“-Aun ahora...no entiendo...como cambiaron tanto las cosas entre nosotros...-.” Miraba el cielo con empeño, sobre el techo, como intentando contar el número exacto de estrellas.
Hacía ya un rato que había subido a recostarse al tejado, tenía una hermosa vista del paisaje alrededor, árboles, algunas montañas nevadas a lo lejos y durante la noche, cientos de estrellas llenaban el manto nocturno, esa era una de las razones por la que había comprado esa casa con el poco dinero que ganaron en un trabajo, en lo que cabe, realmente sencillo; la otra razón de la compra, era nada más y nada menos que el motivo de sus sueños y dulces pesadillas, su querido compañero, el cual se había enamorado de la casa desde el primer momento que la vio.
¿Y por que no?. Realmente la construcción era bellísima y encima a las afueras de la ruidosa ciudad. Una casa de tipo colonial de dos pisos a color azul rey, a la entrada dos jardineras a los lados de la puerta, que era de madera barnizada, y había también una pequeña ventana al lado derecho de esta.
En el segundo piso se encontraba un balcón central de tamaño mediano y tras éste, dos puertas corredizas de cristal y por ultimo, el techo estaba cubierto con tejas rojas para darle un mejor toque.
Por dentro habían 4 habitaciones grandes, 2 baños, sala, recibidor, cocina y comedor. En conclusión, una gran casa para el precio tan barato en que la remataban.
Una nueva canción comenzó a sonar en la planta baja. Otra gran idea de su “amigo”.
Natsumi cumplía años ese día y por algunas razones personales no iba a poder celebrarlo así que el rubio le había ofrecido hacer una fiesta en su nueva casa. Sonrió al recordar esa mañana, cuando Ginji le había suplicado hacer la fiesta recibiendo por única respuesta un rotundo “NO”, pero al final, como siempre, terminó aceptando ante el rostro suplicante del rubio.
-Hola-.
Esa voz tan conocida para él, le hizo salir de sus recuerdos, levanto un poco el rostro, recargando su peso sobre los codos y le miró.
-¿Por qué no estás abajo?-Volvió a decir aquel joven que ahora le acompañaba.
-¿Y tu?- Fue su respuesta.
-No...-.Negó con el rostro para después regalarle una sonrisa y sentarse a su lado- Supuse que te encontraría aquí-Soltó.
-Sólo quería estar lejos del ruido un momento- Volvió a recostarse- Deberías bajar a divertirte-Terminó.
-No es lo mismo si tu no estás abajo Ban-chan-Le miró- Por eso...vine a verte-.
Ban posó sus ojos sobre los cafés del rubio, quien tras esto desvió la mirada hacia el cielo.
-¿O te molesta que este aquí Ban?-.Susurró.
-No digas idioteces-.Terminó.
Ginji sonrió ante este comentario.
-Yo...-.Soltó a lo que el ojiazul le prestó mas atención.
-Señor Ginji!-.El grito provenía del balcón bajo ellos.
-Iré a ver que sucede-.Suspiró, dando un buen brinco para llegar abajo.
-Mierda...-.Se quejó por la interrupción.
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-¿Qué sucede Kadsu-chan?- Cuestionó colocándose frente al de los cabellos color chocolate.
-Natsumi-chan va a partir la torta y como sabe lo goloso que eres ((En el buen sentido XD))…me pidió que te buscara-.Sonrió.
-¿De verdad?-.Dijo entusiasmado-Pues vamos antes de que se la coman sin nosotros!-. Suplicó.
-¿Y donde está el idiota de Ban?-.Cuestionó Shido apareciendo tras Kadsuki.
-¿A quien le dices idiota?...Imbécil-.La silueta del de anteojos se dejo ver tras el señor de las bestias, que abrió los ojos entre sorprendido y alarmado, pero le dio l cara en forma retadora.
-Pues a quien más…yo solo veo un idiota en esta habitación-.Respondió.
Ban chasqueó la lengua en señal de desaprobación y en instantes se encontraba abrazando a Kadsuki por los hombros.
-Vaya…chico coldsplay…no sabía que te llevabas así con el entrenador de monos-.Negó con la cabeza-No deberías dejar que te insultaran de esa manera-.
-Midou….-.Shido apretó los puños con fuerza y se abalanzó contra el ojiazul.
Ban apenas y pudo esquivar el ataque, pero inmediatamente se puso a la defensiva. Una lucha de golpes, patadas e insultos al por mayor se desató en esa habitación.
-Ban-chan!-El rubio intentó vanamente detenerlos, y solo recibió un “No molestes!” de ambos chicos como respuesta.
-Bueno…pues entonces jódanse la vida hasta que solo quede basura de ustedes!-Dijo explotando-Pero luego no vengan quejándose, es más, mátense si lo desean, pero lejos de aquí!!!-.Se dio la vuelta molesto-No quiero que le fastidien la noche a Natsumi-chan-.Sin más que decir salió de la habitación a paso firma y azotó la puerta, dejando a los otros tres boquiabiertos.
-Ginji…-.Susurró el poseedor del jagan-Mira lo que ocasionas estupido!-.Le grito al pelinegro.
-¿YO?-Se quejó-Tu comenzaste!!-.
-CALLENSE LOS DOS!!...Señor Ban…vaya a hablar con él y discúlpese…Shido dile a Natsumi que siga con lo suyo…yo voy por Jubei…salió a dar una vuelta y no ha regresado…-.Les ordenó el de ojos chocolate.
-Si…-.Asintieron ambos, y sin más, obedecieron.
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-Son unos idiotas…todos ellos-.Se dijo molesto, dejándose caer sobre el pasto del jardín.
No había querido amargarle el momento ala chica y decidió salir, para tranquilizarse un momento.
-¿Sucedió algo Señor Ginji?-.Le interrumpió una voz a sus espaldas.
El rubio se crispó ante eso y con su cuerpo entrando en estado de nerviosismo total se giró para encarar al de cabellos azabache quien ese día se había quitado el saco y andaba solo con una camisa de vestir blanca y si largo cabello sujeto en una cola baja.
-No…no Akabane-san-.Susurró algo sonrojado, sin saber si era por el nerviosismo o por lo bien que se veía el doctor esa noche.
-Bueno…-.Se sentó a su lado-Lo que sucede es que te ví bajar molesto de la planta alta…me preocupe y quise saber que sucedía-.Dijo con esa característica sonrisa suya.
Ginji se relajó un poco, y decidió conversar con él, intentando dejar de lado rivalidades pasadas, después de todo, aquel hombre había dejado de lado las matanzas sangrientas sólo porque él se lo había pedido, mejor era limar asperezas, se lo debía.
-Solo…-.Comenzó-Solo me moleste un poco con Ban-cham-.Susurró perdiendo su vista en el suelo.
-Ya veo…¿Y ahora porque fue el pleito?-.Cuestionó recargando su cuerpo sobre sus manos y dejando caer levemente la cabeza hacia atrás, mirándole por el rabillo del ojo.
-Bueno…-.Se encogió y abrazó sus rodillas, recargando su barbilla en éstas.-.De nuevo peleo con Shido y…me molesta que lo haga…además…ambos me gritaron-.Suspiró-Supongo que me lo merezco por débil-.
-Yo no lo creo…-.Colocó una mano sobre el hombro del rubio, a lo que éste le miró-.Eres muy fuerte y no lo digo solo por la fuerza física porque eso esta muy claro…-.Sonrió amargamente-.Sino también por que eres muy fuerte en cuanto a tus sentimientos…no cualquiera puede reprimir un amor tan grande-.Terminó.
Ginji le miró con sorpresa y con un gran sonrojo adornando su cara.
-A…Akabane…tu…-.No podía decir nada.
-Lo ocultas muy bien ((Ajá ¬¬))…pero sé que lo amas…puedo verlo en tus ojos-.Sonrió-Él sí es un idiota…no se da cuenta-.
Un silencio se formó entre los dos.
-Akabane-san…puedo…puedo…-.Se sonrojo mucho-.Yo…-.Pero unos brazos le rodearon protectoramente, sin pensarlo, correspondió el abrazó que el Doctor le ofrecía-.Gracias-.
-¿Por qué no se lo dices?-.Cuestionó soltándole un poco.
-El no me ama…lo se-.Respondió con voz débil-.Al contrario…a veces creo que me odia-.
-Del odio al amor…hay solo un paso mi querido Ginji-.Se separó un poco de él-Además…tu no te das cuenta…pero hay otras personas que te aman-.Soltó el abrazó y se puso de pie.-Vamos-.Indicó dándose vuelta y empezando a caminar.
El rubio tenía una gran interrogante en la cabeza debido al último comentario, pero optó por mejor seguir a su amigo.
“-Ban-chan-.”Sonrió dándole alcance al doctor-“No se…realmente…no se como…pero…en realidad…Aun ahora…no entiendo…como llegue a amarte tanto-.”El de cabellos azabache le respondió la sonrisa y así, ambos entraron a la casa de nuevo.
-Ginji-.Susurró Ban viéndolo alejarse-.Mi Ginji…-.Miró hacia las estrellas de nuevo y tras una sonrisa decidió entrar y disfrutar un poco, después de todo, era una linda noche.