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¡Es tu turno! ||Sterek|| por Dark_Ness

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Notas del capitulo:

DIOSSS, había olvidado demasiado mal que también publicaba por aquí :(

— ¿Saben algo? Deberíamos hacer un viaje. —Isaac fue observado por todos en el loft, exceptuando a Stiles, quien estaba concentrado leyendo su novela—. ¿Qué dicen de ir a la playa de San Francisco?

    Jackson le dio un sobo exagerado a su bebida para hacer un sonido que cubriera el horrible silencio que había en el loft.

— Opino que realmente eres un idiota —respondió después de sorber lo que quedaba en su vaso—. ¿Alguna otra idea?

— Sí, ya que lo mencionas —respondió ofendido. Todos en el loft regresaron a lo que estaban haciendo—. Ir a visitar a Melissa a la sala de emergencias para pedir que te saque mi bota de tu culo por la enorme patada que le voy a dar.

    Los gruñidos de ambos lobos comenzaron a llenar el espacio hasta que Derek los silenció con un gruñido de alfa mayor. Él no quería ningún tipo de riña en su casa.

— Solo lo decía porque ya estamos de vacaciones, y no hemos hecho nada en lo que va de verano... Pensé que sería una buena idea. —aclaró Isaac con remordimiento.

— Brillante idea, hasta que alguien agarre una insolación o se muera ahogado por una ola precisamente fuerte. —habló Stiles por primera vez en lo que iba de tarde.

    Sobraba decir que la tensión se sintió en el ambiente.

    El tema aún estaba muy fresco, a pesar de haber pasado seis meses.

— Oh, Stiles yo no... yo no quise. —Isaac comenzó cuando Stiles guardó su libro en el bolso y se levantó de donde estaba sentado.

    Stiles lo miro y negó con la cabeza y sus manos.

— No importa, Isaac —respondió Stiles. Se sentía un poco sofocado de repente—. Realmente no importa.

    Aunque, contradictorio a sus palabras, estaba yéndose realmente rápido de lugar con una mueca sumamente agria en su rostro.

    Estaban en esa etapa como grupo que entendían el duelo de Stiles y no le disputaron su marcha repentina del loft. Ni siquiera Derek, quien tenía la mandíbula fuertemente apretada al ver partir al chico.

— Pero muchas gracias, Isaac —mencionó Lydia muy molesta—. Por fin logré que él saliera de su encierro para que compartiera un rato con nosotros y tú vienes sugieres un viaje. ¡¿Es en serio?!

— Lydia, baja la voz —habló Derek. Lydia los miró totalmente molestos a todos y se fue también del loft—. Oh Dios...

— ¡Perdón! ¡De verdad no lo dije pensando en que lo iba a ofender! —Isaac se llevó las manos a su cabeza y luego suspiró totalmente derrotado—. Pensé que podría animarlo porque él sugirió un viaje para que nosotros nos uniéramos.

— Sí, pero en ese viaje murió su novia, nos atacaron a todos, casi muere él y Derek casi pierde su poder alfa —Erika habló sin ánimos de suavizar sus palabras. Sus enormes botas negras estaban cruzadas encima de la mesa del café—. Ahora pasará otro mes culpándose por todo.

    Derek contó hasta cinco.

    Cuando llegó a cinco, tomó sus cosas y salió del loft, dejando a todos atrás totalmente confundidos ante su repentina actitud.

    Aunque Derek no era como si fuera una persona predecible, por lo que sorprendidos no estaban. En especial cuando su comportamiento huraño e introvertido se había afianzado más con el pasar de los meses con acciones tan inesperadas como esa.

— Supongo que se puede dar por terminada la reunión —Boyd habló en voz alta—. Nos vemos la próxima semana.

    Erika se levantó del cómodo sofá y siguió a su novio a través de la salida, dejando solamente a Isaac y a Jackson en el loft. Scott y Allison estaban en una reunión con un emisario de Idaho, para discutir los pormenores de la antigua manada que había en aquel territorio, ya que Derek en ese momento tenía otra cosa que hacer con la manada.

    Cosa que no se hizo gracias al comentario de Isaac.

— Ahora yo me voy, no aguanto ese sentimiento ajeno de miseria que estás proyectando —Jackson tomó sus cosas y se levantó—. Espero logres disfrutar el resto de la tarde en compañía de tu estupidez.

    Isaac simplemente proliferó un insulto promedio y dejó que el híbrido extraño se fuera por la puerta del loft sin mucha ceremonia.

    Al final se quedaría solo una vez más.

*

*

    Stiles suspiró una vez más mientras observaba lo monótona que era su habitación cuando no había nadie cerca.

    El azul de las paredes junto al sinfín de papeles y fotografías de sospechosos de casos que no se pudieron resolver era lo único que podía hacerle compañía. Pero no se extrañó esta vez de que eso no haya ayudado en nada a llenar el vacío que dejaba la soledad. Stiles caminó tranquilamente alrededor de la habitación y fue quitando las fotografías una a una mientras las apilaba en un montón encima de su escritorio. Era momento de que finalmente pudiera darle un cierre a esos casos que no tenían resolución; y también, era momento de que Stiles pudiera sentarse a reflexionar sobre lo que había sucedido.

    No es como si eso que hacía fuera la primera vez.

    Desde el funeral de Audrey, Stiles comenzó a cuestionarse muchas cosas.

    Lo primero que pensó es que había sido su culpa que la chica muriera; y el pensamiento lo tomó con las manos desnudas sin miedo a quemarse por él. No se sintió abrumado por el peso de las palabras, ni por lo que eso significaba; tan solo observó el pensamiento y comenzó a desglosarlo parte a parte con la finalidad de entender si, efectivamente, él la había matado.

    Comenzó por descartar ser el asesino directo, puesto que Audrey realmente había muerto por culpa del alfa que le había roto el cuello. En eso, definitivamente, él no había participado.

    Después de eso, fue explorando poco a poco las capas que cubrían ese asesinato.

    Audrey no hubiera estado en peligro en primer lugar si Stiles no hubiera sugerido ese paseo a la luz de las estrellas por el bosque que estaba alrededor de las cabañas. Debió haberse quedado ahí, en un sitio seguro, con su chica mientras la manada hacía sus asuntos con la otra manada.

    Sin embargo, si Stiles dejaba volar su imaginación, su mente se iba hasta aquel día en la cafetería en donde había derramado café sobre Audrey.

    Ahora Stiles ya no tomaba café. Ni salía.

    Pero más que echarse la culpa por algo que ya había sucedido, Stiles utilizaba esos momentos para poder tener un cierre. Uno que, por desgracia, nunca había llegado por su profundo miedo a llegar hasta donde no tendría un punto de regreso después.

    Y hoy, con su día amargado, ya era el momento en donde debía sincerarse y afrontar lo que había sucedido. Hoy finalmente sería ese momento en donde Stiles podría irse a dormir sin el dolor de seguir viendo la expresión de Audrey antes de morir. Y si todo salía bien, mañana sería el momento en donde Stiles podría levantarse y afrontar el hecho de que aunque ella murió, la vida seguía para él.

— ¿Puedo pasar?

    Pero...

    Pero...

    Derek.

    Derek había llegado otra vez.

    Stiles dejó de observar el escritorio extrañamente ordenado con todos los papeles que había recogido y observó la ventana de su habitación. Ya que el invierno había llegado, los días eran muy, muy fríos y oscuros; por lo que no era de extrañar que Stiles comenzara a dejar sus ventanas cerradas para evitar que la habitación pareciera una heladera gigante. No obstante, esa mañana en particular, Stiles decidió dejar la ventana abierta. En su mente optimista se había formado el pensamiento de que sería una buena idea dejar que la habitación se enfriara aunque fuera un día; por lo que la dejó abierta. Y además, no era como si Stiles no pudiera cerrarla después, así que no había pérdida.

    Pero obviamente, Stiles no contaba con que Derek estaría en la ventana como un raro.

    Porque por lógica sobrenatural, las puertas estaban sobrevaloradas y tenían un innecesario uso para los alfas.

— ¿Para qué quieres pasar? —preguntó Stiles.

— Para hablar contigo sobre lo que sucedió hoy.

— ¿Vienes a excusar a Isaac? —Stiles se burló—. No sabía que Isaac necesitaba que lo defendieran.

    Derek extrañamente negó sin añadir un comentario cruel.

— No. No vengo en nombre de Isaac. Vengo porque genuinamente quiero hablar contigo.

    Stiles lo miró directamente a los ojos.

    Desde que Derek había aparecido en el funeral de Audrey, Stiles no dejaba de pensar en lo incómodo que se sentía con el chico alrededor. El constante sentimiento de lástima que generaba era algo a lo que se había acostumbrado desde hacía mucho tiempo, y se atrevía a decir que no tenía problema alguno con él, ya que no había muchas opiniones que le importaran. Pero no podía sacarse de la mente las palabras de Derek, ni el instante en donde su piel se erizó para luego llorar porque sentía que su vida no tenía un rumbo claro.

    Stiles no se sentía cómodo alrededor de Derek por el simple hecho de que creía que la lástima le había confundido los sentidos.

    Y, no quería negarlo ya, tampoco quería seguir viendo la cara del tipo que lo había rechazado como si nada. El cual después viene remordimiento alguno a decir que lo amaba.

— Derek, realmente no tenemos nada de lo cual hablar —Stiles respondió. Se sentía agotado en todos los sentidos—. No sé que es lo que te hace pensar que tienes una especie de responsabilidad conmigo, pero ya han pasado algunos meses y en serio necesito que te detengas.

    Si Stiles no conociera tan bien a Derek, diría que sus palabras le habían dolido.

    Era tan improbable que Derek se sintiera mal por cualquier cosa que Stiles le pudiera decir, por lo que en ningún momento llegó a pensar que sus palabras genuinamente habían afectado al chico.

— ¿Te refieres a lo que te dije en el cementerio? —Derek preguntó.

— Derek, me refiero a todo —exclamó Stiles. Su falsa calma comenzaba a descomponerse lentamente—. Tus miradas, tus comentarios extraños, y esa... esa cara que pones cuando estás conmigo... ¡Dios! En serio me incomodas. Casi pareciera que supieras que todo lo que haces me pone los pelos de punta. Y yo solo quiero pedirte esto una vez.

    Stiles tomó aire para lo que iba a decir bajo la tensa mirada de Derek.

— Por favor, déjame en paz —soltó—. Yo realmente no estoy bien en estos momentos, y lo que menos quiero es que tú también te sumes al peso emocional que cargo.

    Stiles se sintió liberado profundamente cuando por fin pudo soltar todo lo que pensaba. Y finalmente, cuando vio de primera mano como la expresión de Derek pasaba de estar tenso a estar totalmente derrotado, se cuestionó si lo que había hecho había sido buena idea.

— ¿En serio crees que yo dije todo eso para molestarte? —Derek preguntó mientras se apoyaba en el marco de la ventana. No quiso entrar a la habitación, pero por lo menos era sincero al reconocer que el sol ya le estaba incomodando en la espalda—. Stiles, de todas las cosas que yo puedo decirte...

— Es que creo que no estás entendiendo lo que trato de decirte —Stiles cortó a Derek antes de que comenzara con su discurso—. Derek, no sé si lo sepas, pero a todas las personas a las que he llegado a querer siempre las tengo en un lado de mi corazón aun si las cosas no terminaron siendo tan favorables como esperaba. Tú tienes un lugar en mi corazón a pesar de ser probablemente la persona más agria que conozco porque de verdad te quise. Pero eso no significa que me rebajaré a aceptar las migajas que quieras ofrecerme solo porque te sientes mal por mí.

    «Cuando me aclaraste tus sentimientos aquella tarde, pasé mucho tiempo reflexionando sobre como mi comportamiento te había hecho sentir incómodo; y justamente porque te quería, fue que logré hacer que la dinámica grupal no fuera tediosa. Y poco a poco fue menguando el sentimiento que tenía hasta que por fin logré superarlo. Y es un gran avance para mí, ¿sabes? Por lo que, no regresaré a ese pozo oscuro solamente porque la lástima está cegando tu criterio.»

    Stiles se apoyó del escritorio esperando a que Derek se fuera, ya que era algo característico de él irse cuando estaba muy enojado por algo. Pero en cambio, el hombre metió las piernas dentro de la habitación y se sentó en el marco de la ventana como si realmente fuera bienvenido.

— No creo que lo sepas, pero después de que llegaste esa tarde al loft y me hablaste de tus sentimientos, inconscientemente me quedé con esa idea dentro de mí por un largo tiempo. Fue algo raro... porque yo ya no soy un adolescente... ni siquiera estoy cerca de tener la edad que ustedes tienen, por lo que trato de no absorber problemas que no me corresponden; pero cuando hablaste que tenías una cita, yo... —Derek hizo una pausa—. Yo solo podía sentir una inquietud en el pecho. Una que fue creciendo más y más con cada día que pasaba hasta que conocí a Audrey. Y solo... yo solo supe que es lo que pasaba cuando estábamos en el motel antes de llegar a las cabañas.

    Stiles apretó las manos hasta formar puños.

— Cuando te dije todo eso en el cementerio, fue porque realmente lo sentí desde el fondo de mi alma —confesó Derek. Realmente se veía desde lejos que le estaba costando horrores entablar conversaciones largas—. Porque genuinamente te amo, Stiles.

    Pero Stiles estaba lejos de sentirse dichoso.

— Derek, por favor vete de mi casa —pidió. Su voz comenzó a vacilar—. En serio, ya no puedo seguir escuchándote más.

    Y con eso, el corazón de Derek comenzó a fragmentarse en pedazos tan pequeños que Stiles podría escucharlos romperse contra el suelo si tan solo pudiera agudizar el oído.

    Pero finalmente, Derek accedió.

    Para cuando Stiles abrió los ojos después de unos minutos de suspiros profundos, no había rastro alguno del hombre.

    Eso hizo sentir feliz a Stiles.

    Aunque el sentimiento no duró mucho.

*

*

    Quizás, si se detenía a pensarlo un poco, Stiles estaba teniendo por fin eso que tanto había perseguido desde que tenía memoria.

    Crecimiento emocional.

    Siempre, desde que era pequeño, se había preguntado por qué todo lo que ocurría a su alrededor tenía el increíble poder de trastocarlo hasta el sentido más irrelevante. Y a pesar de que quería atribuirle ello a los efectos colaterales de la muerte de su mamá a muy temprana edad, sabía que eso venía desde mucho antes de que ella hubiera enfermado.

    Stiles no podía centrarse en una sola cosa sin tener la certeza de que esa cosa terminaría haciéndole daño.

    Y tras muchas sesiones con expertos en la salud mental, y muchas medicaciones después, Stiles comprendió que eso que tanto ansiaba no lo tenían todos. Ni siquiera aquellos que gozaban con el privilegio de no sufrir una enfermedad mental, o no haber experimentado un suceso traumático.

    Ser alguien capaz de asimilar los cambios, los altibajos de las situaciones, el rechazo de alguien, e incluso la decepción de presenciar como se derrumban los planes era algo que la gran mayoría de las personas no podía controlar porque no era una habilidad que se pudiera desbloquear con la edad. Y Stiles, cuando por fin comprendió que solamente el arduo trabajo personal y auto-exploración era lo que podía darle lo que tanto buscaba, entendió que el mundo no estaba mal y él tampoco.

    Esa noche cuando Derek ya tenía mucho tiempo de haberse ido, Stiles observó su techo y suspiró una vez más.

    Esa auto-exploración, ese gran proceso de sanación al que tanto le había temido llegó como un perrito en medio de la tormenta.

    Y cuando pudo abrazarlo, todo hizo clic.

    Stiles entendió muchas cosas, y entre eso, que la culpa no era eso a lo que tenía que aferrarse eternamente como una cadena atada a sus tobillos. En especial, cuando realmente los sucesos que ocurrieron fueron fruto de una evolución de eventos independientes que simplemente tuvieron la coincidencia de ocurrir en el mismo tiempo y espacio en el que él había tomado sus decisiones.

    Esa noche, aun cuando el olor de Derek había quedado prendando en su habitación, Stiles por fin pudo conciliar el sueño con una manta caliente y una almohada húmeda llena de lágrimas.

*
— ¿Notaste que ahora Derek Hale se la pasa por aquí? —el saludo de John en la mañana hizo que Stiles reaccionara un poco.

    Su papá aún estaba sensible con los eventos que había sucedo hace meses, pero por el bienestar tanto de él como de Stiles, estaba tratando de no dejar que esa experiencia los sumergiera en el abismo.

— Derek es un hombre libre, por lo que los sitios en donde se pasee no es algo de lo que tenga que llevar registro. —mencionó a modo de réplica.

— Difiero de ello —respondió—. Si los lugares en donde se pasea incluyen la habitación de mi hijo que sigue siendo menor de edad, automáticamente se convierte en un asunto del cual tenga que llevar registro, como insinúas.

    Stiles palideció. Solo un poco.

— No sé si estás tratando de insinuar algo; pero Derek y yo solo somos dos personas que meramente tienen en común la convivencia general de un grupo de amigos. Él viene siendo el amigo de un amigo de Scott.

    Derek pasó de ser la fuente de atracción y amor de Stiles a ser el amigo de un amigo de su amigo.

— Si bueno, no estoy tan seguro de que realmente las cosas sean así. O al menos no para él, así que solo te digo que estés atento.

    Y con lo que parecía ser una risa irónica, el sheriff se levantó de su asiento y caminó a otro lado de la casa. Al menos Stiles sabía que su padre tenía el día libre, por lo que Derek no se acercaría a su casa a observarlo como el tipo espeluznante que era; pero aún con todo esto, se quedó pensando una vez más en lo incómodo que el hombre había logrado hacer todo.

    Definitivamente, Stiles ahora se sentía un poco más feliz de que Derek lo hubiera rechazado en aquel momento.

———


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