Los ojos celestes de la chica se quedan impresionados por lo que aprecia.
-¿Qué tienes?- Es lo que alcanza a preguntar, al acercarse rápidamente a su hermano.
Preocupada por verlo llorar, al igual por los fuertes ruidos que escucho previamente, ya que provenían de la habitación del peli verde.
Pocas habían sido las veces que lo logro ver derramando lágrimas ahora en la adolescencia, sumándole que está en el suelo, abrazándose a su mismo.
Pero no quiere pensar que es por el mismo motivo de antes.
Sin apartar su rostro del escondite en donde sus lágrimas no se notan, sólo allí… Deja que su dolor se desvanezca y salga, para no verse débil ante nadie.
No ve a su hermana a la cara, pero sabe que está allí, escucha las palabras que le dedica, con esa voz que conoce muy bien… Aquella que muchas veces lo consoló cuando… El dolor era insoportable.
-No me pasa nada Yuzuriha…-
No le sorprende que le diga algo así, cuando claramente es todo lo contrario -Vamos, ¿Me crees tan ingenua para creerte eso, y viéndote así?- Sin pensarlo más, y tratando a su manera de brindarle su apoyo al peliverde, se sienta a lado del otro, apenas poniéndole un brazo sobre los hombros para intentar calmarlo -A ver, dime que te pasa. Sabes muy bien que todo se puede resolver en esta vida, así que…-
Con un movimiento brusco, el otro se aleja de ese agarre que sólo al sentirlo su reacción es la de moverse a su derecha, dejando ver su rostro con lágrimas y ceño fruncido, mostrando una mueca de desesperación y angustia total.
-¡¡¡DÉJAME EN PAZ YUZURIHA!!! ¡¡¡NO QUIERO HABLAR CON NADIE!!!- Pocas eran las veces que este Ariesh se llega a comportar de esta manera con algún miembro de su familia, usualmente no adopta esta actitud tan poco educada.
La joven solo sigue llevándose sorpresa tras sorpresa por el estado de ánimo del peli verde, pero tampoco va a dejar que le alce la voz uno de sus hermanitos, cunado en ningún momento lo ha ofendido.
-¡¡¡BUENO!!! ¡¡¡¿A TI QUE TE ESTA PASANDO?!!!- Ella estando ahora sentada en el suelo, los dos teniendo una altura algo similar, se le enfrenta sujetándolo del brazo con cierta fuerza, pues le enfada que se esté comportando tan caprichoso.
-¡¡¡SUÉLTAME, YUZURIHA!!! ¡¡¡NO TENGO QUE CONTARTE TODO LO QUE ME PASA!!!- Intenta zafarse del fuerte agarre de la joven, ambos poseen una fuerza similar, sin duda se pueden lastimar al intentar seguir con su terquedad.
Ambos mirándose fijamente a los ojos, frunciendo el ceño, notando que sus tikas se juntan algo que los hace muy adorables, aunque estén discutiendo, sus dientes se muestran y las mandíbulas apretándose, uno por la terquedad que lo guía y la otra por retar al menor.
-¡¡¡¿QUÉ NO TIENES NADA QUE CONTARME?!!!- Señala el manga que se ha deshojado al haberlo estampado contra la pared -¡¡¡¿ME VAS A DECIR QUE ESA COSA TIRADA Y ROTA EN EL SUELO, SE CAYÓ SOLA?!!!- Los celestes parecen ganarle un poco a la rosas, ya que mientras los de ella siguen intensos, los de Shion se llenan de lágrimas por darse cuenta que hizo una verdadera tontería.
-¡¡¡ESE LIBRO LA CUIDAS MUY BIEN!!! ¡¡¡LO COMPRASTE RECIENTE, POR QUE ESAS COSAS TE ENCANTAN!!!- Sigue recriminándole poco su comportamiento, para acorralarlo emocionalmente, y así hacerlo hablar -¡¡¡ADEMÁS ES ALGO QUE COMPARTES CON EL CHINITO!!!-
Escuchar la manera en que su hermana se refiere a Dohko, provoca que sus pupilas tiemblen, y no pueda contenerse en querer derramar lágrimas de forma discreta.
Esto sí que es difícil, ya que reconoce que su hermano es de guardarse todo el dolor y tristeza que sienta.
-Shion, vamos… Tú no actúas así de grosero por qué si, algo te debió pasar- Se intenta calmar, al ver cómo el rostro del menor se vuelve a llenar de lágrimas, aunque la mirada se sigue mintiendo contra ella.
No existe respuestas, sólo el temblor en los labios del peli verde, como su furia y tristeza se manifiestan, ocultando más de lo que a simple vista se puede apreciar.
Un suspiro lanza la chica de coleta alta, entiende bien que si sigue por este camino el otro seguirá callando, y no sabrá cómo encontrar la verdad de esos problemas ahora.
-No deberías estar rompiendo tus…- Se queda pensativa, intentando recordar el nombre de esos libros tan curiosos -¿Mangas?- Habla en forma de pregunta, pero sigue el hilo de la conversación que única -Esas cosas son costosas y tú las disfrutas mucho- Le regala una pequeña sonrisa –Ya que al fin conociste a alguien que le guste lo mismo que a ti, deberías estar feliz por eso…- Sin soltar al otro, ni dejarlo de ver a la cara, intenta verse más abierta a hablar, que a regañarlo.
Sin embargo, no creía que sus palabras ayudarían a entrar en “Razón” al peli verde.
-¿Por qué todos me dicen que debo estar feliz de haber conocido a Dohko?- Habla, esforzándote tanto para darse a entender, mientras un nudo en su garganta se manifiesta, y su ceño fruncido se sigue presentando.
Ahora es Yuzuriha quien no responde nada. La mueca de dolor, las lágrimas, la forma en que Shion actúa, son recuerdos de hace ocho años.
-¿Por qué nadie puede dejar de insistir en eso?- Cierra sus ojos, bajando su rostro, ya sin intentar zafarse de la otra -¡¡¡¿POR QUÉ PIENSAN QUE ME DEBE GUSTAR DE ESA FORMA Y NO PARA SER SOLO AMIGOS?!!!-
Sus puños tiembla, aspira por la nariz con fuerza, mientras derrotado en el suelo sigue estando, dejando salir parte de su rabia con la mayor de los hermanos.
-Shion… ¿Pasó algo con él?- Es lo único que se le ocurre preguntar, mientras aprecia el rostro tan afligido y desesperado del otro.
Ya está en un punto total de quiebre, no existe forma de volver a callar sus sentimientos tan desesperados que han logrado desquebrajar su joven corazón, que poco a poco lo han hecho hundirse en su propia agonía.
-¡¡¡NO PASA NADA CON DOHKO!!!- Alza su vista, para quedar de frente con la otra -¡¡¡ESO ES LO QUE TODOS DEBEN ENTENDER!!!-
Aprovechando el susto que le dio a la otra por ese movimiento repentino, se logra zafar, para así ponerse de pie y así darle la espalda a su hermana, cruzados de brazos, mientras intenta calmar su llanto sin éxito alguno.
Aquella rubia ceniza se queda sorprendida del comportamiento errático del peli verde, se ha quedado en el suelo, observando solamente la espalda del contrario.
Sin saber muy bien cómo ayudarlo ahora.
-Todos ustedes… Creen que Dohko y yo debemos estar juntos, pero…- Su voz se empieza a quebrar de nuevo, su deseo de mantenerse firme flaquea, sin embargo quiere tomar valor para decir algo que puede no sentir realmente -No es así, no debemos estar juntos… Saben que yo no debo estar con nadie…- Su cuerpo entero tiembla, el recuerdo de una promesa que se hizo a sí mismo, cada día más le pesa cumplirla, todo eso gracias que ha conocido cosas maravillosas a lado de ese castaño, pero solo quiere negar todo.
Sus pupilas contraídas, sorprendida de que al fin empieza a hablar el otro, aún sin comprender todo lo que esto conlleva.
Poniéndose de pie en una falsa calma para darle espacio al otro.
No se iría de esa habitación sin saber bien que tiene su hermanito.
-Por qué vemos lo feliz que eres a lado de ese chico- Aclara el punto que algunos han notado, algo bastante obvio que sólo sus allegados podrían notar -Por qué con él te sonrojas, ha traído de vuelta una parte de tu sonrisa tan bonita que tenías de niño- Calla un momento, como si al fin hiciera clic en su mente al analizar esa analogía del tiempo -No tienes que seguir con absurdos pensamientos-
Alza la vista aunque aún le dé la espalda a la joven, aspirando por la nariz para calmarse, queriendo que el dolor y lágrimas sólo se vayan.
-Pará ti son absurdos, pero… Es lo que debo hacer- Contesta por completo en su terrible pensar y pesar.
Niega con la cabeza rápidamente, simplemente no creía que esto seguía atormentando al peliverde -¿Aún crees que debes negarte al amor?-
-Yuzuriha, es mi decisión…-
-¡¡¡¿CREES QUE A PAPÁ, LE GUSTARÍA QUE ESTUVIERAS ACTUANDO ASÍ?!!!- Le reprende con un tono de voz seria y algo fuerte, manteniendo el ambiente bastante hostil -¡¡¡¿NEGÁNDOTE AL AMOR?!!! ¡¡¡¿PENSANDO QUE DE ESA FORMA JAMÁS SALDRÁS HERIDO?!!!- Es ella la que no aguanta la enorme frustración que siente por la gran terquedad e insensatez del otro, que atina a apretar sus puños también, dejando escapar algunas gotas de sal de sus ojos, dando unos pasos hacia el frente, no para tocar a Shion, pero si para tenerlo cerca -¡¡¡¿CREES QUE ESO TE AYUDARÁ?!!!-
-¡¡¡NO TENGO DE OTRA!!!- Se gira, para también ver su rostro empapado de tristeza y dolor líquido, como todo el esfuerzo que hace para no volver a derrumbarse en el suelo, apretando sus dientes, como los puños, mirando a la otra de forma desafiante -¡¡¡NO QUIERO LASTIMAR A NADIE!!! ¡¡¡NO QUIERO DEJAR A NADIE, Y SUFRAN POR MI CULPA!!! ¡¡¡NO PODRÍA SOPORTAR QUE ALGUIEN LLEGUE A SUFRIR LO QUE NOSOTROS!!! ¡¡¡NO QUIERO QUE NADA DE ESO PASE!!!- Niega con su cabeza, desesperado, expresa su sentir por medio de gritos -¡¡¡SI ACEPTÓ LO QUE SIENTO, TERMINARÉ HACIENDO SUFRIR A DOHKO!!! ¡¡¡Y ESO… ESO… ES... LO QUE MENOS… QUIERO…!!!-
Su corazón adolorido revela sus sentimientos, sus intenciones, su frustración y dolor, dejando que todo salga sin importar quien esté adelante.
Otra vez es ella con la que saca todo su dolor, por la confianza que tienen.
Entre gritos, lágrimas de ambos, recuerdos de esa época en donde… El mundo entero de los cuatro se derrumbó.
Cada palabra logra hacer que el cuerpo del Doncel tiemble, su respiración arritmia por el esfuerzo de gritar, ya no soporta más contener el dolor, aunque sea una vez en su vida sacarlo.
La joven, vuelve a entender la situación, es igual... Sigue siendo lo mismo.
Atina a abrazar al cabizbajo peliverde, para darle confort y calmar, como en esos momentos tan dolorosos que vivieron… Acariciándole la espalda.
Shion ya no rechaza ese acercamiento, tampoco lo corresponde, solo deja que suceda.
Puede llorar en el hombro de su hermana mayor, puede secarse todo su dolor en ella, siempre ha sido así.
El llanto del peliverde se escucha tan lastimero y agobiante, por la confusión en su ser.
No sabe que decirle, siente que debe hacer algo más que solo abrazarlo y mimarlo levemente, son temas muy complicados para ambos, pero… Shion es demasiado obstinado y pesimista, que siempre ha pensado cosas que no deberían ser.
Pasa unos minutos en donde los dos hermanos dejan que sus recuerdos vuelen en su mente, la mayor calmando al de en medio, este al fin se aferra a las ropas de ella para dejar que ese dolor sigua cayendo en perlas saladas.
-Eras solo un niño de siete años cuando pasó… No deberías seguir pensando en esas cosas…- Su voz vuelve a ser suave, acariciando la espalda del otro, queriendo que la escuché.
-Fue… Una promesa… Yuzuriha… Pienso cumplirla- Entrecortada su voz se proyecta, intentando calmarse con una respiración tan agitada.
-Papá no te lo permitiría, sabes que él quería vernos feliz a todos nosotros… además padre tampoco quiere que pienses y mucho menos hagas esas cosas…- Siente una desesperación tan grande por volver a tocar un tema así de complejo y doloroso ocho años después -No te niegues a la felicidad, lo que pasó con papá, no significa que se repetirá en ti por ser Doncel…- Le quiere explicar y calmar a la vez, entre pequeñas gotas cristalinas que se desprenden de sus orbes celestes.
-No pienso… Dejar que la persona que ame, y un inocente sufran, si yo muriera…- El gran temor que lleva, pensando en los primeros tormentos que se vinieron a su mente cuando veía el dolor en su padre, el saber de la muerte de aquel peliblanco y su reacción como en su hermana, al saber que jamás volverían a verlo… Después de que ingresará a ese hospital.
Fue terrible, tan doloroso, Shion no sabía qué hacer en ese entonces...
Pues… Había sido siempre más cercano a su papá.
Lo admiraba tanto y quería ser como él cuando creciera.
Sus sueños inocentes y esperanzas de un pequeño niño, se le fueron arrebatados cuando su familia se rompió.
Un suspiro sale de los labios de la mayor, comprende que esto no será nada fácil de hacer, que cambie de opinión es una misión titánica -¿Entonces, simplemente vas a rechazar a cualquiera que te diga que te ama? ¿Te negaras al amor? ¿Y con eso serás feliz?-
No puede ver a la joven a los ojos, no tiene ahora mismo el valor de hacerlo, pues su corazón y mente han estado cambiando tanto, siendo tan complicado el poder seguir con su promesa… Desde que conoció al castaño.
Viviendo esa situación en silencio, pues no quería que nadie pensara que algo más ocurría en su corazón al ver a Dohko.
Pero es tarde, es obvio que sus ojos brillan, y su sonrisa se proyectan como el sonrojo en sus mejillas, solamente quiere que eso se acabe y no exista nunca más, pero… Un sentimiento que en ya está echando raíces, será muy difícil de arrancar, pero no imposible.
-Aunque… Yo quería o ame a alguien, no lo haré feliz…- Oculta su rostro en el hombro de la joven, para abrasarse más a ella y seguir derramando su dolor -No soy como ustedes que pueden afrontar todo con sonrisas o pensar que todo estará bien, yo… Tengo mucho miedo Yuzuriha, temo… Dañar a los que amo… Sé que papá no quería morir, no lo quería, pero… Es un riesgo inevitable… sucedió y… No quiero provocar eso en alguien o… Tener que volverlo a vivir-
Su mente conlleva situaciones negativas, horribles, en donde el amor no tiene cabida en su futuro.
El corazón de la rubia se estremece al escucharlo hablar así es… Como si volviera a sentir las lágrimas y el dolor del Shion de hace ocho años… Cada que se acercaba los cumpleaños de ellos.
Pensar en tragedias, en dolor y devastación, es lo único que puede ver en su futuro.
-Shion, el que te enamores de alguien, no significa que algo malo te pasara o a él… Puedes tener una preciosa vida a lado de quien ames… Podrías tener hijos, y jamás nada te pasará, o no tenerlos… Tienes tantas opciones -Niega con la cabeza, mientras sigue siendo abrazada por el Doncel que no la deja ahora mismo, para que no lo vea en su desgracia -Pero el sufrir en silencio, el negarte a amar, no es la opción-
-Es la que… Escogí…- Habla quedamente -Aunque sienta que ame a Dohko, no puedo decírselo o corresponderle… Será mejor… Que me aleje… Y así, él encontrará a alguien más a quien amar y ser muy feliz con esa persona- El decir esas palabras desgarra su corazón, provocando que esas lágrimas se vuelvan de sangre, su llanto sale en silencio, su alma se rompe, al notar que su terquedad aún no tiene un fin.
Su cuerpo tiembla por pensar en un peor tormento.
Un escenario dónde dejará que el amor de Dohko se extinga, aunque su corazón sea destruido…
Afrontara esas consecuencias, y estará bien por él.
-¿Serás capaz de verlo feliz a lado de alguien más?- Le hace un último cuestionamiento con el cual puede hacerlo pensar muy seriamente de lo que debe o no hacer...
Al aparecer las palabras de Yuzuriha han tenido un cierto efecto.
Pues en ese instante, Shion ya no puede decir nada más, solo aprieta sus labios, mientras se sigue ocultando en el hueco d entre el hombro y cuello de la joven, sus lágrimas se presentan ahogándolo con un nudo en la garganta, que no puede pronunciar palabra alguna.
Solo quiere seguir desahogándose, pues ha estado guardando sus sentimientos y sentir por estar “Traicionando” su promesa.
Es terco en no querer hacer nada para que ese profundo sentimiento sea entregado a quien le ha provocado tanto en tan poco tiempo… Una parte de él desea tanto demostrar lo que siente, pero aún están pequeña en su ser, que aún es abrumada por el dolor de una incesante tragedia.
En donde, aunque su papá faltará, jamás les fue negado un gran amor, pero esto va mucho más allá de eso…
Todos tienen diferentes maneras de enfrentar una perdida tan significativa.
---Mansión Virgem---
-Y eso fue lo que pasó, papá…- Un cabizbajo rubio, sentado sobre su cama, abrazando una almohada de un bonito sol sonriente, mientras un hombre de coleta baja y alta está a su lado, también sentado.
-Ya veo…- Asiente, lanzando un ligero suspiro, sonriéndole al Doncel menor, para acariciarle los dorados cabellos.
-No fue mi intención, papá… No quise hacerlo enojar, ni molestar… Es solo que…- Baja la mirada, lanzando un débil suspiro, ocultando parte de su rostro inferior en la almohada -No quiero que se niegue la oportunidad de amar…- Mira a su progenitor, con un gesto de preocupación -Se le nota que quiere a Dohko, pero sigue empecinado con esa tonta idea de jamás enamorarse-
Los ojos azul celestes del hombre de coleta baja, se quedan atentos ante el menor, escuchando lo que dice.
-Si continúa, temo que al final se arrepienta, se quede sólo y… No quiero eso para él- Una preocupación originada por la amistad, y el pensar que el amor puede resolver todos los problemas de casi todo el mundo.
Tiene buenas intenciones Asmita, pero al parecer está dándole un enfoque algo erróneo a la situación, interviniendo cuando no le corresponde hacerlo.
-¿Realmente se quedaría solo?- Cardinale, sin dejar de acariciar la cabeza de su hijo, le dedica una pregunta en un tono suave -¿A caso no tendría a su familia y a nosotros?- Su mirada se centra en su pequeño, para alzar la ceja izquierda, como si lo interrogara.
Esas preguntas, claro que hacen pensar el joven rubio, que sin analizarlo mucho, su respuesta es obvia.
-Jamás dejaría solo a Shion- Dice firme aquellas palabras, dedicando una mirada decidida a su progenitor -Es mi mejor amigo y… Aunque estemos ahora enojados… O bueno, él lo esté conmigo, por una justa razón, no pienso alejarme de él-
-Mi dulce y adorable Asmita-- Llama a su hijo, lo sigue notando bastante triste, pero no lo puede solamente consolar y no hacerle ver su error principal -¿Tú recuerdas el motivo por el cual, Shion hace lo que hace?- La mirada del mayor igualmente se entristece un poco.
Es un recuerdo que a todos les destrozo el corazón, aunque más a la familia Ariesh.
Pero eso no quita que también Cardinale ese día perdió a alguien muy valioso.
La mirada incrédula se dibuja en los azules ojos del menor, impactado, dejando salir un suspiro, asintiendo -Si, éramos unos niños… Shion tenía siete años y yo los iba a cumplir en unos meses…- Lanza un suspiro, negando con la cabeza -Pero eso no fue su culpa, él no hizo nada… Fue algo que pasó y no debería preocuparse por el futuro…-
-Sabemos que no es su culpa, de nadie lo es… Solo paso y… Alguien que queríamos muchos, murió- Desvía la mirada, para ahora acercarse más a su pequeño y darle un gentil abrazo de lado -Sé cómo les afecto a todos ellos… Yuzuriha, se hizo la fuerte por sus hermanos menores, también Hakurei por los tres, Shion… Siempre fue muy apegado a Avenir-
Ese abrazo se va aferrando más a Asmita, entiende que es un tema también difícil para su papá, después de todo Avenir fue y será el mejor amigo del hombre de coleta baja.
Casi la misma dinámica entre Shion y él… Ambos Donceles, compartiendo tantas cosas, apoyándose y cuidándose mutuamente…
Salvo que la diferencia es que el peliblanco tenía un carácter más tranquilo, amable y muy calmado, proyectado una paz y dulzura que no cualquiera podría poseer.
Nadie lo olvidaría lo podría olvidar…
-El prometer no enamorarse para enviarle un sufrimiento a las personas que ama y amará, es muy doloroso, quiere sacrificar el que algún día se enamore- Suspira, depositando un suave beso en la cabeza de Asmita –Sé que no es la mejor forma de llevar el luto de una muerte tan importante, además que tomó esa decisión siendo un niño… En su inocencia e inmadurez, eso le parecía la mejor opción-
Recarga su cabeza en el hombro del Doncel mayor, para seguir abrazando la almohada, mientras se acurruca -Pensaba que cuando encontrará a alguien especial, Shion ya no pensaría de esa forma… Pero, se enoja mucho si digo algo así… No le agrada pensar en eso…. Y creo que yo también cometí el error de molestarlo de mas con ese tema, pero… Tú también lo has visto diferente ¿Cierto, papá?-
-Todos hemos visto que está más alegre por ciertas cosas y el hecho de que sale con ese chico…- Sonríe, pues le parece adorable recordar ese festival de invierno -Él solo debe darse cuenta si lo quiere de verdad y serle honesto, o alejarlo- Le habla suave para que entienda su primogénito esta realidad -Aunque tú lo veas feliz, aunque todos lo veamos así… Si posee aun esos miedos, nadie puede hacer mucho, solo él mismo se debe dar cuenta que eso es un problema, pero hasta entonces… No importa si tú intentas que se dé cuenta, solo terminarán enojándose- Acaricia la cabellera rubia del menor, quiere trasmitirle de la mejor forma, un pensar y concepto que debe respetar y entender.
-No quiero seguir enojado con Shion, es mi mejor amigo y… Quiero disculparme con él…-
-Hazlo, y ya no le insistas más- Como disfruta tener esta oportunidad de abrazar a su pequeño, extrañaba hacerlo, pero por el trabajo de vigilar las propiedades familiares, le es muy difícil a ambos, sin embargo, siempre deseo estar así a lado de su hijito, darle concejos cuando lo requiera -Se el amigo que necesita, no uno que lo atosigue o le insista en cosas que no le gusta, solo porque creas que es lo mejor para él-
-¿Aunque eso signifique que puede perder a alguien que lo ama mucho?- Asmita, aprendió a leer muy bien a Shion, a pesar de su problema ocular, desde niños sabe muy bien cómo cada uno se comporta.
Pues entiende en su pensar que Shion terminará sufriendo tanto, que no sabría cómo ayudarlo en el futuro…
-Sí, aunque eso signifique que pueda perder a ese joven- Solo asiente, sin dejar de regalarle mimos a su pequeño -Uno mismo debe darse cuenta cuando comete errores y repararlos, saber que está mal en nuestra vida y tratar de repararlo. Porque, aunque los demás nos lo digan mil veces… No lo vemos como un problema a pesar de que así sea-
La mirada incrédula de Asmita, no le gustaría admitir que el peliverde es muy terco, y que sería difícil hacerlo cambiar de opinión.
Siente que debe ayudarlo, hacer que vea las cosas de otra manera, pero… Una enorme impotencia crece en su interior, por no ser capaz de cuidar de su amigo, como él lo ha hecho siempre.
Cardinale al ver esto, entiende que su hijo, comprende la situación, pero aún le es difícil entender que muchos prefieren esconderse en la terquedad, que afrontar sus genuinos sentimientos…
Preferir no intentarlo sólo para no sufrir… Es compleja la mente de cada quién, y no por eso podemos llamarla errónea.
Aunque… Si te dañas o dañas a otros, claro que está muy mal la decisión que has tomado.
Levanta el mentón del pequeño rubio, dedicándole una sonrisa, ver esos ojos tan similares a los suyos, con ese rostro tan dulce y adorable que le recuerda a su amado esposo.
-¿Quieres que pospongamos el viaje de negocios de tu padre y mío?- Sería difícil para Asmita quedarse en la mansión Ariesh, si Shion y él están distanciados ahora mismo.
Niega con la cabeza rápidamente -Está bien, mañana voy a arreglar las cosas con Shion, lo haré. Además, ya han atrasado su viaje de negocios mucho por mí- Le regala una delicada sonrisa, sin dejar de aferrarse al cuerpo ajeno.
-Oh, mi pequeño botoncito de rosas- Sus brazos capturan por completo el delgado cuerpo del rubio menor, derramando toda la ternura y amor paternal que tiene en su corazón -Te hemos dejado mucho tiempo sólito, sé que estas con la familia de Shion a salvo, pero… Ya queremos estar contigo todos los días y hacerte mucha comida deliciosa, mimarte, escucharte, abrazarte todo el tiempo- Cardinale tiene tantos sentimientos y deseos guardados en su corazón, que ahora mismo los deja salir.
No va a negar que extraña tanto el poder pasar todo el día con su pequeño pedacito de vida, el dulce resultado de noches locas de pasión ardiente con Shijima.
Las mejillas rojas, avergonzado por el cariño que su papá le da, pero sonriendo a la vez, correspondiéndole, ya que no niega que añora y extraña estos momentos. Cuando sus padres deban volver a trabajar, inspeccionar y supervisar cada uno de los hoteles alrededor del mundo que tienen.
Bien podrían no ocuparse de eso y delegar esa responsabilidad a otros, pero… Cardinale y Shijima no desean que terceros se involucren en esos negocios familiares, solo ellos lo deben hacer… Saben que deben dejar todo preparado y completamente visible para que su hijo algún día heredé una empresa familiar y que tenga el conocimiento de cómo debe seguir administrándola y claro que igual puede darle algún toque moderno que se le ocurra.
-No te preocupes papá, yo los entiendo muy bien- Se siente tan feliz al estar entre esos brazos, los cuales no ha dejado de sentirlos en todas estas vacaciones, pero… Lamentablemente el tiempo familia pronto se acabará, y deberán volver a esperar hasta que pase algunas semanas o meses para volver a verse los padres con su hijo.
-Eres un buen niño- No puede evitar darle miles de besos a su pequeño, en mejillas, frente y nariz, es su bebé, siempre lo será, y se lo demuestra cada que tiene oportunidad.
Las pequeñas risas por verse atrapado en un dulce contacto con Cardinale, donde es de nuevo ese pequeño niño, que siempre ha sido muy amado, cuidado y protegido, ya a sus quince años.
Los corazones de ambos rubios laten al unísono, ese sentimiento único en donde sabes que estás seguro, que nada te pasara, por que la persona que está a tu lado daría la vida y todo solo por ti.
-Te quiero mucho papá, y gracias por escucharme…- Lanza un suspiro.
-Es mi deber como el cuidarte y darte concejos- Sonríe triunfante y algo presumido -Eh vivido más que tú mi pequeño, así que te puedo dar mis maravillosos puntos de vista, siempre que lo necesites-
La sonrisa del menor solo refleja la fortuna y alegría de que su papá lo consienta y mime.
Como desea que eso jamás acabe…
E igualmente le ha servido para entender una sola cosa.
Darse cuenta de lo afortunado que es…
No todos corren con la misma suerte, y debe aprovechar que tiene a sus dos padres con él, aunque estén lejos por el trabajo, sabe que los verá.
El abrazo dura poco más de unos segundos después de aquella conversación, el rubio de coleta baja se levanta de la cama, sonriente, bastante entusiasmado como elegante.
-Vamos, mi pequeño botoncito de rosas, tu padre de seguro ya terminó de cocinar la crema de maíz que tanto les gusta- Sonríe sin muchas ganas, no es completamente partidario de la comida vegetariana.
Incluso se podría decir que ese plato en especial no es de sus preferidos, sin embargo, durante su embarazo le agarro algo de sabor, pues su pequeño como le provocaba antojo de ese alimento.
-La crema de maíz de padre, es de las más ricas existen, y con el clima frío, sin duda se antoja mucho más- Sonriente, se levanta igualmente de aquella cama, dejando la almohada de sol sonriente, para seguirle el paso a su papá.
Antes de salir de aquella habitación, decorada con soles, rosas, un pequeño altar de Buda, una cama de sábanas blancas con varios peluches y almohadas alucinando a la estrella más brillante y ardiente de nuestro sistema solar, un closet bastante grande hecho del mismo material que el hogar, el escritorio de madera finamente hecho, sobre este sus cuadernos, una laptop, varias partituras de notas para su violín, y demás objetos personales que identifican sus gustos…
Alguien lanza una pequeña bromista hacia el menor.
-Sirve que en esta cena, nos cuentas más sobre ese chico llamado Deuteros, que tu padre y ya queremos seguir conociéndolo –Una risa se escapa del rubio de coleta baja -Aunque tu padre ya sabes cómo es, Shijima está algo molesto de que nuestro pequeño este enamorado, pero ya estás en la edad-
-¿Papá…?- Rojo de la vergüenza, se detienen en seco, nervioso pues que el rubio de coleta baja le hable tan tranquilo sobre el lindo tema del romance tímido y adorable que vive con el peli azul Moreno.
-Vamos, mi pequeño botoncito de rosas- Le da un medio abrazo, en donde rodea le rodea los hombros -Es obvio que él te hace suspirar y sonreír tanto, y tus ojitos brillan cada vez que lo ves o sabes que lo harás, también como tus lindas mejillas se sonrojan al hablar de él- La burla sigue, estrechando al otro de lado, antes de ambos bajen las escaleras.
-¿Soy… Tan obvio?- Sus mejillas pálidas teñidas de rojo carmín por la curiosa situación.
-Soy tu papá, a mí no me engañas, recuerda que te conozco desde que naciste y nueve meses antes- Le encanta ser algo bromista con su pequeño para alivianar el ambiente.
No es que lo haga para hacer sentir mal al menor de la casa, solo es una forma de que se dé cuenta de que sus padres están al pendiente de él, a pesar del trabajo, la escuela y la distancia, los dos siempre estarán cuidando de su bebé.
Sus padres le prestan toda la atención posible, después de todo es su adorado botoncito de rosas.
---Al Día Siguiente (En El Instituto A.T.E.N.A.S)---
Al llegar a la escuela, cada uno lo hizo por su cuenta…
Esta vez, Asmita fue llevado a la escuela por sus padres, y no como siempre que se iba acompañado por Shion, y la hermana mayor de este que los llevaba en el auto.
Sí que debieron sentir la diferencia muy marcada, pero bueno…
Apenas ingresaron a la escuela, en diferentes tiempos, claro está…
Fueron interceptados y llevados casi a rastras hacia el club de teatro…
Se podía decir contra su voluntad…
Al verse… Sí que se notaba la incomodad en ambos…
Y aunque Asmita quería ya disculparse, allí están todos los demás miembros de ese retorcido club, que en cierta forma se lo están impidiendo…
Se dieron cuenta que no pueden hacer nada con respecto a la obra, es una tradición y la escuela lo apoya.
Además que eso no sólo se quedaba en el ambiente laboral de este lugar, sino que algunas familias también son partidarias de esta tradición.
Por ende están atrapados con esto, ya que no atenta contra su integridad.
La mirada de profundo enojo se denota en los cuarzos, derrotado pues no pedirá un trato especial y si no se puede zafar por sus propios medios, ya no existe de otra.
Por su parte, Asmita solo imagina el cómo se sentirá al estar sobre un escenario, con todas las miradas posadas en él y sin contar el padecimiento en sus preciosos ojos.
Es una situación que los pone en una encrucijada, y más con todas las circunstancias amorosas que los rodean
-Me alegro tanto que estén aquí- La líder suprema de este curioso club los mira a ambos, se presenta de forma bastante curiosa e histriónica, saliendo de detrás de telón con su uniforme de tercer año, llevando una mano detrás de la espalda.
-No tuvimos de otra- Refuta el peli verde, que fulmina con la mirada a la chica de delante.
Los demás miembros de este club ya lo querían regañar por ser tan descortés con su líder, pero se aguantan solo porque el peli verde les da bastante miedo.
-Ja, ja, ja, cierto- Poca importancia le da a lo que Shion le dice, para sentarse en una silla en medio del recinto, delante de los dos ajenos al club.
Ambos Donceles parados y rodeados por los demás miembros... Sin duda esto ya parece más una especie de secta, que un simple club de un instituto estudiantil.
Un suspiro sale de los labios de Asmita, solo quiere irse a su salón lo antes posible, para así poder hablar con Shion durante el camino y arreglar todo este malentendido.
Le pidió a Deuteros que le diera algo de tiempo a solas con el peli verde para poder arreglar las cosas…
Por esa razón no se encontraron a la entrada.
Aunque cierto castaño se moría de ganas de pasar tiempo con el Doncel de ojos cual cuarzos rosas.
Sin embargo se contuvo mucho para hacerlo, pues entendía muy bien que los dos de primero, deben arreglar sus problemas lo antes posible.
-¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué nos trajeron aquí?- La voz suave, su manera educada de hablar, con esos ojos azul cielo clavados en la joven de enfrente.
Solo sonríe la encargada de este tremendo martirio de ambos, levantándose de su asiento designado, al tenerlos delante, indefensos y a su merced.
-Me alegró que la idea de que participen en esta hermosa obra, ya les agrade- Se mofa un tanto de la situación, para estar a unos metros de distancia de ambos Donceles.
-No te hagas la graciosa, sabes que al final no tuvimos de otra más que aceptar esta tontería- La disputa de ayer, Shion no la olvido, y pretende hacerle recordar ese hecho cada que tenga oportunidad.
-Bueno, pero no te molestes tanto Shion— Muestra una exagerada sonrisa, para suspirar y continuar su discurso -Han venido aquí, traídos por mis queridos súbditos- Parece hacer un monólogo propio de una princesa o de alguien que pertenece a la monarquía -Para que les cuente sobre la hermosa obra que haremos en la primavera, que en solo unos meses llegará a nosotros- junta las manos delante de su pecho, para cerrar sus ojos y estando bien plantada en el suelo, lanza una única pregunta -¿Tienen alguna idea de que fabulosa obra pondremos este año en el escenario?- Su tono de burla, sabiendo que nadie más que ella conoce esa respuesta.
Incluso los miembros del club ansían gustosos que se les revele dicha información.