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Mi Rayo De Luz por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Lean, disfruten y comenten.

 

Nos vemos abajo.

---En algún lugar del instituto---

El ambiente envuelve todo en un gran misterio, las penumbras apenas si se pueden alejar, por unas pequeñas luces que se logran apreciar.

Se pueden notar varios alumnos, sentados, pero no solo en las sillas en cuestión, sino que algunos están sobre los pupitres, otros en una mesa, y algunos en el suelo.

Se notan realmente serenos, pero no se logra saber aún en donde se encuentran.

Una alumna que lleva el uniforme de color rojo, demostrando que está en el último año, es quien permanece de pie, delante de todos, con los ojos cerrados, como si estuviera pensando atentamente en algo sumamente importante.

-Gran líder, ¿A decidido ya?- Un joven de saco color azul, habla, esperando la respuesta atento.

-Shhh, no la interrumpas- Otra doncella habla, con el ceño fruncido y susurrando, mostrándole una mala cara.

-Esto es necesario de hacer- Alguien que también porta un saco rojo, quien se encuentra de lado derecho en el suelo, de la que aun parece no responder –Ella decidirá lo que haremos para la primavera, debe estar pensándolo muy cuidadosamente, no podemos tomarnos esto a la ligera- Suena más a un regaño, que a nada, pero demuestra el respeto que se le tiene a su sagrada tradición.

Ya nadie más hablo, quedaron en silencio después de que hablo, quien parece ser alguien que está de segundo al mando.

Fue allí que la joven de cabellos azul verdoso, abre sus ojos, de un tono dorado, y con su rostro serio, ceño fruncido, cruza sus brazos y una posé digna empieza a hablar –Ya tengo que haremos- Habla firme, fuerte y alto, para que todos en ese lugar la escuchen.

Un suspiro de alivio y celebración a la vez se nota en el recinto, satisfechos porque al fin tener algo de luz después de haber esperado por esto, todas las vacaciones.

-¿Qué ha decidido, líder suprema?- Hablan como si se tratara de una hermosa deidad, que si bien es linda, es bastante exagerado como se dirigen a ella.

-La obra será un clásico, pero necesitaremos a los principales participantes-

-¿Tiene a alguien en mente?- Cuestiona rápidamente una chica de primer año de cabellos rojizos y lisos.

-Por supuesto- Asiente con una sonrisa que no se puede identificar con qué intención la hace.

-¿Nos dirás?- Cuestiona su segundo al mando rápidamente.

-Claro, pues necesitare ayuda de mis dos subordinadas de primero, pues los elegidos están entre ellos- Habla como si estuviera narrando alguna historia o en un cuento, por cómo se expresa.

Mientras dirige su vista a dos jóvenes, justamente, la que pregunto primero y una que se quedó en completó silencio, expectante a lo que fuera a decir la regente del grupo.

-Ustedes dos- Las señala con el dedo indicé, mostrándose bastante autoritaria y confianza.

Ambas jovencitas, se quedan mirando confundidas, esperando a que hable ella, con una cara de no saber qué hacer.

-Zinerva, Liselot, deberán hablar con sus compañeros- Ordena de inmediato, sin que tuvieran espacio a rechistar, aunque no dice el nombre de quienes se refiere.

-Pero… ¿De qué personas está hablando?- La de cabellos verdes claro habla con una gotita de sudor en su frente.

-De seguro la gran líder, pedirá que el lindo de Regulus este en esta ocasión- Menciona alguien con una sonrisa pícara, mientras cierra sus ojos imaginando varias cosas con el mencionado.

-Sin duda, con él nuestro espectáculo será muy popular, es tan lindo, además de ser alguien que fue transferido por su gran inteligencia, debe darnos un enorme prestigió- Habla otra chica de cabellos castaños, ilusionada por esto, pareciendo hacer ojitos de corazón.

-¡¡¡OIGAN USTEDES DOS!!!- Llama la atención otro alumno con chaqueta azul –Les recuerdo a ambos, que Regulus es un niño aun, así que dejen de estar pensando de esa forma con él, tiene solo trece años- La reprimenda de alguien que sin duda no está de acuerdo a estos tipos de relaciones, y más por como vea esos dos con la hormona alborotada.

-¡¡¡SILENCIO!!!- Quién a la derecha de la líder esta, ordena… Mientras esta los fulmina con la mirada a todos –¡¡¡NO HAN DEJADO QUE TERMINE!!!-

La mayoría baja la cabeza, sintiendo la vergüenza de haber faltado al respeto a la jerarquía que todos han aceptado.

-Lo sentimos- Todos hablan a unisonó, sin ser capaces de ver a la cara a la líder que se vuelve a dirigir con tranquilidad a las dos que son su objetivo.

-A quienes necesitó están en su salón- Sonríe tranquila, para dar media vuelta y poner una pose, con los brazos alzados, mirando hacia el techo con ilusión marcada –Ambos son donceles que han estado en boca de todos, relacionados de diferentes formas que hemos escuchado con un delincuente y el que tiene beca, es una tragedia de amor en varias histonas contadas y a la vez no- Suspira como enamorada de la simple idea –Su decisión de seguir yendo por un camino rocoso, es lo que me inspira a haber escogido la obra en cuestión, y deseo que ellos estén en ella- Habla firme, triunfante porque cree que a todo el mundo le parece su idea.

Y además aunque no les pareciera, poco le importa, ella es la ley ahí, es su hora de ordenar que y quienes estarán en el escenario en esta temporada de primavera, como despedida.

---Pista de hielo (Sábado en la noche)---

Mientras muchas personas están alrededor patinando con maestría y elegancia… Un pobre rubio se sigue aferrando a la barandilla, intentando no caer, demostrando el poco equilibrio que ha logrado tener y el miedo de caer.

Sintiéndose como un bobo, porque ve como niños menores de cinco años, patinan tan felizmente con sus padres, sin miedo a caerse, ni siquiera una sola vez y él pobre está sufriendo por no quedar en ridículo.

Igualmente no está solo, un peli azul, cuida de que tampoco caiga, estando a su lado, listo para atraparlo si es necesario.

Le parece adorable como sus mejillas sonrojadas por el frio se denotan avergonzadas también, como sus ojos atemorizados por ser vistas.

-Ay… Lo siento Deu. Debo parecer un idiota actuando así- Baja su cabeza, fijando su vista hacia el suelo, con un puchero.

-Asmita, no te digas así- Le habla con suavidad, para acto seguido tomar ambas manos del doncel, que se aferran a la barandilla de la pista de hielo, para verlo con una gran ternura y compasión –Tú no eres un idiota, eres un chico, que…- Debe pensar rápido, para no decir lo que realmente piensa –Solo le falta algo de equilibrio y confianza-

Si no se ponía atento en lo que debe decir, sería tan torpe para decirle palabras tan románticas…

Por ejemplo, que es el más lindo del mundo, el doncel con el cual sueña estar de por vida, jamás separarse, enseñarle tantas cosas, demostrarle su amor por toda la eternidad…

Y más cosas, que tal vez está demasiado atrevido en pensarlas, pero el amor es sumamente fuerte en su ser… Que no negara que imagina ya la vida entera con el rubio, y claro que los hijos… Y el proceso, sin embargo debe ser atento en guardar ese sonrojo de una vez.

-No tengo ni una, ni la otra- Habla con cierta burla para sí mismo, intentando sostenerse con las navajas afiladas que están debajo de los zapatos que usa.

-Veras que si- Le habla con suavidad, sujetando ambas manos con mayor firmeza, invitándolo a que lo siga, que será su apoyo en esta curiosa travesía.

-Solo, me caeré y hare el ridículo…- Suspira triste, bajando la mirada.

No es usual verlo así de decaído, normalmente es quien mantiene le espíritu en alto de todos, pero al estar en algo que claramente está lejos a su zona de confort, lo hace sentirse tan torpe, que cree que está molestando a los demás y es lo que menos desea, sobre todo cuando pensó que esto fuera divertido para el peli azul.

A sabiendas de todo lo que debió padecer en las vacaciones invernales y que apenas si tiene un pequeño momento de tranquilidad, después del trabajo ya siendo de noche.

-No lo harás- Le habla con cuidado, sonriéndole, sintiendo la calidez de esas manos, aunque estén cubiertas por guantes, sin embrago no por eso esconden la belleza de estas, al igual que la ropa abrigadora que porta en estos momentos el rubio.

-Solo lo dices, porque eres muy buen conmigo- Su ceño fruncido, sintiendo pena por sí mismo, mirando a los ojos azul oscuros, que le invitan a confiar en él y que no se rinda -¿Qué tal si esta vez me quedo en el hielo y me impulso con mis piernas, sería suficiente?- Da una idea simple, al mirar a una niña haciendo lo mismo, pues padece de tener cero coordinación en piernas como él.

-Ja, ja, ja, no lo digo solo por eso- Niega con la cabeza, sin dejar de ver al rubio, pues esa dulce mirada azul lo hipnotiza, aunque tenga un toque de miedo en ella.

-Pues, sería la única opción para mí- Derrotado, acepta su destino que jamás podrá patinar con facilidad, pero no niega que estar de esta forma, siendo sostenido de las manos por la persona que más quiere en este mundo, que incluso puede decir que ama en secreto, aunque se note a leguas, y sin embargo nadie es valiente en decir algo.

-Te congelarías rápidamente- Un pequeño chiste con mayor confianza de parte del peli azul, y una sonrisa decidida.

-Sí, soy bastante delgado- Acepta de nuevo un poco su realidad, que no lo acompleja, hasta lo hace con cierta burla a sí mismo –Posiblemente sin estas capas de ropa, morirá de frio inmediatamente, ha, ha, ha-

-En ese caso, te podría dar calor- Sintiendo que está en confianza, que puede decir cualquier cosa, pues de hecho ni siquiera lo pensó con atención, cada palabra que ha mencionado de repente es salida desde su corazón.

-¿Eh?- El rubio sí que escucho muy bien, sonrojándose de forma rápida, con una gentil sonrisa, intentando encontrar algunas palabras para dedicarle al peli azul –Bueno… Eso, seria lindo… Creo…- Avergonzado por haber escuchado que Deuteros sería capaz de darle su calor, salvo que no menciono como y el joven de descendencia Hindú, pensó de una forma algo atrevida, pero no mal intencionada.

Notando este cambio brusco de actitud, su mente trajo rápidamente las palabras que dijo sin siquiera pensarlo, tan inmerso está en la belleza del rubio, que con este frio, esas ropas tan abrigaras y lo blanco de la pista de hielo techada, lo hace lucir de verdad como un ángel, aunque siempre así sucede.

Es algo magnifico que solo él tiene oportunidad de ver con atención…

Su corazón se celera de repente, ya lo hacía, pero ahora es mucho más fuerte, que podría compararse al del colibrí, que es un tierno zumbido, sus ojos azul como la noche despejada, su mueca de sorpresa, sus mejillas sonrojadas, su angustia plasmada en la cara.

Sí que se deja guiar mucho por sus impulsos e instintos, es que es inevitable querer decirle lo que siente a veces, su mente le dice espera, pero su corazón lo traiciona y hace que las palabras solo broten como una fuente de dulce miel.

-¡¡¡NO!!!- Niega rápidamente soltando las manos del otro, preocupado por haber dicho algo tan estúpido en sus declaraciones -¡¡¡NO ME REFIERO A ALGO ASÍ!!! ¡¡¡SOLO QUERÍA, DECIR QUE…!!!- Sin que se diera cuenta, y por los nervios, sus pies parecen más torpes de lo habitual, temblando levemente porque su ángel piense que es un completo idiota, parece torpe ahora en el hielo.

-¡¡¡¿DEU?!!!- Alarmado, por sentiré sin el apoyo del moreno, y más al darse cuenta que sin querer y por ir solo mirando la cara atractiva del hombre a su frente, recurrió parte de la pista, siendo sujetado por esas manos, pero ahora al estar solo, más bien no siendo tomado de sus extremidades superiores, se queda quieto… Mirando directamente a la pista de hielo, sin hacer mayor movimiento, con la respiración acelerada.

Nota que ha hecho una tontería, soltarle las manos a alguien que esta aterrado por el hielo, justamente en medio de la pista, donde el borde más cercano está sumamente lejos para recórrelo sin caer, además que es un inexperto el rubio.

No es que el moreno con un colmillo que se asoma a veces, sea el mejor, solo que en actividades físicas, puede llegar a tener un control mayor, además en algún punto de su infancia llego a patinar, pero no por diversión, solo por tener que alejarse un poco de su infierno en algunas ocasiones.

-¡¡¡ASMITA!!! ¡¡¡LO SIENTO, NO TE MUEVAS!!!- Como puede y de forma apresurada, va de nuevo a sujetar las manos del rubio, pero… El hielo parece querer mostrarse más resbaladizo en esta parte.

 Justamente poco antes de volver a tomar las manos del doncel, el pobre Deu no pudo hacer más que estamparse contra el frio y duro hielo sintético de la pista, llamando más la atención aparte de los gritos.

Acto seguido… Por sus mismos miedos de caer, haciendo que sus piernas también estén como de gelatina, pensando que caerá también, poco a poco fue descendiendo, no fue de forma estrepitosa como el peli azul, solo la gravedad haciendo su trabajo.

A que las navajas de esos patines, fueron moviéndose para los laterales exteriores de las piernas, y por ende el peso fue yendo para abajo, aunque solo quedo sobre sus piernas, doblado de las rodillas, poniendo sus manos sobre el hielo, al final a él no le fue tan mal, ni siquiera el contacto dolió, pero si puede sentir el frio recorrer sus piernas y colándose algo por el pantalón que usa.

-¿Deu, estas bien?- Su rostro contraído y preocupado por el moreno, que esta con la cara en el hielo, casi como pegada.

-Si…- Avergonzado por que al final no pudo proteger al rubio, por su estupidez y falta de conciencia, no es capaz de verlo a la cara, alcanzo a notar como descendió hasta el hielo… Y algunas risas y suspiros de los demás se notaron…

Para él estaba mal, haberlo soltado, pero fue por inercia, la misma vergüenza se puede ver en su rostro, como un terrible idiota, debió ser más atento a esto…

Torturándose en su mente, pensando cómo sería capaz ahora de decirle que lo cuidaría, o… Que podría invitarlo a otro lugar, si lo ponía en peligro y no podrí hacer nada.

Aunque claro, que una caída de esa índole, que de hecho más sufrió el peli azul que el rubio, pues este último cayo suave, mientras el otro se resbalo y por su torpeza con los patines, le causo besar el hielo…

Después de la tormenta, siempre vendrá la calma, se nota ahora en el suave semblante del doncel, que ya sin temer, pues ha caído… Sonríe… Para extender su mano hacia la cabellera azul que esta desparramada en la pista.

-¿Te duele algo?- Pregunta con cautela, mirando atento a su “Amigo”.

-No…- Y es allí cuando reacciona a esta pregunta y levanta su mirada de inmediato, preocupado, pues ni se le ocurrió preguntar si el ángel está a salvo -¡¡¡¿Y TÚ ESTÁS BIEN?!!!- Su rosto avergonzado y preocupado por ser un idiota, no ser capaz de preguntar aquello de inmediato… Cada vez se siente el peor, y más que se nota que no podría cuidar del rubio jamás.

-Si- Asiente, mostrando una pequeña sonrisa, mientras extiende su mano que toco esos cabellos largos azules, que le gustan un poco –No me dolió tanto como creí, pero… Si hace bastante frio- Cruza sus brazos sobre su pecho, para abrazarse a sí mismo, sonríe, mostrando sus blancos dientes.

-Perdóname, Asmita…- Baja la mirada, incorporándose un poco solamente, sentándose, con una pierna doblada que le hace apoyo en el brazo –No debí soltarte, pero primero no debí haberte traído hasta este punto, te deje sin soporte, ni siquiera pude ayudarte… Yo…- La culpa lo carcome, en su pensar Asmita debe ser protegido y cuidado siempre, no existe lugar para cualquier error.

Un pensar exagerado al parecer de muchos, pero es que Deuteros desea proteger a quien ama con todo su corazón, no tiene lugar para el fallo en ningún instante.

-¿Quieres ir por un chocolate caliente?- Pregunta rápidamente para cambiar de tema, sonriendo, y extendiendo su mano, aunque aún sigue estando el suelo.

A su parecer todo fue un accidente, que ni Deuteros tuvo la culpa, y que si bien su caída no fue algo que causara una persona, ocurrió por su mismo miedo de verse en la pista de pie, supuestamente patinando, cuando aún le cuesta equilibrarse correctamente.

Asmita es el tipo de persona que no culpará a nadie por sus males, que jamás querrá ver a alguien triste o decaído, y más si es alguien importante para él.

Debe sentirse afortunado, y de hecho así lo cree… Pues que el doncel le ofrezca la mano para que ambos se levanten, proponerle algo lejos de la pista aunque fuera su idea, es sumamente tierno y adorable a su parecer.

Cada segundo se enamora más de esa gentil sonrisa, esos ojos como el cielo diurno, y las mejillas sonrojadas… Poder permanecer a su lado, es lo mejor del mundo.

-Claro- Sostiene esa delicada mano resguardada por el guante.

El moreno se levantara primero, para volver a ser el soporte del doncel, tan delicado por su delgada figura, y ambos se retiraran para ir a beber ese chocolate caliente que propuso el rubio, porque lo admiten, puede ser algo peligroso volver a la pista con tanta caídas posibles.

---A la siguiente semana en el Instituto---

Estando los alumnos de primero tomando un breve descanso, pues su profesora de esta asignatura, ha ido un momento a la dirección, por razones que escapan del conocimiento de varios.

Cada quien está en su mundo, leyendo, haciendo tareas atrasadas, mirando el celular de forma clandestina, cuando saben que en horas de clase está prohibido, y bien alguien los podría ver, como el presidente de la clase, o simplemente hablando entre sí.

Y ese es el caso de ambos donceles, que conversan amenamente, sobre lo que hicieron el fin de semana…

Mientras el rubio habla con total emoción sobre la salida, que se le puede llamar cita que tuvo con el peli azul el sábado.

Contándola con corazones en sus ojos casi, y el ambiente de este se nota abrumado por tonos rosas y rojos ficticios, pero según el peliverde lo siente hasta atosigante.

Pero no le molesta escucharlo, al contrario regala unas sonrisas sinceras de forma discreta, por esa enorme alegría que despide el rubio.

También le gustaría decir algo, pero… Esta demasiado avergonzado como para contar que… Un día de esos… Fue de nueva cuenta a esa tienda donde vende cosas de anime, que le gustan tanto… Pero no solo, sino con Dohko y decidieron empezar otro manga juntos…

Aún es demasiado terco e indeciso para decir que sea un sentimiento hermoso lo que tiene, aunque muchas señas se den, es discreto con eso…

Ellos hablan tranquilos, mientras… Dos de sus compañeras, los miran a ambos desde su asiento, con un gesto de miedo y preocupación.

Mientras alegan algo importante, pues ninguna desea dar ese paso suicida.

-Vamos, tú diles…- Comienza la pelirroja.

-¿Estás loca?- Le cuestiona rápidamente la peliverde clara –Shion me mataría si le dijera algo así, y sigue molesto conmigo por la advenía que les dimos de los chimes-

-Oh vamos…- Su tono nervioso y hasta miedo se le denota –Asmita, no creo que lo de hacer eso…- Abre sus ojos con cierta preocupación, apretando sus labios.

-¿Por qué nuestra gran líder, está interesada en que ellos protagonicen la obra?- Se pregunta la de cabellos rojizos, mientras suspira y deja caer su cabeza en la mesa de su pupitre.

-No lo sé… Pero… ¿Por qué nos tuvo que tocar decirles a nosotras?- Temerosas, pues aún recuerdan como ambos se enojaron con ellas, la última vez que anduvieron repitiendo los chismes de los otros, pensando que les hacían un bien y resulto ser algo completamente erróneo.

Sí que ambas se encuentra en un terrible predicamento, pues fue una orden dictada de aquella joven de cabellos azul verdosos, que sin duda la sola mirada desafía y aterra a cualquiera… Y que si desobedecen, serán castigadas con el látigo del desprecio.

Ambas ven como los donceles están sonrientes, platicando tranquilos, notando que tiene un buen humor en sus rostros y podría ser una excelente señal de esto, tal vez… Para que no murieran en el intento…

Asmita no diría nada malo pero… Shion, es otra cosa…

-Bueno… ¿Que tan malo puede ser?- Su voz chillona se escucha atormentada, apretando sus dientes de forma forzada.

-Solo debemos decirles, que fueron escogidos y que no pueden hacer nada al respecto- Sonríe con cara de compromiso, entrecerrando sus ojos, marinado para todos lados que no fuera con ellos.

-Estamos acabadas, ¿Cierto?- La de cabellos cortos habla primero.

-Sí, lo estamos- Asiente la de cabellos largos, decaída, pero aceptando su cruel destino.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo ando super bien, con algunas posibles noticias en algún futuro, pero... Eso se los diré mas adelante si algo se llega a concretar, mientras quedara en un silencio absoluto de mi parte. 

Volvemos con todo... Mi Rayo De Luz, este fanfic, es tan hermoso... Y tierno, y adorable...

Es un ternurita, la verdad es tan bonito... Dulce, va todo con lentitud, así que no quiero que nadie se desespere, pues... No va a ir rápido de rente, todo es inspirado en el dulce amor escolar que siempre se desarrolla lentamente.

Y la pregunta del día de hoy es...

¿Cual es su caballero con el cual se identifican mejor?

Nota, estoy diciendo con cual se identifica, NO que sea su favorito... Existe mucha diferencia...

Por ejemplo, mi caballero favorito es Mu, seguido de Shaka, así... Pero, se que mi personalidad y como soy no lograría identificarme con Mu o Shaka en algún punto, pero en cambio yo creo que me identifico con Shion, pues soy matriarca, jajajaja soy de carácter muy dominante a veces, esponjosa cuando me enojo, también protectora y maternal, jajajajaja

Bueno esos son los pienso que mas me identifico con Shion, mas que con Mu... A eso me refiero.

Por cierto, esta pregunta me la sugirió un terrón de azúcar, jajajja Anonimus, gracias.

Muchas gracias por leerme, estar aquí conmigo siempre, seguirme sin importar lo que pase, son los mejores del mundo mundial.

Cada comentario, voto y lectura, la agradezco de todo corazón, la verdad me siento honrada por ello.

Los quiero mucho mis terrones de azúcar.

Por favor, cuídense hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas.

Ammu se va. 


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