El castaño apenas logra reconocer los gritos de parte del rubio que le ha marcado, aunque en su mente de apenas haber despertado no logra captar de inmediato.
-¿Asmita?- Aun teniendo que preguntar, tallándose los ojos y apreciando la hora en un reloj de pared que tiene enfrente –Son… Las siete de la mañana… ¿Qué dices?-
-¿Te has podido comunicar con Deu?- No da más explicaciones, desea lo más rápido posible saber si el peli azul está bien.
-Le mande algunos mensajes ayer, pero no he podido hablar con él- Ya es cuando reacciona por completo, y su semblante se vuelve un poco serio –Usualmente cuando su familia lo molesta a ese grado, y se lo llevan… No contesta llamadas o mensajes…-
-Pero, me tiene bloqueado o el celular apagado, no se…- Su tono suena a desesperación y angustia, intentando calmarse, pues le causa desesperación por como ayer lo vio.
-¿Cómo?- Ahora si le toma más de raro, usualmente eso no pasaba.
Sin pensarlo más y manteniendo la conversación, va directamente a la aplicación donde usualmente se comunican él y el peli azul, y ve que el icono del chat esta en blanco, sin foto de perfil, y sin que pueda ver la ultima hora de conexión.
Frunce el ceño, y de inmediato le manda un mensaje, pero solo nota que se ha enviado pero no le llega el destinatario.
-¿Dohko? ¿Aun estas allí?-
-A mí también… Me ha bloqueado…- Confundido, niega con la cabeza, pues esto ya no es normal en su mejor amigo, lo alarma inmediatamente, esto solo podría significar algo muy malo.
-¡¡¡¿TAMBIÉN A TÍ?!!!- Usualmente no es de alzar la voz mucho, pero en estas circunstancias, siente que es necesario hacerlo.
Podría creer que a él lo bloquearon, ya que no han tenido una amistad tan larga, pero si cercana, desde luego le duele, pero que a Dohko, quien es su mejor amigo, era simplemente inconcebible.
Le daba mal espina esto, su corazón le dictaba desde el momento que vio a esa pareja que son los padres del peli azul, le auguraba algo sumamente mal, pero creía que estaba exagerando.
-Deuteros no haría algo así- Sentencia el castaño, con una mirada decidida –Algo sin duda le paso, como para hacer esto- Aprieta el celular, mostrándose sumamente enojado –Aspros de seguro le borro sus contactos o bloqueo a todos… O…- Solo pensó en lo simple, sin saber que estaba teniendo un cierto acierto.
-¿Y si está en problemas?- La duda del rubio sale a relucir.
-No pudo estar ni siquiera seguro de que este bien…- Aprieta la mandíbula, se encuentra molestó, pues teme por su mejor amigo y lo que esa familia de locos le puedan hacer.
-¿Podemos ir a verlo?- No duda ni un segundo en esa propuesta, necesita ver al peli azul de inmediato, su corazón le grita con toda desesperación que está en problemas, tal vez este sobre exagerado según él, pero no se siente nada tranquilo.
El chino se queda por unos segundos callados al teléfono, pues sabe que eso sería muy mala idea, ya había ocurrido antes, de las pocas veces que llego a ir a ese lugar, los insultos a su persona no faltaron y en los problemas que llegó a meter en algunas ocasiones el peli azul por defenderlo.
Era algo que Dohko sabe que es posible si van a la mansión Gemmin.
-¿Qué te parece, si primero nos reunimos en algún punto?- No le va hablar de las situaciones familiares de Deuteros por teléfono, pero al menos le debería explicar por qué sería de las peores ideas ir de esta manera de día.
-Tienes razón, sería lo mejor y así podemos ir con él- Asmita no nota siquiera que la voz del contrario esta algo diferente por estar tan angustiado y creyendo que esa es la mejor solución.
-Sí, bueno… ¿Qué te parece si por la estatua del centauro, como en dos hora?- Pensativo, pues en efecto esta angustiado por su amigo, no era normal y quería por lo menos intentar hablarle de otras maneras, para saber que ocurre y tal vez formular algún plan para ayudarlo a irse un rato del lugar.
-Bien, allí estaremos- Su voz está más tranquila, aunque aún sigue con la preocupación, sin embargo antes de siquiera agregar algo el de ojos esmeraldas, el rubio cuelga sin despedirse, es normal esta por completo angustiado.
Libriz se queda algo sorprendido porque le colgara el otro, pero de inmediato pasa de la preocupación al asombro, pues si escucho bien el Virgem ha usado la palabra “Estaremos” de manera plural, haciendo referencia a que alguien más lo acompañara.
Y desde luego se hace la idea de quien podría ser.
-¿Shion, también ira?- Lo que hace que sonría como tonto.
Ya que si mal no recuerda lo que ocurrió anoche, mientras cenaban y convivían las tres familias, pues era más costumbre de la familia de Ariem y Virgem hacer esto, después de algo importante, como forma de mantener una relación amena.
Dohko logro llamar la atención de su futuro suegro como está decidido a que sea, platicando algo sobre su beca que ha conseguido, las calificaciones que ha mantenido y actividades extracurriculares, lo que se puede considerar “Típico” en varios padres de familia, que observan si es un buen prospecto para su hijo.
No que sea de dinero o no, si no que sea alguien que sepa ganarse las cosas por sí mismo, luchar por un futuro mejor, sin importa nada de lo que los demás digan o los obstáculos.
Además que de igual forma sus padres al ser naturalmente algo bromistas, agradables y amables, también se volvieron apreciados, mas por el hecho que Gateguard y Cardinale consiguieron tener una amistad en solo una noche, compartiendo recetas y hablar de cosas de sus propios hijos, incluso agregando de repente el rubio de coleta baja que sin duda el castaño podría ser un excelente partido para el peliverde.
Ya que Cardinale siempre ha considerado tanto a Shion como a sus demás hermanos como unos segundos hijos, y más porque son los niños de su mejor amigo.
Cosa que desde luego avergonzó al peliverde, pero que Dohko aprovechó también para acercarse un poco, pues se apenaba algo, pero es valiente a seguir siendo amigos por el momento de quien ama.
Por su parte Hakurei a su modo, puedo darse cuenta de los sentimientos del joven de ojos verdes por su hijo de en medio, sin embargo no le molesta, al contrario pareció sentirse más cómodo que ese chico pueda llegar a enamorar al peliverde.
Claramente no quiere decir que la tendrá fácil, pero al menos el suegro no será una dificultad.
Demás cosas se suscitaron, pero sin duda aparte de esa dulzura de amor, también la conversación fue algo triste y soltaría para Asmita, sin Deuteros…
Rapdiamente se recuperó, levantándose de la cama, marcando de inmediato el número del moreno.
Está bien que este perdidamente enamorado del peliverde, pero ahora se debe concentrar en buscar a su amigo, saber que ocurre.
Sin embargo, no logro conectar la llamada, ya que le indica que esta fuera del área de servicio o que no está en funcionamiento.
Clara señal de que puede ser un bloqueo o seguir apagado…
-¿Qué está pasando? Deuteros…- Su ceño fruncido, pero su rostro refleja una angustia notable.
Sin pensarlo más, comenzó a alistarse, darse un baño, vestirse, para bajar a donde sus padres están y desayunar con ellos, y desde luego hablar sobre este tema, pues para esa familia el peli azul es parte de ella.
Más por la angustia de que no le conteste ningún mensaje, trata por otras redes sociales, y demás llamadas.
Al fin, cuando termino de alistarse, y bajar las escaleras, nota que sus padres están cocinando un delicioso desayuno, se nota por el olor que despide, el pan tostado, algo de mantequilla y jugo de naranja.
Algo raro ver al de cabellos negros en la casa ya siendo las ochos de la mañana, pues ya debería estar en el trabajo para esa hora, sin duda que las fechas invernales estén ya presentes, le han dado a todo el buffet de abogados en donde trabaja, los dos días libres, como si fuera un bono que todos se ganaron por haber roto record de casos ganados en ese año.
Aunque el ambiente a este bastante festivo, con algunas cosas en la casa listas para donar, que empezarían a hacerlo en cuanto todos estuvieran, aunque les haría falta un miembro honorario de la misma.
El castaño, vistiendo una sudadera color crema, pantalón de mezclilla, y tenis blancos, sus cabellos arreglados a como siempre, camina hasta la cocina, mirando su celular notándose angustiado.
-Buenos días…- Dice esto, sin muchas ganas, dejando escapar suspiros -¿Los puedo ayudar en algo?-
Gateguard siendo el primero en girarse al escuchar la voz tan apagada de su risueño hijo, para apreciarlo.
-Buenos días, Dohko… ¿Qué pasa?- No se le escapa nada.
Mientras Itiá mira de reojo al castaño, dándose cuenta que en efecto algo le está pasando -¿Por qué esa mirada?-
Un suspiro sale de manera decaída, apretando el celular, sin saber que decir, pero animándose a los pocos segundos –Eh estado intentando contactar a Due, pero… Su celular me manda directamente a buzón y todos los mensajes que le he enviado por todos lados no le llegan, como si… Me hubiera bloqueado… Y…- Aprieta su mandíbula, sintiendo una gran impotencia, solo de imaginar que está pasando –Ayer le mande también varios, pero me dijo que no tenía carga en su celular, pero ahora con esto. Asmita me hablo temprano, me dijo que a él igual le está pasando esto y... La verdad, estamos muy preocupados- Ahora su gesto de angustia, negando con la cabeza, cualquier cosa que está pensando.
-Oh…- Asiente el pelirrojo, llevando su mano al nivel de su pecho -¿Creen que algo malo le ha pasado?-
-Con esa familia de idiotas, no lo dudaría- Itiá, termina de exprimir la última naranja, con algo de fuerza, pues se está imaginando las mismas cosas que Dohko.
-¿Cómo unos padres, pueden tratar así a su hijo?- Para el pelirrojo este hecho que sabe de antemano es simplemente terrible, conoce muchas de las desgracias del peli azul, le duele también verlo triste como lo haría si viera a Dohko así.
-No son buenas personas, eso está claro-
-Creo que Aspros debió tomar su celular, borrar los números, o bloquearnos, no se… La verdad estoy preocupado- Mira hacia su papá –Mas de rato, iré con Asmita y Shion… Para ver si podemos hacer algo-
-Dohko, ir a esa lugar… No quiero que te vuelvan a insultar- El pelinegro, recuerda muy bien esa vez que su hijo fue a esa casa, para ver cómo estaba el peli azul, por una ausencia de dos días a causa de un resfriado, y termino saliendo casi gritándoles a todos los de allí hasta de lo que se iban a morir.
Le enfado tanto que discriminaran a su hijo por no ser de una familia de dinero, algo que sin duda hubiera querido llevar más allá, pero se calmó solo porque Deuteros cuando se recupero fue a su hogar y se disculpó miles de veces.
Recodando el rostro del peli azul, que rogaba por no ser rechazado en esa casa, en la única que se ha sentido cómodo.
-Lo se padre, tampoco quiero eso, aunque lo aguantaría yo, pero que le digan algo a Shion, además… Que esa vez, sé que Deuteros también recibió un terrible castigo…- Cruza sus brazos, entiende que de ambas formas el que sale perdiendo es el peli azul.
-No les importa que Deu esté sufriendo todo el tiempo…- Las manos del único doncel de la casa son apretadas, frunciendo el ceño –Ese muchacho, es solo un niño… ¿Cómo puede alguien llamarse madre o padre, y lastimarlo tanto?- Esta sumamente enojada, se ve en su rostro –Insultarlo, decirle… Tantas…- Ni siquiera puede hablar pues el coraje se le atraviesa, incluso sus ojos se llenan de lágrimas por la impotencia de no poder hacer nada.
-Cálmate Gate…- El esposo de esté le toma de los hombros –Es muy temprano para que te estés enojando- Dedicándole un beso en la cabeza, por ser el pelirrojo más bajo.
-¿Cómo no lo voy hacer?- Mira de reojo al suelo –Deu es un muy buen niño, igual que lo es nuestro Dohko, ¿Cómo ha logrado sufrir tanto en sus apenas diecisiete años? Ser despreciado por sus padres, su supuesta madre ni le duele que tuviera moretones y golpes- Sin pensarlo su instinto maternal es abrazar al castaño –Sé que, bien podríamos ayudarlo en lo legal para salir de allí, pero…-
-Deuteros no quiso, no deseaba tantos problemas, el pobre ya tiene suficiente con lo que tiene que vivir ahora-
Esta de acuerdo con sus padres, el castaño solo ha conocido el amor, la alegría y a veces bromas de lo que es tener una familia a tu lado, de esas que sabes que le dinero no lo es todo, que si se esfuerzan pueden tener lo que deseen.
Por eso, al saber más de la vida del peli azul cuando apenas se conocieron, cuando el otro sintió confianza le platico algo, aun ocultándole lo de los morenotes que presentaba en su rostro, diciendo que fueron peleas por culpa de su hermano.
Siempre lo ha querido ayudar, aunque Deuteros lo alejo muchas veces, pero no se dio por vencido… Y jamás lo haría, era su amigo, para Dohko así lo ha sido el peli azul.
Siendo el único que le hablo, el primero en querer almorzar con él, cuando fueron compañeros de un proyecto, invitándolo a casa, que se diera cuenta que todos merecen tener amigos.
Tomo mucho tiempo en ganarse la confianza de alguien que ha sufrido toda su vida, pero lo logro, ahora eran amigos y era algo que no estaban ninguno dispuesto a perder.
Además del profundo cariño que los padres del castaño le tomaron desde el primer día al moreno, cosa que Deuteros jamás creyó y siempre se sentía tan cómodo en esa casa, que le pidieron la tomaran como su hogar.
Tantos planes que habían hecho para que ese día, Deuteros se quedaría con ellos, adornando la casa, para que cenaran todos en armonía y vieran los fuegos artificiales, con una taza de chocolate caliente, postres.
Se podría decir que es algo muy sencillo, pero es a veces lo mejor, comida casera, amor familiar, la calidez de saber que en donde te encuentras las personas jamás te insultarían o golpearían por no ser obediente.
Todo se vio frustrado por la llegada de esas personas a ese evento.
-Saben… Intentare descubrir que le pasa, prometo que tendré cuidado, pero no puedo dejar solo a mi mejor amigo, que lo considero como un hermano- Es decidido y terco como sus progenitores, sabe que en estos momentos es cuando se demuestra lo que son los verdaderos amigos.
Dohko no fallara en ello nunca.
-Por favor ten mucho cuidado, no quiero que también te hagan algo- Gate, mira a su hijo, sonriéndole y dándole un beso en la frente, sabiendo que lo han educado tan bien y posee un corazón de oro.
-Si se atreven a tocarle un solo cabello a Dohko, no me importa su poder o dinero, los haré pagar y de paso también por lo que le hacen a Deuteros- Sin duda el padre del castaño es alguien de armas a tomar, poca paciencia a tenido al saber de los maltratos físicos y emocionales, como las injusticias, pero no ha podido hacer nada.
Ya que siempre que lo sugería, el peli azul le rogaba que no lo hiciera, casi con lágrimas en los ojos y eso era un punto débil para el pelinegro.
-Lo tendré, pero no pudo quedarme de brazos cruzados mientras Deu está sufriendo ¿Porque sabe que cosas?- Un chico que sin duda odia las injusticias, y va a ir directamente a por saber que le ocurre a su amigo y ayudarlo a salir de ese infierno aunque sea momentário.
Se nota el gran cariño que esos tres le tiene al peli azul, aunque apenas ha transcurrido poco menos de un año, desde que Deuteros ha llegado a sus vidas, lo aprecian mucho, considerado como un miembro más de la familia, aunque por el tema legal claramente aun no es.
Si tan solo supieran, que el moreno solo espera a tener dieciocho años, para lograr largase de esa mansión y pedirles, si es incluso de rodillas que permitan que él también tenga el apellido de esa familia.
Caso que solo desearía cumplir Deuteros, aunque la última parte, le parece demasiado, pero si cumplirá la primera sin falta. Claramente ni Dohko conoce esa verdad.
Solo esperar más desayuna y se pone de acuerdo con sus padres, de que cualquier cosa que ocurriera les debía informar de rápidamente, cosa que el castaño hará.
Recoge su plato, y se despide de sus padres, sabe que es tradición estar en casa todo el día o salir solo si se necesitaba algo, para arreglar y adornar la casa, pero todo comprenden que ahora el peli azul es más importante ahora.
Sale directamente hacia la estatua del centauro que esta justamente en una pequeña plaza algo cercana al centro, allí se encontrara con el rubio y el amor de su vida, el peliverde que ahora ya parecen más cercanos, pero a veces el mismo doncel se siente nervioso y se cohíbe, pero ya es algo normal.
Llega casi a la hora acordada, pasándose con unos minutos, pero logro localizar de inmediato a los donceles y no por la estatua que se supone es el punto de reunión, sino por la hermosa cabellera de Shion, que viste ropa sumamente abrigadora, pues el clima cada vez lo siente menos soportable, aunque le ayuda mucho su cabello a retener calidez.
Igualmente el rubio con prendas para este clima, aunque poco le importa lo que ocurra, solo quiere saber si existe alguna solución de por medio.
-Perdón, por llegar tarde- Habla entrecortado, pero dedica una sonrisa de inmediato a quien ama –Buenos días Shion, Asmita- Por educación menciona ambos nombres.
-Buenos días- Asiente el peliverde, que se sonroja levemente por su llegada, pero logra cubrirlo con la bufanda roja que la acomoda.
-Buenos días, ¿Lograste comunicarte con él?- El rubio saluda, pero va directo a lo que le importa.
Rápidamente el ambiente levemente de saludos y romántico se acaba, para dar paso al tema principal.
-No- Niega con la cabeza, decaído y sacando un suspiro –Intente llamarlo, mandarle mensajes por todos lados, pero nada, incluso mis padres lo llamaron con sus teléfonos y el de la casa, pero nada… Es como si hubiera desaparecido- Dice esto, mientras aprieta el móvil, mirando la pantalla que en efecto no le ha llegado nada de respuesta.
-Debemos ir a verlo- Sentencia el rubio, con el ceño fruncido -¡¡¡NO PERDAMOS TIEMPO!!!-
-Espera semita, no podemos ir como así a su casa- Shion le habla serio a su amigo, pues lo saco de la cama literalmente a minutos que dejo de hablar con el castaño, lo obligo a ir, aunque también fue por tres razones más, apoyar a su mejor amigo, ver a Dohko y también saber que le pasa a ese tal Deuteros.
-¡¡¡¿CÓMO ME PIDES QUE ESPERE?!!!- Reta al peliverde -¡¡¡TU TAMBIÉN VISTE COMO ES ESA FAMILIA, SU SOLA PRESENCIA ES POR COMPLETO INCOMODA!!! ¡¡¡DEUTEROS NO QUERÍA IR, PERO NO TUVO DE OTRA!!!- Siente deseos de llorar, pues solo imagina por lo que puede estar pasando.
Aunque aún no tiene conocimiento de que los padres golpean a Deuteros, solo que su hermano es un maldito manipulador y que sus padres le dan la razón.
Si supiera lo otro, estaría peor, ya queriendo ir con el ejército.
Sí que puede ser algo extremista por parte del doncel rubio, pero no puede estar tranquilo, cuando sabe que al que quiere está sufriendo, y más sin saber algo de él, se puede volver loco.
-Asmita- Llama Dohko algo serio, se nota por la falla de su típica sonrisa en sus labios.
-¿Qué pasa?- El rubio siente que esto es una mala señal.
Y de igual manera el peliverde lo siente así, algo también se lo dicta que sus preocupaciones están más que justificadas.
Un suspiro, pues está a punto de hablar de cosas privadas de su amigo, pero es algo que deben tener en cuenta si la idea de ir ahora es primordial.
-Escuchen, claro que también quiero ir a ver a mi amigo, pero no creo que sea la mejor opción-
-¡¡¡¿POR QUÉ NO?!!!- Le pregunta con mayor angustia, sus ojos azules como el cielo, reflejan su confusión.
-Si llegamos a ir, puede que sus padres no lo tomen a bien, y por ello, lleguen a regañarlo…- Muerde su lengua en no decir otra palabra –Castigar…-
-¿Solo porque sus amigos vayan a verlo?- Para Shion, esto es sumamente extraño que le hagan a alguien que tenga quienes se preocupen por él.
-Las pocas veces que yo llegue a ir a ese lugar, claramente no soy bienvenido, pero… A mí me pueden insultar me da igual, pero a Deuteros siempre lo regañan, los insultos no faltan por tenerme de amigo…- Ladea su cabeza, instando ver qué más puede decir sin sacar tanto a relucir –No sé cómo reaccione con que vayan ustedes, pero… Temo que sea contraproducente para Deuteros.
-Entonces, ¿Qué vamos hacer?- El Virgem siente que esta sin salida ahora, desea con todas sus fuerzas ir a ver a Deu y confirma que está a salvo, pero tampoco quiere meterlo en problemas por ello, las lágrimas se escapan de sus ojos azulados, apretando sus puños.
Claramente está sintiendo una enorme impotencia por no llegar a ayudar a quien su corazón reclama, sus sentimientos están más claros cada día, pero… Por ello su precaucione es mayor.
Cruzado de brazos, piensa, sin embargo su mente también cae en el mismo lugar –Podríamos ir claro está, pero… Lo seguro es que nos echen…- Dohko solo piensa que eso será con mayores consecuencias después.
Ambos más cercanos al peli azul se quedan debatiendo internamente la mejor solución, claramente se ven decaídos y sin salida, como si estuvieran también atrapados en una enorme encrucijada.
Algo que desde luego el peliverde no soporta ver, no le gusta ver triste a su mejor amigo, y mucho menos al castaño, que en cierta forma aun niega los sentimientos que posé hacia él, pero que de igual manera quiere verlo sonreír, esa fue una de las razones por las que accedió a ir, ver su alegría para tenerla de mayor recuerdo.
No lo aceptará, pero existe ese sentimiento oculto.
Sin pensarlo dos veces, tema su celular, y de igual forma arrebata el de Asmita, para ir marcando el número del moreno, que desde luego logro encontrar rápidamente, su rostro serio, sus ojos rosas puestos en la pantalla, para presionar el botón táctil de marca y poner en altavoz.
-¿Qué estás haciendo?- El rubio le pregunta curioso.
-No sé por qué no pensamos esto antes, Deuteros no tiene mi número, así que…- No tardo mucho cuando contestaron del otro lado.
-¿Bueno?-
La voz de Deuteros se escucha tan decaída, pausada como si se hubiera despertado apenas.
Ambos chicos se alegran, pero igualmente no pueden cantar victoria.
-Deuteros, soy Shion… Dime, ¿Por qué no les has contestado a Dohko y Asmita?- Su tono de enojo se nota, pues le ha molestado que tenga preocupados a estos dos –Y ni te atrevas a colgarme, porque si no iremos todos a tu casa- La amenaza también está allí, es claro que nadie debe hacer sufrir a los que quiere, sino sale ese lado amenazante que solo el doncel de cabellos verdes posee.
Su mente algo retraída, no por haberse recién levantado, de hecho el pobre ni logro descansar por las cosa que rondan su cabeza, la angustia y preocupación, el temor de que algo malo le pase justamente a quienes Shion se refiere.
No quiere que vengan a su casa desde luego, pues… Solo metería en problemas a Asmita y Dohko, ya que de por sí, casi metían en problemas al doncel que ama su amigo, y eso solo fue porque los maleantes ambos de su hermano se equivocaron de proyecto.
Aprieta sus labios, debe pensar algo rápido para hacerlos desistir en siquiera ir, pero…
¿Sera acaso prudente decirles que no podrá volverles a hablar?
¿Qué jamás podrá volver a la casa de Dohko?
¿Ni salir con ellos y divertirse?
Y sobre todo, no poder ver a su dulce ángel, sin que le hagan algún daño.
Una lágrima rueda por sus mejillas, su voz está enmarcando la tristeza de lo que su corazón siente, por la tristeza al hablar mediante el celular.