Después de tomar unos segundos de valor… Ambas se levantan de sus asientos… Caminando con paso lento y temeroso hacia los donceles, que siguen conversando amenamente, con unas risitas tímidas de parte del rubio, solo añorando de nuevo ver al peli azul.
-¿Entonces, si querrías ir con nosotros al festival de las luces?- Pregunta con un tono emocionado hacia el peliverde.
-No puedo hablar por Dohko, pero… Yo podría ir sin duda- Contesta serio, mientras lanza un suspiro.
-Pero, ¿Te gustaría ir con él?- Lo interroga, con una sonrisa cómplice, notando que en efecto eso le encartaría al de ojos rosas, aunque sea muy terco en aceptarlo.
-No sé de donde sacas eso- Gira su cabeza, con las mejillas ligeramente sonrojadas, mirando para la ventana, sin darle mayor importancia a esto, hasta se nota un poco alterado.
-Se nota en tu rostro- Le sujeta una de las manos que tiene en la mesa de su pupitre, para darle ánimos –Vamos, Shion… Es muy evidente que te gustaría pasar más tiempo con él- Le interroga, pues se ve bastante obvio.
-Que no, muy apenas lo soporto como amigo… ¿Quién quisiera pasar más tiempo con ese tal Dohko?- Se cruza de brazos, sonrojado a mas no poder, haciendo un tierno puchero, demostrando que solo ve al castaño como un amigo, aunque su corazón le está dictando que es diferente como se siente al respecto.
-Tú- Lo señala con cierta burla –Si no fuera así, no estarías llevando ese manga que compraste hace poco cada cierto tiempo al parque- Ríe -¿Por qué no lo invitas a tu casa?- Le pregunta con curiosidad –¿Si estamos los cuatro, no estaría mal? O bueno… ¿Podríamos ir a mi casa cuando mis padres estén o…?-
-Sabes que mi padre es muy estricto en eso- Le reclama de nueva cuenta –Mi padre deja que nosotros salgamos con amigos, acompañados o solos y obviamente no tan tarde, pero dice que llevarlos a casa o ir a una casa ajena son cosas más serias y que eso no lo acepta hasta algo formal…- Se sonrojada, haciendo una expresión de molestia –Es su casa, son sus reglas, no puedo hacer nada al respecto y lo sabes-
Asiente, mientras se cruza de brazos –Entonces, Dohko debe darse prisa en pedirte ser su novio o tú- Al parecer el rubio está un poco más interesado en el tema y de paso le hace una pequeña burla al otro, sin ninguna malicia.
-¡¡¡ASMITA!!! ¡¡¡QUE NO!!! ¡¡¡Y CIERRA LA BOCA!!!- Los nervios invadieron el cuerpo del peliverde, escuchar eso de parte de su amigo, pues habían pasado de una simple idea de salida a un festival que se hace en la ciudad, por una cierta fecha conmemorativa… Y de la nada, estar diciendo que deben ya ser novios -¡¡¡YO NO QUIERO SER SU NOVIO!!! ¡¡¡TE DIJE QUE YO NO TENDRÉ PAREJA JAMÁS Y LO SABES MUY BIEN!!!- Frunce el ceño, para girarse a su asiento y no mirar al otro.
Se sorprende que vuelva a tocar el tema, pues creía que eso se había dejado de lado.
Notaba a su mejor amigo más feliz y alegre en compañía del castaño, le platico de algunas salidas que tuvieron juntos, y ese tipo de cosas, lo notaba interesado en otras vivencias, creía que eso significaría que al fin querría darse una oportunidad.
Al fin de cuentas es joven, son ambos unos adolescentes con quince años, tienen el derecho a vivir el primer amor… La negativa que Shion siempre hace es preocupante para muchos… Y solo por una idea, que sabe perfectamente porque la tiene.
A lo cual debería dejarla de lado, no le hará ningún bien estar así.
-Pero, ¿Y si Dohko se te declara?- Hace estas preguntas, con un tono preocupado, es evidencia el hecho de que el castaño gusta mucho del doncel de cabellos alborotados, solo que no se atreve a declararse aun… Claro pues ha pasado poco tiempo, pero eso no evita que el amor que sea obvio el amor que ha surgido tan rápido.
Solo que un corazón es demasiado terco, para darse cuenta al cien por ciento que es lo que también desea.
-Entonces…- Responde, ya dándole la espalda al otro, pues se había enojado –Tendrá que aceptar que lo rechazare- Contesta tajante, mientras decide mejor ponerse a leer cualquier cosa, y no desea hablar con el rubio por ahora.
-Shion…- Lo llama con cautela… Su mano algo alzada, pues cuando el otro se giró, aparto la propia con brusquedad, clara señal que lo hizo enojar sin quererlo.
Entre amigos a veces pasa, pero no fue con intención.
-Lo…- Estando a nada de disculparse por su imprudencia… Pero es que no desea ver solo y triste a su mejor amigo, ya que… Si algún día, el destino les sonríe del todo a Deu y a él, no le gustaría verlo solo… Y sufriendo por no estar al lado de la persona que quiere.
Asmita puede ver más allá de las palabras del peliverde, lo sabe… Ya que lo conozco muy bien, en este punto, aun mejor que nadie más.
Pero las disculpas tendrán que verse después…
Ya que dos personas se acercan a ambos, aunque se tardaron, pues vieron de lejos las reacciones de Shion y este sí que las lograba atemorizar tanto, pero decidieron tomar el valor necesario.
Zinerva y Liselot se paran poco antes de llegar, y con voz tímida hacen lo que deben, antes de que llegue la maestra.
-Asmita… Shion…- Los llama a ambos la peli rojiza, sonriendo tímidamente.
Mientras la de cabellos verdes claro está detrás de ella, intentando no morir por las miradas que le lanzaran.
-¿Eh?- El único que responde y que parece que presto atención es el rubio, girándose a verlas, aunque su semblante no es el de amistad como siempre -¿Ocurre algo?- Aun guarda cierto enojo por como hablaron de Deu y de todas las tonterías que dijeron.
-Es que… Buen…- Zinerva comienza a hablar… Titubeando pues puede sentir el enojo en los ojos azules del otro, pero sabe que de los dos es el que menos sería capaz de insultarlas –¿Si sabes que el club de teatro es uno de los más grandes y que tiene gran autoridad?- Dice esto con cierta alegría fingida.
Las mira con un rostro confundido, pero asiente.
-Bien…- Rápidamente agrega a la conversación Liselot, acercándose para quedar a escasos centímetros del pupitre –Y ¿También sabes que cada año en estas fechas, nuestra líder suprema… Escoge a algunos alumnos ajenos al club para interpretar la obra que se pondrá en escenario para esta primavera?-
-Creó que escuché algo así del primo de Shion- Se gira a verlo, aunque este aun le dé la espalda sentado en su lugar, para ignorar todo el asunto, sintiéndose un poco mal.
-Eso es bueno, ya que…- Se tiene un poco en confiada, pero es mejor hacerlo de una vez y soltar la verdad de golpe y huir -¡¡¡ES QUE LOS DOS FUERON ELEGIDOS PARA INTERPRETAR DOS PAPELES IMPORTANTES EN LA OBRA DE ESTE AÑO!!!- Rápidamente jala el brazo de la otra, y así alejarse de la tormenta que se vendría en el instante de la reacción de Shion.
Que desde luego no tardó en hacerse presente.
-¿Cómo?- La sorpresa en el rostro de rubio, los ojos sumamente abiertos, sin creerlo lo que escucho.
-¡¡¡¿QUÉ COSA?!!!- Y allí la reacción del peliverde, levantándose de golpe, casi derribando la silla.
Claro que esto llama la atención de los demás alumnos.
La mirada rosa alarmada por esta noticia, ya que conoce perfectamente lo que esto significa y sin duda sería algo de lo cual no podrían hacer nada al respecto, por las reglas establecidas.
Los nervios lo invaden, los cuarzos aterrados, que incluso asusta más esa reacción que la del enojo, pero esa no se tarda mucho en presentarse, más cuando sepa de qué obra se trata.
---Hora del Receso (Clases de Segundo Año)---
-Vamos, Deu- Un castaño de ojos verdes, sale apresurado de su salón esquivando a todos los demás que también van a en esa dirección.
-Ya voy…- Igualmente sigue la misma intensidad del otro, con una cara de completa decisión, pues a lo que debían enfrentarse a un lugar que no se tiene cuartel.
Corrieron con una cierta suerte poco vista, salir unos minutos antes del salón de clases… Ya que su curso terminó un trabajo a tiempo, como recompensa los dejaron salir unos pocos minutos antes y así poder acercarse a la cafetería, para los que compren alimentos en este lugar puedan escoger los mejores.
-Tenemos una enorme suerte, no debemos desaprovecharla- Habla Dohko, con una mirada de decisión absoluta y sonrisa ya de triunfó.
-Lo sé, pero… ¿Crees que lo logremos?- Pregunta, sin bajar el paso, llegando a la par del otro.
-Debemos hacerlo, si no…- Al llegar a la cafetería, miran que apenas pocos estudiantes del último año están pidiendo sus alientos, la fila es sumamente corta, apenas seis personas adelante de ellos, si es que se dan prisa en formarse –Conseguiremos lo que están vendiendo el día de hoy- Mira el cartel que muestra el platillo especial, unas papas fritas con trozos de pollo empanizados, y aderezos muy deliciosos encima.
Sin duda es algo que no se pueden perder, solo lo hacen de vez en cuando, y lamentablemente desde que ingresaron a este plantel solo lograron comerlas una vez, cundo la suerte les sonrió…
Es una ocasión que se da solo una vez al mes… Y al parecer todos los planetas se alinearon para darles esta oportunidad.
-Entonces, vamos a formarnos- El peli azul, al ver y oler dicho platillo, sonríe y decidido a estar en su lugar ganado por suerte, justo detrás del castaño, que también está entusiasmado.
-Sera algo tan delicioso- No cabe de su felicidad, denotando que sus ojitos brillan con gran emoción, casi queriendo dar saltos.
-Ja, ja, ja, debe controlarte un poco- Le índica Deu, mientras también se imagina el delicioso sabor que tendrá esas papas con trozos de pollo bañado en esa salsa especial.
-Es una gran coincidencia que papá no nos dejara almuerzo- Si bien, este alimento que comerán es muy delicioso, admite que lo que su progenitor prepara es algo sumamente delicioso que no tiene comparación, bueno… Sabor por lo que el peliverde a veces prepara y le da.
-Me da mucha pena…- Baja la mirada, con las mejillas muy rojas.
-¿Sigues con lo mismo?- Le recrimina dándole un golpecito en el hombro –Papá también dejo algo para ti. Él no quiere que toques tus ahorros- Le recuerda aquello con una sonrisa.
-Pero…- Intenta decir algo, avergonzado de nuevo por como el pelirrojo al verlo llegar a la casa en la mañana.
Ya que por el hecho de no poder quedarse a dormir, ni ir o entrar… Se levanta más temprano por las mañanas, para irse juntos el castaño y él a la escuela, así pasar algo de tiempo, saludar a los padres de esté… En donde a veces desayuna con tranquilidad y conversar un poco…
A ambos por no darles un almuerzo, les dijo el pelirrojo que por esta vez él les invitaba el almuerzo en la escuela.
Cosa que Deu declino primero, pues pensaba tomar de sus ahorros… Que por ahora los guarda celosamente en la casa de su mejor amigo, ya que su casa obviamente no es segura…
Pero Gateguard no lo dejaría en lo más mínimo hacerlo, ya que esos ahorros son para que él pueda irse de esa casa, en cuanto tenga la mayoría de edad… Aunque ya tiene donde poder llegar cuando eso pasara…
-Nada de peros- Le vuelve a dar un golpe en el hombro y una sonrisa –Sera mejor que lo aceptes, comas bien, sino mañana te va a regañar- Le habla con estas palabras, para que olvide por completo cualquier malestar que tena por los recuerdos del hecho que sus padres son unos malitos por prohibirle ir a casa de su mejor amigo, pero… Se están acompañando de esta forma por el momento que los sigan vigilando.
Asiente, dedicando una sonrisa –Tienes razón, no quiero hacer enojar al señor Gateguard- Mira al frente que solo quedan dos antes de Dohko y significa que también él a podrá pedir su platillo especial –Mmm… Creo que solo comeré el pollo…- Menciona esto con determinación.
-¿Las papas se las planeas dar a tu ángel?- Le sonríe pícaramente, pues también tiene pensado en compartir esto con Shion, aunque conociendo a los donceles, ellos siempre llevan sus almuerzo, de vez en cuando quieren comprar algo en la cafetería.
-No come carne… Pero le puedo hacer feliz con las papas, a él le encantan…- Sonríe sonrojado, solo imaginar verlo comer, o tener la oportunidad de darle en la boca.
Está completamente enamorado, claro que lo aceptó desde el primer momento, pero este dulce amor que tiene por el rubio, solo crece cada día, al grado de suspirar y pensar en él siempre y también en algo más importante.
Ya que ha tomado una decisión… Todo pensando en que debe ser lo mejor, solo para que su ángel siempre sea feliz.
-A mi borreguito, sé que disfrutara compartir… Me encanta verlo tan feliz- Suspira, sonrojado… Dándose cuenta que ya es su turno para comprar lo que desea.
Ambos chicos, pueden tener ideas bastante curiosas, es normal emocionarse por una comida diferente, pensar en compartirla con la persona que más ama en este mundo aunque no sean aun pareja, y solo sigan como amigos, que tienen salidas a veces en grupo y otras en forma de citas, aunque no la mencionan de esa forma.
Pero… Bueno, es más fácil para Deuteros y Asmita ir aceptando estos sentimientos, que Dohko y Shion, aunque el castaño no dude ni una sola vez ese amor, el de cejas curiosas no está listo para algo así por sus propios miedos y conflictos internos.
Compran aquellos platillos, sonrientes porque lo tienen y están a casi nada de ponerse a salvo en una mesa que lograron divisar y está vacía, poco antes de que los demás alumnos ingresen en esa área y se vuelva un caos.
Desean ya ver a los donceles que más aman, Deu le mando un mensaje a Asmita, que sabe que lo vera cuando pueda salir a receso… Para verse en la cafetería y poder almorzar los cuatro juntos.
Así, servía que podrían organizar bien la salida para el festival de las luces que se llevara a cabo aun con este frio que pega en estos meses.
Sin embargo mientras están en esa espera, conversando, expresando las ideas de que podrían hablar, planeando la siguiente jugada...
Puede que el de ojos verdes aun tardara en decirle algo a Shion de forma formal, para una declaración, Deu siente que podría hacerlo, solo que teme mucho en tener la idea equivocada.
Son confusiones y miedos, pensando que puede no ser correspondido, aunque todas las señales están allí, los adolescentes dudan bastante, pero ¿Cómo no?
Es su primer amor y desea que sea el único en toda su vida.
-¿Esperaras hasta su cumpleaños?- Pregunta curioso el castaño, mientras bebé un poco de jugo que compro.
-Sí, creo que podría ser bien hacerlo, pero… ¿Crees que este bien?- Dudoso el peli azul, sin duda aun piensa a futuro, pero cree que es la mejor opción.
-Pues… Pude que sí, o que no…- Pensativo el Chino -¿No crees que sería mejor, en un día que sea especial para los dos?- Una sugerencia que da, hablando obviamente desde sus creencias.
Aunque la conversación es interrumpida.
Pues justamente alguien más se presenta y no precisamente los donceles que esperan.
-Dohko, Deuteros- La voz algo chillona de una persona más joven que ellos, se hace presente.
Lo cual saca de su conversación a los dos chicos, para girarse a ver al recién llegado.
-Hola, Regulus- Una sonrisa por parte del castaño, saludando al compañero de clases del peliverde.
-Hola- El peli azul un poco más tranquilo, y sintiendo una leve preocupación por que escuchara de lo que estaban hablando, y vaya con el chisme.
Sin pedir permiso, se sienta en una silla con ellos, para con una sonrisa empezar una conversación.
-Verán, iré directamente al grano y quiero una respuesta buena, pues podríamos hacer un pequeño intercambio- Sonríe maliciosamente, mirando ambos.
-¿Un intercambio?- Dudoso el peli azul con estas palabras.
-¿De que estas hablando, pequeño Regulus?- El castaño intrigado, pero preocupado y con cuidado pues la mirada del menor es bastante conflictiva.
-Primero lo primero, Dohko- Señala a este con la mirada.
-¿Qué ocurre?- Alza la ceja, en señal de duda y preocupación.
-Bien, y si respondes, te diré lo que ocurrió hoy en las clases con sus amados- Una sonrisa pícara se dibuja en el rostro del otro, mirando como los otros dos reacciona de forma sorprendida.
Clara señal de que ambos están interesados y picaron el anzuelo, para concretar su pequeño plan.