar la opinión de los demás.
Sin embargo el de ojos azules no ha tenido mucha oportunidad de salir con el pali azul ahora, por el festival y los ensayos es muy complicado hacer su plan realidad tan rápido.
-Perdón si te lo digo, pero… ¡¡¡TÚ NO ERES COMO TU FAMILIA!!! ¡¡¡PODRÁ CORRER SANGRE DE LOS GEMMIN EN TI, PERO SÉ QUE NO ERES COMO TU HERMANO ASPROS!!! ¡¡¡ERES DIFERENTE A ELLOS Y DE ESO DEBES SENTIRTE ORGULLOSO, JAMÁS BAJAR LA MIRADA ANTE ESE HECHO!!!- Sus ojos siguen estando plantados ante su creencia.
Usualmente no se deja llevar por sus emociones tan rápidamente, pero… Desde el primer momento que conoció a Deuteros, en que lo ayudo a recoger sus lentes y a levantarse, supo con ese simple tacto que quien fuera ese joven, no puede poseer ni un solo gramo de maldad.
Tal vez está dejándose llevar mucho por sus emociones.
Algunas personas son buenas fingiendo ser así de amables y buenas, para conseguir lo que desean, pero… Sabemos que Deuteros no es de ese tipo de personas.
Y ¿Por qué se sabe esto?
Su corazón pertenece a ese rubio, sin importar nada, desde ese instante, salvo que el mayor si pudo darle nombre a lo que sintió desde un momento, y lo hizo aun sin saber la identidad de su ángel de cabellos cual oro y labios rosados cual rosas, se enamoró profundamente y aun lo sigue y posiblemente lo seguirá así.
No sabe si esta en este momento en el cielo, pero se siente entre el borde el infierno, por verlo llorar, que aunque no lo provocará él, siente que es por su causa, por las palabras, las habladurías de los demás
Ya no soporta más, quiere calmar a quien ama y lo único que su mente atina a dictarle es que… Le demuestre una parte de que lo siente.
Su timidez solo le pide que no sea tan idiota para robarle un beso, pero su mente le dicta que debe actuar de alguna manera, al menos una que le funcione.
Los toscos brazos del peli azul rodean el frágil cuerpo del rubio, para abrazarlo con total fuerza.
Son de estaturas diferentes, Asmita llega hasta el pecho del contrario, pero está bien…
Puede sentir el duce latir del contrarió, que se estremece al sentirlo tan cerca.
Rodeara a quién ama con sus brazos, como si hiciera una barrera con su propio cuerpo para que nada malo logre alcanzar a su ángel.
En esta ocasión el rubio, abre sus ojos con sorpresa y sus lentes se desacomoden un poco, por esa cercanía, pero no está incomodo, sin comprender, pero… Es tan agradable.
Sería un momento excelente, para confesar sus sentimientos, pero el tema de la conversación no puede ser cambiado tan bruscamente.
Además, que si bien esto logra más calmar al rubio, parece que no es efectivo para el peli azul.
Tiene a quien ama entre sus brazos, decidido en defenderlo, sintiendo que no merece ese hecho, pues… Es egoísta…
Deuteros no puede negar que una parte de lo que dicen es verdad… Quiere que Asmita solo le pertenezca a él, que sea suyo, no por su dinero o posición, si no…
Que su deseo va a querer tener toda su vida a la persona que es el rubio, solo quiere y ama a su ángel, no le interesa que ambos tuvieran que iniciar desde cero, sin un solo euro en su posesión.
Serian felices como sea, Deuteros se encargaría de hacer todo el esfuerzo para colmar a su ángel de todo lo que merece.
Es solo que… No puede creer la dicha que se presenta ante él.
Tiembla de miedo, aun siendo quien abrace, ese acto se presenta con su cuerpo estremeciéndose, pensando en mil tormentos.
-¿Deuteros?- El rubio se asusta al notarlo así, que incluso las lágrimas de sus ojos han cesado.
-Dime Deu… Me… Gus… Ta… Que… Que… Me digas… Así…- No deja que su rostro sea visto, ocultándose sobre la cabeza del rubio, no desea que la tristeza lo domine más de lo que ya hace.
-Deu...- En este punto no se sabe si es conveniente decir algo o no.
A veces… Has vivido mucho dolor y lo sigues haciendo, pues…
Deuteros no está aún lejos de la maldad de su familia, las habladurías de su salón, claro que no se detendrán repentinamente.
Su miedo de que Asmita se harte de esas palabras, el temor de que igualmente su mejor amigo se fastidié de a veces ser blanco de molestias por ser el único que le hable.
No puede creer que en ese instituto, que al principio todos los odiaban, encontrará a personas maravillosas, de las cuales se ha estado aferrando, para no volver a sentir la soledad en su corazón.
Un mejor amigo que una vez lo salvo de cometer una idiotez, una de la que no está listo para hablar aun.
Y un ángel, que ilumina esos días oscuros, lo cual siente teme perderlo, pues si Amista se alejara perdería su corazón.
Aun no son nada y a este grado el amor ha llegado.
Se siente como el más afortunado del mundo por que se preocupe tanto por él, en hablar de que hará lo imposible para que lo dejen de molestar, que le prometa que sin importar las habladurías seguirá su ángel apoyándolo.
El dulce aroma que despide, es un olor que combina la vainilla, las rosas y un toque de incienso, es impregnado en su ropa y cabello, es algo que le gusta sentir en sus fosas nasales, no refiriéndose a algo sexual, si no… Un sentimiento de tenerlo tan cerca.
Sus manos se aferran más al cuerpo del rubio.
Sus lágrimas resbalan por las mejillas y cayendo en esos finos cabellos dorados, pero sonríe, siente que su corazón es un ambivalente de emociones, por que goza con saber que, Asmita no lo ve como ese monstruo que todos desean que se presenté.
No lo compara con nadie más, lo ve como individuo, que debió cometer errores, pero que eso no lo define ahora.
Puede que han evitado este tema desde su conocimiento de los rumores, pero es solo que no se deben apresurar las cosas de hablar de algo tan doloroso.
Asmita conoce un poco menos de Deuteros de lo que el castaño lo hace, pero es normal, tienen poco tiempo de amigos, apenas un mes, pero… Eso no impide que se esté enamorando profundamente del joven de piel morena.
Con el tiempo se revelaran mayores cosas, pero por ahora… Solo este instante en donde están en una acera, abrazados, con la puesta del sol atrás, sintiendo como ambos corazones laten, por la cercanía, por las emociones que se han presentado, el apoyo y que sin importar nada, esto significa que no piensan alejarse el uno del otro.
El clima frio se hace más frecuenté en el día a día, pero no alcanza a dos corazones que están con un gentil calor impreso.
Son dos jóvenes tímidos, de aquellos que aunque se vean claramente sus intenciones y sentimientos entre ellos…
Aun no son capaces de decirse algo de frente
Sin embargo, son amigos por nombre, pero no por sentimientos.