Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

"Innocence" por Dreamwave

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 6: “Verdad o reto” (Parte 1)

 

- Sábado -

Dicen que para ser feliz, hay que aprender a disfrutar de las pequeñas cosas buenas de la vida, como que en la mañana no suene el reloj para levantarse temprano, o soñar que tienes que ir a la escuela, pero luego despertar y darte cuenta de que es sábado o domingo. Eso fue exactamente lo que le pasó a Butters Stotch, antes de despertarse con el aroma del tocino frito y el pan recién tostado, proveniente de la cocina. Se levantó y fue al baño, luego bajó las escaleras para desayunar con sus padres. Estaba callado y pensativo, mientras comía los huevos fritos con tocino que su madre le había preparado, y cuando ella le preguntó si le pasaba algo, Butters simplemente contestó que “nada”, aunque la realidad era otra, el hecho era que la palabra “sumiso” dicha por Kenny, la noche anterior, le había quedado dando vueltas en la cabeza. Apenas terminó de comer, lavó su taza y plato, luego subió a su cuarto para vestirse y prendió la computadora. La mejor manera de saber a qué se enfrentaba era buscando en internet.

—A ver... Voy a googlear “Sumisión sm”, no puede ser tan malo, a ver unas imágenes... —pensó, mirando los resultados que la búsqueda había arrojado, y no tardó en lanzar un pequeño grito—. ¿Cuerdas y ataduras? ¿¿Mordazas?? ¡¿Pinzas para pezones!? Vaya, esto sí que es pervertido, Kenny está loco. ¿Por qué justo el chico que me gusta resulta ser sadomasoquista? Esperen... ¡¿En serio me gusta Kenny?!

Butters se llevó las manos a la cabeza. Sí, Kenny era amable, atractivo, sí, cantaba bien, su cara y su pelo era preciosos, poseía una belleza casi insolente, al punto de hacerte dudar de tu sexualidad si eras hombre, ¿Pero era todo eso razón suficiente para pensar en él de forma romántica? ¿Y para entregarse a él como una especie de esclavo sexual?

—Esto es solo bicuriosidad, nada más, no es como si estuviese enamorado de él. Desearía haber investigado antes de acceder a su propuesta, ahora no tengo escapatoria. A ver, calma, hoy no creo que me hable sobre eso, pues en la pijamada no estaremos solos. Nuestros amigos estarán allí, creo que estaré bien. —pensó el chico de cabellos rubios.

Decidido a dejar el tema de lado, Butters quiso jugar un rato con su Nintendo 3Ds, pero en ese momento su celular sonó, y tuvo que contestar.

—¿Aló? ¿Quién habla?

Hola Butters, es Kenny.

—Oh, hola Kenny, no te reconocí la voz. ¿C-cómo estás?

Bien, preparándome para una entrevista de trabajo.

—Ah, que buena onda.

Hey... Cuando termine con eso, ¿Quieres venir a buscarme e ir por un helado después? Podemos llegar juntos a la reunión en casa de Token también.

—B-bueno, de todas formas no tengo nada que hacer durante el día.

Genial, te espero afuera de Tweek Bros Coffee a las 17:00. Debo planchar una camisa, nos vemos.

—Adiós Kenny, suerte con la entrevista.

Gracias, guapo. Ya quiero verte.

Aquello último hizo que su corazón diera un vuelco, pero a la vez le generó una sonrisa. Dejando el celular sobre el escritorio, se echó sobre la cama a jugar Mario Kart 7 en la Nintendo 3Ds. No importaba que sus amigos dijeran que estaba pasada de moda, aquella consola de videojuegos tenía valor sentimental y estaba cargada de buenos recuerdos. Solía usarla cuando nadie quería juntarse con él en los recreos. Por suerte, eso estaba cambiando, y ahora se sentía más o menos parte de un grupo de amigos, lo cual era natural, ya que habían crecido y madurado, a excepción de Cartman que seguía siendo tan pendejo como siempre.

 

- Más tarde -

A eso de las 15:40, Kenny salió de su casa, y se dirigió a la cafetería Tweek Bros Coffee. Iba vestido con su traje de color celeste, el cual era prácticamente el único outfit “elegante” que tenía. Por supuesto que no iría con eso a la pijamada, sería un poco incómodo de usar, por ello planeaba cambiarse en su casa antes de ir a lo de Token.

La tienda de los Tweak estaba bastante llena cuando Kenneth entró, provocando que la campanita sobre la puerta sonara. Un mesero lo vio y enseguida se acercó a él.

—¿Eres Kenneth McCormick?

—Sí, soy yo. Vengo por lo de la entrevista.

—Lo imaginaba, estábamos esperándote. Pasa a la oficina del jefe, es la segunda puerta de aquel pasillo. ¡Suerte!

—Gracias.

Kenny tocó la puerta dos veces, y al escuchar un “adelante”, la abrió.

—Con permiso... Hola, Sr.Tweak.

—Hola Kenneth, qué bueno que viniste. Eres puntual, eso me agrada. Toma asiento, por favor.

—Gracias. Le va bastante bien al negocio, por lo que pude notar.

—Sí, este lugar siempre es un caos, ya que somos la única cafetería de la ciudad. Es un alivio que Kyle Broflovski te haya recomendado, necesitamos toda la ayuda posible. Bien, empecemos. Anota tus datos aquí, nombre, edad, ocupación, correo electrónico, teléfono, etc. —dijo Richard, pasándole una hoja de papel y un bolígrafo—. ¿Te molesta que te haga algunas preguntas mientras escribes?

—No, para nada, para eso vine, jaja.

—Muy bien. Primero, me gustaría saber si tienes alguna experiencia, ¿Has trabajado antes en una cafetería?

—La verdad no. ¿Es un problema?

—Oh, no, no te preocupes, con algo hay que empezar. No es un trabajo difícil tampoco. Si te esfuerzas estoy seguro de que lo harás bien. En escala del 1 al 10, ¿Qué tanto te gusta el café?

—Mmm... 5.

—Bueno, supongo que aún no has probado el café Tweek. Nuestro café es como luz de sol en una taza, con un cuerpo robusto y un sabor intenso, ligeramente acaramelado, es la bebida ideal para reconfortarte en un día nublado.

—Sobre eso, sin ofender, pero Sr.Tweek, ¿No le molesta que la gente vaya por ahí diciendo que su café sabe horrible?

—Jajaja, vaya, que muchacho más valiente eres al preguntarme algo así, tienes cojones, ya me caes bien. La verdad es que no le doy importancia, esa gente no sabe apreciar el increíble gusto y tostado de nuestro café. Además, aunque digan eso, siguen viniendo a beberlo todos los días.

—Entiendo. Terminé de llenar esto, tenga. —dijo Kenny, dejando la hoja y el bolígrafo sobre la mesa.

—Gracias. Continuemos, ¿Eres bueno manejando situaciones de estrés? Por ejemplo, si la cafetería está muy concurrida, y el otro mesero o mesera faltó a trabajar, ¿Podrías manejarlo todo tú?

—Supongo que sí, soy muy calmado y no entro en pánico fácilmente.

—Me alegra oírlo, no eres como mi hijo Tweek. Ya lo conoces, va en tu mismo curso. Se altera por todo, a veces lo ponía a trabajar de camarero, y terminaba confundiendo los pedidos, rompiendo las tazas, jaja, no, un desastre. ¿Sabes preparar café y bebidas sofisticadas como capuchinos y lattes saborizados?

—No, pero aprendo rápido.

—Por último, dime por qué te gustaría trabajar con nosotros, y si me gusta tu respuesta, el empleo es tuyo.

—Siendo sincero Sr.Tweak, no soy un gran fan del café, pero necesito este trabajo. Verá, mi familia no tiene muchos recursos, y quiero ayudarles llevando un poco de dinero a casa, o comprando comida para todos. No puedo contarle lo que hacía, pero antes tenía un empleo denigrante, y gracias a Kyle pude conseguir esta entrevista. Nunca he trabajado de mesero, pero prometo ser eficiente y dar mi máximo esfuerzo, si me da la oportunidad.

—Ya veo. Bien, estás contratado. Quieres un trabajo a tiempo parcial, ¿Cierto?

—Así es, porque aún estoy en la escuela.

—Ya, mira, el horario que te propongo son los jueves de 13:00 a 19:00, así puedes venir apenas terminen tus clases, el almuerzo lo puedes comer aquí, no hay problema con eso, y los días sábados de 11:00 a 19:00. Te pagaré 25 doláres por cada jornada, lo que te daría 50 doláres semanales. No es mucho, pero a medida que pasen los meses, irás juntando una suma razonable para alguien de tu edad, además si trabajas bien, podría ascenderte a barista y enseñarte a preparar café. ¿Te parece bien?

—Sí, por supuesto. Esos días me acomodan.

—Perfecto, firma aquí y estaremos ok. —dijo, pasándole un contrato a Kenny, que lo firmó enseguida—. Te veré el próximo jueves entonces. Ese día te presentaré al equipo y te entregaré tu uniforme.

—Muchas gracias Sr.Tweak, no lo decepcionaré.

Dieron por terminada la reunión con un apretón de manos, y Kenny salió de la cafetería. Esperó frente a la vitrina, mientras sacaba su teléfono celular para escribirle un mensaje de WhatsApp a Butters. Le avisó que la entrevista ya había terminado, y que lo estaba esperando. El chico no tardó en llegar, pues su casa no estaba muy lejos. Corrió hacia Kenny, agitando su mano derecha e irradiando su ternura característica.

—¡Hola, Kenny! ¿Como te fue en la entrevista?

—Oh dios mío, ¿Por qué tiene que ser tan lindo? —pensó McCormick—. Hola Butters, estuvo bien, logré conseguir el empleo. —dijo, esbozando una leve sonrisa.

—¡Wow, felicitaciones! Debes estar muy feliz.

—Meh, no es para tanto, aunque es mejor que el otro trabajo que tenía.

—¿Qué hacías antes?

—No te lo diré. Como sea, ¿Te apetece ir a tomar helado?

—Sí, claro. Hay una heladería nueva cerca, se llama Gelato Heaven. Vi en Instagram que tienen helados de sabores extraños, como aguacate o tocino.

—Vamos por ese helado de tocino entonces.

—Hay sabores normales también, jaja.

Los chicos caminaron hasta llegar a la heladería, compraron dos helados dobles y se sentaron en una de las mesas redondas de afuera. Era agradable ya que corría una suave brisa, y como no pasaban autos cerca, no había tanto ruido. Algunos de los transeúntes que pasaban por allí, se quedaban mirando a Kenny, especialmente las chicas, como por ejemplo un par de amigas que comentaban risueñas sobre él, sin sacarle los ojos de encima.

—Vaya, Kenny, no me sorprendería que alguien se acercase y pidiese tu número. Todos se dan vuelta a mirarte.

—Supongo que haber nacido con esta cara no siempre es bueno, jaja.

—Qué dices, a mí me encantaría ser guapo como tú.

—Butters, no necesitas ser como yo, tú eres lindo a tu manera. Y eres más tierno que yo, por eso te propuse ser mi sumiso. Porque cuando te veo, me dan ganas de...

—¿De...?

—No importa, ya hablaremos de eso en otra ocasión. ¿De qué sabores pediste tu helado?

—Oh, em, algodón de azúcar y galletas oreo. Me gustó cuando probé el de aguacate, pero el de algodón de azúcar es mi favorito. ¿Y tú?

—Qué sabores tan infantiles has elegido, jaja. Pero bueno, combinan bien contigo. —dijo Kenny, sonriendo—. Yo elegí té verde y chocolate amargo.

—Todo el mundo come galletas oreo, no son infantiles.

—¿Y qué me dices del algodón de azúcar, ah?

—No lo critiques sin haberlo probado, ¡Es delicioso! Mira, te daré un poco. —dijo Butters, dándole una cucharita de helado a Kenny, esperando que abriera la boca, pero como no sucedió, se la terminó tomando él.

En ese momento, Kenny se levantó de su silla y besó a Butters, saboreando un poco del helado de sus labios, por un breve instante, y luego volvió a sentarse, relamiéndose.

—Tienes razón, es delicioso. Aunque un poco dulce para mi gusto.

—¡K-Kenny! N-No hagas eso aquí, hay gente alrededor... —dijo Butters, ruborizado.

—Tranquilo, nadie nos vio. Ya respira, no lo volveré a hacer.

—No sé porque no le creo. —pensó el chico de chaqueta cyan.

Después de un rato de conversación casual, y cuando los helados se habían terminado, Kenny le preguntó a Butters si lo acompañaba a su casa para cambiarse de ropa, a lo que el chico accedió.

Cuando llegaron a la demacrada vivienda McCormick, Butters fue al baño a lavarse las manos, mientras que Kenny fue a su habitación para quitarse el traje. Estaba haciéndolo, cuando de pronto Stotch volvió y casi entra a su cuarto, sino fuera porque lo vio quitándose la camisa, por lo que rápidamente se apoyó contra la muralla, sonrojado y espiando a su amigo, quién no tardó en darse cuenta de su comportamiento.

—Butters, sé que estás ahí, no necesitas esconderte. ¿Te gusta lo que ves?

—¡Aah, Kenny, yo, esto, no quería espiarte, solo estaba-

—Tranquilo, ambos somos chicos, no hay drama. Ven aquí.

Butters entró al cuarto, aún sintiéndose algo avergonzado y tratando de no mirar mucho a Kenny, pero éste le tomó ambas muñecas de pronto, y las apoyó contra la pared.

—K-Kenny, ¿Que haces?

—No te asustes, no te haré nada raro.

—¿No ibas a-a vestirte?

—¿Es eso lo que quieres? ¿Estás... Seguro? —preguntó Kenny, colocando la mano de Butters sobre su pecho desnudo.

—Su piel es muy tersa... Y su cuerpo es sexy... ¿Qué es esta situación? No puedo estar excitándome por esto, qué vergüenza. —pensó Butters, sintiendo súbitamente una ola de calor invadir su cuerpo—. Claro que sí, ya ponte la polera... —dijo, tratando de evitar el contacto visual con el chico que tenía en frente.

—Deberías ser más honesto contigo mismo. Eres tan adorable, Butters... No puedo esperar para corromperte. —dijo McCormick, apretando cada vez más fuerte las delgadas muñecas de su amigo.

—Ke-Kenny... Para, me lastimas...

—Parece que no toleras bien el dolor, puede que eso sea un problema más adelante, pero por ahora...

Kenny se acercó al suave cuello de Butters, dejando un rastro de besos húmedos y mordidas medianamente dolorosas, que provocaban que el adolescente se estremeciera, tratando de no sucumbir al placer que su amigo le generaba, pero era inútil, ya que ni sus gemidos podía aguantar. De alguna manera, la sensación de los mordiscos de Kenny, sobre su piel, le hacía desear más, quería ser abrazado, tocado y besado por él, y nadie más que él... ¿Pero cómo decírselo?

—Ah... K-Kenny, ya, deja de... Aah...

—Estás muy sensible hoy, incluso esto ya se te ha despertado... —dijo Kenny, al tiempo en que tocaba la erección de Butters por sobre su pantalón.

—¡Aah! Hey, no toques ahí... —dijo Butters, sonrojado ante el atrevido movimiento.

—Estás tan duro, ¿De verdad te excita tanto que te moleste? Parece que te gustaron las mordidas. Puedo hacerte cosas que se sientan aún mejor. —dijo, bajando el cierre de la chaqueta del chico y deslizando sus manos por debajo de su polera, hasta tocar sus delicados pezones, torciéndolos y haciendo que se endurecieran—. Solo tienes que entregarte a mi.

—Aah... Detente, per-pervertido... N-no... Ah...

—¿Cómo se siente? ¿Debería usar mi lengua?

—N-no tu lengua... Ah... Ngh...

—¿No la quieres? Es una lástima, me gustaría ver más de ti, tus reacciones son tan lindas. —murmuró Kenny, mientras metía una mano dentro de la ropa interior de Butters, frotando su erección despacio e insistiendo en tocar la punta, con movimientos circulares—. Estás muy mojado, parece que te correrás pronto...

—¡Aaah! Ke-aah... Kenny, por favor, no sigas... Aah, por favor...

—Esa forma de suplicar tuya es excitante, no hay duda de que serás un sumiso excelente. Haré que te corras, la otra vez en la enfermería no pude hacerlo. Pero ahora, que no hay nadie que nos moleste, quiero que grites de placer. Vamos, gime para mí. —dijo, estimulando el pene del chico rápida e intensamente, generando ruidos lujuriosos que los calentaban aún más a ambos.

—Me da vergüenza... Aah... No puedo más...

—No te avergüences, tienes un cuerpo hermoso, tanto que no puedo resistir mis ganas de tocarte.

—Ah... Se siente bien... Estoy cerca de... Nggh... Bésame, Kenny... —gimió, mirándolo con ojos suplicantes.

Ver la cara sonrojada y excitada de Butters tan de cerca, hizo que el corazón de Kenny se acelerara, se sentía capaz de sacarle la ropa ahí mismo, y de violarlo hasta quitarle toda la vergüenza, transformándolo en un lascivo esclavo con quién tener sexo hasta el amanecer. Pero en su cabeza resonó la frase “todo a su tiempo”, por lo que se controló, no iba a llegar tan lejos ese día, solo disfrutaba de toquetear a Butters para ver cuanto resistía y como reaccionaba; no iría rápido con él, pues de verdad no quería arruinar las cosas a causa de sus oscuras preferencias o gustos sexuales.

—Oye, se supone que yo soy el que te dará las órdenes... pero bueno, te lo perdonaré por esta vez, porque todavía no eres mi esclavo oficialmente. Ahora, guapo... ¿Quieres que te bese mientras te corres?

—Si lo haces... Ah... En-ensuciaré tu cuarto... Aah, ya...

—Está bien, no te preocupes por eso, si sucede yo limpiaré. Abre la boca.

El chico obedeció y segundos después, sintió la lengua de Kenny deslizándose dentro de su boca, notando que su placer aumentaba, y que su cuerpo respondía estremeciéndose cada cierto rato, a medida que el beso se tornaba más apasionado y húmedo. Aquello, más la habilidosa mano que lo tocaba, lo había llevado al límite, y al notar que sus piernas flaqueaban, y que le costaba mantenerse de pie, McCormick lo agarró de la cintura, acostándolo sobre la cama junto a él, quedando en posición de “cucharitas”. Enseguida continuó masturbándolo, mientras le comía el cuello a besos, y le daba una que otra mordida, no demasiado fuerte para hacerle daño pero lo suficiente para dejarle marcas. La piel de Butters era tan delicada, que aquello era suficiente para que se enrojeciera y magullara. Kenny acercó sus caderas a las del chico, presionándolas ligeramente, luego con su mano libre, comenzó a pellizcar sus pezones, los cuales se endurecieron instantáneamente, causando que dejara escapar unos gemidos. Butters se tapó la boca, avergonzado de que esa clase de sonidos salieran de él, y de que Kenny podía escucharlos perfectamente.

—No es necesario que contengas tu voz erótica, pequeño. Me encanta oírla.

—No me digas “pequeño”, tenemos la misma edad, Kenny... ¡Aah! Oye, ¿Por qué tan rápido? De repente... Aaah... Vas a hacer que me-aah... Nggh...

—Hazlo. —susurró Kenny al oído de Butters, y luego giró su cabeza para besarlo.

La habitación se llenó de los gemidos y jadeos ahogados de Stotch, y mientras Kenny lo besaba, sintió una especie de “corriente eléctrica” sacudir su cuerpo, y al instante acabó en la mano de su amigo, liberado una gran cantidad de semen, pues él casi nunca se tocaba cuando estaba solo. Ese tipo de cosas no eran tan importantes para él, simplemente.

—Woa, amigo, deberías tocarte más seguido, no es sano de otro modo. Tienes que satisfacerte de vez en cuando, de hecho no es malo hacerlo todos los días. Podemos repetir esto cuando quieras~ —dijo Kenny, besando la mejilla izquierda del chico.

—Sobre eso... No sé si sea buena idea hacer este tipo de cosas.

—¿Por qué, acaso no te sentiste bien?

—No es eso, es que la verdad... No estoy seguro de si quiero ser tu sumiso. Estuve revisando internet en la mañana, y me asustaron algunas cosas que vi al buscar qué era el sadomasoquismo. Me parecieron muy... Pervertidas.

—La curiosidad es buena, pero tampoco quiero que te hagas una idea incorrecta. De seguro viste las cosas más extremas, pero no te preocupes, no planeo torturarte con electrochoques ni meterte un dildo gigante por el trasero. A menos que tu quieras, claro-

—¡Claro que no quiero eso! ¿Cómo se te ocurre, Kenny? —le preguntó, sonrojado hasta las orejas.

—Lo siento, lo siento, jajaja. Oye, pero no puedes echarte para atrás ahora, ya me habías dicho que sí. Además, no sabes si algo no te gusta si no lo has intentado. Y no puedes negar que te sientes atraído por mí, ¿No es así?

—Serás... —suspiró— Ok, tú ganas. Supongo que podemos intentarlo... Pero no te prometo nada.

—Súper, eso significa que pronto podré ir a tu casa a secuestrarte~ —dijo Kenny.

—¿¡Eh!?

—¿Por qué te sorprendes tanto? Si sabes que estoy colado por ti desde la primera vez que te ayudé en la enfermería.

Butters quedó en mute por un momento, como procesando lo que acababa de escuchar, mientras el color en sus mejillas se intensificaba.

—Bueno, terminaré de vestirme. No me tardo, después podemos ir al parque si quieres y a almorzar. Todavía no almuerzo, ¿Y tú? —preguntó Kenny.

—Ah, eh, sí, pero no mucho, solo comí una ensalada de lechuga.

—¿Te gusta el ramen?

—Sí, ¡Es uno de mis platos favoritos!

—Hay un local nuevo en el centro comercial, es bastante bueno. ¿Te parece si vamos?

—Suena bien, tenemos que hacer hora antes de ir a la pijamada. —respondió Butters—. Un momento, esto será como tener una cita. ¿Por qué mi corazón se siente raro de repente? ¿Qué es esta emoción? No me molestaría para nada... Tener una cita con Kenny, aunque para él quizás sea solo sea una salida, nada especial. —pensó, ligeramente decepcionado.

Cuando Kenny terminó de vestirse, él y Butters fueron a pasear al parque, y después al mall para almorzar en el nuevo restaurante japonés, cuya especialidad era la sopa ramen en todas sus variaciones. Ordenaron el menú del día, que venía con entrada de takoyaki, té verde helado, shoyu ramen de fondo y un hanami dango como postre. Todo estaba tan delicioso, que Butters no podía contener su alegría y le sacó fotos a varios de los platos. Era ésa actitud algo infantil la que le gustaba a Kenny, estar con Stotch era como tener un subidón de energía. Por un momento se olvidaba de su aburrida vida, de su inminente depresión y de sus padres drogadictos, era como si los problemas desaparecieran. Cuando le gustaba alguien, solía querer sin compromisos, ni emociones complicadas o dramas, prefería ahorrarse los problemas. Por eso tenía tan mala reputación en la escuela, incluso lo llamaban “rompecorazones”, porque sólo buscaba sexo, sin importarle las ilusiones o los sentimientos de la otra persona. Pero con Butters era diferente, todo se veía más bonito con él cerca. Su cara, su ternura, su amabilidad, pero especialmente, su inocencia, eran como un detonante para Kenny, que le hacía sentir embrujado. Se había enamorado por primera vez en su vida, y por fin entendía a todas las personas con las que había tenido relaciones. Se prometió que trataría bien a Butters, porque jamás se perdonaría a sí mismo si le hacía daño a alguien tan lindo como él.

Notas finales:

Hola!! Hace mucho que no publicaba, jeje. Dividí este cap en dos partes, porque de lo contrario tendría como 20 páginas. Lo siento si a alguien le molesta! Yo no quería hacerlo, pero tuve que. 

Gracias por leer, actualizaré pronto, tengo muy avanzada la segunda parte!

Un abrazo virtual,

~Kat.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).