El rubio mira con suma tristeza al castaño, lanza un suave suspiro, tendrá que hablarle y serle lo más honesto posible con esto, claro sin ser imprudente en sus palabras, no le hubiera gustado llegar a este punto, pues tiene aprecio hacia Dohko, pero…
Si sigue así el de segundo año, intentando conquistar el corazón del peliverde, terminara provocando que Shion se encierre aún más en sí mismo, y para sacarlo sería casi imposible.
Sin contar que estos dos Donceles ahora mismo no se hablan por una discusión, que claramente es una tontería…
Sin embargo la reacción del peliverde no es justificable, pero si entendible.
-Ya debió regresar a su casa…- Muerde su labio inferior, bastante triste, quitándose los lentes pues le molestan por haberlos empañado antes, aunque así batalle más para ver claramente a los dos, ya reconoce sus voces muy bien a este grado.
-¿Qué no se supone que siempre te espera y regresan juntos?- Ambos jóvenes saben de esta discusión entre los dos, pero no van a ir de entrometidos en temas ajenos, aunque si les causa curiosidad.
Una meuca de dolor y vergüenza se hace presente en el rostro del rubio, negando con la cabeza –Ahora mismo… Shion está enojado conmigo… Y… No lo culpo…- Aprieta levemente sus puños, con los hombros caídos.
Para este punto el moreno le ha soltado esa zona, para tomar la mochila del rubio –Lo molesté con algo que no le agrada, lo fastidié tanto…- La culpa reina en su corazón, percatándose que haberle estado diciendo tantas cosas de que debería estar con Dohko y aceptarlo.
Aunque lo estuviera haciendo con buenas intenciones, pues reconoce los pequeños cambios en el peliverde, no debió atosigarlo tanto…
Sabiendo sus temores y miedos, creyó de una manera errónea que las cosas podrían mejorar con unos pocos meses de convivencia, que si bien le ha agradado a Shion, no significa que esté listo para arreglar todo por un amor.
Que si bien… Es correspondido y lo podría seguir siendo, no garantiza que las cosas no se vuelvan malas más adelante.
-¿Asmita?- Nota en el estado que se encuentra su precioso ángel, le da una sensación de dolor en su corazón, un deseo tan grande de abrazarlo y protegerlo, de cualquier cosa que le atormente.
Sin embargo sus manos se mantienen quietas, no invadirá el espacio personal del otro, solo esperara a que quiera compartirle su sentir…
Pero a diferencia del moreno, que entiende y comprende a su rubio… Dohko no está para nada interesado en esperar a que el otro continúe cuando quiera…
No actuara mal, no será un grosero para obligar a alguien a hablar, pero si le gustaría saber la razón del enojo del borreguito de sus sueños…
Saber si puede hacer algo para que no esté mal, no le agrada el hecho de no poder verlo y más sabiendo que esto de la obra ya se esparció como pólvora por toda la escuela, y claramente eso no le gustara a Shion.
-Pero, ¿Qué paso? ¿Qué sucedió para que Shion este enojado contigo?- No alza la voz claramente, pero si es algo más seria y fría, al grado de solo mira fijamente el rubio con un grado de angustia en esas esmeraldas que brillan con la desesperación de querer saber sobre el tema.
Los débiles zafiros se fijan en el castaño, que por su rostro de desesperación da a entender perfectamente su sentir, la molestia y la preocupación…
Ya habían tomado la costumbre de acompañarlos a la salida cada que pudieran, o al menos cuando no tuvieran esa oportunidad ninguno de los de segundo, los Donceles se acompañan en su regreso, ninguno iría solo…
Sin embargo, esta vez… Shion prefirió ir por su cuenta, sin esperar a nadie, no necesitar a ninguna otra persona para hacer lo que quiera.
Este castaño sabe muy bien que el peliverde es de esos Donceles que parecen frágiles y delicados, pero al conocerlo, descubrió que tiene una fuerza y determinación, con la cual no permitiría que nadie le pase por encima, y luchara por defenderse en todos los caminos posibles.
Aun así, no puede evitar sentir una incomodidad enorme en su pecho, y enorme preocupación.
Tal vez exagere estos sentimientos, pero un torpe joven enamorado es así en varias ocasiones.
-Dohko…- Habla suave, estando sumamente cerca del moreno, pues sentirlo a su lado es reconfortable y siente que así puede hablar sobre este tema, que claramente no será agradable para el castaño, teme que al final este ya no desee estar al lado del peliverde –Shion se molestó conmigo, porque estuve haciendo muchas insinuaciones… De que ustedes dos harían bonita paraje…- Dolerá y lo hará en un corazón que desea una sola oportunidad de demostrar su amor.
Aquellos ojos azules oscuros se quedan sorprendidos, mira fijamente a su mejor amigo casi hermano, pues desde que cada uno conoció al Doncel de sus sueños, pues en más de una ocasión se la han pasado hablando y pensando en ellos… Ideando planes cada vez más locos y divertidos para que cada uno tenga la oportunidad de ganarse el corazón de quien ama.
¿En dónde las cosas estaban yendo mal para su amigo?
El ceño levemente fruncido, la incomodad, y dolor se refleja, pero se intentan mantener congruente, aunque en su corazón reina ya la confusión, pues no entiende bien cómo es que eso ocasionaría una disputa entre dos muy buenos amigos -¿Qué? ¿Por qué se molestó?- Parpadea varias veces, confundido, mirando al suelo, sus pupilas moviéndose de lado a lado, para intentar recordar si hizo algo grosero contra el peliverde o lo hizo enojar de cualquier forma -¿Lo molesté con algo?- Da un paso hacia el rubio, preocupado de una pero forma -¡¡¡¿QUÉ HICE PARA QUE ESTE ENOJADO CONMIGO SHION?!!!- Su reacción en este punto es algo explosiva, pues no soportaría para así de fácil que de la nada, el peliverde lo rechace y odie, ya que no sabe que ocurre con certeza -¡¡¡DIME, ASMITA!!!-
Aquellos ojos azules como el cielo reflejan el susto por los gritos del castaño, ya que nadie se los esperaba.
-¡¡¡DOHKO!!! ¡¡¡TAMPOCO ES PARA QUE LE ESTÉS GRITANDO A AMISTA!!!- Deuteros desde luego sale en defensa de su amado ángel, para posicionarse delante de él y darle un leve empujón al otro para que retroceda, y se calme, pues este comportamiento no está para nada bien.
No permitirá que nada, ni nadie ofendan, asuste o lastime al rubio, no importa de quien se trate.
-¡¡¡PUES QUE ME DIGA QUE FUE LO QUE OCURRIÓ!!! ¡¡¡SI TÚ LO DEFIENDES, OBVIAMENTE YO DEFENDERÉ A SHION!!! ¡¡¡SI ALGO MALO HICE, QUIERO REPARARLO!!!- Mira al más joven, con un rostro de pocos amigos, para volver a dirigirle la palabra, aun en contra de la mirada fija del moreno -¿Qué fue lo que le dijiste para que este tan enojado?- La mandíbula apretada, tan tensa que sus dientes parecieran rechinar.
Deuteros nota que esto ha molesta bastante a Dohko, no sería capaz de hacer algo contra un Doncel, pero tampoco le está agradando esos gritos que da, que no están para nada aceptables contra nadie y menos para alguien que defenderá a capa y espada.
-¡¡¡OYE!!! ¡¡¡CÁLMATE PRIMERO, NO LE VAS A ESTAR GRITANDO A AMISTA POR ALGO ASÍ!!!- Ninguno sabe las razones de esta pelea entre los Donceles a ciencia cierta, pero cada uno protegerá a quien ama.
-¡¡¡BASTA!!!- El rubio rápidamente hace su intervención, con sus dos manos delante de su pecho, en forma de puño… Con el labio tembloroso, sin derramar lágrimas, y una mirada de angustia total.
Esto llama la atención de los dos chidos de segundo que están dispuestos a lo que sea por quienes son las personas que más aman en este mundo, aunque aún no sean nada más allá que amigos.
-¡¡¡NO QUIERO QUE USTEDES TAMBIÉN PELEN POR MI CULPA!!!- La voz suave del Doncel se escucha diferente cuando grita, sigue siendo un poco aguda, pero potente para llamarles la atención, y hacer que paren su disputa tonta.
Para Dohko esto no representa nada, tal vez solo calmarse un poco por su actuar impulsivo, que le provoca la preocupación de cualquier cosa que afecte al peliverde, sin embrago tampoco es justificación para grítale a Asmita, sin embargo le es difícil mantenerse calmó ahora…
-Lo siento… Asmita…- Deuteros de inmediato se disculpa con su ángel, sintiendo una leve culpa en su corazón, pues le desagrada verlo con una carita toda triste y desolada.
-Yo soy el que debe disculparse…- Su voz empieza a quebrarse, cuando piensa rápidamente en ese momento que Shion le conto todo su dolor en la infancia, y por primera vez lo vio destrozado, llorando, que el rubio tuvo que ser un pilar para el otro…
Que derramo su dolor en el hombro ajeno y lo cuido mientras eso sucedía…
Debí ser prudente y no hablar por hablar… Dañarlo sin querer, por insistir en un tema, que aunque es algo muy hermoso, para otros no siempre significa eso, y más si es que tiene una terrible carga emocional que le impide ver más allá de su dolor.
-Shion ha sufrido tanto… Tiene miedo… Mucho miedo de…- Empieza a llorar para este punto, no para cuásar lastima, si no que siente el arrepentimiento carcomerle… Recodando lo que sabe y que no debió estar tocando una fibra tan sensible –No está listo… No sé si algún día… Él esté preparado para enamorarse de alguien… Yo no debí molestarlo, ni decir nada…- Sus zafiros catalizados intentan admirar al castaño, sabiendo que también lo está lastimando, pero es necesario que sepa un poco de este conflicto –Seria mejor… Que no siguieras intentando…- Musita esto, baja su mirada, pues tampoco es algo que cree de verdad, pero con el peliverde en ese estado, sería lo más prudente hacer.
-Pe… Pero… ¿Por… Por qué…?- El corazón del Libriz, claramente no comprende nada, empieza a dolor, a sentir desesperación y una terrible angustia… No comprende nada de las palabras del rubio.
¿Por qué tendría que alejarse de Shion?
Dohko simplemente no podría hacerlo…
Ahora en este punto el pali azul sí que se ha quedado algo sorprendido, pero no tanto… Había notado ciertos comportamientos del peliverde hacia su mejor amigo, creía que solo se trataba de timidez, o que fuera demasiado reacio para entender esos sentimientos, cualquier cosa…
Además de las pequeñas conversaciones que el moreno a veces tenía con su ángel, cuando salían en plan de amigos, y tocaban esos temas…
Aunque Amista hablaba lo más sincero posible, siempre sacaba la vuelta a cosas de las cuales ya no podía hablar.
Desvía la mirada, negando de nuevo con la cabeza, cerrando sus ojos, con unas lágrimas escapando de los zafiros lastimados –No te puedo decir más… Solo que… Shion no es alguien malo, no jugaría con tus sentimientos, y no puedo decir si te ama o no, pero… Si puedo decir que te quiere como amigo y no creo que… Quiera perderte pero… No sé cómo reaccionaría ahora si llegaras a intentar algo o… Decirle tus sentimientos…- No pudo más, como un instinto de pequeño, cuando debía decir algo que no le gustaba pero era necesario… Siempre sujetaba la prenda de alguien cercano e importante para sentir el valor de continuar…
Y por mero instinto, de algo que había dejado hacer, sujeta el saco del moreno de manera discreta, como si buscara un tipo de apoyo sin decirlo, pero que el peli azul capta...
Deuteros sabe muy bien que en este punto sus palabras sobran, y aunque sean solo amigos… Si su ángel lo necesita, si no pueden ser nada más allá de amigos, igual… Estará allí para él.
Claramente estas palabras, esa información que no sabe cómo entenderla…
Pensaba que estaba haciendo todo bien, que poco a poco sus sentimientos llegarían al corazón de su borreguito esponjoso…
Los momentos que pasaron leyendo mangas, hablando sobre los animes que les gusta, las pequeñas salidas en grupo, creía que todo estaba yendo bien… Que estaba fomentando las bases para una relación más allá de la amistad.
No podía evitar querer darle cumplidos, insinuarle que su corazón late por él, no tiene vergüenza o pena en hacerlo… Sin embargo las reacciones de Shion parecían indicarle que le correspondería en algún momento…
Pero resulto que tal vez se estaba equivocando, ilusionándose con la vergüenza o incapacidad de negarse del otro, aunque que esto último es lo extraño de cuestionar, pues el Doncel sabe decir “No” cuando es necesario…
¿Cómo era posible que al final, todo lo que había pensado y sentido, podría estar mal?
Que está incomodando tanto a Shion, que le molesta al grado de enojarse con su mejor amigo, solo por insinuar que puedan ser una bonita pareja…
¿Acaso su posible relación, solo está destinada a un fracaso eminente, sin siquiera haber comenzado?
---Hogar de los Ariesh---
Al llegar a su casa… No presto atención absoluta a nadie que estuviera allí presente…
No era parte de su personalidad ignorar a todos a su alrededor, sin importar condición social… Pero no está de humor para hablar con nadie, mucho menos dirigirles la palabra.
Ni siquiera querer contestar un saludo, sintiéndose molesto, frustrado, enojado, deseando que nada de lo que ese día hubiera pasado…
Sus pasos sonaron firmes y fuertes por los pasillos, para dirigirse directamente a su habitación y allí quedarse encerado hasta que fuera necesario salir…
Simplemente desea estar solo, pensar y analizar toda su frustración e impotencia que tiene en su corazón… En su mente y ser…
Los eventos de una obra realmente no es que le importen tanto… Le parecía una ridiculez que sin importar nada, no quería hacerlo…
Pero no por ello esta con esa actitud, solo fue un detonante… Uno que causo que su cólera surgiera, por un tema que claramente jamás le ha gustado hablar… Siempre ha querido enfrentar sus problemas por sí solo, que nadie tuviera que verlo llorar o demostrar que algo le duele.
Ese pensar viene desde hace muchos años… Cuando era un niño…
Volver a pensar en todo el dolor y tragedia… El sentir que no pudo hacer nada… Solo refugiarse en los brazos de su hermana mayor… Le parece tan cruel tener que volver a sentir algo así…
No por completo, pero si la razón del por qué su mente como corazón no aceptan lo que esos sentimientos significan.
Una amistad, claro que la puede aguantar, la agrada y es cómoda para él, pero… Un amor, sentirlo como tal…
Es tan cruel de aceptar, porque…
No es que no lo quiere más allá de una amistad, pero su terca decisión le impide decirlo abiertamente, y no es por qué no lo desee hacer, es solo que no se lo puede permitir… Ya que si llegara a ser la causa del sufrimiento de quienes quiere no lo podría soportar.
Es demasiado joven para pensar más allá, pero… Sus temores a veces son más grandes que cualquier razón, y no se entienden para nada.
Dejó su mochila en el suelo… Ni le dio importancia llevar aun el uniforme puesto, pues deicidio acostarse boca abajo en su cama, abrazar la almohada… hundiendo su rostro en esta, hasta que sintió una molestia para respirar y giro su cabeza hacia el flanco izquierdo…
Sus cuarzos solo demuestran enojo, no tiene ni una lagrima escapando, solo enfado y confusión que lo desespera, mira hacia el suelo, lanza un suspiro cargado de cólera, para después levantar levemente la mirada, y poder así apreciar lo que en su cómoda se encuentra, en ese buro donde su lámpara está posicionada…
¿Por qué debía estar el manga que deseaba seguir leyendo con una persona?
Aquel que planearon en esta época de frio continuar, para luego en algún punto ver el anime en cuestión…
Frunce sus cejas en punto, apretando la mandíbula, muy enojado por siquiera haber pensado en algún punto que eso fuera agradable y bueno… Que así sería divertido pasar el tiempo junto a Dohko.
Posiblemente él mismo se hizo el tonto creyendo que solo eran cosas de amigos. Se alegró tanto al saber que alguien tuviera un gusto similar, cuando muy pocos disfrutan de este entretenimiento, y no demostraría a cualquiera esa faceta de él…
Con Dohko fue tan diferente y divertido esos momentos, solo siendo amigos, era feliz, pero… Por cada día que pasaban juntos así, por pequeño que fuera, sentía sus mejillas calientes, notándolas sonrojadas al ver su reflejo, su corazón latiendo a mil por hora, y lo nervios tan presentes en su cuerpo.
Recordar esas sensaciones va en contra de lo que se prometió a sí mismo.
Y aunque todos le digan que este mal, que eso no es algo bueno, es necio en no querer tener ayuda externa, para comprender que…
Los sentimientos románticos… No significa solo dolor, tristeza y un posible futuro donde se deban separar aunque no sea por alguna razón de peso, si no por un cruel destino…
Simplemente Shion no es listo para confrontarse a sí mismo, y actuar con enojo para ocultar su dolor y tristeza. Algo que puede manejar mejor es el enfado que las lágrimas.
Y lo refleja al simple hecho bajando de su cama, para ponerse de pie… Y así tomar aquel manga con todas sus fuerzas, apretándolo, sin importar que la portada se marque con sus uñas, y por simple impulso arrojarlo contra la pared más cercana.
Su rostro enmarca la furia y dolor que presenta, pero… Algo más aparece en sus ojos cual cuarzos, lágrimas calientes bajan por esas mejillas que están rojas, no son causadas por un sentimiento agradable, sino por el coraje que lleva.
La impotencia de no lograr entenderse ya, el grado de desespero que lleva en su corazón por no comprender nada de lo que le pasa.
Y saber que ahora mismo ha alejado a un buen amigo, que no supo medir sus palabras.
Sus puños tiemblan, llevados a sus laterales, su rostro contraído, enmarcando la desesperación en boca, ojos y nariz…
Cierra sus orbes rosas, para derramar lágrimas, deseando tanto el poder arrancarse todo este dolor que no ha podido superar desde que era un niño, y solo le hace sentir miserable.
Sus piernas no aguantan más… Desolado, enojado, desesperado, preocupado, angustiado y con un sinfín de sentimientos encontrados, entre la tristeza y el enojo…
Los extremos que conllevan a dos emociones que se mezclan en su corazón desde hace tanto y que cuando otra comienza a invadir su “Equilibrio” se siente tan confuso…
Cae de rodillas… Estando solo en su habitación, sin nadie con quien hablar ahora… Dándose cuenta que tal vez no fue tan buena idea enojarse con su mejor amigo, pero no pudo controlar ese enfado por insistir en algo que… Ni él mismo cree posible decirlo sin pensar que todo acabara mal.
No es que desee sentirse así, pero es algo que solo surge en su corazón y le causa un terrible conflicto…Y es tan orgulloso como terco para no pedir ayuda alguna en ningún momento.
Sin embargo, no se puede culpar… La mayoría no cree que necesiten ayuda, y se hacen los fuertes para no preocupar a nadie.
-¿Por… Que…? ¿Por qué… Nadie… Entien… De… Que… No es… No… Es… Que no quiera… Enamorarme, es solo que...?- Deja que su sufrimiento salga como dos ríos torrenciales que inundan sus mejillas, sujetando su mismo uniforme con ambas manos al nivel del pecho, como si sintiera un terrible dolor en su corazón que nadie pude solucionar, solo él mismo.
El misterio del tormento de un corazón, no siempre es por una decepción amorosa anterior, a veces algo que creen que no es razón o justificación, que piensan los demás que no se relaciona, viene a ser la raíz del por qué se niegan a sentir algo más los afectados…
No quiere ilusionarse, pues cree que volvería a pasar un martirio que le ocurrió, no podría dejar que algo así les pasara a otros.
Unos pasos detrás de su puerta se escuchan que han llegado de forma apresurará… Se puede escuchar una respiración agitada…
Que sin permiso, ni importarle que él otro le pueda gritar, abre esa puerta… Dejando ver una habitación muy bien arreglada, limpia y decorada con objetos de diferentes temas que hacen muy feliz al peliverde.
-¡¡¡SHION!!! ¡¡¡¿QUÉ PASA?!!! ¡¡¡¿QUÉ FUE ESE RUIDO?!!!- La voz algo preocupada de alguien se deja en evidencia en esa habitación, pero se queda apagada en el instante que ve el estado en que se encuentra el Doncel…
En el suelo sentado, abrazándose a sí mismo, escondiendo su rostro en las rodillas, para que nadie vea que sus lágrimas brotan tan desesperadamente que le daría vergüenza que cualquiera lo vea, incluso la persona que se queda parada delante de la puerta, confundida y sin saber que le ocurre a Shion.