Las cuerpos caían uno a uno, algunos cayendo encima de otros, bastante aturdidos por todo lo sucedido, Natsu se había dirigido rápidamente al cuerpo inconsciente de Mystogan, mirándolo sorprendido e indignado.
—¿Hice todo eso por nada..?—. Murmuró picando la mejilla del omega suavemente.— ¡Agh! ¡Si hubiese supuesto que esto pasaría no habría hecho nada de eso!
Los demás empezaron a despertarse de a poco por ciertos gritos de cierto muchacho de cabellos rosas.
—¡¿Podrías callarte, cabeza de cerillo?! ¡Aturdes con tus gritos!—. Gritó el mago de hielo, sacudiendo al dragón slayer de fuego bruscamente.
—¡¿A quién llamas cabeza de cerillo?! ¡Princesa de hielo!—. Contraatacó con furia contenida.
Y así empezó una de sus infantiles peleas entre fuego y hielo. Y como era de esperarse Erza los detuvo, con su voz de mando, causaba efecto en omegas y alfas quienes le tenían el debido respeto, no por nada era una poderosa alfa de clase S.
—¡¿Dónde está mi gato?!—. Gritó Gajeel buscando entre todos los lugares que se le ocurrieran. Se veía como los exceeds conversaban de forma amena con los demás, fue una sorpresa para todos que aquellas criaturas estuviesen aquí, pero a nadie le molestó a excepción de Charle.
—Hacen demasiado ruido, es molesto—. Laxus gruñó moviendo ligeramente al omega de cabellos azules, quien despertó alterado.— No te preocupes, le dije a los mocosos de ahí que se hicieran cargo de todo, ya sabía que esto iba a pasar, te lo dije, si no volvías, iría a por ti, no pretendo dejar al causante de todo a gusto en ese lugar—. Comentó haciendo que el más pequeño se parara de forma brusca, los demás estaban escuchando atentamente.
—No tiene sentido, tuve que haberme quedado ahí, es dónde pertenezco. ¿Qué se supone que hiciste?
—¿Yo qué mierda voy a saber? no hice nada, simplemente ví como te resistías al ánima, pero aunque te hayas quedado ahí no ibas a durar ni dos horas y seguramente estarías por aquí tirado.
El menor soltó un suspiro frustrado, al menos Laxus pudo hablar con los de Edolas, cuando iba a agradecer, escucharon un chillido que los puso en alerta.
—Encontré a esta mujer...—. La voz de Lily fue inconfundible para Jellal, quien rápidamente lo arrebató de los brazos de Gajeel el cuál lo había agarrado antes. Gajeel se quejó argumentando que era su gato y que se consiguiera uno por su cuenta.
—Príncipe...—. El pequeño exceed se alejó sorprendido, pues el no había visto que había pasado en Edolas. Pero sin dudar se abrazó nuevamente al omega, quien se sintió reconfortado de que al menos hubiese alguien importante para él aquí.
Los demás observaron con ternura la escena, Erza se sentía completamente aturdida aún, viendo al Jellal de edolas, se sentia familiar y acogedor, pero no provocaba el mismo sentimiento que el Jellal de Earthland, de solo pensarlo la hacía feliz y un poco nostálgica.
—¡Ejem! sigo aquí amarrada, ¿saben?—. La muchacha de cabellos cortos blancos se removía incómoda por las ataduras, fue fácilmente liberada por Lily, quien se disculpó un poco avergonzado. La joven simplemente sonrió y se abalanzó contra Natsu y Happy, los tres lloriqueaban por reencontrarse nuevamente, Lissana empezó a explicar lo que había sucedido con ella ante su supuesta muerte, siendo escuchada por varios.
—¿Qué se supone que haces?—. Laxus gruñó al ver al omega ponerse sus cosas, incluyendo aquella tela que le cubría el rostro, los demás ya se habían alejado, olvidándose por completo de ambos.
—Arreglandome, ¿qué crees?—. Dijo tranquilamente, mientras tomaba su mochila qué estaba tirada junto a sus bastones.
Laxus simplemente le arrebató todo de las manos y cargó al omega sobre su hombro, haciendo que se removiera avergonzado pues sentía la mano del rubio entre sus piernas. Se quejó unos minutos, pero después desistió al alfa testarudo quien pretendía llevarlo al gremio para que "se hiciera cargo de lo que hizo".
[...]
El maestro Makarov los miraba a ambos seriamente, habían subido al segundo piso, Laxus había entrado de forma bruta por la puerta, aún sosteniendo a Mystogan sobre su hombro, sorprendiendo a varios, nadie sabía de quien se trataba el individuo que traía el rubio. Algunos no le tomaron importancia, otros como el equipo de Natsu y Raijinshuu los observaban atónitos. El maestro simplemente apuntó al segundo piso y ahí es donde entramos al primer punto.
—¿Qué me tienen que explicar?—. El pequeño anciano bebía tranquilamente de una cervecera, mientras observaba a ambos jóvenes.—¿estan saliendo? ¿Es eso?
—¡¿De qué hablas anciano?!—. Gritó avergonzado Laxus alejándose prácticamente un metro del omega.—Solo venía a qué le digas al omega este qué no es necesario que se vaya del gremio, porque eso pretende hacer—. Murmuró mirando de reojo al su abuelo, quien frotaba sus dedos de forma pensativa sobre su barbilla.
Mystogan no demostró cuan sorprendido quedó por las palabras del alfa, por un momento pensó que venía a exigir que lo echaran del gremio, como hicieron con él. Y el maestro lo hizo sorprenderse aún más.
—¡¿Qué haces aquí, Laxus?! ¡¿No te quedó en claro que no podías entrar a este gremio y acercarte a mis hijos?!—. El anciano empezó a regañar al alfa rubio quien lo miraba con fastidio, sabía que su abuelo se hacía el duro porque aún así lo dejó vivir cerca de Magnolia, cerca del gremio.
—Sí, bueno, solo venía a entregarte al enano—. Antes de que pudieran replicar ya se había marchado.
—¿Qué más voy a hacer con ese muchacho? Algún día voy a sufrir un ataque al corazón, ¡oh, Mavis ayúdame!—. El pequeño hombrecito murmuraba agotado, mientras volvía a subirse a la silla, observó al omega frente a él, quien seguía mirando hacia la puerta en donde se había ido Laxus. Se escuchaban gritos y euforias de parte de los demás, sobre todo se escuchaba a Raijinshuu gritar por su querido Laxus.
—Erza ya me explicó lo sucedido, no es necesario que te vayas, hijo. Puedes seguir como siem...
—¿Puede regresar a Laxus al gremio?—. La pregunta salió por sí sola de su boca, sorprendiendose a sí mismo y sorprendiendo al pequeño anciano.
—Sabes las cosas que ha hecho, no puedo simplemente regresarlo y ya. Causó muchos problemas.
—Pero ayudó en Edolas, por favor. Al menos puedo ser yo quien tome su puesto de exiliado—. Jamás había suplicado por algo, pero prácticamente su omega hablaba por él.
—No puedo permitir eso, no causaste nada contra el gre...
—¡Fue mi culpa de que ánima los absorviera!—Replicó.
—No fuiste el causante, tu padre lo fue. Muchacho, ¿por qué tanto el interés en qué Laxus regrese?—. El anciano se lo esperaba de Raijinshuu, Natsu e incluso Mirajane, pero jamás esperó que uno de sus mejores magos e hijo, suplicara de esa forma, las feromonas del omega invadieron la habitación en donde se encontraban y a pesar de ser un alfa ya retirado, el maestro sintió la tristeza del contrario, casi nauseabundo.
—No lo sé... Simplemente sentí la necesidad de querer que lo acepten de nuevo, sus compañeros lo extrañan, al menos así lo sentí por parte del omega de Freed—. Sus palabras salieron casi como un aliento, fueron rápidas y sin la necesidad de alzar su voz, incluso para el maestro se sentían cálidas, la voz del omega sencillamente relajaba.
Makarov no pudo evitar soltar un suspiro, indeciso de contestarle a su considerado hijo, no quería herir los sentimientos confusos del omega.
—Lamentablemente no creo que eso sea posible, Mystogan. A pesar de que haya sido de ayuda en Edolas, mi corazón aún no está listo para perdonarlo y traerlo de vuelta al gremio, sabes que hirió a los miembros de este gremio, una conducta inaceptable para quien forme parte de Fairy Tail, tú que has ayudado bastante no puedo dejar que te vayas—. El pequeño anciano esperó algún tipo de queja e incluso esperó lágrimas entre suplicios, pero no llegó nada eso, simplemente lo dejó confuso.
—Entiendo. Sinceramente no tengo idea del porque esas palabras salieron de mi boca, no esperé llegar a mucho, maestro lo lamento—. Se removió ligeramente incómodo del lugar, se sentía sofocado. Suponiendo que estaba solo con el pequeño anciano.
—Si te llega a interesar de tal forma no hay mucho que pensar, hijo mío. Palabras que salieron de lo más profundo de ti, habrá una parte tuya que extraña lo amargado y extravagante de mi nieto que es un alfa, no te preocupes tomaré en cuenta tus palabras pero primero necesito que aprenda la lección, es alguien que no aprende simplemente dándole su sermón de niño malo—. El anciano alfa se paró en frente del omega de cabellos azulados y le regaló una cálida sonrisa, como un padre a su hijo.
—Muchísimas gracias, maestro. Con su permiso me retiraré a casa—. El omega se puso aquellas prendas que siempre le tapaban el rostro y se dispuso a irse rápidamente.
—¿De qué hogar hablas, pequeño mentiroso? ¡Apenas y tenias tiempo para a pasarte por Magnolia! Por el momento te quedarás en el gremio y no quiero quejas jovencito.
—No quiero causar más problemas, Natsu y su grupo de compañeros ya saben como es mi rostro, si lo demás se enteran y llega a exteriores...
—Entiendo, por el momento es bastante inseguro que los demás sepan de ti, pero ten por seguro que aclararemos esto con el consejo para no tener futuros malentendidos—. Comentó con una mano sobandose el mentón, pensativo.
—Por el momento usaré esto—. Apuntó a aquello que lo cubría—.
—Bien, no debes de preocuparte demasiado, Fairy Tail es una familia, jamás te causarían problemas—. El anciano se dirigió al bar en donde se encontraba la mayoría, recibiendo sencillas sonrisas.
El de cabellos azules observó el lugar por completo, tratando de encontrar esa característica cabellera rubia, pero no hubieron resultados favorables por lo que supuso que el mayor ya se había marchado, simplemente quería agradecerle por lo que había hecho en Edolas, pero al parecer tendría que ser para otro día.
—Bien muchacho, hoy te quedarás en los dormitorios femeninos que tiene el gremio apartado de aquí, las chicas no tienen inconvenientes en dejarte estar ahí—. Los murmullos no tardaron en escucharse, "¡woah! que suerte tiene" "¿quién es él?" "quisiera ser él..." "parece ser un omega, jamás dejarían entrar a un alfa en un territorio en donde predominan omegas, podría haber un descontrol"
—De verdad no es necesario, estoy bien rentando algo por ahí... —. Dijo de forma suave tratando de que nadie más lo escuché además del maestro.
—¡No te preocupes! Eres de confianza, de hecho creo que deberías de desconfiar más en ellas, suelen meterse en todo—. Titania comentó pasando uno de sus brazos detrás del cuello del contrario, quien se encogió de hombros al sentir a una alfa tan cerca.
—Si te hace sentir mejor también hay omegas varones, son más bien unos dormitorios mixtos, para personas de confianza—. Mirajane habló dándole una sonrisa maternal, mientras le servía más cerveza al maestro, quien disfrutaba de esto.
—Supongo que será por unos días, muchas gracias por esto—. Habló seriamente.
—Puedes quedarte todo lo que quieras, no es necesario que te vayas a los cinco días—. Erza dirigió a pequeños empujones al contrario quien se dejaba guiar, saliendo del gremio y llevándolo a los dormitorios.
—Que adorable muchacho. —Dio un ligero aplauso emocionada—. Pero... ¿quién era, maestro?
—En algún momento se podrá saber quién es, no hay que apresurar las cosas, todo a su tiempo—. El maestro bebió de su cerveza seriamente. Mirajane simplemente ya no habló más del tema, ya se enterarían tarde o temprano.