-Es… Positivo…- Una dulce voz, que deja escapar una sonrisa en esos labios rosas, como también unas lágrimas de inmensa felicidad -De verdad… Lo es...-
No podía creerlo… Simplemente, era un milagro, el momento que tanto anhelo y que al fin se vuelve realidad…
La mano izquierda cubre de inmediato su boca, aspirando por la nariz, mientras las lágrimas caen una a una por las mejillas sonrojadas…
La derecha lleva aquella prueba casera, donde dos rayitas se han plasmado, confirmando que una dulce espera está ocurriendo en su ser.
Había esperado por este momento tanto tiempo…
Tres años desde que se casó con el Alfa de sus sueños. Al principio, la concepción fue un tema muy difícil de tratar.
Por más que lo intentaron, no podía el Omega quedar encinta…
La causa, fueron los años en donde tomó inhibidores sin una prescripción médica adecuada, y alteró su capacidad de quedar embarazo. Por ende el feto no podía quedar aferrado a las paredes de la matriz, provocando que su vientre no lograra concebir vida.
Fueron tiempos difíciles al saber que era el culpable de aquella anomalía en su cuerpo, pero su Alfa, siempre lo apoyo, lo acompañó a cada chequeo médico y tratamiento… Ambos querían un hijo producto de ese enorme amor que de profesaban, y no se daban por vencidos…
Y ahora, con esta noticia, esperaba que ese rubio que ama se alegre tanto como él… También, que está preciosa noticia ayudara a que aquellos conflictos que se estaban suscitando últimamente, ya fueran opacados.
En sí, el Omega no veía dificultad alguna a lo que sucedía, no era culpa de ninguno, sólo un malentendido que no escalaria a más.
Ni siquiera ha pensado en eso ahora, sólo imagina la cara de su amado, cuando le diera la prueba y le dijera que al fin su amor se volvió sangre y carne… Y que serían padres.
No cabía de la felicidad, sólo deseaba que ya fuera la hora en que el Alfa volvía a casa, para recibirlo con la mejor noticia de todas.
Como anhelaba que eso ya ocurriera… Solo unas horas más y lo vería.
Pero, a veces las cosas no salen como uno lo planea…
Aunque todo pareciera que lleva un buen camino, las sorpresas llegan, cuando menos lo esperas.
Al fin la hora esperada llego, usa una ropa cómoda, guardo en un bolsillo la prueba de su estado.
Sin duda esto solo era la confirmación de sus síntomas, desea tanto que su amado lo viera, para así, ambos pudieran ir al doctor y que con esa prueba de sangre todo fuera más fehaciente.
Entusiasmado, escucha como aquella puerta se abre… De ese departamento que comparte con el amor de su vida…
Sus pies no pueden evitar querer llegar al Alfa, para abrazarlo, besarlo y confesarle esta enorme noticia.
-Shaka, mi amor…- Ver al rubio es la parte que más le hace sonreír y ahora con mayor razón…
Sus brazos desean rodear ese cuello, para abrazarlo, regalarle miles de besos, y que así sepa su verdad...
Pero apenas si se acercó, estando a nada de tocarlo, esté solo le dedica una mirada tan fría y severa de desprecio, el ceño fruncido, los zafiros brillando enojados, para de inmediato alejarse, y apartar al Omega de su lado.
Claro que esto desconcierta al pelilila de inmediato, se queda estático, con sus brazos abiertos, sin entender nada…
-¿Shaka?- Le habla confundido, mirándolo atento, sin saber por qué actúa así de la nada.
-¿Cómo fue que te atreviste?- El tono es ronco, molesto, sin alzar la voz, pero da cierto miedo al contrario.
-¿Qué? ¿De… De qué… Hablas?- Su ser se llena de confusión y un tanto de preocupación por la voz que están usando contra él… No es la Alfa para amedrentarlo, pero es muy parecida.
-¿De qué hablo?- Pregunta, mientras su respiración se agita por el enorme enfado, con los ojos inyectados en una enorme cólera, muestra los colmillo de su jerarquía, dejando de lado el maletín del trabajo, dando pasos hacia el frente para ir acorralando al otro -¡¡¡¿DE QUÉ ESTOY HABLANDO?!!!-
Furioso es poco para explicar lo que este rubio demuestra de buenas a primeras…
Ante la mirada asustada del pelilila que no comprende nada de lo que le ocurre a su esposo, da unos pasos hacia atrás, temeroso por este comportamiento nada usual de su Alfa.
-¡¡¡NO TE HAGA EL INOCENTE CONMIGO!!! ¡¡¡NO PUEDO CREER QUE FUERAS CAPAZ DE TRAICIONARME DE ESA MANERA!!!- Encara a quien ama, pero con los celos y desprecio tan grandes en su corazón, poco le importa estar gritándole de esa manera.
-¿Qué?- La mirada verde, proyecta tanto miedo ahora, sintiendo como su cuerpo tiembla, era la primera vez que Shaka usaba su voz alfa, esa que sirve de forma primitiva para controlar al Omega que ha marcado, niega con la cabeza, sin entender absolutamente nada -Pero, ¿Co… Co… Mo… Que te… Traicione?- Su respiración agitada, mientras los ojos parecen aguadarse por el impacto de esos gritos a su persona, simplemente no entiende para nada estas palabras que le dedica el rubio embravecido.
Sus puños tan apretados que pareciera encararse las uñas en la palmas de las manos, la mandíbula tensa, los dientes casi queriendo rechinar por la fuerza que utiliza gracias a la gran furia de su ser, mira directamente ese rostro que le demuestra un cierto terror en confusión.
No deseaba hacer esto, pero su instinto y celos, se han incrementado tanto.
Sin pensarlo más, saca de su saco un sobre donde varios pedazo de papel fotográfico se encuentran, solo muestra el ceño fruncido con la mayor desilusión de su vida -No me mientas, Mu- Muestra las fotos arrugándolas de donde las sujetas con tal fuerza que podría destruirlas con solo eso -¡¡¡ESTÉ ERES TÚ!!!-
Le pone enfrente esa foto donde en efecto el Omega se encuentra…
Las esmeraldas se sorprenden de esto, sus pupilas se contraen fijándose en esa horrible imagen impresa, sus manos tiemblan por los recuerdos que se disparan en su mente, como algunas lágrimas que de sus ojos resbalan.
La respiración se vuelve pesada, inhalando por la nariz y la boca, para intentar tomar el aire suficiente, los labios tiemblan, y su cabeza niega la situación.
-No… Eso… No…- Quiere hablar, pero… Rápidamente es interrumpido.
-¡¡¡NO ME MIENTAS!!! ¡¡¡ESTE ERES TÚ, RODEADO DE OTROS ALFAS, CASI DESNUDO…!!!- Claro que reconocía el cuerpo de su esposo, lo había apreciado tantas veces en todo su esplendor, que simplemente nadie podía negar que se trataba de Mu…
La desilusión en sus ojos, como el dolor tan profundo en su corazón, se nota que sus ojos están rojos de haber llorado antes, y con la incapacidad de controlar su impulso de usar la voz Alfa…
Sin más esas fotos las arroja al suelo, queriendo de esa manera destruir las malditas imágenes que le recuerdan que su amado lo ha traicionado.
-Esas fotos… Son de cuando… Yo trabaje en ese…- La voz se le quiebra, sus lágrimas caen con desesperación, mientras los pasos que da hacia enfrente para tomar la mano del Alfa que ama, para explicarle de qué tiempo son -En ese lugar… Yo… Te conté…- El hilo de voz, apenas es audible… Pero no alcanzan para que ese Alfa entienda.
Simplemente se aleja del intento de acercamiento del Omega, para pasar a un lado, enfrente de la ventana que tienen en su hogar, dándole la espalda, y así ignorarlo -¡¡¡ME CONTASTE QUE SOLO TRABAJABAS DE MESERO, QUE BAILABAS, Y TE RENTABAS DE ACOMPAÑANTE… SE SUPONE QUE NO ERA NADA SEXUAL, PERO…!!!- La furia en su voz no se agota, como el gran deseo de ir a buscar a todo esos tipos de la fotos y golpearlos hasta matarlos, porque al Omega que ama, no podría ponerle un dedo encima, el único daño que le puede hacer es el de gritarle cosas de esa índole -¡¡¡TE CREÍ!!! ¡¡¡EN ESE LUGAR TE CONOCÍ!!! ¡¡¡SE SUPONE QUE DEBISTE SER SINCERO CONMIGO AQUELLA VEZ!!!- Se gira para ver al pelilila de nueva cuenta, dedicándole un desprecio enorme, al solo recordar esas horribles fotos.
-¡¡¡TE FUI SINCERO!!!- La desesperación, la angustia y el miedo de que su Alfa no le crea, de que le haga más caso a unas terribles imágenes, que no son más su presente… Sino parte de un pasado, en donde debía sobrevivir como pudiera -¡¡¡ANTES DE TI… YO NO ESTUVE CON NADIE MAS!!! ¡¡¡TE LO JURO!!! ¡¡¡YO ERA VIRGEN ANTES DE ENTREGARME A TI…!!!- Su grito es más suave, pero no por eso deja de ser desesperado, intentando por miles de formas que el otro lo escuche, lo entienda y deje que lo toque…
Una parte de él desearía creerle al Omega, que fuera todas esas imágenes son una mentira, pero… No lo podía hacer… Solo tiene en su mente los descontrolados celos de que ese pelilila lo traicionara así.
Que de alguna forma… Este jugando con él y no se lo piensa permitir.
No era la primera vez en que sentía esos celos, ya habían existido otros motivos de pelea tontas, pero jamás habían escalado a tanto.
-¡¡¡QUE ME DICES DE LAS INCONTABLES FLORES QUE TE HAN MANDADO?!!! ¡¡¡ESOS DULCES, LAS CARTAS, LOS REGALOS!!! ¡¡¡¿QUÉ ME DICES DE ESO?!!!- Vuelve a gritar, su ceño fruncido, con los dientes apretados al igual que los puños -¡¡¡NO SOY NINGÚN TONTO, MU!!! ¡¡¡TIENES UN AMANTE!!! ¡¡¡ESTA MAS QUE CLARO!!!- Lo que había estado pensando, siempre creyó que esa idea era lo más imposible y absurdo del mundo.
Mu, su Mu no sería capaz de eso. Pero… Tantas flores, tantos detalles que llegaban a las manos del pelilila, aunque el Omega jamás las oculto, siempre le agradecía al Alfa, pensando que eran de su parte, pero no… No era así…
Él siempre le daba los obsequios en las manos, no había necesidad de mandarlas por entrega anónima…
Lo hizo sospechar, pensar mal, pero… Se regañaba siempre que no podía pensar así de Mu.
Sin embargo eso provocó varias situaciones que empezaron a aflorar las inseguridades del rubio.
El Omega pensaba que todo estaba bien… Pero no era así.
Las crueles palabras, la falta de confianza, claro que dañan al pelilila de golpe, su corazón se desquebraja por los insultos que le dedica…
-¿Có… Cómo… Puedes… Desconfiar de mi…?- Las lágrimas resbalan por las rojas mejillas por la tristeza, su ceño fruncido por el gran dolor en su pecho… Intentando recuperar el aire por los impacto de cada palabra desagradable -Yo… No sé de quienes son esas cosas… Yo… Las tiro siempre que llegan y sé que no son tuyas…- Intenta explicarse… Sus delicadas manos, solo quieren estirarse para que su Alfa lo vea, le crea, y no le ofenda más -Las fotos… Shaka, eso… Es un pasado que no…-
-¿Entonces… Es verdad? ¡¡¡¿TE LAS TOMARON CON ESOS IMBÉCILES?!!!- La furia solo crece, el odio igual, sus zafiros producen en un terrible miedo para el Omega.
El rubio también sufre por creer en un engaño, sin embrago, esta tan lejos de la verdad.
-Escúchame… No es… Lo que tú crees…- Cada intento en explicarse es alejado por el otro.
Apartándose bruscamente, para que no lo toque, como si las manos del Omega estuvieran manchadas de inmundicia.
Hace su mayor esfuerzo para no colapsar de dolor y miedo por su pasado.
Le duele, no había mentido en nada, solo… Oculto algo que le produce un terrible dolor y recuerdo.
-No quiero escucharte más- Entre dientes saca estas palabras, de frente al otro, manteniendo cierta distancia.
Shaka, sabe muy bien que si el otro lo abrazara, besara o aferrará a su ser, no podría apartarse de él, y ante su pensar sería capaz de perdonar cualquier falta… Simplemente no quería que eso ocurriera, incluso deseando inconscientemente que sus malditas acusaciones fueran mentira… En su corazón todo eso tiene un gran sentido.
-¿Eh?- El balde de agua fría que le cayó ante esas palabras, lo hace estremecer de preocupación -No, por favor… Shaka… Solo…-
-No quiero verte más- No grita, solo habla, su cara tiene enojo puro, decepción y un deseo enorme de olvidar todo esto.
Por primera vez quería hundirse en algo, un líquido que casi nunca probaba, ahora mismo solo deseaba a olvidar todo su dolor.
Las pupilas verdes se contraen, el labio inferior tiembla, ese cuerpo más delgado y frágil, sintiendo que está viviendo su peor pesadilla, su corazón se destruye en miles de fragmentos, como su mente atormentada recuerda ese pasado doloroso que padeció.
-Shaka… No hablas… En… Enserio… ¿Cierto?- Pide a lo que más cree, que este malentendido no escale a algo peor, intentando dar una oportunidad a que lo escuchen, a que solo fue el enfado del momento -Tú… Confías en mí… Por favor… Solo…-
La palabra confianza en uno se ha destruido por completo y eso ya no existe.
-Ya no confío más en ti, Mu- Las palabras más agrias y crueles que le pudiera dedicar al Omega tan enamorado que lleva en su ser una hermosa noticia, que ahora se ha opacado tanto.
Sin la confianza una relación está destinada al fracaso, sin la capacidad de dialogar no existe vuelta atrás, el despecho, la decepción hacia alguien que no tiene la oportunidad de hablar…
Todo esto puede descomponer un felices para siempre.
Se encuentra presente en este momento, donde ese mundo de dulce amor se destruye terriblemente.
Jamás creyó que eso pasada.
Le dijo todo lo que había ocurrido en su vida… El cómo terminó trabajando en ese bar, el por qué hacía esos “Trabajos Especiales” en donde sí, acompañaba a hombres y mujeres Alfas… Pero jamás escaló a nada sexual, ni siquiera besos…
Solo no dijo lo de aquellas fotos… Eran un tema muy delicado que aún le causa tanto conflicto…. Aunque ya hubieran pasado ocho años, no es algo fácil de recordar…
Pero, el Omega… Tampoco se quedaría en un lugar donde no confían en él, ni le dan el beneficio de la duda, o le permitan defenderse.
Recuerda lo que deseaba decirle a su Alfa, pero como se encuentra ahora, es mejor no hacerlo…
Ya no le quería contar nada… Total, puede que ni siquiera le quiera creer o desprecie al pequeño bebé de ambos.
Su rostro inundando en perlas de sal, su mandíbula también tensa, pero no pude mostrar amenaza como el otro… Su cuerpo sigue temblando de miedo, pero se intenta controlar…
Mientras lleva su mano derecha hacia la izquierda, justamente al dedo anular, para sacar de este, el anillo de oro, con pequeñas incrustaciones de zafiros preciosos y originales.
Sosteniéndolo con el pulgar e índice derecho, lo deja caer a los pies de él otro.
-Bien, sino confías en mí, ni quieres verme… Te lo concedo…- Su voz de derrota se proyecta, intenta mantener ahora una postura de dignidad, pues… No tiene el por qué agachar la cabeza.
Es un Omega que aunque su Alfa se quiera alejar de él, no le suplicara amor…
Los ojos azules miran esta acción, con cierta sorpresa, pero la vez se mantiene estoico, insinuando que no le importa, cuando por dentro no es así.
-Te prometo Shaka… Que no volverás a verme nunca más en tu vida, pero…- Lo señala con el dedo índice, mientras intenta retener sus lágrimas, un rostro inundando en dolor genuino y un corazón que se ha deshecho en sólo unos minutos -No digas que te traicione, porque no lo hice… Mas no me quedaré a que me insultes o me digas estupideces, por cosas de mi pasado…- Responde agitado, intentando solo no rendirse a querer de nuevo abrazar al otro, e intentar hablar.
Ahora es Mu quien no le da oportunidad al otro de responder, pues…
Sin más, el pelilila se da media vuelta y se va corriendo fuera del departamento…
Azotando la puerta, en un mar de lágrimas que lo sofocan.
En cuando lo vio darle la espalda, y el ver como las lágrimas siguen cayendo, dedicándole una mirada de completa desilusión…
Shaka estira su mano, como si pudiera así alcanzarlo…
Sin me embargo la baja enseguida… Su mirada desolada se fija en el anillo que por tres años Mu llevó con orgullo en su mano, jamás se lo quitaba, siempre feliz de portarlo ya que simbolizada la unión de ambos…
Se inclinó para tomarlo, admirándolo… Y comparándolo con el suyo, que este lleva esmeraldas en vez de zafiros, como un símbolo de que siempre recordarán al otro por la mirada, que fue lo que los enamoro en primer lugar.
Le duele el hecho de creer que su Omega lo traicionó… Que todo esté tiempo fuera una mentira, una en donde el amor jamás existió… Que le ocultara algo como esa foto… Todos esos regalos que recibió Mu, no procesaba, ni pensaba bien… Solo dejaba ver su frustración y enojo, por pensar que alguien más ya tuviera la atención de Mu.
Ahora también se odiaba por provocar las lágrimas de su Omega…
Pero debía decirle lo que pasaba, lo que sentía y creía…
-Fue lo mejor…- Se lo tiene que repetir en voz alta, para creerlo.
Sus pies sólo corren lo más que pueda, se quiere alejar de quien le ha roro el corazón, ignorando ahora mismo su delicada condición, el enorme malestar… La decepción de no ser escuchado, que no lo dejara explicarse… Es doloroso lo que ocurre, no quiere perderlo… Pero tampoco se quedara a seguir siendo insultado.
No quiso esperar el ascensor, solo quería alejarse del Alfa que lo había marcado, y alguna vez amo…
Quería que todo fuera mentira, que fuera una horrible pesadilla de la que en cualquier momento despertaría y todo estaría bien…
Pero sabe bien que no es así, la vida real es mucho más cruel y dolorosa que cualquier pesadilla, y este dolor en su corazón no se puede desvanecer.
-¿Por qué? ¿Por qué no confiaste en mí?- el correr de sus piernas para alejarse… Mientras habla para sí mismo…
Sin entender como Shaka no lo quiso escuchar, cuando siempre lo hizo… Los celos son la razón, pero no la justificación…
Logró salir de ese edifico en un tiempo asombroso, guiado por el dolor.
Solo quería irse de allí… Sin importarle a dónde pudiera llegar, hasta que sus piernas flaqueen y se derrumben…
Las lágrimas han inundado sus ojos tanto, que si no las limpia adecuadamente no pude ver nada…
Su dolor aumenta con cada palabra que se viene a su pensar…
-¿Por qué no me escuchaste… - Intenta pronunciar por completo esa pregunta, aunque gracias a que su visibilidad es cero por el llanto, y sin haberse fijado…
Un rechinar de llantas se escucha, sus oídos lo captan, aquellas esmeraldas cristalizada solo ven por microsegundos el gran auto que se acerca él, sin poder moverse a tiempo…
-Shaka?- Lo último en lo que logra pensar antes de sentir un terrible golpe en su cuerpo… Es en ese rubio que no creyó en él.
Es arrojado lejos…
El sonido fue evidente…
Todos se giraron a ver.
Aquellos transeúntes que pasaban, se sorprenden de la terrible escena que se propició en sólo segundos…
La sangre empieza a salir de ese cuerpo…
Los gritos de la terrible escena…
Las disculpas y plegarias que dedica el conductor que no vio al Omega que salió de la nada…
Personas intentan llamar a la ambulancia…
Sin acercarse hacia quién yace en medio de la calle, sobre un enorme charco de sangre.
Una mirada cual zafiros, que se encuentra desde una ventana, del edifico de donde salió Mu…
Aprecio la escena desde que escucho el fuerte golpe.
Sus ojos parecen salir de sus cuencas, sus manos sueltan el anillo que pertenecía al pelilila…
-¡¡¡MU!!!- Grita el nombre de quien ama…
Y sin pensarlo dos veces va corriendo hasta abajo… Con todas las fuerzas que le dan sus piernas.
Lamentablemente, no existe nada que se pueda hacer…
Los cabellos lilas humedecidos por la sangre que ha escurrido de las múltiples heridas, principalmente de una muy abierta en la cabeza… Los raspones que tiene… En brazos y piernas… Fue tan duro el impacto que deja ver lesiones mucho peores, y las internas solo se sabrán al llegar al hospital, pero…
Es tarde…
Sus ojos por el impacto se cerraron, en esos últimos segundos… Exhalo una sola vez… Sus manos se pudieron mover sólo un poco… Para Llevarlas a su vientre, sabiendo que esto es el acabose que jamás deseo…
Su pensar fue dirigido a ese pequeño ser que no conocerá este mundo… Tan cruel y hermoso…
Demasiado dolor, no solo de aquel corazón que se detuvo y ese cerebro que se apagó por el accidente, por no ver el camino, gracias al gran llanto de su desamor…
Aquella prueba de embarazo que guardo entre sus ropas, ha quedado a un lado, también manchada por la sangre… indicando el resultado que ahora…
Ya se ha perdido…