-La primera vez que te vi… Tan pequeño e indefenso. Las rosas ya te amaban…-
-Lo supe en el instante que te sostuve entre mis brazos, y aunque llorabas, tu pequeño rostro me hizo sentir una inmensa felicidad-
-Comprendí que eres ese regalo de los Dioses, un hijo que me dieron para no pasar mis últimos momentos de vida, sin ser condenado a la perpetua soledad-
-Cuando al fin puede ver tu sonrisa inocente, y como tus pequeñas manitas las extendías hacia mi, no puede evitar que mi lágrimas cayera por mis mejillas-
-Estaba realmente feliz-
-¿Cómo un pequeño bebé, logró hacer que esta soledad se acabará?-
-Albafica… El nombre que te di…-
-No pienso decírtelo, la verdad no creo que sea importante que lo sepas, pero... Si me costo mucho elegir alguno que representará todo lo que podía ver en ti-
-En ese momento como ahora, te sigo viendo como un pequeño capullo de rosas, que aun no ha florecido… Temo que lo hagas en el momento en que yo ya no esté contigo, pero… Eso no importa realmente ahora-
-Tu nombre tiene tantos significados, por buscar el que fuera correcto para ti, los llegue a aprender…-
-Un amor incondicional, una flor blanca que resistirá con fuerza a cualquier dificultad que se le presenté, que puede combinarse con una suave fragancia, que llena mi corazón de orgullo y felicidad al verte crecer, pero… Que peude ser mortal si no… Se tiene cuidado…-
De mis labios salen suspiros, al ver como creces…
-Intente ser el mejor padre para ti, aprendí todo desde cero, y debo admitir que ningún entrenamiento para caballero dorado fue lo suficientemente difícil como esta tarea-
-Criar a un bebé es muy complejo, debes entender que ya no solo vez por ti mismo, sino por alguien mas que te necesite y requiera toda tu atención, solo la tuya…-
-No me importaron las noches en que debía quedarme despierto para asegurarme que estuvieras bien-
-El hecho de tener que conseguir leche para que comieras…-
-Le agradezco al patriarca que me ayudo a comprender que necesitabas-
-Fuiste un preciosos regalo, que jamás podre agradecer…-
-Sin embargo aun con toda la felicidad que eh sentido desde el momento en que te tuve en mis brazos… Claro que eh empezaba a considerar el martirio al que te estaba condenando…-
-No solo fuiste dado a mí, como mi precioso y querido hijo, sino también… Para que seas mi discípulo y claramente sucesor…-
-¿Por qué? ¿Por que debería hacerte pasar por todo ese martirio?-
-Se que hubieras sido feliz sin tener que llevarte a ese extremo, nunca he querido eso para tí, pero… Se que esa es la voluntad que debemos cumplir-
-Es cruel, sumamente cruel que me dieran lo más valioso que tengo en esta vida ahora… Y que al final, tendré que dejar solo…-
-Aquellas veces, como ahora mismo…-
-Que me quedo en silencio, admirando como duermes… Aun eres mi pequeño niño, tu rostro tan pacifico, sujetas la almohada al dormir, aferrándote a ella con todas tus fuerzas, tu otra manita cerca de tu boca-
-¿Te sientes seguro dormir así?-
-Sabes, me hace pensar que ese momento en que tu entrenamiento inicie y se vuelva mas intenso, esté aun tan lejano, que incluso creo que jamás existirá ese día-
-Albafica, ¿Cuantas veces te he tenido que decir que debes dormir en tu propia cama, pero… En varias ocasiones has venido hasta aquí, y me pides permiso para dormir conmigo-
-Intento ser firme contigo, pero tus ojitos que parecieran cristalizarse, si te dijera que no, tus adorables pucheros, me hacen ceder-
-Dejar que compartamos el lecho una vez mas…-
-De hecho cuando recién te encontré, así es como me mantenía seguro de que estuvieras bien…-
-Fue mi miedo de pensar que en algún momento que despertará, ya no te encontrara, que todo fue producto de mi solitaria mente para llenar el vació de mi existencia-
-Pero no, no ha llegado a hacer así cuando despierto, y te encuentro acurrucado a mi pecho, a veces llevando el pulgar a tu boca para chuparlo, incluso con mi cabello hacia eso-
-Debía tener cuidado, los bebés exploran el mundo con su boca, así que debía mantener muchas cosas lejos de tu alcance para que no te lastimaras o algo malo te pasara-
-Cinco años han transcurrido desde entonces… Es tu edad, y solo agradezco que seas un niño tan sano y alegre, no eres de causar problemas, tu curiosidad por aprender todo de las rosas, sobre Piscis, incluso me preguntas tantas cosas de mi…-
-Perdóname, si no puedo responderte con la verdad en todo, pero… Si lo hiciera, se que terminaría causándote mucho daño y miedo, se que mentirte o engañarte no es la mejor opción, pero…-
-Se que a veces los padres no pueden decirle la verdad a sus hijos siempre, no cuando es algo que les afectará mucho-
-¿Padre?-
-Es lo que soy para ti, pero… Que debía alejar esa palabra de tu vocabulario, ya que… Si seguía siendo así, seria mas difícil para mí el entrenarte, pues no resistiría en los momentos que debía ser duro contigo y pasiblemente te lastimaría-
-Extraño la primera vez que me lo dijiste…-
-Empezabas ha hablar, nos sentábamos en el jardín de rosas, a ninguno de los dos nos afecta el veneno…-
-Te encanta estar rodado por ellas, siempre me siento tan feliz al ver como tocas sus pétalos, las acaricias por su suavidad y jamás te han hecho daño…-
-Ellas siempre te van a proteger, como yo lo hare, sin importar donde me encuentre-
-A ninguno nos importaba estar en contacto con la tierra, te enseñaba a hablar con tota la paciencia del mundo, mostrarte varias cosas, y palabra cortas, intentando yo mismo decirlas fuerte y claro, con la boca abierta para que me imitaras-
-Varias veces algunos de mis compañeros nos miraban al hacer eso y creo que no esperaban mi dedicación a ese tan difícil y gratificante trabajo-
-Para todos, siempre fuiste un bebé muy afortunado y de igual forma me decían a su manera que igual yo tengo suerte…-
-Es cierto… Ambos tuvimos la fortuna de encontrarnos, y poder pasar este tiempo juntos-
-Coincidir en este mundo con alguien tan especial, es la fortuna que muy pocos pueden decir que han gozado en esta vida-
-Lo he sabido cada día que transcurre, que yo solo necesitaba tenerte a mi lado para ser feliz…-
-La primera vez que me llamaste papá, solo sentí como mi corazón latió con tal fuerza que creí que se saldría de mi pecho, mis lagrimas cayeron, y sonreí, para después tomarte entre mis brazos, abrazarte, acariciar tus celestes cabellos, y tú, sin entender nada, me correspondiste con tus pequeños bracitos y con tu risita-
-Repetiste varias veces esa maravillosa palabra, que jamás desearía que dejaras de decir, pero… Yo mismo debía evitar que lo digieras-
-Lo fuiste entendiendo sin mucha dificultad…-
-Cambias el “Papá” por “Maestro”, es a lo que debíamos resignarnos al fin de cuentas-
-Pero… Yo te seguiré viendo como mi hijo, mi preciado y amado hijo, que deseo cuidar, y enseñarle tantas cosas, hasta que… Llegue ese día…-
-Se que entenderás mis razones Albafica, se que entenderás por que las cosas deben ser así-
-Por eso, trato que los años en que podamos permanecer como padre e hijo, duren tanto, para que jamás existan arrepentimientos por parte de ninguno-
-Aunque se que te hare sufrir cuando eso suceda, y de ese dolor, yo no podre protegerte-
-Sin embargo, por esta noche… Dejare que duermas conmigo, te acurruques y descanses…-
-Aunque sea tare y solo hablé conmigo mismo, en mis pensamientos mantengo mis recuerdos y palabras a salvo, para no interrumpir tus sueños-
-Jamás, había experimentado ningún tipo de amor… Mi lealtad por la Diosa Atena, el respeto por el patriarca y compañeros tal vez un poco de amistad que no se ha podido dar muy bien, por el autoaislamiento que los de nuestra constelación deben seguir, me lo ha impedido, pero…-
-Es el precio a pagar para proteger a los que apreciamos... Y pensando en eso, no se vuelve una carga-
-Este es el amor que un padre le tiene a su hijo, es uno muy fuerte que sin importar llevar o no la misma sangre, que seamos parecidos o no, solo me hace desear cuidarte, enseñarte, protegerte, escuchar tus risas, convivir, hacer todo lo que alguna vez quise hacer con quien fue mi progenitor, pero no tuve o mejor dicho, tuvimos oportunidad…-
-Y aun así, gracias a este valioso regalo, puedo darte felicidad y recuerdos, que se que lograras mantener en tu mente, como corazón, y así jamás… Espero que sientas la soledad como yo la he vivido… Es lo que menos deseo para ti, pero… Aprenderás que nosotros llevamos una carga solitaria-
-Que ahora ambos la llevamos y así no estamos condenados a pasarla en un silencioso martirio…-
-Poco a poco, el sueño me envuelve, al verte dormir, siento que te acercas a mi, afuera de nuestro hogar hace frio, y aunque estés cubierto por unas frazadas tibias, buscas que te dé de mi calor, eso no es problema-
-Te mantendré seguro, y protegido sin importa el costo…-
-Abrazarte contra mi pecho y acariciar tus cabellos celestes, para que las pesadillas nunca perturben tu tranquilidad, ese es mi deber contigo-
-Soy feliz por ser tu padre, estoy orgulloso de ser tu maestro, pero… No quisiera que siguieras el mismo camino que yo…-
-Creo que no podré mantenerme despierto mas tiempo, el entrenamiento de este día fue tan agotador, que mis ojos se van cerrando de a poco, y algunos bostezos suaves dejo escapar…-
-Papá…- Tu cabeza acomodada contra mi pecho, acurrucado tan cerca de mí.
-Has dicho la palabra con la que desearía que te refirieras siempre a mí…-
-Me haces sonreír Albafica, y provocas que mis lagrima salgan-
-Tal vez sea el momento de seguir tus pasos y dormir también…-
-Lo hare, te abrazare para que ambos descansemos y así, no permitir que mis miedos, y preciados recuerdos me hagan pasar la noche en vela, pues mañana deberé hacer algunas cosas importantes, debo seguir entrenando duramente, para cuando sea el momento de que llegues a mi nivel, estés muy bien preparado-
-Si deseo que seas fuerte, yo debo ser aun mas fuerte, para que logres superarme y saber que estas listo-
Con mis preciados recuerdos de estos últimos cinco años que hemos estado compartiendo, es como me envuelto en el sueño, para al fin recuperar mis energías, mientras te abrazo y te comparto de mi calor, para que no pases nada de frio, se que estas a mi lado, tengo la seguridad que nada malo te ocurrirá y que no eres una ilusión que se me será arrebatada en cualquier momento.
En la mañana, te veré despierto, inquietó y deseando ya preparar algo de desayunar, para seguir con nuestras pequeñas clases de conocimiento, en donde los entrenamientos físicos ya se van haciendo presentes de a poco.
-Si, soy un egoísta, por desear que tú no corras y hagas lo mismo que yo, aunque lo desees, pero… Se muy bien, que cualquier padre no quisiera que sus hijos sean iguales que ellos, si no… Mejores…-
-Descansa, mi pequeño Albafica- Te doy un pequeño beso en tu frente, para al fin entregarme a los sueños, pero no lo haría, sin antes despedirme de ti.
Cuando los primeros rayos de sol tocan mi rostro, aquellos que se cuelan por la ventana y me hacen entender que el día a llegado, en una nueva mañana donde nos encontramos…
Aun no quisiera levantarme, pero… Se que debo hacerlo.
Es curioso, no te siento a mi lado Albafica, eso me provoca que te busque, mis brazos se sienten vacíos, pero entiendo que así suceda a veces…
En otras ocasiones no esperas a que me levante, y decides comenzar el día antes, solo te pido que no salgas de Piscis y por nada del mundo intentes cocinar algo sin mi presencia, no soportaría que te lastimaras…
Pero, es curioso… Siento tu cosmos aun en mi habitación, abro mis ojos de inmediato, incorporándome para cerciorarme que estés bien y que causa tus comportamientos.
Y apenas si hago aquello, escucho una pequeña risita, proviniendo debajo de la orilla de la cama, justamente al flanco derecho, oculto, agachado, para que yo no te vea.
Me parece curioso lo que estas haciendo, pero despertarme con tus pequeña ocurrencias, es la mejor forma de iniciar el día.
-Albafica, ¿Qué estas haciendo?- Mi tono es suave y gentil pues siempre será así para ti, mis labios dibujan una sonrisa, te daré espacio para que continúes con tu juego.
Escucho esa risita algo nerviosa que tienes, se que no es nada malo, lo notaria de inmediato en ti, pero si estas algo intranquilo.
Sin embargo se que no tengo que esperar mucho para saber de que se trata…
-¡¡¡MAESTRO LUGONIS!!!- Das un salto saliendo de tu escondite, regalandome una enorme sonrisa, tus ojitos cerrados, y estirando una hoja de papel hacia mi -¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!-
Me sorprendiste con esto, si que no me lo esperaba por nada del mundo.
Creo que incluso lo había olvidado por completo.
-¿Cumpleaños?- Sé que mi pregunta debe sonar bastante tonta, pero… No lo esperaba para nada.
-¡¡¡SI!!! ¡¡¡SU CUMPLEAÑOS!!! ¡¡¡ES HOY!!!- Hablas con tanta energía tan temprano, tus mejillas se sonrojar y abres tus precisos ojitos celestes, estas algo avergonzado, pero decidido –Espero que le guste-
Nunca dejare de estar asombrado por las ocurrencias de Albafica, de mi hijo… Pero lo que hoy veo me deja sin palabras…
Incluso me sorprende lo que me regala, al tomarlo con mis manos, temo ser demasiado brusco, para un tan precioso obsequio.
-Alba… Fica…- Sonrió, mis manos toman ese papel con tanto cuidado, y mi felicidad no cabe en mi pecho, pues el mejor regalo que he recibido es tan lindo.
-Yo lo hice…- Bajas su mirada, avergonzado, tu sonrisita de pena la veo, y juegas con tus piecitos –Las rosas me dieron sus pétalos que se han caído, les pedí permiso para tomarlos… Aunque cuando les dije… Que serian un regalo para usted maestro Lugonis, dejaron caer muchas más-
Estas tan ansioso por saber si me ha gustado, pero no quieres volver a preguntar, pues estas muy apenado, mi querido hijo…
-Es… Sumamente precioso…- Creo que es mala idea que deje caer unas lágrimas de emoción, pero mi corazón anteriormente solitario, es inmensamente feliz con lo que me ha dado mi querido Albafica, pues… Es un precioso detalle.
-¡¡¡¿DE VERDAD LE GUSTA?!!!- Alzas tus lindos ojitos celestes, sonriendo muy emocionado.
-Si… Me ha gustado tanto…- Aun estando recostado, con el torso incorporado y cubierto por las frazadas con las que dormimos, jamás dejaré de sentir la felicidad por algo hecho con toda tu ilusión, y siendo solo para mi.
Te dedico una sonrisa y sin pensarlo acarició tu cabeza, dejando que mis lagrimas se escapen, pero entiendes que eso signfica que me ha gustado mucho ¿Cierto?
-Muchas gracias, por acodarte de mi, Albafica- Mi sonrisa, mi felicidad, mi alegría son por que tu estas a mi lado mi amado hijo.
Y sin que me de cuenta, sin siquiera prevenirlo, aun siendo un caballero dorado, subes a la cama, para darme un abrazo con fuerza, eres tan energético y ocurrente, pero es normal eres un niño muy sano.
-De nada maestro, estoy feliz de que le guste… Usted siempre me da muy bonitos regalos en mi cumpleaños- Y por instinto, tus manitas se acercan a mis mejillas para limpiarlas de aquellas gotas saladas -No llore maestro Lugonish, hoy es su cumpleaños y debe ser muy feliz- Me lo dices con tanta ilusión que no puedo evitar sentirme muy feliz, pero debo calmarme para que no te preocupes.
Tu ternura e inocencia, me hace sentir que este tiempo juntos es lo mejor que me ha podido pasar en toda mi vida, acariciar tu cabeza, sonreírte, mientras correspondo ahora si el abrazo con un brazo, mientras con el derecho sostengo el precioso regalo que me has dado.
-Lo hago por que se que te gustaran y me agrada tanto que sonrisas- Comprendo que mis palabras pueden sonar algo serias o secas, pero… Intento no ser tan paternal, para que la línea Maestro/Alumno no se rompa, pero este abrazo que me das y te correspondo, signfica mucho mas que solo eso.
Debí haber hecho algo muy bueno en este mundo, para tener un hijo tan maravilloso y cariñoso como lo es mi Albafica…
Puede que para muchos, algo así no sea la gran cosa, pero para mí… El simple hecho que fuera hecho con sus propias manitas, es lo único importante.
Un lindo dibujo de ambos… Tomados de las manos, sonrientes… Con pétalos de rosas alrededor formando un corazón.
Mis cabellos rojizos caen sobre los celestes de mi hijo.
Se que no tenemos mucho en común en apariencia, que nuestra sangre no es ni siquiera similar, solo por el veneno que corre por nuestras venas, aunque el mío es aun mas mortífero que el de Albafica…
Es algo difícil creer, que la mortalidad de las rosas nos hizo encontrarnos y permanecer juntos, que la soledad de nuestros mundos se acabara momentáneamente con la presencia del otro…
Aunque no sea eterno este regalo que tenemos, la felicidad de tenernos mutuamente se acabará en el momento en que yo sea quién te deje solo…
Trato de no pensar en ello, cuando tenemos un instante así, en donde… Un abrazo dice mas que mil palabras…
Tal vez sea demasiado feliz, tal vez estoy gozando mas de lo que debería, pero…
¿Alguien puede culpar a un corazón que siempre pensó que la soledad lo condenaría, y que cuando menos lo esperó, una inocente sonrisa le hace darse cuenta que no es así?
-Gracias por haber nacido, maestro Lugonis- No me esperaba esas palabras.
Me sorprende que un niño entienda a su modo ese concepto, lo que ha dicho… Con esa adorable carita, sin dejar de abrazarnos.
-Gracias a ti, por haber llegado conmigo- Mis palabras también agradecen el día que lo conocí, lo mejor de toda mi vida ha sido encontrarlo, jamás me arrepentiré de haber escogido criarlo y cuidarlo.
Albafica, mientras yo viva y pueda estar a tu lado, te prometo que no sufrirás de por la soledad, incluso si ya no estoy contigo, te acompañaré por medio de las rosas, de Piscis, de todo los recuerdos que permanecerán en este templo, que ahora mismo es nuestro, no solo mío.
Mí amado hijo… Gracias por hacer que mi vida se llene de alegría, olvidando la soledad, y que sin importar que sea mi cumpleaños o no, me das los mejores regalo del mundo, tu sonrisa, tu risa, tu existencia… Es lo más preciado para mi y lo que protegeré siempre.