Aquel peli azul se inclinó levemente, pues había escuchado la suave voz del joven a su lado -¿Dijiste algo?- Preocupado quería saber que ha dicho el rubio.
La reacción del más joven, es una de sorpresa, no creyó haber sido escuchado, pero poniendo su mejor sonrisa, y cerrando sus ojos para trasmitir tranquilidad al otro.
-No, nada Deuteros- Esa deslumbrante sonrisa, desea tanto que nadie sepa aquello que lo aflige, pues no quiere que los demás sientan lastima por él.
Suficiente tiene con que el peliverde ya lo sobreproteja por esa situación, no quiere que el peli azul le diga algo o se aleje por que no siempre podrá verlo.
Poco a poco, a pasos tranquilos, fue como los cuatro chicos llegaron al centro de la ciudad y obviamente al cine.
Un lugar bastante concurrido, pues sin duda a las personas les gusta ir al cine muy seguido y es un buen lugar para salir con amigos o en pareja y obviamente en citas.
Aunque en esta ocasión, no es precisamente una cita oficial, sin embargo de inmediato se ve a lejos que estos cuatro vienen como parejas, si bien dos tienen esas intenciones, uno esta con sus sospechas y le parece agradable y… El otro pues… Solo quiere su raspado y que nada malo le ocurra a su mejor amigo.
Sin embargo la cara de malhumorado que porto Shion desde se encuentro con Dohko y el otro joven, se esfumo al ver el puesto de los raspados de colores y obviamente no estaba solo en esto.
El rubio de igual forma actúa de esa manera.
Sonriendo gratamente, y dirigiendo sus pasos de inmediato a ese lugar.
Aunque si bien Shion ignoro a los otros dos, Asmita no es capaz de ser así de mal educado.
-Iremos por los raspados- Sonríe entusiasmado, parecía que sus ojos brillan detrás de aquellos lentes -¿Podrían comprar los boletos por favor?- Una petición muy adorable ante los ojos de Deuteros, pero obviamente cumplirá el pedido de su dulce ángel.
-Claro que si- Responde el castaño, pues se ha dado cuenta que el mayor esta tan perdido en esa sonrisa del rubio y es incapaz de responder apropiadamente.
Mientras ambos donceles van a hacer fila por las deliciosas bebidas azucaradas y heladas.
Los otros dos, están igual en una fila no tan larga, para comprar lo pedido y poder acceder a la función que desean.
Al estar sin la presencia tan cercana del rubio, podía pensar claramente, incluso reaccionar, pues sigue perdiéndose en la angelical mirada, en la hermosa figura que solo Asmita posee, esos cabellos dorados.
Ante los ojos de Deuteros, su dulce ángel es perfecto, es maravilloso, incluso aun no podía creer del todo, que sea capaz de estar en una cita, que lo aceptará, que no le temiera o deseara estar lejos.
Simplemente es como estar en la gloria misma, compartir tiempo junto con Asmita, era algo que había deseado en cuanto lo conoció y ahora no sabía cómo poder vivir sin verlo, sin escuchar su risa o voz.
Está enamorado, y ni siquiera ha podido revelarle sus sentimientos, pero… Eso se verá con el tiempo.
-Siguiente- Habla una voz femenina algo tímida.
Pero no parece haber respuesta.
-¿Siguiente?- Ya se vuelve una pregunta.
Más nadie avanza en la fila.
-Disculpen… Ustedes siguen en la fila o… ¿No quieren boletos?- Ya se exaspero un poco la empleada, pues ha estado esperando un minuto para que ambos chicos continúen para lo que han venido.
-¿Eh?- Dohko fue quien reacciono primero, igualmente que el otro estaba perdido en su mundo de ensueño, imaginando como seria al momento de estar dentro de la sala del cine junto a su borreguito.
-¿Qué?- Deuteros alza la vista, algo atónito por el llamado y al escuchar como los de atrás les empiezan a exigir avanzar.
La joven empleada, solo suspira, negando con la cabeza, sí que debe estar pensando que son retrasados -¿Van a querer boletos o no?- Alza la mano derecha, apuntando hacia el computador que hace el trabajo de selección para los asientos.
-Sí, si queremos- Asiente de inmediato el castaño, sonriendo nervioso –Perdón, estábamos algo distraídos, cuatro por favor- Levanta los dedos con el número antes dicho para indicar la cantidad.
-Entendido, ¿Para qué película?- Ella no va a investigar, solo hace su trabajo, y trata de no perder la paciencia que estos dos ya han puesto aprueba.
Estaría a punto de responder, cuando Deuteros reacciono de igual forma repentina y se apresuró para decir el nombre de la película que deseaba ver junto a su dulce ángel.
-¡¡¡CUATRO BOLETOS PARA “TU NOMBRE”!!!- No se sabe por qué grito, y dio un paso hacia el mostrador, pero al parecer el miedo de perder la oportunidad de ver esa película con su ángel, le causa un gran conflicto.
Y al tener una apariencia algo temible, amenazadora, incluso peligrosa, asusta tremendamente a la chica del mostrador, haciéndola saltar un poco hacia atrás.
-Si…- Tecleando con miedo -¿Qué… Asien… Tos…?- Ya tartamudea para este momento, sin siquiera poder ver a los ojos al peli azul.
Obviamente Dohko se da cuenta de esta situación, con una pequeña gotita anime cayendo de detrás de su cabeza, decide proseguir los pedidos.
-Por favor los asientos de la fila H, 1, 2, 3 y 4-
-Muy bien… Serian… $12 dólares…- Nerviosa pues no se fiaba para nada del peli azul detrás del castaño amigable.
-Sí, aquí tiene…- Paga de prisa, pues desea salir de la fila con su amigo y rápidamente encontrarse con los dos donceles.
Sin mucho más que decir, la señorita entrega los boletos a Dohko, para que acto seguido avance la fila.
No sin antes un agradecimiento por parte de ambos, aunque por el peli azul se escucha más un débil susurro.
De nuevo sintiéndose mal por culpa de esas miradas que todo el mundo le dedica, por sus acciones impulsivas y apariencia.
Un suspiro sale, con la mirada baja –Dohko… Aquí tienes el dinero por el boleto de Asmita y el mío- Ya sabía la cantidad exacta a pagar, pero por su grito anterior y la gente observando, no supo que hacer.
Además que de inmediato el de ojos verdes toma las riendas de la situación, para que todo fluya tranquiló, después de todo son mejores amigos y se comprenden bastante bien.
-Déjalo así, tú pagas las palomitas y estamos a mano- No existiría mucho problema para el castaño, son amigos y se pueden apoyar, además que la propuesta no está nada mal.
-Gracias- Niega con la cabeza, de nuevo los suspiros no faltan en su presencia, solo deseando ver de nuevo a Asmita.
-Estas en las nubes…- De inmediato su amigo le recuerda el ensoñamiento en que vive.
-No creí que esto pasara… Asmita es tan lindo… Aceptó salir conmigo, y… Solo pienso en que soy muy afortunado por tan solo… Ver su sonrisa- Pensando en la apariencia y personalidad del rubio, Deuteros comienza a dibujar una línea curveada en su boca, indicando felicidad.
-Estamos en la mismas amigo- El otro enamorado, recarga su espalda en una pared, pensando en esos cuarzos brillantes, el rostro aunque serio tan hermoso y ese cabello esponjoso que le roba el corazón –Shion… Mi lindo borreguito, estoy en el cine con él, veremos una película… Animada y...- Reacciona de inmediato al saber el contexto de la cinta que verán –Deuteros…- Lo llamo apenas entendiendo todo.
-¿Qué pasa?- Lo mira atentó, pues el tono es bastante diferente al usual.
-Veremos una película romántica con ellos- Lo toma de los brazos, para que comprenda la situación -¡¡¡¿SABES QUE SIGNIFICA ESO?!!!- Los ojos verdes, brillan con emoción, sonriendo por lo que podía pasar.
-¿Qué les gustara?- Habla con cierto nervio, preguntando por inercia.
-Aparte de eso…- Lo suelta, para hacer un ademan con las manos como si fueran círculos en el aire –Lo que te dije… Si es una película romántica… Puede que ellos se sientan atraídos por el ambiente y… El amor surja, quieran abrazarnos o algo- Habla ya nervioso, parecía perder su compostura tranquila.
-¿Qué eso no se supone que ocurre si es una de miedo?- Confundido, por la ahora explicación del otro, sobre las reacciones de la película.
-Pues si… Pero… En esta no se asustaran, pero nos pueden abrazar si se emocionan, aunque…- Toca su frente, negando con la cabeza –Pero, aun así… No creo que los podamos besar o… No se…- Frunce el ceño abatido, por los nervios que de repente surgen en su ser.
-¡¡¡¿BESARLOS?!!!- Su voz grave y tono alto, dejo salir esto como un leve grito, que intento ser solo para ellos.
Incontables imágenes de él, dándole un tierno beso a su dulce ángel, comenzaron a invadirlo, solo pensar en ese momento, que ocurriera tan rápido, siente que no está listo aun, sus mejillas se ponen rojas como la grana, sus manos sudan de los nervios y baja la mirada, de que eso llegara a ocurrir.
Y no es por qué no lo desee, al contrario… Pero… Le gustaría que fuera especial, Asmita se merece solo lo mejor.
No deberían aprovecharse del momento.
Podrían seguir de esta forma estos dos jóvenes, con sus nervios y miedos típicos de dos jóvenes adolescentes enamorados e inexpertos que se han caído bajo este hechizo por primera vez y de una manera sumamente profunda, de donceles que apenas si conocen algo.
Pero… Un par de ojos se fijan en ellos, unos celestes brillantes, que los mira confundido y unos cuarzos rosas, que no está nada contento al haber escuchado esa palabra.
-¿Besarlos?- Pregunta con cierta molestia, observando a los dos con la ansiedad plasmada en sus rostros.
Ambos se giran de inmediato hacia ellos, con la cara por completó descompuesta por haber estado hablando en voz alta de esta situación tan peculiar.
Creyendo que ya han arruinado todo con ellos, pues sus intenciones por completó no son esas, solo pasar un buen rato, conocerlos y si se llegara a dar un beso, no estaría mal, pero… Ni siquiera ellos están listos para dar ese paso.
-Yo… Ehm… Bueno…- Su sonrisa tonta, que solo provoca al estar Shion delante de él, pasando su mano por detrás de su cabeza, sin saber que responder.
-¿Están bien?- La dulzura del rubio, lo hace preguntar si ambos se encuentran de maravilla, pues no los nota para nada estables emocionalmente hablando.
-Sí, si…- Respondiendo nervioso, poniendo sus manos delante, para aclarar el punto –Es solo que… Hablábamos sobre… Una cosa… De…- No es para nada bueno improvisando y sacando una excusa factible, haciendo todas las muecas y pantomimas posibles para no asustar al doncel que ama.
Creyendo que esto ocurriera, pero fue por completó el efecto contrario.
-Ja, ja, ja, eres muy gracioso Deuteros- Su gentil risa, el rostro delicado y suave, refleja la emoción más pura de felicidad.
Con solo eso, el corazón del peli azul podía estar en paz, ha regalado alegría a su ángel, es más que suficiente para vivir por ahora.
-¿De verdad crees… Que lo soy?- Tímido y dudando de que esa posibilidad exista, fuera del castaño y la familia de este, nadie jamás le había hecho sentir tranquiló con su apariencia y forma de actuar.
-Si- Asiente bastante confiado, acercándose un poco, llevando en cada una de sus manos un raspado, y sin pensarlo más lo extiende ante el peli azul –Toma, espero que te guste el sabor que escogí para ti- Ladeando su cabeza levemente, sonriendo, solo para Deuteros.
Los ojos azul oscuro, se iluminan, pareciera que tienen forma de estrellas, pues recibir cualquier cosa de Asmita es un bello sueño hecho realidad.
No importa que sea solo un raspado, es algo muy valioso para él, y de esa forma lo va a tratar.
-Muchas gracias- Sin pensarlo más, sujeta ese raspado frio, y le da una probada, con suma felicidad, denotando las mejillas sonrojadas –Mmmh… Es de limón- Asiente tranquiló.
-¿Te gusta?- Ansioso por saber la verdad, si había escogido bien o se ha llegado a equivocar, su rostro demuestra preocupación en sí.
-Sí, es muy rico- Asiente, dedicando una dulce mirada al más bajo.
No importaría el sabor que fuera, lo bebería con todo el cariño del mundo, pues es un hermoso obsequio por parte de quien ama, un ángel en la tierra que ilumina su vida con solo dedicarle una mirada, una palabra, una sonrisa, cualquier cosa la amara sin duda Deuteros.
Su instinto le dicta que lo abrace y le diga lo que siente, pero su mente le advierte que no sería la mejor opción, ni el lugar más romántico, que solo fuera lento… Si no quería asustarlo.
Por lo cual, solo admirarlo por demostrar alegría de no equivocarse es suficiente por ahora.
Mas por un lado Dohko sonríe al ver a su mejor amigo feliz, sabe que de todos quién conoce, Deuteros merece ser feliz por fin.
Su corazón late, por maginar que el peliverde le diera también un raspado, pero… Debía ser realista, Shion posiblemente no lo haría… Después de todo, se ha dado cuenta que puede estar molestándolo un poco, pero… No se dará por vencido.
Cierra sus ojos un segundo, para girarse ante el de cabellos esponjosos, para darle uno de los boletos a la función, y así irse adelantando, pero…
-Toma- Sin mayor expresión en el rostro del de cuarzos rosas, que no sea un ligero sonrojo y demostrando un sentimiento de vergüenza, estira su brazo, posicionándose de perfil, sin mirarlo.
-¿He?- Fija su vista ante lo que el otro le entrega, es un raspado -¿Para mí?-
-¿Para quién más?- Responde sin mucho tacto, frunciendo el ceño.
Apenas si esperando unos segundos Shion, se comienza a desesperar, pues el otro aun no reacciona de una forma humana posible ante su raspado.
-Si no lo quieres, no importa, se lo puedo dar a alguien más- El tono de voz, denota molestia, no le gusta que lo dejen con las manos estiradas, al tener un gesto “Amistoso” con alguien que no sea cercano.
-¡¡¡NO!!!- Sin pensarlo más, dándose cuenta que está siendo descortés por no tomar el raspado, pero…
¿Pueden culparlo?
No creyó que eso ocurrirá, y su borreguito le ha dado un presente así.
Sujetándolo con ambas manos, sonriendo de oreja a oreja, su rostro tosco sonrojado, mostrando sus dientes.
-Muchas gracias Shion- Le agradece rápidamente, para proceder a beberlo y conocer que sabor le ha escogido.
-Es de frutos rojos como el mío- Gira su cabeza, para no darle mayor importancia y no dejar ver que sus mejillas están levemente sonrojadas –Es mi favorito y no iba a tardar en escoger uno especial para ti-
Sin querer darle más vueltas al asunto, pues para él es algo completamente indiferente, tampoco era como que Dohko le estuviera agradado más de la cuenta, pero… Debía ser amable.
El corazón se le saldría sin duda esta vez, el peliverde está actuando bastante dulce y adorable, de una manera que lo hace lucir delicado ante las esmeraldas del contrario.
Comparte su raspado preferido con él, es merecedor de algo como eso.
-Es muy rico, sabe realmente bien- Dara todos los cumplidos sinceros al peliverde, porque de verdad disfruta de ese postre helado.
Ahora entendía la emoción de ese doncel por este dulce.
Sin embargo, podrían quedarse otro momento allí, pero la función comenzara dentro de poco, es mejor darse prisa, para que no exista tanta gente en la fila de las palomitas.
Aunque los donceles dieron a entender que estaban bien con los raspados, más estos dos chicos no dejaran eso así, comprarían las palomitas con extra mantequilla que tanto les agrada comer.
Comprando dos de tamaña grande, para compartirlos con los más jóvenes.
Algo que no le pareció incomodo al rubio, pero algo molesto para el peliverde sí.
Sin más que decir, entran a la sala cuatro, estando a buen tiempo para admirar dicha película.
Sentándose de la siguiente manera.
Deuteros en una orilla, luego Asmita, después Shion y en el otro extremo Dohko.
De esta forma, en medio los dos donceles juntos, a lado de quienes están interesados en ellos.
Puede ser demasiado evidente para todos, pero el amor no se puede decir tan repentinamente si no quieren asustarlos.
Los teléfonos en silencio, acomodándose, notando que las luces se apagan, y aunque desearían más tiempo escuchar la voz de quien aman, se debe guarda silencio para contemplar la película.
Asmita demuestra emoción pura, sus ojos ilusionados al poder apreciar esta animación, siempre ha sido partidario de este tipo de entretenimiento y deseaba tanto ver todas las películas posibles, antes de que… Su enfermedad avance y su vista quede nula, dedica una sonrisa al escuchar a la banda sonora.
¿Podría existir algo más divino, que un ángel sonriendo?
Esa era la pregunta que la mente del peli azul trae, no importa lo que suceda o le ocurra, solo ver a Asmita de esa forma le trae confort y alegra a su triste corazón, este momento es de los pocos felices que ha tenido en su vida.
Sostiene las palomitas para que el rubio no se canse, pero no esta tan interesado en ver la película, si no… Contemplar la dulzura del rubio, encontrando más motivos para enamorarse cada instante de él.
Como deseaba tomarle una foto de perfil, para poder tener ese rostro todo el tiempo, sin dudar besaría la pantalla cada noche antes de dormir.
Por otro lado, mientras va transcurriendo la película, Shion ve bastante atento la función, no lo va admitir delante de dos completos extraños a su parecer, pero es también fanático de la animación oriental, salvo que no lo dice tan abiertamente.
La parece una película bastante cursi, pero lo logra entretener, y suspira en ciertos momentos.
Como si su corazón anhelara un amor de esa forma, sintiéndose incluso tonto por si quiera pensar en ello, cuando… Se había prometo jamás hacerlo.
Llevando las polímitas en su regazo, comiendo de repente y tomando su raspado, es como disfruta de este tiempo.
Ahora pasando al castaño, fascinado por lo que ocurre en esa historia de amor, sonriendo como un bobo enamorado, como lo que es… Pensando en que si eso llegara a pasarle, como desearía que solo fuera con Shion.
Le ha robado el corazón con solo una mirada, es feliz de tener esta oportunidad que nadie más ha gozado y espera que sea así siempre.
Sería muy apresurado decirlo, pero… Ya se ve en un futuro casado con el peliverde, con un hermoso hijo de ambos, que sea tan parecido a su doncel, sería un sueño hecho realidad.
Sin embargo por estar distraído al momento de buscar palomitas, lleva su mano hacia aquel recipiente.
No tarda mucho, cuando siente otra mano que igual busca algo de ese alimento chatarra.
Sorprendiéndose, y girándose para verse de manera instintiva.
Dohko, siente la necesidad de sujetar la delicada mano, y así lo hizo por breves segundos, hasta que el de ojos rosas reacciona, y quita su mano de manera brusca, le entrega el recipiente de palomitas, para seguir mirando la película e ignorar lo que acaba de ocurrir.
No quiere ser tan obvio, pero sus mejillas están rojas, y está molesto consigo mismo por sentirse de esa manera ante el castaño.
Más por su parte… Dohko cree que cometió un error al ser tan atrevido y tomar la mano de quien lo hace suspirar, pero no pudo contenerse, es demasiado lindo para no intentar acercarse solo un poco.
Cada quien trata de hacer lo mejor, avanzar o retroceder a su parecer fue lo que ocurre en esta primera salida.
Al terminar la función, se denota que el rubio deja escapar algunas lágrimas de emoción, le encantan los finales felices, e historias dramáticas de amor.
Conociendo esto de su mejor amigo, Shion le entrega unas servilletas para que se limpie y no evidenciar las marcas de agua salada.
Deuteros sintiendo ternura y tristeza porque una lágrima escape de esos hermosos orbes azules que reflejan el mismo cielo iluminado por el sol.
Acto seguido, los cuatro salen de la sala, para con paso lento, entre algunas risas, conversar sobre la película que acaban de ver.
Bueno más bien, Asmita hablando con Deuteros, mientras Dohko intenta sacar más que solo monosílabas al peliverde, con un leve rango de éxito, pero algo es algo.
Aun no se recupera del todo por el tacto de las palomitas.
Pero… No negara que fue una buena tarde.
Ahora caminando a la salida, no se han percatado que unos pares de ojos, se fijan en ellos, precisamente en el de cabellos azules, dedicando una sonrisa de burla pues sin duda hará algo para provocar a Deuteros.
Y disfruta hacer rabiar al mayor de ese grupo.
Al ir delante el castaño y el peliverde, son los primeros en salir del local, abriendo como todo un caballero la puerta para que el doncel pase, este solo asiente como agradecimiento, sin querer mirarlo a la cara.
Pocos segundos después, Deuteros hace lo mismo, para que su ángel pueda pasar, sin embargó al momento de dar un paso para el mismo salir de allí.
Siente como alguien con brusquedad lo empuja hacia adelante, para de inmediato tropezar con el rubio y provocar que este último pueda caer al suelo.
Pero por instinto, no permitiría que su ángel caiga al sucio suelo, como pudo lo sostiene por la cintura, rodeándolo con un brazo y con el otro sujetándose del agarre de la otra puerta.
Una manera increíble de reacción para proteger al rubio, no permitirá que nada malo le ocurra en su presencia y si es posible también al no estar, haría lo que fuera por cuidarlo.
Mas ahora con la furia plasmada en su rostro, siente que matara al imbécil que ha provocado esto.
¿Quién se atrevió a hacer esto?
¿De lastimar a su ángel?
Siente rabia de esto, sabe que no fue un accidente, el empujón obviamente era con la intención de herirlos.