Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El chico de al lado por Midori Yaoi Grey

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Después de la celebración de mi cumpleaños, abrir los ojos cada nuevo día y que lo primero que vea sea el regalo que me diste, ha cambiado satisfactoriamente mi humor.

-          Sigo sin poder creer que lo consiguieras...

Esa noche, después de haber devorado unos dos pedazos o quizás fueron tres, no sé, perdí la cuenta, el punto es que no quedó nada para guardar. Regresando a lo anterior, al terminar, no solo me habías preparado una velada agradable, sino que te tomaste la molestia de regalarme lo que ahora es de mis más grandes tesoros. Lograste que mi cantante favorito me hiciera una dedicatoria de cumpleaños firmada, el cual mandaste a enmarcar junto con un disco de vinilo del álbum que más me ha gustado. Y no solo eso, conseguiste que me grabara un vídeo felicitándome. El cual, dicho vídeo lo tengo guardado en todos los medios posibles.

Cuando te pregunté la forma de cómo lo adquiriste, me revelaste que has trabajado con él en varias de sus canciones, por lo tanto, lo conoces y te llevas bien con él, así que no dudó en cumplirte esta, según tu, pequeña petición , que de pequeña no tiene nada.

También te pregunté el por qué no mencionaste nada de eso cuando salió el tema, cuando te expresé que era un fan de corazón de ese artista. Claro, no fue reproche ni nada, fue de total shock. Y me respondiste que si me decías, ibas a estropear la sorpresa que con ese dato ya habías armado mi regalo.

Aquellas palabras fueron suficientes para haber hecho que mi corazón latiera con más esfuerzo, haciendo que mi cuerpo se sintiera muy vivo.

-          Ahora es mi turno de sorprenderte - miro lo que hay dentro de la caja de regalo que ya he preparado y que llegó a tiempo el día de ayer - tengo que darme prisa, al menos hoy tengo poco trabajo.

Hoy es 31 de diciembre, y tu decidiste nacer en una fecha grande: año nuevo.

Acordamos que juntaríamos la velada de la noche vieja para iniciar tanto en tu cumpleaños número 29, como para recibir el 2021. Y en esta ocasión tu vendrías a mi departamento.

Para navidad, también nos reunimos en tu departamento, la cena fue hecha por ti, y como fue de costumbre, estuvo delicioso. Como regalo de aquella celebración, optamos por un intercambio de botellas de vino, conociendo cuáles ya había probado el otro. Dentro de mi plan de hoy, deseo compartir contigo dicha bebida.

. . . . . . . . . . . . . . . .

-          Perfecto. He terminado justo a tiempo. Ahora queda... - miro con pesar el desastre que en su paso he dejado en la cocina con utensilios, platos, sartenes que usé - más bien parece que hubo una guerra...

Con resignación empiezo a limpiar e ir acomodando la casa para que en cuestión de dos horas toques la puerta anunciando tu puntualidad a la cena.

A comparación mía, durante el desayuno y el almuerzo estuviste animado preguntándome lo que iba a cocinar, mas no obtuviste ninguna respuesta, excusándome que perdería chiste si te decía.

Cocinar no es mi fuerte, pero logro defenderme. Por lo cual, estuve practicando diario, viendo tutoriales hasta el cansancio para entender la ciencia que implica preparar platillos que sean dignos de ti. Y la verdad, no me ha quedado tan mal: el que persevera, alcanza.

Todo listo y ya vestido, opto por guardar tu regalo en una gaveta que tengo en la sala, para tenerlo más cerca de donde estaremos.

Al ser un hombre de palabra y compromiso, o es lo que tu mismo dices, justo a la hora acordada haces sonar tu llegada en la puerta.

Antes de abrir inhalo y exhalo para hacerme ver relajado a pesar de los nervios que me comen del momento.

-          Tenias razón - es lo primero que te digo al abrir y notar tu presencia que hoy luce... Sin palabras...

-          ¿El qué? - me sigues el juego.

-          Eres un hombre de palabra .

-          Como debe de ser.

-          Como debe de ser - repito lo mismo para dar confirmación a una verdad absoluta - adelante. Pasa - del mismo modo caballeroso que me has recibido en tu casa, me hago un lado para darte acceso extendiendo mi brazo como invitación - puedes dejar tu abrigo en el perchero si gustas, no tiene mucho que puse la calefacción, hacía un frío espantoso.

-          Y a pesar de eso - haces caso a mi sugerencia dejándome ver lo bien que se te ven las camisas de mangas largas, bueno, realmente todo te queda bien... - preferimos morir de frío a sufrir por el calor.

Cierro la puerta una vez ya ambos dentro y nos encamino al comedor.

-          ¿Quién nos entiende, verdad? - respondo tu comentario.

-          Eso mismo, ¿quién? - te sientas en la silla - todo el día he estado intrigado de lo que has decidido hacer, ¿sabes?

-          No me digas - te digo con sarcasmo mientras preparo los platillos - no me fijé.

-          Soy bueno ocultando mi curiosidad. Que por cierto, tienes un departamento bonito. Veo que tienes muchas cosas interesantes.

-          Siéntete libre de curiosear.

-          Te tomaré la palabra cuando terminemos de cenar.

-          Y lo bueno que ocultas muy bien tu ser curioso - te digo depositando en la mesa la comida que con tanto esfuerzo y casi lágrimas, hice - no puede ser una velada digno de dos celebraciones: año nuevo para todos y un año más viejo para ti - me alzas la ceja con ironía al saber lo mucho que te "gusta" ser llamado de esa forma - sin esto - te dejo ver la botella que recibí de tu parte en el intercambio - la fecha encaja para probarlo.

. . . . . . . . . . . . . .

Terminando de cenar, te hago la invitación de que pases a la sala que mientras preparo unos bocadillos que combinan con el vino que seguiremos tomando hasta acabar la botella, tu podrías dar una inspección al lugar. Realmente no tengo nada que ocultar.

-          ¿Has trabajado con todos estos autores? - es lo primero que me preguntas al verme llegar con las cosas que dejo en la mesita de centro.

-          Si, gran parte.

-          ¿Gran parte? - dejas el libro que tenías en su lugar para aproximarte.

-          Si, tengo otros libros de otros autores dispersos por aquí - sobre todo uno en particular que oculté antes de que llegaras...

-          Es increíble que conozcas a todas estas personas famosas - tomamos asiento en el mismo sillón dejando un espacio para que coloque el  platillo.

-          Claro y me lo dice el que conoce a otras personas famosas - tomas la copa que había vuelto a llenar.

-          ¿Qué te puedo decir? Es que a todos los admiro, y el que tu formaras parte de aquellos escritos, lo hace aún mejor - disimulé un atragantamiento por tus palabras que tuve que carraspear antes para poder hablar.

-          Creo que me das mucho crédito. Ellos - señalo con la copa en dirección a los libros - son las mentes brillantes. Los editores solo pulimos lo que de por si ya brilla por su cuenta.

-          Cierto, pero ustedes tienen un papel importante que de no existir quizás las cosas no saldrían como lo que ahora conocemos.

-          Hum... - miro un poco perdido la copa haciendo mover el líquido - tomaré el cumplido por esta ocasión. Pero aún así - aproximo la copa hacia ti - salud por las mentes brillantes y por los que estamos atrás del telón - refiriéndome a él y a mi.

-          Me parece justo - me imitas para hacer sonar los cristales - salud.

 

Ambos nos sumergimos en una gran plática que parece ser que nunca se nos acaban los temas para tratar hasta que corto el momento al notar que ya faltan escasos minutos para las doce.

-          Seré honesto - te dejo ver el pequeño pastel con la velita en forma de signo de "?" ya prendida - recibí un 90% de ayuda en hacer el pastel.

-          ¿Así?, ¿solo un noventa y no el cien? - preguntas divertido colocando en tu rostro una bonita sonrisa por la sorpresa.

-          Noventa, el diez avala mi diseño del pastel y el colocar la vela.

Sueltas una risa encantado por lo que te he traído.

-          Es Blacky - señalas la cara del gatito hecho de chocolate - tengo que inmortalizar este momento.

-          Adelante, pero apresúrate, que ya pronto será tu cumpleaños - deposito el pastel en la mesa de centro que acerco aún más.

-          Y año nuevo.

Sacas tu celular del bolsillo que sin poder evitarlo noto que en la pantalla de bloqueo, la imagen que tienes como fondo se me hace extraña y vagamente un poco familiar, mas no hago comentario alguno.

-          Listo - me sacas de mis pensamientos.

-          ¿Ya sabes que deseo pedir?

-          Por supuesto. Estoy más que preparado.

-          Espero que tu deseo se cumpla.

-          Hay deseos - me miras con aire misterioso - que son necesarios buscarlos hacer realidad. Y que se vean como un milagro de apariencia ordinaria.

Tus palabras me han dejado sin habla por la profundidad que significaba. Un significado tan lleno de razón. Irrefutable .

-          Palabras de un talentoso compositor.

-          Tal vez...

-          Bueno - proyecto en mi móvil el reloj que marca los segundos exactos que faltan para que sea primero de enero - cuenta regresiva para nuevo año y tu cumpleaños. Así que, prepárate para pedir tu deseo y soplar la vela.

-          Más que preparado - concentras tu visión en la llama de la vela.

-          Bienvenido casi los treinta en cinco... Cuatro... Tres... Dos... Uno...

Al momento que soplas la vela, el ruido de voces provenientes de otros departamentos y vecinos, se deja escuchar por la euforia de recibir el 2021, dejando atrás un año casi apocalíptico.

-          Feliz cumpleaños, Sebastian, y feliz año nuevo - me miras con una sonrisa.

-          Gracias, Ciel. Feliz año nuevo también para ti.

-          ¿Harás tu deseo realidad?

-          Si. Y eso haré ahora.

Todo fue tan rápido que no vi tus movimientos ágiles cuando acortaste la distancia que había entre tu y yo, sintiendo tu mano en mi espalda, al mismo tiempo que con la otra tomaste mi rostro para hacer que nuestros labios se unieran de una forma tan dulce como el sabor del vino.

-          Mi deseo - me susurras a escasos centímetros de mi boca - se ha hecho realidad.

-          Se-sebas...tian... - te miro con nerviosismo e incrédulo. Y me percato que mis manos se movieron por si solas durante el beso a tu pecho.

No sabía que decir o tan siquiera qué pensar de lo que habías hecho hasta que me abrazas completamente dejando ahora mi cabeza en donde antes mis manos estaban. Y con esta oportunidad, no solo me permito el inhalar tu aroma que guardaré en mi mente, sino que tu corazón, tus latidos, se combinan con los míos.

Notas finales:

Nos vemos en la parte 6 y última de esta pequeña historia. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).