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Mi Rayo De Luz por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor lean, difruten y comenten.

Nos vemos abajo mis terrones de azucar.

-¡¡¡OYE!!! ¡¡¡¿SIGUES AHÍ?!!!- Habla alto y fuerte, molesto por la actitud del peli azul.

Sacado de sus pensamientos de golpe, reaccionando para responder y de paso seca su lagrima con el antebrazo –Si… Pero- Intenta protestar, para que el peliverde no permita que hablen los otros, mas es tarde.

La mirada rosa se centra en el rubio, entregándole el celular para que hable con el moreno, sabiendo los sentimientos de Asmita.

El cual solo le agradece con una sonrisa, sujetando el celular para hablar aun en altavoz.

-Deu, ¿Por qué no contestas?- El tono preocupado, pero más tranquilo ahora por saber que está a salvo apartemente.

-As…Mita…- Susurra el nombre, con cuidado de no ser escuchado, sabe que está mal meterlos en esto, no quiere causarles daño, no se lo podría perdonar jamás.

-¿Te encuentras bien?- Dohko, sabe que el rubio es el interés romántico de su amigo, pero también esta angustiado por el bienestar de este, así que no espero para hablar.

Deuteros lo escucha, sus labios son apretados por él con todas sus fueras, dudando en que decirles, conociendo lo terco que es el castaño y a sabiendas que esos dos donceles pueden ser iguales o peor en esa índole.

No quiere hacer sufrir a quienes quiere, por lo cual debe hacer lo que le ordenaron y alejarse de ellos a como diera lugar.

-Ya no quiero… Hablar con ustedes…- Muerde su labio inferior, intentando mantener su voz lo más calmada posible, cerrando sus ojos con lágrimas escapando, esto duele demasiado.

Ambos se quedan desconcertados, incluso Shion al escucharlo, también se fija en ellos, era una locura este comportamiento, les dicta que algo está pasando.

-Deu, ¿Por qué dices eso?- Quien posee los ojos azules como el cielo, siente un pinchazo fuerte en su corazón, con la curiosidad de saber que está pasando por la menté del moreno.

-No preguntes, solo… Dejen de marcarme ¿Si?- Les pide en un ruego, intentando sonar con su tono normal.

-¡¡¡¿QUÉ?!!! PERO… ¡¡¡¿POR QUÉ?!!!- Sus manos tiemblan, está demasiado sorprendido y no quiere que nada de esto siquiera pase, le haría falta la presencia de ese chico en su vida.

-Creí que fui obvio al bloquearlos...- Deja escapar un suspiro, no suena enojado, solo indiferente en su hablar –No tenía el número de Shion, pero ahora lo bloqueare también…-

Claramente el rubio no entiende de donde viene esta actitud tan repentina de querer alejarlos, en su mente no cabe dicha posibilidad quiere peguntar más, averiguar, pero se ha quedado sin el don del habla ahora, tanto es así que su dolor se exterioriza con el paño en sus lentes, por la respiración agitada.

-¡¡¡¿DE QUE ESTAS HABLANDO?!!!- Sin pensarlo, ni permiso, arrebata el celular de la mano del chico con ascendencia Hindú, para hablar bastante molesto con el otro -¡¡¡¿QUÉ TIENES?!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTÚPIDA AMENAZA TE HAN HECHO TUS PADRES O EL ESTÚPIDO DE ASPROS?!!!- El castaño se huele esta situación, comprendiendo que las cosas pueden ser tan negativas en la vida del peli azul.

Siempre se ha sorprendido en como Dohko lo ha aprendido a leer, pero es obvio es la primera persona en la que logró confiar, y nunca lo juzgo o burlo… Debía ser convincente si quería que todos se alejaran, no quería tardar en hablar, temiendo que si lo escuchan, las cosas se tornaran difíciles de una sola vez.

-Dohko, voy a colgar… Lo siento…- Se disculpa… Intentando calmar su desesperación y leve llanto que modera a cómo puede –Es mejor que olviden todos que alguna vez fui su amigo… Trátenme igual que el resto de la escuela…-

-¡¡¡IDIOTA!!! ¡¡¡¿CREES QUE TE VAMOS A DEJAR ESTAR SOLO?!!! ¡¡¡MÁS TE VALE DECIRME AHORA MISMO QUE TE ESTA PASANDO!!!- Ya enfurecido, que le esté pidiendo esto su mejor amigo, es simplemente incomprensible.

-¡¡¡¿CÓMO PUEDES CREER QUE TE HARÍAMOS DAÑO ASÍ?!!!- La voz del rubio es suave, por las lágrimas que dejo escapar, son dolorosas punzadas cada palabra de alguien que quiere tanto.

Lo que menos deseaba algún día era ver las lágrimas de Asmita, escucharlas o provocarlas, y… Está haciéndole este daño… Claro que ahora se está odiando más de lo que alguna vez pensó… Aprieta su teléfono, igual su mandíbula, cerrando sus ojos dejando que gruesas lagrimas caigan en su regazo.

-Solo háganlo, por favor…- Sin poder resistir más, cuelga… Para acto seguido derrumbarse, abrazándose a sí mismo para llorar, sintiendo la peor culpa, hirió a su mejor amigo y al doncel que más ama, a su dulce ángel…

Sintiéndose como el mayor idiota, una persona tan miserable que debería aceptar que esta es su realidad, que jamás debió ilusionarse con amistades que lamentablemente solo hará sufrir…

-Perdónenme… Es por su bien…- Dice esto, como si de esta manera pudiera espiar sus pecados cometidos –Pero, prefiero que ahora duela a que después algo peor les pase…- Lleva su mano derecha al rostro cubriéndolo con desesperación por su cobardía, ya habiendo dejado el celular a un lado, aunque ganas de aventarlo no le hacen falta, sabe que lo necesita –Perdóname mi ángel, perdóname… No quiero que sufras, pero… Es mejor así… Eres demasiado bueno para un miserable que debe vivir en la oscuridad, tu luz que me dabas… No podía ser para siempre…-

El corazón le duele tanto, no de forma física, pero si emocional… Deseando que al menos si su familia tanto lo odia y quería que se mantuviera lejos, al menos que lo dejarán ser feliz, que se olvidaran que existe, como extraños que sean… Así podría estar con su verdadera familia, no allí haciendo sufrir a otros.

---De vuelta con los tres jóvenes---

Habiendo colgado el peli azul, dejándolos por completo desconcertados.

La primera acción del Shion, el único que no está del todo afectado, le sostiene los hombros al rubio, queriéndole dar consuelo.

-¡¡¡DEUTEROS COLGÓ!!!- Esta furioso, pero a la vez siente tanta impotencia por que con esto solo el ayudo a confirmar que algo mas está pasando, no era la primera vez que algo así sucedía.

-¿Por qué…? ¿Por qué nos pediría algo así?- Ambas manos cubren sus ojos, reteniendo las lágrimas, no quiere ser visto en este estado, sus lentes han sido retirados de su rostro, para dejar que su dolor salga.

-Está actuando raro…- Es lo único que agrega el peliverde, pero con una gran confianza.

-Claro que lo está- Responde el Chino, para entregar el celular al verdadero dueño –No es la primera vez que Deuteros hace algo así… Bueno, al menos me dijo una vez de frente que sus padres no querían verme con él-

-¿A esto se referían cuando decían que su familia era todo un caso?- Dudoso el rubio.

-No te imaginas siquiera lo que ha tenido que sufrir él…- Agrega Dohko –Su vida no ha sido fácil, intenta que todo vaya bien… Pero siempre que… Esta tranquilo, sin contar las molestias de su hermano, sus padres llegan a entorpecerle todo- Frunce el ceño, sus esmeraldas resaltan con odio contra esa gente.

El rubio se queda pensativo, sus ojos azules bien abiertos, aunque no alcance a ver más allá de su mano, intenta analizar esas palabras.

Ya que Deuteros no le ha hablado del todo sobre su situación familia, y claramente no es algo que le digas a alguien que tienes poco de conocer, solo le ha contado lo mínimo, sus padres comparándolo con su hermano, las molestias de Aspros constantes y que nunca tiene consecuencias.

Creía que solo eran favoritismos, pero aquí puede darse cuenta que esto ha escalado a cosas peores.

-Si no es la primera vez que esto pasa, debe tener solución ¿No?- La lógica del de cuarzos rosas ante esta compleja situación.

-Podría ser, pero… Ustedes lo escucharon, se esforzaba por mantenerse hablando tranquilo, sin embargo, estaba conteniéndose tanto…- Niega con la cabeza –Algo más está ocurriéndole-

-¿No sería prudente entonces ir a verlo?- Asmita pregunta, con desesperación, también desea respuesta, y no hará caso al pedido del peli azul, jamás dejara a quien quiere solo, si puede ayudarlo lo hará.

-Ahora mismo, no lo creo- Se muestra enojado, apretando su puño, pero al aparecer tiene un destello de confianza, una idea que ronda por su mente y la compartirá –Pero, tal vez mas tarde…-

Ambos donceles algo desconcertados miran al chico un año mayor, esperando a que responda como planea hacerlo.

Asmita desde luego dispuesto y Shion, no dejara solo al rubio y pasar tiempo con Dohko es agradable, y lo primero es su excusa perfecta.

---En la noche (Mansión Gemmin)---

Se puede escuchar la música dentro de aquel lugar, lleno de luces, elegancia por doquier, gente vestida con sus mejores galas, hablando, conversando, todo tan hermoso y brillante, perfecto sin duda.

Siendo comparada su elegancia e iluminación con las mismas estrellas, sí que esta familia no escatima en gastos cuando quieren demostrar su estatus y quedar bien ante la sociedad, esta “Pequeña” fiesta que dedican para estas fechas, son algo que mucha gente de ese mundo espera, comparándolo con eventos de mayor categoría.

Un candelabro de un hermoso cristal, música clásica en vivo, todo lo que sea el capricho de la familia se cumplirá, salvo por Deuteros.

Pero como en este mundo de gente con dinero, algunos de careta falsa y arrogante, dando cumplidos hipócritas entre ellos, sonrientes y burlones cuando en secreto con otros cuchichean de desgracias de los demás allí presentes.

-Su empresa cayó mucho este año-                                             

-¿Cómo alguien con ese vestido puede venir?-

-¿Has visto al mediocre hijo menor de los Gemmin?-

-¿Cómo pueden siquiera aceptarlo en este lugar?

-No pertenece aquí-

Sabe que hablan de él… Permanece solo, intentando pasar desapercibo, aunque usara un traje aparentemente elegante, no lograba ocultar los maltratos del todo…

Ni siquiera a sus padres les importa del todo su presencia, pues… Solo parece un mueble más en esa enorme casona, uno que solo mantienen para aparentar que todo está bien.

Aunque lo ignoren en el primer momento que tengan, siempre ha sido así, desde que era un niño… Relegado a segundón solo por ser el menor.

Jamás nadie le prestaba atención en esas reuniones, bueno… Éxito alguna vez una persona, pero solo la logra recordar brevemente, aunque no es tan importante ahora…

Sentado en una silla, deseando escapar de este lugar, suspirando, sintiendo que solamente nació en este mundo para sufrir y nada más.

Sus padres solo dedicándole miradas de desprecio y vergüenza, cada que alguien pregunta por él y su calificaciones, sabiendo los puntos débiles de este chico.

Su hermano riendo a carcajadas, intentado quedar bien en el mundo donde será el líder de esta familia en el futuro.

-No sé por qué está aquí-

-Por el bien de su familia, debería desparecer-

-Sí, es solo un bueno para nada-

-Escuche que pertenece a una pandilla-

-¿Enserio? Qué vergüenza-

Las miradas de desde se posan en él, lo nota... Y ya se está cansando de esto.

Como desearía en ese momento largarse, vagar por donde fuera lejos de aquí, sin importar el frio que esté haciendo ya para la noche.

Ver la mesa de bocadillos y conociendo el menú que tendrían esta noche, eran alimentos sin gracia, o sabor…

Los había comido toda su vida en estas fiestas cuando debía asistir, obligado más que nada…

Podría ser lo más caro y elegante del mundo, pero… No se comparaba a la comida casera hecha en casa de Dohko, los bocadillos que su ángel compartía con él, aunque Asmita si venia de una familia de dinero, pero jamás figuraron los Virgem en invitados a esta casa, tal vez porque los padres de este se mantenían concentrados en su trabajo y familia… Pocas son las familias con recursos que si tienen amor.

Como desearía estar con ellos, en este momento, probar el delicioso puding que el señor Gateguard preparara esta noche y era el favorito del peli azul, se perdió el haber colgado adornos, haber cenado en familia, contar anécdotas, incluso usar los extraños suéteres que tenían de broma… Algo que solo pertenecían a esa familia, pero ellos querían que se sintiera como parte y el pelirrojo le haría uno, se descubrió al tomarle medidas.

Eran cosas tan simples y preciosas, que quería hacer y se las arrebataron, como odia su vida…

Ninguna fortuna o riqueza, vale maltratos constantes, conformarse con este tipo de vida, seria de locos.

Recarga su espada en el respaldo, suspira, ya quiere ir a encerrarse en su habitación y está a nada de hacerlo, la verdad le ha hartado tanto estas estupideces y pantomimas, podría estar todo hecho de oro, pero al final sigue siendo una jaula…

Si se iba ahora, nadie lo notaria…

Sin embargo, siente como su teléfono vibra, pensando que es algún mensaje basura, pues de sus amigos no podría ser, bloqueo todo contacto para cumplir su parte del trato con Aspros de no hacerles daño.

Así habría quedado, pero… De nuevo volvió a vibrar, y de nuevo, y luego otra vez, un sinfín de veces, pues al parecer son muchos mensaje de una vez.

Tomándole de raro pues no existían más formas de que sus amigos lo contacten, al menos que esturarían allí, cosa imposible.

Sin más que analizar, saca su móvil, notando la pantalla táctil que tiene como diez mensajes de aquella aplicación donde es normal la comunicación y más fácil.

-Número desconocido…- Nota que claramente no lo tiene agregado, confundiéndolo más, sin pensar más abre aquel chat, encontrándose con bastante mensajes, que dedican palabras repetidas.

-Deuteros, no te libraras fácilmente de nosotros. Ven al jardín trasero de tu casa. Te tenemos una sorpresa. ¿Te puedes escapar de la fiesta? Sal rápido. No tardes. Sino la comida se enfriara y no tendrás porción de nada.- Confuso al leer en voz queda los mensajes, pero atinando a saber quiénes son -¿Qué es lo que pretenden?-

Esta levemente preocupado, pero sabe perfectamente que si no les hace caso, harían cosas peores… Al grado de que serían de entrar a la mansión.

Observa el lugar, el sonido de música clásica jamás disfrazará las palabrearías de personas sin escrúpulos y malditos, que prefieren siempre el dinero ante cualquier cosa de amor o sinceridad…

Es el mundo al que pertenece, pero desea salir, siendo todo es alegría…

¿Por qué sus padres se aferran a hacerlo sufrir, si para ellos es más que un estorbo?

¿Porque su hermano mayor lo ve tan inferior, que tiene que hacerlo sufrir para ser feliz?

Tantas preguntas que se establecen en su mente, pero claramente esta noche tendrán respuestas.

Ante aquellos mensajes, sabe que no puede hacer nada, al contrario… Es mejor ir de una vez.

Sabiendo que nadie notaria que se ha ido, total si lo hacen da igual, al final solo es un objeto de burla ante esta sociedad que sus padres han dejado en claro jamás pertenecerá.

Se pone de pie, dejando aquella silla vacía en la soledad de la penumbra del punto donde todos evitan, camina con cierta prisa hacia la salida, nadie parece siquiera mirarlo, como si fuera un ente con el que nadie desea interactuar.

Al estar afuera, puede sentir el frio pegando en su rostro, no está haciendo viento, pero sí que la temperatura se volvió caprichosa en la noche.

Aprecia las finas lucecillas colocadas en los árboles, el exterior de la entrada de su disque hogar, los caminos iluminados igual, todo parecía un cuento de hadas, sino fuera que las personas de aquel lugar están más que podridas por dentro y ni siquiera merecerían lucir así, pero…

Eso no importa ahora, siempre ha sido así, y seguirá.

Con cuidado de que sobre todo Aspros no se dé cuenta, porque si no sería una sentencia para sus amigos de que las cosas irán peor en la escuela, solo debe constatar que todo es seguro, sus pasos más rápidos entre aquel aspecto y caminos de piedra, finamente colocados para tener un estilo más propio.

Algo cabizbajo, aunque existe más una duda de cómo es que siquiera han entrado, si la seguridad siempre se ha mantenido firme, pero claramente recuerda que el algún momento de este último año, le llego a mostrar un pasaje secreto, que consistía en un pedazo de cerca metálica que no está para nada reforzada y puede ser fácilmente cruzada, aunque sí que debían ser agiles.

Deuteros ya se imagina que esto han hecho, pero… ¿Por qué hacerlo?

-No hagan esto por mi…- Susurra, mientras se dirige al punto que le han pedido, sintiendo que cada paso solo significan problemas para ellos, si son encontrados. –Corren demasiado riesgo, y lo saben…-

No se cree digno de amistad, mucho menos de amor, Asmita es su ángel, uno que jamás podrá alcanzar, de eso se ha dado cuenta, porque él se encuentra y encontrará siempre en la oscuridad de su familia.

Es difícil para él desligarse de todo lo que han dicho, puede olvidarlo, actuar como si nada y sentir la fuerza que no siempre caerá en el mismo lugar, pero eso solo sucede cuando esta con sus amigos.

Esa es una verdad, que no solo Deuteros intenta entender, sino que ese sujeto que comparte su mismo rostro, lo entendió también…

El peli azul, perdido en sus pensamientos, creyéndose indigno de algo o cualquier muestra de afecto, solo pudo atinar a sentir al momento de llegar y sin darse cuenta, como alguien corre para abrazarlo con todas sus fuerzas, sorprendiéndolo en el paso.

Solo viendo una cabellera rubia, sintiendo como los delgados brazos de ese doncel lo rodean.

-¡¡¡DEU!!!- Grita su nombre con entusiasmo, feliz de verlo, no podía aguantar mucho tiempo.

Le dedica una hermosa sonrisa, con las mejillas sonrojadas, luciendo de verdad como un ángel.

-¿Asmita?- Sorprendido, y ruborizado por la apariencia de este doncel que robo su corazón y ese abrazo tan espontáneo -¿Qué… Estas haciendo aquí?-

-¿No creías que te dejaríamos pasar esta noche tu solo? ¿O sí?- Sonríe de lado el castaño, llevando entre sus manos algunas cosas, vistiendo una gabardina de color marrón, pantalones negros y zapatos igual, sin duda vestido acorde a que en su hogar una fiesta llamativa se lleva acabo.

Siente el cálido abrazo de su ángel, ver el rostro amigable de su mejor amigo y de igual forma la presencia del peliverde, aunque algo serio se nota que también está allí para él.

-Pero, yo les pedí…- Confundido, pero no desaprovecha la oportunidad de responder el abrazo, aunque su contestación es suficiente para sentir que esto puede estar mal.

-¿Creíste que te haríamos caso?- El rubio sonriente, aunque en sus zafiros refleja una molestia contenida.

Claramente ninguno le perdonara tan fácilmente por que ha actuado así, necesita respuestas y saber que está pasando.

-Chicos, por favor…- Sus manos aun tiemblan, y quieren aferrarse a ese delicado cuerpo, debe ser firme y tener que alejarlo de buenas a primeras es doloroso.

-No, no Deuteros, no harás que nos alejemos de ti, aunque lo quieras, no te vamos a dejar solo- Demuestra el rubio que está enfadado por las hirientes palabras, pero a la vez preocupado, e indignado por lo que ha ocurrido -¡¡¡NOS DIRÁS EN ESTE MISMO MOMENTO!!! ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE OCURRIÓ?!!!-

Sus ojos azul oscuro se contraen al ver como es débil ante el rubio, que en este momento parece estar regañándolo, muy enojado, sería imposible disuadirlo, ni las palabras le salen.

-Deuteros, nos preocupaste mucho hoy, pero creo tener una idea- Se acerca el castaño, firme en su paso, mirando al moreno -¿Con que te ha amenazado Aspros?-

-¿Por qué… Piensas que fue algo así?- Solo quiere desviar el tema a toda costa de esto, aunque es muy difícil siquiera hacerlo, cuando no puede sostenerle la mirada a ninguno.

-Jamás serias capaz de decir algo así, te conozco- Respira hondo, pues se está desesperando un poco –Sea lo que sea que te ha dicho o amenazado, eso no nos importa, seguiremos contigo porque somos tus amigos, y aunque seas un cabeza dura, o tu hermano quiera hacernos algo, no nos vamos a alejar de ti- No cruza sus brazos no más porque están ocupados, pero si lo haría para resaltar su punto.

-Clara muestra es tener a estos dos preocupados por ti todo el día- Shion al fin habla serio, pero algo más alegre por ver tranquilos a quienes aprecia, aunque por la poca luz posible, nota algo extraño en la mejilla del moreno que no distingue, pero no menciona nada aun.

Ver que sus amigos están aquí, buscando la manera de saber de él, incluso habiendo atravesado propiedad privada solo para verlo, para confirmar que está bien y notando que son tan testarudos como lo es él…

Es una muestra de amistad genuina, que no puede soportar sin sentir como de sus ojos azul oscuro como esta noche, se van inundando de lágrimas, que caen por sus mejillas y ruedan para desprenderse por el contorno de su rostro.

Su corazón late de felicidad, su verdadera familia está en el lugar donde están las personas que de verdad te quieren, sin importar condición, dinero, ni lazos sanguíneos.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro bien, bastante bien... Incluso mejor... Jajajajaja eso es gracias a mi madre, mi novio y mi terrones de azúcar, la verdad e los agradezco tanto, son los mejores.

Jajajaja saben, debo decirles que hoy es el cumpleaños de mi novio, por lo cual estoy super emocionada también, jajaja por ende... Le cantaremos la canción oficial de la familia terrón de azúcar, ¿Si?

Kiaaaaaa, lo malo es que solo vamos a tener poco de vernos, por que ambos trabajaremos, tengo que ir a suplir esta tarde...

EN fin, sin mas a cantarle la canción wiiiiii.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades David tu cumpleaños si que si.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades David tu cumpleaños si que si.

Ahora si mis terrones, mil gracias por felicitar a mi novio o mejor dicho papá terrón de azúcar.

Les agradezco de todo corazón su apoyo, sus hermosos comentarios, los votos, y que sigan aquí.

Si que hemos hecho crecer la hermosa familia que tenemos, los terrones de azúcar cada vez somos mas eso me alegra tanto.

Nuestro lugar en donde podemos ser nosotros sin preocuparnos por anda de lo que los demás digan, aquí todo es con respeto y mucho amor.

Por favor mis terrones, cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan. 

Los quiero mucho.

Ammu se va


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