Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

You & I por LemonSoda

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No sé cuantas vidas me faltan, pero en cada una, espero encontrarme contigo.- Edgar Oceransky.

-Otra cirugía exitosa Law-comento Sachi-Me has salvado.

-Otra vez-corrigió aquel hombre, viendo a su amigo, quien reía nervioso. 

-Oh vamos, no seas tan amargado.

-Hablamos de Law, ¿no?-llego con ellos Penguin-¿cómo les fue en la cirugía?

-Bien, gracias a Law. 

-El señor perfecto al rescate.

-Sigue así y la siguiente vez que quieras ayuda tu, no te ayudare. 

-¿Por qué estas tan enojado? Estás incluso más amargado de lo usual, ¿te rechazaron?

-En primer lugar, a Law le gusta alguien. Él solo vive por su trabajo-comento Sachi, entre risas disimuladas.

En cambio el cirujano cansado de las bromas de sus molestos amigos, suspiro para encaminarse a ver a sus pacientes. Cuando recibió una llamada de su mejor amigo Kid.

-Dime que me hablas para algo importante...

-También me alegra saber de ti Law. ¿Acaso algo salio mal en tu trabajo como para que termines desquitan dote con la única persona que se preocupa por ti?

-No me he desquitado con corazón.

-Maldito... como sea, te hablaba porque estuve hablando con los chicos, queremos salir a beber y pensé que sería una buena idea invitarte. ¿Hace cuánto que no sales por un buen trago?-suspiro al escuchar aquello, sabiendo en a donde iba todo esto.

-No gracias. 

-Pero Law...

-Ya se a donde va esto Kid y la respuesta es no.

-Ni siquiera lo pensaste.

-Siempre será no, a diferencia de ti. Tengo un trabajo, no puedo darme el lujo de ir a perder mi tiempo de esa manera, ¿lo entiendes?

-Sabes corazón y yo estamos preocupados, no descansas y ni siquiera paras. Siempre te la vives en el hospital, a veces dudo que vuelvas a casa. 

-Les agradezco a Cora y a ti en que se preocupen por mi, pero ya no soy ningún niño. Soy un adulto. 

-Lo sé, pero... 

-Adiós, Kid.

-Espera, Law. Oye...

Colgó, suspirando molesto. Siempre era lo mismo con esos dos, los quería ya que corazón era su padre y Kid su mejor amigo, la única persona que se quedo cuando nadie más lo hizo. Pero últimamente las llamadas eran para lo mismo, preocupándose por su salud y su futuro. Trafalgar Law era uno de los mejores médicos del país reconocido a nivel nacional. Debido a su reputación es que su carga de trabajo era constante, ir y venir de hospital viendo pacientes, ya era normal para él. Vivir en la que supuesta mente era su casa, había olvidado que era eso. Incluso en sus relaciones era difícil, olvido como era tener una pareja, ya que  a pesar de ser apuesto las personas no podían soportar ese estilo de vida, su ultima pareja lo dejo con el argumento que era demasiado frío para ella y que solamente pensaban en su trabajo, y no en una relación a futuro. 

Puede que tenga razón, a Law no le importaba para nada tener a alguien a su lado, ni siquiera le preocupaba pensar en tener hijos. Para él era más importante su trabajo que otra cosa. 

Law, todos tenemos a alguien a quien amar. Esa persona especial, nuestra alma gemela. Cuando seas mayor encontraras a una persona especial que te hará sentir diferente. Cuando sea el momento debes cuidarla y amarla, sin importar que.

Recordó las palabras de corazón, pensando en aquella persona destinada para él. Tal vez, en su caso no existía tal persona, lo vivió con sus parejas. Ninguna de ellas lo entendía por completo, se enfrascaban en sus deseos egoístas y normales.  Para Law el amor no era tan complejo, tan solo un sentimiento, no deseaba una persona que pensara en cuentos de hadas y un final feliz. Tan solo deseaba que aquella persona destinada si existía, no creyera en que todo era color de rosa. 

Ante esas ideas el médico río, pensando en que era tonto creer que existía algo como un alma gemela, claramente no era real. Pero si fuera así.... 

-Me pregunto... ¿dónde se encontrara esa persona especial?...

Todo mundo detuvo sus miradas en aquel auto negro y lujoso que aparecía frente a la universidad local. Esa universidad era pública, por lo que ver a alguien con mucho dinero no era normal, del auto bajo un chico de cabello negro, pero con un extraño y colorido sombrero de paja. 

-Vendré a recogerlo, joven amo Luffy.

-No, gracias. Ya te dije que podía venir solo...

-Por ordenes de su padre, tiene prohibido...

-Tengo 19 años, ya no soy un niño.

-Pero su padre... 

-No me importa lo que diga mi padre, no quiero que vengas. Ese fue el trato, además la casa del abuelo no queda lejos de aquí. 

Noto las miradas de los demás estudiantes, dedicándoles una sonrisa. Su primer día y no quería destacar quedo arruinado desde el inicio. Sus dos hermanos al escucharle su idea de ir como cualquier persona normal a la universidad, quedaron horrorizados argumentando que era demasiado ingenuo para salir por su cuenta. Pero Luffy estaba consciente de los peligros del mundo, ya no era un niño pequeño para que Ace y Sabo le cuidaran repetidas veces. 

Al ingresar a la institución recibía una que otra mirada, como murmureo. Este año había decidido comenzar a vivir con su abuelo Garp, alejándose de toda la vida que conocía, esa vida que no le deseaba a nadie. Después de rogarle con ayuda de sus hermanos a su padre de dejarle estudiar en un ambiente diferente y no en aquella elegante y tétrica casa que conocía de niño. Para Luffy se le prohibía muchas cosas, no reír, no sonreír, no mostrar debilidad ante nadie. Era ya normal para el controlar sus emociones, como también desde que era muy pequeño su padre le obligo a aprender el arte del combate, que esperabas cuando tenías a un padre como Monkey D. Dragón, uno de los mafiosos con más poder en la ciudad. Su simple nombre causaba temor, Ace y Sabo trabajan también en aquel negocio familiar. Su abuelo era el único alejado a esa realidad. Monkey D. Garp era un militar retirado, claro estaba en desacuerdo de la vida que llevaba su hijo, por lo que siempre intentaba alejar a sus nietos de ese bajo mundo. 

Cuando Luffy le pidió quedarse con él, de inmediato el anciano acepto, con la esperanza que al menos su nieto menor cambiara su destino. A diferencia de sus otros dos hermanos, Luffy no poseía la mentalidad de los Monkey, el tan solo deseaba vivir su vida libremente, sin aquellas tontas reglas que su padre le puso, si quería reír reiría, si quería llorar tan solo lo haría. Por una vez el deseaba vivir como lo que era un chico de 19 años. Ace y Sabo sabían de los sentimientos de Luffy y les preocupaba, siempre vivían preocupados por su pequeño y amable hermanito. Solo esperaban que Dragón no se enterara de las ideas de su hijo menor. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).