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"Innocence" por Dreamwave

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Notas del capitulo:

Un problema con Tweek termina haciendo que Craig haga algo que jamás imaginó hacer, y en frente de todos. Mysterion toma una decisión en relación a Butters, haciéndole una peculiar propuesta. 

Capítulo 5: “La pareja más top de la escuela”

 

- Viernes -

Despertar de mal humor era algo habitual para Craig Tucker, pero aquella mañana era diferente. Al dormirse la noche anterior, después de haber comido en casa de Tweek, había soñado con el despeinado chico, fue un sueño tranquilo al principio, aunque se volvió pervertido y húmedo a medida que avanzaba, y Craig solo recordaba las partes picantes para cuando amaneció, despertando con una notable erección. Se encargó de sí mismo en el baño, visualizando a Tweek y su camisa verdigris mal abotonada, la cual le había parecido tan sexy el día anterior; en el fondo moría por desabotonarla y tocar lo que había debajo. No le tomó mucho tiempo venirse al recordar también los gemidos que el chico había hecho durante su sueño.

Aaah... C-Craig... Tócame más... ¡Aah!”

—Carajo... Creo que de verdad deseo a Tweek, ahora mismo tengo ganas de besarlo... E ir más profundo. Será difícil tomarlo con calma, pero debo hacerlo por él. No quiero alterarlo haciendo algo que no le guste, por ahora las cosas deben ir lento. —pensó, al tiempo en que entraba a la ducha.

Quince minutos después, salió y se envolvió con una toalla, se secó el cuerpo, abrió la puerta del baño para no ahogarse con el vapor, y luego encendió la secadora de cabello. Se vistió con una camiseta negra, pantalones del mismo color y su chaqueta azul, rematando con su clásico gorro azul de pompón amarillo con orejeras. Se despidió de su madre y se dirigió a la parada del autobús, no había nadie allí, pero Tweek no tardó en aparecer, seguido de lejos por Clyde y Token. El rubio se acercó a Craig, e intentó saludarlo con un beso, pero el pelinegro giró la cabeza hacia un lado, evitando el contacto de sus labios con los de Tweek.

—¿Estás loco? ¡Clyde y Token vienen hacia acá!

—Lo-lo siento, Craig, solo quería...

—Recuerda que nuestra relación debe ser secreta, no hagas cosas innecesarias, y todo estará ok. ¿Me escuchaste?

—Sí, ya entendí, dios. —respondió Tweek, bajado de ánimos.

—Muy bien.

—¡Hola chicos! ¿Que tal? —preguntó Clyde, que llegó a la parada, acompañado de Token.

—Bien, supongo. —contestó Craig.

—¿Qué instrumento elegirán para la práctica de hoy en música? Traje mi guitarra eléctrica Fender, la probé ayer y está súper guay. —presumió Clyde.

—Encontré este bajo en mi casa, no sabía que lo tenía. —dijo Token, abriendo la funda y mostrándole el instrumento a sus amigos—. Oh, esperen, está rayado...

—No está rayado, ¡Está firmado! —exclamó Craig, examinándolo más de cerca—. ¡Dios mío, pero si es la firma de John Deacon, el bajista de Queen!

—¡¡Waaaah!! —gritó Tweek, lo cual sobresaltó a Clyde, pero no a Craig, quien estaba algo acostumbrado a sus alaridos.

—Ese bajo debe valer un montón de dinero, Token, deberías venderlo. —comentó Clyde.

—No puedo, lo necesito para las clases de música. En fin, Tweek, ¿Tú que piensas tocar?

—P-piano.

—Es verdad, recuerdo que tienes una manera muy particular de tocarlo. Una vez, cuando creías que Corea del Norte atacaría Estados Unidos, tocaste piano frente a todos, pero solo golpeaste las teclas mientras gritabas, y decías que todos íbamos a morir. Fue muy gracioso, ¿No, Craig? —preguntó Clyde, dándole un leve codazo al chico de azul.

—Jaja, sí, es muy cómico ver a Tweek cuando se alarma y se inquieta.

—Es como un chihuahua con esquizofrenia, jaja. —se rió Clyde.

—Como si fuese un universitario adicto a las metanfetaminas. —agregó Token.

La cara de Tweek se entristeció al ver que se burlaban de él, y que su “novio” no decía nada para defenderlo. Al llegar el bus escolar, se sentó junto a Craig, pero se sintió invisible, ya que el chico conversó todo el viaje con Clyde y otros compañeros, sin siquiera mirarlo una vez.

—Qué diferentes serían las cosas si yo fuese una chica, de seguro Craig no me negaría frente a sus amigos. Podríamos andar por ahí, de la mano, sin escondernos... Nos besaríamos y a nadie le importaría un carajo. Todo sería mucho mejor. —pensó Tweek, mirando por la ventana.

Al entrar a la sala de clases, la mayoría de los estudiantes estaban afinando sus instrumentos o buscando partituras, otros aprovechaban ese tiempo para platicar, sin embargo el nuevo profesor de música no tardaría en llegar.

—¿Qué instrumento trajiste, Kyle? ¿Uno para judíos estúpidos? —preguntó Cartman, riéndose.

—No gordo de mierda, traje un teclado, apuesto a que es mejor que lo vas a tocar tú.

—Traje mis baquetas porque planeo usar la batería de la escuela, seré el mejor baterista de South Park, ya lo verás judío.

—Eso si logras coordinar tus extremidades, culón, jaja. —comentó Stan, haciendo reír a Kyle y a Kenny—. Creo que participaré del coro este año.

—Yo también. —dijo el chico de chaqueta naranja.

—Pero Kenny, tu fumas, tu voz debe sonar terrible. Bueno, es lógico que cantar sea tu única opción, no tienes dinero para comprar un instrumento musical, ya que eres un pobretón de mierda. ¡Podrías tocar una lata con un palo, jajaja!

—Cállate Cartman, déjalo en paz. —dijo Stan, con el ceño fruncido.

—¡Sí, hijo de puta, no molestes a Kenny! —exclamó Kyle.

—¡Par de niñas, todo les molesta! —gritó Eric.

—No se preocupen chicos, lo que dice Cartman dejó de importarme hace mucho tiempo. Además está equivocado, tengo una voz preciosa~ Y hoy todos la escucharán en la audición para coristas. —dijo Kenneth, confiado y esbozando una sonrisa, la cual pareció lanzar un destello.

Butters Stotch los escuchaba desde su pupitre, no muy lejos, y al ver la sonrisa de Kenny sintió que su corazón se saltaba un latido. Actuaba normal a pesar de lo sucedido en la enfermería, ¿Acaso había sido solo un sueño? Los recuerdos estaban algo difusos en su memoria, pero Butters recordaba que Kenny lo había ayudado, le había curado las heridas y luego... lo había besado. ¿De verdad había sido real lo del beso? Bueno, ya no importaba, no volvería a pasar, era mejor actuar como si nada para evitar situaciones incómodas.

—¿Cual canción vas a cantar, Kenny? —preguntó Butters, acercándose a la mesa del encapuchado.

—Mmmh, mmhshm. —Masculló, era útil que sus amigos le entendieran aunque usara su capucha—. Qué raro, no recuerda lo que pasó en la enfermería, ¿O se estará haciendo el tonto? Ahora que lo pienso, tampoco me dijo nada antes, debe haberse distraído con todo el tema de Mysterion. —pensó.

—Oh, ¿En serio? Esa no me la esperaba, pero es muy buena, de seguro te irá bien.

—¿Trajiste la guitarra que usabas cuando teníamos Crimson Dawn, Butters? —preguntó Stan.

—Sí, la misma. Que loco que lo de la banda hubiese funcionado, de no ser por China y sus censuras.

De repente, la puerta de la sala se abrió y entró un joven de unos treinta años, de cabellos muy blancos y elegantemente vestido, como si viniese de alguna época pasada. Cuando lo vieron, la clase entera hizo silencio.

—Buenos días chicos, mi nombre es Hayden Gallagher, y seré su maestro de música. Pueden llamarme “profesor Hayden” o “Sr.Gallagher”. Nos llevaremos bien siempre y cuando me respeten, sean disciplinados y no hablen cuando yo lo haga. No toleraré atrasos, el que llega después de 5 minutos de iniciada la clase, queda fuera. Hoy haremos básicamente audiciones, para saber qué nivel de habilidad tienen con su instrumento, también decidiremos la canción que vamos a tocar, a modo de orquesta para fin de semestre. Ahora, cuando escuchen su apellido, por favor digan “presente”.

Después de pasar la lista, el profesor llevó al curso a la sala de música, en donde comenzó las audiciones para guitarra, (en las cuales Butters se destacó), seguida de las de bajo, las de batería, las de violín, las de teclado y algunos instrumentos más, hasta que finalmente era el turno de los que querían ser parte del coro. Kenny fue el primero en levantar la mano, cuando el profesor Hayden pidió voluntarios para subir al escenario. Insertó su mp3 en la computadora que había llevado el maestro, buscó el archivo que tenía preparado, le dio al botón “play” y un instrumental empezó a sonar. El rubio agarró el micrófono con confianza y se bajó la capucha, causando que lo quedaran mirando, ya que casi nunca andaba sin su capucha naranja con bordes de piel sintética. Y cuando llegó el momento de cantar, lo hizo y todos estaban muy atentos e impresionados de su voz, incluido Hayden.

White shirt now red, my bloody nose, sleepin', you're on your tippy toes, creepin' around like no one knows, think you're so criminal... Bruises on both my knees for you, don't say thank you or please, I do what I want when I'm wanting to, my soul? So cynical...

Kenny continuó, moviéndose con gracia de un lado al otro del escenario, con gran desplante y seguridad, mientras la canción de Billie Eilish avanzaba.

I'm that bad type, make your mama sad type, make your girlfriend mad tight, might seduce your dad type... I'm the bad guy... Duh. —cantó, y al final de aquel verso sacó la lengua.

—Wow, es my bueno. Y hasta sexy... ¿Es normal que lo crea? La manera en la que pronuncia las palabras es... —pensó Butters, tragando saliva.

La canción terminó y hubo un silencio. Kenny permaneció en el escenario, recuperando el aliento, luego dijo “gracias” y dejó el micrófono en el atril en donde estaba antes, fue entonces cuando comenzaron los aplausos y uno que otro grito o chiflido, las chicas, emocionadas, rodearon a Kenny cuando se bajó de la plataforma, y el profesor Gallagher lo felicitó, diciéndole que ya tenía su lugar en el coro. Había dejado a todos boquiabiertos, nadie sabía que podía cantar tan bien. Cartman era el único que tenía cara de fastidio, y con actitud altanera se acercó a Kyle, quien apoyaba su cabeza en el hombro de Stanley.

—¿Qué se cree ese indigente de mierda? ¿Que puede tener a todas las chicas, porque su voz es más bonita que la nuestra? ¡Es un desgraciado!

—Aún así acabas de admitir que la voz de Kenny es bonita, gordo. —dijo Stan.

—¿Detecto algo de envidia, Cartman? —pregunto Kyle, riéndose un poco.

—¡¿Qué dices, judío estúpido?! ¿Envidioso yo? De alguien como él, ¡¡Jamás!! —exclamó Eric, tajante.

—Hey chicos, ¿Cómo estuve? Espero no haber sido demasiado provocativo, me costó librarme de las niñas, jaja. —dijo Kenny, uniéndose al grupo.

—Tu interpretación de la canción fue genial, sonabas como la versión masculina de Billie Eilish. —dijo Kyle.

—Cantas tan bien que ahora me da vergüenza presentarme, jajaja. —dijo Stan, con una mano detrás de la cabeza.

—Oh no, amigo de seguro lo harás bien, solo debes relajarte y pensar que el público no existe. —le aconsejó el rubio.

—Gracias, pero aún así, dejaste la vara muy alta.

—No eres la gran cosa Kenny, ya bájate de tu nube. —comentó Cartman, pero los chicos lo ignoraron, y terminó alejándose de ellos—. Idiotas, ya verán, cuando toque la batería seré el mejor y todas las chicas me prestarán atención a mí. —pensó, refunfuñando.

 

- Más tarde, durante el primer recreo -

Stan, Kyle y Cartman estaban sentados en una banca, comiendo su colación y esperando a Kenneth, quien había entrado a la escuela para ver si podía conseguir algo de comida. En la cafetería le había ido mal, pero siempre estaba la opción de robar de la máquina expendedora. Lamentablemente, el lugar en donde solía estar estaba vacío. El auxiliar de aseo le dijo que la habían sacado, porque se había echado a perder misteriosamente, aunque para Kenny eso no era ningún misterio, ya que él había intentado hackearla. Cuando estaba a punto de darse por vencido, Butters lo vió y se acercó a él, con una bolsa de papel en las manos.

—Es una lata que se hayan llevado la máquina, me gustaban los dulces que tenía. —dijo el chico de chaqueta cyan—. ¿Tienes hambre, Kenny? Podemos compartir lo que traje. Toma. —le ofreció la mitad de su sandwich de mantequilla de maní con jalea.

—Eh, no gracias, Butters, no quiero quitarte tu comida, además no tengo tanta hambre. —dijo, pero el sonido de sus tripas lo delató, aparte se le hizo agua la boca cuando vio el pan—. Esto, pensándolo mejor...

—Solo tómalo, ¿Quieres? Está muy rico. Lamento no tener nada más que darte, me comí lo otro.

—Qué tierno es, demonios. —pensó, mientras le daba una mordida al emparedado—. No importa, este pan es más que suficiente y me gusta mucho porque me lo diste tú. —dijo, coquetamente.

—Aaa, me alegro, Kenny, mañana prepararé uno extra para ti. —dijo Stotch, un tanto ruborizado—. ¿Qué es esto? Por alguna razón me siento nervioso. —pensó, mirando al piso.

—Oye, Butters, ¿Quieres ir y pasar el rato con nosotros? —preguntó McCormick, con un brazo sobre los hombros del chico.

—¿Te refieres a tu grupo, con Stan, Kyle y Cartman? Casi nunca me dejan estar con ustedes.

—Pero si solo tienes que ir y hablarnos, ya no somos unos críos. Ven conmigo, si Cartman te molesta, todos se irán en su contra, no te preocupes por eso.

—Bueno, vamos.

Mientras tanto, en otro lugar del patio, Craig y su grupo (incluído Tweek) jugaban a la pelota. Había un grupo de chicas observándolos.

—Vamos, Jessie, solo ve y dile que te gusta. —dijo Red.

—No lo sé chicas, ¿Y si yo no le gusto? Haré el ridículo. —dijo Jessie, ansiosa.

—Entonces anda y pregúntale si quiere ir a tomar helado contigo. No puede molestarle una cita. —comentó Nichole.

—Eres muy linda Jessie, ¿De verdad quieres estar con Craig? —preguntó Wendy.

—Sí, me gusta su actitud de chico malo, y sus ojos verdes. ¿No les parece lindo?

—Bueno, un poco, supongo que es atractivo. Dicen por ahí que es gay. —dijo Red.

—En su caso, esos son solo rumores y dibujos ficticios Yaoi. Amiga, sé valiente y pídele una cita. Pero no parezcas una desesperada, actúa cool y no lo presiones. —le aconsejó Wendy.

—Está bien, estoy lista, ¡Iré y le preguntaré si quiere salir conmigo! Crucen los dedos, chicas. —dijo Jessie, decidida.

La chica caminó hacia Craig y le gritó para llamar su atención.

—¡Craig! ¿Puedes venir un segundo?

—¿Jessie? Estamos jugando...

—Será rápido, tengo algo que preguntarte.

—Está bien, voy. ¡Espérenme chicos, ya regreso! —exclamó a sus amigos.

—¿Qué hace Craig? —pensó Tweek.

Jessie llevó al pelinegro no muy lejos de donde estaban jugando, y Tweek los miraba con curiosidad mientras hablaban, imaginando lo que decían. La chica se veía ruborizada y nerviosa, ¿Qué pretendía?

—Craig, yo, me preguntaba si te gustaría ir conmigo por un helado mañana.

—¿Helado? Dices como, ¿Una cita?

—Sí, una cita. La verdad pienso que eres muy lindo, y me gustaría conocerte más. —dijo Jessie, mientras jugaba con su largo cabello rubio.

—Ah, ¿Si? Vaya, gracias-

—¿Hay alguna chica que te guste? ¿Estás saliendo con alguien en este momento?

—...

—¿¿Lindo?? ¿Jessie gusta de Craig? ¡¿De MI Craig?! Pero si él está saliendo conmigo, ¿Por qué no dice nada? —pensó Tweek.

—¿Craig? —preguntó la chica.

—Eh, no hay nadie que me guste de esa manera... Supongo que podemos ir a tomar helado si quieres.

—¡¿QUÉ?! —pensó Tweek, jalándose los cabellos.

—¿De verdad? ¡Genial! Te daré mi número para que coordinemos la salida.

—No hay problema, mándame un mensaje cuando quieras.

—Gracias Craig, nos v-vemos, ¡Adiós! —se despidió Jessie, volviendo con sus amigas y riendo.

—¿Saldrá con ella así nada más? Craig, él... Solo está jugando conmigo. ¿Cómo pude pensar que podíamos ser felices y que me tomaría enserio? No sé si pueda soportar esto, tengo que hablar con él. —pensó el despeinado chico, acercándose a Tucker—. Cr-Craig... —dijo, con voz débil.

—Oh, hola de nuevo, Tweek. ¿Pasa algo?

—¿Que si pasa algo? ¡Dímelo tú! Aceptaste salir con esa chica, sin siquiera preguntarme.

—Puedo hacer lo que yo quiera, no necesito pedirte permiso.

—¡Pero se supone que somos pareja!

—Hey, ¿Podrías bajar la voz? Estamos llamando la atención...

En efecto, algunos estudiantes los miraban discutir, ya que ellos dos jamás lo habían hecho. Las chicas se preguntaban que clase de relación tenían para estar peleando así, y en pleno patio, aparte de eso, las alumnas japonesas ya los estaban dibujando y “shippeando”, aprovechando la situación.

—¡No, Craig! Estoy harto de bajar la voz, de quedarme callado y no decirte lo que en verdad pienso. ¿Soy un experimento para ti? ¿Un chiste?

—Tweek, entiende, si salgo con Jessie nadie sospechará sobre lo nuestro. ¿Cuando comprenderás que es mejor así?

—Ah, entonces ahora existe “lo nuestro”. Cuando nos besamos, hay un “nosotros”, pero cuando hay gente alrededor te la pasas negándome. Esquivas cualquier contacto físico conmigo, ¿Cómo crees que me siento cuando lo haces? —preguntó, sintiendo un nudo en la garganta.

—Tweek... —murmuró, poniendo una mano sobre la mejilla del chico.

—¿Vas a tomarme enserio algún día? Me dijiste que yo te gustaba, pero nada ha cambiado. Sigues pendiente solo de ti, y de lo que el resto pueda pensar, por eso quieres que esta supuesta “relación” sea secreta, ¿No te das cuenta de lo tóxico que suena eso?

—Escucha, puede que te haya negado y evitado, pero sabes que en el fondo te quiero.

—¿Y cuándo vas a quererte a ti mismo? —preguntó, apartando la mano de Craig de su rostro—. No merezco esto. Creo que es mejor continuar como estábamos antes, aunque me duela ser solo amigos. Nos vemos luego, Craig.

—¡Espera, Tweek! No seas tan dramático... Aah, carajo, ya se fue. —dijo, de mala gana—. Lo arruiné, ¿Por qué no me sorprende? —pensó, sentándose en una banca.

Una de las chicas asiáticas, cuyo nombre era Kira, dejó a un lado sus materiales de dibujo y se acercó al chico de gorro azul, sentándose a su lado.

—Hola, Craig. No me conoces, pero mi nombre es Kira. Sé que no te caemos muy bien, pero mis amigas y yo vimos tu pelea con Tweek, y lo sentimos mucho. Es terrible que hayan discutido así, se nota que a él le importas mucho.

—Cómo, ¿Ustedes ya saben que...?

—Es obvio que a Tweek le gustas, no se necesita ser un genio para darse cuenta.

—Demonios, pensé que nadie lo sabía. En todo caso, ¿Es imprescindible que ustedes nos dibujen haciendo tonterías románticas? Solo empeoran las cosas.

—No te enojes, pero creo que el que está empeorando las cosas eres tú.

—Ni siquiera me conoces, no tienes derecho a decirme eso, ¿Quién te crees que eres? —preguntó, fastidiado.

—Cálmate, soy una amiga, y solo quiero ayudarte. Mira, si tanto te molesta, dejaré de dibujarlos a ustedes como pareja, con la condición de que a cambio debes disculparte con Tweek. Ustedes han sido mejores amigos desde hace tiempo, y son parte del mismo grupo, ¿Cierto? No deberían estar enfadados, su amistad es más importante. Dime, ¿Qué suele suceder para que dejen de estar peleados?

—Uno de los dos cede y le pide perdón al otro. Siempre es Tweek quién lo hace primero, ahora que lo pienso.

—Entonces, ¿No sería agradable para él que esta vez seas tú quien ceda?

—Claro que sí, pero no creo que una simple disculpa sea suficiente esta vez.

—Puede que tengas razón, se veía muy ofendido. Hmm... ¿Y que tal si realizas una sincera prueba de amor?

—¡¿Qué?! ¿A qué te refieres?

—Una prueba de amor, algo que demuestre lo mucho que quieres estar con él. Podrías disculparte y decirle que lo amas por los altavoces de la escuela, o mejor aún, ¡Dedicarle una canción!

—¿Una canción? Estás loca, ¡No puedo hacer algo como eso! Ni canto muy bien, y aparte, toda la escuela se enteraría de que somos... De esa manera, lo cual es justo lo que no quiero que pase.

—Craig... —dijo, colocando su mano derecha sobre la del pelinegro—. Créeme, a nadie le importará que sean gay. Sí, hubo un shock al principio entre la gente, por lo de los dibujos, pero ya pasó, no es una novedad. Si no te aceptas a ti mismo, te sentirás infeliz y amargado toda tu vida. Es mejor que hagas el cambio ahora que eres joven.

—Lo sé, pero no es algo que se consigue de un día para otro, es difícil.

—No es tan así, mira, ¿Qué te importa más, lo que opine el resto, o lo que Tweek piense de ti?

—Lo segundo, supongo.

—Y, ¿Qué es más importante, quedarte en tu zona de confort, o tu amor por Tweek?

—...Tweek. Realmente no quiero que esté triste por mi culpa. Una parte de mí sufre mucho cuando el se deprime. —dijo, ruborizándose un poco.

—¿Lo ves? Tienes que ir y actuar, en tu cabeza todo está claro.

—No todo. ¿Cómo se supone que le diré esto a mis padres? Es aterrador.

—Ya solucionarás eso, además son tus padres, estoy segura de que te querrán sin importar qué. Primero arregla las cosas con el chico que quieres. ¿Todavía te parece una locura lo de la canción?

—La verdad, sí. Pero es una locura que haré si se trata de Tweek Tweak. Ya estoy cansado de huir de estas emociones, creo que llegó el momento de ser valiente y ser yo mismo. En la hora de almuerzo, me llevaré un micro y un parlante al comedor.

—¡Así se habla! Confía en mí, te sentirás mucho mejor cuando te quites ese peso de encima. Todo saldrá bien.

—Gracias, Kira. Ya no me desagradan tanto las asiáticas, jaja. Igual me da un poco de miedo lo que pueda pasar después. ¿Qué pasa si Tweek no me perdona, o si hago el ridículo?

—No te preocupes, estoy segura de que eso no ocurrirá. Y si alguien se atreve a molestarte o a gritarte algo feo, estaremos de tu lado, mis amigas y yo. ¡Siempre defenderemos el Creek! —exclamó la chica, con una sonrisa.

—¿Creek? ¿Y eso qué es?

—Su nombre de pareja, tonto, jaja.

—Cielos, ni siquiera nosotros habíamos pensado en eso.

—Es la combinación de sus nombres. Bueno, debo volver con las chicas, ya va a ser hora de entrar a clases. Me alegra haberte ayudado, Craig. ¡Suerte!

—Gracias, la necesitaré. —dijo, suspirando.

 

- Mientras tanto -

Stan y sus amigos conversaban mientras comían la colación, y habían incluido a Butters, inusualmente Cartman no le había dicho nada desagradable, de todos modos, si llegaba a molestarlo, Kenny estaba preparado para defenderlo verbalmente.

—Que genial que logré entrar al coro. Por poco no lo consigo, el profesor dijo que tengo mucho que mejorar. —comentó Stan, dándole un sorbo a su lata de jugo.

—Sí, es cierto, lo bueno es que lo tuyo se puede perfeccionar, no como Cartman que es un verdadero desastre en la batería, jaja. —dijo Kyle.

—¡Oye! ¡Cállate la boca, judío, no toqué bien porque uno de los tambores estaba roto, además ustedes no dejaban de distraerme!

—Si claro, lo que tú digas, gordo, jajaja. —siguió riéndose el pelirrojo.

—Sigues tocando increíblemente, Butters. Aunque lo de hoy no fue death metal, estuvo alucinante, deberíamos armar la banda de nuevo. “Crimson Dawn: El regreso”. Suena bien, ¿No?

—No lo sé, Stan, tocar guitarra eléctrica es solo un hobby para mí.

—Si tuviésemos la banda de nuevo, podríamos presentarnos en centros comerciales o bares, y ganar un dineral. —dijo Cartman.

—Oh, eso me recuerda, Kenny, tengo algo que contarte. —dijo el chico judío.

La conversación se dividió, y mientras Butters hablaba con Stan y Cartman sobre Crimson Dawn, Kyle platicaba con Kenny sobre algo que habían conversado antes.

—¿Recuerdas que te dije que te ayudaría a conseguir un empleo de verdad?

—Sip.

—Ok, el otro día pasé por en frente de la cafetería de los Tweak y tenían puesto un cartel de “Se busca camarero”, así que entré y le pregunté al Sr.Tweak si podías trabajar para él, y ¿Qué crees? ¡Te conseguí una entrevista!

—¿Una entrevista? ¿Cuándo?

—Mañana, a las 16:00 de la tarde. Tweek Bros Coffee abre de lunes a domingo, deberías solicitar un trabajo part-time, porque si trabajas toda la semana estarás muy cansado para venir a clases.

—Cielos, no esperaba una entrevista laboral tan rápido, te lo agradezco, Kyle. Gracias por apoyarme, de no ser por ti, quizás aún estaría denigrándome en callejones.

—De nada, es lo que hacen los amigos, se ayudan. Entonces, ¿Irás mañana?

—Seguro, espero que salga bien. ¿Debería ponerme otra ropa? —preguntó Kenny, estirando su anorak naranja.

—Creo que sí, algo un poco más formal te dará puntos extra. ¿Necesitas que te preste algo?

—No te preocupes Kyle, tengo un atuendo que me servirá. —respondió McCormick, a quien no le gustaba tener que depender de los demás (aunque a veces tenía que hacerlo por necesidad).

De repente, la campana sonó indicando el fin del recreo, y los chicos volvieron a la sala para el bloque de historia y geografía. La clase pasó volando, seguida del segundo recreo, hasta que llegó la hora del almuerzo.

El grupo de Stan se sentó en su mesa habitual, después de pedir las bandejas al Chef. Tweek también se había sentado con la pandilla, y Kenny le había preguntado a Butters si quería almorzar con ellos, a lo que el rubio había dicho que sí, mientras aún decidía cual de las opciones quería comer. Se demoró un poco más que los demás, y cuando iba caminando con la bandeja, pasó cerca de un grupo de chicas que hablaban y se reían. Butters reconoció la voz de Red, Nichole, Wendy y Annie. Estaban hablando de chicos.

—Deberíamos hacer una nueva lista para calificar físicamente a los chicos de nuestra clase, han cambiado mucho desde la última vez que hicimos una. Opino que Clyde y Token deberían estar entre los primeros tres lugares. —dijo Annie.

—¿Y qué opinan de Kenny, chicas? Debería estar en el puesto dos, creo que es mi nuevo crush. —dijo Red.

—Se ve muy guapo cuando se quita la capucha, ¿No crees, Wendy? —preguntó Nichole.

—No sé si debería opinar, no podría gustarme porque es uno de los amigos más cercanos de Stan.

—Ay, Wendy, ya estás soltera, puedes pensar y hacer lo que quieras. En cuanto a mí, encuentro lindo a Kenny, pero he escuchado algunas cosas sobre él. —dijo Annie.

—¿Qué tipo de cosas? —preguntó Red, muy interesada.

—Dicen que es algo rudo, que tiene una forma especial de hacer ya saben qué, jsjsj. Que le gusta el bondage y el sadomasoquismo. Y que si te acuestas con él una vez, jamás lo olvidas.

—¿Qué está diciendo Annie? ¿Kenny de verdad anda metido en esas cosas? —pensó Butters, dirigiéndose hacia la mesa en donde estaban sus amigos.

—Vaya, amiga tremendos rumores... —dijo Wendy, pero Butters no alcanzó a escuchar lo que dijo por completo.

El chico de chaqueta color cyan se sentó junto a Kenny, que lo miró intrigado con sus expresivos ojos celestes.

—Al fin te sientas, los chicos ya empezaron a comer, pero te esperé. —dijo el chico de naranja.

—Oh, no tenías que hacerlo, jaja. Podías haber empezado y ya.

—¿Qué te tomó tanto tiempo, Butters?

—No podía decidir entre el bagel de salmón o el de pastrami con queso cheddar, al final elegí el de salmón con queso crema. Y me distraje con lo que hablaban unas niñas.

—¿Qué decían?

—Emm, nada importante, solo era un grupo de chicas chismosas.

—Ah, ya. Bueno, vamos a comer, ¿Quieres, lindura? —preguntó Kenny, guiñándole un ojo a Butters.

—S-Sí, me muero de hambre. —dijo Stotch, medio exaltado— ¿Escuché mal, o me dijo “Lindura”? Qué le pasa, antes también me dijo una indirecta. ¿Intenta flirtear conmigo? —pensó.

—Chicos, es mi idea, ¿O Kenny anda mucho más coqueto últimamente? Pero con Butters. —dijo Stan, disimuladamente.

—Quizás él es su nueva víctima, já, pobre. —dijo Cartman.

—¿A qué te refieres? Kenny suele ser la víctima. —preguntó Kyle.

—No estoy hablando de muerte, lo que pasa es que una vez Kenny me contó que le gustaba el sadomaso, y que su ex novia lo había botado por eso. —susurró Eric.

—No inventes, sabía que era pervertido, pero nunca a ese extremo. —dijo Stan.

—Igual, haga o no ese tipo de cosas, no debemos juzgarlo, es nuestro amigo. Después de morir tantas veces y de tantas formas distintas, no es raro que haya generado una relación especial con el dolor. —dijo Kyle, serio.

—Sí, tienes razón. Mejor hablemos de otra cosa. —dijo Marsh, arreglándose su gorro azul con borde rojo.

 

- Mientras tanto -

 

A paso decidido, Craig Tucker se dirigió a la sala de audiovisual y pidió prestados un micrófono, un cable con alargador y un parlante más o menos mediano. Tuvo poco tiempo para decidir cual canción le dedicaría a Tweek, pero había una que calzaba con lo que sentía y por suerte, se la sabía de memoria. No iba a ser difícil cantarla en ese sentido. Por otro lado, la cafetería de seguro estaría llena. Aquel pensamiento lo puso un poco nervioso, pasaría de uno a cien en unos minutos, de no querer contarle a nadie sobre su relación homosexual, a prácticamente cantarlo frente a toda la escuela. Ya era así y no había vuelta atrás, tenía que atreverse a hacerlo o de lo contrario perdería a Tweek. Y en el fondo, sabía que él tenía razón, una relación “secreta” solo les haría daño a los dos, a la larga.

Al entrar a la cafetería, conectó el equipo prestado y se subió a la única mesa que estaba vacía. Cuando quiso probar el micrófono, un irritante sonido invadió el comedor, captando la atención de casi todos.

—Probando, probando, 1, 2, 3... Perdón por lo de recién. —dijo Craig, con el micro en mano—. Veo que no es necesario pedirles que me presten atención. Saben, hace poco hice cosas que le hicieron daño a una persona que aprecio mucho. Y me arrepiento por eso. Aquella persona es... Tweek Tweak.

—¡Aaack! ¿Qué carajo hace ese tonto? Qué vergüenza, esto es... —dijo Tweek, perdiendo el apetito.

—Tweek, sé que estás aquí. ¿Puedes acercarte?

—...¡Demasiada presión! No sé que va a hacer Craig, pero debo salir de aquí. —pensó el despeinado chico, tratando de escapar, pero Tucker lo vio y alcanzó a gritarle.

—¡Espera, Tweek! Tengo algo importante que decirte. Lamento haberte negado frente a mis amigos, y no haberte defendido cuando se burlaron de ti. Lamento haber sido tan estúpido que quería que nuestra relación fuese secreta. Lamento haberte tratado mal, y lo de la discusión que tuvimos antes.

—Craig... ¿Lo dices en serio? —preguntó Tweek, volteándose.

—Sí, y por eso ahora, frente a todos, quiero dedicarte un tema de una banda que me gusta mucho, casi tanto como tú me gustas a mí. Se titula “Staring”. —dijo, tomando aire.

—¿Dijo que Tweek le gusta? ¡Vaya, al final nuestras compañeras japonesas tenían razón! Craig resultó ser marica, jaja. —dijo Cartman, entre risas.

—Sshh, cállate gordo, que ya empieza a cantar. —dijo Kyle.

Walking down the street tonight, I got my share of bad intentions, I don't know what's wrong or right and did I forget to mention, it makes me wonder, I kinda wonder, I wonder how you look so right...

—Wow, quién hubiese pensado que Craig fuese capaz de hacer algo tan romántico. —comentó Stan, en voz baja.

Alright now, are you on my side, how I've got a secret to tell you... 'Cause I know that you haven't heard, but what if I told you just how much I need you, I've got some news to tell you... Do you need me too? —cantó Craig, y mientras lo hacía, no paraba de mirar a Tweek.

—No puedo creer lo que está haciendo, es mucha presión y todos nos están viendo, pero una parte de mí está demasiado feliz... —pensó Tweak.

You got me staring like a fool, yeah I know you want me too, when you look back at me, oh boy, I know you get me, my eyes and your eyes, the sunlight, it's alright, yeah, how could I look right past ya, you got me staring at ya...

El instrumental de Tipling Rock continuó reproduciéndose, mientras Tucker añadía su voz encima, y cuando terminó, hubo una pequeña pausa, pero segundos después comenzaron los aplausos y los chiflidos. Tweek había dejado de temblar, y con los ojos brillantes miraba al chico de chaqueta azul, hacia arriba, aún asimilando lo que acababa de pasar, por alguna razón la aplastante presión que sentía antes se había desvanecido. Quizás era debido a la aceptación que tuvo Craig por parte de los demás estudiantes. Las chicas niponas estaban presentes, y por supuesto, habían grabado toda la presentación, estaban muy emocionadas y gritaban como las fujoshis nivel 100 que eran.

—¡Kyaaa! Chicas, ¿No fue eso lo más hermoso que han visto? —preguntó Misaki.

—¡Ay, sí, qué tiernos son! Me gustaría tener un novio tan romántico como Craig, Tweek tiene mucha suerte. —dijo Izumi.

—¡Son la pareja más top de la escuela! ¡Bravo, Craig! —exclamó Wendy.

—Parece que ya no tendré una cita mañana, que lástima. ¿Por qué todos los chicos lindos son gay? —pensó Jessie.

—Tweek, no canto tan bien como Kenny, pero espero que te haya gustado y que me aceptes de nuevo. Me gustas mucho, no puedo seguir negándolo y mintiéndome a mí mismo. Estaba asustado antes, debido a los prejuicios y a lo que ustedes pensaran de mí, pero ya nada de eso me importa porque me di cuenta de que mi amor por ese despeinado e inestable chico de ahí... —señaló a Tweek—. ...Es más fuerte que el miedo. Descubrí que aunque sea del modo que soy, también merezco ser feliz. Tweek, espero puedas perdonarme por haber actuado como un idiota.

—Así que Craig Tucker tiene un lado tierno, jajaja, quién lo diría. —dijo Cartman, dándole un codazo a Kyle.

—Craig, no sé qué decir... Esa canción cantada por ti fue perfecta, realmente me sorprendiste. Y por supuesto que te perdono, yo también cree un drama innecesario.

—Entonces, aprovecho que tengo el micrófono para preguntarte, aquí y ahora, frente a casi toda la escuela... ¿Quieres ser mi novio de verdad? —preguntó Tucker, ruborizado.

—¿Sin secretos?

—Sin secretos. Qué di-

—¡¡Aaaa!! ¡Sí! Me encantaría ser tu novio, Craig. ¡Te amo! —exclamó, con las mejillas rojas también.

—No hubiese sido lo mismo sin uno de tus clásicos gritos. También te amo, Tweek.

—E-esta es la parte en la que me besas...

—Con gusto, amor.

Los chicos se besaron y la gente en la cafetería volvió a aplaudir, la energía que se sentía era positiva y vibrante, sin tenerlo planeado terminaron siendo conocidos como la pareja más hot de la escuela, todo el mundo hablaba de ellos, de lo lindos que se veían juntos, y ninguna opinión era negativa, todos los apoyaban y admiraban la valentía de Craig. Hasta los dibujos Yaoi de ellos empezarían a venderse y a popularizarse más.

Tweek de pronto se sintió abrumado y en la emoción del momento, Craig le tomó la mano, llevándoselo del comedor, para que pudieran estar solos en algún lugar. La agitación general duró hasta que salieron.

—¿Cr-Craig?

—Vamos, salgamos de aquí. Sé adonde ir, para que puedas calmarte.

Corrieron por los pasillos hasta llegar al taller de artes, que por suerte estaba abierto y vacío, entraron y Craig cerró la puerta con pestillo. La sala estaba limpia e iluminada, habían atriles y trabajos sin terminar por doquier, además de un leve olor a pintura acrílica, óleo y aguarrás.

—Estoy muy cansado... Y eso que no corrimos tanto para llegar aquí. —dijo Tweek, jadeando y con las manos sobre las rodillas—. Aún me parece irreal lo que hiciste antes... Fue inesperado, pero muy bonito.

—Haría cualquier cosa por ti. Incluso pegarme un show como el de recién, jajaja.

—Craig.

—¿Si, cariño?

—¿Estás seguro de que quieres tener una relación con alguien como yo? —preguntó Tweek, mirándolo a los ojos.

—¿Por qué me preguntas eso? ¿Acaso lo anterior que pasó no fue suficiente para probar que te quiero?

—No es eso, es que... No quiero darte problemas, porque comparado contigo, yo... Soy un desastre. Me altero con facilidad, sufro ataques de pánico, a veces ando paranoico, nervioso, y grito mucho. Tengo miedo de que termines odiando esa parte de mi.

—Idiota. —dijo Craig, dándole un suave golpe en la cabeza al rubio.

—¡Ay! Oye, ¿Por qué me pegas?

—No fue tan fuerte, no te esponjes. Escucha, Tweek, yo te quiero tal y como eres, no me importan los problemas que tengas, porque te ayudaré a resolverlos. Siempre estaré para apoyarte, tienes que confiar en mi. Y aunque no lo creas, esa parte nerviosa tuya me vuelve loco, pero en un buen sentido.

—¿Buen... Sentido? Eso es...

—Que me provoca hacerte cosas. Cosas pervertidas. —dijo, sonrojado de un segundo a otro, y tomando a Tweek por la cintura, llevándolo hasta una mesa, en donde hizo que se sentara.

—Eh...¿¡Eeh!? ¿Qué haces? Esta posición es algo rara...

—¿Qué, te excita estar tan cerca mío? Mira como estás, y eso que no hemos hecho nada todavía... —dijo, agarrando sus piernas y presionando su entrepierna contra la de él.

—Aah... Craig, ¡Y-ya cállate y bésame de una vez! —exclamó, poniendo sus brazos alrededor del cuello del pelinegro.

—Si lo pides así... —murmuró, tomando el mentón del adolescente y sellándole los labios con un beso.

El contacto era cálido y agradable, pero se separaron porque Craig le pidió a Tweek que abriera más la boca, y cuando lo hizo sus lenguas al fin pudieron tocarse, girando lentamente y humedeciendo cada vez más el beso, causando que el rubio emitiera un par de gemidos ahogados. Era como si tener los ojos cerrados hiciera que las sensaciones fueran más intensas. De pronto, la mano derecha de Craig se metió por debajo de la camisa verdigris de Tweek, subiendo, buscando sus pezones y rozándolos con las yemas de los dedos.

—Ah... ¡Ti-tiempo fuera!

—¿Qué sucede, Tweek? ¿Hice algo que te molestó?

—No podemos hacer este tipo de cosas aquí...

—Pero si ya estás caliente, y yo también. ¿Puedes sentirme? —preguntó, rozando el bulto de Tweek con el suyo, comprobando que ambos estaban duros.

—Aah... Cr-Craig...

—Eres adorable, Tweek. Te quiero todo para mi. Por favor, déjame tocarte solo un poco. —dijo, jugueteando con los rosados pezones del chico, mientras besaba su cuello, dándole escalofríos—. Tu cuello es muy sensible, me encanta.

—Aah... Detente, me duele... Si vas a tocar, deberías...

—¿Te duele aquí abajo? —preguntó, sintiendo la erección de Tweek por sobre la ropa, y bajándole el cierre—. Wow, estás muy excitado, tenemos que hacer algo con eso, sino seguirá doliéndote.

—Espera, ¿¿Qué vas a hacer??

—No te asustes, se sentirá bien, tranquilo. Vamos, es mejor que estemos en el suelo.

La pareja se sentó frente a frente, con las piernas cruzadas entre sí. El chico de gorro azul se bajó el cierre del pantalón y sacó su miembro, el cual empezó a frotar contra el de Tweek, luego rodeo ambos con su mano derecha, masturbándolos al mismo tiempo.

—Ah... Tu mano es grande... —murmuró Tweek, entre jadeos.

—Usa la tuya también. Vamos a darnos placer mutuamente. Aah... Se siente rico hacer esto juntos.

—Así que Craig también puede hacer sonidos obscenos... Ya no tengo nada de vergüenza, ¿Por qué me siento tan cómodo estando con él de esta forma? —pensó.

—¿Por qué estás tan pensativo, cariño? ¿Te preocupa algo?

—No, yo solo estaba sobrepensando cosas...

—En ese caso, tendré que hacer que no pienses en nada, más que en mi. —dijo Craig, y acto seguido le dio un beso a Tweek en los labios, esta vez apasionado y profundo, mientras friccionaba más rápido las dos erecciones.

El rubio se estremeció de placer, sintiendo como le escurría algo transparente desde la uretra, lubricando la piel y haciendo que el movimiento de las manos fuese más fluido. Craig, naturalmente, también estaba mojado y a punto de venirse. Después de un rato de estar tocándose, los chicos se corrieron, expulsando abundante líquido blanquecino y manchándose las manos, entre gemidos, palpitaciones y ruidos lujuriosos.

—Ah... Eso se sintió mejor que cuando lo hago solo, jaja. ¿Estás bien, Tweek?

—Sí, Craig... Oh, lo siento. —dijo, con los ojos llorosos.

—Oye, estás... ¿Vas a llorar?

—No, ah, no pasa nada, es solo que me siento tan bien cuando estoy contigo que... No lo sé, este momento es... Perfecto. —dijo, emocionado, tratando de no sollozar, y en ese instante, Tucker lo abrazó.

—No llores, que me harás llorar a mí.

—Tu nunca lloras.

—¿Quieres apostar? —preguntó, mirando a Tweek con los ojos enrojecidos.

—Craig...

—Te amo aunque hagas que mi corazón se apriete. Te amo porque me liberaste.

—Qué dices, si yo no hice nada...

—Me ayudaste a encontrar el valor para aceptarme a mí mismo. Que me quieras fue la motivación principal. Quiero compartir muchos otros buenos momentos contigo, y no solo sexuales. Quiero hacer de todo contigo, mi Tweek.

—Yo también, estoy ansioso por tener citas contigo, comer cosas deliciosas e ir a lugares geniales juntos, m-mi Craig.

Se levantaron del piso, y, abrazados, unieron sus labios. Ya se estaban poniendo buenos para eso, y sus besos comenzaban a sentirse mejor. Era cuestión de práctica, amor y confianza, nada más.

Luego, fueron al baño a asearse, un poco después de que terminara la hora del almuerzo. Por suerte tocaba la clase de educación física, y pudieron cambiarse de ropa al tradicional buzo de la escuela.

Al iniciar la clase, el entrenador les hizo correr a todos alrededor de la cancha, y Craig se unió al curso acompañado de Tweek, nadie notó que habían llegado un poco tarde.

Stan, Kyle, Cartman y Kenny trotaban en una fila, pero Cartman se quedaba atrás a ratos.

—Hey, culo gordo, ¿Ni siquiera puedes trotar a nuestro ritmo? Estás en pésima forma. —dijo Kyle.

—¡Cállate judío, ya no soy tan gordo como antes, ustedes deberían dejar de molestarme!

—Ya, Cartman, si estamos acostumbrados a decirte gordo, no deberías enojarte tanto. —dijo Stan.

—¡Que ya no me digan gordo, hijos de-

—¡Hey, chicos! ¿Adivinen qué? —preguntó Clyde, ubicándose al lado de Kenny, de repente.

—Hmm, ¿Te compraste una nueva consola de videojuegos?

—No, Stan, resulta que Token y yo estamos planeando una pijama party para celebrar el inicio de clases.

—¿Eso es algo para celebrar? —preguntó Kenny.

—Jaja, eso no importa, ¿No les parece una idea increíble? Hace tiempo que no hacemos una pijamada, al principio queríamos hacerla en mi casa, pero la de Token es más grande así que decidimos hacerla allí. Habrá comida, quizás alcohol, películas y videojuegos, ¿Qué dicen, se anotan?

—¿Quienes están invitados? —preguntó Kyle.

—Bueno, ustedes, Tweek, Craig, y quizás Butters. Seríamos nueve.

—Si Butters va, yo voy. —dijo McCormick.

—Ok, avísale tú, Kenny, que también puede ir a la fiesta. —dijo Cyde Donovan.

—Suena entretenido, también iremos, ¿Cierto Kyle?

—De acuerdo, llevaré algunos snacks.

—Yo también me apunto, esa fiesta no será lo mismo sin mi presencia. —dijo Eric.

—¡Genial! Nos vemos mañana a las 20:30 de la noche, en casa de Token, no lo olviden. ¡Nos vemos! —exclamó, y se fue corriendo.

—Querrá decir “mansión de Token”, jaja. —dijo Cartman.

—Qué divertido, una pijamada. —dijo Stanley, luego se acercó al oído del pelirrojo—. ¿Eso significa que podremos dormir juntos, Kyle? —susurró.

—¡Oye! Ya veremos eso, tonto. —murmuró, ruborizándose.

 

- Más tarde -

La última clase del día viernes, la de literatura, estaba a diez minutos de terminar. Habían estado estudiando la escritura de Edgar Allan Poe, pero Butters parecía estar en otro planeta. Miraba por la ventana, apoyando la cabeza sobre su mano izquierda. Afuera, el cielo estaba blanco y los pinos, cubiertos de nieve, se mecían ligeramente al viento, impregnando el aire con su delicado aroma a bosque.

—Los chicos andan hablando sobre una pijamada, pero nadie me invitó. ¿Por qué será que nunca quieren pasar tiempo conmigo? Por otro lado, hace rato que no veo a mi superhéroe misterioso... Ojalá aparezca de nuevo. —pensó el chico de chaqueta color cyan.

La campana sonó, indicando que los chicos ya podían volver a sus casas. Butters guardó sus cosas en su mochila, pero de repente le llegó una notificación al teléfono celular, y en la pantalla aparecía que tenía un nuevo mensaje, de un número desconocido. Lo abrió y leyó: “Hola Butters, soy el vigilante misterioso. De seguro quieres verme, así que iré al grano. Encontrémonos en la calle Main esta noche, a las 21:00. Te diré quién soy. Espero verte. -M”

—¿“M”, quién podrá ser? Al fin me dirá su nombre, ¡No puedo esperar a que anochezca! —pensó el chico rubio.

Entusiasmado, Butters se fue a su hogar y terminó las tareas para tener libre la noche. De seguro sus padres no lo iban a dejar salir, pero se las arreglaría para escaparse.

Pasaron las horas y cuando al fin eran las nueve, el chico se puso una chaqueta más gruesa y salió por la puerta trasera de la casa, sin hacer el menor ruido. Se dirigió hacia la calle Main, el cielo estaba oscuro, y el pueblo solitario. No solía estar afuera a esas horas, ya que no era de esos adolescentes fiesteros que trasnochaban de junta en junta. Estaba caminando y casi llegando a la calle que “M” le había dicho, cuando de pronto sintió una mano cubriéndole la boca, y a alguien arrastrándolo hacia un callejón.

—¡¡Mmhh!! —Butters trató de forcejear y liberarse de los brazos que lo rodeaban, pero no pudo.

—Sshh, no temas, no te haré daño. Soy yo. —dijo una voz grave.

—¡Ah, eres tú! Estaba emocionado de encontrarme contigo de nuevo. —dijo Stotch, volteándose para ver a Mysterion—. ¿Vas a decirme tu nombre?

—Sí. Me llaman Mysterion, y a veces defiendo la ciudad del crimen o la injusticia.

—Wow, eso es tan cool. ¡Tienes un excelente nombre de superhéroe!

—Así es, pero hay algo más que debes saber. —dijo Mysterion, quitándose la capucha gris.

—...Ke... ¿¡Kenny!? ¡Eras tú!

—Hola, Butters. ¿Sorprendido?

—¡Sí! Vaya, así que todas esas veces que me ayudó Mysterion, eras tú bajo el disfraz... Eso significa que también me... Me besaste.

—Sí. ¿Te molesta eso?

—N-no, no me molesta. —dijo, sonrojándose.

—Sobre lo del beso, fue porque... Butters, tú me gustas.

—Ah, t-tú también me gustas, Kenny.

—No, me refiero a que me gustas de otra manera, como lo digo, me atraes sexualmente.

—¿¡Eh!? ¿Yo?

—Sí, desde esa vez en la enfermería. Al ver tus heridas me di cuenta de que despiertas un lado mío que es peligroso.

—¿Cómo “peligroso”?

—Hay algo sobre mí que tú no sabes. O quizás sí, hay algunos rumores rondando por ahí. Te lo diré de todos modos: Me gusta el SM.

—¿SM?

—Sadomasoquismo.

—Así que era cierto lo que decían esas chicas... —pensó Butters—. Oh, entiendo. Bueno, no hay nada de malo con que te guste eso, mientras no te pases de la raya.

—Voy a hacerte una pregunta, pero no te espantes, ¿Ok?

—Está bien.

—¿Aceptarías ser mi sumiso?

—¿Qué? No sé nada sobre esas perversiones.

Súbitamente, Kenny acorraló a Butters contra el muro, apoyando las manos sobre la fría muralla de ladrillos negros.

—Te deseo. —murmuró, mirando a su amigo con ojos lascivos.

—Ke-Kenny... Me estás asustando un poco...

—¿Cuál es tu respuesta?

—Primero dime, ¿Qué es un “sumiso”?

—Un sumiso es alguien que es poseído por un amo. Un sumiso hace todas las cosas que su amo le pide que haga, sin excepciones. Un sumiso es una persona que se rinde a las fantasías eróticas de su amo, y lo complace cuando éste quiera.

—Aaa, eso es mucha información. Si aceptara ser tu sumiso, ¿Eso significa que seríamos pareja?

—Significa que serías mío y solo mío.

—Hmm... No lo sé, Kenny. No me gusta el dolor.

—Vamos, di que sí. Te haré experimentar cosas que jamás imaginaste sentir, y no seré brusco, lo prometo. He notado como me miras a veces en la escuela, también te sientes atraído a mí, ¿Cierto? —preguntó McCormick, acercándose más a Butters, tanto que sus labios casi se tocaban.

—Siendo honesto... Sí, también me atraes. Encuentro que eres sexy... Y cuando te veo, me da la bicuriosidad. —confesó, suspirando al final de la frase—. Bien, acepto ser tu sumiso, siempre y cuando no te pases. Pero tendrás que explicarme después de qué trata todo eso del SM.

—No te preocupes, te enseñaré todo. Me alegra que aceptaras. Es un poco tarde, te llevaré a tu casa.

En el camino, Kenny le contó a Butters sobre la pijamada en casa de Token, lo que puso feliz al chico, pues sus amigos lo habían incluido después de todo.

Mysterion dejó a Butters en su cuarto, entrando por la ventana, a eso de las nueve y media. Se despidió de él, mientras se colocaba la capucha, y al saltar desde el techo, desapareció en la oscuridad de la noche.

Notas finales:

Gracias por leer! Pronto subiré el próximo cap.

Cuídense!

-K.


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