En una hermosa casa vivía tranquila una familia conformada por tres integrantes, Camus y Milo eran padres de un pequeño niño de nombre Samuel similar en aspecto a Milo pero con carácter tranquilo como Camus, claro esto producto de que es con quien más tiempo pasa ya que Milo está trabajando todo el día.
A la hora de la comida era normal recibir la visita de Kardia hermano de Milo y su marido Degel junto a su pequeño Ian.
Todos en compañía de los padres de Milo y Kardia ya que los padres de Camus vivían en el campo y los padres de Degel habían fallecido desde hace varios años.
Realmente eran la muestra de una perfecta familia feliz, Camus cocinaba para todos y se esmeraba al máximo por atender a su marido como se debe, se sentía afortunado por tener a Milo a su lado pero ambos estaban constantemente bajo presión pues sus padres esperaban que tuvieran otro bebé, no dirían que no lo intentaban por que en realidad si lo hacían, revisaban las fechas y tomaban una serie de vitaminas para lograrlo pero hasta el momento no han tenido resultados.
Ese realmente no era un problema que lo preocupara demasiado pues Milo se encargaba de hacerle ver que no había ninguna urgencia por tener otro bebé, aún su pequeño Sam tenia tres años y a su punto de vista prefería esperar un poco mas antes de tener otro hijo.
Ese día como se acostumbraba la familia estaba reunida lista para comer cuando de pronto llegó Degel muy alterado lanzándole su maletín a Kardia.
-¿YA ESTAS CONTENTO?, SABIA QUE NO PODRIAS ESTAR EN PAZ NI UNA SEMANA, ¡ACABO DE QUITARTE A UNA ZORRA DE ENCIMA Y YA TE CONSEGUISTE OTRA!
Todos observaban preocupados la escena y los padres de Milo que ya sabían que estas escenas eran pan de cada día ni siquiera se sorprendieron.
-Mi vida no se de que diablos estas hablando, deberías calmarte - Kardia intentaba inútilmente de hacer entrar en razón a su esposo.
-¿CALMARME?, COMO PUEDO CALMARME CUANDO MI ESPOSO SALE A LA CALLE A BUSCAR LO QUE BIEN TIENE EN CASA, SOLO PIENSA TONTO, TIENES UN HIJO, ESPOSO, CASA, AUTO Y UN EXELENTE EMPLEO ¿QUE DIABLOS TIENES QUE SALIR A BUSCAR?, ESTOY ARTO DE ESTO ¡ME DIVORCIARÉ DE TI!
-¡Degel basta! - Aeneas él padre de Milo y Kardia terminó por agotar su paciencia - si te quieres divorciar, divorciate hoy mismo.
-¡Papa! - Degel hizo una rabieta por lo dicho por su suegro.
-¡Basta!, estábamos a punto de comer y ahora arruinaste todo lo que Camus nos preparo con tanto cariño por tus paranoias.
-Papá tiene razón Degel , cómo comeremos tranquilos ahora.
-¡SILENCIO TÚ TAMBIÉN!, Degel debe tener sus buenas razones para no tenerte confianza, ¿acaso ves a tu hermano comportándose como tú?.
-Por favor papá mi cuñado es un verdadero hombre con valores, sabe perfectamente lo que tiene por eso no busca aventuras en la calle, siendo sinceros él jamas traicionaría a su esposo.
-Degel tiene razón Milo es todo perfecto, jamás comete errores.
-Kardia, por favor, soy humano, desde luego que cometo errores del diario.
-Si cuñado pero tú no engañarías a Camus y eso ya es suficiente para que tu matrimonio perdure.
-Bueno basta, ya es bastante tarde y aun deben regresar al trabajo, comamos - dijo Camus mientras servía un poco de ensalada al plato de su esposo.
-Gracias mi amor - Milo tomó su mano y le dio un beso en el dorso a la vez en que lo miraba con amor enterneciendo a todos los presentes.
-Que lindos son - dijo Krest esposo de Aeneas - ¿qué les cuesta a ustedes dos ser un matrimonio pacifico como ellos?
Kardia y Degel simplemente suspiraron y se dispusieron a comer dejando de lado el alboroto de hace un momento.
Ese fin de semana Milo llevó a su esposo e hijo a casa de los padres de Camus en las afueras.
El camino era bastante largo pero como tenian acostumbrado, durante el trayecto jugaban a los tipicos juegos de carretera, contar autos de un determinado color cada uno, adivinar palabras y cantar canciones infantiles, detalles sencillos que llenaban de alegría el momento.
Finalmente llegaron a su destino y mientras Milo cargaba una caja con obsequios para los padres de su querido esposo, Camus caminaba de la mano con el pequeño Sam, llamaron a la puerta y contrario a lo que pensaban no los atendieron quienes esperaban si no un joven bastante lindo de piel clara y cabello celeste un poco mas bajo que Camus.
Milo se colocó a un lado de su familia con la caja en brazos mirando desconcertado al lindo muchacho que lo veía fijamente incomodandolo un poco.
-Amor… - miró a Camus quien simplemente permaneció callado, el silencio no duró demaciado cuando el padre de camus apareció detrás de el chico sujetandolo por los hombros y sonriendo para ellos.
-Milo querido, gracias por traer a mi hijo y mi nieto.
-No es nada señor Mystoria, espero que se encuentre exelentemente usted y su marido.
-Tan caballero como siempre, permitanme presentarles a mi sobrino Afrodita, seguro que no lo recuerdas Camie, ellos se fueron a Estados Unidos cuando apenas tenias 5 y él pequeño 3.
-La verdad es que no me acuerdo pero es un gusto verte de nuevo Afrodita, te presento a mi marido Milo Escorpio y este pequeñito es nuesto hijo, se llama Samuel y tiene 3 años.
-Que alegria me da tener el placer de conocer una familia tan linda como la tuya primo, yo espero tener algun día una familia igual a la tuya.
-La tendrás ya verás que si - comentó Mystoria animandolo un poco - pero pasen por favor, no se queden ahí parados a tu padre le encantará verte, ESCARLATE, ¡VEN A VER QUIEN NOS VISITA!
-Ya voy cariño…¡Camus!, ¡Milo! ¡Y el pequeño Sam! - el pequeño emocionado de ver a su abuelo corrió entre risas hasta donde se encontraba con la ilucion de que este lo levantara en sus brazos y lo llenara de cariños
La escena era contemplada por los presentes con ternura, lamentablemente la tuvieron que interrumpir pues estaban por almorzar.
Todos sentados al rededor de la mesa comian e intercambiaban anecdotas bastante divertidas.
Afrodita sentía un extraño calor en el pecho, desde que sus padres se separaron hace mas de diez años jamás hasta el momento había disfrutado una comida en familia como lo hacia ahora.
Cuando terminaron de comer Escarlate y Milo salieron a jugar con Sam mientras dentro de la casa Mystoria permaneció en la sala en compañia de Camus y Afrodita.
-Hijo quería pedirte un enorme favor.
-¿De que se trata papá?
-Bueno… La situacion en casa de tu primo no es la mejor en estos momentos por lo que permanecerá aquí durante un tiempo indefinido, el tiene la capacidad de trabajar en cualquier lugar incluso tiene un titulo especializado en economía, tiene potencial pero comprenderás que estando aquí las opciones de empleo son muy limitadas, por no decir inexistentes asi que queriamos ver la posibilidad de que lo aceptaras en tu hogar, solo por un tiempo, mientras encuentra trabajo y tiene la posibilidad de rentar un departamento.
-Prometo no ser un estorbo primo, puedo ayudarte en las tareas de tu hogar y hacer las compras si gustas.
-Bueno realmente este es un tema que creo debiste abordar en presencia de mi marido, la casa no solo es mía así que les propongo que esta misma tarde que regresemos a casa le comentaré la situación a Milo y ya veremos que opina ¿Deacuerdo?
-A mi me parece perfecto, pero como se que Milo jamás te niega nada de una vez que Afrodita empiece a empacar.
-Por favor papá, claro que hay momentos en los que dice que no, no creas que es tan permisivo.
-Espero que en esta ocasión sea una respuesta afirmativa, realmente necesito tu ayuda primito.
-No te preocupes - consoló Camus palmeando un poco sus manos - haré lo que pueda para que acepte y en caso de que diga que si vendré mañana por la mañana a recojerte.
-Gracias primo.
Por la tarde la pequeña familia se disponía a regresar a su hogar se despidieron y antes de marcharse Camus le dio un abrazo tranquilizador a Afrodita acompañado de una mirada de confianza.
Por fin en su hogar ambos llevaron a su pequeño hasta su habitacion y lo acompañaron hasta que el sueño lo venció.
Una vez en su alcoba se colocaban su respectivo pijama y mientras Camus se acomodaba bajo las sabanas decidió comentar la situación de su primo con su esposo.
-Querido… Hoy por la tarde mi papá me comentó que la situación de Afrodita es un poco complicada por ahora y me preguntó si sería posible que se hospedara unos días con nosotros, solo mientras consigue empleo y encuentra un lugar donde quedarse.
-¿Y crees que no se sienta incomodo aquí? Ya sabes que todos los días nos visita mi hermano junto con su familia y sabes que tan escandalosos pueden ser.
-Bueno, sería cuestion de hablar con Degel y llegar a un acuerdo mientras Afrodita se encuentre aquí.
-Realmente te admiro, tienes una solucion para todo - lo contemplaba con gesto serio pero admirado.
-Claro es el trabajo de cualquier buen esposo - cerró los ojos con aire superior y orgulloso que solo le arrebato una sonrisa a Milo.
-Claro que si - se acercó y le dio un tierno beso en la mejilla - a todo esto, ¿cuándo se supone que se mudará con nosotros?
-Iré por él mañana y después iré a mi cita con el medico mañana le encargaré a Degel que se lleve a Sam cuando valla por Ian a la guardería.
-Perfecto entonces todo arreglado, además como no tenemos habitaciones extra puede quedarse en la que ocupan mis padres cuando nos visitan y cuando vengan lo acomodaremos en el sofá - cama de la sala.
-Estoy deacuerdo, bueno, descansa - se dio media vuelta cubriéndose son la sabana.
-¡Ey!, aún no puedes dormir, todavia tenemos un pendiente que hacer - fingió molestia en su tono de voz pero cuando escucho la risita traviesa debajo de la sabana lo sujetó con una sonrisa y lo levanto para colocarlo sobre él.
-Wow… parece ancioso señor Escorpio - se agachó un poco para poder besarlo mientras movia un poco sus caderas provocándolo.
Milo sólo le sonrió y lo despojó de su ropa con toda la intención de hacerle el amor, lo quería demaciado y anhelaba tener una familia numerosa a su lado, recorría el cuerpo ajeno tranquilo, sin prisa alguna, a fin de cuentas le pertenecía por completo por lo que no tenia apuro lo unico que debian procurar era suprimir lo suficiente sus voces para no despertar a su pequeño.
Así entre la obscuridad una danza de pasión y amor entre dos cuerpos se llevaba a cabo con dedicación irrefrenada, ambos con el corazón gozoso y lleno de dicha pues su vida no podia sentirse más plena y perfecta de lo que era en esos instantes.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español