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Mi Rayo De Luz por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

El tercer fic actualizado del día de hoy, así que disfruten mucho, me dicen que tal y esperen que aun quedan cinco mas.

-No lo sé… No lo conozco más de dos ocasiones, pero…- Bajo su mirada, sonrojada –Creo que es lindo-

Giro sus ojos, resoplando –Entonces si-

Sus mejillas se tiñeron de un tono carmesí, sonriendo delicadamente –No puedo confirmarlo o negar, pero… Cuando me ayudo… Yo… Sentí algo especial- Suspiro, posando sus manos sobre el pecho –Tal vez esto solo sea pasajero o no, pero es un sentimiento que está creciendo cuando lo veo- Acomodo sus lentes y sonrió de lado –Bueno… Cada que lo logre ver, hasta que mi vista… Se pierda-

El peliverde miro atento a su amigo, a como se refiere a ese sentimiento, que nunca en su vida ha experimentado, pero ahora ve que ese rubio habla de esa forma, sabe que eso lo está haciendo feliz.

Sin embargo referirse de una manera tan dulce sobre la enfermedad que padece, es sin duda un tema demasiado cruel para un joven que parece gustar de alguien.

No va hacer una molestia para su mejor amigo, si es lo que realmente desea, pero no se la pondrá nada fácil el de cabellos azules, después de todo tiene el deber por encargo y de camarada de cuidar al otro.

Aunque eso significa tener que soportar a ese castaño que no deja de mirarlo y le da cierta incomodidad.

-Vamos- Solo dedico estas palabras, encaminándose a su salón.

-¿Shion?- Llamo al contrario.

-¿Crees que sepan a qué nos referimos?- Lanzo esta pregunta, como para aclarar que no estará en contra de esa relación –Sera mejor que lo descubran por su propia cuenta- Dijo, para seguir adelantando pasos.

Se acomodó sus lentes, sonriendo, comprende a su amigo de por vida –Si, tienes razón… Pero creo que Deuteros podrá saber a lo que me refiero- Corrió un poco para alcanzar al otro, aunque la distancia que los divide no es tanta.

Sintió mucha alegría que su mejor amigo valla a esa cita con él, pues… Si bien le gustaría estar a solas con Deuteros un poco, solo para conocerlo… Es muy tímido para hacerlo.

Tomo confianza en el almuerzo pues había más personas y así no se sentía la presión de tener que seguir la conversación o arriesgarse a silencios incomodos.

Ya que Asmita no tiene grandes habilidades sociales, pues muchas veces fue relegado de lado, si no fuera por Shion, posiblemente no tendría amigos.

Al contrario el peliverde es mas de apartarse y mantenerse junto al rubio, pues su amistad es mucho más importante que amigarse con alguien más.

Pero a veces parece tener más personas dispuestas a hablarle.

Y Asmita no se da cuenta, pero también existen otros compañeros que desean entablar una conversación, mas su timidez se lo impide o el propio Shion, temiendo que le hagan daño a su amigo.

Cada uno tiene sus luchas que superar, ganar confianza y poner ciertos límites, pero por el momento parecen estar conformes con este trato.

Antes de entrar al salón, Asmita debía hacer una pregunta, tal vez para molestar al peliverde, pero desea hacerla.

-¿Qué te pareció Dohko?- Pregunto dedicándole una sonrisa, curioso por saber la verdad y conocer la reacción de Shion.

-Molesto, empalagosa y quisiera no haber aceptado salir con ellos- hablo serio, mirando hacia el frente.

-Pues… Fue a mí a quien invitaron, pero… Sé que me cuidas…- Rio ligeramente, estando a la par del otro.

-Si no lo hago, ese Deuteros podría aprovecharse de ti- Hablo molesto, entrando al salón.

-No se aprovecharía de mi- Le contestó –Se defenderme bien- Alzó sus puños un poco.

-Aun así, tu padre me lo encargo y eres mi mejor amigo, si te hace daño… Le partiré la cara- Su ojos rosas se denotan muy amenazantes, mas con su mueca seria y su puño levantado.

Negó con su cabeza, entendiendo que nada de lo que haga convencerá al peliverde, aceptando entonces ese destino de ser sobre cuidado por él.

Las clases pasaron, la hora de la salida llego.

Y con ello la visita de los padres de Asmita a la de Shion.

---Casa de Shion---

Un hombre de cabellos rubios, atados en una coleta larga con una rosa roja adornando, portando una camisa de un color morado bastante llamativo, un pantalón negro, zapatos de la misma tonalidad, sonríe mientras conversa con la familia dueña del hogar, sosteniendo la mano de un hombre de la misma edad.

Este de cabellos rojizos, usa un traje bastante elegante, camisa blanca, pantalón, saco y zapatos negros, pero para este hombre no usar corbata es algo de informalidad y casual, permitiéndoselo solo cuando visita a sus amigos.

-Muchas gracias Hakurei por cuidar de nuestro pequeño- Le da un abrazo a su hijo que está a su derecha –Lo extrañe tanto, que no puedo dejar de abrazarlo-

Para Asmita esto no es para nada incomodo o molesto, adora el cariño que su papá le da.

-No tienes que agradecer- Un hombre de cabellos lilas con algo ya de canas, atados en una coleta alta, usando una playera gris, y pantalones cafés, bastante serio en apariencia, más amable ante todo –Asmita es de la familia, como ustedes-

-Eres muy amable- El pelirrojo hablo bastante serio, pero dando a entender su punto –Compartimos el mismo sentimiento-

-Bueno, a lo que venimos principalmente es, para darle algunos presentes a los niños- El rubio mayor de nuevo volvió a tomar control de la conversación.

Obviamente de lado del hombre de cabellos lilas, tiene a tres jóvenes, sus hijos.

-Esto es para ti Yuzuriha- Le entrego un paquete algo grande, adornado con un lindo moñito azul.

-Muchas gracias señor Cardinale- La joven de cabellos rubios cenizos, atados en una coleta alta, ojos celeste, el mismo tipo de cejas que comparte con toda su familia y siendo como tres años mayor que Shion.

-Sé que te interesa mucho las artes plásticas, así que te traje algunos materiales- Sonrió emocionado el rubio.

-¡¡¡WOW!!!- Exclamo a ver todo aquello –En verdad… Muchas gracias…- Sus ojo se iluminan, pues no esperaba ese hermoso detalle.

-De nada linda- Tomo otro y de inmediato se lo dio al de cabellos verdes –Shion, aquí tienes-

-Se lo agradezco- Asintió, algo apenado, recibiendo el presente, abriéndolo con cuidado, mirando el interior –Recordó que me gusta este tipo de cosas- Rio nervioso.

Susurró, guiñando un ojo –Le dije que te gustaría más ese que el otro-

-Gracias amigo- Cerro la caja, para que continúen dando los regalos.

-Y no me olvido de ti pequeño- Le sonrió al hijo menor de esa familia –Dándole un paquete también grande, pero no pesa tanto.

La sonrisa del pequeño de ocho años se puede ver a leguas de distancia.

-¿Qué es?- Pregunto con la hermosa ilusión de todo niño.

-Atlas, primero da las gracias- Su padre de inmediato lo reprende.

-Perdón- Sonrió nervioso –Muchas gracias señores-

-Ábrelo, de seguro te gustara- Sin duda el rubio tiene la habilidad de manejar las conversaciones, mientras su esposo esta mejor callado, mirando las reacciones de los jóvenes.

Su mirada se volvió tan grande, ese pequeño pelilila, de cabellos cortos hasta los hombros y unos ojos verdes oscuro, no podía creer lo que ve.

Un montón de peluches de diferente tipo de animales, desde los domésticos, hasta los más salvajes.

Sin duda ese niño disfruta de este tipo de regalos.

-¡¡¡INCREÍBLE!!!- Sonrió abrazando a todos los que pudiera -¡¡¡GRACIAS TÍOS!!!- Dijo esto, para darle un abrazo al rubio, e inclinar la cabeza como señal de respeto al pelirrojo.

Sin duda ambas familias se llevan bastante bien, los adultos queriendo a los hijos de los otros, casi como propios.

Dando a entender que la amistad que ellos tienen ha sido posiblemente desde mucho antes de que los pequeños nacieran.

-Gracias, por acordarse de mis hijos- El padre de los tres, agradece el gesto.

-No hay de que, Hakurei- Sonrió, su mejor pago es que esos pequeños sonrían, aunque aún falta uno, pero eso no lo puede dar teniendo a los niños delante, más bien a los tres hermanos, pues es algo que puede causar algo de dolor –Asmita- Llamo a su hijo.

-¿Si?- El joven de lentes, sonrió para atender el pedido de su papá.

-¿Por qué no vas con Shion a su habitación para divertirse con lo que le trajimos?- De inmediato propuso.

Asintió -¿Vamos?-

-Sí, me gustaría acomodar este hermoso regalo en mi repisa- La ilusión en los ojos rosas se refleja -¿Puedo retirarme padre?- Sin duda los modales deben mantenerse sin importar la edad que tengas.

-Claro Shion- Dio permiso para que su hijo de en medio fuera a jugar.

-¡¡¡Y TAMBIÉN QUIERO JUGAR CON ASMITA!!!- De inmediato el pequeño pelilila protesto.

-Vez Atlas, pero no hagas desorden en la habitación de Shion- De inmediato sentenció el padre.

-¡¡¡SI!!!- Atlas, no espero más para tomar la mano del rubio con lentes, sonriéndole, para dirigirse escaleras arriba.

-Mi hermanito, ya me robo a mi mejor amigo- Negó con la cabeza, despidiéndose por el momento de los invitados.

-Creo que yo iré a ver si la cena esta lista, padre- La jovencita, sabe que debe retirarse también, que los adultos tienen algo que hablar, ser mayor le da esa ventaja.

-Está bien Yuzuriha, si necesitas ayuda avísame- Hakurei sin duda atento ante todos sus hijos, después de todo le ha tocado criarlos solos desde hace algún tiempo.

-Si- Sonrió ante la otra pareja –Con permiso- Se inclinó levemente, para retirarse como lo índico.

Los otros dos, solo asintieron.

Después de que los más jóvenes de fueran.

Fue allí que el rubio suspiro, bajando algo la cabeza, sin duda tocar ese tema, es doloroso, pero no se puede imaginar el sentir del pelilila mayor delante.

-Cardinale y yo sabemos que mantienes siempre el recuerdo de Avenir, así que trajimos un presente para él- Hablo serio, cuando se amerita lo hace un poco más de la cuenta, estiro un pequeño presente de un color blanquecino.

Un suspiro bastante melancólico dejo salir Hakurei, sosteniendo aquello, con mucho cuidado.

-Gracias- Fue lo que dijo, con el tono triste –Avenir estaría muy feliz-

-Él siempre fue muy alegre- Cardinale limpio una pequeña lagrima traicionera –De seguro en este momento estaría preparando la sopa que tanto le gustaba- Sonrió para alegrar el ambiente, y no causarle más dolor al pelilila.

-Si… Disfrutaba mucho cocinar para todos- Sin importar el tiempo que pase, es muy difícil tratar el tema sin sentir ganas de romper en llanto.

El amor de su vida se fue… Le dejo tres hermosos niños, frutos de su amor profundo, pero… El dolor no se puede ir fácilmente.

Pero sabe que tiene que seguir adelante, por su familia y con el apoyo que le brindaron esos dos amigos delante, fueron de gran ayuda en ese momento.

¿Y cómo no lo harían?

Si después de todo, Cardinale y Avenir en su época de estudiantes universitarios, fueron mejores amigos, y siguieron así después de los estudios…

Todos sufrieron esa perdida, ahora solo queda continuar, con el dolor, pero el recuerdo que no quisiera verlos llorar en ningún momento.

---Días después (En el instituto)---

-He buscado por todos lados, pero no sé dónde vendan los raspados coloridos- Deuteros suspira, dejándose caer en su asiento, bastante derrotado.

-No nos podemos dar por vencidos- El castaño con algunas ojeras, pues parece también estar exagerando en buscar lo que quieren los donceles, pero no tienen resultados.

-Tú tampoco has encontrado nada ¿Cierto?- Preguntó, sacando su celular y tecleando de nuevo la búsqueda en la ciudad.

-Es que… No sé qué sea el local- Se paró cruzado de brazos, apoyándose en la banca en donde el peli azul descansa –Pregunte a todos los en el club de Box y ninguno sabe- Suspiro muy preocupado.

-En mi trabajo también... Pero nadie me supo dar razones- Cabizbajo, dándose cuenta que está siendo más difícil de lo que cree.

Y ambos creen en su mente que no es buena idea preguntarles a los jóvenes que robaron su corazón, sobre pensando que podría ser una muestra de falta de interés.

Pero ¿Cómo podrían pensar eso, si ambos se han desvivido por encontrar los famosos “Raspados de colores”?

No tienen más opciones, pero algo se les podía ocurrir al escuchar una voz muy familiar para el castaño.

Aunque esta algo a lo lejos, puede reconocerlo.

-Voy de inmediato, solo dejen ir por mi…- No pudo terminar de contestar a quienes lo esperan, cuando ya tenía a un Dohko abrazándolo, llevándolo con el peli azul.

-Hola Regulus- Sonrió bastante confiado.

-¿Ahora qué quieres?- Ya sabe que para lo único que le habla es para tener información de Shion o de Asmita.

-¿Por qué crees que siempre quiero algo?- Sonó como ofendido.

Mas el joven sobresaliente, lo miro con el ceño fruncido, cruzado de brazos, esperando la verdad.

-Bien- Se resignó, levantando las manos –Deuteros y yo queremos saber ¿Dónde venden raspados coloridos?-

El peli azul asintió, bastante atento, pues sabe que ese compañero de clases de los donceles es su mayor fuente de información.

-¿Raspados coloridos?- Preguntó ladeando la cabeza, y luego pensando brevemente –Lo siento, pero ni siquiera yo, que salgo muy seguido, se donde venden se tipo de cosas- Alzo los brazos bastante despreocupado.

-No puede ser- Cerro sus ojos, fracasando en su cita que aun ni siquiera llega.

Dohko de nuevo invadió el espacio personal del más joven –Vamos Regulus, eres nuestra última esperanza, por favor- Lo abrazo, casi como sollozando de que no obtener la información deseada.

-¡¡¡QUE NO TE ME PEGUES ASÍ!!!- Regulus sin duda no es partidario de esas demostraciones de afecto o de lo que fuera, intentando quitarse al “Llorón” -¡¡¡SI TANTO QUIEREN SABER!!! ¡¡¡¿POR QUÉ NO LOS HAN STALKEADO?!!!-

Con esa última pegunta, detuvieron su “Drama” y pareciera que algo hizo clic en sus mentes.

Sonrió algo disimulados, sacando sus teléfonos mociles para hacer exactamente lo que el joven les indico.

-¡¡¡NO PUEDO CREERLO!!!- Golpeó su frente con la mano.

-No somos acosadores- Dohko sonrió algo apenado.

-Sí, sí lo son- Regulus sin duda tiene mucha información contra ello.

No basto mucho, para encontrar las redes sociales de ambos donceles, aunque en si están bastante vacías, como si no las utilizaran con regularidad.

De nuevo Regulus pensó, y como si recordara algo de inmediato indicó lo siguiente.

-En la cuenta de Asmita, creo que vi hace un tiempo algo de una foto con unas bebidas coloridas- Les dio esa información.

De inmediato Deuteros fue a la sección de fotos, pues es quién tiene el perfil social del rubio.

-Aquí esta- Sonrió como tonto, por ver la foto de su dulce ángel sonriendo.

-¿Entonces donde es?- Dohko se acordó para ver, pero olvido todo al notar el lindo rostro del peliverde, con una sonrisa ligera, posando juntó al rubio en un lugar con ambos raspados sobre la mesa y ellos sentados.

Pero ni obtuvieron respuesta, pues se quedaron solo mirando esa foto, obviamente cada uno al doncel que les gusta, suspirando y parece que saldrán corazones en cualquier momento.

Algo que irrito al menor allí presente.

-Ese lugar en sí, está en el cine- Explico para poder largarse de inmediato.

-¿Quieren ir al cine?- Deuteros fue el primero en salir de su ensoñamiento, al darse cuenta de esa revelación.

-Puede ser-

-No importa dónde ir, con tal de estar con Shion, es lo único que me importa- Dohko, casi le da un beso a la pantalla del celular de Deuteros.

-Mejor mira a Shion por tu celular y si quieres te doy privacidad- Sonrió el peli azul, alejando un poco su móvil.

-Tienes razón- Sonrió apenado, rascando su cabeza –Perdón amigo- Y de inmediato entro al perfil de su hermoso borreguito, como el mismo lo ha bautizado.

Regulus, cansado de esa escena de tórtolos enamorados –Yo me voy- Dejo a ambos en su ensoñamiento y como si por primera vez tuvieran la opción de descubrir las redes sociales.

Sí que son distraídos para no buscar por allí desde un primer lugar.

Pero digamos que aún existen personas que prefieren todo a la vieja escuela.

Deuteros mínimo tiene como tres fotos para contemplar a su dulce ángel, pero parece que alguien no corre con la misma suerte.

Dohko se da cuenta que en si Shion no tiene fotos que solo salga él.

Si no todas por estar etiquetado, aunque sean solo dos, una con el rubio.

Y una segunda que no ha notado, hasta pasar la foto.

Que lo dejo bastante confundido, pero también molesto…

-¿Quién es ese tal Manigoldo?- Ya está con algo de celosos ante esa foto en donde un joven un poco mayor que el peliverde, con cabellos azules cortos, aparece abrazando a su borreguito, ambos sonriendo como si fueran muy cercanos.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo super bien, acabo de terminar de comer... Oh siiiii y ademas... Que estoy dando los toques finales a algunos capítulos, quedando muy hermosos, jajajaja ya se que algunos fic's están rompiendo el corazón de varios terrones, pero... Los quiero mis terrones, así que vamos a ver que...

Conocimos mas de la familia de lo donceles, y que Dohko ya anda de celosos, jajajajaja pero ahora que ya saben donde están los raspados coloridos, se viene algo. 

Vamos a la pregunta del día de hoy. 

¿A que ejercito se unirían? Atena, Poseidon o Hades.

Escojan con sabiduría. 

Bueno mis terrones de azúcar, muchas gracias por ayudarme y apoyarme en todo. 

Aquí les entrego otro capitulo mas actualizado, disfrútenlo mucho. 

Los mega quiero, y hagan caso a las medidas de higiene. 

Ammu se va.


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