“Vamos hermano. Tienes que moverte” Le dijo Thor.
"Tienes que moverte", repitió una voz profunda en su cabeza, tranquila y calmada.
Loki salió de su ensimismamiento. Él lo miró. Parpadeó. Expulsó la voz al fondo de su cabeza para tratar con ella más tarde.
Thor todavía estaba en pose de ataque. Al juzgar por su mirada, era el turno de Loki de atacar, pero él debió de haber dejado de prestar atención en algún punto. ¿Por qué últimamente le era tan difícil mantener su concentración?
“Estoy algo cansado. Mejor dejémoslo hasta aquí”.
"Está bien…", dijo Thor lentamente, y a juzgar por la forma en que lo estaba mirando, al menos estaba un poco preocupado. Era una expresión extraña de ver en el siempre alegre rostro de su hermano. Él no debía de haber sonado bien. Tenía que ser más cuidadoso de ahora en adelante.
Thor no dijo nada más y él estaba agradecido. De verdad. En su mayor parte, al menos. Todavía no tenía preparada la mentira que le diría cuando Thor al fin reuniera la valentía para preguntarle qué era lo que le pasaba.
Una voz traidora en su cabeza le preguntó si acaso no debería decirle y acabar con esto de una vez por todas. Sacar esa verdad de su pecho que lo estaba asfixiando, cada día carcomiendo una parte más de su ser. Pero… no podía. No era tan patético como para confesar solo por necesitar algo de consuelo. Y además no conseguía si quiera imaginar la mirada que Thor le daría si es que alguna vez se enterara que…
“No, no.” No era momento de pensar en eso. No insistiría en lo que Balder le había hecho. Hacerlo invitaría a la locura que aquella bestia le había provocado, y Loki necesitaba todo su ingenio si alguna vez iba a navegar a través del enredo en el que se encontraba.
Loki se alejó del campo de entrenamiento mientras Thor se fue a hacer lo que sea que normalmente hacía.
Él estaba bien.
Loki no estaba bien.
Él lo sabía lógicamente. Las personas que estaban bien no se despertaban cada dos horas exactamente para asegurarse de que no hubiera nadie más cerca de ellas. Las personas que estaban bien no evitaban que las tocaran a menos que fuera en medio de una pelea. Las personas que estaban bien no tenían miedo de su propio hermano.
Loki sabía que no estaba siendo racional, pero cada vez que miraba a Thor, no podía evitar que su mente lo comparara con Balder. Eran tan parecidos que cualquiera podría confundirlos por hermanos, en vez de simples primos.
Su subconsciente al parecer no notaba la diferencia, porque no podía detener el atisbo de pánico en su pecho cada vez que Thor lo tomaba desprevenido y se le acercaba por atrás, o la sensación de que su corazón iba a salirse de su pecho cada vez que, a pesar de sus más ingeniosos planes para evitarlo, Thor lograba siempre encontrarlo en los lugares en donde estaba ocultándose.
Por reflejo, Loki se despertaba cada dos horas en punto para asegurarse de que nadie se acercara mientras dormía. No era saludable, pero le permitía dormir más de tres horas por noche sin ser consumido por las pesadillas.
Él odiaba que lo tocaran. Antes no era así. Para demostrar su afecto, a menudo Thor solía agarrarle el cuello o darle palmaditas en la espalda. Si bien antes Loki pensaba que era algo molesto, ahora era insoportable. Con cada toque, le hormigueaba la piel como si lo estuvieran quemando.
La última vez que Thor lo había intentado, Loki había reaccionado tan mal que había tratado de apuñalarlo. Después de eso, Thor no había tratado de acercase de nuevo.
Bien, eso estaba bien.
“¡No te necesito! ¡No necesito a nadie!” Él quería gritarle.
Era una ira adormecedora, una ira que pintaba bien sobre los sentimientos de desesperación y aislamiento que Balder le había dejado. La ira lo inundaba y lo acogía, consumiéndolo con avidez. Podía hacer algo con la ira. No necesitaba la desesperanza, la vergüenza, la depresión y la desesperación. No necesitaba nada, no necesitaba a nadie.
Una tormenta por detrás, un impacto. Loki aspiró el aire a su alrededor a toda velocidad. Él no podía respirar. La rabia estaba convirtiendo el aire en una pesada piedra. No podía oír. Había algo en sus ojos. El dolor estaba en sus ojos. Él quería cerrar sus párpados pero no le respondieron. Su rostro fue presionado contra una pared. Algo estaba en sus ojos, algo se enrolló alrededor de sus muñecas, algo vivo, algo terrible. Había palabras, pero no podía oírlas. Él se movió de forma errática, luchando. Había un olor fétido. Su cuerpo estaba en llamas por dentro. Su sangre corría de forma rápida, como si tratara de escapar. Solo podía escuchar el movimiento. No había aire. Toda la fuerza se estaba yendo. ¿Quién estaba gritando? Él no lo sabía. No podía respirar. Ahora escuchó las palabras: “Esperé tanto tiempo por esto. Esperé tanto el poder tenerte a mi lado“.
Ahora estaba llegando aire a sus pulmones. Él era una presa, buscando aire, buscando cualquier medio para vivir. Sintió algo duro presionándose contra su espalda. Él sabía lo que era.
Había un pensamiento: “Así que esto es la Muerte”.
En medio de la noche, un guardia tocó a su puerta. Había venido a anunciarle que Odín lo estaba buscando.
Cuando llegó a la sala del trono, se dio cuenta que Thor también se encontraba allí.
Odín se acercó a ellos. Los miró por un largo tiempo de manera severa, mientras caminaba de un lado a otro como si estuviera evaluando una fila de soldados especialmente rebeldes.
Su padre, se paró en frente de él e inclinó su rostro cerca del suyo, tan cerca que podía sentir su aliento. Él respiró hondo por la nariz y se obligó a mirarlo directamente a los ojos.
Loki se preguntó brevemente qué era lo que él estaba buscando, y mantuvo su expresión en blanco por si acaso.
“Como bien saben, Balder sigue desaparecido” Dijo Odín de forma brusca, alejándose para poder mirarlos a ambos.
El corazón de Loki latió fuerte en su pecho pero su rostro se mantuvo tranquilo.
“Freyja está muy nerviosa. Lo ha buscado por todas partes. ¿Saben lo que ha sido tener que decirle que su propio hijo ha desaparecido aquí en Asgard? ¿Bajo mi cuidado?”
Él no dijo nada, no se atrevió a decir nada. Thor también permaneció en silencio a su lado.
“No saben nada al respecto ¿verdad? ¿No hay nada que quieran decirme?”
“¡Padre!” Le dijo Thor indignado. “¡Por supuesto que no!, si supiéramos algo ya lo habríamos informado. Queremos encontrar a Balder tanto como cualquiera ¿No es verdad, Loki?”
Odín estaba mirándolo ahora.
“Por supuesto. Haremos todo lo posible para dar con su paradero“.
Su padre guardó silencio pero sus ojos se redujeron en sospecha.
“Thor, Balder pasaba gran tiempo contigo y con tus amigos. ¿No te dijo nada sospechoso antes de desaparecer?”
“No, padre. Él actuaba como siempre. Recuerdo que mis amigos y yo fuimos al pueblo por unos tragos de aguamiel. Balder se nos unió y pasamos un buen rato, pero se marchó temprano, algo de tener quehaceres pendientes. No lo vi más después de eso”.
“¿Y qué me dices tú, Loki?”
Él tragó antes de contestar. Temió que su voz lo traicionara pero esta salió tranquila y suave.
“¿Por qué alguien tan lleno de virtud se relacionaría si quiera conmigo? No podría haber dos personas más contrarias. Aquel que es el chico dorado de los dioses no se detendría si quiera a hablar con el tejedor de todas las mentiras”.
“Eso no es cierto Loki, Balder te aprecia, siempre habla bien de ti” Dijo Thor.
“Ja. Si, apuesto que lo hace”.
“Ha habido muchas desapariciones misteriosas últimamente. Primero Sigyn y ahora Balder” Dijo Odín.
Y a la mención repentina de Sigyn, su corazón se contrajo dolorosamente.
Las cejas de su padre se estrecharon en preocupación cuando lo miró “Loki, sé que él era tu amigo. No hay que perder la esperanza, estoy seguro que encontraremos más pistas para dar con su paradero”.
Él se obligó a sí mismo a controlar sus facciones y asintió levemente.
Odín los miró a ambos, escrutándolos con ojos penetrantes. Después de lo que pareció ser un largo tiempo, finalmente su postura se relajó.
“Bien, si ambos están dispuestos, quiero que me ayuden con la investigación”.
“Si padre, por supuesto” Dijo Thor de forma solemne “Cuenta con nosotros”.
Loki bajo la cabeza. Él esperó que, a ojos de su padre, pareciera como si estuviera haciendo una promesa.
“Vamos a ayudar a tía Freyja en lo que podamos para que pueda encontrar a su hijo”.
“Pueden retirarse” Dijo Odín y cuando Loki se marchó, sintió su mirada insistente y pesada presionándose contra su espalda.
“Espero que Balder esté bien.” Dijo Thor preocupado, mientras caminaban por el pasillo del castillo “Prometo que no vamos a descansar hasta que no busquemos en cada rincón de Asgard. Vamos a dar con él, eso es seguro”.
“Si, también lo espero. Estoy seguro que así será”.
“¿Acaso importa? Nunca vas a encontrarlo” Pensó Loki y una risa se atragantó en su garganta.
Él no durmió esa noche.
"Vamos", dijo Balder. "Haz eso de nuevo".
Loki no se movió.
"¿Acaso quieres que sea el turno de tu madre? ¿Quieres que Frigga termine como Sigyn? Sabes que podría hacerlo. Sabes que tengo el poder y nadie sospecharía de mí, del chico dorado de los dioses”.
"Voy a matarte. Algún día voy a destruirte” Su voz rebosaba de odio.
Balder pegó una carcajada.
" Oh, Loki, mi querido bromista. Sabes que nunca podrás deshacerte de mí“
Su madre también lo inquietaba, pero de una manera diferente de la que Thor lo hacía.
Ella parecía presentir que algo estaba mal. Se le había acercado varias veces para preguntarle si estaba bien. Estaba preocupada por su salud y extrañada de su repentino cambio de actitud
Loki era consciente de que parecía enfermo. Había huecos oscuros alrededor de sus ojos y debajo de sus pómulos. Había algo demacrado en sus ojos y demasiado apretado en las comisuras de la boca. No le extrañaba que ella hubiera comenzado a alarmarse.
(Eres una sombra. Ya no queda nada dentro de ti. Estás vacío y ahuecado salvo por un nudo frío y oscuro en el centro de tu pecho. Como si fuera un agujero negro que come todo lo que va quedando de tu ser)
Cuando Frigga hablaba con él, ella era amable y paciente. No lo presionaba. Le decía que podía contar con ella y, sin embargo… sin embargo…. él había comenzado a evitarla
Loki no podía hablar con ella. Cada vez que estaba en su presencia, él sentía que la estaba engañando. Él simplemente ya no era el hijo que ella conocía
Frigga no sabía que el tonto inocente que era su hijo menor, murió cuando aquel monstruo le robo su ingenuidad y felicidad.
El Príncipe Oscuro estaba muerto. Lo había estado durante mucho tiempo. Loki Odinson había dejado de existir.
Su madre no sabía lo que él había hecho, en la clase de persona en la que se había convertido. Él era un desquiciado. Una marioneta. Un juguete. Una carga. Una decepción. Y ella era perfecta, un ser lleno de luz. ¿Cómo era posible para él si quiera permanecer a su lado?
Ella le había enseñado a hablar el All Speak. Cómo caminar, cómo correr, cómo usar un arco y una flecha. Cómo llamar a la magia del universo, cómo hacerla bailar.
Y, aun así, una parte de él se preguntó si todo ese amor era realmente incondicional.
¿Ella realmente lo seguiría queriendo si es que supiera la verdad? En su expresión habría ¿rabia? ¿disgusto? ¿quizás repulsión? O peor incluso, ¿lástima?
Y quizás eso era lo que quería, quizás incluso lo que necesitaba... Cualquier cosa era mejor que aparentar que esto nunca había sucedido. Una reacción cualquiera sería mejor que la apatía que sentía día tras día.
Loki apartó ese pensamiento con algo parecido al salvajismo. No era alguien tan patético para hacer algo así. Seguramente.
Frigga siempre dijo que compartía una conexión especial con él, pero si eso fuera cierto ¿cómo fue que nunca se dio cuenta de lo que pasaba? ¿No sospechó acaso? ¿No sintió cómo su alma era desgarrada una y otra vez?
Sábanas pegajosas y nadie en la habitación y nadie lo escuchó gritar después de que comenzó. ¿Por qué nadie venía? ¿Por qué nadie lo detuvo? ¿por qué nadie lo ayudó? No se suponía que él debía pasar por esto y, oh Nornas, oh, Nornas, oh, Nornas. Detente. Escapa. Solo tómalo”.
Ella decía amarlo pero ¿Cómo podía permanecer ignorante de su sufrimiento? ¿Por qué no hizo nada para protegerlo?
"¿Cómo sabes siempre lo que me hace sentir bien?"
Loki tragó saliva. No dijo nada.
Loki soñaba con olores y voces. No había soñado de otra manera en mucho tiempo. Él tampoco soñaba muy a menudo, pero cuando lo hacía, siempre era acerca de esos momentos. El sonido y el olor probablemente nunca lo dejarían.
La mayor parte del tiempo Loki estaba… bien. O al menos aparentaba que lo estaba. La realidad era que no había estado bien en mucho tiempo y no creía que volvería a estarlo.
Los demás, incluso los guerreros tres, lo dejaban tranquilo la mayor parte del tiempo. Nunca hacían preguntas. Hacía que fuera más fácil fingir que se encontraba bien.
Sif era la única que no había querido dejar ir el asunto. Insistía en decirle que estaba cambiado, lo presionaba para que le dijera qué le pasaba, o directamente lo acusaba diciendo que estaba tramando algo. Loki Incluso había amenazado con cortar su cabello nuevamente, pero ni si quiera con eso, ella había desistido de su incesante sarta de preguntas. Al final, él había decidido solo ignorarla.
Él estaba consciente que se había vuelto alguien diferente, más retraído. Pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca del castillo y había rechazado cada una de las invitaciones a aventuras que su hermano le había propuesto. Había desistido por completo de hacer aquellas travesuras que en otro tiempo lo habían llenado de alegría. Ahora simplemente lo encontraba sin sentido ¿Por qué no habría de hacerlo? Su único amigo, su cómplice y compañero de bromas ya no estaba en este mundo.
Sigyn…. Había pasado tanto tiempo de su desaparición que la gente ya asumía que estaba muerto. Por supuesto, él siempre supo que ese era el caso. Después de todo, el mismo Balder había confesado su asesinato.
La gente pensaba que Balder estaba muerto también, y eso… Loki sabía con seguridad, debido a que fueron sus propias manos quienes extinguieron su vida.
“Huh, y pensar que al final, el muérdago había sido lo que lo había destruido…” Dijo en un susurro, en la soledad de su cuarto.
Al final, había ganado. Él había obtenido su venganza. ¿Qué más podría querer? (¿qué más podría querer, en efecto?)
Era la hora del desayuno pero Loki no se presentó a comer. En el patio había encontrado un ratón de campo. Se acercó sigilosamente y lo tomó entre sus manos. El animal comenzó a luchar en su mano derecha.
Él lo observó. Su cola y varias patas colgaban sueltas entre sus dedos, agitándose de vez en cuando. Desde los confines de su palma, pudo oír el frenético chillido del ratón.
“Cállate” murmuró Loki. No sabía por qué el sonido lo molestaba tanto pero era todo lo que podía escuchar. Era persistente e insoportable.
" Cómo chilla..." apretó su mano y los gritos del ratón se hicieron más agudos. "Cómo cruje." Sus ojos no estaban enfocados y su voz sonó hueca y muerta.
Loki se dio cuenta por qué era que odiaba ese sonido. Jadeó y su cuerpo comenzó a temblar "Suena como mi puerta, abriéndose muy lentamente por la noche" dijo en voz baja.
Él abrió su mano y el ratón escapó, perdiéndose entre el follaje.
Loki miró su palma vacía. Podía sentir la ira creciendo de nuevo. Cerró y abrió sus dedos. Él quería lastimar algo. A él mismo, si es que no había nada más disponible. Quería prenderle fuego a todo y luego lanzarse a sí mismo a adentro, porque nunca podría satisfacer este odio que se lo estaba comiendo vivo.
Odio, todo siempre se reducía a eso ¿no es verdad?
Thor ya no intentaba acercarse como antes y eso estaba bien para él. Ahora había un gran puente que los separaba. Loki no podría si quiera imaginarse a Thor pasando por lo mismo que él.
(por supuesto que no, él nunca sería tan débil. Nunca podría pasarle algo así al perfecto de Thor)
“¿Thor…?”
“¿hmm….?”
" Quería decirte algo…”
" ¿Decirme que?" Thor preguntó distraído. Él no lo estaba mirando.
" No importa…"
Thor resopló.
"Hermano, quién iba a pensar que llegaría el día en que te vería tan indeciso”.
Loki frunció el ceño.
" Dime esto, Thor, ¿Qué piensas de Balder?” Él espetó.
" ¿Balder?” Thor dijo con una risa “Él es increíble, por supuesto. No creerías la cantidad de hazañas heroicas que ha hecho. Él es muy modesto, por lo que me costó mucho convencerlo para que hablara de ellas, pero las historias ¡son asombrosas! Él es fuerte, noble y valiente. Un muy buen amigo también”.
Loki no pudo soportarlo más.
"¡Balder el valiente!" Escupió con repentina vehemencia. “¡Balder el Hermoso! ¡Al que cantan los pájaros y los árboles doblan sus ramas sombreadas! Lleva una vida encantadora, limpia y sin mancha ¿no es verdad? Incluso ahora, los imbéciles en el salón de hidromiel lo bañan en alabanzas. ¿Quién podía pensar que en realidad es un impostor? ¡Un monstruo!”
“¡Loki! No hables así de Balder. Sé que no te agrada, pero al menos podrías hacer un esfuerzo para llevarte bien con él. ¿Qué te ha hecho para ganar tal resentimiento? No me digas que estás celoso”.
Él quería reír, reír y reír. Pero sabía que si comenzaba, no podría parar hasta que el dolor abriera sus mandíbulas y se lo tragara entero como un lobo que se traga el sol.
“Mamá y papá esperan que seamos buenos anfitriones. Ellos estarían muy decepcionados si supieran lo que acabas de decir”.
Loki no lo miró.
“Si… muy decepcionados”.
Y eso es todo lo que pudo decir antes de que empezara a romperse por dentro.
Sif trató de tocarlo de improviso y Loki entró en pánico. La empujó con fuerza hacia un lado.
Ella aterrizó en el suelo con un golpe. Sus ojos estaban muy abiertos, llenos de emoción y confusión. Se levantó rápidamente, pero antes de que ella dijera algo, Loki ya se había dado la vuelta y salió disparado.
Él no podía manejar esto.
“¿No quieres ser amado? Tú sabes que yo te amo”.
Loki sabía que esto no era amor. No podía serlo ¿verdad?
"Está bien. Siempre estaré aquí para ti".
“Loki”
Sif lo encontró unas horas después. Estaba sentado a la orilla de un rio, lejos del palacio. De vez en cuando arrojaba pequeños guijarros dentro del agua.
Loki levantó la vista.
"Lady Sif", dijo a modo de saludo. "¿A qué debo el placer? Cualquiera pensaría que después de lo que pasó, no querrías volver a acercarte a mí".
“Sé que fue un accidente”.
Loki arqueó una ceja.
“¿Es eso así? ¿Acaso no crees que disfruto con tu dolor? ¿Con verte humillada? ¿Qué no me regocijo con tenerte a mis pies?” Él quería provocarla. Quería con todo su ser que ella se fuera.
“Loki, te conozco. Este no eres tú. No estás actuando como tú mismo” La irritación finalmente encontró su tono.
“¿Y cómo sabes tú que esta no es mi verdadera personalidad? No somos amigos. No sabes nada de mí”.
“Solíamos ser amigos".
"Me doy cuenta de que has hecho un uso correcto del tiempo pasado".
“¿Por qué estás actuando así?” La irritación de Sif se disolvió rápidamente en una hostilidad familiar. “No haces más que alejar a la gente. Tratas mal a los demás. Atacas con tus frases y bromas y solo buscas usar tus palabras para avergonzar. Siempre fuiste un bromista pero ahora noto en ti cierto grado de malicia. Es como si tuvieras una rabia profunda contra todo y todos ¿qué está pasando?”
Loki no dijo nada.
¿Era tan obvio?, ¿era una herida tan abierta que cualquiera podía mirarlo y ver los restos de él esparcidos como pétalos grotescos?
Sif respiró profundo y luego, después de un momento, se sentó en el suelo junto a él.
Él la miró con sorpresa pero se negó a señalar aquel cambio repentino en su actitud.
Loki decidió ignorarla, así que fijó sus ojos hacia el agua. Su expresión no revelaba absolutamente nada de lo que podría estar pasando dentro de su mente, debajo de la superficie. No parecía más que una escultura impenetrable hecha de hierro o tal vez de acero sólido; inamovible, intachable, intocable.
“Siento mucho lo de Sigyn.”, dijo ella, después de unos momentos de silencio.
Eso lo tomó desprevenido. Loki no podía siquiera imaginar que decir ante eso. E incluso si tuviera la respuesta, en ese momento un nudo bloqueó su garganta, haciendo imposible cualquier discurso.
Sigyn… Él era su amigo, era… algo más. Él no se merecía lo que le pasó.
Pérdida… dolor… ¿Alguna vez iba a dejar de sentirse así? La pérdida era pérdida y el dolor era una agonía que siempre iba a permanecer. El tiempo curaba todas las heridas, pero dejaba feas cicatrices que desgarraban la carne y el alma. Grandes cicatrices queloides retorcidas que forzaban al cuerpo a encogerse y adoptar una forma pervertida. Cubría los ojos con una capa de miseria para que nunca más se pudiera ver el mundo como era.
"Te agradezco tus condolencias", dijo Loki al fin. Él fue capaz de mantener su tono uniforme.
“Lamento que nunca hayamos podido encontrar al culpable”.
Él casi se estremeció. Sintió como si le hubieran apuñalado. Sintió un dolor agudo debajo de su pecho y por un momento le costó respirar. Aquellas palabras se sumaron a la pesadez que crecía continuamente en su corazón.
Ya no era necesario encontrar al culpable porque él lo era. Todo era culpa de Loki. La muerte de Sigyn sucedió porque él averiguó lo que Balder le estaba haciendo. Su amigo quiso ayudarlo, pero terminó pagando el precio de sus propios pecados.
"Loki," dijo ella, sacándolo de su ensimismamiento. Fue muy cuidadosa de no tocarlo. Thor dice que tienes problemas para hablar con él y sé que se preocupa por ti. A veces es más fácil hablar con alguien que no es tan cercano, así que solo quería decirte que puedes recurrir a mí. No tienes que decírmelo, pero te escucharé si alguna vez quieres… hablar".
Una risa sin aliento casi escapó de sus labios. Nadie le había dicho eso antes. Ni siquiera su madre.
Una parte de él quería realmente hablar. Era como si las palabras hubieran estado esperando una oportunidad para estallar.
¿Pero quién creería en su palabra? Quién alguna vez... Loki exhaló algunas respiraciones cortas.
“Es tu palabra contra la mía. Todos piensan que yo soy intachable, una oda a todo lo bueno que existe, mientras que tú… Eres solo el embaucador, el tejedor de todas las mentiras”.
No. no podía hacerlo. Loki sabía que Sif tenía buenas intenciones, pero era consiente también de que ella jamás podría entender.
Al principio, gritaba mucho cada vez, pero nadie nunca vino, él no le dijo. Cuanto más tranquilo estaba, más rápido terminaba, él no le dijo. Eventualmente, se volvió algo habitual, él no dijo. Él simplemente vendría a mi habitación cuando todos dormían, no dijo. Me di por vencido después de un tiempo, dejé de luchar, no dijo.
"Yo no…” Loki tragó saliva “Gracias Lady Sif, te agradezco tu oferta, pero no me gustaría cargarte con mis problemas", respondió en voz baja y profunda.
¡Ah! ¡Eres insufrible! Simplemente, no es una carga. Solo quiero que sepas que está bien. Yo… quiero ayudarte si alguna vez necesitas que alguien te escuche".
Quedará entre nosotros, ella no dijo.
Pero Loki lo escuchó alto y claro.
Estaba lejos de ser una sonrisa, pero él sintió que una esquina de sus labios se contrajo ligeramente hacia arriba.
Él no estaba listo, pero quizás lo estaría, algún día…
Se quedaron sentados junto al rio durante mucho tiempo.
Esa noche Loki durmió sin despertarse ni si quiera una vez. No soñó con nada.
Loki no estaba bien.
Pero él era fuerte, un sobreviviente. Él saldría adelante, siempre lo había hecho.